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El último partido por Fullbuster

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Nunca antes había subido en un avión, mucho menos su hijo, pero allí estaba, volando a la gran capital para entrenar los últimos días en el campo donde sería el partido de exhibición contra el equipo de primera división entrenado por Sasuke Uchiha. Una turbulencia le sacó de sus pensamientos obligándole a agarrarse de nuevo al brazo del asiento. Quedaba resuelta su duda… ¡No le gustaban los aviones!


- Relájate – escuchó que decía alguien al otro lado del pasillo, ni más ni menos que Sasuke Uchiha.


Naruto miró hacia él dándose cuenta que Neji no estaba a su lado, seguramente se había levantado para ir al baño.


- No puedo relajarme hasta que este trasto infernal toque suelo – dijo Naruto.


- Deberías dormir un rato. Podrías aprender de Kaito, ha caído enseguida.


- Sí… habrá sacado los genes de Minato y no los míos – dijo Naruto sonriendo.


- No te asusta una tormenta a nivel de huracán pero te asusta una pequeña turbulencia.


- Pues sí. Será porque en las tormentas sé cómo actuar y aquí no se puede hacer nada. Si cae caemos… no hay más.


Sasuke sonrió al verle tan nervioso. Quería hablar con él sobre lo de la otra noche, pero cuando quiso vocalizar, sintió la mano de alguien que giraba su rostro apartándole de vista al rubio. Sus labios fueron capturados con cierta violencia por su novio, dispuesto a dejarle claro a Naruto que ese chico era suyo. Naruto simplemente sonrió de medio lado sin poder creerse lo infantil que le resultaba todo aquello, más viendo como Sasuke también se sorprendía de esa reacción tan poco apropiada en un avión lleno de gente.


Sasuke lo apartó como pudo intentando no hacerle un desprecio, pero dejando claro que no era el momento ni el lugar para esa clase de exhibiciones. No parecía muy contento con el comportamiento de su novio, pero Naruto pasó olímpicamente del tema. Volvió la vista hacia Kaito y lo tapó un poco mejor con la pequeña manta. En el avión el aire acondicionado estaba demasiado fuerte para el gusto de Naruto. Una vez tapado, Naruto miró una vez más a Sasuke recordando lo sucedido aquel día de tormenta.


Flashback


Era temprano cuando escuchó que llamaban a la puerta y pese a que quiso no ir a abrir, no tuvo más remedio por la insistencia de los golpes. Seguramente llevaría mucho tiempo la persona allí esperando. Naruto se levantó de la cama con los ojos aún cerrados y caminó a ciegas por el pasillo hasta alcanzar la puerta principal. Al abrirla, la luz lo cegó durante unos segundos teniendo que volver a cerrar los ojos sin tiempo a ver quién había al otro lado, pero reconoció la voz al instante.


¿Aun durmiendo a estas horas? ¿Os pasasteis celebrando la victoria o qué? – preguntó Sasuke.


No lo sé, yo tenía que cuidar de Kaito y no fui a celebrar nada. ¿Qué hora es?


Las ocho de la mañana.


¿Las ocho? – preguntó sorprendido - ¿Y por qué me despiertas? Vuelve a las diez por lo menos – susurró Naruto tratando de cerrar la puerta pero Sasuke se lo impidió sujetándola con la mano y abriéndola de nuevo para entrar en la casa – Venga ya Sasuke… que son las ocho de la mañana… ¿Qué quieres?


Mirar tu muñeca – comentó Sasuke observando el rostro preocupado de Naruto.


Está bien, puedes venir más tarde para comprobarlo.


La rehabilitación empieza ahora Naruto. Siéntate y empieza con ella.


Naruto resignado, no pudo hacer otra cosa que dejarse caer en el sofá. Sasuke se sentó frente a él en el sillón observando cómo Naruto realizaba los ejercicios de muñeca. Calló al ver algún gesto extraño en aquel rubio, no quería decir nada apresurado, pero se veía que la muñeca estaba resentida del último partido.


Sasuke iba a ocuparse del asunto, cuando vio aparecer a Kaito por la puerta del pasillo. Se levantó enseguida antes de que Naruto lo hiciera y lo cogió en brazos para llevarle consigo al sillón, sentándole sobre sus rodillas mientras le indicaba a Naruto que siguiera con los ejercicios. Extrañamente para Naruto, su hijo parecía estar muy a gusto con Sasuke. Sonreía y trataba de cogerle la nariz para tirar de ella, pero lo más extraño aún, no era eso, sino la forma en que Sasuke parecía estar a gusto con un niño.


No sabía que te gustasen los niños.


No hemos hablado mucho precisamente y menos desde que llegó Neji.


Será porque tu novio es un capullo y tú me ocultaste algunas cosas.


No era para tanto – intentó quitarle leña al fuego, pero Naruto le miró incrédulo.


Claro… sólo intenté ligar con un chico que ya tenía novio, muy bonito – sonrió Naruto haciendo sonreír a Sasuke.


¿Así que intentabas ligar conmigo? – preguntó con una sonrisa aún más picarona jugando con Kaito todavía.


No te lo creas tanto, sólo era una leve atracción, pero ya ha pasado.


¿Enserio? Porque a mí no se me ha pasado – susurró Sasuke algo cabizbajo sorprendiendo a Naruto – puedes decir lo que quieras de mí, que soy un capullo o no sé, pero la verdad es que desde que apareciste en mi vida, siento que algo ha cambiado. Nunca he sido del todo feliz con Neji pero me resigné, quizá un día te cuente el motivo que me llevó a esa relación pero… hoy no – sonrió con tristeza – la cuestión es que has movido algo dentro de mí, nunca esperé enamorarme, ni sentirme atraído por nadie y entonces llegaste tú como un huracán removiéndolo todo. Y ahora ya no sé qué pensar.


Naruto quiso contestar a aquello, pero el fuerte ruido de las contraventanas moviéndose le hizo girarse hacia el cristal observando la tormenta que se estaba levantando. Era típico en esos meses del año tener ese tipo de tormentas, seguramente aquella noche habría estado revuelta la alta mar, algo que le preocupaba por Hidan.


Enciende la radio mientras cierro todo – comentó Naruto observando como Sasuke buscaba en una de las estanterías aquel instrumento.


Tan sólo salió unos segundos para cerrar las cosas, pero se podía notar la violencia de aquella tormenta, sin duda, no le extrañó al escuchar la sirena de aviso para que nadie saliera hasta nueva orden. Sasuke sin embargo, estaba prácticamente en la puerta cuando Naruto entró con dificultad por el fuerte viento.


¿Dónde vas? – le preguntó Naruto al ver que quería salir.


A mi casa. Estarán preocupados por mí – comentó.


¿No has oído la sirena o qué?


Sí ¿Y qué?


Que no se puede salir, fuerte viento.


Naruto vivo enfrente – le sonrió Sasuke – creo que puedo llegar bien.


No cuando hay toque de sirena. No puedes salir ahora, tendrás que quedarte, así que te recomiendo que te pongas cómodo, la tormenta parece que va para largo.


Neji va a matarme – sonrió Sasuke.


¿Tanto miedo le tienes? – preguntó Naruto.


No a él, a su padre. Es el director ejecutivo del equipo, él fue quien me contrató.


¿Y qué? Aunque te echase de su equipo por no estar con su hijo, eres un buen entrenador, podrías encontrar otro equipo en el que jugar.


No es tan sencillo Naruto, nadie me daría trabajo si él hablase mal sobre mí, tiene influencias. Además… debido a mi reputación con el tema que te conté que me persigue desde la universidad… no creo que me quisieran. Nadie quiere a un homosexual en su vestuario.


Los tiempos están cambiando Sasuke, yo te contrataría en mi equipo.


A vosotros no os pagan por jugar.


Ahora deberían, estamos en primera división. Quizá alguien nos quiera financiar – sonrió Naruto.


Es complicado encontrar financiación. En esos equipos se mueve la avaricia, las ganas de sacar provecho… si no ven la posibilidad de explotaros como equipo dudo que os financien por obra de caridad. Buscan la fama y las victorias del equipo, nada más.


No creí que fuera así. Sólo es un deporte.


No Naruto, para ellos no es sólo un deporte, es una forma de hacer dinero y no van a gastarlo en un equipo perdedor. La primera división a veces es cruel.


En parte… eres igual que ellos, piensas que el deporte sirve para sacar dinero.


Sí, a veces lo he pensado. Mi padre siempre me ha exigido ser el mejor, llegar a lo más alto y hacerme rico y famoso jugando pero he acabado de entrenador – sonrió – y nunca esperé ser feliz entrenando a unos chiquillos de pueblo a los que no les pagan. Siento que soy más humano cuando estoy con vosotros que con mi equipo, allí todo es competitividad, nada más.


El deporte es para disfrutarlo, Sasuke – sonrió Naruto – evidentemente mejor si te pagan por algo que disfrutas, pero… tiene que hacerte feliz y no por ello perder la parte de humanidad pese a que también tenemos nuestra parte competitiva bien guardada. No voy a dejar que tu equipo nos gane – volvió a sonreír haciendo sonreír también a Sasuke.


Espero que lo pongáis difícil, no querría veros perder.


Naruto sonrió. Era muy fácil estar con Sasuke pese a que le ocultase algunas cosas como lo de que tenía novio. Aun así, Deidara tenía razón, ese chico no estaba enamorado de Neji pero entonces… no entendía cómo era posible que Sasuke no rompiera, quizá algo en el pasado, no estaba seguro, pero decidió comprobar si realmente… ese chico sentía algo más que una simple atracción. Observando que su hijo jugaba en el suelo con unos cubos de madera, se aproximó hacia Sasuke uniendo sus labios a los del moreno en un dulce y tentador beso que con el paso de los segundos, se intensificaba en pasión, hasta que Naruto cortó aquel contacto de golpe.


Ey – susurró Sasuke al ver que una lágrima se derramaba por la mejilla de Naruto - ¿Estás bien?


Sí, es sólo que no debí hacerlo. Quería comprobar una cosa pero… no tenía que haberte besado, lo siento.


¿Por qué no?


Porque está Kaito aquí y porque tienes novio. No nos conviene estar juntos y punto.


Eres tú quien me ha besado y ahora me dices que no.


Porque ya estás con alguien, es tu culpa. Vienes a mi casa sabiendo que me gustas y encima hablándome de que no estás enamorado de Neji, que sientes algo por mí, es fácil caer en tus palabras, pero luego están tus acciones.


Quiero dejarle – dijo de golpe Sasuke – pero no aquí. ¿Cómo te sentirías si fueras a ver a tu novio y te dejase estando allí? No puedo dejarle aquí, dame tiempo hasta que regresemos a Tokio. Por favor.


Vale.


El resto de la mañana, tras la llamada de Minato para comprobar que su hijo estaba bien, ambos chicos pasaron un agradable día jugando con Kaito. Una vez la tormenta pasó, Sasuke regresó a su hogar donde una vez más, lo único que parecía esperarle eran los gritos incontrolados de los celos de su novio.


Fin Flashback


El hotel en el que se hospedó el equipo de Naruto no era nada del otro mundo. No podían permitirse un cuatro estrellas ni nada parecido, así que se quedaron en uno más barato pero que tenía todo lo que necesitaban, una habitación donde poder descansar. Todo el equipo se preparó para el partido amistoso del día siguiente frente al equipo de Neji, pero para desgracia de todos, aquel no fue realmente un partido muy reñido.


El equipo de Neji les aplastó como si fueran cucarachas pese a que Kakuzu no estaba jugando al cien por cien por andar distraído tratando de ligar con un Hidan que trataba de recuperarse aún de los golpes y de la tormenta el alta mar que había vivido días antes. Lo que no pasaba desapercibido para nadie, era la atracción que había entre esos dos que venían de mundos tan diferentes y distantes.


Para sorpresa de Naruto, él sí consiguió marcar algún punto gracias a los buenos pases y dribles que conseguía hacer Deidara, pero no tuvo mucho que hacer cuando un enfadado Neji arremetió contra él golpeando su muñeca con el stick. Eso fue la expulsión inmediata de Neji del partido aunque salió con una gran sonrisa sabiendo que ese chico seguramente, no jugaría en el último partido de la temporada por lesión.


- Increíble – escuchó que decía Sasuke cuando pasó a su lado – no puedo creerme que te asuste tanto un chiquillo de veinte años.


- A mí no me asusta.


- Podías ganarle limpiamente, ellos acaban de entrar en primera división, les costará unos meses acostumbrarse al nuevo estilo de juego, no eran rivales y lo sabías.


- Ahora lo son menos – se quejó Neji con la sonrisa dispuesto a irse al vestuario.


- Hemos terminado, Neji – le dijo Sasuke sin girarse siquiera a mirarle, pero Neji sí se giró mirando la espalda de su entrenador.


- ¿Qué? ¿Estás rompiendo conmigo? No te atrevas a romper conmigo y hablaré con…


- ¿Con tu padre? Creo que lo tienes allí en las gradas. Corre, ve y dile que he roto contigo, dile que me despida, buscaré otro equipo a quien entrenar, pero no voy a quedarme al lado de un chiquillo malcriado que se rebaja a utilizar la violencia cuando se siente amenazado. Estoy muy cansado de tus celos.


- Esto no va a quedar así, Sasuke. No te irás con ese crio, no te lo permitiré, porque aunque no me lo digas, sé que me dejas por él – se quejó Neji marchándose de allí.


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