Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El último partido por Fullbuster

[Reviews - 472]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

El campo se quedó desierto. Todo el mundo abandonó el lugar con lentitud. Los jugadores desaparecieron en los vestuarios, el público se marchó tras haber animado a sus equipos y tan solo Sasuke, se quedó unos minutos sentado en el banquillo observando el marcador. A sus pies aún se encontraban toallas, botellas de plástico de agua que sus jugadores habían dejado y algunas otras cosas. Seguramente pronto le pedirían que desalojase el lugar para limpiar el recinto pero por ahora… permanecía allí observando el ajustado marcador.


- Casi lo consiguen – escuchó que decía su padre a la espalda – enhorabuena por la victoria.


- Gracias papá.


- Tienes un buen equipo.


-Tenía – comentó – éste era mi último partido con ellos.


- Vaya… yo creí que te renovarían. Sales con rapuncel y eres el mejor entrenador de esta región.


Sasuke sonrió al escuchar el apodo que su padre le había puesto a su supuesto novio. No podía evitar reírse cuando su padre se ponía en ese plan.


- Ya no salgo con rapuncel papá – le aclaró sonriendo – y me han echado del equipo porque no salgo con él precisamente. Supongo que era lo mejor.


- No esperaba que rompieras con él.


- No te hagas ahora el inocente conmigo papá, has intentado juntarme con Naruto desde que llegué a la isla – le aclaró.


- Creí que no te dabas cuenta.


- Por favor… te conozco demasiado bien. Que no te diga las cosas no quiere decir que no vea tu interés. Siempre me hablabas de Naruto y me metías en jaleos para estar a su lado. Era demasiado evidente.


- Haces buena pareja con él.


- ¿De verdad lo crees? – le preguntó con una sonrisa – porque… resulta, que quizá tu intuición no esté tan desencaminada. Acabo de enterarme que el hijo de Naruto… bueno… es tu nieto.


- ¿Cómo? – preguntó Fugaku algo confuso.


- Que es tu nieto. Aún no he podido contárselo a Naruto pero… el día que fui a verte por lo de tu enfermedad, me lo tomé bastante mal, así que me fui a un bar a emborracharme. Naruto ni siquiera debería haber estado en aquel bar. Al parecer… me acosté con él, algo de lo que no tenía recuerdos, al menos no de que fuera él precisamente. Tampoco Naruto se acordaba de mí, estaba en el mismo estado que yo o peor por lo del accidente de sus padres.


- Vaya… y yo pensando que hacíais buena pareja incluso antes de saber esto. Al final tenía razón en que os unía algo – sonrió Fugaku.


- Algo grande. Aún estoy pensando cómo voy a decírselo a Naruto – de pronto Sasuke sonrió – aunque hace un poco de gracia, Neji trató de utilizar lo del hijo de Naruto para separarme de él… y resulta irónicamente que es lo que más me ha unido a él.


- Cosas del destino Sasuke. El destino siempre es caprichoso.


- Eso parece.


- Ve y díselo. Seguro que se alegrará del mismo modo o más de lo que yo me alegro de saberlo. Sabía que era el chico para ti. Me hace feliz haber podido conocer a mi nieto antes de… bueno… ya sabes.


- Lo sé, papá. Y sabes que te quiero, aunque suelas meterte en mis asuntos.


- ¿Para que existe un padre sino? – preguntó con una gran sonrisa – venga ve, no sé qué haces aún aquí conmigo. Estás perdiendo tiempo.


Sasuke se levantó del banquillo con esa extraña sensación en su estómago. Estaba feliz porque su equipo había ganado, pero por otro lado… se sentía mal por el equipo de Naruto. Él había entrenado unos días al lado de esos chicos, sabía cómo eran, sabía que se merecían la victoria pero también tenía en mente que no sería ese año. No es que el equipo de Naruto no fuera bueno, en absoluto, pero les faltaba mucha experiencia y práctica para llegar al nivel de jugadores que habían vivido en el ambiente de primera división durante años, era casi imposible para ellos conseguir un hueco el primer año, pero si le dejaban… él estaba dispuesto a ayudarles para llevarles a la victoria el año que viene.


Un suspiro se dejó escuchar antes de decidirse a abrir la puerta del vestuario de los chicos de Rebun. Abrió la puerta con lentitud esperando escuchar la música a todo volumen como solían ponerse pero no, el silencio sepulcral es lo único que le dio la bienvenida, de hecho, ni siquiera los chicos estaban allí.


Salió con rapidez del vestuario, imaginaba dónde habrían ido. Seguramente de vuelta al hotel a recoger sus cosas y al aeropuerto para volverse a la isla si es que no habían decidido quedarse hasta mañana para descansar. Eran capaces de haber adelantado sus billetes.


Por suerte para él, llegó pronto al hotel, lo justo como para ver al equipo subir cansados y vestidos de calle hacia sus dormitorios, aunque como no cabían todos en los ascensores, algunos se quedaron en el hall a esperar que volvieran a bajar. Sasuke tuvo suerte de que Naruto fuera uno de los que se había quedado, lo que no esperó es ver a su hermano también allí a su lado buscando a Deidara, quién hablaba de algo con Naruto.


- ¿Qué haces aquí? – preguntó Sasuke.


- ¿Tú que crees? Quiero hablar con Dei – confesó Itachi – lo que no sé es que haces tú aquí.


- ¿No es evidente? – preguntó.


- No me refiero a eso… sino a qué haces aquí parado escuchándome a mí en vez de ir a arreglar las cosas con Naruto. Estás perdiendo un valioso tiempo aquí conmigo.


Sasuke sonrió dándole una palmada en la espalda a su hermano pero encaminándose hacia aquellos chicos que esperaban pacientemente al ascensor. Se metió entre el bullicio y cogió la muñeca de Naruto empujándole hacia atrás para que le acompañase fuera de todo su equipo. Naruto, al notar cómo tiraban de él, se giró inmediatamente observando a Sasuke. Con una leve sonrisa le siguió dejando a Kaito con Hidan que estaba a su lado.


- Acompáñame – le aclaró Sasuke sonriendo – tenemos que hablar de algo.


- Si es de la derrota, no te preocupes, no eras nuestro entrenador. Aunque no entiendo por qué no has dicho nuestros trucos.


- Tú lo has dicho, no era vuestro entrenador, se suponía que no podía saber cómo jugáis ¿No?


- Has ocultado información a tu equipo.


- Sólo me callé algunas cosas – sonrió Sasuke – además… ya no es mi equipo. No pensaba decir algo que podría beneficiarme a mí. Si acabo entrenándoos para el año que viene… vuestros trucos nos ayudarán a ganar.


- Eres un manipulador – dijo Naruto con una sonrisa – pero me gusta la idea, aunque aún no te he dicho que puedas entrenarnos. Además… tu vida está aquí en Tokio, tienes más opciones de encontrar un buen puesto en tu trabajo, en Rebun no harías nada.


- Estar con mi familia – comentó Sasuke – ya te lo dije… quiero estar contigo y con nuestro hijo.


- ¿Ya consideras a Kaito como tú hijo? Qué rapidez – sonrió Naruto.


- Naruto… me he hecho una prueba de ADN para compararla con Kaito, hay un noventa y nueve por ciento de concordancia, todos los del laboratorio afirman que es mío.


- Eso es imposible – dijo Naruto sorprendido mientras tomaba asiento en el sillón tras él.


- No lo es Naruto. El día que estuviste en aquel bar… yo también estuve allí, no nos acordamos porque los dos íbamos muy borrachos, tú por lo de tus padres y yo… por lo de la enfermedad del mío. Lo he comprobado muchas veces, soy el padre de Kaito y lamento no haberme enterado antes, no sabía que había habido más repercusiones de aquella noche.


- Lo entiendo. Yo tampoco recordaba nada, también era culpa mía. Me emborraché y no recordaba al padre, así que… no pude decirte nada. Lo siento por la parte que me toca a mí.


- Ahora lo único que me importa, es intentar remediar esta situación y me da igual que en Rebun no haya buenos trabajos para mí, quiero estar contigo y con Kaito. Quizá no supe que Kaito era mío, pero me enamoré de ti incluso sin saber lo que nos unía. Si estás dispuesto a darme una oportunidad, iré contigo donde sea.


- Habrá que decírselo a Kaito – sonrió Naruto depositando un suave beso en los labios de Sasuke – y eso casi que te lo dejo a ti – le aclaró levantándose con una gran sonrisa, poniendo más nervioso a Sasuke.


- ¿Por qué yo? – preguntó nervioso.


- Porque se te dan mejor que a mí el juego de palabras.


Sasuke sonrió pese a sus nervios, estaba claro que hacerse responsable ahora de esa loca familia iba a ser algo complicado y nuevo, pero estaba convencido, que jamás se arrepentiría de ello. Por fin había encontrado su lugar en el mundo, al lado de la persona que movía su mundo, un rubio de vital sonrisa e infinito entusiasmo. Miró hacia uno de los laterales donde su hermano parecía intentar mantener una seria conversación con Deidara, quien no parecía muy contento y sólo trataba de marcharse de allí.


- Itachi, déjalo. Lo nuestro no puede funcionar – le decía Deidara.


- ¿Por qué no?


- Porque no confías en mí. Me investigas  por la espalda.


- ¿Qué yo no confío en ti? Eres tú quien no confía en mí. Me ocultas cosas.


- Te oculto lo que no creo relevante para nuestra relación.


- Oh… así que aún tenemos una relación – sonrió Itachi.


- No tergiverses mis palabras. No he dicho eso.


- Sí lo has dicho. Además, estoy preocupado por ti ¿No puedes entender eso?


- ¿Por qué te importo tanto?


- Porque te quiero Dei. Porque quiero cuidarte, estar a tu lado siempre, ser una familia.


- Una familia… - susurró Deidara.


- Sí… una familia. Sé el daño que te hizo Kabuto, pero sabes perfectamente que yo no soy como él. Es cierto que me pasé, no debí investigarte y no debí hablar con mi tío pero… quería a ese tío entre rejas. Lo siento por cuidar de ti, pero alguien debía hacerlo y si no tienes fuerzas para luchar yo lo haré por ti siempre.


- Eres idiota – le aclaró Deidara intentando marcharse.


- No has jugado hoy, y sigo preocupado por si estás lesionado.


- No estoy lesionado… estoy esperando un hijo tuyo.


- ¿Qué? – preguntó Itachi dudando, aunque no podía ver el rostro de Deidara desde donde estaba, agarrando su muñeca y viendo como ese rubio escondía el rostro tras su largo cabello - ¿Estás embarazado?


- Sí.


- ¿Por qué no…? – intentó preguntar Itachi, pero la respuesta le vino sola al motivo por el que no se lo dijo antes – Dei… sé que estás asustado, pero… voy a cuidarle, quiero ese niño, te quiero a ti.


- No es cierto. Sólo será una carga para tu trabajo. Tú tienes que volver a la ciudad y yo… me quedaré en Rebun.


- Compraré la emisora de Rebun si es necesario, puedo retrasmitir desde allí, no voy a perder mi trabajo y aunque así fuera, te prefiero a ti, buscaría otra cosa o te rogaría mil veces si lo necesitase para que vinieras conmigo a la capital, me da igual… donde quieras estar yo también lo querré.


- No puedo ser un buen padre Itachi, tiene que haber un motivo por el que no tuve al primero y…


- Y ese motivo es un cabrón que te destrozó la vida, pero ya no tendrás que preocuparte por él. Mi tío hará que pague por todo y tú y yo seremos felices con ese niño. Te lo aseguro. Vamos… sabes que tengo razón – le sonrió haciendo sonreír a Deidara por un momento.


- Eres un imbécil.


- Pero un imbécil persuasivo – le aclaró.


- Sí, eso sí. Está bien. Pero no voy a volver a la capital.


- Pediré trabajo en la emisora de Rebun entonces – le dijo con una sonrisa.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).