Capítulo 2: El príncipe.
Nuevamente el sólo observaba desde lejos, sentado arriba de la escalera de entrada mientras tocaba una melancólica melodía en su armónica, le veía llegar en la negra limosina con aquellas banderitas que ahora sabía que eran de Genovia y suspiró frustrado.
El lugar estaba completamente revolucionado, todos trataban de acercarse a Ryeo Wook de alguna forma, todos decían ser su mejor amigo para tener su momento de fama, en las noticias comentaban que él se había ganado la lotería genética y todos los canales tenían algo que decir al respecto, la vida del Kim era divulgada y ya de conocimiento público.
Él menor bajó del auto acompañado de su guardaespaldas (al cual ellos anteriormente le habían dado el título de su chofer) y se dirigió a un grupo de niñas a conversar con ellas y firmar algunos autógrafos que le pedían, Jong en ese momento hizo sonar una nota más alta tratando de dejarse llevar por la música, estaba comenzando a darse cuenta de que él era sólo un plebeyo.
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-¡Jong Woon! –
Escuchó el aludido que alguien le llamaba y se giró a ver a un agitado, pero feliz Ryeo Wook que se acercaba a su mesa en el patio, su corazón latió al verle y sonrió, desde el día que el mundo se enteró que él era un príncipe no habían hablado.
-¡Príncipe! –Le saludó.
-No vas a creer lo que Seung Hyun acaba de pedirme –Comunicó nada más al sentarse, ampliando su sonrisa.
-“¿Puedes prestarme tu peine?” –Sugirió Yesung haciendo clara burla a la superficialidad del otro.
-No... –Negó el menor soltando un suspiro- Me preguntó si quería ir a la fiesta en la playa con él.
La sonrisa del mayor desapareció al comprender.
-Eso es el sábado ¿Cierto? –
-Sip –Asintió este- Y estaba pensando ahm...si podría ir al taller la próxima semana y ver a tu banda tocar ahí.
-Ah... Si... –Aceptó sin entusiasmo Jong- Eso es... Si.
-¿Estás bien? –Le preguntó Wook al verle raro.
-Si... Estoy bien –Respondió tratando de sonar normal.
-Bien –Sonrió el pequeño- Me tengo que ir, pero, muchas gracias –Agregó completamente feliz- Adiós –Se despidió mientras tomaba su bolso del suelo y se iba entusiasmado.
-Adiós –Dijo Yesung con una falsa sonrisa y luego se quedó apagado mirando hacia la nada cuando el otro desapareció de su vista.
-¿Y esa cara? –Llegó Han Geng con las botellas de agua que había ido a comprar minutos antes.
-No es nada –Le contestó tomando su botella para beber un sorbo- Es sólo que Choi Seung Hyun es un idiota.
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-¡Él no apareció! –Se quejó su hermano cuando lo pasó a recoger a la escuela luego que regresaba a casa tras el ensayo de la banda- ¡Me prometió que vendría al programa a apoyarme!
-¿Ryeo Wook no vino? –Jong preguntó extrañado, no era del tipo de persona que no cumplía lo que prometía.
-No –Respondió Hee Chul enfadado mientras se ponía su mochila de erizo- Ni una llamada o algo –Volvió a gruñir- Incluso Han Geng estuvo aquí y me hizo compañía, aunque claro, tuve que soportar sus tediosos trucos de cartas antes las cámaras ¿Pero qué más podía hacer? –Suspiró frustrado- Mi programa se llama “Cállate y escucha”, pero ya que el “príncipe” no se dignó a aparecer fue más bien “Cállate y abúrrete.”
-Ya, ya cálmate Hee –Trató de apaciguarlo su hermano- Mira, te invito a un batido para que te animes.
-Trato hecho –Dijo este y volvió a sonreír.
-Sí que eres fácil –Le comentó mientras se iban a un local que estaba cerca.
-No molestes idiota –Contestó dándole un codazo.
Entraron al local y se fueron a sentar a una de las mesas que daban a la ventana, la vista nocturna era bastante buena desde ahí. La camarera al rato llegó a anotar sus ordenes de batidos de chocolate y se fue dejándoles sumidos en sus propios pensamientos, hasta que...
-...Y en noticias del espectáculo, el príncipe de Genovia al parecer tuvo una tarde de playa bien movida... –Los hermanos se miraron y luego buscaron la tv que estaba al otro extremo para poder observar- Hace un par de horas nuestros reporteros capturaron al príncipe Ryeo Wook muy acaramelado con uno de sus compañeros de clase... –Pasaron una grabación del pequeño siendo besado por el ya conocido Seung Hyun- ...El jovencito llamado Choi Seung Hyun conversó con nuestro noticiero y dio a entender que algo más había pasado dentro de la cabaña en la que momentos antes ambos se habían escondido... –Mostraron una difusa imagen de ellos siendo grabados por una ventana-...Pero la diversión no acabó ahí, no contento con lo anterior el príncipe fue captado en paños menores rodeado de otros chicos... –Un sonriente Ji Yong y sus amigos cercanos fueron mostrados esta vez junto a un asustado Ryeo que trataba inútilmente de cubrirse con una toalla-...No tenemos duda que la corona genoviana deberá replantearse nuevamente si él es la mejor opción para el puesto de futuro regente de su nación... –Dio como comentario final el conductor del programa-...En otras noticias, el popular grupo Super Junior...
-¿Jong Woon? –Hee miraba preocupado a su hermano- ¿Estás bien?
-Si... –Trató de sonreír pero desistió al ver que le era imposible- Todo bien Hee...
Sabía que Ryeo Wook no era como lo habían tratado de pintar ahí, pero eso no quitaba que había besado al Choi delante de todo el país, y aunque estuviera en pleno conocimiento de los sentimientos del menor, dolía tener que verlo, así como dolía el saber que había cancelado una cita con él para poder estar con el otro.
-Escucha Jong... –Chul intentó hablarle- No creo que Wook...
-No hablemos de eso por favor- Le calló compungido- Tarde o temprano algo así iba a pasar Hee... –Esta vez sí pudo sonreír, pero al mismo tiempo una lágrima se le escapó.
-Jong... –Dijo este mirándole apesumbrado.
Pensándolo bien, quizás no era que Ryeo Wook no se hubiese dado cuenta de sus sentimientos, tal vez siempre lo supo, pero no había tenido el valor de rechazarle de frente y eso era peor, porque Yesung realmente se había esforzado por tratar de enamorarle aunque fuera de a poco y el otro sólo se había burlado de él.
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Se había negado rotundamente a ir a su casa, tanto reclamó que llegó al extremo de pelear con Kangin, le estimaba, pero en momentos así odiaba que este fuera su jefe.
Desganado tocó el timbre de la casa de Ryeo Wook y se dejó oír el fuerte sonido del timbre que este antiguo cuartel de bomberos remodelado usaba.
-¡Está abierto! ¡Pase! –Escuchó el grito del menor desde el interior.
Se adentró a la casa observando curioso a su alrededor, jamás había estado ahí, se veía algo apretujado, pero era un lindo hogar, al avanzar un poco más vio la silueta del menor por lo que parecía la ventana de una oficina y fue hasta allí haciendo girar en su dedo las llaves que le habían encomendado.
-Jong Woon...Hola... –Dijo este al verle, sonriéndole y respirando fuertemente por los nervios- ¿Qué tal estas?
-Tienes algo... -Apuntó su propia nariz para hacerle saber que aun llevaba puesta una tirita para quitar puntos negros.
-¿Qué...? –Preguntó sin entender y llevó su mano hasta su nariz- ¡Oh! –Avergonzado le dio la espalda.
Se escuchó el claro sonido de la tirita despegándose y un quejido, pero Yesung apenas si tomó en cuenta esto y observó las llaves en sus manos, queriendo entregárselas pronto y largarse.
-¿Hee te dijo que llamé? –Preguntó de frente esta vez con la nariz roja- Porque llamé.
-Te traje tu auto –Respondió Jong a su vez obviando lo que él había dicho y dejando las llaves sobre una mesa.
-Gracias –Dijo Wook dulcemente- Llamé muchas veces... Yo diría que unas siete, pero...
-Kangin ya arregló todo lo que faltaba, así que si tienes algún problema le llamas –Contestó ignorándolo.
-Ok –Su sonrisa disminuyó- ¿Quieres el cheque ahora? Porque ya tengo lo de la última parte...
-Sip, gracias –Le dio una falsa sonrisa.
-¿Tienes hambre o sed? –Interrogó el menor mientras buscaba el papel en un cajón.
-No –
-Oh, aquí está –Le mostró un sobre y luego con torpeza trato de quitar las arrugas de su camisa- Ahm... Muchas gracias por hacer esto por mí, es muy amable de tu parte –Sonrió.
-No lo hice por ti, Kangin deja a la banda ensayar y yo le ayudo con los autos –Dijo frívolamente.
-Sí, claro, por supuesto –Se apresuró a decir Wook mirando avergonzado al suelo- Toma –Extendió el sobre hasta él.
-Ah, gracias –Lo tomó entre sus manos y prontamente un silencio incómodo los envolvió.
-Se que aun estas enojado conmigo por haberte plantado –Cortó el mutismo Ryeo mientras escondía nerviosamente sus manos tras la espalda- Y... Y realmente lo lamento, pero... Voy a tratar de compensártelo. –Agregó después forzando una sonrisa.
Jong Woon no lo miraba, estaba muy concentrado admirando una máscara de porcelana que había tomado de la mesa, pero luego la levanto y la puso sobre su rostro.
-¿Cómo? –Preguntó oculto tras ella.
-Bueno, aun iré al baile de independencia genoviana y...-Soltó sus hombros tratando de relajarse -... Estoy invitándote –Le regaló una sonrisa- Puede ser divertido... Usaré un ajustado esmoquin que no me dejará moverme bien...Y Hee tiene una cita y...
-Seung Hyun se ve mejor en traje que yo –Le cortó el Kim quitándose al fin la máscara.
-Oh... –Exclamó débilmente el pequeño al tiempo que su sonrisa disminuía- Pero... Verás... Tú eres con quien realmente deseo compartirlo –Agregó mirándole con seguridad después a pesar de que este prefería mirar cualquier otra cosa antes que a él- No tienes que vestir un esmoquin si no quieres, puedes ir con una sudadera sabes –Trató de bromear.
El otro en tanto regreso la vista hacia él y soltó una leve risita burlesca para luego morderse el labio antes de hablar.
- No tienes por qué preocuparte por mi...-Le enfrentó- Sólo considéralo como un rechazo real.
Recogió de la mesa el sobre (que antes había soltado por tomar la máscara) e hizo una reverencia ante Ryeo Wook, para luego partir del lugar con el pequeño objeto apretado entre sus labios dejando a un triste chico detrás.
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La lluvia no hacía que su día fuese menos deprimente.
Observar las gotas de agua por su ventana no era un gran pasatiempo, pero Jong Woon de cierta forma disfrutaba el auto compadecerse de esta forma, al menos el ambiente acompañaba su oscuro humor. Sus padres habían salido a visitar a unos amigos y Hee Chul se había ido hace unos minutos atrás al lugar del baile (lo que no hacía que su ánimo mejorara) en compañía de un muy ufano Han. Se alegraba de que su hermano al fin haya dado su brazo a torcer y aceptara a su amigo, que vaya que se había arrastrado tras su hermano la diva.
El timbre sonó y Yesung gruñó, no podía ser nadie que conociera, así que no pensaba ir a ver, quien fuera podía perfectamente volver en otro momento.
La 8ª vez que escuchó el sonidito se decidió a levantarse, a ver si así se dejaban de joder, y quedó sumamente extrañado al ver a un barbudo repartidor de pizza con la usual caja cuadrada entre sus manos.
-Aquí tienes –Extendió la caja hacia él con una sonrisa- Ya está pagada.
-Yo no ordené ninguna pizza, lo siento –Contestó este y se giró decidido a entrar, pero el repartidor le detuvo.
-No, no, no, tienes que recibirla –Insistió- A no ser que haya otro Kim Jong Woon –Dijo en burla- Recibimos una llamada y entregamos –Volvió a cargosearle con la caja.
Este al fin la recibió asintiendo.
-¿Tú no haces la pizza...? –Preguntó este, preocupado, peinándose una barba imaginaria.
-No –Se rió- Yo sólo reparto –Se giró y se fue de regreso a su auto.
Apenas le vio irse Jong abrió con interés la caja y se encontró con la palabra “Perdón” escrita con m&m’s sobre la pizza, sonrió enternecido y observó hacia arriba mordiéndose el labio inferior, luego presuroso miro la hora en su reloj de pulsera, tendría que apresurarse si quería llegar.
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Le había dicho que no a Ryeo, pero cuando había entrado a su cuarto para ponerse el traje encontró en el bolsillo de este la entrada para el baile, Hee le conocía bastante bien al parecer, sabía desde antes que terminaría yendo, y vaya que se lo agradecía, si no hubiese estado perdido para entrar en la embajada.
Se abrió paso entre la gente, buscando a Hee Chul y Han Geng pues sabía que estos estarían en conocimiento de dónde se encontraba Wook, pero antes de dar con ellos un vals comenzó y supo que debía dirigirse al lugar donde la música provenía, y ahí los vio en primera fila observando a un deslumbrante Ryeo Wook vestido en elegante seda blanca, en un smoking que le hacía resaltar toda la realeza en él aun más que esa corona sobre su cabeza.
En cuanto Yesung llegó al frente sus miradas se encontraron y una sonrisa radiante se adueñó del pequeño príncipe. Durante unos pocos segundos sólo se perdieron en los ojos del otro, sin saber que esperar de la situación, pero, la música continuaba y la gente les observaba, no era el momento adecuado para hablar.
Ryeo Wook le invitó a hacer una inclinación antes de tomarse de la mano y comenzar a moverse al ritmo del vals, los demás no apartaban los ojos de ellos, pero ambos estaban en su propia burbuja observándose y siguiendo el compás.
No mucho tiempo pasó para que Jong tomase el valor de hacer que Ryeo le acompañase hasta el jardín, necesitaban un momento a solas, muchas interrogantes le aquejaban y necesitaba respuestas, pero una vez allí se sintió algo cohibido, el ambiente lograba que el menor se viese más radiante que de costumbre y eso lo apabulló un poco.
Nervioso se adelantó unos cuantos pasos y llevó su mano a su barbilla sin saber cómo comenzar, sintiéndose torpe por no saber qué movimientos hacer ni cómo, dejar sus brazos, comenzaba a dudar si esa había sido una buena idea, mas, al observar a Wook nuevamente casi al instante se calmó, la hermosa sonrisa que este le daba le infundía tranquilidad, así que con una valentía renovada se acercó con pasos lentos hasta él y le enfrentó.
-¿Por qué yo? –Preguntó al fin, aun sin poder creer que él se encontraba en esa situación con Ryeo.
El aludido lo observó con ternura durante un segundo antes de decidirse a contestar.
-Porque tú me viste cuando era invisible –Su sonrisa se enanchó, pero de pronto el nerviosismo también hizo mella en él- Y sólo porque soy de la realeza no significa que soy diferente... Digo soy realmente la misma persona –Agregó a medida que aumentaba la velocidad de sus palabras- Y si, tendré que vivir en Genovia durante un tiempo, pero aun voy a ir a la escuela y...
Nadie podría culpar a Yesung por haberlo silenciado con un beso, la forma en que el pequeño hablaba le hacía ver tan sumamente adorable ante sus ojos que él no supo ni en qué momento se había acercado tanto a Wookie como para unir sus labios, ni mucho menos cuando había posado su mano tras su cabeza para acercarle, pero no es como si le importase tampoco.
Cuando al fin se separaron ambos sonrieron avergonzados, pero no duraron demasiado así cuando el beso volvió nuevamente a empezar con un Ryeo Wook tiernamente abrazado al cuello del mayor.
Fin (?)