Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

TU RASTRO SOBRE LA NIEVE por NYUSATSU NO AI

[Reviews - 112]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Si el sacrificio es lo último que puede hacer una persona para demostrarte que te quiere, debes dejarla hacerlo.

JAMES

 

– ¿Por qué ahora que estas más cerca de mí de lo que te he tenido todos estos años, te siento más lejos y ajeno que nunca? – En un loco intentó de aferrarlo más a mí, lo estrujé contra mi pecho. Como si con eso pudiera cambiar en algo lo inminente.

 

– ¡James! ¡No puedo respirar! – Se quejó.

 

– ¡Lo siento! – Alcancé a responder y sin embargo, apenas y si cedí un poco en mi agarre, pero no le solté en ningún momento.

 

Habíamos hablado de cosas sin sentido, era más una conversación casual en la que fingíamos ser hermanos de nuevo, y nos poníamos al tanto, de los últimos días que habíamos pasado lejos.

 

Samko evitaba a toda costa hablar de Gianmarco o cualquier cosa que tuviera que ver con él y yo fingía no saber que era precisamente con él con quien había pasado las últimas noches.

 

No tenía derecho a juzgarlo pues fui yo quien le orillo a ir en su búsqueda. Ni siquiera saqué a relucir, las marcas que pude encontrar en su cuerpo, cuando lo observé a detalle. Eso no quería decir que no me ardía el alma por ellas y tampoco voy a negar que en más de una ocasión quise decirle unas cuantas cosas. Pero de nuevo, lo más sensato que pude hacer, fue quedarme callado.

 

Yo había terminado con la espalda recargada sobre la pared, las piernas separadas y contraídas y él, sentado igual que yo sobre el colchón se había colocado entre ellas, sus manos reposaban en mis rodillas y su espalda estaba contra mi pecho. Me dejaba tocarlo, y acariciarlo a mis anchas. Su nuca, cuello y hombros estaban a mi disposición, pero no sus sentimientos.

 

Me dolía tanto.

 

Él estaba perdido en su mundo y yo un poco extraviado en el mío. No vi el momento en que ambos callamos y quedamos en medio de tanta nada.

 

– ¡Me tengo que ir! – Susurró, pero no fue como el chantaje al que siempre me sometía, diciéndome esto para que le pidiera que se quedara un rato más. En esta ocasión él, realmente hizo el intento de alejarse, pero fui yo quien se negó a dejarlo ir.

 

– ¡Quedate un rato más! – Supliqué, mientras lo rodeaba por la cintura.

 

– Estoy en proyectos finales… Debo ir a clases y tú también.

 

– ¡Por favor! ¡Solo un poco más!

 

Tampoco me hizo suplicar, volvió a acomodarse entre mis piernas y colocó sus manos sobre mi agarré. Se quedó quieto y el silencio reino en la habitación por segunda vez. Esto también era nuevo, y sin embargo desagradable, él callaba y yo estaba acostumbrado a todo su constante escándalo.

 

– Hoy fue Deviant a la escuela… – Comentó.

 

– ¿Enserio? – Dije más por contestar algo.

 

– ¡No, solo te lo dije porque ya me arte de tu excesivo parloteo! – Respondió sarcástico. Me reí por lo bajo y mis labios volvieron a repasar su cuello. Le iba dejando besos suaves por su piel blanca y él se erizaba a ratos.

 

– ¿Volvió a regañarte? – Le pregunté sin dejar de besarlo, mis manos ya le caminaban por el torso desnudo y necesitó un poco más del tiempo estimado por la buena educación, para responder.

 

– ¡N-no! – Dijo y al siguiente instante, un jadeo igual a suspirar por la boca se le escapó de lo más hondo de su ser. – ¡Hicimos las pases! – Agregó después de cuando mucho, un par de minutos en los que se dejó ir, disfrutando de mis caricias por sus costados. Le tocaba hasta donde alcanzaba, sin reparos ni la menor timidez. Conocía este cuerpo casi a la perfección, lo había visto crecer y desarrollarse, así que, me sentía con derecho.

 

– ¿A si?

 

– ¡Sí!

 

– ¡Me alegro por ambos!

 

– Me dijo que entre ustedes nunca hubo nada… – Me detuve en seco… ¿Qué había dicho? ¿Nada de qué? – ¿Es eso cierto? – Su rostro buscó el mío y cuando nuestras miradas se encontraron vi algo que no supe como descifrar. Me tomó varios segundos comprender a que se refería.

 

– ¡Dios, no! – Le dije de inmediato. – ¿Cómo pudiste pensar algo así?

 

– Eso parecía… – Fue su vaga respuesta.

 

– ¿Qué?

 

– A pesar de que conmigo siempre ponías limites, no tenías reparos para enrollarte en caricias y atenciones con él… – Pesé al tono casual ese sin duda había sido un reproche. – Incluso lo hacían en público… ¿Qué querían que pensáramos?

 

– Todo menos eso… – Respondí. – Deviant es mi hermano. – Le recordé.

 

– Tanto como lo soy yo… – Me rebatió. – Y casi tanto como lo es Damián y él… Y eso nunca ha sido un obstáculo para sus arrumacos. Y ahora nosotros…

 

– Es distinto Samko…

 

– ¿En qué…?

 

– Damián accedía porque no quería lastimar a Deviant y bueno, porque quien podría resistirse a ustedes. – Le dije como si fuera lo más obvio en el mundo. – Pero lo de ellos estaba destinado a no ser. Ahora Deviant esta con Han y Damián… Bueno, es Damián, no le podemos exigir demasiado.

 

– ¿No estas enterado?

 

– Nuestra relación no está en el mejor de los términos ahora…– Reconocí demasiado abatido para mi gusto, pero en el fondo, me dolía que estuviera molesto conmigo, aunque estaba consciente que me lo merecía.

 

– Pero sabes que te quiere… ¿No? – Intentó alentarme, poniendo una de sus manos sobre mi mejilla y fue reconfortante sentir su calidez. – Damián nos ama a su manera… a los tres. Él ha mencionado que está muy orgulloso de ti.

 

– ¿Enserio? ¿Él ha dicho eso? – Ahora me sentía como un niño al que le acaban de poner su primera estrella en la frente por su buena conducta.

 

– ¡Sí! Me lo dijo muchas veces… Nosotros hablamos de ustedes cuando estamos a solas y por eso sé que nos ama.  Aun si nunca lo dijo con todas las palabras. Te regaña porque quiere hacer de ti un hombre de bien. Dice que conmigo ya se rindió y Deviant ya lo es…

 

– Me hace feliz saberlo…

 

– Yo también te amo y estoy orgulloso de ti. Y Deviant también… – Mi corazón se estrujó tras esas palabras. – Así que ya deberías olvidar esas ideas locas que siempre te han atormentado. Tú perteneces a esta familia, fue así, desde el primer día que Damián te trajo.

 

– Los amo a ustedes también… – Alcancé a decir.

 

– ¿Seguiste investigando?

 

– Todo va muy lento… A veces pierdo las esperanzas.

 

– No lo sé James… ¡Tal vez deberías dejarlo por la paz! ¡Ya tienes una familia! ¿Por qué entonces quieres otra? ¡A veces no lo entiendo!

 

– No quiero otra familia… – Le aclaré. – Creo que ni yo mismo sé lo que quiero.

 

Samko acarició las vendas de mi mano. Mismas que él colocó después de regañarme y lavar mi herida.

 

– Vuelve a casa Sam… – Supliqué. – Me siento muy vacío sin ti.

 

Su respuesta fue un sofocante silencio.

 

– ¿No dices nada…? – Insistí.

 

– Lo estoy pensando…

 

– ¿Pensar que…? – Pregunté un poco irritado, él reaccionó y al instante se tensó completo de pies a cabeza. – ¡No te asustes! Me juré a mí mismo que primero me cortaría las manos antes de volver a hacerte lo mismo… – Pese a lo incomodo que era tocar el tema, lo dije con convicción. – Solo quiero que estés aquí…

 

– ¡Necesito un poco de tiempo!

 

– ¿Para qué necesitas tiempo? – Exigí saber y en un movimiento inadvertido le dejé con la espalda sobre el colchón y mi cuerpo sobre el suyo. – ¿Para decir entre él y yo? – No lo lastimaba, ni le gritaba, pero mi voz no dejaba de escucharse impotente ante esta situación, quería asegurar un sitio a su lado a como diera lugar. Tomé sus manos y las aprisione con las mías a la altura de su cabeza. – No quiero… para nada es lo que deseo, pero si no queda de otra, aceptaría ser el segundo… pero no voy a perderte.

 

– No nos hagamos esto James…

 

– No… no me hagas esto tú… – Le exigí. – Me seguiste, me acosaste hasta el cansancio, ahora lo entiendo todo… me coqueteabas, me seducías hasta el punto de que me quitabas la paz y todo este tiempo yo luché en silencio contra todo esto. Intentando ignorarlo, pensando que era tu naturaleza juguetona, que no era por nada en particular. Pero no era así… Tú me metiste en esto y es justo que me devuelvas la paz que me robaste. Paz que nunca existió porque me gustaste desde sabrá dios cuando…pero por lo menos, hazme sentir seguro…

 

– ¿Cómo hago eso…? – Preguntó.

 

– ¡Vuelve a casa! – Respondí.

 

– ¿Me quieres de vuelta o solo no quieres que este con él?

 

– ¡Que frio! – Me quejé y lo solté. Pero no me quité de encima de su cuerpo.

 

– ¡Te amo! – Dijo.

 

– Pero también lo amas a él… ¿no?

 

– No me hagas quedar como el malo del cuento…

 

– Pero lo eres…

 

– James…

 

– Me amas… pero no vas a dejarlo. Lo amas a él, pero también sientes “lo mismo” por mí… ¿Tiene algún sentido todo esto?

 

– Jamás dije que sintiera lo mismo por ambos… – Rebatió.

 

– ¿Entonces lo amas más a él? ¿Es eso…?

 

– ¡No, no es eso!

 

– ¿Entonces que es…? – Pregunté alzando la voz, y definitivamente me aparté de su lado porque estaba perdiendo los estribos. Samko aprovechó mi lejanía para tomar su ropa y comenzar a vestirse. Lo observé sin recato. Era hermoso en todos los sentidos.

 

Cuando estuvo completamente vestido, tomó únicamente sus libros, y dejó la ropa.

 

– Hoy mismo tendrás mi decisión. – Anunció. – ¡Te amo como hombre y como hermano! Odiaría perderte de alguna manera. No tienes idea de todo por lo que he pasado en estos años… lo que he sufrido desde que acepté mis sentimientos hacía a ti. No me arrepiento James, tú eres de lo mejor que me ha pasado en la vida y de sobra sabes que hay muy pocas cosas buenas en mi vida. Pero comprende una sola cosa… – Dijo mientras se acercaba de nuevo a mí. – Esta vez… se trata de mí y de mi felicidad. Viví durante años para ti, amándote en silencio. Y también viví durante años para él, amándolo sin poder ser más que la sombra de alguien que ya no respira. Ahora intento vivir para mí y seré todo lo egoísta que pueda… de la misma manera en la que ustedes lo fueron conmigo. Y no es justo… porque si te elijo a ti, pierdo lo más parecido a un padre que he tenido en la vida. Y si lo elijo a él, pierdo al más preciado de mis hermanos. – Los ojos se le llenaron de lágrimas y de nuevo me sentí culpable… – ¿Por qué siempre tengo que perder yo? ¿Por qué?

 

Mis manos subieron a su rostro y acaricié sus mejillas. Limpiando el rastro húmedo que sus lágrimas habían dejado al descender.

 

– Va a ser muy difícil para mí si lo eliges a él…– Confesé – Pero no por eso dejaré de quererte, ni mucho menos dejaras de ser mi hermano… ¡Lo juro por Deviant y Damián!

 

Samko se aventó a mis brazos y lloró como el niño que aún era. Sabía perfectamente lo que había hecho. Y sin embargo, no me arrepentía. Él tenía tanto derecho como cualquier otro a ser feliz y si de mi dependía asegurar su felicidad, lo haría, aunque la vida misma y el corazón se me fuera en ello. 

Notas finales:

Hola!!

De vuelta con el segundo especial preparados para esta ocasion tan especial.

Voy a dejarles algunos links:

El primero es la entrevista, tal y como había dicho, el aviso se hizo por medio del facebook, pero para quienes aun no la hayan leido, aquí se las dejo.

ENTREVISTA.

Y de nuevo voy a dejarles el de el facebook de la historia, aquí podran ver adelantos, avisos y una que otra imagen de que iremos subiendo.

FACEBOOK.

Erika tercer FELIZ CUMPLEAÑOS adelantado!! tkm <3

Saludos a todos chicos y la siguiente publicacion será el martes. Hasta entonces.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).