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POR UNA NOCHE DE LUNA-KAISOO por Ugly Girl

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Notas del capitulo:

¡Gracias a esas personitas que tomaron un poco de su tiempo para dejar un review! me motivan a continuar adaptando esta historia.

Aquí el quinto capitulo, disfrutenlo.

¡A leer!

Bostezando estiró todo su largo y negro cuerpo felino. Levantando la cabeza busco el sonido que lo había devuelto al reino de los vivos. Los ligeros golpes en la puerta se repitieron, sin esperar respuesta esta  se abrió, dando paso a Kiko, la mujer hermosa de cabello negro.

— Veo que ya se despertó. — Comentó la mujer con una sonrisa que KyungSoo no supo interpretar. — La cena está servida en el comedor. — Con esas palabras dio la vuelta y salió dejando a una boquiabierta pantera. Soo descubrió que sí, definitivamente estaba odiando a esa mujer. Con una sonrisa malicioso se imaginó, entrando en la noche al cuarto de esa estirada, y con una tijera cortarle de un tajo esa larga y lustrosa cabellera negra.

Regresando a su forma humana tomo la única ropa que tenía, la que había traído puesta de su casa, y entro con ella al baño. El lugar constaba de una ducha en la que apenas cabía una persona, el inodoro y un lavado, todo acomodado casi a la fuerza. Definitivamente el cuarto que le habían dado no fue construido para ser una habitación y el baño era muestra de eso; KyungSoo bufo su enfado, al menos no lo habían enviado a dormir a la bodega de las escobas. 

Bajo el agua caliente trato de lavar todo el coraje que le estaba provocando la situación. Su supuesta pareja, ya que era algo que no aceptaba del todo, era un tipo demasiado bien parecido, demasiado engreído y demasiado hijo de puta, en eso podía resumir todas las cosas con respecto a él.

Cuidando de no mojarse el pelo se enjabono y luego se aclaró bajo el agua. Tomando la toalla se fricciono la piel color clara con tanta fuerza que se comenzó a poner de un suave tono carmín. La idea de salir de la habitación y clavarle los colmillos al alfa era algo que le parecía cada vez más tentador. Frente al espejo se acomodó la cabellera.

Sintiendo como si las paredes lo fueran a aplastar salió del cuarto de baño con la toalla atada a la cintura, de mala gana se puso el pantalón de mezclilla azul de tela desgastada y la camiseta verde que hacía juego con sus ojos. No es que cuando eligiera su ropa hubiera buscado algo para alegrarle la vista al hombre, nada de eso, por él podía irse al diablo. Llegar a la conclusión de que no solo lo había acomodado en el cuarto donde el antiguo alfa instalaba a sus putas, sino que también, bien podía ser la bodega de la limpieza, eso ya era demasiado.

Al salir al pasillo noto que la casa estaba muy silenciosa. La luz del día ya se había extinguido hacía una más de una hora, las tenues luces acomodadas de modo estratégico le daban un ambiente acogedor. Sintiéndose como un ladrón camino hasta llegar a la sala de entretenimientos, o así le pareció por la enorme pantalla plana y las consolas de juegos que había. 

La habitación era espaciosa, grandes ventanales daban del piso al techo, cortinas de telas suaves se mecían con la brisa nocturna, los sillones eran mullidos, en la mesita de madera del centro se notaba que muchos habían subido sus pies en ella mientras se relajaban viendo la televisión.  Al observar las esquinas pudo notar los parlantes del equipo de sonido muy bien disimulados con la decoración. Ese lugar debía ser el templo de la relajación masculina.

Acercándose a un enorme mueble de madera, abrió las puertas para encontrar varios juegos de mesa acomodados en sus cajas, al parecer nunca los habían abierto. Curioseando un poco más descubrió otro compartimiento donde estaban los juegos de las consolas. KyungSoo ya le estaba encontrando el gusto a su nueva ubicación, llamar a esa casa, hogar, era ir demasiado lejos.

Soo pasó la mirada por todo el lugar, en realidad estaba más que estupendo, pero la soledad era algo tan tangible que se sentía como si se pudiera despegar de las paredes con un sacudidor; tal vez era que por haber crecido en una casa llena de cachorros de pantera, su padre, su abuela y los que ayudaban con la limpieza, que ahora se sentía abandonado en una casa fantasma. 

Un  delicioso olor a carne orneada le dio un codazo a su sentido del olfato, su estómago gruño en respuesta. Dejando la exploración para otra ocasión decidió ir a buscar el comedor, con suerte la comida sería buena. La sola idea de imaginarse al serio alfa sentando a la mesa esperando que él llegara, después de haberse tomado su tiempo para aparecerse, le hizo esbozar una sonrisa complacida.

Para su total consternación descubrió que en el comedor solo estaba su cena servida y una no muy contenta Kiko esperándolo. La mujer tenía los finos brazos cruzados sobre su vientre plano y una ligera arruga entre sus delineadas cejas. 

  — Veo que el niño se tomó su tiempo. — Protesto Kiko sin importarle que fuera la pareja del Alfa, esto hizo que KyungSoo se preguntara una vez más cuál era la relación entre la mujer alta de cabello largo negro y piel de alabastro, como el líder de la manada. Definitivamente ella no tenía la apariencia de una jovencita, más bien parecía una mujer de unos, muy elegantes y bien conservados, cuarenta años. Tomando en cuenta que era una cambia formas lobo, no podía tener una idea clara de que edad tendría.

— ¿Dónde está mi pareja? — Sin saber porque su instinto lo hizo recalcar lo de “pareja”.

— Pues yo que sepa el alfa no lo ha reclamado. — La mujer le dedico una sonrisa inocente. — Hasta que eso ocurra el señorito no es más que un invitado en la manada y como tal será tratado, por lo tanto no tengo por qué informarle de donde esta JongIn. — Con esas claras palabras la loba salió del comedor, dejando a KyungSoo conteniendo a su pantera todo lo que podía, antes de que esta tomara el control y fuera por la garganta de la perra. 

Respirando profundo llego a contar hasta cincuenta, sentándose en la silla frente a la mesa se dispuso a cenar. Tomo el tenedor y el cuchillo, estaba listo para cortar la carne cuando la duda de si su comida estaba envenenada o no lo asalto. Su abuela le había contado historias acerca de lo que un animal que luchaba por el apareamiento era capaz de hacer. Eso mezclado con una mujer despechada, era para asustar a cualquiera. 

Apartando el plato se negó a comer, lástima que su estómago no fuera tan decidido. Echándole una mirada al comedor le pareció demasiado grande, al igual que el resto de la casa, estaba diseñado en un estilo rústico, la madera dominaba en la decoración, el ventanal era un vitral con motivos de frutas y flores que hacía juego con los colores de la enorme lámpara que colgaba del techo. Jamás pensó extrañar tanto a sus hermanos y a sus majaderías a la hora de la cena. Cerrando los ojos casi pudo oler el perfume de la abuela y escuchar la voz grave de su padre. KyungSoo descubrió que la soledad duele y que su vida de ahora en adelante tendría esto como pauta.

Levantándose KyungSoo  fue a la bodega de las escobas, ya que su dormitorio no era otra cosa. Claro que habría que agregar que era una bodega con piso alfombrado, cortinas de seda y una caja de zapatos por cama, fuera de eso, era una lata de sardinas en la que apenas si podía moverse. 

Metiendo la mano en el bolsillo del pantalón busco su celular, con una mueca recordó que lo habían obligado a dejarlo, aduciendo que su pareja le daría lo que necesitara.

Lástima que no le advirtieron que el muy irresponsable se iba a desaparecer sin dejar nada previsto.

*****

JongIn recorría los bosques patrullando con un grupo de centinelas. Después de la última invasión al territorio de la manada las medidas de seguridad habían sido revisadas. Después de reunirse con los lobos más viejos se hizo evidente que se cometieron muchos descuidos, era un milagro que no pasara nada como eso anteriormente. 

En su posición de alfa marchaba en su forma de lobo delante de TaeMin, el segundo de la manada, tras ellos otros cinco lobos jóvenes que estaban terminando su entrenamiento para ser guerreros, recorrían a marcha forzada todo el límite del territorio.

En dos saltos JongIn se situó en la cima de una roca desde la cual podía ver gran parte de su territorio. Mirando al cielo como un amante en infortunio aulló a la luna ausente. Si su compañero hubiera sido una hembra o al menos otro lobo, este le correspondería con un aullido parecido desde donde quiera que estuviera. La diosa fortuna era una perra caprichosa que lo había emparejado con un gato consentido incapaz de ver más allá de su peluda nariz, y para colmo, tenía que fingir que estaba feliz con eso.

Sin poder disimular su enfado JongIn bajo de la roca y  siguió su patrullaje a marcha forzada, poniendo a jadear a sus acompañantes.

KyungSoo dormía desnudo sobre las mantas, no porque precisamente fuera su deseo, tomando en cuenta que solo tenía una muda de ropa. Abrazando una almohada y con la otra bajo su cabeza por fin había caído en el reino de Morfeo, después de mirar al techo desde las ocho de la noche, no tenía otra opción; sin saber si fue la protesta de su estómago hambriento o el aullido de un lobo en la lejanía lo que lo hizo despertar de golpe, se sentó sintiéndose perdido. Tardó unos segundos en recordar por qué no estaba en su cama ni en su cuarto.

La pantera que vivía en su interior se rebeló, no era un animal muy bueno para aguantar hambre, así que la dejó tomar el control. Con un gruñido gutural la pantera respondió al lobo que aullaba, mostrando los dientes amenazo a la noche, como si esta tuviera la culpa de que su pareja no se dignara a aparecer. 

El animal de un salto bajo de la cama y de otro se paró en la repisa que sobresalía del marco de la ventana. Olfateando los aromas de la noche levanto la cabeza, cuando pareció encontrar lo que buscaba, se dejó caer hasta posar sus patas en el jardín, un piso abajo.

Cuando KyungSoo entendió lo que buscaba su pantera fue demasiado tarde, los instintos habían tomado el control y ya no había nada que pudiera hacer. El animal que más parecía una sombra negra se movió silencioso burlando a dos centinelas que patrullaban la casa del alfa. Apenas sintió la libertad del bosque soltó carrera, desplegando las garras aumento el agarre sobre el suelo húmedo por el rocío. 

El aullido del lobo se detuvo dejando un vacío en la noche, pero la pantera ya tenía la pista del aroma y ahora estaba tras su presa. Levantando la peluda cabeza busco en el aire los rastros frescos. Mostrando los colmillos emitió un sonido apagado, como si simplemente amenazara a los espíritus de la noche para que no se entrometieran en su cacería. 

Para el cachorro de pantera esta era su segunda persecución, en la primera él había sido la presa, ahora el animal quería su revancha, y nada más y nada menos, que con su pareja. Según las pistas el lobo alfa no estaba solo en un principio, pero ahora se había alejado del grupo y corría solo. Punto para la joven pantera.

Usando la hierba alta para ocultarse se arrastró sobre su panza para evitar ser visto por el lobo grande y malo que había aminorado la marcha. La pantera levanto la cabeza para ver por encima de las hojas de un arbusto, buscando el mejor lugar para tenderle una emboscada al chucho.

El tronco de un árbol caído presento la oportunidad, según sus cálculos el lobo pasaría unos metros debajo. Eso permitiría que a pesar de la diferencia de peso y tamaño, lograra apresar a su lobo. La pantera mostro los colmillos en una sonrisa gatuna, relamiéndose se posiciono esperando que pasara el lobo. Agachándose se preparó para la emboscada.

KyungSoo sabía que estaba haciendo mal, que se metería en problemas y que toda aquella cacería tendría un término desafortunado, pero quién le explicaba eso a su parte felina que se negaba a estar sin revolcarse con su pareja.

El lobo caminaba tranquilamente por debajo de donde estaba el tronco, la pantera espero el momento justo cayendo sobre la espalda ancha del can. Para el total horror de KyungSoo, el lobo parecía esperar la emboscada porque en un rápido movimiento esquivo a su atacante saltando a un lado. 

El felino cayó sobre sus patas, sin saber muy bien qué hacer levanto la garra delantera amenazando al animal más grande. Desplegando las garras y mostrando los colmillos, la pantera trato de parecer peligroso.

El lobo gruño mostrando los dientes, si un lobo podía sonreír, ese era el momento justo en que lo estaba haciendo. KyungSoo estaba seguro que había pasado de ser el depredador a la presa.  Erizando los pelos de la espalda se dio cuenta de que simplemente había seguido al lobo y quería clavarle las uñas, pero no tenía una idea clara de que era lo que quería después. 

Levantando la cabeza el felino trato de medir sus posibilidades, estaba en medio de la nada con su pareja que parecía querer su culo. Las cosas se complicaban más por qué la pantera quería mostrarle la pansa al lobo para jugar un rato mientras la parte humana se negaba a darle el gusto al cretino. 

KyungSoo sacudió la peluda cabeza tratando de aclarar su mente, por primera vez sus dos naturalezas estaban divididas, su lado animal quería terminar el apareamiento que había comenzado en una noche de luna, mientras la parte humana se negaba a dejarse llevar sin alguna garantía.

El felino dejo su actitud amenazante y comenzó a caminar hacia atrás sacudiendo la cabeza de un lado a otro. Un dolor en su pecho lo hizo gemir mientras la sangre bajo la suave piel se calentaba hasta un punto doloroso. Trato de mantener los ojos abiertos para prevenir un ataque del lobo, pero fue imposible. El felino luchaba contra la parte humana y esta no se la iba a poner fácil tampoco. Gimiendo se dejó caer de pansa contra el suelo del bosque.

Estaba asustado y no sabía a quién pedir ayuda...

Notas finales:

¿Qué le pasa a Kyung? su pantera quiere hacer algo y el humano se lo niega, ah. Ya, que se entregue a JongIn.

Si quieren doble actualizacion dejen review pequeños saltamontes <3


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