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Slaughter Boxing Club por Iratxe

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Notas del capitulo:

Buenos días a todos, sí ya sé que ha pasado muchísimo tiempo desde la última actualización pero amor yaoi lleva como una semana sin dejarme subir elputocapitulo y aquí estamos por fiiiin :DDDDDDD

 

Adelante, a leer

Cuando el plazo de validez de mi “tarjeta azul” llegó a su fin, ni siquiera yo podía creerme que hubieran pasado tres meses y siguiera yendo al gimnasio. Mi forma física había mejorado notablemente en ese tiempo, y si bien no tenía unos abdominales de acero para salir en televisión, había perdido algo de peso y mis piernas se notaban realmente duras -y también mi culo, cosa que Kuina me hizo notar varias veces-. Así que después de una charla con mi querida amiga de recepción me decidí no solo a renovar mi inscripción por otros tres meses, sino a escoger un planning en el que un entrenador me ayudaría a crear una rutina de ejercicios personalizada. Qué cosas, ¿verdad? Al Subaru de hace tres meses ni se le hubiera pasado por la cabeza hacer ejercicio a solas con alguien que tuviera que observarme, qué vergüenza. Una de mis compañeras de zumba me contó que ella tenía una entrenadora también en el gimnasio, y que era genial, así que esperaba que me tocara alguien amable también: lo único que me preocupaba era encontrarme con un tipo que me llamara “machote” y cuestionara mi masculinidad en base a cuántas flexiones podía hacer y cuántas mujeres podría meter en mi cama cuando adelgazara del todo.



Yo no funciono a gritos, soy lo masculino que me de la gana y me gustan las pollas, muchas gracias.



–Oh, tú debes ser Subaru.–me recibieron en la entrada a primera hora



–...–



Lo que no me esperaba era encontrarme a un chico tan guapo. Más alto que yo, con el pelo teñido de un color caramelo, un piercing en el labio y la cara tan redonda que quería estirar de sus mejillas.



–Soy Kazuki, mucho gusto, yo seré tu entrenador.–



–...encantado.–le estreché la mano, y su amplia sonrisa iluminó el gimnasio entero



Guau.



**

Anis me había acompañado durante todo el día del combate, como era habitual para los entrenadores, y había hecho esfuerzos titánicos por entablar conversación conmigo, pero yo había aprovechado la presencia de mis compañeros de club para ignorarlo completamente.



–¿Qué, nervioso?–sin embargo, estando ya a solas en el vestuario no podía librarme de él



–En lo absoluto.–le contesté mientras terminaba de vestirme, hoy me había acordado de ponerme ropa interior decente



–Buena suerte.–



–No me hace falta.–



–Lo que te hace falta es obedecerme cuando te grite que hagas algo.–me advirtió



–No voy a estar como para escucharte. Me concentro mucho cuando peleo, no existe nada más a mi alrededor, lo siento.–



–Pues gritaré más fuerte~–lo dijo con un tono raro



–...–



–Qué malpensado eres.–



–¡Cállate! Tengo que salir.–me preparé mentalmente



–Ganarás.–



Odio admitir que tuvo razón. No solo gané, sino que lo hice gracias a él, aunque eso sí que no voy a decírselo. Todos y cada uno de sus consejos, aplicados al combate, funcionaban. Me temblaba el culo solo de imaginar cómo hubiera sido pelear contra él en sus buenos tiempos. Me declararon vencedor en el segundo asalto, y el público enloqueció. Miré a Anis cuando mi mano aún estaba alzada por el árbitro, y por primera vez ambos compartimos una sonrisa.



Y también un abrazo cuando bajé del ring.



–¡¿Has visto eso?! ¡Le he partido la puta cara!–estaba eufórico



–Lo has hecho genial.–me echó el pelo hacia atrás para que los mechones no me molestaran



Todos mis compañeros se acercaron para felicitarme, y los abracé con la misma efusividad.



–Bueno, tendré que invitar a beber a la tropa.–nuestro entrenador nos lo ofreció



Sí, he dicho entrenador. Ha subido ese escalón. El de colega se lo entregamos si me gana al juego de beber esta noche. Me puse guapo en el vestuario después de la ducha y salimos todos del edificio, vacilé un poco con un par de chicas que se acercaron a felicitarme y me disponía a irme con mis compañeros cuando me llevé una pequeña sorpresa.



–Felicidades.–



Me di la vuelta.



–¡Shinya!–lo abracé–¡Pero si me habías dicho que tenías un proyecto para mañana!–



–¿De verdad crees que dejo las cosas para el último día? Lo terminé hace una semana.–



–Eres el mejor.–casi le planto un beso en la boca



–¿Quieres que vayamos a tomar algo?–



–Iba a ir con los del equipo.–



–...ah.–



–¡Pero vente si quieres!–



–No gracias.–



–Bueno entonces te veo mañana.–



En aquel momento ni siquiera me di cuenta, pero Shinya realmente se sintió dolido porque le dejara tirado por mis compañeros. Y aquella fue solo la primera gota para desbordar un vaso llamado paciencia, tan pequeñito como el mismo Shinya.



Oh dios, voy a ir al infierno.



**

Aquel primer día Kazuki y yo tuvimos una entrevista sentados frente a los ventanales de una de las salas de máquinas; hablamos de qué quería conseguir, cuales eran mis objetivos y cómo los cumpliríamos. Me inspiró confianza la forma en la que se tomaba su trabajo; le hablé de las inseguridades que había tenido con mi peso a lo largo del tiempo, supongo que me abrí un poco a él, y fue realmente bueno conmigo, me dijo que su objetivo sería que me sintiera bien conmigo mismo, llegáramos al peso al que llegáramos.



–Bueno pues, no vamos a perder el tiempo.–nos levantamos–¡Vamos allá!–me acompañó a una de las máquinas para comenzar el entrenamiento



Me enseñó a usar aquellos aparatos y me explicó con detalle qué músculos activaba cada ejercicio, parecía que realmente le gustaba su trabajo, y yo estaba encantado de tener un entrenador comprensivo y que no me gritaba lo mal que lo hacía y lo poco hombre que era para “intentar motivarme”.



–¡Venga solo un minuto más, ya no queda nada!–me animó mientras hacía el último ejercicio–¡Uno dos uno dos lo estás haciendo genial vamos dale con todas tus fuerzas!–me observaba a mí y a su cronómetro de forma alterna–¡Y....tiempo!–me detuve, intentando recobrar el aliento–Muy bien muy bien, respira despacio.–su mano en mi hombro–Vamos a estirar un poco para relajar los músculos y a la ducha.–me trajo una esterilla, y me tumbé sobre ella como si hubiera corrido una maratón–El primer día es lo peor.–se rió–Está bien.–se sentó a mi lado–A ver, flexiona...–tomó mi pierna para llevarla hacia mi estómago lentamente



–...–me sentía un poco incómodo tan sudado tumbado en el suelo y con un chico guapo tocándome



–¿Te hago daño?–me preguntó, preocupado



–N..no no...–le contesté con voz de atontado, e hizo lo mismo con mi otra pierna



¡Subaru, por dios, céntrate! ¡Estirar los músculos no la polla! Bueno qué polla ni qué pollo que tienes novio y seguro que este tío novia, mírale la cara de penetrador que tiene.



–Muy bien...–me soltó–Ahora estírate bien, estira todos y cada uno de tus músculos...–le hice caso–Más fuerte más fuerte...y relaja...–solté la tensión–Eso es...–



Su voz. Era. Erótica.



Por qué.



En qué estaba pensando.



**



Anis nos llevó a un local muy amplio, con espectáculos de acrobacias y jarras de cerveza enormes. Nos sentamos todos alrededor de una mesa y pedí una jarra a medias con Yuusei. Para empezar. Las actuaciones eran increíbles, y el alcohol no paraba de llegar.



–Joder, para ser nuevo conoces sitios muy raros...–le halagué sin hacerlo, mitad porque quería mitad porque ya notaba los efectos de la cerveza y el vino que le había quitado personalmente a mi entrenador, ya que era el único que lo estaba bebiendo

 

–En seguida empezará el espectáculo estrella.–



–¿Cuál?–me apoyé en su hombro para quitarle la copa



–Mira.–me señaló al escenario



Durante los siguientes minutos un hombre musculoso realizó una exhibición en la que se “tragaba” todo tipo de armas, desde pequeñas dagas hasta una gran katana.



–Ojalá una novia así.–murmuró alguien



–O un novio.–replicó Anis, y me miró, aún apoyado en su hombro



–¿Mm?–



–Qué mono estás así.–



–Pues no voy a ser tu novio.–le contesté, con las mejillas ya teñidas por la borrachera y la cabeza dando vueltas alrededor de otros mundos



–No hace falta.–y de un momento a otro me besó



Me besó y me encontré a mí mismo correspondiéndole delante de todos mis compañeros. Ni siquiera estaba pensando en quién era él o quién era yo, solo en que había una pequeña y borracha parte de mí a la que le apetecía divertirse.



Me cago en esa parte.



**

 

Llegué a casa justo a tiempo para la comida y un par de besos rápidos con Kuina antes de salir a hacer el turno de tarde en la tienda juntos.



–¿Qué tal con tu entrenadora? ¿Cómo es? No me has dicho nada.–



–Es entrenador.–



–¿De estos hinchados todo músculo que parecen un croissant?–



–Mm...no, más bien normalito.–la verdad no había pensado mucho en cómo de musculado estaría debajo de su camiseta de manga corta



–¿Joven?–



–Sí.–



–¿Y guapo?–



–También.–



–¿Intentas ponerme celoso?–su brazo por mis hombros



–No, de verdad era guapo. Kazuki se llama.–



–Mierda, tiene nombre de guapo.–



–¿Verdad?–



–Mm. ¿Y ha ido bien el entrenamiento?–



–Sí pero joder me sentía incómodo.–



–¿Por qué?–



–¡Porque era guapo y me miraba!–



–Es normal yo también te miro así.–



–Pero tú eres el único que lo ha hecho...es raro que lo haga alguien más...–



Realmente no había asumido eso. ¿Ahora resultaba atractivo a la gente? Sí que había notado más atención femenina hacia mí...pero como eso me daba igual no le había dado importancia. Un chico que no era mi novio...interesado en mí... ¡Volvemos a lo mismo que Kazuki tiene pinta de hetero!



–Bueno, eres muy guapo, igual le gustas.–



–Yo creo que tiene novia.–



–Mejor aún.–



–Oh sí que estás celoso.–



–No, pero no me gusta que incomoden a mi novio.–abrió la puerta de la tienda–Pasa.–



–Mañana le pregunto si sale con alguien.–



–¡Entonces sí se va a pensar que ligas con él!–



–¡Pero no lo hago!–



–Bueno tú dile que tienes un novio muy... ¿alto?–nos reímos ambos–Estoy yo como para pegarme con nadie.–



–Bueno igual no eres el más fuerte...–me fui acercando a él–...pero eres guapo. Y sexy. Vestido...y desnudo.–lo besé apoyándolo en el mostrador, y me puse de puntillas para poder hacerlo más cómodamente



No había forma ni razón por la que fuera a ligar con Kazuki teniendo a una persona como él a mi lado.



**



A pesar de lo que había ocurrido la noche anterior no quise desanimarme. Sí, había ido a ver a Aki y no había podido hablar con él más que cinco minutos. Sí, había hecho una reserva para cenar los dos y celebrarlo con su vino favorito y él se había ido con sus amigos quién sabe a qué local de poca monta. Pero no pasaba absolutamente nada, me tenía que mantener sereno, yo era el listo, ¿no? No podía enfadarme por tonterías. Así que después de entregar mi proyecto y trabajar como un hombre adulto fui a buscar a mi estúpido amigo al gimnasio. Quizá podríamos vernos un rato a la hora de comer antes de que empezara su entrenamiento diario. Bajé hasta su club para esperarlo allí -yo como si fuera mi casa- y Yuusei me recibió.



–¿Shinya? ¿Qué haces aquí?–



–Esperaré a Aki.–me quedé mirando alrededor en busca de su figura, y me percaté rápidamente de que Anis tampoco estaba



–Ah sí, ahora vendrá a bajar sus cosas y se irá a comer.–



–Ya, ya lo sé.–



–Aunque igual tarda un poco después de lo de anoche.–se rió



–¿Bebió mucho?–no me interesaba que me contara lo bien que se lo habían pasado sin mí pero traté de ser educado de todas formas



–Y triunfó.–



–¿Mm?–alcé una ceja



–Bueno...Anis tampoco ha venido aún~–



–¿Perdón?–



–¿No te lo ha dicho Aki? Se liaron ayer y se fueron juntos a casa.–



–... No, no me lo había dicho.–



¿Perdón? ¿Después de todo lo que me había dicho sobre él hacían las paces y se liaban? ¿Así de fácil? ¿Qué edad tenemos? Aki debía ser imbécil. O estar muy necesitado. Y teniendo en cuenta su idilio con aquella exótica muchacha dudaba mucho de la segunda opción.



Imbécil.



–Igual se gustan.–



–No lo hacen.–



–¿Cómo lo sabes?–



–Porque conozco a Aki.–



–Bueno, quizá no quería que tú lo vieras... ¡Ah! ¡No le digas que te lo he dicho yo!–se hizo el inocente



–Claro.–me dejó solo



No sabía si creerme o no lo que me acababa de contar; Yuusei llevaba detrás de Aki tanto o más que yo. Boom, noticiario semanal, Shinya el amigo nerd enamorado del boxeador malote. Sí, estas cosas pasan, pero yo no hago dramas, sé que no le gusto más que como amigo. Me conformo con pasar tiempo con él, pero resulta que tiene la cabeza muy dura y no ve cuánto aprecio su compañía.



Quizá debería pasar de esto y subir a la parte de spa a que me den un masaje para relajarme.



Notas finales:

y hasta aquí, espero que os haya gustado y........bueno...pasaran....muchas cosas....

 

hasta donde habrán llegado aki y anis? hagan sus apuestas


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