Capítulo I: La reintegración de la luna. Un nuevo comienzo.
Tras varios meses de arduo trabajo e incesante papeleo, la residencia de la luna se encontraba próxima a su reapertura y por fin, luego de un año, casi todos sus alumnos podrían volver a incorporarse a sus clases.
-¡Hija! - Chilló el director al ver a su adorada hija adoptiva salir de la lujosa limusina acompañada por su hermano y prometido Kaname Kuran.
La chica portaba el uniforme blanco característico de los alumnos de la clase nocturna mientras su acompañante portaba ropa casual, pues si bien las clases nocturnas habían sido abruptamente interrumpido por su pseudo guerra contra Rido Kuran,(1) la información pública dictaba que la clase había sido trasladada temporalmente, hasta que los daños realizados por el animal salvaje, que había atacado la academia, fuesen reparados. Y que estos habían finalizado su año escolar satisfactoriamente, por lo que Kaname, junto a otros estudiantes, se habían graduado satisfactoriamente de la academia, razón por la que al castaño ya no se le permitía portar el uniforme, aunque eso no le impedía merodear por la academia a sus anchas.
-Director – Saludo como usualmente lo hacía, evitando llamarlo padre como el rubio tanto pedía. Y es que Cross aun no conocía a la nueva Yuki. Su amada hija había cambiado desde que el despertar de su sangre se hiciese presente. Su personalidad infantil e ingenua que rayaba en lo torpe ahora tenía leves matices fríos y calculadores que salían a flote cuando necesitaba. Cuando debía portar orgullosa el apellido Kuran.
- Kaname, un gusto que nos acompañes, aunque ya no eres un alumno, las puertas de mi academia siempre estarán abiertas para ti. -
- Muchas gracias director, no dudo que dejo a mi amada Yuki en buenas manos - fue su cortes respuesta. - Profesor Yagari como siempre, un gusto verle. -
- Kuran - Respondió el azabache con desprecio, pues no tenía problema alguno en hacerle saber lo mucho que le molestaba su presencia.
- ¿Y Kiryu? Pensé que habría tenido la decencia de venir a saludar, es más, bajo su condición de prefecto debería de seguir el protocolo y dignarse a saludar a la nueva presidenta de la clase nocturna. (2) - Fue el contrataque de Kuran, pues sabía que no había otra cosa que alterase más al cazador que hablar en contra de su, aunque en menor medida que Cross, autoproclamado hijo.
- Zero... - sus palabras habían quedado interrumpidas por el repentino y desesperado grito del director. -
- ¡Zero! ¡Mi hijo! O por dios Kaname esto es horrible mi hijo, mi amado hijo - había gritado en exceso dramático Cross mientras se lanzaba a abrazar a Yuki quien no entendía lo que sucedía e intentaba calmarle para que pudiese explicarse, pues todo aquello que concernía a Zero era de su interés. - ¡Mi amado hijo ha desaparecido! Hace más de 3 semanas que desapareció y no he sabido nada de él- Se explicó mientras apretujaba a la castaña, que había quedado atrapada en su melodrama, hasta el borde de la asfixia.
- Con que desaparecido ¿cuándo fue la última vez que supo algo de Kiryu? – Indagó Kaname mientras con cuidado intentaba apartar al director de su prometida sin éxito alguno.
- Pues ya han pasado 26 días. La última vez que le vi fue mientras cenábamos, a la mañana siguiente había desaparecido –
Eso era extraño, el que Kiryu desapareciese de la nada no estaba en sus planes, de hecho, el muchacho no estaba en sus planes de todas maneras pues esperaba que para estas alturas ya estuviese muerto, sin embargo, el hecho de que hubiese desaparecido de la nada no le había sentado bien, estaba de alguna manera, bizarra manera, acostumbrado a sus insultos y desprecios, tanto así que en el año en que no le había visto había llegado a extrañarle. Anhelaba a alguien capaz de encararle tal como el muchacho lo hacía, aunque considerando su condición de sangre pura eso era realmente algo difícil de encontrar. Como extrañaba el tener un poco de diversión a costas del peli plata.
Por su parte Yuki había comenzado a hiperventilar en su cabeza, pues realmente su cuerpo no demostraba más que una ligera preocupación y comprensión con el director, ya no estaba en condiciones de montar un escándalo como solía hacer, ahora tenía una imagen que mantener, aunque esa imagen no servía de nada si Zero no se encontraba con ella.
Por otro lado, Yagari había encendido un cigarrillo tranquilamente mientras dejaba al ex cazador montar su show a sus anchas. El azabache disfrutaba de ver la cara, ahora azulada, de la castaña, pero ese tipo de diversión es corta y la interrogante mirada de Kuran, quien se había dado cuenta que él no se encontraba para nada preocupado, por lo que era evidente que no todo sucedía como Cross lo había planteado, le invitaba a hablar.
-Zero ha partido en una misión de rastreo y exterminación a Europa hace 26 días, ese tipo de misiones suelen ser bastante largas- aclaro el cazador y los otros 3 le miraron expectantes de alguna respuesta más extensa.
- ¿Cómo que en una misión? mi hijo no dijo nada de eso, como buen padre que soy lo recordaría - Alegó Cross en su forma chibi mientras le daba pequeños golpes a Toga quien de un modo no intencional y siguiendo la lógica del rubio, le había llamado mal padre.
- Lo hizo el día de la dichosa película esa en la que no dejabas de chillar- Aclaro el cazador poniendo mala cara al recordar dichoso acontecimiento.
(3) - Pero es que Noah le amaba profundamente. Él siempre lo hizo, jamás dejo de hacerlo - se defendió con lágrimas en los ojos. - Puedes creer que todos los días al llegar la noche leía a Allie una historia de amor-
- Y pensar que esos jóvenes resultaron ser ellos -habló Yuki también con lágrimas en los ojos pues las historias de amor eran su debilidad y aunque tratase, 10 años de conducta impulsiva eran difíciles de suprimir y aún tenía sus desplantes.
- Y él todas las noches se la contaba - Dijo Cross tomando las manos de la castaña.
-Y ella le recordaba por unos momentos - Siguió Yuki con el melodrama ya montado y la situación de Zero olvidada.
- Kaname, si yo enfermara y perdiera mi memoria ¿Me recordarías cada noche nuestra historia hasta que muriésemos juntos como prueba de nuestro amor? -
(4) - deberías enamorarla todas las mañanas como Henry lo hacía con Lucy- Le siguió Cross quien ya había cambiado de película.
(5)- Y si yo saltara ¿Saltarías conmigo? - Continuo Yuki con otra película, aunque Kaname no entendía referencia alguna y cada vez se sentía más y más acorralado, él amaba a Yuki o debía amarla pues así estaba impuesto por sus padres y, al haberles arrebatado a su hijo de forma indirecta junto a Rido, cumplir su único deseo no suponía gran sacrificio, aunque no se veía a sí mismo contando cuentos o saltando a algún lugar.
(6) - Y si supieses que morirás le dejarías cartas para ser enviadas todas con un mismo posdata-
(7) - Y no permitirías que nuestra relación se degradase a lo largo de los años como en Blue Valentine-
- ¿Blue Valentine? - Pregunto el castaño que estaba totalmente fuera de lugar en cuanto a películas en general y en especial de romance se trataba.
-“Siempre se hace daño a quien se quiere. A quien no deberías hacer daño. Siempre se coge la rosa más dulce y se aplasta hasta que se caen los pétalos. Siempre se rompen los corazones más amables con una palabra apresurada que ni siquiera puedes recordar. Y si rompí tu corazón ayer por la noche es porque te quiero más que a nada. ”- Dijo una voz ajena a los melodramáticos.
- ¿Ahora eres fan de las películas latosas? ¿Qué ha sido eso? - Cuestiono Yagari a su hijo y alumno.
-Cuantas veces crees que estos dos me han hecho ver esas películas, tenía que aprenderme unas cuantas frases. Aunque de todas esas esta es mi favorita, supongo que tengo predilección por los finales trágicos y desgarradores. Aunque no volvería a ver Hachiko otra vez, una persona me vale, pero un perro… - Dejo inconcluso el joven que se veía extrañamente alegre, no se atrevería a decir feliz, pero en definitiva más animoso que su manera de ser normal.
- ¡Hachiko! - habían gritado la pareja del drama que habían detenido su intento de brincarle encima al peli plata para llorar por aquel perrito y la pérdida de su amo.
- ¡Zero! Como te atreves a irte de casa sin avisar jovencito, acaso sabes lo preocupado que estaba, por poco llamo al FBI, a la Interpol, a Superman a quien quiera que se haga cargo de los detectives de Japón - Cambio de tema el director, quien como siempre, era impredecible en sus cambios de humor y en las chorradas que soltaba cuando sus hijos estaban cerca.
- O acaso has encontrado a alguien y te has fugado, ¡pero que emoción, mi hijo enamorado! -canturreo mientras daba vueltas y todos los demás le miraban con una ceja alzada. - Espero que hayas usado protección- hablo con voz firme como la que solía usar cuando era cazador - Aunque no me importaría tener nietos, Yagari debemos de ir a comprarles sus cunas- Hablo mientras volvía a dar vueltas.
- A ti lo que te digo te entra por un oído y sale por el otro ¿Verdad? ¿Y por qué hablas en plural sobre tu imaginario nieto? - Cuestiono Yagari ya acostumbrado a tales estupideces.
- Pues quiero al menos 5 o 6 nietos - Aclaro con un puchero.
- Pues que te los de la sanguijuela- Dijo despectivo el cazador mientras apartaba a su hijo del maniático aquel, él no estaba preparado para dejar a su hijo ir con cualquier mujerzuela que quisiera aprovecharse de él y mucho menos para ser abuelo. Sin siquiera darse cuenta Toga tenía un instinto de sobre protección hacia su hijo que daba miedo, y en ocasiones, como su alumno Kaito había tenido la desdicha de vivir en carne propia, bordeaba lo demente. El pobre muchacho no volvería a mirar el trasero del peli plata en su vida, al menos no mientras su profesor estuviese presente, aunque después de eso el hombre parecía no dejarle a solas con Zero.
- Mi hija no puede hacer eso aún, no hasta que cumpla la mayoría de edad y como toda dama digna de respecto y tras haber permanecido virgen, se case - Dijo con una impecable sonrisa mientras se acercaba a Kaname - Por qué sabes lo que sucederá si no es de esa manera verdad Kaname - Continuó con su sonrisa solo que esta vez quien sabe de dónde había sacado su katana y miraba la entrepierna del castaño, quien había tenido el impulso de tragar, pero sin hacerlo realmente.
Cross también podía llegar a ser en extremo sobreprotector y aterrador cuando se lo proponía, y es que el que siendo hombre te amenazaran con una katana con cortarte a tu amiguito asustaba a cualquiera.
- Por supuesto director -Habló formal - Puedo asegurarle que la castidad de mi amada se verá intacta hasta el día que nos casemos, tal como dicta las normas morales - Respondió elegante como siempre.
- Que aburrido - Hablo Zero por lo bajo en alusión a su evidente declinación por el sexo pues el castaño parecía realmente convencido de esas palabras al menos para con Yuki. (8)
Kaname frunció un poco el ceño y le observo, hubiese reclamado algo de no ser por el pequeño regocijo que le había invadido, realmente extrañaba aquella actitud desafiante del menor.
- No desvíes el tema jovencito, quiero que te expliques - Hablo el director con una sandalia en la mano sacada de algún lugar misterioso y dispuesto a golpearle como toda una madre que encuentra a su hijo entrado a hurtadillas a las 3 a. m.
Zero pestañeó un par de veces mientras le miraba, si bien estaba acostumbrado a tanta chorrada junta, de vez en cuando el director lograba sorprenderle, pero el día de hoy se encontraba de tan buen humor que en lugar de soltarle su habitual golpe se había limitado a contestarle.
- Te le dije la noche antes de irme, pero al perecer fui olímpicamente ignorado, tenía una misión de rastreo en Europa y ha sido bastante extensa, ahora si ya no tienes más estupideces que soltar iré a tomar un baño y luego a dormir. - Todos los presentes le miraron sorprendidos. - ¿Qué? - Cuestiono ajeno al tema que causaba tanta sorpresa en los otros.
- Pues... - Comenzó a explicar la castaña, pero se vio interrumpido por el sonido de un celular.
- ¿Ahora qué? - Fue la frase con la que el peli plata reemplazó al clásico aló.
- Pero que gran saludo, yo también te extrañe - Le reclamó en broma la persona al otro lado del teléfono.
-Que quieres, ya es suficiente que me hicieras comprar esta porquería para que ahora me hagas contestar por cualquier estupidez que cruza tu mente- Zero intentaba sonar molesto, pero no lo conseguía, cansado sí, pero de molesto no tenía ni un pelo.
¿Quién era esa persona capaz de librarse de ser una molestia para el cazador?
Se preguntaban los hermanos Kuran. Pues era bien sabido que se podrían contar con los dedos de una mano las cosas que no molestaban al cazador. Los castaños no conocían a esa afortunada persona, pero ya podían asegurar que le odiaban con todo su ser
- Pues que veas que no es una estupidez, solo quería asegurarme de que comieras algo, en tu mensaje solo has puesto que te ducharías y a dormir, no puedes hacer solo eso con lo temprano que es-
- Tienes idea - Hablo conteniendo el enojo- ¡De que pinche hora es!- Muy bien al parecer esa persona no se libraba del todo del enojo del cazador, pero al menos le toleraba más que al resto.
- ¿Faltando para las 4 de la tarde? - Dijo ya no tan seguro, aunque estuviese viendo el reloj.
El joven cazador quiso soltarle todos los insultos que conocía y por qué no, un par de tiros, pero dado que eso solo alargaría su charla se decidió por la opción más corta, explicarle. O al menos esperaba que fuese esa la más corta.
- Sabes, entre Japón e Inglaterra hay como 9 horas de diferencia y acá pronto serán las 1 A.M. -
- Ah, pero mira que maravillo es el mundo en que vivimos - Le había soltado en tono jovial.
- Te mato- Respondió enojado el peli plata.
- Vamos, reconoce que al menos llamaba por una buena causa, solo me preocupaba por ti. -Persuadió efectivamente.
silencio del otro lado de la línea.
- Al menos promete que desayunaras mañana tienes que mejorar tu alimentación - Le dijo con cierto deje de preocupación.
- No quiero oír eso de la persona que sobrevive en base a pizza y sundae de fresa- Se defendió, como odiaba que se metiesen con la cantidad de comida que consumía, al final del día seguía siendo una sanguijuela que solo necesitaba de un poco de sangre para sobrevivir.
- Sabes que a mí no me afecta, aunque no tengo problemas en cambiar mi dieta si cocinas para mí -
- Que te den- Fue su respuesta
- Pues si tú eres quien me da... - Dejo la frase incompleta a sabiendas que eso solo enojaría más al joven cazador. Como adoraba meterse con él, se le hacía tan adorable, tanto como su inquilino, aunque de una forma totalmente diferente, él no veía a Zero como un niño como le pasaba con el otro muchacho. Con Zero le gustaría tener la clase de discusión que termina en una noche de delicioso sexo salvaje.
-Piérdete- Respondió el joven restándole importancia a aquella proposición media en broma media verdad, con esa persona nunca podía estar del todo seguro.
- Hey prométemelo sí - Le dijo con cariño reflejado en su voz- O acaso mi ausencia te ha quitado el apetito- Le soltó después con su tono de yo soy el mejor del mundo y lo sabes.
- Si con eso dejas de joder entonces sí, te lo prometo-Definitivamente estaba cansado por lo que opto por ignorar los desvaríos provenientes del otro lado de la línea y es que entre su interlocutor y Cross estaban haciendo que su preciado descanso fuese un sueño cada vez más lejano.
- Pero debes cumplir tu promesa nada de engañarme de acuerdo - Exigió confiado que el chico no le mandaría a freír espárragos.
- ¡Bien prometo enviarte una jodida foto de mi desayuno si con eso me dejas dormir de una puta vez, pero no esperes que salga en ella, y no quiero saber más del asunto! – Estalló Zero.
-Pero yo te envié una foto mia, sin camisa para tu deleite, deberías enviarme una igual dulzura –
- Yo no la pedí, y como vuelvas a llamarme de esa forma te pateare las pelotas ahora cuelga el maldito teléfono y déjame dormir. -
- Y por qué no cuelgas tu Kiryu- interrumpió Kuran harto de escuchar a Zero llevarse bien con alguien y más si aquella conversación que escuchaba gracias a su agudizado oído era con otro hombre y hablaba sobre enviarse fotografías subidas de tono.
- Si lo hago me volverá a llamar hasta terminar de hablar de lo que sea que quiera hablar- respondió el menor. Estaba lo suficientemente cansado como para no importarle el tratar o no con desprecio a Kaname y eso significaba estar más que agotado.
-Está bien esperaré tu foto, hasta mañana, que descanses, aunque insisto en que deberías salir en la foto, voy a colgar... -
- ¡Aguarda! - Le detuvo Zero.
- Sabía que no podías vivir sin mí- soltó el otro en un tono mezcla de orgullo y burla.
- Sí como sea, atrévete a llamar otra vez antes de las 9 de la mañana que serían las 12 de la noche allá, y te juro que arrojo el móvil al lago-
- Zero, el móvil es último modelo, por supuesto que es aprueba de agua- habló condescendiente.
- Le daré un tiro y de paso uno a ti por no dejar de joder ahora cuelga- respondió fastidiado.
- Muy bien hasta las 12 entonces -
- No te dije eso para que...- Demasiado tarde su interlocutor ya había colgado. Suspiró desganado, adiós a la ducha, ahora solo quería arrojarse a su cama sin siquiera molestarse en cambiar su ropa, estaba claro que recibiría una llamada apenas el reloj marcara las 9, maldijo el momento en el que accedió a comprar un celular.
Todos los presentes le miraban fijo y comenzaban a irritarlo, su buen humor se había largado hace unos minutos.
- ¿Y ahora qué? - Cuestiono enfadado
- ¿Desde cuándo tienes celular? -
- ¿Quién era esa persona? -
- ¿Sabes hablar inglés? -
Le cuestionaron Yagari, Cross y Yuki respectivamente pues sería extraño que Kaname preguntase por algo relacionado con la vida personal del cazador. Además de que la pregunta que rondaba por su mente había sido hecha por el rubio.
- Lo compre en Europa, ¿Quién eres, mi madre? no te incumbe quien me llame y que tú seas un asco en inglés no significa que el resto lo sea - Respondió directo y preciso para luego largarse de la entrada de la casa del director para dirigirse a su habitación junto a los demás alumnos.
Mientras, el resto de los presentes luego de verle partir se habían dignado a entrar por fin a la casa del director, pues desde que habían llegado y el melodrama con la supuesta desaparición había comenzado, que se hallaban frente a la entrada de la casa. Ya mañana aclararían más las cosas, ahora pronto serían las 2 de la madrugada y lo mejor sería dormir.
En la habitación de Zero este se encontraba dando vueltas por la cama mientras maldecía a diestro y siniestro y es que nada más poner su cabeza en la almohada el sueño le había abandonado y el insomnio había acudido. Finalmente quedo recostado de espaldas observando el techo y analizando todo lo sucedido en Europa durante las últimas 3 semanas.
-En serio eres un idiota Dante- dijo con una sonrisa antes de caer dormido al fin, pensando en que quizás y solo quizás no le molestaría recibir la llamada que en unas horas sabría tendría.