Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El hermano de mi amiga. por Mc-19051

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Gracias por leer<3

[Narra Arturo]


— ¡Masddtlav! — Ryan se me lanzó encima para darme un asfixiante abrazo. — Me preocupé mucho por ti al ver como el indio feo te secuestraba en el parque ¿Te hizo daño? ¿Dañó tu belleza?


—No y suéltame de una buena vez. — Espeté molesto; este chico llevaba un mes tratándome y no terminaba de comprender que no me gustaban los abrazos y muchísimo menos los que daba él; parecía estar enfrascado en asfixiar a alguien en cualquier momento gracias a sus ''abrazos''. — Además ¿Quién te dijo a ti que Oscar me secuestró?


— ¿Oscar? — Me miró confundido; suspiré en desesperación.


—El indio feo.


—Ah...— Se rascó la nuca. — De haberlo dicho antes; fue intuición de mejor amigo a mejor amigo; además de que ¿Has visto su cara? Parece un violador. Un indio violador muy feo.


Era un momento serio pero las caras que ponía Oscar de fondo eran simplemente majestuosas y no reírse sería un pecado. Adicional estaba el hecho de que tenía un tic nervioso.


—Muy bien; el pavo real feo tiene que irse. — Interrumpió Oscar al ver mis obvias intenciones de reírme. — Muy bien; abre tus feas alas y vuela. Ve, eres libre; vuela lo más lejos que puedas. — Comentaba mientras jalaba a Ryan y se lo llevaba a la salida.


— ¡Momento! — Chilló. — No me iré de aquí sin mi Masddtlav; así que relaja tus flechas, indio.


— ¡No soy ningún maldito indio!


— ¡Si lo eres! ¡Y quieres violar a mi Masddtlav!


Estos dos son igual de retrasados por lo visto y apuesto a que seguirán peleando por largo rato; insultándose mutuamente.


— ¡Ave fea!


— ¡Indio horrendo!


— ¡Raquítico!


— ¡Violador! — Y Oscar mágicamente guardó silencio; parecía estar pensando en algo y luego sonrió.


—Yo seré un violador pero al menos tengo amigos reales. — Y Ryan también guardó silencio; mirando sorprendido a Oscar, yo miré a ambos de manera curiosa; que yo recuerde, no le había comentado nada a Oscar sobre la falta de amigos que tenía Ryan; cosa que daba un poco de miedo ya que sus otros ''amigos'' eran sus peluches y el único ser realmente vivo al que había llamado amigo; era yo.


Pero; teniendo eso en mente, Oscar quizá no lo había dicho en el sentido de que conocía esa cualidad de Ryan, sino que lo había dicho ya que sabía que él era ridículamente rico y por única respuesta, él calló y se fue a paso deprisa al sofá de la sala.


Oscar me miró enarcando una ceja a lo que yo simplemente me arqueé de hombros. — Déjalo solo; se aburrirá a la hora.


[...]


Dos horas habían pasado y Ryan seguía enfrascado en quedarse allí y Oscar estaba con unas inmensas ganas de agarrar un palo y sacarlo a golpes de su casa; entendía su incomodidad pero tampoco había que irse a tan extremos /y ridículos/ niveles.


Él y yo ya habíamos desayunado mientras que el rubio anoréxico del sofá se negó rotundamente a hacerlo ya que ''no aceptaba comida hecha por violadores''. Al final me ganó la lastima y me senté a su lado.


—Tienes un grano. —Comentó. — Deberíamos ir a un spa para que te lo quiten y te limpien la piel; no permitiré que mi Masddtlav tenga horrendos granos arruinándole su fabulosidad.


—Ryan; sigo siendo un adolescente, es normal que me salgan granos y— No pude decir nada porque vi como él se levantaba; ofendido y se iba a sentar en la esquina, rodé los ojos desesperado; había olvidado de que estaba más acomplejado que cualquier otro ser vivo en esta tierra.


— ¿Qué onda con la gallina piruleta? — Apareció Oscar de la nada, causándome un leve respingo; tenía una lata en una de sus manos tomó otro sorbo de lo que contenía y me miró curioso.


—Nada, anda acomplejado y no piensa irse. — Miré nuevamente la lata que tenía en la mano. — ¿Qué es eso?


—Cerveza. — Respondió con simpleza. — Te ofrecería pero eres menor de edad. — Me sonrió divertido y yo en repuesta le saqué la lengua.


Momento...


¿Cerveza?


— ¿Cuántas latas de esas tienes?


—Demasiadas; Jhonathan me las regaló hace poco y ya ye dije que tú no puedes beber.


—No son para mí, tonto. — Bajé la voz. — Son para él. — Señalé a Ryan. — Sobrio no se largará de aquí.


Oscar se rascó la nuca. —Pero si ese cuerpo debería tener quince años a lo mucho. —Comentó también con un tono bajo de voz. Sonreí divertido; entonces sí era cierto lo que él me decía: Todos le consideraban muchísimo menor a lo que era realmente.


—Pequeño gran tonto, él en realidad tiene veinte.


—Ah... Entonces iré a buscar otra. — Y así lo hizo.


Miré nuevamente a Ryan que estaba sentado en la esquina abrazando sus piernas y la cara oculta entre estas; pobre... Tal vez la idea no funcionaría bien del todo, se dónde vivía pero ¿Cómo pasaríamos los guardias? ¿Cómo le explicaríamos a esos mastodontes que uno de los que viven allí se encontraba borracho?


Un objeto frio rozándose contra mi hombro me sacó de mis cavilaciones; miré molesto a Oscar a lo que él simplemente se arqueó de hombros. — ¿Estás seguro de esto?


—Tal vez no se vaya pero si se quedará definitivamente tranquilo. — Agarré la lata y me acerqué a Ryan.


[...]


Creo que no debería pensar tan poco las cosas; Ryan resultó ser alguien que con solo el olor de la cerveza caía pero... Algo salió mal; quiso más y más; y al final terminó bebiéndose su propio peso en cerveza.


—Todo en mi es falso... A nadie le agrado... Soy feo y nadie me quiere...— susurraba en un idioma carentemente entendible el rubio que momentos antes se había arrancado gran parte de su cabello diciendo que eran extensiones.


—No eres feo; solo eres pocamente lindo. — Respondió Oscar mientras barría las extensiones del suelo. Todo era tan cómico y extraño.


Ryan se tumbó en el suelo con una brusquedad increíble; dijo algo inentendible y pareció quedarse dormido. Suspiré nuevamente ese día; habíamos pasado gran parte de este con un horrendo dolor de cabeza y parecía que finalmente se había acabado.


—Oye... ¿Y ahora qué hacemos con el cuerpo? De allí no se va a mover; al menos no hoy lo hará.


—No lo digas de esa forma que me haces sentir un asesino. Pongámoslo a dormir en una cama; total, como dijiste, hoy no va a despertar.


—Sí mea la cama— No lo dejé terminar; le miré directamente a los ojos.


—Yo lo limpiaré. — Puse mi dedo índice en su pecho y rápidamente lo quité; no me gustó la sensación que hacer eso me había causado.


Oscar cerró la puerta principal con seguro; se encaminó hacia el cuerpo de Ryan y lo cargó como si de un costal de papas se tratase. —Solo te diré que ya huele raro y es mucho más ligero de lo que aparenta. — fue lo único que me dijo Oscar mientras caminaba hacia el cuarto de huéspedes y yo le seguía de cerca. Tiró el cuerpo sin mucho cuidado sobre la cama de ese cuarto y suspiró cansado.


—Lo tratas como si fuese un monigote.


—Cuando lo cargues; verás que se siente como uno.


[Una de la madrugada; narra Oscar]


Como se le hizo /aparentemente/ costumbre; el pitufo se durmió junto a mí, en la misma cama, en el mismo cuarto... A solas. Tampoco era que estuviésemos haciendo algo directamente malo; me parecía incómodo. Estaba empezando a tener unos pensamientos no muy sanos para con el pequeño pitufo.


Iba para bastante rato despierto sin poder pegar el ojo; quería dormir pero cada que cerraba los ojos esos pensamientos indebidos volvían; no quería tener esa clase de pensamientos, no me podía gustar el amigo de mi hermana. No era lo correcto.


Unos ruidos provenientes de la sala me pusieron alerta ¿Qué rayos podría causar ruido a esta hora? Me levanté de la cama con rapidez y agarré lo primero que encontré para defenderme: Una palanca. Abrí la puerta con lentitud y todo estaba a oscuras.


Caminé en silencio por unos momentos; buscando entre las penumbras y no hacer mucho ruido en el proceso. Algo cayéndose y un quejido agudo. Aceleré el paso solo para encontrarme un cuerpo caído con unas cosas varias tiradas a su alrededor. Encendí la luz solo para encontrarme con lo que supuse en un principio; Ryan.


Este levantó su cabeza con pesadez y cerró los ojos con fuerza ¿A caso había estado deambulando todo el rato a oscuras? Eso explicaba el ruido de cosas cayéndose; miré a mí alrededor y en efecto; la casa ahora era un desastre con muebles y adornos caídos. Me sobé la sien desesperado; emborracharlo no había sido tan buena idea después de todo.


Él se levantó con lentitud pero al final se volvió a caer con brusquedad; hizo lo mismo varias veces mientras le observaba en silencio hasta que al final se puso a gatear; si tal bebé.


Después de que él estuviese gateando por un rato; al final, tomó impulso y se pudo levantar aunque muy tambaleante claro estaba. Apoyándose en la pared caminó sin un rumbo fijo por un largo rato también mientras yo le seguía a una distancia prudente. Al final opté por acercarme lo suficiente a él y tomarle del brazo; lo llevaría al baño de la sala el cual era el que más cercano quedaba.


Él simplemente se dejó arrastrar hasta el dichoso baño y la tardanza fue que viese el WC para correr a una velocidad impresionante y empezar a vomitar allí. Bueno, yo pensaba bañarlo porque olía a rayos; pero si él quería vomitar, era libre de hacerlo.


Me acerque nuevamente a él y empecé a acariciarle la espalda mientras este tenía la cara sumergida allí y expulsaba todo lo que posiblemente tuviese en su estómago.


Y empezaron las lamentaciones en un idioma perdido del ser humano.


—No lo entiendo... No— Empezó con su sollozo entre las pausas que tenía entre sus vómitos. — Yo lo di todo y ¡Él nunca me prestó atención! ¡¿Que debía hacer?! — Sollozaba con su cabeza metida en el WC. Yo simplemente le seguí acariciando la espalda para que se desahogara.


Estuvimos así por cómo una hora; él lamentándose por alguien que jamás le prestó atención y culpando a otra persona que; sí no me equivoco, es la actual pareja del sujeto que no le prestaba atención.


[...]


Ahora se encontraba en la fase de agresividad; gritando y golpeándome en el pecho de repetidas ocasiones, todo muy normal. — ¡Todos vosotros sois unos malditos hijos de perra por igual! ¡Todos felices sin importar a quien tenéis que pisotear! ¡¿Alguna vez piensan en alguien más que no sean ustedes?! ¡Malditos! ¡Malditos ustedes! — Y seguía golpeando sin compasión mi adolorido pecho y sí el pitufo me viese así seguro estaría muerto de la risa.


Lo cargué como saco de papas y él empezó a patalear. — ¡Bájame, maldito! ¡Bájame! — Chillaba y pataleaba hasta que se cansó.


[...]


Fase de depresión y necesidad; sentado en mi regazo en un intento de coqueteo, al menos no está gritando. — Tú piensas que soy lindo ¿Verdad? Dime que soy lindo, por fa. — Solo lo miré, cansado. —Eso significa un si ¿Cierto? Yo te parezco lindo; tú también me pareces lindo. Seríamos una linda pareja. — Y esta mañana me andabas llamando indio, 'joputa.


Se recostó en mi pecho. — Eres muy— alargó la u. — Lindo. Se mi novio. Di que si ¿Si? — Dios, mátame.


[...]


No sé cómo llamar a esta fase; sinceramente. —Bésame; bésame, bésame ¡Bésame, maldito! ¿Es por qué no tengo un gran culo? Pues yo tengo algo que todos ustedes no. — Hablaba como un niño malcriado de cinco. —Y eso es... — Y repentinamente empezó a llorar; manchándose aún más la cara de negro por el puto rímel que llevaba puesto.


— ¡No tengo nada que me haga especial! Soy un asco ¡Un asco! Nadie me quiere. — Y allí vamos de nuevo con el idioma perdido y murmullos incomprensibles.


[...]


Hice lo imposible para no cabrearme por los ruidos y gritos que provenían de la sala pero no me podía quejar mucho porque; al fin y al cabo, el de la idea original de emborracharlo fui yo y Oscar fue el que corrió con todas las consecuencias; debería por lo menos ayudarle a limpiar todo este desastre.


Caminé por la casa; evitando la inmensa cantidad de cosas tiradas y buscando a Oscar y a Ryan, en la cocina no estaban; busqué en los otros cuartos y tampoco estaban allí; baños menos y lo último que me quedaba revisar era la sala y el jardín delantero.


Le di la vuelta al sofá para toparme con una imagen extrañamente tierna; un Oscar profundamente dormido con un Ryan en posible come etílico encima de él. Sonreí divertido; esto merecía una foto pero como soy un buen samaritano no lo haré... Aunque sería buena idea para chantajearlo después; oh sí.


...


Unas quince fotos después y ahora si estaba dispuesto a despertarlo pese a que me causase ternura y gracia tenerlo así. Luego le chantajearía. Le sacudí ligeramente el hombro y él simplemente se acomodó un poco en el sofá; le zarandé con más fuerza y él despertó con pesadez; mirándome mal.


— ¿Qué quieres? — Habló con voz ronca mientras cerraba por unos segundos los ojos y se sobaba la frente; esa voz, me pareció... Sexy.


—Darte los buenos días, mi amor. — Respondí divertido; ignorando el pensamiento anterior. — ¿Qué tal la pasaste cuidando a nuestro bebé? — No tenía nada de malo jugar con él de esa forma ¿No?


—Primero— Se levantó un poco; ignorando a que tenía a Ryan encima. — nuestro bebé es feo como los mil y un demonios; segundo, es una tortura cuidarlo. — Bostezó rascándose el rostro. — ¿Qué hora es?


—Son las uh...— Miré el reloj de la pared. — Diez de la mañana.


— ¡Mierda! —Se puso las manos en la cabeza. — Michelle volvía hoy a las diez.


—¡Hola, cuer- Wow. — Michelle justamente entraba; encontrándose con el más extraño panorama de su vida apuesto. Un Oscar recién despierto con un rubio desconocido encima de él y yo; pues muy cómodo usando su ropa. — ¡Sabía que debía haber activado las cámaras! Y pues no sé quién sea el tercero en su extraño trio pero me vais a contar todo con luz y detalles. — Me señaló. — En especial tú, señorito y dime ¿Qué tan grande la tiene? ¿Te gustó? ¿Es muy salvaje? ¿Cómo puedes caminar?


— ¡Michelle! — Le reprendió Oscar con la cara roja. — No hemos hecho nada de lo que tú piensas.


— ¡No arruines el momento, Mr.Me cojo todo lo que tenga agujero!


— ¡Ese es Druan, no yo!


Mi cara ardía y me sentía jodidamente mareado; lo suficiente como para ignorar olímpicamente todas las idioteces que estaban discutiendo y al final todo sevolvió oscuro y solo escuché sus voces de fondo llamándome.   ¿Por qué lo más extraño siempre me tocaba a mi?


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).