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El hermano de mi amiga. por Mc-19051

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Notas del capitulo:

Perdón por la tardanza.

— Al día siguiente, Narra Arturo. —


Hacía años que no dormía tan bien, me desperecé en la cama, percatándome que el mandril abortado de Oscar ya no estaba, era un domingo por la mañana ¿Quién se despertaría tan temprano? Me volví a acomodar entre las sabanas sin ninguna intención de levantarme, cerré nuevamente los ojos dispuesto a seguir durmiendo.


— ¡Me las pagarás, maldita bruja! — Ese grito me sobresaltó totalmente, esa simplemente no era la voz de Michelle y mucho menos de Oscar, me levanté rápidamente de la cama, para ver que ocurría, pero me detuve en seco frente a la puerta al analizar lo siguiente, posiblemente sean cuestiones familiares de las que no estoy enterado e involucrarme en eso no sería exactamente lo mejor.


Tampoco me iba a quedar en esa habitación mientras ocurría un posible accidente. — ¡Amanda, por el amor al cielo, cálmate! — Si, esa en definitiva era la voz de Oscar ¿Es que acaso no entendía sí le decías a una mujer ''cálmate'' solo ibas a empeorar la situación?


— ¡No me calmaré hasta que seas libre del maleficio de esta bruja! — La tal Amanda vaya que estaba un poco subida de tono con lo de ''bruja'' no creo que se refiera a Michelle como bruja ¿O sí?


— ¡¿A quién coño llamas bruja, pedazo de mujer con esteroides?! — Un sonoro ''plaf'' se escuchó en toda la casa, retumbó en mis tímpanos y fue suficiente razón para, por lo menos, asomar la cabeza desde el pasillo a ver que cojones pasaba, menuda sorpresa la mía, cuando me encuentro con tal panorama.


Una chica, posiblemente de unos diecisiete o dieciocho años, de piel oscura y cabello de un marrón tirando a rojo, los mismos ojos de color ámbar, facciones algo ordinarias, ella parecía ser la hermana de Oscar o algo así, eran muy parecidos, debo decir, y claro, una musculatura demasiado varonil al igual que el cabello corto, toda una marimacho en su esplendor.


Me percaté como Michelle se sobaba la mejilla con un semblante de muy pocos amigos, Oscar, estaba entre ambas, pero aun así no había podido evitar la aparente cachetada que ''Amanda'' le había mandado ¡Yo como Oscar mando mis modales al demonio y la echo de la casa!


— ¡Tú lo has hundido en este cruel y sucio mundo tuyo, vil bruja! — Ella iba a mandar otro golpe, cuando la mano de Oscar se interpuso, agarrándola fieramente de la muñeca.


— ¿Tanto te cuesta aceptar mis decisiones, Amanda? — Oscar más que mirarla con odio y/o rabia, la miraba con nostalgia, como sí le doliese la actitud tan feroz de ella.


—¡¿Tanto te cuesta entender que ella te ha desviado del camino correcto con sus patrañas?! ¡Te has desviado tanto que ya ni te reconozco, hermano! — Ella se soltó con brusquedad del agarre de Oscar, como lo supuse desde un momento, era algo familiar de lo que yo no estaba ni remotamente enterado y ella era la hermana de del aborto de mandril.


— ¡Ella no me ha desviado de nada! Esas fueron mis decisiones, nadie ha tenido nada que ver, hice lo que hice porque así fue como mi corazón lo dictó. — Que cursi sonó eso, pero momento ¿Acaso habría alguna clase de incesto escondido por aquí? Eso ya sería demasiado extraño, decidí quedarme estático a seguir oyendo con cuidado de no ser pillado en el proceso.


— ¡Y mira como tu amor te ha fracasado, hermano! Ella te dejó sin más, te traicionó, te hizo esa horrible cicatriz. —Susurró ella mientras acariciaba con dulzura el rostro de Oscar. — Dejaste a nuestros dolidos padres solo por ella, y mira como resultó todo.


Oscar, a todo lo badass, quitó la mano de ella de su rostro. — Te aseguro que mis decisiones no fueron por ella, aunque ella a simple vista luciese como la razón principal de mis actos, te aseguro que así no fue, y sí solo has venido a gritar incoherencias, te agradeceré que te vayas.


Ella parpadeó totalmente estupefacta, aparentemente no estaba acostumbrada a que el aborto de mandril de Oscar le hablase de esa forma, pero rápidamente ella volvió a fruncir el ceño. — ¡No importa que tantas cosas digas! ¡No las dice tu corazón! ¡Solo estas siendo manipulado por ella! ¡¿Qué no ves?! Hay un mal en esta casa, ella te ha arrastrado junto a ese mal ¿Por qué simplemente no me crees?


Momento ¿Un mal? El único mal que posiblemente habitase en esta casa sería esa sombra rara, pero me haré la absorta idea de que fue un producto de mi imaginación.


— ¡Amanda! ¡¿Por lo menos te estas escuchando?! ¡Suenas como toda una loca! — Ella ante tal respuesta empezó a buscar algo con la mirada, hasta toparse con mi curiosa mirada, mierda, mierda, mierda, mierda ¡Mierda! Me metí rápidamente en el cuarto, y me aleje de la puerta.


Escuché más gritos por parte de esa loca, pero mi miedo no me dejaba terminar de entenderlos, me percaté como los gritos se hacían más nítidos ¡Se estaba acercando! Busque rápidamente con la mirada un lugar donde esconderme, hasta que me topé con el armario, iba a meterme allí cuando la mano de esa loca me agarró del brazo, se me había olvidado cerrar con seguro la puerta, mierda.


Ella me miraba de muy mala manera mientras apretaba mi brazo con aparentes intenciones de romperlo con ese agarre. — Tu...— Empezó arrastrando a sus palabras mientras intensificaba la fuerza de su agarre. — ¡Has terminado de corromper a mi hermano! — No sé de donde cojones sacó fuerza esa mujer o tal vez yo era demasiado ligero, me estrelló con total facilidad contra el suelo, boté un quejido de dolor, me quedé totalmente entumecido hasta que sentí como empezaba a estrangularme, opuse resistencia, ¡Pero es que esa mujer era igual de fuerte que el mastodonte de Segundo!


—Junto a ella, tú lo has terminado de perder en este mundo. — Empezaba a apretar su agarre mientras yo apretaba su muñeca con ambas manos en un vago intento de detenerla, lo último que se me ocurrió fue escupirle en el ojo para que me soltara, y así lo hizo, apenas pude respirar con normalidad me levante del suelo intentando escapar, ella me volvió a agarrar del brazo, ¡Joder que me dolía! Antes de que pudiese nuevamente tirarme al suelo, Michelle llegó con cara de endemoniada, a duras penas logre esquivar el izquierdazo que mandó, el cual fue directo a dar en el rostro de la loca soltándome en el proceso, no dude ni un segundo en alejarme, me empezaba a doler el pecho y respirar se me hacía horrores.


Otro puñetazo por parte de Michelle hacia Amanda y la tiró al suelo, cuando justamente iba a empezar a patearla, llegó Oscar y la agarró de los brazos, Michelle pataleaba para zafarse del agarre de su hermano, mi vista se nublaba por segundos, Oscar la soltó cuando esta se calmó para luego dirigirse hacia la loca de esteroides y agarrarla sin ningún tipo de sutileza del brazo /como había hecho ella conmigo/ y la sacó de su habitación, dejándonos a Michelle y a mi solos.


—Y.-Yo... No d-debí... Ah... Asomarme, perdón...— Susurré entre jadeos, intentando mantenerme en pie, había sido una descarga muy fuerte de adrenalina y eso era demasiada exigencia para mi pobre corazón.


—Está bien, igual te ibas a enterar de todas formas. — Respondió ella algo cortante, tenía una mejilla roja, ese era el lugar donde la loca le había bofeteado. — Jamás llegamos a pensar que llegaría a tal extremo de agredir a terceros esta vez.


— ¿''Esta vez''? — Cuestioné sumamente confuso pero más relajado.


—Si, este no es el primer ataque de ira de Amanda, ha venido múltiples veces, pero esta es la primera vez que va tan lejos, para incluso agredirte sin pensar.


La mire durante unos segundos. — Perdón por haberme asomado de todas formas, son cuestiones familiares que sinceramente no me incumben.


—Ahora lo hacen, porque te has visto agredido por esa maniática de la ''pureza'', desde que la conozco, siempre me ha llamado ''bruja'' o ''aliada del mal'' y cree que tengo un ''hechizo'' impuesto sobre Oscar o algo así, seguramente al verte, pensó que lo había terminado de corromper, aunque Oscar toda la vida ha sido bisexual, solo que ella no lo acepta.


—En verdad lamento oir eso. — la mire a los ojos y vi obvia impotencia en ellos.


—Está bien. — Me dedicó la sonrisa más falsa que he visto en la vida. — De todas formas, esa loca andará rondando por aquí durante un tiempo, te sugiero que dejes de venir, al menos por un par de semanas, hasta que las cosas se calmen entre ella, Oscar y yo.


Yo simplemente pude asentir ante su propuesta, sí era necesario que dejase de venir por al menos dos meses, lo aceptaría, lo último que quisiese es que las cosas se agudizasen aun más.


— Narra Oscar. —


La saqué a patadas de la casa, estaba demasiado molesto con ella como para al menos importarme sí los vecinos me veían agrediendo a una mujer, ellos simplemente me la podían mamar.


La tiré con total brusquedad fuera de la casa, ella me miro totalmente molesta, pero eso me importo un cojón y parte de otro. — ¡¿Qué mierda está mal contigo?! — Le grité sin ápice de sutileza.


— ¡Quiero que vuelvas a casa y vuelvas a ser correcto! — Me gritó Amanda de vuelta con lágrimas en los ojos, JA, como sí yo me fuese a tragar ese cuento.


—Amanda, por el amor al respeto que le tengo a las mujeres, toda la vida he tirado a ambas aceras, y lo sabes ¿No recuerdas lo que pasó con Matías? — Cada vez que recordaba ese nombre, me daba un escalofrió, él me excitaba de una manera pocamente normal, era el hermano menor de ''ella'', cuando ella me engañó, fui todo un bastardo con su hermano, le hice tantas vergas raras, que sí me veo a mi mismo haciendo eso, simplemente diría que ese no soy yo.


Matías era un chico de tez blanca pálida, unos ojos verdes que, joder, me encantaban, estatura promedio, un poco más bajo que yo, su hermana /la cual es ahora una ex más, la diferencia es que me hizo esta horrenda cicatriz en el ojo/ me había salido con que ya no me amaba y mierdas así.


En un principio había hecho todo lo posible para recuperar su amor, porque en verdad la amaba, me había enamorado de una chica bondadosa, inteligente y divertida, era perfecta para mis ojos incluso y cuando no tenía el mejor cuerpo, su piel era pálida al igual que la de Matías, cabello negro levemente ondulado y unos hermosos ojos color azul rey, estaba algo plana, pero eso no me importaba en lo absoluto; me daba exactamente lo mismo sí estaba buena o no, sí tenía tetas o no, ella me hacía sentir querido aunque su familia me odiase, excluido su hermano menor que por razones que ahora me arrepiento de conocer, aunque en su tiempo las hubiese tomado como una ganga.


Su familia iba con todo el racismo del mundo ''debían mantener la raza'' según ellos, les tenía el hambre pero intentaba caerles bien para poder conseguir la mano de su hija.


La verga se descarrila totalmente cuando ella empieza a actuar similar a su familia, cayéndome a mierda con cosas como ''nos haremos daño mutuamente'' ''esto va en contra mis principios'' ''mi familia jamás aceptará nuestro amor, y nuestros hijos serán odiados'' en lo último casi nunca le refutaba porque podía ser cierto.


Poco después ella empezaba a tener una actitud tan prepotente que en ultima la mande a comer mierda, dando por terminada la toxica relación. Como todo macho que soy, me iba a dar largas caminatas y volvía en las noches, entre tanta ira contenida me topé con el hermano menor de ella, no sé yo, pero esa noche se veía más lindo que de costumbre, empezamos a hablar pacíficamente, sí el no tenía nada que ver no tenía porque tratarlo mal.


Allí fue donde él se me ''confesó'' diciendo que yo le gustaba desde que había venido por primera vez a visitar a su hermana, y como yo andaba con ganas ya que para ese tiempo iba como para un año sin coger, decidí desahogarme con él, sí ustedes me entienden, también me confesó que no era ''su primera vez'', y a la semana, solo se volvió una relación con solo intenciones sexuales, al final corte de raíz toda relación con esa extraña familia.


Admito que me sentía horrible conmigo mismo, los conflictos familiares, las amistades traicioneras, y un montón de cosas más que no voy a mencionar por nada en el mundo me hicieron tomar la drástica decisión de mudarme, ¿Y qué mejor que mudarse al otro lado del mundo para olvidar todo? Solo me traje a Michelle conmigo, porque era la única en la que confiaba para ese entonces, si, toda mi confianza estaba posada en una niña de no más de diez años.


Volviendo a la realidad, presente, como se les dé la gana de llamarle, Amanda andaba como una fiera por solo haberle mencionado a Matías. — ¡Esa vil familia ya no importa! ¡¿Por qué no te preocupas por nuestros padres?! ¡Eres todo un egoísta! — Me señalaba de manera incriminatoria, esta situación me tenía de lo que se dice arrecho.


Sin sutileza alguna le agarré el rostro haciendo que se callase. — Llámame egoísta solo por haber querido alejarme de tantos males, deje todo atrás solo para no convivir con gente tan miserable como lo hacía en ese entonces, ni siquiera nuestra familia es sana ¿Te has dado cuenta de eso? A todos les cuesta comprar algo, todo era una miseria total, llámame egoísta por querer ser mejor que eso, no he llamado a la policía porque eres mi hermana menor, pero esta vez te has pasado, has agredido a alguien que no tiene nada que ver, te agradeceré que no te vuelvas a pasar por aquí y que vuelvas a Latinoamérica y disfrutes de tu ''sana familia''. — Dichas estas palabras le cerré la puerta en la cara y espere a que se fuera.


Esperaba al entrar a un Arturo chillando por explicaciones, pero para mi suerte la casa estaba en silencio, joder, lo último que quisiese serían más gritos por vainas estúpidas, caminé por la sala para adentrarme en el pasillo que daba a los cuartos, solo quería acostarme y olvidar todo por un momento, pero me topé con un Arturo saliendo del cuarto con la misma ropa de ayer y mirando al suelo, no le dije nada pero sí lo mire confundido.


Caminó tranquilamente por la sala hasta salir igual de tranquilo por la puerta, no me acompleje más por eso, caminé hacia la puerta y la cerré con seguro para finalmente entrar a mi cuarto y tirarme a la cama a dormir.


— Narra Arturo. —


Todo el camino hacia mí ''hogar'' fue una tortura total para mi ser, las dudas me invadían, incluso Oscar tenía una mirada de pocos amigos y por los gritos que había escuchado desde fuera de la casa, solo me daban pavor, menuda situación, lo mejor sería darles espacio a ellos para que solucionasen todos sus problemas.


Llegue al antepenúltimo piso jadeando y apretando mi pecho, este dolía demasiado, por el trauma de esta mañana con la lunática de Amanda. Camine lentamente por el pasillo, pero al escuchar varias voces masculinas, opté por lo más lógico: esconderme detrás de un matero, ugh, olía a orina y cigarros, pobre planta.


—No entiendo como alguien puede ver provechoso este asqueroso y lúgubre lugar ¡No entiendo en que estaba pensando mi papi cuando compró este sitio! Aquí solo hay gentuza desesperante y demasiado sucia como para ser gentuza. — Ese tono de voz, joder, odio horriblemente a las fresas y ese.... Algo, tenía un tono totalmente desesperante, pero lo que mayormente me preocupó fue el hecho de que han comprado este lugar; según escuché.


—Solo es cuestión de tiempo, cabe destacar que se ha comprado casi toda esta área de la ciudad para construir fábricas. — Esa voz la reconocía ¡Era la de Jhonathan! — Aunque igual estoy en total desacuerdo con la compra de esta área, solo se concentran adictos y violadores.


—Los cimientos de este lugar están totalmente podridos, no hay nada que se pueda rescatar, todo debe ser demolido, incluyendo las estructuras subterráneas sí queremos construir algo sin riesgo a que colapse sobre si mismo.


—Las cañerías son solo criaderos de ratas y cucarachas, tampoco hay material que se pueda salvar, muchas tuberías se encuentran en pésimo estado y otras totalmente colapsadas. Además que la zona en la que estamos no es exactamente agradable a lo que cañerías respecta.


—Ustedes quejándose de las cañerías y estructura, fui a conectar mi teléfono para cargarlo y el toma corriente explotó, el sistema eléctrico es un riesgo total. — No era necesario que viniese un trio de idiotas a decir lo que yo ya sabía desde que vivía aquí.


—Como dije ¡Toda una fosilga este lugar! ¡Me largo de aquí antes de que mi fabulosidad se vea contaminada por tal mediocridad! — Escuche nuevamente a esa diva mientras se acercaba con paso apresurado al matero en el que estaba escondido, mierda.


Él se había detenido y me miraba fijamente, yo simplemente le miraba las botas negras. — ¿Qué haces? — Me habló con un tono peor al de antes.


— ¿Qué no ves? Estoy cagando detrás de este matero. — Le respondí tajante mientras le miraba al rostro, oh Dios, ¿Acaso estaba viendo a un muerto vestido de rosa? Era sumamente delgado, al punto que sus pómulos se marcaban mayormente al no tener mucho cachete, sus brazos y piernas parecían unos fideos, y con esos pantalones entubados blancos más delgado se veía aun, usaba una simple franela rosa, junto a un chaleco negro sin mangas; un colla negro con un dije de diamante /que existía la posibilidad de que fuese real/; tenía el cabello amarillo con mechas rosas y unos lentes de contacto rosados.


Este, antes de al menos ofenderse me sonrió de una manera algo extraña, me dio un escalofrío al ver tal sonrisa. — ¡¿Dónde has estado mi vida?! — Chilló mientras me veía sin quitar esa sonrisa de su rostro; inclusive dio un par de saltitos, yo lo miraba algo estupefacto. — ¡Sebastián! — Gritó nuevamente, pero esta vez a todo pulmón; rápidamente se acercó un mastodonte algo más pequeño que Segundo y me agarró en cuestión de milésimas, patalee todo lo que mi cuerpo daba.


— ¡Suéltame, mastodonte de cuarta! — Pataleaba cada vez más fuerte, habían mordiscos y arañazos incluidos de mi arte. — ¡Sé que te duele, bájame! —Ahora el que chillaba como salvaje era yo.


— ¡Sin lugar a dudas serás mi nuevo masddtlav! ¡Somos tan parecidos! — Se dio media vuelta empezando a caminar seguido por el mastodonte que me cargaba como saco de papas.


— ¿Qué cojones es un masdd- como sea? — Pregunté totalmente indignado ¡Esto era un secuestro y nadie hacía nada!


 —Mejor amigo súper divino de toda la vida~— Canturreó tranquilamente, sin dejar de caminar. — Por cierto, aunque no lo creas, tal cantidad de belleza acumulada tiene un nombre. — ¿Cuál belleza? ¿La del mastodonte? — Y ese nombre es Ryan~— Seguió hablando mientras se giraba y hacia una pose extraña. — Verás que seres como tu y yo somos demasiado divinos para esta fosilga así que te llevaré a mi mansión para que tales divinidades como nosotros tengan un lugar igual de divino en el que descansar. — Miré algo confuso al mastodonte que me cargaba a lo que este me dedicó una mirada que se podía leer como un ''Mi sentido pésame''.

Notas finales:

Creo que esta vez si debería dar una traducción a multiples cosas dichas aquí, frases y/o palabras:

-Caerle/ Echarle mierda: que alguien te diga patrañas. ''No me vengas tu a echar mierdas''.

-Arrecho: Realmente molesto.

-Vainas: Es algo asi como cosas ''Pásame la vaina esa de ahí''.

-Que me la mamen: Frase dicha por hombres para reaccionar a una situación, se utiliza para demostrar total descontento con algo o alguien. ''El gobierno me lo lo puede mamar''.

Cualquier otra pregunta sobre el léxico venezolano, no dudéis comentar que les ha parecido!

 Rubio anorexico:  https://em.wattpad.com/39ed269648d1cc2c9ffaccf57d870b52b64c5b41/687474703a2f2f34302e6d656469612e74756d626c722e636f6d2f64323732613238623131656531623764633139373831333866343266333064652f74756d626c725f6f30673976393264695331757a683066346f315f313238302e6a7067?s=fit&h=360&w=720&q=80


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