Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El hermano de mi amiga. por Mc-19051

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Gracias por leer ;v;

—Ah~ Justo allí~— No podía evitar gemir, se sentía demasiado bien; estaba sudando ferozmente y mi respiración estaba demasiado acelerada pero lo valía. Valía la pena por la sensación que me daba. — Ngh~ — Me mordí el labio ansioso.


Agarré su rostro entre mis manos y le bese con desesperación mientras él aumentaba el ritmo de sus embestidas; me agarraba con fuerza las caderas marcando el ritmo algo brusco pero que igual me encantaba.


Me separé de él por falta de oxígeno, nos miramos a los ojos por unos segundos; estábamos sudados y agitados ¿Importaba acaso? Estábamos sumergidos de lleno en una atmosfera de solo placer, eso sí era lo que importaba.


—Me voy a correr... — Comentó él aumentando la velocidad aún más; arqueé la espalda al sentir como rozaba con cierto frenesí mi punto G, gemí con más fuerza aun mientras me abrazaba a su cuello y le volvía a besar; rodee su cintura con mis piernas para tenerlo más cerca. — Córrete... Ah... Dentro...— Literalmente rogué para que lo hiciera.


Él empezó a masturbarme con su mano libre, joder se sentía tan bien; sentía todo su jodido miembro dentro de mí, me iba a correr pronto.


Y... Y.... ¡Sol quemándome los jodidos ojos! ¡Me cago en-


Momento...


Mierda.


Apenas pude adaptarme a la luz que venía de una puta ventana, me percaté que estaba en la casa de Oscar y este estaba dormido como un jodido tronco; y claro, por mi valentía deslumbrante del día de ayer me negué rotundamente a dormir en esa habitación de ''huéspedes'' irá a saber Dios sí ese jodido espíritu no me echa mal de ojo; y pues quedé en dormir con él.


Y menudo sueño más húmedo ¿A que sí? Siento la cara caliente seguro y la debo tener del color de mi cabello. Me siento pegajoso, no lo hicimos porque fue solo un sueño ¿Cierto? Solo fue un sueño donde Oscar me daba todo lo suyo ¿Cierto? Nada pasó en realidad ¡¿Cierto?! Levanté las sabanas con algo de miedo para encontrarme con mi cuerpo con ropa prestada, una erección más que obvia y todo sudado, ugh. Me da igual Oscar, yo voy a tomar un baño; al menos mi cuerpo no estaba en otras condiciones, ustedes me entienden.


Me levanté con cuidado de no hacer ruido o muchos movimientos bruscos para despertar al tronco que tengo por... ¿Conocido? Admito que le tengo cierto nivel de cariño, pero de ahí a tener sueños húmedos, hay un gran abismo; y ahora ¿Por qué ese condenado sueño? No siento más que un cariño por ese mandril abortado ¿Cierto? Entonces... ¿Por qué? Ando todo sudado y caliente... Que mal ha sonado eso.


Me encaminé con lentitud hacia el baño; con el calor que hacía esa mañana, no me sorprendería que el agua saliese hirviendo... Menudo despistado soy; sí Oscar poseía un baño en su habitación ¿por qué no lo usaba? Abrí la puerta del dichoso baño para toparme con algo que esperaba; un baño. Era algo más pequeño, eso sí; pero parecía funcionar, entré cerrando la puerta tras de mí y me hubiese puesto a curiosear de no ser que tengo una jodida erección que no tenía obvias intenciones de quererse calmar, hice lo más sensato que todo ser de género masculino haría en esa situación: masturbarse como sí no hubiese un jodido mañana.


[—.—.—.—.—.—.—.—]


¿El pitufo ya se levantó? Con lo inquieto que estaba hace unas horas juraba que no se despertaría en un buen rato. Se movía inquieto y a simple vista se veía que estaba acalorado, ¡Incluso hubo un momento en el que jadeó! Pero no jadeo así de normal, jadeo erótico; quise ser optimista y pensar que estaba soñando todo menos... Bueno, eso. Y lo primero que hizo fue revisar y confirmar lo que yo ya consideraba obvio ¿Con quién estaría soñando exactamente?


Llámenme averiguador, broyero, chismoso, etc. Sinceramente me da lo mismo. Lo único que no voy a negar es que me pareció bastante tierno verlo rojo de esa forma y cuando giró a verme hice mi mejor actuación para fingir estar dormido como tronco y aparentemente funcionó.


No tarde en empezar a escuchar sonidos bastante comprometedores provenientes del baño, alguien se la está pasando bien...


Opté por levantarme de la cálida cama, buscar algo de ropa, mi toalla e irme al baño que está en la sala ¿Por qué hay un baño en la sala? No tengo ni la más remota idea, pero al menos es bueno para los huéspedes. Seguro los antiguos dueños de esta casa pensaron en eso e hicieron varios baños, está el de mi cuarto, el del cuarto de Michelle, y el de la sala; curiosamente el único cuarto que no tenía baño propio era el que estaba destinado a huéspedes. Seguro se les fue la olla al poner tantos baños en lugares equívocos.


La casa esta salió relativamente barata pese a ser tan espaciosa; según el que me la vendió, varias personas ya la habían comprado pero no duraban ni un año en esta porque y que veían espíritus, sombras extrañas moverse y voces provenientes del sótano; los únicos demonios pertenecientes al inframundo han sido esas jodidas arañas que se encuentran en casi todos lados y tienen tamaños similares a una tarántula. Y ahora que lo pienso, esta casa ni siquiera tiene sótano, es de un solo piso, no hay escaleras ni nada.


Las únicas cosas ''tenebrosas'' en este lugar aparte de las horrendas arañas, son dos habitaciones que sirven para únicamente dos cosas: Almacenar cucarachas y cachivaches raramente usados; eran habitaciones demasiado pequeñas como para ser cuartos y más baños no eran necesarios, así que Michelle y yo decidimos agarrar esas habitaciones como ''cuartos de los checheres''.


Entro al baño dispuesto a darme una ducha; algo de agua fría no le hará daño a nadie.


[—.—.—.—.—.—.—.—]


Oscar ya se levantó ¿Y sí me escuchó? Joder, a veces soy demasiado ruidoso; tengo la cara de un tono tan rojizo que le daría envidia hasta a un puto tomate; o a una manzana ya que estoy en la casa del hermano de mi amiga.


Me dispongo a darme una ducha para calmar mi acelerado corazón, pareciese que hubiese corrido una maratón y solo me hice una paja. El agua está extrañamente fría, mejor así a que me saliese hirviendo como esperaba. Me baño con lentitud intentando lo mayor posible quitar la neblina que tengo en la mente.


Me siento tan sucio por lo que hice y soñé; Oscar seguro y solo me ve como un amigo y yo empiezo a sufrir sueños demasiado húmedos con él; es dulce y algo despistado, lo considero bastante tierno en ese sentido; sin contar las veces que me ha ayudado sin quejarse, recuerdo lo que pasó hace unos días; que literalmente me cargó de caballito por todo el parque, huyendo de Amanda y los guardaespaldas de Ryan, en ese momento pude estar asustado pero ahora que lo recuerdo no puedo evitar que una sonrisa se pose en mis labios.


Tendré que hablar con Michelle sobre esto; admito que no soy alguien precisamente romántico porque, sinceramente, jamás me he visto realmente interesado en mantener un romance, siempre me preocupe más por mis estudios o que comer. Si, hijo de una prostituta y virgen, difícil de creer ¿No?


Después de haberme enjabonado y quitado el dichoso jabón, salí del baño secándome y amarrándome una toalla a la cintura; solo para que cuando saliese del dichoso baño me encontrase con Oscar a medio vestir; me mira y me sonríe con tranquilidad mientras se termina de poner una bermuda.


—No te preocupes por tu ropa, mira lo que encontré. — Comentó repentinamente mientras ponía unas cajas grandes encima de la cama ¡Conozco esas cajas grandes! ¡Son mías!


— ¿Cómo las conseguiste? — Las mire curioso mientras me acercaba a revisarlas para encontrarme en efecto mi ropa y mis cosas.


—En tu departamento, el que están demoliendo. — Me miró serio; me dio un escalofrío al verlo tan serio; se me hizo un nudo en el estómago al igual que la primera vez que lo vi. — ¿Por qué jamás nos dijiste que vivías en tan malas condiciones? ¿O que estabas enfermo? Te hubiésemos ayudado sin lugar a dudas.


Ahora lo entiendo; se portaba tan bien conmigo porque me tenía lastima. Bueno, debí de haberlo supuesto antes, pero... ¿Desde cuándo sabía lo de mi enfermedad?


Él suspiró con resignación, yo solo apreté mis puños con indignación ¿Todo este tiempo había sido tan bueno conmigo por simple lastima? ¿Todo era por la lastima?


—Estas cajas las descubrí hace como una semana atrás; cuando me obligaron junto a un grupo de compañeros a inspeccionar el edificio en busca de cosas de valor, encontré esta caja junto a— Pareció arrepentirse de lo que iba a decir a continuación ¿Qué iba a decir? — Olvídalo, simplemente me encontré esas cajas en lo que era tu departamento.


— ¿Te has... Portado tan bien conmigo... Solo por lastima? — Mascullé, sentía un nudo gigantesco en la garganta, las palabras aprecian quedarse estancadas en esta.


—Por supuesto que no. — Me miró aún más serio. — Simplemente te ayudé porque así me vino en la regalada gana. Sí estás empezando a tener conspiraciones raras porque ahora se como vivías o que estabas enfermo, déjame decirte que más errado no puedes estar. — Se le veía ciertamente indignado, baje la mirada avergonzado de mis actos, sí lo que él decía cierto... Me alegro de haberlo conocido.


— ¡Pero ponte ropa! — Él intentó separarme de su cuerpo, si, lo estaba abrazando y no me arrepiento de hacerlo desnudo con solo una toalla cubriéndome las partes nobles.


Levanté mi mirada y le sonreí, confieso que estoy muy feliz de haber conocido a Oscar y su idiota forma de ser. Me sentía muchísimo más relajado abrazándolo pese a estar desnudo y él a medio vestir.


—Tus... Tus pezones son suaves...— Lo escuché susurrar, abrí los ojos con sorpresa y le mire molesto ¿Cómo se atrevía a decir eso? Una sonora cachetada, un portazo y ya él se encontraba fuera de su habitación gritándome que lo dejase entrar nuevamente; bote una leve risa, me divertía bastante con él, es un idiota bastante lindo.


[—.—.—.—.—.—.—.—]


No es mi culpa que sus pezones en realidad fuesen suaves y blandos; me los imaginaba mayormente como los de un adolescente normal ¿Y qué quería que le dijese? ¿Qué estaban duros y tenían vello alrededor? Bueno, eso hubiese sido un poco más extraño.


Ahora ando con el morbo de querer tocárselos un poco más, diez de diez, Oscar, diez de diez. Tal vez pueda hacerle una broma con ese tema, pero... ¿Estaría bien hacerlo? Es chillón y siempre anda a la defensiva, pero sé que en el fondo es alguien bastante de fiar.


—Arturo. — lo llamé en voz alta mientras terminaba de ponerme la franelilla en el pasillo.


— ¿Qué? — le escuché decir al otro lado de la puerta.


— ¿Puedo seguirte tocando tus suavecitos y blanditos pezoncitos? —Le pregunté en un notorio tono burlón.


—Claro, después de que me dejes tocar tu ¡Grandota, gordota y largota pollota!


— ¿No querrás decir polla?


— ¡Me entendiste!


Sí no me equivoco, polla significa pene... Interesante... Intenté abrir la puerta pero obviamente estaba cerrada.


—Está cerrada, cerdo idiota. — Lo escuché más cerca de la puerta. — ¡Y mis pezones no son suaves ni blandos!


—Si los son, yo los toqué. — En realidad rozaron con mi abdomen, pero se que son suaves y blandos.


— ¡No lo son!


— ¡Que sí!


— ¡Que no!


— ¡Que sí!


— ¿¡Podrían dejar de gritarse?! ¡Lastiman mis delicados y fabulosos oídos! — Una tercera voz nos interrumpió, dije mi mirada hacia dónde provenía la voz y casi me caigo del susto.


— ¡¿Cómo coño lograste entrar?! — Le grité dispuesto a sacarlo de MI casa ¿Cómo había hecho ese rubio anoréxico para entrar con tanta facilidad?


— ¡Quita tus asquerosas manos de mi fabulosa existencia, indio feo! — Se logró zafar de mi agarre y me miraba sumamente molesto. — Además, mi fabulosidad no está completa sin mi fabuloso masddtlav ¡Y no me iré de este cochinero sin él!


— ¿Me dijiste indio?


—Aparte de horrendo, asquerosamente lento. — Se cruzó de brazos.


—Eso debería decírtelo yo a ti; porque con esa nariz tan preciosa que tienes y esa cresta de gallo; sigo sin entender que eres ¿Un humano o alguna clase de horrenda ave?


— ¡¿Cómo te atreves a decir tal cosa?! ¡No soy ninguna ave! Además, mi animal según el horóscopo es un pavo real. — Aguanté todas las ganas del mundo de golpearme el rostro por su idiotez.


—Y a ver, supuesto genio de la fabulosidad ¿Qué es un pavo real? ¡¿Un perro acaso?!


—¡El único perro aquí eres tú, indio asqueroso!


— ¡Que no soy ningún puto indio!


— ¡Cállense ambos de una buena vez!


El pitufo interrumpió la discusión que el anoréxico y yo estábamos teniendo, quedando los tres en un silencio; mirándonos entre nos tal telenovela barata.


[—.—.—.—.—.—.—.—]


—Gracias por acompañarme, Max, pensé que te aburrirías. — Comentaba tranquilamente el oji-verde mientras terminaba de bajar un par de viveres de la camioneta; víveres que compraron en el camino de vuelta a la casa que ambos compartían.


El menor simplemente desvió la mirada. A veces se preguntaba porque era tan... Así. Odiaba que lo tratase como sí nada entre ellos hubiese estado sucediendo durante los últimos dos años. Decidió armarse de valor; las cosas simplemente no podían seguir estando así ¿Era él un simple gigoló para el mayor? ¿Un estorbo acaso? ¿Qué eran con certeza? Durante dos míseros años se había preguntado eso.


— ¿Qué somos exactamente? No quiero rodeos. — Miró con el ceño levemente fruncido al mayor que se detenía de manera algo abrupta; como había predicho, la pregunta le tomó con la guardia baja. — Jamás me has dado a entender que somos ¿Somos simples amantes acaso?


Sintió un escalofrío al percatarse como esos inexpresivos ojos verdes se posaban en él; se sentía diminuto ante él. — Mi madre me solía decir que debía ser expresivo, pero la vida me enseñó que mientras más empatía muestre, peor será la gente. Hazte la simple idea de que me importas.


— ¡Durante dos malditos años me has dicho eso! Jamás me terminaste de decir porque me dejaste vivir contigo desde un inicio. — Le miraba directamente a los ojos pese al miedo y las ganas de correr lo más lejos posible tenia.


—Eso no fue necesario en un principio; y mucho menos lo es ahora; ¿Y qué quieres que te diga? ¿Te amo?


Max simplemente se mordió el labio inferior con fuerza; aguantando las ganas de tirarse a llorar. Se dio media vuelta; dándose por vencido; mañana a primera hora se iría de esa casa, tanto tiempo con la ilusión de ser alguien en la vida del frio oji-verde y solo resultaba ser que solo habían sido amantes. Tantas ilusiones destrozadas.


''Eres un grandísimo genio, felicidades. ''


''Cállate. ''


'' ¿No estás de humor para escuchar al viejo que se encuentra dentro de tu mente comiendo lentamente tu cordura? Como sea, seguiré hablando te guste o no, perra. ''


''Al grano. ''


''Pese a que siempre he ignorado lo que sea que hagas con ese niñato; no puedo ignorar el hecho de que sientes algo por él ¿Por qué simplemente no le dices? Déjate de ser un corta venas barato y dile lo que sientes; tus trágicos recuerdos me desesperan. Y sí no le dices tú, te terminaré de consumir y eso no lo queremos ¿Cierto?''


Jhonathan tendría sus razones para ser tan distante con todo ser vivo que se le cruzase en la vida; pero no era ciego como para negar el hecho de que había lastimado severamente los sentimientos del menor. Cuando entró a la habitación de este y verle empacando sus cosas con cierta torpeza porque sus azules ojos se encontraban inundados en lágrimas, no pudo evitar sentir como algo dentro de él se rompía.


Simplemente no quería que el menor se alejase de su vida; le importaba demasiado como para dejarlo ir tal cual. No pensó mucho y solo siguió lo que sus sentimientos dictaban.


Abrazó con fuerza al menor pese a que este patalease para ser liberado; al final cuando sintió que este se tranquilizaba, aflojó un poco su abrazo solo para verle el rostro; aun llenos de lágrimas, las que intentaba ocultar en vano.


Con toda la gentileza que pudo se las limpió; apreciando esos hermosos zafiros mirarle con sorpresa y algo de dolor. — Perdóname, en serio perdóname por ser tan... Yo. — Susurraba el mayor lo suficientemente audible para que su opuesto le escuchase; mirándole directamente a los ojos le dedicó una sincera sonrisa, viendo como el desconcierto en la mirada de Max aumentaba. — Me importas demasiado como para dejarte ir. — Y nuevamente lo abrazó.


Max aun no salía de su asombro, pero logró corresponder el abrazo, sintiéndose querido, sintiéndose amado.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).