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Oportunidad (Johnlock -Kidlock-) por fannigram24

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Notas del capitulo:

¡Hola! Ne sé si aún haya lectores esperando la actualización, de cualquier forma, muchas gracias a los que me apoyaron con la historia. Pienso continuarla y tengo planeado que dure unos cuantos capítulos más. ¡Saludos!

221 Baker Street

Esa mañana se despertó algo inquieto. En un par de horas iría a la dirección anotada en su agenda solo para ver un piso que compartiría con un completo extraño. No está de más agregar que realmente era un persona extraña, le causaba gran curiosidad saber más de ese hombre.

No se sentía muy seguro de estar haciendo lo correcto, pero en alguna aparte de su mente salto un “no hay nada que perder”. Si resulta que se fue a meter a vivir con un completo demente ya sería cuestión del destino. Justo ahora necesitaba encontrar un lugar barato. Durante muchos años se preparó para enfrentar el peligro, el señor Holmes no representaba un obstáculo en su vida, al menos no aparentaba serlo en esos momentos.

Tomó una ducha, se puso ropa casual y procuró desayunar algo antes de salir del apartamento. Si corría con suerte no volvería más que a hacer la maleta, aunque tampoco tenía muchas pertenecías.

Al estar preparado, llamó a un taxi y le dijo la dirección. Esperaba que fuera un lugar cómodo y tranquilo. Aunque esto último le hizo sentir como un señor de avanzada edad. Entre pensamientos el camino se volvió corto, cuando menos lo pensó ya estaba pagando por el viaje. Observó el edificio y no era muy ilustrativo, a un lado había una cafetería, se veía prometedora para las veces que decidiera pasar la tarde acompañado de un postre y su café.

Aquel peculiar hombre había pasado por su lado, le dio un saludo y atino a hablar con la casera. Presentarse fue rápido, era una señora mayor, dueña también de la cafetería de al lado. Le pareció interesante la forma en la que hablaba con su nuevo compañero.

Más pronto que nada Sherlock le dijo que la señora Hudson le debía una especie de favor por algún caso del pasado.

— Señora Hudson, el Doctor Watson — Holmes lo presento y la casera los invito a pasar después de saludarlo. El hombre en gabardina había decidido adelantarse subiendo las escaleras, Watson se demoró un poco en alcanzarlo aun usaba el bastón y subir le tomaba tiempo. Quizá rentar un apartamento en un segundo piso no era lo más adecuado para su condición.

El lugar parecía un completo desastre. Había polvo por todos lados y muchas cosas amontonadas. ­­­­– Esto podría estar bien, muy bien la verdad

—si, si eso mismo pensé…

— En cuanto saquen toda esta porquería

— Yo… — Sintió un poco de vergüenza al por fin notar el desastre y empezó a ver a todos lados.

— ¿Entonces todo esto...?

— Puedo ordenarlo, por ejemplo… —Tomó un objeto que si bien podría funcionar como un arma blanca y la arremetió contra la madera del mueble que sostenía un poco más de otras cosas—poniendo esto aquí

—¿Una calavera?

 El señor Holmes se había mudado con anterioridad. Tenía pertenencias muy peculiares, una duda surgió en su interior cuando miró el cráneo adornando el mueble que antes había sido profanado. ¿Tenía que preocuparse por su compañero o estaba siendo paranoico? Ser paranoico cuando había dejado la militarizada empezaba a dejarlo como un completo idiota, tenía sus traumas y demás, pero un cráneo de adorno no hacia al señor Holmes un lunático y mucho menos debería de cuestionar el sentido del gusto de los demás.

— Un amigo mío —dijo con simpleza y susurrando a continuación; —, cuando lo era…

—Entonces, ¿Qué le parece, Doctor Watson? Arriba hay otro dormitorio, por si acaso necesitan dos-— Dijo la casera como sugerencia. John extrañado volteó a verla y contesto con un poco de obviedad;

—Es obvio que ocupamos dos habitaciones.

¿Por qué pensaría que dormirían juntos? Claro, era extraño que dos hombres decidieran vivir juntos, pero en la militarizada era normal compartir habitaciones. Y en muchos otros lugares.

—Oh, no se preocupen, por aquí hay de todo, casera de al lado tiene a una pareja casada— John sonrió un poco incómodo por la insinuación. Él no era gay, pero le causaba algo de inquietud que su compañero si lo fuera. Al ver que este no decía nada decidió dar por finalizada la conversación respecto a eso soltando un;

­­—Dos habitaciones están bien.

No creyó que ocuparía agregar otra cosa, estaba más que claro el punto. Su compañero lo había cautivado de una buena forma, tenía una forma de hablar muy impresionante. Pareciera que cualquier palabra que saliera de sus labios siempre iba bien dirigida y acertada. Se preguntó si estaba idealizando a su nuevo compañero. Había buscado su web la noche pasada y le parecía un poco impresionante lo que decía en ella.

La ciencia de la deducción.

Antes lo había presenciado y lo paso de alto rápidamente, pues ni quiera le había dado un nombre a lo que había ocurrido. Pero estaba preparado para cuestionarlo sobre todo eso, le parecía interesante que pudiera probarlo y lo hizo al recitarle toda su historia militar incluso sugerir que la cojera era algo mental. La señora Hudson leyó el periódico donde decía que había tres asesinados iguales, Holmes corrigió la noticia diciendo que era cuatro los asesinatos, y lo que lo hacia estar tan seguro era que el detective Lestrade estaba en su puerta.

Trabajar con Philip Anderson era irritante, no se llevaban bien y el siempre trataba de burlarse de su trabajo. Holmes pensó que llevar a su hermano será de ayuda, al fin y al cabo, había sido médico militar, ver un poco de sangre le ayudaría. Watson no tardo en aceptar y justos bajaron las escaleras.

Sherlock estaba muy feliz, estaban de aventura como en los viejos tiempos solo que ahora con asuntos mucho más turbios. Le encantaba, sentía que era navidad u no podía ocultar su emoción por el asusto. Las cosas empezaban a ponerse divertidas por fin. La casera lo regañó por su entusiasmo, pues no era molarmente correcto estar feliz por la muerte de una persona más.

— Al diablo la vergüenza, el juego a comenzado Señora Hudson…

Soltó al par que abría la puerta y salía del edificio. Estaba listo para lo que se venía, estaba completamente feliz.

Y John, John lo siguió porque creyó que Sherlock le ofrecía vida a su triste rutina.

Notas finales:

Le tengo mucho cariño a este proyecto, lo empecé hace años y creo que merece der terminado, por ello le pondré pasión. He considerado modificar los detalles de ortografía. Por un tiempo me pondré a editarlo, iré subiéndolo hasta el capítulo actual completamente corregido.

¡Gracias por leer!


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