Ella se había ido, el departamento se convirtió en un lugar donde reinaba el silencio, el único sonido que había era el de mi respiración que se había quedado agitada en mi ultimo intento por evitar que ella se vaya.
En mi pecho se había instalado un dolor punzante y mi mandíbula se mantenía apretada hasta el punto de doler para evitar ese llanto que no me permitía y no me permitiría liberar. Ella se había ido, no me había preguntado como estaba, no me había apoyado, no había tenido en cuenta que deje mis inseguridades y termine de mostrarle todo lo que quedaba de mí; desde como mis padres me rechazaban, hasta a mi vulnerabilidad.
El hecho que me halla expuesto le había dado completamente igual, no solamente eso, sino que me había mantenido en silencio mientras ella se descargaba sobre mi y me dejaba sola, sola con una camisa puesta y nada más que soledad y una tristeza que comenzaba a teñir mi pensamiento de colores oscuros. Me estaba hundiendo otra vez, y como muchas veces, no había nadie que me de su mano para salir.
Me di la vuelta dejando de mirar a la puerta del departamento que hace un tiempo había sido cerrada y me fui al balcón, prendí un cigarro y me perdí en la gente que caminaba en la calle, en como estas pasaban imperturbables frente al mundo que se me estaba cayendo encima.
| May me había dejado. |
| Se había ido. |
|Me grito y no me dejo hablar. |
| Samay no confía en mí, ni en mi amor, ni siquiera a pesar de que todas mis acciones demuestren lo contrario. |
Mis acciones, que estaban bien intencionadas, que había sido tomadas minuciosamente para que ambas estemos bien, fueron tomadas por alto, ignoradas. Le había entregado mi cuerpo, cuando se lo había negado a demasiadas personas, le había dicho incontables veces que la amaba, cuando mis muestras de cariño eran nulas, le había mostrado mi lado mas vulnerable, ese que me daba miedo y asco mostrar porque al igual que todo lo demás estaba demasiado dañado. Y ella se había ido.
Mis brazos estaban cruzados bajo mi pecho mientras dejaba que el frío congele mi piel y el vaho se confunda con el humo del cigarro mientras una pequeña llovizna comenzaba a caer.
Desde el noveno piso donde se encontraba el departamento se veía un cielo gris que amenazaba con una gran tormenta y yo apreté el cigarro sobre la piel expuesta de mi muslo apagándolo con el siseo y el olor a carne quemada de mi muslo.
Me pare molesta, mis demonios me repetían frases interminables y repetitivas.
° Te lo dijimos Isolina °
° No eres lo suficiente °
° Tu familia te hirió y ella lo hizo también °
° Ella no te dio oportunidad de hablar °
° ¿No te ama lo suficiente como para preguntarte que es lo que paso,y no solo ver por ella misma? °
° ¿Por qué no te comentó algo sobre tu confianza lo suficientemente buena como para mostrar una faya, y solo se dedico a decir que no la amabas? °
° Sientes el escozor de tu pierna, no lo mereces, nadie lo merece °
° Corre, piérdete, razona, deja de sentir °
° Si no amas, no odias, si no amas ni odias no sientes. No sufres. °
° Corta la dicción, aquí solo lo las acciones cuentan, no importa lo que la gente hace, las acciones son las verdaderas formas. Tú confiaste, amaste, hiciste, abandonaste, cambiaste, rogaste, demostraste. Ella huyo. °
(…)
El calor del agua que para alguien normal estaría excesivamente caliente, para mis sentidos que estaban aturdidos era la temperatura correcta, me había dejado llevar por eso que decía mi cabeza, May no había vuelto, y las gotas de lluvia se escuchaban caer contra el vidrio de la ventana.
El pelo se encontraba sin ningún producto, el cuerpo ya no tenia rastro de jabón, pero el agua seguía cayendo contra mi cara y me dejaba un rastro de dolor sordo mientras descendía hasta los pies entre mis senos y mi estomago.
Luego el silencio se vio interrumpido por una puerta siendo cerrada, y luego pasos que se escuchaban amortiguados por la alfombra, luego otra puerta siendo abierta y cerrada nuevamente. Pasos apresurados mas cerca, la puerta de la habitación abierta y siendo azotada contra la pared; la puerta del baño siendo tocada y luego silencio.
Mire las manijas del agua, y apague la única que estaba abierta, salí del húmedo piso hacia la alfombra y mire donde debía estar mi toalla, pero me di cuenta que no estaba donde la había dejado ayer, mi rostro se movió en dirección hacia el espejo, pero este no me devolvió ninguna imagen, se encontraba abrumado, empañado como mi mente, pero el agua seguía corriendo por mi cuerpo y el frío empezaba a generar un contraste con mi piel, que se encontraba roja por el calor que el agua había traído consigo.
Unos nuevos golpes en la puerta, y luego una voz.
-¿Isolina estas ahí?-
Había escuchado esa voz antes, era un tono angelical, teñido de un matiz de angustia, de dolor, pero dulce como ningún otro. Estaba segura que lo había oído antes, pero mi mente tan anestesiada no lograba conectar las ideas.
Vi mi cuerpo que empezaba a temblar, mientras mis pezones se contraían por el frío, mi cuerpo se empezaba a secar a medida que las gotas caían por mi espalda frías, y mis ojos se clavaron en la manija de la puerta; camine hacia ella y la abrí.
Aun desnuda camine hacia el mueble donde guardaba la ropa y solo tome unas bragas colocándomelas, luego tome la sabana desordenada de la cama y volvía a salir al balcón, o esa era mi idea inicial, porque cuando la sabana se encontraba rodeando mis hombros y cayendo por mi espalda otra vez esa voz se oyó mas cerca aun.
-¿No me hablaras?, ¿Las cosas seguirán así?, ¡¿Piensas salir así?!-
Mis ojos conectaron con otros marrones, y unas pestañas mojadas por resto de lluvia me devolvieron la mirada. Su cabello goteaba agua al igual que el mío, unos labios que camuflaban una de las sonrisas mas hermosas que había visto en mi vida ahora se encontraban fruncidos en muestra de molestia. Luego esos ojos que me miraban con enojo se chisparon, perdieron brillo y luego un bufido salio de entre esa boca dejando ver un rastro de dientes blancos perfectamente ordenados muestra de una ortodoncia reciente.
-¿Volviste?- mi voz estaba estrangulada, pero era la única emoción que mostraban, tal vez el quiebre había sido el peor que había experimentado en toda mi vida. Era probable que al verla salir, todas mis esperanzas de algo feliz se hayan ido con ella.
-Evidentemente volví, aunque no fue porque tu me fueras a buscar, ahora me puedes decir ¿por que estas desnuda?- se cruzo de brazos y elevo una ceja en signo de altanería.
-Usaste mi toalla- termine de abrir la puerta que daba al balcón y salí.
El agua caía a mares, el sonido de las gotas de lluvia al romper con el piso tapaba todos los demás sonidos del ambiente. El frío me golpeo hasta casi hacerme retroceder, pero solo me estremecí y me deje caer en la silla sentada y cubrí mi cuerpo mientras prendía otro cigarro. Cuando el humo salio de mi boca luego de la segunda calada escuche la puerta corrediza siendo cerrada y luego el cuerpo de May caer en la silla a mi lado. Se sentó en la punta de la silla y junto sus manos en las rodillas viéndome.
-Hay que hablar Nina, me porte mal en gritarte, pero estaba muy enojada. Me molesto de sobremanera que no hayas confiado lo suficiente en mi como para contarme la situación por la que estabas pasando, se suponía que debíamos ser abiertas con la otra, que nos íbamos a apoyar, pero tu lo único que haces es ocultarme cosas, no hablas conmigo y si no lo haces no se que esta mal contigo. Te pregunte muchas veces porque tenías esa cara tan triste, porque estabas mal o si algo te pasaba, y… tú me lo negaste. Me mentiste. Yo…yo deje a mi familia y vine contigo, deje mi trabajo, deje todo y tu no eres capaz de decirme que jodidas mierdas te pasa, yo soy la única que esta sacrificándolo todo por esta relación y lo único que consigo es que tu me mientas, es que…¿Qué debo hacer?, ¿Qué se supone que haga ahora?- su voz había ido perdiendo impulso a medida que hablaba, y casi al final se había quebrado, avisando un llanto que no estaba a nada de llegar.
-Me encontraba sola, y tú me dejaste- el humo del cigarro vuelve a salir en cascada de mi cuerpo que comienza a temblar por el frío.
-Mi familia me odia, en mi trabajo solo soy una empleada mas, mi hermano tiene vergüenza de mi y mi novia esta ciega. Ella no ve que hice todo por ella, le mostré lo más vulnerable de mí, que salga a la luz. Estaba dispuesta a todo por ti, a dejar a mi familia, a irme donde quieras, a vivir bajo un punte y tú no pudiste verlo. Yo preferí que el tiempo que estamos juntas nos la pasáramos bien, si yo hubiera sacado esos papeles hace una semana atrás no nos hubiéramos reído, no nos hubiésemos amado, tu ibas a dudar si quedarte o no y yo estaba muerta de miedo, no estaba triste porque ellos me hayan despojado de todo, estaba muerta de miedo porque te ibas a ir, y yo no me quedaría con nada, pero hace dos horas, donde estaba dispuesta a casarme contigo, cuando esperaba que me abrazaras y me dijeras que todo estaba bien, todo me estallo en la cara.
¿Qué quieres tu de mi?, ¿quieres que te ame?, eso ya lo hago, ¿quieres que te respete?, lo hago desde el momento en cuando me dijiste tu nombre la primera vez que hable contigo, ¿quieres ser mi mundo?, lo eras hace apenas unos minutos. Lo eras hasta que en vez de abrazarme preferiste correr a un lugar que no conocías y dejarme llorando en un lugar donde estaba sola-
Solo quedaba una sola calada más del cigarro y la uso para encender otro, y mientras el cigarro se consume en mis dedos dos vidas están enfrentadas, perdidas y más alejadas de lo que en ningún otro momento estuvieron.
En el balcón de un noveno piso, en una ciudad de la que ninguna de las dos chicas que están sentadas se siente parte, el mundo llora en grandes gotas de agua helada. Nadie sabe que ellas dos se aman, nadie sabe que las soluciones están más en la superficie de lo que creen, pero ahora donde la lluvia cae y apaga todos los sonidos. La ciudad se convierte en sordo-muda y todo queda en silencio, y sin respuesta.
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