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Mi Niña por LimonyMiel

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Notas del capitulo:

hola, hola acá Miel, espero les guste el capitulo, no prometemos actualizar diario pero si seguido, lamento si hay errores. 


Miel, Venezuela. 28/03/17, 4:36 pm 


una tarde con un clima extraño que me a inspirado 


 

Nuevamente es viernes, y aquella pelea que llevó a tanto siendo una estupidez ha quedado en el pasado, durante estos días me enfoque en su totalidad en hacerle ver a Nina que la amo con todo mi ser y por ello estoy acá junto a ella.


Además también adelante mucho papeleo, mamá ya tiene unos cuantos y otros más se tardaran unas semana, pero ya hemos adelantado lo esencial, quizás en unos dos meses pueda volver a una rutina un poco más activa.


Si bien aquella discusión quedo al olvido, tampoco se ha tocado de nuevo el tema de lo que sus padres le han hecho y la verdad deseo hablarlo con ella y lograr que me cuente como se siente respecto a esto aunque no tiene necesidad de decirme mucho porque se le nota que le ha afectado mucho, y como no le va a afectar si padres la están negando completamente.


Termino de preparar la cena y veo el reloj el cual marca las 5 pm, es temprano para comer pero la idea es hablar cuando llegue del trabajo, me cuesta creer que unos padres puedan hacer esto a un hijo.


El sonido de la puerta me hace sonreír como idiota, la extrañe tanto que sin pensarlo me encamino a recibirla y plantarle un beso en los labios para probar ese sabor que tanto me gusta, y tan adictivo es para mí.


— Bienvenida a casa — Susurro sobre sus labios y puedo sentir como sonríe.


— Me encanta estos recibimientos — Sonríe como idiota y tomo su mano con cariño para guiarla al comedor.


— Sé que es temprano pero podemos cenar y charlar un rato ¿Qué te parece? — Ella sonríe como respuesta, luego me observa acomodar ambos platos con una sonrisa tonta en los labios.


Una vez esta todo acomodado llevo la comida a la mesa y me siento a su lado, me he dedicado toda la tarde a cocinar así que si le gusta la comida será un logro para mí, al verla sonreír al probar la mi corazón late alegre, le ha gustado.


— Está muy bueno, mientras yo intento envenenarte tú me preparas estas delicias — ¿Cómo no sonreír con sus ocurrencias? Le doy un pico suave en los labios, sé que si alguien me mira cuando la observo podrá notar que la adoro con todo mi corazón.


— A mí me gusta tu comida aunque pueda morir intoxicada — Una pequeña carcajada sale de mis labios ante el puchero que ella hace. — Quiero hablar contigo de algo Nina, que hemos tratado de dejar a un lado pero es importante — Automáticamente veo el miedo y angustia acumularse en sus ojos y suspiro no me gusta que se preocupe por algo que tenemos que hablar — ¿Que ha pasado con el proceso legar que tomaron tus padres? ¿has intentado hablar con ellos?


La veo endurecer el gesto y suspirar, sé que esto la está matando por dentro y me duele mucho que ellos le estén haciendo esto me duele como no tienen idea verla así, tan triste.


Han pasado varios minutos y ella sigue en silencio, así que tomo sus manos y entrelazo nuestros dedos para que sepa que yo estoy acá para apoyarla en lo que este en mis manos, para hacer su apoyo.


— No he sabido nada de eso, hable con el miércoles de la misma semana que llegaron los papeles y él se está encargando de todo, lo que si se es que no tendré apellidos y seré una bastarda — la oigo suspirar y simplemente la abrazo con cuidado y miedo a verla quebrarse de nuevo. — No he intentado hablar con ellos ¿para qué hacerlo? Después de que me enseñaron todo eso de la igualdad de respectar a cada persona sin importar su manera de pensar y sus decisiones me salen con estas.


— Lo entiendo nena, te juro que entiendo y sé que te duele — Acaricio su mejilla con amor, hemos dejado la comida olvidada para centrarnos en nuestros miradas — Pero son tus padres y a veces ellos se equivocan, no pierdes nada con intentar hablar de nuevo con ellos.


— Para que May, para que me vuelvan ¿a insultar y me digan que iré al infierno? No quiero pasar de nuevo por ello, duele mucho y prefiero simplemente olvidar — Suspiro porque sé que le duele, y no sé qué aconsejarle sinceramente me molestar no poder ayudar.


— Lo entiendo, pero no sé qué decirte y no quiero verte triste — Ella me mira con esa manera tan suya de mostrarme que me ama, hace que quiera abrazarla y nunca soltarla.


— Solo seamos felices mi niña — Asiento ante esas palabras por que así será seremos felices y juntas nos encargaremos de ello sin importar que piensen los demás, así llevemos la contraria a lo que la sociedad considera como normal, nos importa muy poco, con tal de ser felices.


(...)


Lunes de nuevo, y no me gustan los lunes porque sinceramente me acostumbro muy rápido los fines de semana en estar todo el día a su lado, por ello cuando se va trabajar y me quedo sola en casa me siento nostálgica con ganas de tenerla a mi lado, unas ganas enorme de nueva soltarla. 


Como cada mañana de entre semana como mi desayuno preparado por ella mirando el diario que ha dejado para mí, son las 9 am y suspiro por que será otro día largo sin tener mucho que hacer, quizás vea una serie o escriba un poco tengo tiempo sin hacerlo y es algo que me encanta.


Termino de desayunar y dejo todo en orden, cuando me dispongo a ir por la laptop de Iso para escribir mientras escucho música, escucho como la puerta es tocada, en estas casi tres semanas que llevo acá nunca nadie había venido a estas hora.


A paso rápido porque los golpes no cesan y cada vez son más fuertes voy hacia la puerta, me asomo en por el ojo mágico y veo a una señora detrás de esta, abro con calma y esta solo me mira con molesta.


— Buenos Dias ¿En qué puedo ayudarle? — esta me mira con asco y sonríe con prepotencia ¿Quién es esta mujer?


— ¿Dónde está Isolina? — Su voz me causa escalofrío y si la detallo más esta tiene cierto parecido con Nina ¿será su madre?


— Se encuentra en el trabajo, ¿Quién la busca?


— Soy su madre, y es magnífico que no este, tengo que hablar contigo — Oh mierda, respiro profundo y asiento, doy espacio para que pueda pasar, quizás si hablamos vea que está haciendo algo mal.


— Por supuesto dígame para que soy bueno — Le muestro el sillón de la sala para que se siente pero esta no lo hace y esto me hace sentir incomoda es obvio por la actitud de esa mujer que no vine a nada bueno.


— Para nada por lo que veo por tu cumpla mi hija ahora es una degenerada — Suspiro para no caer en su juro tengo que demostrarle que soy mejor que ella y esa actitud de mierda.


— Permítame pero estoy en desacuerdo, ella y yo no estamos haciendo nada malo, y no estamos en el siglo XVIII donde ser diferente es malo y lo único en lo que debe pensar una mujer es en buscar a un hombre — Digo con tono firme y ella solo me mira con odio.


— Sera una hija de ...


— No permito que venga a insultarme en nuestra casa, ella desea que ustedes lo entiendan, son sus padres ¡Por Dios! Como le pueden hacer algo tan bajo como lo que están haciendo — De verdad por más que intento no alterarme simplemente no puedo solo pensar todo lo que está sufriendo mi nena por ellos me da un coraje tan grande que solo quiero decirle unas cuantas verdades.


— Debería darte vergüenza utilizar el nombre de Dios, por Dios hasta "Nuestra casa" — hace énfasis en lo último, en este momento me permito reír ¿Quién se ha creído esta mujer?


— Es a usted a la que le debería darle vergüenza al tratar a su hija de esa manera señora, nosotros no hacemos mal a nadie, y me da una impotencia muy grande no poder hacer algo para que usted y su esposo habrán los ojos y vean el daño que le están haciendo — tomo aire e invoco todo mi auto control para no gritarle y mandarla a la mierda.


— ¿Daño? ¿y el daño que nos hizo ella a nosotros? Quien nos ayuda a pasar la vergüenza y el asco que estamos teniendo en estos momentos — Samay respira, Samay es una señora mayor.


— Veo que su mente está cerrada completamente, así que no entiendo a que vino puede...


— A decirte que te alejes de mi hija el problema eres tu — me interrumpe y solo la puedo mirar con asombro.


— No voy a dejar a su hija por nada de mundo, si eso es lo que veía a decir se puede ir — y sin notarlo la mujer me da una bofetada tan fuerte y me tambaleo hacia atrás.


— Todo es tu culpa engendro mi hija era normal — Quiero llorar y a su vez devolverle el golpe pero simplemente me trago el nudo en la garganta y le miro mientras acaricio mi mejilla.


— Váyase de mi casa...


— ¡Tu casa, esta casa es de mi hija! — Grita aquella mujer y simplemente no puedo más, así que la tomo del brazo y la saco a la fuerza de la casa, al cerrar la puerta simplemente me permito llorar, como esa mujer puede ser así, pobre de mí nena al tener una madre así.


Busco mi teléfono y me debato si decirle o no, pero sé que lo mejor es hacerlo, además necesito que me abrace, decido mandar un texto porque no quiero que me oiga llorar.


Para: Nina <3


Tu madre ha venido a casa, ahora entiendo porque no quieres hablar con ellos.


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