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Mi Niña por LimonyMiel

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La paciencia nunca fue lo mío, y en esos momentos donde la euforia y la ansiedad me superaban me daban ganas de volver en el tiempo y decirle a la Nina pequeña: "Eh nena, avispa un poco y aprende a esperar, esto te va a servir mucho en el futuro"; pero por supuesto que ¡No!, me encontraba con el departamento limpio de pies a cabeza, mi ropa como nunca estaba limpia acomodada planchada y perfumada como diciendo "¡Tía te acordaste que existe el desodorante para ropa fina!", y los pisos brillaban. Todas las colillas de cigarro habían desaparecido y por supuesto las ventanas habían estado más tiempo del debido abiertas para eliminar ese maldito olor del demonio que tanto me gustaba.

 

Sólo quedaban preparar un par de cosas para la llegada de May, y por supuesto siendo como era, había dejado para el final lo más complicado, porque haber... ¿Porque voy a solucionar lo más fácil antes si a mí me encantaba autojoderme la vida?.

 

El número dos resonaba en mi cabeza varias veces:

1) Aprender a cocinar, ampliar mi repertorio culinario más allá de un huevo frito.

2) Comunicarles (porque obvio que nos las iba a comentar o sentarme a charlar) a mis padres que dé pronto y desde la mismísima nada me gustaban las tías. Y sobre todo hacerles entender que el hecho de que haya salido con tipos no significaba nada, aclararles además que no estaba poseída por ningún Satán o sus 7 demonios superiores y avisarles que tampoco me había liado con Balial...

 

¿Dónde exactamente me había quedado?...

 

EL LIBRO DE COCINA NINA EL JODIDO LIBRO DE COCINA.

 

La semana anterior a desquiciarme y comprar el pasaje para May había deambulado por mi mente aprender a cocinar, así que había encargado en la librería diferentes libros, había practicado y luego de quemaduras de tercer grado y una que otra cana había conseguido hacer un Omellet... Si un omellet quemado y que sólo llevaba queso....

Pero al pasar los días y tras aprender a prender el extractor de humo había conseguido entender un poco más del arte culinario....

Ahora el verdadero problema... Y el que más me pedía atención era llegar a la casa de mis padres para hablar de lo que yo había denominado "Epileur" y no me pregunten porque cojones le había puesto así el tema de decirles a mis padres que era torta y me iban las tías, simplemente un día me estaba depilando con una crema y dio la casualidad de que se llamaba así, y mientras idea a un plan para decirles a mis padres de mi nueva condición recordé que si tenía planeado practicar sexo oral necesitaba quitar a la Amazonas de entre mis piernas....

Me eh dispersado de nuevo, la cuestión es que luego de dejar todo mi hogar limpio y bonito tome el teléfono, llamé a mi antigua casa avisando que iría, y poniendo mi voz de suspenso dije lo típico que dicen los tíos cuando la relación de pareja anda mal: "Tenemos que hablar".

 

Luego de hablar me di un baño extenso donde me hice un baño de crema para que el cabello me brille más y luego de mis 15 minutos necesarios bajo la lluvia salí, me cambié de una vez por todas para ir a la guerra con mis padres y el crucifijo que me tatuarían en la frente por hereje y engendro de Satán.

Llevaba unas calzas negras con mis siempre fieles amigas botas militares, una remera que en su momento era mangas cortas y cuello en U, que en un arranqué de locura la corte de las mangas quedando solo las sisas profundas a modo que se vea el top negro de bajo. Toque la puerta de la casa de mis padres y la inconfundible alarma que estaba integrada por una manada de 4 caniches me recibió junto con mi madre que me veía mientras torcía el gesto.

 

Me golpee mentalmente por no ponerme algo más "colorido" y entre refunfuñando.

 

—  ¿Está papá?, no quiero volver a repetir lo que os voy a contar de nuevo, no quiero doble riña...

 

—  Hola a ti también cariño, y sí, tu padre nos está esperando en la cocina.

 

(Aquí vamos)

 

(...)

 

¿Pueden creer que mi madre tuvo que desahogarse con calmantes mientras mi padre me desheredaba por ser una "mujer de mente perturbada"?

 

En ese momento me moleste muchísimo, ¡Joder era su hija!.

 

Luego pase por la etapa de negación, no podía creer que después de todas las cosas que me habían enseñado como la igualdad y el respeto me digan esas cosas, además de tratarme de la forma en que lo habían hecho.

Ahora estaba en la etapa depresiva mientras caminaba hacia el súper para terminar de tener todo listo para la llegada de May. Necesitaba que todo entre nosotras este bien, necesitaba saber que ella me amaba con la misma intensidad y locura que yo, he intuía que aunque no con la misma posesividad ella me cuidaría de que nada malo me pase.

Luego de llorar, de limpiarme el maquillaje una cincuenta veces, de arrastrar hasta el coche las bolsas y descargar todo en casa suspire y luego a una sopa tranquila me fui a dormir.

No podía dejar de ver el reloj, ¡El muy maldito se burlaba de mí, no había pegado un ojo, y las horas pasaban demasiado lentas!, May llegaría cerca del mediodía, y recién eran las 6 de la mañana y yo seguía con los ojos abiertos cual búho.

Realmente me planteé tomarme una de esas pastillas de mi madre sólo para que las horas terminaran de caer una tras otra.

 

Al final, y como no podía con mi genio me levanté, hice la cama unas ocho veces, porque a decir verdad no quedaba como quería, o simplemente no tenía otra cosa que hacer.

Luego de tender y destender el colchón me fui a bañar y está vez estuve más tiempo de lo que normalmente estaba bajo la ducha, al salir comprobé el horario de salida del vuelo de May y luego me dirigí aún mojada y en toalla a la cocina a preparar mi desayuno.

¿Se acuerdan lo de que no sabía cocinar?, pues para que vean lo genial que soy, me prepare tostadas con miel, y tome mi fiel té de limón.

Creo haberme salteado la parte de explicar cuántas horas de mí vida había perdido viendo que mierda de ropa me pondría cuando iría a buscar a Sa al aeropuerto, pues fueron como... No sé cuándo horas tiene una semana y no me voy a poner a contarlas... Lo único que sé es que eran muchas y pues todo ese tiempo estuve pensando, y cuando me quise dar cuenta me regañe por detenerme en temas tan banales cuando sabía que al fin y al cabo ella me debía aceptar como era, ya sea como una linjera o una hermosa princesa (aunque medio gótica por la cantidad de negro que usaba).

Ya estaba lista, prefería, antes que metillarme la cabeza pensando que hacer, dirigirme directamente al aeropuerto y esperarla mientras bebía café o me ponía a leer un libro.

Tome las llaves del auto me acomode un ves más mi traicionero pelo rubio y salí antes de arrepentirme o ponerme a pensar de más hacia su encuentro.

 

(...)

 

Hay muchas cosas que aún ustedes no saben sobre mí, como que odio a la gente (A pesar de que sea farmacéutica y me dediqué a buscar medicamentos para que ellos no se sientan mal), me molestaba el constante ir y venir de la gente, el ruido de las azafatas y las voces anunciando los próximos vuelos. Aún no estaba segura si era propio de mis nervios o si de verdad era tan antipática y asocial como mi psicólogo me había dicho.

Mi corazón estaba desbocado, ya habían anunciado que el vuelo de May había llegado y que estaban en la zona de desembarque, ¿Cómo explicarles lo que sentía?.

Estaba eufórica, miedosa, ansiosa, necesitaba salir a fumar con todas mis fuerzas, me orinaba de los nervios, me masticaba constantemente los labios como si fuera goma de mascar mientras ponía un pie frente al otro para llegar a la puerta de embarque y creo que la sensación que sobresaltaba sobre todas las demás era la felicidad.

Estaba loca e irremediablemente feliz, por fin la vería, por fin iba a estar a mi lado. Vería a mi niña.

 

Y entonces todo paso sin que me diera cuenta.

 

Ella estaba ahí, a menos de cinco jodidos metros, sus ojos marrones contrastaba y colisionaban con los míos, no sabía si la humedad de sus ojos se debía a que iba a llorar o si simplemente están reflejando los míos propios.

 

Y todo se volvió silencio, nada, absolutamente nada importaba, ella dejó sus maletas, y ambas nos vimos como preguntando qué hacer, pero la respuesta estaba demasiado clara.

 

—  Oooh joder que hermosa eres — Y ya, sin más así en un susurro mi voz salió y no espere hasta ver como sus mejillas se sonrojaban para juntar mis labios con los de ella.

 

Sus labios dulces fueron tomados por los míos, como las infinitas veces que había soñado que lo haría, no fue un beso necesitado, sólo fue uno de bienvenida, uno que contenía muchas promesas.

 

—  Al fin estas aquí, mi niña — Y susurrando esas palabras contra sus labios mientras sus ojos se conectaban con los míos, nuestros labios se volvieron a sellar.

 

—  Estoy aquí, Nina —

Notas finales:

Eh de explicar que las actualizaciones de esta historia serán rápidas. Es un juego que nos planteamos entre Miel y yo.

Es una historia que se crea como si fuera cada capítulo independiente, ya que yo tomo desde donde Miel lo deja y empiezo a escribir, lo más gracioso es que ninguna de las dos sabe que escribe la otra hasta que lo vemos publicado aquí.

.....

Espero que quieran formar parte de nuestro juego.

Esperamos sus comentarios y estrellas, recuerden que su apoyo es el que nos ayuda a escribir.

Besos y nos vemos en otra parte de esta historia.

Argentina. 16/03/2016. Una noche estrellada.


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