En mi vida solo me había subido a un avión una sola vez en mi vida, y fue para un vuelo nacional que no duro más de 45 minutos. Nunca en mi vida había salido del país, y mucho menos durado casi 10 horas en un avión, de por si me da pánico las alturas pero todo esto lo hacía por ella, solo por ella.
El vuelo me había parecido eterno, no solo por el hecho de que sentía que esa cosa se iba a caer sino porque las ansias de que la iba a ver me atacaron en ese momento, tenía miedo de no gustarle de que simplemente lo que teníamos a través de mensaje o video llamadas no fuesen más que una ilusión.
Mi mente maquinaba mil y un cosas en esas horas en el cielo, tenía miedo de que quizás no funcionara de que estuviese cometiendo un error, después de todo había dejado mi vida entera atrás por Nina, por alguien que no conocía en persona pero que ha hecho que mi corazón lata tan rápido como nadie más.
Pero entre tantas estúpidas novelas que se formaban en mi mente, siempre salía la misma conclusión, la cual es que nos amamos y que a pesar de lo difícil que pudiese ser vamos a poder enfrentarlo.
Una hora antes de que el avión aterrizaran me levante para ir al baño del avión necesitaba arreglarme un poco, no había podido dormir ni un poco las ojeras me hacían ver como un panda, pero no uno tierno y lindo, sino uno feo. Simplemente quería estar perfecta para ella.
El susto del aterrizaje me hizo latir el corazón a mil por hora, pero en realidad pienso que no fue tanto eso si no el hecho de que estaba a minuto de verla.
¿Alguna vez han sentido esas cosas que se hacen llamar mariposas en el estómago? Pues yo sentía no mariposa sino como dinosaurios haya dentro, estaba muy ansiosa mis manos sudaban, mis piernas temblaba y mi corazón parecía querer salirse de mi pecho.
Mientras bajaba del avión no hacía más que arreglarme la ropa, quizás no era buena idea usar un pantalón ancho negro y una camisa aún más ancha de color violeta, porque no me veía precisamente guapa, en el momento que me vestí antes de salir de casa bueno de mi antigua casa, no había pensado simplemente pensé en la comodidad del viaje ahora me arrepentía.
Espere por mi maleta mientras movía uno de mis pies con impaciencia, cuando por fin la tuve conmigo me dispuse a salir de la zona de desembarque.
Mis ojos se movieron alrededor del lugar buscándola, pero cuando la pude divisar todo lo que estaba a nuestro alrededor desapareció, simplemente éramos ella y yo. Escuchar que le parecía hermosa obviamente me hizo sonrojar, y finalmente sentir sus labios sobre los míos me hizo sentir que miles de fuegos artificiales explotaran sobre nosotras.
Me parecía que estaban en un sueño es que joder habían pasado 3 años desde que hablábamos y por fin la tenía entre mis brazos, no quería soltarla más nunca, pero tenía que hacerlo después de todos teníamos que irnos de ahí.
Caminamos de la mano (Aunque nunca me gusto hacer eso, pero con ella no me importaba, con ella era diferente se sentía perfecto) hasta su carro, me sorprendía todo lo que ella tenía a su edad, un apartamento propio y carro, cosa que yo no tenía en mi país, de hecho ni sabía manejar, mi papá decía que aún no era tiempo de enseñarme ¿Cuándo iba a ser tiempo si tenía 21 años?
Ambas nos subimos a su carro y ella emprendió camino hacia lo que creo era su apartamento, solo me soltaba la mano para hacer cambios de velocidad de resto estas siempre permanecían unidas, estaba nerviosa mucho no sabía que iba a ser de mi vida a hora en adelante.
Pero estar con ella es como ver uno de esos paisaje donde el verde predominaba y te hacia amar el aire fresco, Nina era mi aire fresco mi manera de vivir.
Al entrar en su departamento lo observe detalladamente, era grande y estaba todo muy ordenado se notaba que había sido otras de limpieza profunda, porque la conozco y sé que es un poco desordenada, no al extremo como yo, pero tan poco tan ordenada como estaba el departamento en ese momento. Saber que se había esperado para que tuviese una amena bienvenida me hace sonreír.
— ¿Te gusta? — Sé que estaba nerviosa por mi opinión por saber que estaba cómoda, era obvio que quería que todo fuese perfecto.
— Me encanta Bebé — Sonríe acercándome para darle un beso suave en los labios, ¿Había dicho que es como comer chocolate? Solo tenía una hora en este lugar y ya era adicta a sus labios — ¿Dónde puedo poner mis cosas? — Dije con simpleza mientras la miraba a los ojos.
— En nuestra habitación — “nuestra” Oh Dios eso suena tan lindo pero como es obvio mis mejillas se han sonrojado, es algo que no me gusta, ya que denotaba cuando me colocaba nerviosa.
La seguí hasta la evaluación, ella me mostro el lado del closet que había dejado para mí, ¿Acaso esta mujer puede ser más perfecta? Había pensado en todo. Entre las dos arreglamos mis cosas, era extraño tenerla ahí a mi lado a solo unos centímetros ¿Cuántas veces había soñado aquello? Pero ahora no era un sueño era verdad.
— May, ¿Cómo lo tomaron tus padres? — Pregunto mientras colocábamos todo de forma ordenada.
— ¿Cómo crees que lo tomaron? A papá le dio una crisis, Mamá me dijo que era hija del demonio que no era su hija — Suspiro al recordar fue algo que me dolió, por esta razón nunca me había atrevido a contarle, sabía que no aceptarían nunca como soy — Les dije que me iría con mi novia, no preguntaron donde solo me sacaron de la casa casi a patadas.
— Lo siento — La mire para luego acercarme a ella, necesitaba una brazo y no tuve que pedírselo ella me lo regalo con gusto.
— No tienes por qué disculparte, era algo que tarde o temprano tenía que pasar — Suspire mientras ella acariciaba mi cabello, sus brazos son tan reconfortantes.
— Yo también le conté a sus padres — Aquello me dejo sorprendida, así que levante la vista para verla, no espere que se lo dijese tan rápido, creo que ella tenía más tiempo que yo para planear todo, pero supongo que Nina se dejó llevar por sus impulso, así es mejor todo no vivir entre mentiras.
— ¿Y qué te dijeron? — Pregunte mientras nos sentábamos en la cama una al lado de la otra.
— Básicamente lo mismo que a ti — Dijo algo triste, Nina siempre ha sido de esas chicas que quiere parecer muy dura, y como si las cosas no le afectaran pero es obvio que esta le afecto ¿A quién no le haría? Después de todos son tus padres los que te rechazan.
— Algún día terminaran aceptándolo lo importante es que te tengo acá — Ella solo asintió sonriendo, ¿Hay algo más hermoso que su sonrisa?
(…)
Fue muy gracioso verla intentar cocinarme un almuerzo decente, al final tuve que levantarme y ayudarla ya que no quería comer algo rostizado, el almuerzo fue ameno fue entre charlas y quedarnos embobadas mirándonos, aunque lo he repetido mil veces se me es extraño tenerla así, a veces pienso que es una ilusión.
La tarde consistió en nosotras acostadas abrazadas mientras nos mimábamos mutuamente ¿Algo podía ser más perfecto?, en ese momento olvide completamente el problema con mis padres, o el hecho que iba a trabajar para sobrevivir.
Simplemente me concentre en sus ojos y en lo perfecta que es, y así me quede dormida en sus brazos, ansiosa por un amanecer junto a ella.
(…)
El sonido del timbre nos despertó a ambas, eran las 8 am pero yo aún estaba cansada de todo lo ocurrido en esas 48 horas, así que simplemente me voltee tapando mi rostro mientras la escuchaba gruñir es obvio que tampoco se quiere levantar, pero finalmente lo hizo ella, después de todo lo obvio es que el que tocaba la puerta era para ella.
Me volví a perder el más haya pero el sonido de algunas voces que se escuchaban fuertes me despertó, parecía que Nina está discutiendo con alguien.
— De cuando acá Nina, ¿Te has vuelto loca? No puedo creer que lo que le dijiste a nuestros padres es verdad — Dijo un hombre con voz enfadada.
— Baja la voz Santiago, no quiero que te escucho — Dijo mi novia en voz baja pero igual la oí, era obvio que su hermano se había enterado.
— Así que está aquí —Dijo el hombre pareciendo sorprendido.
— Si Santi, y si no me aceptas como soy ahí está la puerta esperando para que salgas.