-¿Qué es lo que quieres Tiago?, no estoy de humor, y estoy segura que por boca de los viejos ya sabes la cuestión. Mi novia esta ahora tirada en mi cama, y te juro que no es vergüenza por lo que no te dejo verla, sino porque mis celos son enormes, y su remera estaba arruchada sobre su espalda mostrando parte de su piel, y juro que solo yo estoy autorizada en ver eso- bufo mientras aun sostengo la puerta del departamento y me apoyo contra el marco para impedir que sus ojos marrones, un poco mas oscuros que los míos, traten de ver algo mas dentro del departamento.
-Isolina, entiendo que esto puede ser difícil y que nuestros padres pueden llegar a ser fatalistas, pero deberías tener muy claro, que como hermano mayor siempre este al pendiente de lo que te pueda pasar, y me chupa deliberadamente las bolas que te vayan las tías o los tíos, eres mi hermana y eso es todo lo que importa. No voy a ponerme a pensar si el hecho que te gusten las chicas te hace mas o menos raras de lo que ya eres, nunca me valí de eso para considerarte una buena persona, y no voy a empezar justo ahora. Sabes que no soy como nuestros padres, el catolicismo llevado al extremo no es algo que me haga feliz, después de todo si Dios nos hizo, nos debe querer tal y como somos, con nuestras elecciones incluidas. No te preocupes las cosas con nuestros padres se tranquilizaran y podrás sentarte con ellos a hablar, yo me voy a encargar de eso, déjale todo al guapo de tu hermano- me sonrío con superioridad, pero aun en su cara se distinguía el cariño y el amor que me tenia, poniéndome feliz en el interior-, Ahora deja de ser tan grosera, no hables de…tu novia de ese modo, ahora, ¡Muévete!, tengo un hambre de los mil demonios, y necesito desayunar, aun tengo que ir a recoger a Lidia para ir juntos a la facultad- el muy inepto de mi hermano movía las manos indicándome que me hiciera a un lado con el fin de hacerlo pasar, pero mi cara seguía impasible mientras mi ceño seguía fruncido, él realmente pretendía entrar a mi santuario, que en otro momento no me hubiera molestado, pero joder, era mi primer despertar al lado de May, y ya eso me lo había jodido, no lo iba a dejar arruinar también nuestro primer desayuno.
Le sonreí y suavice mi gesto.
-Ve a buscar a tu novia Santiago y déjame de molestar a mi, quiero pasar mi desayuno con mi chica, ahora maldito gigante muévete de mi vista- aun le sonreía mientras el se carcajeaba por encima de mi cabeza.
Agacho su cabeza hasta mi altura, me beso la mía sobre mi frente y antes de darse vuelta me sonrío sobre el hombro.
-Te quiero enana. Siempre estaré de tu lado. Y por cierto, debes presentarme tarde o temprano a tu novia. Cuídate- termino de darse vuelta y se fue bajando las escaleras-
Bufe mientras cerraba la puerta tras de él. Sabia con todos mis sentidos, que no era precisamente mi metro cincuenta y cinco lo que imponía respeto, y por eso siempre me había valido de mi cara de pocos amigos, pero el muy tarado y mastodonte de mi hermano siempre me ablandaba, no estaba segura de cómo lo hacia, pero siempre me quitaba una sonrisa, y se mofaba de mi estatura mientras el se burlaba de que el había salido como papá, restregándome en la cara su metro noventa.
Maldito larguirucho.
Me di la vuelta respirando profundo mientras cerraba mis ojos, y luego me encamine hacia el cuarto de nuevo, ahí May estaba despierta envuelta aun entre las sabanas y una colcha lo suficientemente gruesa como para cubrirnos del frío otoño que golpeaba las ventanas y las empañaban.
-Perdón, ¿te desperté?- dije mientras me sentaba en la orilla de la cama y le quitaba el pelo de la cara.
Ella negó con la cabeza como no sabiendo aun que decir, sabia que todo esto aun era nuevo, y estaba segura que ambas debíamos terminar de sentirnos cómodas frente a la otra, sabia que iba a ser yo la primera por mi personalidad, pero iba a hacer todo lo posible por que ella se integre lo mas que pueda a mi y nos complementemos.
-Mi hermano, Santiago, vino porque mis padres le comentaron lo de mi elección sexual, y vino a decirme que él me apoyaba sin importan mi elección de pareja, también quiso pasar a invadir nuestro espacio y desayunar con nosotras, pero por supuesto que le dije que no- me reí un poco mientras quitaba mi mano de la mejilla de May, no me había dado cuenta y me había mantenido acariciándola todo este tiempo. –si quieres puedes pasar al baño mientras yo preparo el desayuno, dime…¿Qué quieres comer?, yo no estoy acostumbrada a comer tantas cosas a estas horas del día, yo me conformo con tostadas, pero puedo intentar, y sobre todo resalto la palabra intentar- escuche como ella se carcajeaba de mi- hacer algo que te guste.
-Si quieres hacer algo que me guste, debes darme el beso de buenos días, y luego seguir con lo que me venias diciendo- me corto. Pestañee estupefacta a sus palabras, ¿no era yo la de decir las cosas de frente?. Ella se río de mi cara.
-Creo que mi valor se debe a que tu olor permanece en las sabanas dándome valor para hablar- sus mejillas se tiñeron de un rojo fuerte y yo aun con mi estupefacción a flor de piel acerque mis labios a los de ella.
¿Es que realmente ella estaba aquí?, ¿no se iría verdad?, ¿es que sus labios siempre sabían así de bien?
Me aventure un poco mas y mordí despacio su labio inferior haciendo que ella jadee contra mis labios y aproveche esa brecha para dejar pasar entre sus dientes mi lengua que ya deseaba encontrarse y pelear con la suya.
El beso se había intensificado, nuestras bocas colisionaban y se fundían conociéndose por fin, aun seguía sentada sobre una orilla de la cama, y mis ganas de pasar a estar sobre ella era algo que se había instalado en mis extremidades, pero haciendo fuerzas sobrenaturales y que seguramente me quitarían años de mi vida, fui haciendo mas dulce el beso hasta solo, rosar nuestros labios que ya estaban rojos e hinchados por el contacto.
Ella mantenía los ojos cerrados mientras yo admiraba su rostro de cerca.
-Joder, realmente eres hermosa- ella abrió los ojos y su sonrojo se hizo mas notorio mientras me sonreía.
-Ve al baño antes que Ala me quite su fuerza y caiga sobre ti para seguir con lo anterior. Estaré en la cocina preparando algo para comer, ¿si?-
-claro, en un rato iré. Pero Nina, ojala Ala se apiade de nosotras, y quite su fuerza de tu cuerpo-
La muy bastar--…sexy chica que estaba de SHORT, LA MALDITA ESTABA DE SHORT, se levanto de mi cama mientras se estiraba y me mostraba parte de su espalda mientras se dirigía al baño.
(…)
-La verdad me alegro de haber leído todos esos libros de cocina antes que tu llegues, no sabes la cantidad de veces que casi incendio el departamento- estábamos ambas aun en pijamas subidas sobre sillas altas en el desayunado de la cocina. Este tipo de escenarios me lo había imaginado mil veces, ambas hablando de cosas triviales y banales mientras comíamos algo que ambas sabíamos que no era lo mejor pero aun así con una sonrisa en nuestras caras.
Ella se reía de mis ocurrencias y yo sonreía con solo verla. Ella era la luz que me ayudaba a ver el camino, era ella la que me había mostrado con su enceguecedor amarillo que la vida es mas hermosa si tienes alguien con quien hablar.
En un principio, cuando apenas nos conocíamos ella estaba de novia con otra persona, y yo era mas partidaria de los hombres que otra cosa, es mas, si no la hubiera conocido así seria el día de hoy, y seria igual de infeliz de lo que era en mi pasado.
Cuando ambas nos conocimos, fue a trabes de u grupo de whatssap, donde se charlaban eventos de una banda y además, donde se permitía hacer rol play.
Mi personaje resulto por arte del bendito destino estar emparejado con el de ella. Y es a través de eso que charlábamos horas seguidas, demasiadas, tantas que su exnovia se había molestado con ella y conmigo. Supongo que le había causado unos celos irremediables y enfermizos y yo, con mi personalidad burlistica me importo poco y nada esto, solo causando escenas o situaciones donde esta chica solo hirviera más de la rabia.
No recuerdo muy bien como es que esta chica, su exnovia, termina siendo dejada por May, porque, “el amor se a acabado”, en realidad lo que había entrado era justamente eso, el amor. Pero este amor no era otro mas que el que ella sentía por mi.
No se si fue la hermosa personalidad, la tonada sexy y encantadora, si las conversaciones hasta altas horas de la noche, el rol play o simplemente su sonrisa lo que me cautivaron.
Yo, así como ella, estaba tan perdida como ella. Ambas, May y yo nos habíamos enamorado sin darnos cuenta, sin quererlo. Y es justamente ese amor, ese el que surge de la nada y perdura con el tiempo el más fuerte.
Por supuesto que nos peleábamos, nos insultábamos y no nos hablábamos por días, hubo veces que no nos hablamos por meses, pero siempre volvíamos la una a la otra.
Siempre volvía a ella. Porque ella es mi luz, es mi sentido de ser, y lo que quiero para mi vida.
May se me había quedado mirando, por mi repentino silencio.
-¿Paso algo Nina?- me pregunto mientras se llevaba el vaso de jugo a los labios, esos labios que deseaba volver a probar.
-Estaba recordando como nos habíamos conocido. Como empezó todo, y siendo sincera, menos mal que dejaste a la muerta de tu ex, joder que ¡mira de lo que te perdías!- ella se río en respuesta y asintió.
-Andrea, era aburrida, y la verdad nunca termine de entender porque estaba con ella. Gracias por hacerme dejarla- me sonrío mientras me guiñaba un ojo.
Me pare de mi asiento y camine hasta ella, no ayudaba nada que el asiento fuera tan alto, porque su cabeza quedaba mas alta que la mía, pero no me importo. Me coloque entre sus piernas y poniéndome en puntas de pie acerque mis labios a los de ella.
-Gracias a ti, por enceguecerme con tu luz- y selle una vez mas nuestros labios.
(…)