"La Felicidad de Ambos"
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Ese día era sumamente especial. Toda la servidumbre estaba tan atareada preparando el gran banquete real, junto con la supervisión de las decoraciones. Todo tenía que estar perfecto ese día.
Y mientras la servidumbre se encargaba de las preparaciones y decoraciones del castillo, la familia real, junto con todos los invitados se encontraban, viendo aquella hermosa y tan ansiada unión, que desde un principio se sabía que iba a ser algún día.
El novio hacía gala de un perfecto traje negro, mientras que la novia traía un hermoso vestido blanco. Decir que los padres de los novios estaban felices era poco, bueno, al menos por parte de Wolfram y los padres del novio, porque Yuuri estaba a punto de pararse y gritar a viva voz que él se oponía a la boda de su preciada hija Greta, pero Wolfram y sus instintos asesinos se lo impedían, y Yuuri no quería hacer enojar a su esposo, al menos trataría de evitarle ese mal con cuatro meses de embarazo.
Ya habían pasado quince años mazoku desde lo sucedido con Joshua y francamente decidieron olvidarlo y concentrarse en la crianza de sus dos hijos. Afortunadamente Alexis no tuvo ninguna recaída o algo por el estilo, al contrario, el bebé era muy fuerte y para mala suerte de Yuuri, algo coqueto. Y ahora que Yuuki ya era mayor, bueno, al menos ya tenía la apariencia de un chico de quince años y que Alexis ya tenía una apariencia e intelecto de un niño de ocho, ellos decidieron tener a su último hijo, para desgracia de Yuuri, su tercer hijo, iba a ser una niña, según su suegra y muchas mujeres y donceles, que desdicha para el Heika, tener a otra niña, cuando un pervertido ya le estaba quitando a su linda Greta.
—Ulrike sonreía alegre por tal unión. — ¿Alguien se opone a esta sagrada unión?, que hable ahora o calle para siempre. —Termino de hablar, esperando no recibir quejas.
—¡¡YO ME OPONGO!! —Gritaron padre e hijo con una mirada fulminante hacia aquel pervertidor.
—Wolfram solo negó con molestia y con fuerza agarro a su esposo e hijo de la oreja y los obligo a sentarse donde estaban. —Ustedes continúen, ignoren a este par de locos. —Con una sonrisa amable pidió.
—La sacerdotisa solo asintió y miro a los novios. —Los declaró marido y mujer. —Dijo alegre.
Greta y su ahora esposo, Rinji Von Wincott, sellaron el pacto sagrado del matrimonio con un dulce y sincero beso, que fue lo más corto que pudieron, debido al enojado padre de la castaña, padre que ya había entrado a su modo Maou y estaba a punto de ir hacia ellos, siendo detenido por su esposo, quien lo saco de la oreja, junto con su hijo Yuuki, quien también iba a lanzarse en contra del novio. Todo visto con gracia, por el menor de los hijos, quien solo se acercó a su hermana para darle un hermoso broche hecho con sus propias manos.
— ¿Nos vamos? —Preguntó a su ahora esposo.
—Sí, pero he de admitir que tu padre me da miedo. —Comentó el castaño con total nerviosismo.
—No se preocupen, yo me encargo de mi padre y Yuuki-nii. —Hablo el pequeño rubio con una tierna sonrisa, que hizo que se calmará la pareja de recién casados.
Alexis Von Bielefield era un niño tierno, amable y valeroso, pero cuando la situación lo ameritaba podía ser justo y muy orgulloso, incluso salía a relucir su lado batallante y lleno de justicia y convicción, justo como ahora que veía a su muy querida hermana mayor siendo molestada por dos seres celo-patas y egoístas como lo eran su padre y hermano, y el como buen Bielefield haría justicia en contra de ese par de locos. Sus verdes y brillantes ojos llenos de inocencia, heredados de su "madre", junto con aquel hermoso y brilloso cabello ondulado de un color rubio, sin duda era un doncel muy hermoso ¿y cómo no?, si esa belleza sin igual la había heredado de su padre doncel, junto con ese lado lleno de orgullo y venganza.
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La fiesta dio inicio con gran fervor y fascinación. Los novios ya habían pasado de mesa en mesa para recibir felicitaciones y buenos deseos por parte de los invitados, pero la mesa que ponía nervioso al novio era la de la familia real, mesa donde el Heika y el mayor de los príncipes lo veían con ansias asesinas, cosa que era notado por el menor de la familia.
—Papá, ¿cómo se hacen los bebés? —Con inocencia y sus verdes ojos brillando pregunto.
Si, Alexis era muy bien conocido por ser un cumplidor en sus promesas. Miro a su hermana y cuñado y les guiño el ojo en señal de "todo está bien", porque aquella pregunta si que agarro desprevenido a su padre, quien ya estaba sudando y tenía las mejillas sonrojadas.
—Bueno, los bebés nacen...pues nacen y ya. —Estaba nervioso, más porque su niño inocente lo veía con tanta atención y dedicación.
—Sé que nacen, pero no sé cómo se hacen, y más concretamente, ¿cómo entran en las mamis y los papis? —Sus ojos miraban al vientre de su papi, el cual también se sonrojo.
—Ahora sí, Yuuri estaba perdido, no sabía cómo explicar algo tan difícil a su curioso hijo. —Pues, cuando un padre quiere mucho a un papi o mami, los bebés llegan. —Dio una explicación muy pobre.
Wolfram solo negó con resignación, no podía creer lo tonto que era su esposo con esos temas, y es que aún está el recuerdo de cuando hablo con Yuuki de cosas de hombres, cosas como cuando se tiene que cuidar en el sexo y eso, más porque Yuuki salió riéndose de lo enclenque que su padre era. Claro que esa plática ayudo y su hijo mayor se comprometió con el menor de los hijos de su hermano mayor, cabe decir que casi matan a Yuuki por tal osadía.
—Eres un enclenque. —Murmuró con pena.
Greta solo veía aquello con diversión, sin duda su hermano menor cumplió con su promesa y mantuvo a su padre y hermano muy ocupados con tan repentinas y abrumadoras preguntas.
Claro que todo el tema de Greta quedo atrás cuando la familia Winsord llego a la fiesta, y todo porque tanto el hijo de dicha familia como el pequeño Alexis tenían algo muy especial, cosa que molestaba a su padre y hermano, y alegraba a Wolfram y la familia del pequeño varón.
—¡¡CHRIS VENISTE!! —Grito feliz el pequeño rubio, mientras abrazaba con fuerzas al pequeño varón que tanto quería.
—Pero claro que vine, tenía que felicitar a mis cuñados y ver la sonrisa de mi hermoso futuro esposo. —Dijo sincero el niño.
Y allí estaba la razón por la que Yuuri odiaba cuando el niño llegaba de visita, Christopher Von Winsord era tan serio y sincero con sus sentimientos, sentimientos que eran muy bien dirigidos a su pequeño niño, el cual estaba completamente alegre y sonrojado por lo que su primer amor le había dicho.
Y aunque Yuuri ya sabía el destino de esos dos, también recordaba la promesa que hacía años le hizo al gran Tristán Von Winsord, "no se la dejaría nada fácil".
— ¡Aléjate de mi bebé! —Ordenó con furia, mientras abrazaba de manera posesiva a su pequeño doncel.
Si las miradas llegarán a matar, esos dos ya se habrían matado entre sí. Porque precisamente Yuuri y Chris se fulminaban con la mirada. Uno por ser un padre muy protector y el otro por ser un pequeño y muy enamorado niño, porque aun con su corta edad, Christopher Von Winsord sabia con toda seguridad que amaba al pequeño doncel Alexis Von Bielefield, y también tenía por seguro que se casaría con él, por esa razón agarro desprevenido al Maou y con rapidez abofeteo la mejilla derecha del rubio, hasta hacer que ladeara la cara.
Todo el mundo se quedó en silencio por tal osadía del pequeño valiente, quien con toda firmeza, beso el lugar donde había golpeado, haciendo enfurecer aún más a su futuro suegro y sonrojar a su ahora prometido.
—Yo lo amo y ahora es MI prometido. —Miro con seriedad al Heika.
—Vaya enclenque, Christopher es más valiente que tú y Yuuki juntos. —Comentó el consorte con diversión.
Cabe decir que de mala gana acepto aquello, más porque Wolfram lo animaba diciéndole que aún faltaba mucho para decir que eso era amor, aunque muy en el fondo, el mismo sabía que esos niños tenían sentimientos puros y muy maduros para su corta edad.
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Shinou y Murata veían con diversión aquel diario que años atrás habían obtenido, diario que brillaba con más intensidad cuando el consorte cumplía un mes más de embarazo, y ellos ya sabían la verdadera razón de aquello, más porque ellos ya sabían el destino de la pequeña princesa y aquel que años atrás murió siendo una víctima más de Joshua.
—Me pregunto cómo reaccionará Shibuya cuando sepa el destino de su futura hija. —Comentó con burla el gran sabio.
—Eso no es nada, comparado con la persona destinada a esa niña, sabes cómo odiaba a Jackie, me va a dar más gracia cuando vea que el hijo que están esperando Hube y Nicola es la reencarnación de ese chico. —A Shinou le hacía mucha gracia aquello.
Y esa era la nueva verdad, la pequeña princesa que la pareja real esperaba con tanta emoción, era la reencarnación de Marielle, aquella dulce chica que había muerto para darle una oportunidad a su querido amigo y a aquel dulce doncel que no tuvo culpa de nada, ahora la vida le daba una nueva oportunidad de tener lo que nunca tuvo y lo que le fue arrebatado, y no solo a ella, también a aquel chico que fue víctima del mismo malvado ser, y ambos serian bendecidos con el amor mutuo, cosa que también haría a Yuuri rabiar.
—Solo espero que Shibuya no muera por tanta sorpresa. —Comentó el de lentes.
—Sabes que eso no pasará, después de todo, tiene a Joshua para descargar su furia. —Dijo con extrema seriedad.
La sola mención de aquel repugnante ser hizo que el ambiente se tensara y es que Yuuri no mato a Joshua Winston, al contrario, el hombre estaba en una celda secreta y oscura, lejos de toda vida y luz, los únicos que sabían de su existencia eran sus cuñados y Adalberto, quienes le ayudaban a esconderlo y torturarlo, ese tipo saco a relucir el lado oscuro del siempre noble Yuuri Shibuya.
—Shinou, ¿crees que en un futuro, todo sea así de feliz para esos dos? —Preguntó curioso, ciertamente le preocupaba demasiado el futuro de los actuales reyes.
—Shinou solo sonrió sincero. —Amigo mío, sabes que si se ama de verdad, las almas destinadas se reunirán una vez más, y cuando eso pase, el amor volverá a resurgir, aún más fuerte que antes, créeme que Yuuri y Wolfram se aman de verdad, y ten por seguro que en su próxima vida se volverán a encontrar. —Estaba seguro de ello, después de todo, ya había visto lo que su sucesor era capaz de hacer por su protegido.
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La fiesta ya había terminado, los novios ya habían partido hacia su luna de miel, un lugar secreto solamente para el Heika y el mayor de los príncipes. Los invitados ya habían partido a sus hogares, salvo la familia del prometido del pequeño Alexis, cosa que aún molestaba a Yuuri.
Ahora mismo, la pareja real miraba con fascinación la luna llena, todo desde aquel balcón en la habitación que compartían desde hacía ya varios años. Ambos se abrazaban con amor y cariño, mientras miraban el firmamento nocturno.
—Yuuri, ¿crees que si morimos nos volveremos a ver? —Preguntó en susurro mientras sobaba con dulzura su abultado vientre.
—Yuuri sonrió y con un gesto cariñoso, beso la frente de su esposo. —Sabes, hasta hace algunos años no creía en las reencarnaciones amorosas, pero sabes, con todo lo que nos pasó, siento que todo nuestro destino fue trazado desde los inicios de los tiempos. —Comenzó a hablar con gran sinceridad. —Si algún día llegáramos a reencarnar, ten por seguro que tú y yo nos volveremos a encontrar, enamorar y volver a iniciar con lo mismo.
—Te amo enclenque. —Dijo sincero, sin duda su esposo hablo con tanta sinceridad, que hasta el mismo creía que algún día se volvería a enamorar de ese enclenque, no importaba cuántas vidas pasaran, el seria solamente de Yuuri Shibuya.
—Yo te amo más Wolfram. —Dijo sincero, para después sellar aquello con un dulce y sincero beso lleno de amor.
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Los años pasaron, muchos murieron, otros nacieron, así era la ley de la vida. Ahora mismo, una hermosa mujer de cabellos largos y castaños, le contaba a su hijo varón la gran historia del ángel durmiente, siendo observada por Ulrike, quien sonreía por el ya conocido y ansiado final.
—El rubio de ojos verdes miraba aquel cuadro con gran fascinación, mientras escuchaba atento la bella historia. — ¿Y cómo despertaron al bisabuelo Wolfram? —Preguntó con duda, mientras miraba los morados ojos de su madre.
—La castaña sonrió con alegría, siempre amaría la historia que su querida madre le contaba cuando niña. —Tu bisabuelo Yuuri entendió cuanto amaba a tu bisabuelo Wolfram, no dejo que muera, por el contrario, un dulce y sincero beso de amor fue el que despertó al ángel e hizo que el hechizo terminará y dejará las cosas como en un principio debió ser. —Termino la historia. —Si te cuento esto, es porque me dijiste que amabas a tu primo Yuuri y no quisiera que ninguno de los dos se hiciera daño, ni que pasarán por todo lo que tus bisabuelos pasaron, además de que el padre de Yuuri es muy protector con él, ya sabes, su único hijo doncel. —Comentó divertida.
El pequeño rubio miro con convicción a su madre, ya se esperaba esa charla y también esa historia que aguardaba tantas verdades en su desarrollo, pero si creía que con eso, dejaría a un lado su amor por el próximo Heika, estaba equivocada.
—Madre, quiero que sepas que yo soy sincero y firme con mi amor, yo amo a Shibuya Yuuri II y nada ni nadie va a cambiar mi decisión. —Hablo con seriedad, parado como un buen soldado.
—La castaña sonrió feliz de tener tan buen hijo. —Y por eso Von Bielefield Wolfram II es tu nombre, Wolfram como tu bisabuelo. —Comentó alegre. —Muero de ganas para ver cómo le haces para comprometerte con Yuuri. —Dijo divertida.
—Ja, nadie me detendrá a la hora de pedirle matrimonio a ese enclenque. —Con seguridad hablo.
—Solo espera a que llegue tu padre para que te defienda, sabes cómo es el padre de Yuuri y dudo mucho poder salvarte. —Comenzó a reír al ver las sonrojadas mejillas de su hijo.
Ambos salieron de aquel cuarto, donde los tesoros más valiosos para los que fueron los justos reyes de Shin Makoku, pero antes de cerrar por completo, la castaña vio dos luces misteriosas, sonrió al saber quiénes eran.
—Nos veremos pronto, Tristán y Crystal.
— ¿Dijiste algo madre? —Preguntó el rubio con duda.
—Nada, solo hablaba sola. —Comentó divertida.
Madre e hijo, se dirigieron al castillo, donde cierto rubio, proclamaría como suyo a cierto enclenque, mientras que en aquel cuarto, los dueños de aquellas misteriosas luces sonreían con gracia.
—Al parecer ya falta poco para separarnos. —Comentó el peli plata.
—Sí, pero eso solo significa que nos volveremos a unir. —Dijo el rubio con sinceridad.
—Por siempre tuyo, mi amor. —Lleno de amor dijo aquello Tristán.
—Y en toda vida que tengamos, siempre te buscaré. —Hablo Crystal.
Se dice que si dos almas se aman de verdad, no importa cuántos obstáculos tengan que pasar, no importa cuántas veces renazcan, siempre se amarán y reencontraran en su próxima vida, le paso a Tristán y a Crystal, quienes aguardaban a su próxima vida con ansias, y ahora Wolfram y Yuuri también demostrarían su fuerte y valeroso amor, y así seguirían por toda la eternidad, en un camino sin retorno y fin, después de todo, cuando una historia termina, inicia otra.
FIN ɞ°~