Sir Nicholas caminaba de un lado a otro mientras que Yuuri Shibuya observaba como su guardespaldas y mejor amigo estaba pensando en utilizar aquella maldición.
El heika sabia que tal vez aquella cosa podia ser la unica que los salvara de los atacantes del reino de Fairendell. Ellos se dedicaban a absorver cada gota de energia de los Mazokus hasta matarlos.
--Es peligroso--Sir Nicholas le había mostrado a su protegido, la ruta hacía aquella misteriosa cueva que se llamaba "La cueva de los lamentos", todos los que ansiaban un poder o riquezas, podían abrir la entrada a la cueva pero todo tenía un precio.
La maldición era la "Veneno oscuro" y se encontraba a la mitad del reino de la neblina. Un atroz reino en donde solo habitaban personas sin una alma y estaba lleno de cadaveres.
Todas las almas que morían a causa de la maldición, pasaban a ser parte de la misma al igual que su energía, para que así, la maldición fuera mas poderosa.
--Lo se--Sir Nicholas veía la desición en los ojos del Heika y no se arrepentia de darle aquella elección.
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--¿Estas bien?--el rostro de Adrien fue el primero que observo. Yuuri aun no estaba por completo del control de su cuerpo y se sorprendio a si mismo cuando tomo la cabeza de Adrien para darle un beso y caer nuevamente desmayado.
El castaño parpadeo confundido y recosto al pelinegro despues de que este se desmayara encima suyo. Miro al soberano de Shin Magoku dormir de forma tranquila, podia sentir aun la aterciopelada piel de los labios del Maou y el delicioso sabor del beso.
Adrien no podia comprender como era que su corazón se habia acelerado.
--¿Esta todo bien?--un rubor cubrio el rostro del castaño al ver a su prometido. Asintio con la cabeza de forma suave e intento sonreir pero aquel beso seguía perturbandolo.
--Besame--Adrien no pudo resistir acercarse a Wolfram y robarle un beso. Sintio como algo dentro de el queria que ambos hombres lo besaran. Disfrutaba los besos amorosos del rubio pero aquel beso demandante y posesivo del soberano de Shin Magoku, parecia que lo complementaba.
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Aquella cueva se encontraba mas abajo del castillo Pacto de Sangre, Yuuri nunca se había dado cuenta del camino secreto en el que ahora se encontraba.
Los invasores de Fairendell estaban intentando entrar a Pacto de Sangre y Shinou no era demasiado poderoso para seguir manteniendolos a raya.
--¿Cuanto tiempo crees que Shinou pueda soportar?--Yuuri estaba asustado pero sabia que su poder Maou, lo podia utilizar cuando el quisiera.
--No mucho. Su poder esta siendo absorbido--Sir Nicholas iba adelante, guiando el camino y el aire cada vez parecía mas pesado.
--¿Falta mucho?
--Tal vez unos metros--Yuuri solo asintio en silencio y se dedico a observar los dibujos rusticos que decoraban las paredes semi oscuras.
--¡Ahi!--Sir Nicholas saco su espada de onix y comenzo a matar a enormes arañas que se encontraban dormidas o en algun tipo de invernación.
El Maou abrio los ojos sorprendidos, se espero una cueva normal y nada lo había preparado para encontrar una antigüa y sucia ciudad que se encontraba en medio de la cueva.
Habia edificaciones de piedra y ladrillo pero estas estaban sucias, descuidadas y a punto de derrumbarse.
--Las personas de aqui murierón hace tiempo, sus cuerpos vacios son los que se encuentran habitanto este reino --Nicholas extendio su mano y le sonrio al pelinegro, Yuuri tomo la mano de su amigo.
--¿Entoces por que siguen caminando?--el heika sintio los protectores brazos de su amigo que lo rodeaban y ambos estaban entrando a aquel reino.
--Por culpa de la maldición. Todos ellos vinierón por la joyan, todos ellos vinieron anhelando el poder o la riqueza. La Joya que contiene la maldición de "Veneno oscuro" es muy poderosa para una persona normal, te va consumiendo poco a poco.
--¿Que es Veneno Oscuro? --Yuuri podia ver como las personas que caminaban sin rumbo se quedarón estaticas, mirando en su dirección.
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Wolfram estaba preocupado por Yuuri, no lo podía dejar y su magia no estaba funcionando para hacer que el pelinegro despertara.
Adrien había ido por algo de comer y por alguna extraña razón, sentia que era lo correcto que ambos estuvieran a lado del Heika.
--Wolfram--el pelinegro tenia los ojos abiertos y su voz era reseca pero pastosa.
--Espera, te voy a dar agua--extendio sus manos para servir un vaso de agua y con delicadeza llevarla a los labios del pelinegro y cuando el Heika habia saciado su sed, puso el vaso de cristal en su lugar.
--Gracias--Yuuri estaba luchando, sabia que la maldición se estaba saliendo de control pero no podía dejarse ganar hasta que terminara sus pendientes.--Wolfram--el rubio lo miro con sus intensos ojos azules y sonrio pero Yuuri no sonreia. --Yo solo quiero que me prometas que cuidaras a Greta si algo llegara a pasarme.
El rubio se quedo inmovil, aquellas palabras lo habían dejado totalmente mudo. El pelinegro lo miraba y esperaba una respuesta pero Wolfram no podía prometer aquello.
--Por favor Wolfram. Cuida a nuestra hija --Yuuri se levanto con dificultad y atrajo al rubio en un abrazo. --Yo necesito saber que ella y Shin Magoku van a estar seguros--Wolfram seguía inmovil sin poder mover un solo musculo de su cuerpo. El heika era mas bajo que él pero por alguna razón, al sentir el calor del otro cuerpo, se sentía como si se terminara de completar el rompecabezas.
Adrien abrio la puerta, se le había olvidado decirle a Wolfram que Vethdall no podía seguir tanto tiempo sin un rey que pudiera cuidar a sus soberanos pero al abrir la puerta y ver aquella escena, sus ojos se llenarón de lagrimas y su cuerpo se congelo.
Ambos hombres regresarón a observar la puerta ya que el ruido de un sollozo los alerto.
Wolfram se separo rapidamente del pelinegro y parecía demasiado confundido.
--Adrien--el rubio iba a acortar la distancia con su prometido pero Yuuri se adelanto y acorto la distancia con el castaño.
--Adrien. Wolfram te ama--Yuuri sonreía, su energía estaba llegando al limite y no podía darse el lujo de causar un pleito en aquellos dos hombres--Por favor Adrien, cuida de Wolfram y de Greta en mi ausencia.
--¿Ausencía?--el castaño levanto la mirada y sus ojos estaban rojos, tenían los rastros del llanto y el pelinegro asintio antes de tomar la barbilla de Adrien y limpiar una lagrima.
--Es complicado pequeño--Yuuri era mas alto que el castaño y no dudo en atraerlo en un abrazo para despues colapsar en los brazos del castaño.
--¡Yuuri!--dijerón ambos hombres al mismo tiempo cuando el pelinegro volvio a desmayarse.
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