Epílogo
Una semana después de que las heridas de Naruto estuvieran completamente curadas, se veía la mansión Uchiha muy ajetreada, muchas personas movían cosas de aquí allá, de allá para acá, fueron esos ruidos los que hicieron que el Uzumaki abriera los ojos molesto mientras buscaba un cuerpo inexistente a su lado.
-¿Sasuke? –Pronunció asustado al no encontrar ni el rastro de calor de su amado -¡Sasuke! –gritó sin recibir respuesta, se levantó apresurado para escuchar una voz femenina detrás suyo-.
-Naruto –llamó la chica con una sonrisa, mientras lo tomaba de los hombros –Es mejor que comiences a arreglarte, ven –le tomo de las manos –te ayudaré -.
-Sakura-chan… -apenas pudo pronunciar, no entendía lo que pasaba y más cuando le fueron vendados los ojos -¡¿Qué esta pasando?! –preguntó alterado mientras era dirigido por la Haruno.
-No te preocupes Naruto, te mostraré algo –Tranquilizó la chica con cierto tono burlón –pero antes, huele esto –le acerco un pañuelo-.
-Esto es cloro…
Antes te terminar la frase Sakura ya le había juntado el pañuelo a la cara, el cuerpo del uzumaki cayó inmóvil pero no en el piso, si no en los brazos de otro hombre, otro azabache de piel pálida y sonrisa falsa.
-Prepáralo, todo comenzará en tres horas.
Ordenó con una sonrisa mientras arreglaba el cuarto.
No sé cuanto tiempo había transcurrido, mi cuerpo se sentía pesado, sentía como era acariciado ¿Sasuke? Me pregunté para recordar lo que había pasado ¿Por qué sakura-chan haría eso? ¿En donde estaba? ¿Quién me tocaba? Mis parpados estaban cerrados, no podía abrirlos, hice mi mayor fuerza para moverme, para ver, para hablar, sin lograr mucho, sentía frio, sentía mi cuerpo húmedo, sentía como unas manos se pasaban por toda su extensión, estaba asustado, esas no eran las manos de sasuke; una luz cegó mis pupilas por un momento, ya podía mover un poco mis parpados, vi el cuerpo de un hombre sobre el mio, moviéndose de un lado para otro, tocándome, me desesperé un poco y mas cuando vi que no me cubría prenda alguna, intenté gritar saliendo solo pequeños sonidos alertando a quien estaba sobre mi, “Solo espera un poco más” escuché que me decía con voz calmada siguiendo con lo suyo, al comprender las palabras mi consciencia se volvió a nublar.
De nuevo no sé cuanto tiempo ha pasado pero ahora todo estaba mas claro, escuchaba los sonidos de personas hablando, abrí los ojos para ver faroles brillando fuera de donde me encontraba, me enderece hallando con sorpresa que estaba dentro de un palanquín chino, miré mis manos, el anillo no estaba pero no pensé mayor cosa, aun estaba confundido, me asome por las cortinas para que de inmediato el vehículo comenzara a moverse, cuatro hombres vistiendo yukatas negras lo cargaban, de inmediato miré hacia donde me llevaban viendo a sasuke al final del camino, sonriéndome, me quede atónito al comprender lo que pasaba, en este día al parecer me iba a casar.
Una sonrisa se formo de los labios del Uzumaki mientras más se acercaba al altar, cuando sintió que el palanquín paro salió alegre de su interior, mostrando con destreza el kimono blanco que lo cubría; al llegar al altar su mano fue tomada por el Uchiha que sonreía pícaramente mientras comenzaba la ceremonia, Naruto podía observar quienes estaban allí, solo sus amigos, solo ellos, se sentía tremendamente feliz al verlos y aun mas al ver las sonrisas por la unión entre Sasuke y él, como si no hubiera alguna clase de perjuicio; la ceremonia transcurrió con normalidad, los botos fueron dichos y los anillos intercambiados, la recepción pasó con “calma” si se sabe que los invitados eran todos unos revoltosos incansables.
Para determinada hora de la noche los invitados se habían ido, el momento en que la pareja debía ir al lecho había llegado, Naruto se sentía nervioso, era su noche de bodas después de todo, la primera vez que lo haría con Sasuke.
-No tengas miedo.
Escuchó un susurró cerca de su oreja mientras unos brazos lo rodeaban, cerró los ojos sintiendo el calor proporcionado, dejándose llevar.
-Eres tú… No tengo miedo si eres tu quien me toca.
Respondió en voz baja mirando con un brillo singular en sus ojos los del otro.
-Entonces esta bien.
Sonrió para tomar a Naruto en brazos y llevarlo a la cama.
-Esta perfecto.
Añadió con una sonrisa sintiendo como el cuerpo de quien amaba se ponía encima suyo, capturando sus labios, tocando su piel, acariciándola, marcándola, desabrigándola, como poco a poco la ropa ya no fue necesaria, como poco a poco sus cuerpos se fueron fundiendo, las manos de sasuke recorrían cada extensión de naruto con sumo placer, al igual que lo besaba, lamia, mordía, escuchando los gemidos esparcidos por la habitación, su música favorita, su música celestial, generada por su ángel y de ahora en adelante su esposo.
Naruto podía sentir como su cuerpo era abierto por completo, como era explorado, amado, la excitación se sentía en el aire, había estado deseando ese momento desde hace mucho, había estado deseando entregarse por el sentimiento mas complicado en el mundo, el amor; paso poco tiempo para sentir como su ahora esposo se abría paso dentro suyo, como se conectaban con gran placer en su interior y como iba cada vez mas y mas profundo, llegando a lugares inexplorados, inexpertos; la temperatura de sus cuerpos se elevaba con cada movimiento, volviendo el lecho un infierno de pasión, paso algún tiempo para que ambos después de grabarse mutuamente en sus mentes fueran al cielo del placer, al mundo de lo consumado.
Pasaron algunas horas más, el rubio se encontraba acurrucado en el pecho del azabache quien le besaba la frente cubriendo ambos cuerpos con una sabana, ahora su unión era completa, cerró los ojos un momento, para luego abrirlos y mirar el reloj de pared, solo un minuto para el siguiente día, presuroso se acercó al oído de su esposo.
-Feliz cumpleaños, Dobe.