Ya pasaban de las dos de la mañana, naruto se levanto para una indebida visita al baño, necesitaba refrescarse, no quería decirle nada a sasuke porque creía que solo se trataba de un cansancio matutino en el cuerpo, pero lamentablemente un simple descuido le costo la salud recurrente a un tema inofensivo.
Sasuke casi siempre lo regaña de mantener su cuerpo protegido ahora que los cambios climáticos favorecían a la estaciones con mas frió, ya pasaba hora del invierno y naruto solo pensaba en asegurarse mas en el regocijo de sus hijos con atuendos mas tiernos que llenara sus mente de mas capricho intencionalmente.
-sa-sasuke... - menciono en un hilo de voz suave frente a su cama lo suficiente como para despertar a su marido.
-¿naruto?... ¿que haces parado ahí?- comento algo somnoliento. -naruto...- menciono con un tono mas alerta al verlo pálido.
Sin mucho mas que decir, naruto regreso a la cama y se acurruco en sasuke a lo que el aprovecho para tocar su frente y rostro y confirmar muy molesto en tener razón por saber que pesco un resfriado.
-... sasuke... hace frió...- susurro queriendo aferrarse a el un abrazo que lo llegara a calentar aunque sea por un momento, pero sasuke lo rechazo y se levanto de la cama con un ceño bien fruncido y se dirigió a paso fuerte hacia uno de los armarios del fondo de la habitación.
-no se como hacerte entender las cosas naruto, por el amor de dios, no eres un niño, maldita sea, mas que un adulto, eres esposo y padre de familia ¿porque no escuchas cuando te hablo?- aun lleno de coraje por tirar mas reproches, tomo una manta gruesa y pesada de lana y la echo encima del lado de naruto y se volvió a acostar aun lado. -a veces siento que debo de tratar con tres niños en esta casa ¿acaso te parece un juego? ¿cuanto tiempo pensabas seguir haciendo de idiota? es muy tarde, carajo, mira si terminas desmayado en medio de la madrugada-
-... lo siento... -
-... duérmete... en la tarde llamare a karin que te haga un chequeo y me diga que medicinas comprar... que sea la ultima vez naruto, la ultima-
-... sasuke... perdóname- comento con el cuerpo tembloroso de frió. Cerro los ojos y se acurruco en el pecho de sasuke queriendo recibir su calor.
Después de unos minutos que se durmió, el moreno suspiro pesado. Odiaba enfermar a naruto a propósito, pero lo necesitaba fuera del camino por un tiempo después de recibir noticias de raros intercambios de afuera que le daban sospechas a su indebido trabajo. Naruto era un total idiota, pero sentía que se le hacia mas difícil poder ocultar su vida de el cada cierto tiempo.
Llego la mañana mas cálida de lo normal, sasuke dejo a cama en completo silencio sin despertar a su esposo, debía moverse rápido antes de que pase el medio día.
Se dirigió con mas prisa a la habitación de sus hijos y los despertó de la manera mas brusca que pudo, la hora se le pasaba rápido y no tenía tiempo de darles los buenos días con normalidad.
-agh! deja de gritar, ya estoy despierto-
-¿que ocurre ahora?-
-emergencia, mantengan a su padre distraído por un par de semanas, mantengan su temperatura tal como esta-
Los gemelos intercambiaron miradas sin mucha curiosidad, siempre les tocaba la parte aburrida del trabajo. Sentían que su padre se llevaba la mejor parte de lo requerido.
La rutina familiar comenzó como cualquier otro día, solo que sin naruto esta vez, ya que los gemelos y su padre hablaban de supuestas tonterías en el desayuno.
-entonces ¿harás esta tarde bien tu tarea? mi princesa- comento mientras servia algo de leche en la taza rosa con brillos.
-claro, padre...-
-esa es mi niña, recuerda hacer bien las cosas y papa te recompensara con lindos regalos- hablo mientras cerraba los ojos teniendo que tomar un respiro interno por dar animo a los caprichos de su hija.
De pronto se vio a naruto bajar por las escaleras muy despacio, se veía tan débil y cansado que parecía que podría desmayarse en cualquier momento.
-¿que rayos haces fuera de la cama?- escupió sasuke irritado.
-solo quiero desayunar con la familia-
-tu desayuno será servido en la habitación, sube inmediatamente-
-pero- -
-¡AHORA!-
Naruto entrecerró los ojos, volvió a subir de la misma forma que bajo, con mucha pesadez en el cuerpo, no dejaba de toser y temblar.
Los gemelos regresaron la mirada al desayuno.
-¿y con eso debemos de mantenerlo distraído?- comento hikari sin levantar la mirada de su pan tostado.
-¿tu lo hiciste o tuviste suerte?- pregunto de forma atrevida mizuki.
-sabes muy bien que si fui yo... tu padre puede ser un idiota en todo el sentido pero sabe cuidarse bien-
-¿y ahora debemos asegurarnos de que se mantenga como una incubadora de un virus... ¿por cuanto tiempo has dicho?-
-solo una semana... o hasta el momento de nuevo aviso... no vallan a hacer una estupidez, asegúrense de que su temperatura este tal como esta-
-que asco-
-saben bien que no deben contradecirme... ahora sean buenos hijos y lleven el desayuno a papa- comento sasuke arrojando un pequeño frasco con un extraño liquido oscuro en su interior.
-¿es la medicina de papa?- pregunto hikari con discreción.
Sasuke sonrió aliviado al ver que entendieron el mensaje y se levanto de su asiento para arreglar su traje y tomar su maleta. Los gemelos terminaron de desayunar para dirigirse a la cocina.
-recuerden... una semana... hasta mi nuevo aviso-
-si padre- respondieron al unisono.
Naruto se encontraba recostado en la cama, miraba algo de televisión, comenzó a sentir como su estomago empezaba a rugir, suspiro pesadamente a punto de tocar un botón pero en ese preciso momento llegaron sus hijos con una charola de comida para empezar el día.
-buenos días papito querido... padre no quiso que te levantaras de la cama... pero no te prohibió comer con nosotros- comento con esa dulce voz de niña pequeña su adorada princesa.
Naruto sonrió con ternura, casi al punto de querer llorar, sabía que sasuke no le haría algo que lo lastimara aun en un momento de enfermedad.
Los niños se acercaron a naruto y le entregaron la charola sentándose en cada lado de la cama, para estar junto a el.
-¿que tal sabe papito querido?-
-ugh... cielos... el té esta... un poco mas dulce de lo normal, esta rico... pero lo siento algo... pesado-
Hikari se sobresalto en el interior, pero su expresión no cambiaba, era muy bueno siendo discreto, pero no pudo evitar lanzar una mirada fuerte hacía su hermana en el momento en que su padre no prestaba bastante atención, a lo que ella le respondió con una sonrisa oculta de satisfacción.
-papa... ¿necesitas algo mas de crema para tu té?-
-oh... por favor... que amables-
-también te traeremos un poco mas de pan francés... ven mizuki-
-esta bien-
En cuanto los niños salieron fuera de la habitación, hikari sostuvo a su hermana del brazo, aun con el riesgo de ser escuchado ante una mínima distracción de ambos, no pudo evitar hablar molesto, haciendo que ambos sacaran sus verdaderas y oscuras voces.
-¿cuantas gotas le pusiste?-
-ahm... una...sss... cuantas-
-.. mizuki...-
-bien, le arroje suficiente... "medicina"... como para dos días seguidos-
-mizuki... sabes que solo debemos darle dos a cuatro gotas... no sabemos que es esa clase de liquido que la tía karin le dio a papa... pero tiene suficiente confianza como para saber que no debemos preguntar sobre eso...-
-no le pasara nada... solo estará mas enfermo de lo que debe... no será nada-
-¿y que tal que si?... padre se pondrá furioso-
-vamos kiki... ambos sabemos que no queremos pasar cada cuatro horas, asegurándonos de darle su medicina... así es mas rápido-
-ya te dije que no sabemos que es eso exactamente... podría ser un veneno peligroso-
-solo es una intoxicación que dejara las defensas de papi muy bajas para que se mantenga enfermo... no le pasará nada-
-dame el frasco... yo me haré cargo a partir de ahora-
-bien... pero no te quejes después... verás que mi método es mejor y mas rápido- comentó molesta entregándole el frasco que sasuke les dio para naruto.
En cuanto los gemelos bajaron hacía la cocina, una silueta salió de uno de los pasillos que daba por esa misma dirección. Su cara quedo mas que impactada, jamás creyó ver esa clase de personalidad en los gemelos ante esas raras voces, sentía que lo que escucho fue de un par de desconocidos. Además con el perplejo de entender que fue esa clase de conversación.
El gran chef teuchi, preparaba la crema y agregaba mas pan francés para naruto. Sonrió con melancolía al preparar tales cosas para su ahora jefe, recordando los viejos tiempos cuando el visitaba su antiguo bar a comer solo ramen.
-aquí tienen niños... asegúrense de que su padre no engorde mucho- platico gracioso.
Los niños sonrientes tomaron la charola con lo que pidieron y se dirigieron lo mas rápido hacía arriba. Pero antes de acercarse a la habitación, comenzaron a oír unos murmullos y se inclinaron justo en la puerta.
-sería mejor que no tomase nada por el momento... crea en mi... conozco una excelente doctora...-
-pero... no lo entiendo... tal vez... tal vez... deba de hablar con sasuke-
-señor... quizá su esposo tenga demasiado ahora... recuerde... no todo siempre se es de confiar... hagamos esto en secreto... cuando sus niños entren a la escuela... vendré por usted-
-de acuerdo... nadie lo notara-
-con su debido permiso- comento la mujer mientras se alejaba.
En cuanto la joven morena se acerco a la puerta vio entre los intersticios de la entrada una veloz sombra pasar por ahí y se apresuro rápidamente en abrir la puerta, pero no vio nada, se acerco al pasillo y a los metros de la escalera aparecían los niños con la crema y pan para su padre.
-oh, kurenai... ¿que tal?... ¿papa acaso rompió algo?-
por supuesto la mujer entrecerró los ojos, esa dulce y suave voz infantil de la niña que tanto adoraba escuchar ahora le provocaba escalofríos.
-su padre ya termino de desayunar... quedo satisfecho, pueden guardar eso... para otro momento niños-
-moooh~... que pena, yo misma le quería dar su crema a gusto para el té-
-lo siento niños, saben que su padre come rápido y se llena de inmediato... dejen que yo me encargue de eso-
Mizuki sin protestar le dio la charola, kurenai la tomo y bajo lo mas rápido que pudo las escaleras, pensando que los niños se habían alejado, se atrevió a probar con un dedo la crema y se sobresalto un poco al ver que tenía el mismo sabor casi dulce y la sensación pesada que tenía el té de naruto.
-¿esta delicioso señorita kurenai?-
La voz fuerte de hikari la hizo sobresaltar, volteo la mirada hacía arriba para ver a los gemelos que se encontraban justo en el borde del primer escalón con una expresión que nunca creyó contemplar, sus miradas parecían que soltarían un millar de balas, se veían tan tranquilos que daban miedo, pues sus rostros parecían ser de otro mundo, volteó la mirada de nuevo hacía la charola.
-¿le gusta la crema? debe tener buen gusto entonces... su lengua sirve muy bien... es una lastima que no sepa cuando debe o no soltarla- se escucho la grave y fuerte voz de mizuki ante eso ultimo.
La mujer volvió a sobresaltarse pero en cuanto se giro de nuevo hacía arriba, los gemelos ya no estaban ahí, comenzó a sudar frío.
Mientras tanto, naruto observaba el té con una expresión de confusa tristeza. Hace unos minutos kurenai le pidió con todo el respeto beber un poco de ese té y le platico que no aceptara nada de sus hijos y de su esposo, tuvieron una charla algo difícil de explicar y entender para él.
Entrecerró los ojos con total tristeza... ¿que tenía ese té?
-¿no te gusto papi?-
-¡WUAH! ¡¿mizuki?!... ¿cu-cuando entraron?-
-hace uno- -
-¿no te gusto tu té papito querido?- soltó mizuki un triste tono de voz junto con un puchero infantil.
Naruto sonrió enternecido, nunca podría desconfiar de su amada familia, aunque si le haría caso a kurenai de ir con ella con un medico en secreto, el sabía que su familia nunca le haría daño.
-el té estaba delicioso mi amada princesa... pero... comí demasiado rápido... y me llene... quería tomármelo todo pero no pude... por eso me puse triste-
Mizuki y hikari se acercaron a abrazar a naruto.
Minutos mas tarde que el rubio mayor se durmió ambos salieron sin decir una palabra intercambiando una mirada que solo ellos entenderían.
Su padre estaría mas que furioso por su descuido, pero al menos esa buena semana tendrían un par de juguetes con los cuales divertirse.
Sasuke manejaba rumbo a su supuesto trabajo, la estrés lo golpeaba como si a un martillo le abriera la cabeza, cada vez que estaba tan cerca de tener su reino a su merced y salirse con la suya, aparecía un nuevo obstáculo en su vida.
Salió de su camino real y llego a una residencia de origen oculto restringida por una alta e importante seguridad. Manejo caudalosamente hacía una entrada donde al final del camino lo esperaría su padre y su hermano.
-mas les vale que sea todo cierto-
-no desconfíes de mi, hermano... sabes que nunca te mentiría-
-las grandes desapariciones que da nuestro trabajo, ha llamado la atención de una importante sede de seguridad del extranjero-
-...¿que?...-
-hace años después de la desaparición de la heredera hyuuga en japón, un contacto de afuera, cree saber que fue lo que le sucedió ya que solían ser conocidos y regreso a asía para investigar, pero por suerte no saben que nos hemos mudado a América... aun así los internos Uchihas que están en japón han estado tirando señales y mensajes para nosotros... creo que están sospechando-
-eso es imposible ¿quien rayos es ese estúpido contacto y por que aparece ahora?-
-una importante empresaria... no sabemos casi nada de ella... pero solía estudiar en Europa, cuando las desapariciones y el gran sumo de dinero que ciertas empresas empezó a sostener con el mundo, ella comenzó a sospechar, se asocio con un élite de detectives profesionales y se mudo hacía América con su hijo, donde se hospedara cuatro años aquí-
-maldición... y si nos desascemos de ella ahora... entonces si sospecharan de nosotros ¿no?-
-aparentemente-
-maldita sea-
-calma hijos... será fácil salir de este embrollo... pero lastimosamente perderemos una suma importante-
-no, por favor padre... dime que no haremos lo que creo-
-sasuke no seas bebe, con el tiempo nos recuperaremos... prosigue padre-
-bien... debemos culpar a una empresa socia... será fácil mantener las sospechas ahí... trataremos de que nuestro trabajo especial sea rebajado por un tiempo... es mejor continuar con esto con mucha discreción-
Sasuke suspiro pesado, no le quedaba de otra, tarde o temprano, la seguridad intervendría con esto, pero de todas formas, no quería creer que fuera tan pronto.
-quisiera encargarme yo mismo de aquel contacto que nos esta amenazando ahora-
-ya me lo esperaba de ti sasuke... aquí tienes hijo-
En cuanto sasuke recibió el formulario de información, su expresión se transformo completamente de arriba abajo, el nombre de esa mujer le cambió por completo la mente.
"Haruno Sakura"
Llego la noche y sasuke entro en su mansión con una cara de pocos amigos como si quisiera romper todo en su alrededor. Al notar eso, los gemelos se dirigieron a su alcoba, obviamente no era el momento indicado de decirles lo que pasó esa misma tarde.
Entro a su habitación donde naruto lo recibió asustado al ver que venía muy exaltado.
-... sasuke... bi-bienvenido... -comento mientras agachaba la cabeza.
El moreno se acerco a la cama mientras se desvestía, no le dirigió ni la mirada.
-... sa-sasuke... -
-... ahora no naruto... duérmete-
-es que... quería hablar contigo-
-dije que ahora no-
-sasuke... por favor... se que... solo te soy una molestia... y apenas presto atención... o si quiera, puedo ser un buen esposo para ti... incluso el hecho de no satisfacerte... pero por favor... no te vallas con otra persona-
Naruto entristecido después de charlar con kurenai, lo había malinterpretado todo, pensando que sasuke tenía una aventura y trataba de enfermarlo para desascerse de el.
Sasuke lo miro sorprendido, naruto creía que lo engañaba, eso sería perfecto, podría decirle que si, que estaba viendo a alguien mas, funcionaría perfectamente para mantenerlo lejos por un tiempo de lo que planeaba junto con su hermano y padre, después se encargaría de recuperarlo como el sabe hacerlo.
Pero naruto se veía tan apetitoso con esa actitud tan inocente, debía alejarse de él, ser frío y evitar contacto cercano. Era un profesional, tenía con gran propósito apartar a la familia por su trabajo, su esposo no lo ayudaba. Quería subirse encima y violarlo si era necesario
Ese rubio idiota, si sabía como hacerlo caer.
-sasuke... eres... eres muy malo... ya no quiero seguir contigo-
Sabía que cometía un error en ese mismo momento, pero ya no pudo sostener la postura. Su fuerza de voluntad se quebró como un mondadientes.
-¿eh?... ¿q-que-... ¿que haces? estoy enfermo, apenas... puedo... puedo mover bien mi cuerpo- se asusto con confusión cuando sasuke se posiciono encima.
-es tu culpa por provocarme...- Hablo serio fuera de si, haciéndole entender que sería una largo noche para ambos.
-no... no... estoy muy débil y muy enojado contigo-
-abre las piernas para mi-
-ah... n-no, noo... gh... aahhhh~ ... sa-sasuke...- hablo excitado empezando a ser ultrajado de manera sensual por su esposo.