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Por la guerra por dark kirito

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Notas del capitulo:

Magi pertenece a Shinobu Ohtaka-sama.

Kuroko no basuke pertenece a Tadatoshi Fujimaki-sensei.

Ya ando mejor de mis manos >///< aun así no puedo seguir al mismo ritmo de antes hasta estar al 100% por lo que actualizare más o menos una vez a la semana espero, gracias por el apoyo y gracias por leer¡¡¡¡¡ >/////<

En el mundo de Kuroko.

El peli celeste, despierta con mucha flojera, últimamente ha dormido de maravilla, tal vez a causa de haber podido demostrar que su estilo de baloncesto era el correcto, no, es verdad que tenía deseos de que todos reconocieran su estilo de juego, pero había una razón aún más importante de su actual alegría, la que por cierto como es costumbre no refleja su rostro, y esa razón, es el capitán del Rakuzan, aún ahora el menor se pregunta porque se esforzó tanto por él, siempre le había admirado por ser la persona que le diera una pequeña pista de como crear su estilo de juego, aquel en donde usa su desventaja como principal arma, el ser invisible, de no haber sido por su ayuda, es muy probable que hubiera dejado el deporte que ama más que a su propia vida, pero admiración y agradecimiento no son palabras que expresen con exactitud sus sentimientos, últimamente siente algo raro en su pecho, pero no tiene ni idea de que es, jamás le había pasado algo así, pero de una cosa si puede estar seguro, quiere ver al pelirrojo.

..........................

Por su parte, el mayor va de camino a la escuela, se siente decaído, pero quiere esforzarse en sus labores diarias, aún no se ha rendido, seguramente existe una forma de convencer a su padre para que no le envié al extranjero, después de mucho pensar, no ha encontrado ni una sola excusa, pero no se rendirá, pone atención en clases, como siempre es bastante bueno en todo lo que hace, pasa el resto del día con normalidad, nadie se da cuenta de su preocupación, y así es mejor, no es que guste de causar lastima a la gente, el siempre se muestra fuerte y orgulloso, aunque por dentro sienta todo lo contrario.

Por fin llega la hora de entrenar en el club de baloncesto, eso le hace feliz, tal vez, de alguna manera, pueda acallar las preocupaciones en su interior, si, seguramente el deporte que tanto ama podrá hacerlo.

Por fin empiezan las practicas, es un cinco contra cinco, como era de suponerse, Akashi es el capitán de uno de los equipos, todos se colocan en sus respectivas posiciones, la tensión se respira en el ambiente, pues si bien es un juego de práctica, el pelirrojo tiene una concentración total, como si su vida entera dependiera de este partido, el balón se lanza al aire, y alguien del equipo contrario lo toma, da un par de dribleos, y para sorpresa suya, este desaparece de sus manos, ha sido robado por el pelirrojo, que en cuestión de segundos, hace un hermoso pase, que llega con éxito a uno de sus aliados y termina en un enceste, todos se quedan completamente impactados, la jugada fue muy rápida ¿cuatro, cinco segundos? Definitivamente este no es un partido cualquiera, ninguno de los jugadores sospecha de las preocupaciones del oji rubí, pero no hace falta, esa jugada les ha inspirado, el balón se pone nuevamente en juego, pero de una u otra manera termina en manos del joven, para terminar en canasta, todos están sorprendidos, incluso los de su propio equipo, esperaban que fuera un partido complicado, pero no tanto, el emperador no les ha dado tregua, reina a la perfección sobre la cancha, sometiendo a todos con su voluntad, ni siquiera usa mucho su fuerza, es con pura decisión que doblega los espíritus de sus semejantes, es por esa razón que ahora es tan querido y admirado, un reino basado en la fuerza interna y no en el terror, una importante enseñanza que le dejó el peli celeste, el trabajo en equipo, hacen pases maravillosos, se sincronizan de forma tan perfecta que parecieran un solo ser, por momentos incluso pareciera que el pelirrojo baila, baila con tenaces y elegantes movimientos, ahora nadie puede seguirle el ritmo, es su momento de brillar, ahora más que nunca necesita el baloncesto, todos comienzan a sentirse agotados, pero no el chico de los ojos rubí, y de ser así, en realidad su cuerpo no emite queja alguna, y seguramente no lo hará, su cuerpo sabe que su corazón necesita este partido para sanar, después de algunos minutos, ya muchos jugadores están agotados, pero no así su capitán, que continúa tan fresco como al principio, ya nadie lleva la cuenta de los puntos, y no por distracción, en verdad es imposible apartar la vista del joven que se esfuerza tanto, es como un ángel de la guerra, tan sublime, tan delicado y a la vez tan aguerrido ¿desde cuándo se convirtió en alguien que no te deja pestañear con su estilo de juego? Nadie sabe y a nadie importa, con solo mirarlo les basta, suena el silbatazo que indica el fin del partido, y solo entonces el emperador parece salir de su trance, un compañero le acerca una toalla para secar el sudor que resbala por su cuerpo, pero él no parece poner atención, mira a la nada, todas las preocupaciones han vuelto a su mente, si tan solo no tuviera que dejar el balón, el sería completamente feliz, pero sabe que huir de la realidad de nada sirve, por fin enfría su mente, y toma la toalla agradeciendo el amable gesto, después de tan intenso partido, los chicos hacen estiramientos para evitar cualquier calambre, hablan un poco de algunas estrategias de juego, y se retiran a las regaderas, es en ese momento que al pelirrojo parece pasarle factura su manera de jugar, pues su cuerpo entero tiembla, en ese momento no puede evitar sujetarse con fuerza de la regadera, pues incluso se siente un poco mareado, por lo que abre el agua fría, lo que logra de alguna manera estabilizar su cuerpo, termina de ducharse, y se retira a ponerse su ropa, se sienta un momento en una banca.-Tengo que hablar con él, no puedo seguir así, esto va a terminar por destruirme, necesito su consejo.

En ese momento saca su teléfono celular, para hablar con la única persona que puede reconfortarle en una situación así.

............................

El peli celeste se encuentra más serio de lo normal, incluso su luz lo ha notado, durante las prácticas se notaba claramente distraído, incluso Riko le dio un zape para que pusiera atención, pero el mensaje jamás llegó al chico, por su parte Hyuga le habló un par de veces, pero fue inútil, e Iduki hizo uno de sus clásicos chistes, pero no se río, pensándolo bien, esto último es bastante común, la práctica terminó, y todos se dirigían a casa, aún no salían de Seirin cuando sonó el móvil del peli celeste, que era acompañado por Kagami, al que en realidad no ponía atención, tomó el teléfono y contesto.

-¿Bueno?

<<-Necesito hablar contigo Tetsuya>>

-¿Akashi-kun?

<<-Ha pasado algo, y no creo poder con esto solo>>

-No hay problema. ¿Quieres que nos veamos mañana?

<<-Lo siento, no creo resistir hasta mañana ¿crees que podríamos vernos ahora?>>

-Claro.

<<-Te espero en el parque que está cerca de tú casa.>>

-Está bien.

Y ambos finalizaron la llamada, la cara del peli celeste no mostraba cambio alguno, pero el mayor se dio cuenta de que algo pasaba.

-¿Todo bien Kuroko?

-Si Kagami-kun, pero no voy a poder ir contigo a tomar una malteada.

-¿Bromeas? Si las malteadas de vainilla son de lo que más te gusta.

-Tengo algo más importante que hacer.

El pelirrojo iba a preguntar que era tan importante como para obligar al chico a poner de lado su más grande vicio, pero en la cara del menor se veía que no tenía intención de responder una sola pregunta, y su luz sabe por experiencia lo terco que es el joven frente a él, suspira en señal de resignación.

-No voy a preguntar si no tienes intención de hablar, pero prométeme que si necesitas ayuda me vas a decir.

-Lo haré.

Y sin más el tigre le dejó ir, no sin antes seguirlo con la mirada hasta que le perdió completamente de vista, por su parte el peli celeste iba corriendo, sentía una gran inquietud, el emperador podrá haber fingido con éxito en su voz que estaba tranquilo, pero el menor sabe perfectamente que no es así, no tarda mucho en llegar, busca con la mirada al mayor, y le ve sentado en una banca, con su expresión tranquila, pero se ve un poco ¿cansado? No es común verle en ese estado, y eso provoca una pequeña punzada en su pecho, se acerca con lentitud al chico, que tarda un poco de darse cuenta de su presencia, lo cual tampoco es común.

-Lo siento Tetsuya, no me había fijado que estabas aquí.

El peli celeste le miró preocupado.

-¿Qué sucede?

-Es mi padre, se enteró que perdí la final contra ti, y no reaccionó bien.

-¿Acaso él...te golpeo?

-No, es estricto, pero nunca haría algo así.

-¿Entonces qué es tan malo?

- ¿Tanto se me nota?

El oji celeste no dijo una sola palabra, pero en su rostro se veía la preocupación.

-No quiere que me acerque a ti, piensa que eres la causa de mi derrota, así que...me enviara a estudiar al extranjero.

El menor sintió un enorme vacío en su pecho, pero se mostró fuerte, si él se desmorona ahora ¿quién será el apoyo de Akashi?

-¿Cuándo te irás?

-A fin de mes.

-Veras que encontraremos una solución, así que anímate, tal vez podemos pedir ayuda a los demás.- refiriéndose a la generación de los milagros.

-Supongo.

El menor sonrió, tomo su teléfono, y les habló para citarlos el día de mañana, seguro que entre todos encuentran una solución.

El pelirrojo sonrió, y después de unos minutos en silencio, ambos volvieron a su casa, por su parte el emperador realizó sus actividades como de costumbre, pues gracias a su amigo, había logrado tranquilizarse, no así para el menor, que una vez estuvo acostado en la cama, no pudo contener las lágrimas, tenía un enorme vacío en su pecho.

-Si no puedo encontrar una solución ¿lo voy a perder para siempre?

El chico de los ojos color cielo no estaba muy seguro de lo que sentía, pero definitivamente perder al emperador, no era algo que su corazón pudiera soportar, y no pudo evitar llorar varios minutos, hasta que el cansancio le brindo el tan necesitado descanso.

.

.

.

En el mundo de magi.

El oráculo ha despertado como nuevo después de una noche de descanso, suerte que sea un magi, sale de su habitación para dirigirse a la cocina del palacio y robar como siempre un par de sus amados duraznos, al llegar, lo primero que encuentra su vista son verduras, siente un gran impulso de lanzarlas por la ventana.

<<Como odio las verduras ¿qué estaba pensando Solomon al incluirlas en el mundo que creó?>>

Puso una cara de asco y evito pensar más en ellas, pronto llegó a su objetivo, tomando dos más para quitarse el anterior trauma, salió en dirección a la habitación del cuarto príncipe, pero cuando estaba a medio camino, sintió que un par de manos acariciaban con lujuria su siempre descubierto abdomen.

-¿Qué rayos estás haciendo Kouha?

El peli rosa se apartó y le miro con una sonrisa sensual.

-Creo que es obvio lo que hacía.

-¿Por qué rayos tienes que ser tan enfermo?

-¿Y me lo dice alguien que está obsesionado con Hakuryuu? No sé qué rayos le ves, En-nii es mucho mejor opción.

-Tú no lo entenderías.

-¿Por qué?

-Porque eres idiota.

-Pues tú no eres precisamente el ser más inteligente del mundo, el niño mugriento es mucho más inteligente.

-¿El enano? Si como no, si no hubiera sido por su estúpido djinn lo hubiera matado la primera vez que nos vimos.

-Y aún así te dio una paliza.

-¡Eso fue trampa!!!

-Me da igual, además me parece que tuviste otro enfrentamiento con él, y la organización tuvo que sacarte de ahí.

-¡Eso tampoco fue justo utilizó una magia extraña!!!!

-Y puedes poner mil y un pretextos.

-¡Si tanto te interesa largarte con él!!!!

-No- sonrió- tú eres más divertido.

-¡No soy un juguete!!!

Dijo al tiempo que sacaba su varita para lanzarle unas estacas de hielo, pero el tercer príncipe se había marchado, llegó fastidiado con el oji celeste, ya sin nada en las manos, pues en el camino se había comido los duraznos imaginado que arrancaba la cabeza del oji rosa.

Volteó para encarar al menor, que parecía tener un siniestro brillo en los ojos, lo que le hizo sonreír diabólicamente en respuesta.

-¿Es la hora?

-Ya lo sabes o ¿no?

El menor tomó su arma y se dirigieron a las instalaciones de Al Thamen.

...........................

La emperatriz estaba sentada en su asiento, pero pronto sintió gracias al rukh, que ambos azabaches iban a su encuentro, al fin era hora de matar a su querido hijo.

....................

Después de varios minutos.

-¿Para qué rayos me hiciste preparar esto Hakuryuu?

-¿Qué eres idiota?

-De verdad has de querer que te mate.

-Pienso lo mismo de ti ¿en verdad crees que podemos ganarle utilizando solo la magia?

-¿Qué tiene de malo? Soy un magi, mi poder es ilimitado.

-Pero te recuerdo que el mío no, además ella posee mucho poder ¿o ya olvidaste como rechazo el ataque que infringí con Zagan?

-Sí, esa vez te dio una paliza.

-Exacto ¿no te parece extraño?

-¿El qué?

-No cualquiera puede bloquear con éxito un ataque de un contenedor de rey...a menos...

-Que este sea un...mago de la creación...

Ambos se quedaron bastante preocupados, si sus sospechas eran ciertas, esa mujer era un terrible enemigo, pero no iban a huir de su destino, es la hora de cumplir con sus ambiciones, el oji celeste tomó sus contenedores mientras Judal concentró una gran cantidad de rukh para crear su lanza.

-Si estamos a punto de perder, te daré la señal para que uses eso.

-Esta bien- respondía el mayor.

........................

La oji celeste estaba aburrida, para querer enfrentarla, ya se habían tardado, incluso tenía rato que ya tenía su bastón mágico, ese que tuvo el atrevimiento de robar de la reina de Alma Toran.

Pero por fin vio a ambos chicos entrar por la puerta, sus expresiones le causaron un gran placer, en verdad se miraba en los ojos de ambos que la odiaban.

Se levantó de su asiento, pero apenas dio un par de pasos, su hijo que se había equipado a Zagan le atacó con la intención de cortar de tajo su cabeza, pero esta utilizó su borg, haciendo nulo dicho movimiento, pero el menor giró su lanza, y con una veloz estocada, la atacó una vez más, pero esta le detuvo con su bastón, al tiempo que le dio una fuerte patada que le saco volando por los aires hasta estrellarse con una pared que terminó cediendo por tan poderoso impacto, esta vez el oráculo le atacó con su magia de hielo, pero la mujer no era alcanzada por ningún ataque, e incluso se acercaba peligrosamente al joven, que con desesperación trataba de mantener las distancias, pues sabe que no es bueno para un enfrentamiento cuerpo a cuerpo como el cuarto príncipe, y ya vimos como acabó este, en algún momento, el magi terminó acorralado contra la pared, y en su cuerpo ya tenía múltiples heridas, pues apenas era capaz de esquivar los contundentes ataques de la emperatriz, pero justo cuando tenía la intención de matarlo, una soga de plantas, la tomo del brazo, y la estrelló brutalmente contra el piso, había sido descuidada, pero rápidamente se puso de pie con su sonrisa más grotesca.

<<¡Esta maldita es ridículamente fuerte!!!>>

Comenzaban a entrar en pánico, pero justo en ese momento hombres de la organización y algunos soldados del imperio que habían escuchado la terrible pelea, habían llegado a proteger a Gyokuen, como si no tuvieran suficientes problemas, en ese momento Hakuryuu se equipo a Belial, mientras Judal concentró más rukh oscuro a su alrededor, por su parte la emperatriz solo les miraba muy divertida, un grupo de al menos veinte hombres rodeó al oji celeste, pero pronto detuvieron todo movimiento, y comenzaron a alucinar, habían caído bajo el poder del menor, que solo les miraba satisfecho, utilizó a los soldados del imperio para que se atacaran entre ellos, provocando rápidamente muchas bajas, por su parte el oji rubí atacaba sin piedad a los magos de la organización, y la verdad es que no le estaba costando trabajo, ambos luchaban como unos verdaderos desquiciados, pero el vengar a sus familias era lo único que tenían en mente, mientras la azabache solo les miraba divertida sin intervenir, como si solo quisiera burlarse de los jóvenes, ambos tenían múltiples heridas, pues la lucha se había prolongado más de lo que hubieran querido, cuando al fin acabaron con el último hombre, el cuarto príncipe cayó de rodillas completamente agotado, pero una risa le devolvió a la realidad, esto era malo, faltaba derrotar a su principal enemigo y ya estaba mortalmente exhausto, la emperatriz se acercó para darle el golpe final, pero en ese momento, un rayo detuvo su camino, volteó a mirar al oráculo, que había sido el que la atacó, era una fortuna, pues gracias a que es un mago de la creación, tiene mucha energía, pero lo mismo se aplica a su enemigo, ambos intercambiaron múltiples ataques, en verdad devastadores, pero mientras Gyokuen parecía ilesa el oji rubí tenía múltiples heridas en su cuerpo, incluso algunas de estas comenzaban a sangrar, comenzaba a sentirse un poco mareado, pues si bien es un magi, su cuerpo es humano y este tiene un límite, pero justo cuando sentía que no podía más, una estocada realizada por el oji celeste, se interpuso entre ambos.

-¡Ahora Judal!!!!!!!!

En ese momento el oráculo concentró su energía, y realizó un hechizo, aunque este no fue notorio, la emperatriz tenía la intención de acabar con ambos, pero cuando intento usar su magia, esta no funciono.

-¿Qué rayos hiciste?- decía la oji celeste al oráculo.

-Una barrera de insolación, eso quiere decir que mientras estemos en el palacio no podemos utilizar nuestra magia.

-Eres un maldito.

-Yo me retiro Hakuryuu, no soy bueno en enfrentamientos cuerpo a cuerpo, es momento de que acabes con ella.

-No necesitas decírmelo.

El mayor se fue, madre e hijo se miraban con hostilidad, pero no dijeron una sola palabra, la mujer tuvo la intención de golpear al joven con su bastón sagrado, pero el movimiento lo sorprendió, casi estaba seguro de que su madre no sabía artes marciales ¿entonces qué rayos había sido ese ataque? Negó con la cabeza, de nada sirve que se ponga a pensar en ello, ahora que no podía usar magia, su equipo djinn se había disuelto,  por lo que su lanza volvió a su forma normal, la giró por detrás de su espalda, y la dirigió a su cuello, pero ella la desvío, la primera vez pudo haber sido una conciencia, pero dos...el menor comenzó a desesperarse, no imaginaba que esa mujer aparte de ser una terrible magi, también pudiera pelear sin problemas cuerpo a cuerpo, eso no estaba en sus planes, ambos daban brillantes ataques, pero solo los de la mujer causaban algún daño, el príncipe ya tenía muchas heridas, ninguna de gravedad, pero de seguir así, sería en verdad peligroso, de pronto llegaron a su mente imágenes de sus hermanos y como habían sido asesinados por esa mujer, en ese momento una enorme furia se apoderó de él, por lo que comenzó a realizar ataques que esta vez si alcanzan a su objetivo, el menor dió una fuerte patada que la saco volando, provocando que soltara su mediador y se impactara contra el suelo, el oji celeste se acercó a ella con la intención de dar el golpe final, pero una espada paso rozando peligrosamente su rostro, pues al caer la mujer tomo el arma de uno de los muchos soldados caídos, se quedó impactado un par de segundos, cuando al fin reaccionó, dio un salto hacia atrás para crear distancia, al ver la pose de su madre no pudo evitar abrir los ojos por la sorpresa ¿acaso esa mujer era una maestra en el arte de la espada? De ser así, estaba perdido, pero no podía simplemente rendirse, por el bien de su familia asesinada en manos de tan terrible mujer, ambos realizaban ataques devastadores, en verdad parecían estar decididos en acabar con la vida del otro, pero el menor estaba cada vez más agotado, comenzaba a ver borroso, y un sudor frío recorría su espalda, ya ni siquiera sabía a dónde apuntaba su lanza, debía reunir la mayor cantidad de energía posible en un último ataque, pero justo cuando se disponía a realizarlo, sintió el frío metal en su espalda, que le hería e inmediatamente cayó al suelo, soltando su arma, la emperatriz le miro divertida.

-Nunca tuviste la posibilidad de derrotarme mi pequeño Hakuryuu.

La emperatriz se retiraba con una sonrisa victoriosa, mientras el cuarto príncipe perdía sangre rápidamente, quedando completamente inconsciente...

 

Notas finales:

Hasta la próxima¡¡¡¡¡ >///<

 


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