[Minho]
Esa misma tarde llegué a mi casa, al entrar vi el rostro de mi pequeña, una hermosa sonrisa adornaba su bonito rostro, sus mejillas regordetas estaban un tanto coloradas.
-Mi amor, Pero mira nada más, ¿Tienes temperatura? - me acerque más a ella y coloque mi mano en su frente para comprobarlo, y efectivamente, su piel se sentía demasiado caliente. - Si tienes temperatura. - con mi mirada busque a mi esposa, pero todo estaba totalmente silencioso. - ¿Dónde está tu madre cariño?
-Estoy en la cocina cariño. - la voz de Yuri inundó mis oídos, revolví el cabello de Wendy y fui a ver a Yuri, llevaba un bonito vestido casual, su pelo estaba recogido con una coleta alta, me recodo a cuando éramos más jóvenes. Me acerqué a ella y me dedico una sonrisa con un toque de preocupación. - esta así desde la mañana, la fui a dejar a la guardería, cuando llegué a la escuela recibí una llamada de la encargada diciéndome que Wendy se había puesto enferma y que estaba con temperatura, he tratado de bajársela con paños fríos, estaba esperando que llegaras para llevarla al doctor, ya sabes que le da miedo ir.
-Hubieses ido Yuri, tiene mucha temperatura, esta colorada, en estos casos no esperes a que yo llegué. - dije un tanto molesto.
-Lo sé, pero sabes que con el único que está tranquila cuando vamos al hospital es contigo.
-Bueno, lo mejor será irnos ya al médico para que le dé medicamento y estemos más tranquilos, vamos. – salimos de la cocina y Wendy estaba recargada en la codera del sofá, no me gustaba verla así, ella es la luz de mis ojos y verla de esa manera me rompe el alma, me acerque a ella. – Wendy cariño, vamos a llevarte con el doctor para que te de medicina y te sientas mejor.
Ella negó y se hiso bolita en el sofá, la trate de cargar, pero lloro fuertemente, siempre era de esta manera, no le gustaban los hospitales, no entendíamos porque, Yuri me miro comprensiva, sabía que me estaba diciendo que por eso no la había llevado ella, pero simplemente teníamos que llevarla quisiera o no.
-Cariño, si no te llevamos al doctor te vas a poner más mal y no queremos eso, es por tu bien. – Ella negó y siguió llorando, debía hallar la manera de que accediera a ir al hospital, entonces recordé que había una posibilidad de que aceptara. – Veremos a tu tío Lay, tiene mucho que no lo vez ¿No quieres visitarlo? – Ella levanto su carita y calmo un poco su llanto, Lay era hermano de Yuri y adoraba a nuestra hija a sobremanera, siempre la consentía. Él era pediatra, no era el asignado a Wendy, pero siempre que se enteraba que ella estaba en el hospital iba corriendo a verificar si se encontraba bien.
- ¿Tío Lay?, quielo vel al tio Lay. – ¡¡BINGO!!, habíamos ganado, sonreí sabía que mencionándole a su tío ella accedería, ella estiro sus brazos hacia mí y la cargue, mire a Yuri y ambos salimos de la casa.
Cuando llegamos tal y como pensé en poco tiempo apareció Lay en el consultorio en vez del pediatra de Wendy.
- Mi vida, ¿Por qué estás aquí? – Ese era el tío protector, negué. - ¿Qué es lo que sucede Yuri?
- Tiene temperatura y ha estado vomitando la poca comida que le di.
-Haber Wendy, tío te va a revisar, si te duele algo me dices ¿ok? – Ella asintió, comenzó a revisarla mi pequeña solo se quejó de lo frio de los aparatos, pero mi cuñado la calmo haciéndola reír un poco.
Yuri se acercó a mí y me abrazo, la retire amablemente, ella me miro confundida, tenía que hablar con ella, no podía ser de esa manera con ella, mis acciones de la tarde no me permitían que fuera cariñoso con ella, nunca había hecho algo así, o más bien nunca había encontrado a un ser más maravilloso que ella, hasta que Taemin llego a mí, sus ojos no salían de mi cabeza, la suavidad de sus labios, su exquisito aroma a durazno.
- ¿Pasa algo cariño?
-Hablamos en la casa. – Fue todo lo que le dije, me aleje un poco de ella y fui con mi pequeña, le revolví un poco el cabello y mire a Lay. - ¿Está todo bien Lay?
-Parece que es solo una infección, es normal con este clima, le voy a dar unos antibióticos y con eso se pasara pronto, tiene que descansar, como es pequeña aun, este tipo enfermedad los debilita más que a un adulto. - Asentí, estaba tranquilo de que me digiera eso. – Wendy corazón, te voy a dar un jarabe que no sabe muy rico, pero que si te lo tomas te sentirás mejor pronto y cuando sea así iré por ti a tu casa y comeremos un enorme helado de...
-¡¡Flesa!! – Dijo emocionada y con una bonita sonrisa en su rostro. – Papi, voy a il con mi tío...
- Cuando ya estés mejor corazón, iras con tu tío por ese helado, pero me tienes que traer un poco a mí. - Ella asintió y estiro sus brazos a su tío. – Gracias Lay.
-No hay problema, por mi pequeña lo que sea. – Dijo picando la pequeña nariz de mi hija.
Cuando nuevamente llegamos a nuestra casa Wendy se había quedado dormida, la subí a su recamara y la recosté, baje las escaleras y en la sala estaba sentada Yuri, me miro preocupada.
- ¿Qué sucede amor?
- Yuri...
- Tu jamás eres así de seco conmigo, ¿Es porque no lleve a la niña al hospital antes?
- No, no es eso, aunque si me molesto un poco esa no es la razón.
- Dime ¿Qué es lo que pasa?
- Yuri, yo conocí a alguien esta mañana...
- ¿Cómo? – Su mirada se tornó un poco obscura
- Técnicamente te he sido infiel esta mañana...
- ¿Qué? – Lagrimas empezaron a recorrer su rostro, trate de acercarme a ella, pero me alejo. – No comprendo.
- Perdón Yuri, pero no lo pude evitar.
- Pero me lo estás diciendo porque estas arrepentido, y no lo volverás a hacer, ¿Verdad? – Me sorprendí por sus palabras. – Yo puedo olvidar lo que acabas de decir.
-No Yuri, lo que estoy tratando de decirte es que me enamore de otra persona.
- No, no, tú me amas a mí, siempre me lo has dicho...
- Eso pensaba yo también, pero sentí eso que llaman amor a primera vista.
- ¿La conozco? – Negué.
- Lo conocí esta mañana.
- ¿"Lo"?
- Si, es un chico, jamás pensé que esto fuera a pasar, pero prefiero decírtelo ahora a que lo descubras después.
- ¿Qué pasara con Wendy?
- Mi hija no tiene nada que ver con esto.
-Claro que lo tiene, crees que entenderá que su padre ahora estará con otra persona que no es su mamá, y peor con un chico.
- No veo nada malo en que este con un chico, hoy en dia ya no es cosa del otro mundo, no exageres las cosas, aparte no es como si me fuera a ir de la casa en este momento, aun tendríamos que firmar el divorcio, Wendy aun es pequeña y podemos hacer que tenga una vida normal, aunque no estemos juntos.
- ¿Estas escuchando lo que dices?, ¿Cómo va a ser una vida normal, si no tiene a sus dos padres juntos?
- Yuri, no hagamos esto más complicado.
- No apresuremos las cosas Minho, podemos tratar de arreglarlo, ir a terapias, no sé, algo...
- Yuri, esto no se arreglará con terapia, sentí una conexión con el...
- ¿Así como la sentimos tu y yo años atrás?, estas confundido, te dejaste llevar por el momento, no hagas las cosas impulsivamente, yo puedo hacer como que nunca has dicho esto y podemos seguir como si nada hubiera sucedido y seguir siendo la hermosa familia que somos.
- Yuri, no te degrades, no mereces tener a un hombre como yo a tu lado, no seria justo que tu me ames como lo haces y yo piense en otra persona.
- ¿Es porque no hemos tenido relaciones?, si es por eso lo podemos solucionar...
-No es eso Yuri, ¿Cómo te hago entender?
- No Minho ¿Cómo te hago entender yo?, Tenemos una pequeña que nos necesita a los dos todo el tiempo, no quiero que nuestra hija cresca con sus padres separados, No te firmare el divorcio...
- Yuri...
-No y es mi ultima palabra, jamas te firmare el divorcio para que te vayas con el...
- Yuri, no hagas esto, no es la solución, vivamos de la mejor manera posible.
- Jamas te dare el divorcio...
- Papi ¿Qué es divocio?...
Yuri y yo volteamos a ver a la puerta, nuestra hija estaba mirándonos, sus ojitos estaban llorosos, aun seguía colorada por la temperatura.
-¿Te vas a il papi?, No te vayas, mamá y yo te quelemos mucho, no nos dejes...- Lloro con mas fuerza y Yuri corrió a cargarla y a consolarla, me miro furiosa.
- Tranquila hija, papá no nos dejara, él lo promete ¿Verdad Minho? – Eso era jugar sucio, mi hija me miro ilusionada, aun hipaba un poco por el llanto.
- ¿No te ilas api?
- Wendy amor...
- No quielo que te vayas, no quielo que api se vaya, no quelo...- su llanto fue más fuerte y se recargo en el hombro de su mamá, suspire cansado y sabía que lo que iba a decir no era lo correcto, pero en ese momento era lo que sabía la calmaría...
- No me iré amor, papi se quedará contigo siempre. – Levanto su mirada y me miro ilusionada, una pequeña sonrisa se empezaba a asomar en su carita, estire mis brazos y la cargue.
- ¿Lo plometes?
- Lo prometo cariño, lo prometo.
- Viva, ¿oíste oma?, api no se ila, se quedala con nosotlas pala siemple...- Y me abrazo fuertemente, cerré mis ojos.
- Veras que es lo mejor...- Dijo Yuri, yo solo negué y seguí abrazando a mi pequeña, ya después pensaría en qué hacer.