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MEMORIAS DE UN ASESINO por desire nemesis

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Notas del capitulo:

 

Un joven y apuesto oficial alemán miraba cuidadosamente la fachada de una casa oriental que nunca había visto antes. Llena de madera brillante y ventanas que le recordaban a las del Tirol con su estilo cuadriculado. Se había bajado de un auto oficial negro y del otro lado de este dos hombres hablaban.

26-La familia Kaiba

 

Un joven y apuesto oficial alemán miraba cuidadosamente la fachada de una casa oriental que nunca había visto antes. Llena de madera brillante y ventanas que le recordaban a las del Tirol con su estilo cuadriculado. Se había bajado de un auto oficial negro y del otro lado de este dos hombres hablaban.

 

De repente a su lado apareció su conocido, un oficial japonés, este le sonreía--¿Y bien? ¿Le gusta, Shmidt sama?—dijo su conocido y los ojos ambarinos se volvieron hacia él casi con desinterés.

 

Es muy pronto para decir eso, Herr Kaiba—contestó y volvió su vista hacia el lugar.

 

Siempre tan frío conmigo, el chofer quedará a nuestro servicio mientras estemos aquí, ya le he indicado que se quede—contestó el otro a medias sonriendo y puso su mano hacia adelante indicando que siguiera y añadió—Por favor, Shmidt dono—

 

Es hora de que te detengas de decirme esos ridículos apodos—dijo el rubio con un poco de ira en su voz.

 

No es un apodo Sturmbannführer. Es una cortesía casi feudalesca—dijo el otro en contestación como si disfrutara de su ignorancia.

 

Pues aunque así sea con mi apellido es más que suficiente—contestó el rubio.

 

Pero ese no sería un trato propio en mi casa—contestó el todavía sonriente Kaiba.

 

 

 

 

 

 

Mientras entraba el alemán estudiaba el refinamiento de la casa en la que era admitido. Sin dudas los Kaibas disfrutaban de una buena posición económica y de prestigio. No por nada un hijo de veinticinco años estaba en lo más alto del ministerio de asuntos exteriores. Los pisos de madera brillaban como espejos y todo se percibía tal vez demasiado desamoblado para su gusto occidental pero como ya conocía un poco ese país sabía que todo estaría en su preciso lugar en el tiempo necesario. Esa eficacia y espartanismo le daban algo de comodidad a su corazón prusiano.

 

Había muy delicadas decoraciones, floreros con adustos ramilletes que en otro lugar desencajarían pero que en ese ambiente daban la sensación de una delicada semilla germinando en un hogar. Los dibujos eran pocos pero estaban colocados en lugares en los que destacaban sin dejar de armonizar para dar un pacífico ambiente al lugar.

 

Todo está a su gusto espero, Shmidt dono—dijo el representante de los Kaiba.

 

Ja, Kaiba… san—contestó con algo de inseguridad el usualmente imperturbable Shmidt.

 

Los ojos grises sonrieron mientras le miraban poniéndole un tanto incómodo. Los sirvientes ya se habían llevado las maletas de ambos e Ikabe había ordenado que les sirvieran un té en la sala mientras esperaban a los padres de este para que les presentara a su colega que se quedaría unos días en su morada.

 

Los ojos especulativos de Shmidt miraban el lugar como cada pasillo y habitación recorrida hasta el momento y captaron un movimiento inesperado. Acostumbrado a las sorpresas desagradables sus ojos se dirigieron al punto en que lo habían visto de soslayo para encontrar unas delicadas formas rozadas revolotear desde la ventana abierta al interior para terminar cayendo sobre el piso pulido. Estos atrajeron su atención ya que provenían de la parte trasera de la casa, hacia donde daba la ventana.

 

Al acercarse observó un enorme árbol lleno de flores del delicado color. Eran tantas que no se distinguía hoja alguna si tenía, era simplemente un gigante ramo de flores.

 

¿Le ha impresionado nuestro cerezo?—preguntó Ikabe desde atrás y Shmidt volteó para decirle que no fuera ridículo y entonces la puerta corrediza tras este se abrió y una persona desconocida penetró en la habitación. Tendría unos veinte años y vestía un uniforme de oficial como su conocido pero tenía rasgos un tanto diferentes. Sus ojos eran negro azulados, no negro grisáceos como los Kaiba y su cabello era un poco… ¿Cómo describirlo? ¿Chocolate?

 

El recién aparecido habló con voz clara y firme pese que era un menor en presencia de dos adultos—No sabía que habías vuelto, nii-san—

 

¡Oh, Seto!—dijo volviéndose el otro--¿Estabas aquí? No lo sabía—

 

Y trajiste invitados—exclamó el castaño con una mirada de cautela.

 


Si—contestó el ojos grises y luego añadió—Seto este es un invitado del Imperio, el Sturmbannführer Shmidt. Shmidt este es mi hermano menor Seto—

 

Un gusto—dijo el ojos mieles con algo menos de severidad de lo común. Tal vez era el cambio de ambiente, tal vez el lugar idílico o tal vez fueron sus ojos azules lo que descolocaron un poco a ese duro oficial. Sus ojos se miraron unos al otro por unos momentos antes de recibir respuesta.

 

Dozo yoroshiku—luego los ojos azules se dirigieron a los de su hermano y le dijo—Ahora debo irme—

 

¿Por qué tan rápido? Hay que recibir al invitado como es debido—preguntó Ikabe.

 

Lo siento pero hoy es mi omiai—contestó Seto—Debo irme o llegaré tarde—

 

Te deseo suerte—dijo el mayor a modo de despedida.

 

Hermano, Shmidt sama, hasta luego. Espero que tenga una estadía grata y en otra oportunidad compartiremos—se despidió el ojos azules.

 

El rubio asintió y el joven se fue después de intercambiar miradas con su hermano.

 

Cuando se hubo ido el joven,  el alemán preguntó--¿Qué es un omiai?—

 

Una entrevista de matrimonio. Nuestros padres le han arreglado un matrimonio con una familia conocida—le explicó el ojos grises.

 

Es raro. Él tiene una entrevista de matrimonio siendo el menor. Es raro que siendo el menor, él se case primero—expresó el ojos mieles.

 

Me casé—le dijo Ikabe.

 

¿Ah?—exclamó el rubio.

 

Mirando hacia la ventana por la que antes viera el melado, añadió—Hace dos años perdí a mi esposa—

 

Lo siento—dijo algo incómodo el oficial alemán.

 

Pero eso ya es pasado—dijo el pelinegro volteando hacia él e inesperadamente tomándolo de la cintura para acercarlo a él y besarlo.

Notas finales:

ESPERO LES GUSTE EL CAP

ESTOY HACIENDO LO QUE PUEDO POR SEGUIR LA HISTORIA

MATA NE

Y GRACIAS A MIS REVIEROS QUE ME AYUDAN A SEGUIR INTERESADA EN ESCRIBIR

n.n


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