Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Nuevo Exorcista Nuevas Experiencias por Sakura Taisho

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueeenas! eeeh me tardes más esta vez por falta de tiempo e inspiración (u_u') gomen...Pero! lo hice un poquis mas largo en compensación...

AAh y noté que olvide de aclarar un asterisco en el cap anterior. Era por el uniforme de Suzuki-problemas-kun

El * era porque quería aclarar que la chaqueta se le parece al de Edward Elrick. (Me resultó dificil describirla por eso les queria decir a que se parecía)

Bueno solo era eso...los dejo leer ;3

Se acercaba el mediodía, el barco estaba a poca distancia de tierra firme y Lavi aún no lograba separar a Allen de Suzuki.

-¡Maldita sea! ¿Qué tanto están hablando? –mascullaba entre dientes el pelirrojo. -¡Oye, tú! Ve y distrae al idiota un rato. –le ordenó al buscador.

-¿Disculpe? Pero... –dudaba acerca de seguir sus órdenes.

De pronto, los altavoces del barco comenzaron a sonar, anunciando su proximidad al puerto. Lavi se distrajo al intentar descubrir de donde provenían los estruendosos anuncios ignorando que los menores se acercaban en su dirección, vio que el pelinegro pasó corriendo hacia uno de los barriles de la cubierta y a Allen persiguiéndolo muy preocupado.

-¿Te encuentras bien? –preguntaba el albino acariciando la espalda de Suzuki.

El pelinegro estaba metido de cabeza dentro del barril vomitando su alma y vida. Luego de devolver el estómago, el chico salió del barril terriblemente pálido y con una horrible cara se sentó en el suelo. –Me quiero bajaaar.... –se quejaba Suzuki.

-Tranquilo, ya falta poco etto... ¡Ah, ya sé! Vayamos a la habitación para que te recuestes un momento. –Allen tomó al pelinegro por uno de sus brazos y lo guio hacia la habitación.

Lavi vio la escena del pobre enfermo exorcista como una señal divina, sabía que faltaba al menos hora y media para tocar tierra firme y le daría buen uso a ese regalo enviado del cielo.

Mientras tanto, Allen arrojaba a su amigo a una de las camas para que pudiese descansar.

-Mmm supongo que así estarás incómodo... –pensaba Allen viendo al mayor portando su uniforme. –Te quitaré esto... –dijo quitándole su chaqueta. –Y esto también... ¿eh? qué extraño...estaba tan acostumbrado a verte descalzo que no noté que traías zapatos. –dijo retirándole el calzado.

-Son botas...no zapatos. –dio con voz ronca y débil el mayor.

-¿Acaso no es lo mismo? –preguntó divertido el albino.

-No...los zapatos son horribles...¡Quiero vomitar! –dijo cubriéndose la boca.

-¡Waaa! ¡No espera, espera!

.....

-Lavi-dono... ¿Está seguro que...funcionará? –preguntaba James.

-Claro que sí. Allen es demasiado bueno como para que no funcione. Tú solo sigue el plan, procura sonar convincente para que no insista.

.....

-Te ves muy mal ¿Quieres que llame a un doctor? –preguntaba preocupado Allen.

-Solo necesito bajarme...de este maldito...y condenado...barco. –hablaba débilmente Suzuki.

Allen acariciaba la espalda del mayor que estaba sentado a orillas de la cama con la mirada perdida y un balde a su lado. Mientras Allen pensaba que podía hacer, alguien llamó a la puerta.

-¿Quién es? –preguntó antes de abrir la puerta.

-Soy yo...Walker-dono.

El albino reconoció la voz del buscador y lo dejó entrar. Al  ingresar James vio al pobre de Suzuki totalmente pálido arrojándose a la cama medio muerto.

-¿Qué le ocurre...a Taisho-dono? –preguntó fingiendo no saber.

-Esta mareado y no para de vomitar. Estoy muy preocupado por él ¿Podrías ir a buscar un Doctor?

-Bueno, de hecho... Yo podría...tratarlo, si ustedes me lo permiten.

-¿En serio? ¿Puedes? Eso sería genial. –dijo alegre el albino.

-No será un problema. Pero, deberá de irse porque...así podrá descansar...usted sabe...-dijo dudoso el buscador.

-Pero quiero quedarme a cuidarlo, además...

-Walker-dono, Taisho-dono necesita descansar hasta que lleguemos al puerto y no podrá hacerlo con una multitud rodeándolo.

-Supongo que tienes razón. –dijo resignado Allen. –Bueno, iré a dar una vuelta. ¡Volveré en un momento Suzuki-kuun! –le dijo al pelinegro antes de marcharse.

-Sabes... –habló Suzuki. –Estoy seguro que el cabeza de escoba terminará metiendo la pata hoy.

-Tal vez. Pero eso lo decidirá Walker-dono.

.....

Lavi se encontraba en un pasillo cuando afortunadamente logró divisar a un pequeño albino caminando solo en dirección del salón comedor, así que lo siguió.

Allen estaba pidiendo un café y algunos pasteles para comer mientras Lavi esperaba a que el camarero se retirase y volviera con el pedido, porque conociendo a Allen, sabía que él nunca se retiraba de la mesa antes de terminar de comer, así que espero hasta que fuese el momento indicado para acercarse. Cuando el camarero volvió con la orden Lavi se apresuró y se sentó en la misma mesa que el albino.

-Yo quiero un café negro y una rebanada de pastel. –pidió al camarero y se sentó junto a Allen.

-Enseguida señor. –dijo y se retiró.

-Hay muchas mesas donde podrías sentarte. ¿Qué haces aquí? –preguntó fríamente Allen.

-Vine a pasar tiempo contigo además, quisiera que hablemos. Bueno...veras...yo quisiera, disculparme correctamente. –empezó a hablar Lavi evitando la mirada inquisidora del menor.

-Pues yo no quiero hablar contigo. Me dejaste muy en claro lo que opinas de mí, sin mencionar que dudo mucho que sepas de que te estas disculpando... –Allen tomó un sorbo de su café.

-Me disculpo porque...porque fui un idiota contigo, no debí de gritarte. No era mi intención el hacerte llorar tampoco.

-Pues sí, eres un idiota. –dijo el albino comiendo sus pasteles.

-Entonces... ¿Me perdonas? –preguntó nervioso el pelirrojo.

-Por supuesto que no. Solo te disculpaste por ser tú, no por lo que realmente me hizo daño. –Allen había terminado su comida y estaba a punto de irse  pero fue detenido por el agarre de Lavi. –Suéltame, tengo que cuidar de Suzuki-kun. –dijo tratando de liberarse.

-¿Qué demonios tiene ese tipo, como logró arrastrarte de esta manera tan lejos de mí? –preguntó con notable enojo en su voz.

-Él es lindo conmigo, me trata como a una persona no como un mentiroso. –dijo muy seriamente.

-¿Sólo por eso sigues enojado conmigo? ¿Qué lo hace tan bueno? ¿¡Qué lo hace mejor que yo!?

-Él no habla mal de papá.

Dicho eso Allen se liberó del agarre de Lavi y se fue a paso firme del comedor, dejando al pelirrojo muy frustrado por no poder lograr ser perdonado y triste por su distanciamiento con Allen.

-Señor, aquí está la cuenta. –interrumpió el camarero. -¿Usted...pagará ambas cuentas?

-Sí. Estas y muchas más.

.....

Una vez en el puerto, Lavi y James se dirigieron a la estación de trenes para comprar los boletos que los llevarían a la ciudad. Durante el viaje en tren Allen se apegó al mayor y Lavi fue ignorado durante todo el camino. Al llegar al hotel, Allen siguió ignorándolo mientras Suzuki hablaba por teléfono en la recepción.

-Si...Llegamos hace unos minutos...¡Claro que no! Moooo...ya te lo dije, no es mi culpa. –hablaba el pelinegro haciendo pucheros. –Sólo vomité. Estoy mejor... ¿Té? Si bebí pero, no se quedó dentro.

Allen se acercó al pelinegro e intento escuchar con quien hablaba, cuando Suzuki se percató de su presencia dio por finalizada la llamada.

-¿Con quién hablabas? –preguntó Allen.

-Con...nadie, nadie en especial. –dijo sonrojándose.

Allen estaba a punto de preguntar si todavía se sentía  mareado por el color de su rostro pero la presencia de akumas activó su ojo izquierdo, el albino advirtió a sus compañeros y corrieron en su búsqueda. Llegaron a una plaza donde, según Allen, había siete akumas ocultos entre la multitud, pero el lugar estaba demasiado concurrido como para iniciar una pelea.

-Tengo una idea. –dijo el pelinegro yendo detrás de un gran árbol. –Procuren gritar muy fuerte.

Lavi, Allen y James no comprendían a que se refería pero lo dedujeron rápidamente al notar el accionar del chico, Suzuki había comenzado a encender el árbol con grandes, poderosas e intimidantes llamas.

-¡Fuego, Fuego! –gritaron los exorcistas alertando a las personas para que se retirasen.

El pelinegro incremento el poder de las llamas lo suficiente para que todos le temieran y huyeran, a excepción de los siete akumas, que al notar el uniforme de los exorcistas que gritaban se quedaron a enfrentarlos. Una vez que las personas ya estaban lo suficientemente lejos Suzuki apagó el árbol y se unió a sus compañeros.

-¿Son ellos? –preguntó el pelinegro.

-Sí. Solo quedaron los akumas. –dijo Allen.

Los akumas se transformaron perdiendo su forma humana y comenzaron a atacar a los exorcistas. Todos eran akumas nivel 2 por lo que no representaban una gran amenaza. Lavi arrasó con dos de ellos con su Sello de Fuego, Allen acabó con uno con su garra y a un segundo con su Crown Edge, finalmente Suzuki exterminó a otros dos akumas de un solo golpe con su Aoi Shinku. Los muchachos se habían confiado por unos segundos hasta que escucharon gritar a James, se habían olvidado del séptimo akuma, que tomó por rehén al buscador llevándoselo consigo. Lo siguieron hasta el Coliseo romano, al ingresar una enorme puerta de madera los encerró sin escapatoria, avanzaron en dirección de los gritos que se oían a la distancia y se encontraron con varios akumas nivel 3 en las gradas y un grupo de ¿luchadores romanos? en la arena listos para pelear.

Ellos se escondieron de la vista de los akumas, Lavi buscaba entre los akumas nivel 3 al nivel 2 que se había llevado a su amigo pero de pronto un estruendo le llamó  la atención. Los akumas en las gradas habían bajado a atacar a los luchadores, normalmente se creería que un simple humano no lograría salir vivo de un encuentro como ese pero...ellos los estaban destruyendo.

-¿Qué rayos ocurre? –preguntó confundido Lavi. –Un humano ordinario no debería ser capaz de destruir un akuma.

-Supongo que son más poderosos de lo que parecen. –dijo Suzuki.

-No. –habló Allen. –No son humanos comunes.

-¿Cómo lo sabes? –preguntó el pelinegro.

-Las almas...las almas de los akumas son salvadas.

-Eso quiere decir...que... ¿poseen Inocencia? –dijo Lavi.

-No. Mira otra vez. Ellos, son la Inocencia. –dijo Suzuki mirando a los peleadores.

Los gladiadores no poseían rostro, eran simples marionetas que exterminaban a los akumas de un solo golpe, cuando terminaron con todos ellos los guerreros ingresaron a un cuarto bajo el palco del Emperador, donde al atravesar la puerta se desvanecieron. De pronto, el akuma nivel 2 indignado por el resultado de la pelea apareció e intentó atacar a uno de ellos por la espalda, pero rápidamente se dio la vuelta y lo atravesó con su espada destruyéndolo.

Luego de eso, los exorcistas salieron de su escondite y echaron un vistazo al imponente Coliseo.

-¡Aquí estoy! –gritaba el buscador desde una de las gradas.

-¡Espera, iré por ti! –dijo Allen que salió corriendo en su dirección. Pero fue detenido por un repentino ataque, un látigo de ¿hojas de laurel? Ese mismo látigo tomó al albino llevándoselo al palco del Emperador.

-Mostrad respeto ante su Emperador Tiberio Julio César. –dijo una voz potente. -¿Quiénes osáis interrumpir mi diversión? –un hombre apareció en el palco.

-¿Quién se supone que es? –susurró Suzuki al pelirrojo.

-Es Tiberio, el sucesor del César. –respondió Lavi arrodillándose. –Será mejor no hacerlo enojar.

Suzuki imitó su acción y ambos mostraron respeto a Tiberio.

-Hemos venido en busca de...un objeto, que nos pertenece. Creemos que se encuentra aquí, en su Coliseo. –habló Lavi.

-Todo lo que se encuentra dentro de esta arena me pertenece. –sentencio Tiberio. –Aunque, si vosotros podéis darle al Emperador algo a cambio, os dejare que se lleven dicho objeto.

-¿Qué es lo que el Emperador quiere a cambio? –preguntó dudoso Lavi.

-Podréis llevarse lo que necesiten, pero el chico se quedará aquí. –dijo mirando al albino.

-¿¡Qué!? ¡NO NO NO! ¡No quiero, suélteme! –Allen intentaba liberarse de los laureles pero estaba tan apretado que ni siquiera podía mover su Inocencia. -¡Ayúdame! ¡Suzuuuu!

-Lo lamento Emperador pero el chico no es parte del trato. –dijo Suzuki levantándose de su reverencia. –Él se ira con nosotros junto a la Inocencia, quiera o no.

El Emperador miró con furia al pelinegro por su atrevimiento pero luego de unos segundos misteriosamente su rostro cambio por uno muy confiado.

-De acuerdo, si vosotros no os cumplen con mis deseos... ¡Deberéis de ganarse el premio!

El Emperador levantó su mano derecha y los guerreros comenzaron a salir nuevamente. Eran cinco gladiadores que portaban espadas, escudos y cuchillos, cuando todos estaban presentes ante el Emperador esté bajó su mano dándole la orden para atacar.

Lavi y Suzuki activaron sus Inocencias y se enfrentaron a los guerreros. La pelea fue dura, los peleadores del Emperador eran imparables y muy peligrosos, Lavi había sido herido en sus piernas gravemente por lo que Suzuki debió de protegerlo, el pelinegro utilizaba sus dos espadas por lo que lo convertía en un mejor oponente habiendo logrado así herir gravemente a dos gladiadores los cuales desaparecieron en lugar de caer o morir, mientras Tiberio y Allen observaban todo desde el palco principal. La pelea ya llevaba casi una hora y no lograban eliminar a los últimos dos, el pelirrojo estaba muy cansado y había perdido mucha sangre y el pelinegro  ya harto de todo decidió tomar una decisión extrema.

-Oye, ¿Qué tanta sangre has perdido hasta ahora? –preguntó Suzuki.

-¿Por qué preguntas? Aun puedo pelear si eso es lo que te preocupa.

-No es por eso, pero si tú dices que aun estas bien pues... –el pelinegro hizo un movimiento con sus manos en dirección de Lavi y luego volvió su vista a los gladiadores.

-¿Qué haces? ¡Espera, ARGH! –gritó adolorido Lavi cayendo al suelo.

Suzuki estaba manipulando una gran cantidad de sangre proveniente de las heridas del pelirrojo y le dio forma de cientos de cuchillas. -¡Aisunaifu!* -dijo lanzando fuertemente las cuchillas hacia los gladiadores derrotándolos finalmente.

Desde el palco, el Emperador aplaudía el resultado de la pelea.

-¡Bien hecho extranjeros! Pero esto no se termina aquí. –el Emperador volvió a elevar su mano y una compuerta se abrió bajo los pies de los exorcistas.

Ambos cayeron a través de la compuerta hacia una especie de calabozo, al tocar el suelo Suzuki se levantó rápidamente y se dirigió hacia Lavi.

-¿Estas vivo cabeza de antorcha? –preguntó el pelinegro.

-Sí, estoy bien. Un idiota me sacó casi 2 litros de sangre pero creo vivir. ¿Cómo diablos hiciste eso? –preguntó enojado Lavi.

-Controlo el agua, la sangre posee mucha agua señor “Bookman en entrenamiento”. Agradece que saliéramos vivos esta vez. Al parecer, el “Emperador Idiota” tiene otro requisito para que nos llevemos a Allen.

-Debemos encontrar la Inocencia si queremos detener a los gladiadores. –dijo Lavi intentando cortar su bufanda para cubrir sus heridas.

-Quédate quieto, sanaré tus heridas. –Suzuki se acercó a Lavi y utilizó un poco del agua en el aire y de los hilos de sangre que emanaban del pelirrojo para cerrar sus heridas lo mejor posible.

-Sabes, sabía que esta misión sería difícil, pero lo que no sabía es que íbamos a enfrentarnos a un Emperador Romano muerto y sus gladiadores. –dijo Lavi dejándose curar.

-Pues yo no sabía que vomitaría todo un día, no sabía que viajaría contigo, tampoco sabía que Allen se apegaría a mí y tampoco sabía que había llorado por tu culpa...

-¡Un momento! ¿Por qué te metes donde no te llaman? Lo que ocurre entre Allen y yo no te incumbe, sin mencionar que es tu culpa...

-¿Es mi culpa el notar que te gusta el pequeño? Solo quería hacerte una broma y tú terminaste armando un gran escándalo y lo hiciste llorar.

Lavi se quedó callado porque sabía que si la conversación seguía terminarían peleando.

-Sabes...yo también he sufrido por tu culpa. –dijo Suzuki. –Desde que comenzaste a actuar como tonto tu amigo ha estado fastidiándome.

-¿Yuu? Ahora que lo dices...lo he visto...arrastrándote por la Orden.

-Sí, no quiere dejarme solo, cree que puedo generar más problemas. ¿No te ha dicho que me golpeó para que le explique lo que pasó aquella noche? Mira, me dejó un recuerdo. –dijo el pelinegro subiéndose la camisa mostrando un gran moretón en el centro de su estómago.

-No me lo dijo pero...es extraño, Yuu suele amenazar no golpear.

-También me golpeo cuando pasó “eso” con Allen en la enfermería, cuando aquel tipo nos dijo que tendría una misión también se desquitó con mi cabeza y esa misma noche...no se apartó de mi lado, quería estar seguro que no me encontraría con Allen en los pasillos...

-Deja de hacer eso. –lo interrumpió Lavi.

-¿Hacer qué?

-Deja de decir “Allen” ¿Cuándo abandonaste tú estúpida costumbre de decirle “Walker”?

-Desde que me llamó Suzu. Hace un momento...

-Pues no me gusta, deja de hacerlo él no está aquí. –dijo Lavi enojado.

-¡Pues no me importa, cabeza de escoba! Le prometí llamarlo por su nombre si el cumplía con su parte y así será! –dijo seriamente cruzando los brazos.

-¡Deja de decirme así! –Lavi se le abalanzó al pelinegro y comenzó a jalarle el cabello.

-¡Oblígame! –Suzuki se defendió tirando también de sus rojos cabellos.

-¡Fenómeno!

-¡Antorcha humana!

-¡Ojos de insecto!

-¡Pirata barato!

-¡SUÉLTAME! ¡ASNO ANALFABETA!

-¡MUERETE! –Suzuki empujó a Lavi con sus pies, lo arrojó lejos de él realmente furioso y le dio la espalda.

Lavi se sobaba la cintura por el fuerte golpe mientras veía extraño al menor por su reacción. -¿Cuántas veces piensas dañarme hoy?

-Tú no tienes idea...eres un idiota que tiene más información en su cabeza que toda una ciudad.

-¿Y qué? ¿Envidia? –dijo altaneramente Lavi

-Si... –respondió Suzuki sorprendiendo totalmente a Lavi. –Una persona como tú jamás sabría por lo que alguien como yo tuvo que pasar por no saber leer o escribir inglés, aun cuando aprendí a hablar el idioma tuve que sufrir por una desgracia tras otra.

Lavi se sintió totalmente incomodo ante la declaración del chico, era la primera vez que veía al menor ofendido y contando algo sobre su intimidad. Además, el menor tenía razón, él nunca estuvo desinformado, siempre tuvo todo bajo control y los idiomas nunca fueron un problema.

-Tienes razón...no tengo idea. Sé muchas cosas pero...desde que noté este sentimiento por Allen, he estado más perdido que nunca. –dijo apenado por admitir su problema.

-Pues... tratarlo mal no es la solución. Deberías decirle la verdad, no le queda la cara de enojado.

-No es tan fácil como parece. ¿Acaso sabes lo difícil que es declararse? Además, Allen es un chico.

-Yo me declaré a un chico, no fue tan malo. –dijo dándose la vuelta mirando sonrojado a Lavi.

-¿De verdad? ¿No lo dices solo para engañarme verdad? Espera...acaso...tú...¡NO ES VERDAD!

Notas finales:

Quiero aclarar que no tengo idea si las palabras del Emperador son correctas XD el habéis podéis etc etc y esas palabras así no las manejo pero las he oido pero no estoy segura de haberlas utilizado correctamente...

 

*Aisunaifu: アイスナイフ - cuchillos de hielo

ESTA ES OTRA DE LAS COSAS QUE TRADUJE EN EL GOOGLE TRADUCTOR, SI ESTA MAL ES SU CULPA XD jojo

 

Perdonen mi ignorancia...


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).