Aquella misma mañana los doctores le dieron el visto bueno a Suzuki permitiéndoles partir de la ciudad, James había anunciado a la Orden Oscura sobre su regreso a casa junto a la inocencia y al recuperado Suzuki, pero por órdenes de Lvellie tenían prohibida la utilización del Arca por lo cual deberían de regresar por sus propios medios. El regreso a la Orden fue tranquilo, sospechosamente muy tranquilo para algunos.
-Nee, Taisho-dono... –preguntó el buscador.
-¿Nani? –preguntó en su idioma natal.
-¿Eh? –miró algo confundido el buscador.
-Ah, disculpa. ¿Qué sucede?
-Es que... ¿No cree que Junior-dono y Walker-dono están muy... cómodos el uno con el otro?
-¿Junior? Ah, ¿Hablas del cabeza de escoba? Supongo que tuvieron tiempo de hacer las paces mientras yo estaba herido. Aunque es mejor así, ya estaba cansado de que el idiota me mirase feo cada vez que podía.
-Mmm, creo que tiene razón. Además no me gustaba ayudar a Junior-dono en sus planes contra usted.
-¿Qué hacías qué?
- Oh mire... una monarca. Qué bonita. –dijo adelantándose para dejar atrás al desconcertado joven por sus anteriores palabras.
Efectivamente, Lavi y Allen estuvieron llevando bien durante toda la mañana, hablaban, reían y caminaban uno al lado del otro. A diferencia de cuando inició la misión, donde apenas podían estar a tres metros de distancia y casi no cruzaban palabras, ahora ambos exorcistas se veían como buenos amigos nuevamente. Cuando Suzuki le preguntó al albino sobre su situación con el pelirrojo éste solo se limitó a responder “Digamos que...aclaramos algunas cosas”. Aunque el pelinegro se imaginaba algo, aún estaba intrigado por cómo habían “aclarado” sus problemas he intentaría averiguarlo cueste lo que le cueste.
.....
Era casi mediodía y los cuatro viajeros por fin habían llegado a casa.
-¡Que hambreee! –se quejaba el albino al ingresar.
-Ve a comer algo Allen, yo le llevo tu informe a Komui-san... –dijo el pelirrojo tomando el archivo de las manos del menor.
-Ah...bueno. –dijo apenado el albino. –Pero puedo ir des...
-¡YUUUU~! –salió canturreando el pelinegro. -¡Quiero Té~ y viceversaaa~!* -dijo saltando sobre el azabache que acababa de acercarse a los recién llegados.
-¡CON UNA MIERDA MOCOSO! –dijo Kanda golpeándole la cabeza haciendo que lo soltase. -¿Por qué demonios tardaron tanto? –preguntó mirando al dúo que se acercaban a verificar el pulso del pelinegro.
-Un Emperador Romano quería quedarse con Allen como trofeo y este chico resultó herido, por lo que tuvimos que esperar por él. Ese sería el resumen. –dijo Lavi algo divertido al recordar al menor todo magullado en el hospital.
-Pues que mal gusto tenía el tipo. –dijo en modo de burla el azabache.
-Ay no... La herida de su brazo se abrió. Hay que llevarlo a la enfermería. –dijo preocupado Allen que estaba a un lado de Suzuki. –Lavi ayúdame a ... ¿eh?
Antes de que el albino pudiese terminar de hablar Kanda ya había agarrado al menor por el uniforme y puesto sobre su hombro cargándolo como un costal. –Yo me llevaré a la molestia a la enfermería. Si quieres ser útil en algo llévale su informe al “complejo de hermana”.
-Pero... –intentó replicar al ver al inconsciente chico ser llevado contra su voluntad
-¡Metete en tus asuntos Moyashi! –dicho eso Kanda se perdió de la vista de todos con el chico a cuestas.
-¿Qué acaba de pasar? –preguntaba confundido el albino.
-Ehhh...luego te explico. Vayamos con Komui-san primero. *Así que resultaste posesivo Yuu*
.....
Mientras tanto, en los pasillos por donde dos japoneses transitaban.
-Mmm, deberías ser más bueno con él. Me cuidó mientras estuve vomitando y eso no es agradable para nadie. –hablaba Suzuki siendo aún cargado por el mayor como un costal.
-La deuda es contigo mocoso, no conmigo. No es mi culpa que seas de estómago flojo.
-Buuuu, que malo eres~ y no solo con él, conmigo igual.
-Cállate enano. Además... ¿No dijiste acaso que querías té?
-¿Qué? ... Mooo~ eres lento, ni siquiera notaste ni dulce saludo. Además el té que preparan las enfermeras sabe horrible.
-Mh. Pues tú también eres lento entonces... –dijo en tono de burla. –Aun no ves que no estamos yendo en dirección a la enfermería.
-¿¡Eh!? *waaaa kowai, kami-sama* -pensó el menor al notar la actitud del mayor.
.....
-Con permiso. –dice el albino al ingresar a la oficina.
-¡Oh Allen-kun, Lavi! ¡Pasen, pasen! ¿Cómo estuvo el viaje? Oh ¿y nuevo-kun?
-Suzu fue a la enfermería con Kanda, una de sus heridas se abrió. Nosotros trajimos su informe. –dijo el menor poniendo en manos del Supervisor ambos informes.
-Aquí está el mío Komui-san. –dijo el pelirrojo entregando un informe al menos 3 veces más grande que el del albino y el pelinegro juntos.
-¿Eeeeh? ¿Por qué es tan grande? ¿Qué tanto escribiste? –dijo el menor sorprendido y ofendido. –Quiero ver.
-¡AAAAAH! Perdón, perdón Allen-kun pero tú no puedes leer el informe de los demás. –dijo Komui haciendo todo tipo de gestos raros para evitar que el menor viera el informe.
Pero justo cuando el menor estaba por reprochar Reever ingresó a la oficina interrumpiéndolos.
-¡Supervisor! Bak-san llegó con los nuevos golems.
-¡Ooh maravilloso! ¡Reever-san ven a festejar conmigo! –dijo sacando una botella de vino de quien-sabe-donde.
-Ah...no gracias. Iré a ayudar a Bak y Lenalee a pasar las cosas desde la Rama Asiática.
-¿Lenalee? –dijo Komui parando con su teatrillo.
-Sí. Fue con Bak justo aho...
-¡LENALEEEE-CHAAAAN! ¡ALEJATE DE LOS HOMBRES MI LENALEEEEE! –salió gritando de la oficina llevándose consigo los tres informes de los chicos y a Reever en medio de la conmoción.
-Mooo, otra vez se hizo el tonto. Nee Lavi ¿Por qué era tan grande tu informe? –seguía preguntando curioso el albino.
-Eeeh...etto... *¿Cómo hago para que deje de preguntar?* es que... me pidieron que... *piensa Lavi, piensa* Ah, lo que pasa es que...debía escribir del nuevo y su desempeño y bueno...creo que me explayé demasiado hehe. *ojala se lo crea* -dijo Lavi lo más convincente posible.
-Oh, bueno. Si solo es eso. –dijo más tranquilo el menor. –Supongo que habrás puesto cosas “buenas” ¿verdad? –dijo pícaramente el menor por el hecho de saber que él y su amigo aún no se llevaban bien.
-Digamos que... fui imparcial... tal vez.
-¡Lavi~ si lo haces quedar mal lo podrían regañar! –reprendió el albino al pelirrojo mientras sacudía su brazo izquierdo.
-Tranquilo, tranquilo... juro que todo en ese reporte es profesional, soy un Bookman ¿recuerdas? –dijo divertido al ver los pucheros del menor mientras aún era sacudido.
-Futuro Bookman querrás decir.
-Pero un Bookman al final... –dijo el mayor acercándose sigilosamente hacia Allen.
-Pues no, si fueras un Bookman no te dirían Ju..Junior... ¿Qué haces? –preguntó en voz baja el menor comenzando a ruborizarse al notar a su amigo tan cerca suyo.
-Bueno pues, ya llegamos y ya entregue el informe, tengo que ir a ver al viejo así que... me quiero despedir. –dijo estando frente al menor, pero al ser más alto debía de inclinarse un poco para poder verle el rostro a Allen.
-¿Co... Cómo? –dijo algo nervioso mientras levantaba lentamente la mirada. –Re... Recuerda que estamos en la Orden *estúpida atmósfera incomoda*
-Moyashi ecchi... –susurró sobre los labios del menor y luego simplemente besó su frente.
-¿Qué fue eso que dijiste? –preguntó algo atontado por el momento incómodo.
-Digamos que tantos años junto a Yuu se me pegaron algunas palabras hehe. Bueno me voy, mi abuelo espera. –dijo y simplemente huyo del lugar aprovechando el aturdimiento de Allen.
-Bueno.... ¿Eh? ¡ESPERA! No me dijiste que significa eso, moo~ ni siquiera sé que significa Moyashi. –gritó Allen haciendo pucheros.
.....
-Abre la boca.
-No quiero.
-No sabes lo que te daré.
-Tampoco quiero saber.
-Abre te digo. –dijo posicionándose frente al chico, que estaba sentado sobre la cama, para tomar con su mano derecha su mandíbula e intentar abrirle la boca a la fuerza.
-Baastaa~ me duele... –dijo a duras penas intentando cerrar la boca.
-Tranquilo... a la larga te va a gustar. Saca tu lengua.
.....
Mientras todos estaban ocupados en sus asuntos, un pequeño albino se encontraba tomando una relajante ducha evitando pensar en el hambre que tenía, después de todo sin notarlo luego de que Lavi lo dejase en el despacho de Komui todo avergonzado y algo atontado, el despistado albino salió rumbo a la cafetería... pero terminó en su cuarto. Así que opto por tomar un baño antes de ir por algo de comer.
-*Estúpido Usagui* -pensaba el menor. –Un momento... ¡Tampoco sé qué significa eso! Moo~ ¿Por qué nadie aquí habla normal? –gritaba exasperado en el baño mientras removía sus cabellos. –Debería preguntarle a alguien sobre el idioma japonés mmm... Kanda de seguro no me dirá nada... –hablaba consigo mismo el albino mientras se preparaba para salir del baño.
-Podrías preguntarme a mí.
-Eh... ¿¡QUÉ HACES EN MI CUARTO!? –gritó totalmente rojo hasta las orejas y sujetando su bata al notar al pelirrojo con su ropa de civil tirado sobre su cama.
-Ya salude a mi abuelo. Fui a la cafetería pero al no encontrarte allí, supuse estabas aquí... además dejaste la puerta abierta. –hablaba de lo más relajado aun recostado en la cama mientras observaba minuciosamente al menor con su bata que apenas le cubría los muslos y sus albinos cabellos aun goteando.
-¿Es... eso que tiene q...que ver? Incluso si no tuviera puerta deberías anunciarte... ¡DEJA DE MIRARME! LARGO...VETE. –empezó hablar atropelladamente el menor al notar la insistente mirada de junior sobre él.
-Quiero preguntarte algo... –dijo sentándose en la cama aun mirando el albino. –¿Quieres sentarte? –dijo palmeando la cama.
-Me voy a cambiar primero. –Allen trató de llegar rápidamente a la ropa que había dejado sobre la silla cercana a la cama pero unos brazos le prohibieron llegar a ella.
-No hace falta así estás lindo. –susurró el mayor en el oído del chico mientras lo abrazaba por la espalda. –Solo será un momento Allen...
El menor comenzó a sentirse atontado nuevamente y sin notarlo se estaba dejando guiar por los brazos que lo tenían aprisionado hacia la cama. Lavi se sentó y arrastró consigo a Allen dejándolo sobre su regazo, el menor se veía claramente incomodo pero aun no oponía resistencia alguna.
-Moyashi-chan~ estuve pensando y sabes... Me gustaría intentar algo contigo. –susurró el pelirrojo cerca del oído del acalorado albino.
-¿Al..algo cómo qué? –dijo bajito el menor.
-Algo...Solo dime si estás de acuerdo. –susurró suavemente.
-Es que yo... –dudó algunos segundos mientras sentía las manos del mayor rozar su cintura. –De... de acuerdo. –dijo finalmente derrotado por la suaves caricias.
-¡PERFECTO! Mañana a las 8 pasaré por ti. –dijo el pelirrojo levantándose y dejando al albino tirado en la cama algo desconcertado.
-¿Eh... mañana? –preguntó confundido el menor aun recostado en la cama.
-Sí, mañana. Pero...
-¿Pero? –dijo reincorporándose un poco en la cama.
-Mañana usa algo más largo. –dijo guiñando su ojo al menor y saliendo del cuarto dejando a un pobre Allen muy avergonzado y hecho un tomate, al notar que su bata estaba algo abierta.
Glosario: ¡Quiero Té~ y viceversaaa~! : ¿En serio hace falta explicarlo? XD