-¿Chicos? ¿Cuándo llegaron? –preguntó Allen un poco desconcertado por no notar sus presencias.
-Hace un momento, oímos el escándalo y decidimos venir a curiosear. –comentó Lavi siendo aún sujeto por Lenalee.
-Pero al parecer Allen-kun nos ganó a todos, Lavi. –dijo Krory algo triste
-¿Qué gané?
-Bueno...veras. Algunos de nosotros apostamos para ver quien lograba ver primero al exorcista nuevo. Y bueno, tú estás aquí. Supongo que eso te convierte en el ganador. –respondió Lavi
-Pero yo no estaba enterado de la apuesta así que supongo que no cuenta Lavi.
-Eso no es cierto Allen-kun. Hicimos la apuesta entre todos los exorcistas, es decir que incluimos a todos, también Kanda. –comentó Lenalee. –Eso te convierte en el ganador aunque, eres el primero ¿verdad?
-¿El General Tiedoll cuenta?
-No. Los Generales están fuera. –dijo Krory.
-Entonces, sí. ¿Qué gané? –comento muy contento el menor.
-¡Un fuerte abrazo mío! –dijo Lavi mientras asfixiaba a Allen.
-¡No mientas Lavi! –dijo enojada la china –Admite la derrota.
-Lo debía de intentar. –soltando al albino medio muerto.
-Ganaste un postre especial preparado por Jerry-san y el Inspector Link. –explicó Krory. –Han estado trabajando juntos por unos días y cuando oyeron de nuestra apuesta pusieron su nueva creación como premio.
-¡COMIDA! El mejor premio de todos –Allen lloraba de la alegría mientras soñaba despierto del cómo se vería aquel exquisito postre.
Mientras Allen soñaba despierto y babeaba el suelo, los tres curiosos observaban la lucha campal dentro del cuarto de la enfermería. Al parecer aun no lograban tener al chico nuevo quieto. Se veían volar varios instrumentos y como algunos científicos tenían sus batas rasgadas. ¿Por qué tanto alboroto? ¿Qué lo tenía tan alterado?
Krory y Lenalee miraban muy alegres aquella escena mientras comentaban entre sí lo ansiosos que estaban por poder hablar con él y conocerlo mejor. Mientras, un extrañamente silencioso pelirrojo observaba serio la escena frente a él.
-*Algo me dice que esto no será bueno* -pensó Lavi.
La noche caía sobre la Orden Oscura y la noticia de un chico con el cabello negro golpeando científicos se había expandido por todos sus rincones. Lenalee y su inocencia eran las causantes de la tan rápida expansión de la noticia, nadie dentro de la Orden estaba desinformado, incluido Kanda. A pesar de todas las descripciones dadas por los cuatro exorcistas que lograron verlo, aún existía esa necesidad de verlo en persona y ni Allen ni Lavi sabían dibujar muy bien un retrato para desgracia de todos. Mientras Lenalee junto a Krory estaban expandiendo la noticia en la Rama Asiática y seguían con su labor de ayudar en la reconstrucción.
Cuando se acercaba la hora de la cena se oyó en los altavoces la voz de... ¿Komui? Diciendo que debían de reunirse todos en el gran salón principal para un anuncio. Era extraño que Komui-san diera personalmente los anuncios por el altavoz, tal vez él tambien estaba ansioso por la llegada del chico nuevo. ¿O había otro motivo?
Todos estaban reunidos sin excepción alguna. Si, los Generales también, por especial insistencia del nuevo “Flamante Padre”. Los únicos ausentes permitidos fueron aquellos que aun permanecieran en sus misiones.
Pasados unos minutos llegaron frente a todos Komui, Reever y el General Tiedoll. Pidieron silencio y comenzaron con el anuncio.
-Gracias a todos por estar aquí. –hablo primero Reever. –Como ya todos saben tenemos un nuevo miembro, traído aquí por el General Froi Tiedoll. Su cuerpo se encuentra aún muy herido así que por lo pronto permanecerá la mayor parte del tiempo en la enfermería bajo observación. Espero que todos comprendan y nos ayuden a mantenernos al tanto de su salud.
-Así es. Como ya explicó el Jefe de Sección Reever, debemos mantener los ojos abiertos y es por eso que decidimos formar un equipo que se encargará de mantener un ojo sobre él para reportar todo lo referido con su condición física y para que cuiden de él mientras se adapta a la Orden. Sin embargo, cualquier dato que puedan ofrecer aquellos que no estén ligados al equipo también será bien recibido. Antes de nombrar al equipo queremos advertirles que por el momento este chico no puede hablar porque tiene gravemente dañada la garganta y por eso mismo aún desconocemos su nombre.
-¡Pero no lo discriminen por eso por favor! Es un buen niño... –dijo un lloroso General. –Estoy seguro de eso jujuju.
Sin duda alguna el General Tiedoll se apegaba mucho a sus supuestos “hijos”. Nadie quería imaginar cómo sería su actitud si algún día consiguiese una “hija”, ¿se volvería un segundo Komui?
-S..Si, bueno continuando con lo que decía. –prosiguió Komui. –Los integrantes del equipo serán: el General Tiedoll, Bookman, Miranda Lotto, Kanda Yuu y Allen Walker; que serán ayudados por el equipo 3 de buscadores. No queremos que lo persigan a todos lados por toda la Orden solo que no lo pierdan de vista por algún tiempo. Bueno supongo que eso era lo más importante así que..pasa.
Dicho esto una puerta detrás de Komui y los demás se abrió dejando ver a Johnny algo nervioso tratando de jalar a alguien dentro de la habitación. Todos miraban expectantes la aparición estelar del chico nuevo pero se hacía de rogar, así que el General decidió asomarse para convencer a su hijo de salir. Luego de un par de palabras, ahí estaba. Efectivamente poseía cabello negro, aunque algo desalineado, se le veía bien; pero a diferencia de la primera vez que se dejó ver frente a Allen ahora poseía otras ropas; llevaba una camiseta pegada al cuerpo color azul y un pantalón castaño oscuro algo grande para su cuerpo, claramente podía verse como parte de su cintura quedaba al descubierto por aquel motivo, y para sorpresa de muchos estaba descalzo.
El chico se paró frente a todos mirando a todas las personas delante de él. Obviamente no podía “saludar” así que solo se quedó incómodamente quieto, después de todo, había cientos de ojos observándole y cuchicheando sobre él.
-Es solo un niño más. –dijo Kanda algo molesto.
-Creo que parece agradable. ¿Tú que crees Lenalee-chan? –preguntó Miranda.
-Yo creo que es muy lindo... –dijo Lenalee, haciendo que cierto científico rubio tras de sí hirviera en celos. –parece un cachorro asustado. –dijo terminando la frase, pero eso Bak no lo oyó.
-Yo creo igual. –agregó Allen sorprendiendo a Lavi que estaba a su derecha.
-*¿Cree igual? ¿Sobre qué? ¿Qué es lindo? Yo no le veo lo maravilloso* -pensaba un ligeramente irritado pelirrojo.
Mientras todos opinaban acerca del chico nuevo, Komui al parecer le decía algo a este mientras le hacía entrega de unas carpetas y unas hojas.
-Bueno, eso es todo por hoy. Pueden regresar a lo suyo. –dijo Reever.
Todos comenzaron a retirarse a excepción de los exorcistas y algunos buscadores que asaltaron al chico con saludos y presentaciones. Para su suerte Tiedoll no se había apartado de su lado e impedía que lo atropellaran. Luego de que todos (quienes quisieron) se presentaran formalmente el General arrastro al muchacho hasta donde Kanda y Marie estaban observando todo sin decir nada.
-Ven, quiero presentarte a alguien. Ellos son mis otros hermosos hijos. –dijo Tiedoll señalando a ambos exorcistas.
-¡QUE NO SOY TU HIJO, VIEJO! –grito Kanda.
-Mucho gusto, mi nombre es Marie. Es un placer conocerte al fin y por favor ignora a Kanda y su humor. –Marie extendió su mano hacia él y lo saludo.
-Vamos Yuu-kun, actúa como el hermano mayor que eres. –dijo Tiedoll mientras colocaba al chico frente a él.
-¡QUE HERMANO NI QUE NADA!
-Vamos Yuu, el General Tiedoll tiene razón después de todo jeje –dijo un muy contento Lavi.
-¡NO ME LLAMES POR MI NOMBRE BAKA USAGI! –instintivamente Kanda tomo a Mugen y apunto al cuello de Lavi. Todo frente la helada mirada del pelinegro que estaba en medio de la “discusión”.
-¿Yuu-niisan? No suena mal. –dijo Lenalee con total naturalidad haciendo reír a todos, en especial un pelirrojo que no podía estar de pie por la risa.
-Actúa civilizadamente BaKanda o terminaras por ahuyentarlo. –habló Allen, apuntando al chico que parecía mirar con cierta curiosidad la espada frente a él.
-¿Qué diablos miras idiota? –fue la reacción de Kanda al ver que estaba por tocar la hoja con sus dedos.
-No seas grosero Yuu-kun. Solo es curioso. ¿Verdad que sí? –dijo el general
Luego de una pequeña discusión de la “Familia Tiedoll” algunos de ellos se ofrecieron a darle un tour al nuevo, otros como Kanda y Bookman solo se fueron para saber más acerca de esa supuesta misión de cuidar al nuevo y los demás volvieron a lo suyo.
El recorrido fue guiado por Allen, Lavi, Lenalee, Krory y obviamente Tiedoll. Una vez recorrido todo solo quedaba por visitar el comedor. Después de todo ya era hora de cenar. Fueron hasta la ventanilla de Jerry, todos ordenaron y cuando estaban a punto de sentarse notaron un gran detalle. ¿Cómo ordenaría su cena el nuevo? Por un momento todos habían olvidado ese gran y enorme detalle. Nadie sabía que pedirle porque no conocían sus gustos o si poseía una alergia a algo, hasta que Allen, que como siempre llevaba una gran pila de comida, le dijo que señalara que le gustaba y pidieron eso. Obviamente comió muy poco por su condición.
La cena paso en silencio porque, bueno...todos tenían dudas sobre el joven pero las respuestas no podían ser dichas por su propia boca. Así que se tuvieron que conformar con la historia de cómo el General lo había encontrado en Alemania. Al parecer Tiedoll estaba pintando un paisaje cuando notó que una de las inocencias que llevaba comenzó a vibrar insistentemente hasta que notó cerca de él a cierto pelinegro vagando. Cuando se acercó lo suficiente la inocencia salto al chico posicionándose en su pecho y uniéndose a él de alguna manera, y que cuando Tiedoll intento explicar que era eso y que debía de acompañarlo el chico salió corriendo como alma que lleva el diablo, gritando que lo dejara en paz porque no iría a ningún lugar con él y a causa de eso unos akumas nivel 3 lo encontraron sólo y en su intento de arrebatarle la recién adquirida inocencia lo hirieron de “muerte”. Luego de eso el General explico cómo mantuvo las esperanzas de salvarle la vida al llevarlo a la Orden, a pesar de haber perdido el pulso tres horas antes de llegar.
Todos oían la historia, incluido el aludido, después de todo luego del ataque no recordaba nada. Lo cual explicaba su desconfianza hacia todos luego de despertar. Aunque eso no resolvía el misterio de que hacía de pie tan pronto.
....
Mientras tanto en la oficina de Komui. Kanda y Bookman oían la misma historia de cómo ocurrieron los hechos. Y Bookman, como buen observador preguntó cómo era posible aquella recuperación tan “milagrosa”. Komui explico que todo lo que sabía era que antes de que el General entrase a su cuarto a visitarlo, pudo ver una extraña luz azul brillante y al momento de girar la perilla esta luz desapareció y solo vio sobre la orilla de la cama al chico intentado pararse, que cuando intento ayudarlo salió corriendo sin rumbo por la Orden.
.....
Acabada la cena todos se dirigieron a sus habitaciones. A excepción de Tiedoll y Allen, el General llevo a su hijo a la enfermería como Komui había ordenado mientras Allen... el pobre estaba de cabeza en el depósito de la Orden buscando algo que lo ayudase a reducir la lista que su maestro le había entregado.
Había telas, madera, abrigos viejos, varios Komurins dañados, muebles; algunos totalmente destrozados y otros en casi muy buen estados, lo que le daba la idea al albino de arreglar alguno para sí mismo, también hallo herramientas, algunos cuadros entre otras cosas. Tomo algunas de todas las cosas que hallo pensando en que les podrían servir de algo, ahora lo siguiente era pedirle ayuda a su amiga Miranda, después de todo ella había pasado por suficientes trabajos como para echarle una mano, en especial con su idea de unir las telas en buen estado que encontró para la tonta ropa de invierno que el General le pidió, entre otras cosas como almohadas nuevas y ¿Vestidos? De seguro serían para regalárselos a la General Klaud Nine.
Por un silencioso pasillo iba caminando un cansado Allen, cargando con una enorme bolsa llena de cosas en su espalda. Aun había algunas personas despiertas caminando por los pasillos, los cuales no podían evitar reír al ver a un niño albino cargando esa bolsa como si su vida dependiera de ello.
-¡Woow! Santa llegó antes este año jeje. –esa era la inconfundible vos de Lavi.
-No te burles y ayúdame. –dijo muy irritado.
-No puedes negar que ver a un viejito cargando un saco inevitablemente te lleva a pensar en la Navidad. –Lavi tomo la bolsa de un extremo para cargarlo entre ambos. –y bien... ¿Qué es todo esto?
-N...No soy un “viejito”. Son algunas cosas para la lista de Shisshou. Ayúdame a encontrar a Miranda-san.
-Debe de estar en su cuarto. Que...bueno,...es en la...otra dirección, señorito aprendiz de Santa.