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Nuevo Exorcista Nuevas Experiencias por Sakura Taisho

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Notas del capitulo:

Hoy presentamos:

-Un Allen con un lindo sonrrojo,

-Un Lavi que se siente desplazado y,

-Un Kanda que o puede huir de sus responsabilidades XD

 

¡YEY! como amo a nuevo-kun! Lo voy a revivir para otro fic en un futuro jojo

Era de mañana y por algunas razón Lavi y Allen estaban dormidos en el suelo del cuarto de Miranda arropados por muchos retazos de tela.

-¿Chicos? Despierten, ya amaneció. Allen ya terminé lo que me pediste. –Miranda intentaba despertar a sus amigos mientras movía las telas que los cubrían.

-Fuenos ias. –dijo Lavi bostezando.

-Buenas Miranda. –Allen comenzaba a despertar.

-Miren, ya termine. Aunque lamento no poder hacer más, no había mucha tela en buen estado.

-¿Terminaste? Pero si apenas anoche empezamos. –dijo muy sorprendido Allen, mientras miraba las ropas y algunos almohadones muy bonitos que estaban sobre la cama.

-Es que me quede despierta toda la noche para terminar.

-Wooo, que bonito. –Decía Lavi mientras removía todo lo hecho.

-No era necesario que pasaras la noche en vela por esto Miranda. –dijo un muy preocupado y culposo albino.

-Tranquilo Allen-kun, no es problema. Además, como ya conozco a tu maestro sé que...bueno, es un poco “exigente” contigo.

-Gracias Miranda-san.

-Oye Allen, no te dijo ayer Tiedoll-san algo de que... ¿era tu turno o algo así? –dijo Lavi.

-Mmm... Creo que... ¡SE ME OLVIDÓ! Miranda luego vendré por todo, graciaaas. –y salió corriendo del cuarto.

-¡Es para el otro ladoooo! –grito Lavi desde el umbral de la puerta de Miranda.

-Ya lo sabía. –dijo el albino mientras pasaba frente a sus amigos, ahora en la dirección correcta.

 Mientras tanto en la sala de enfermería...

-Hijo por favor. Ponte los zapatos. –pedía el General Tiedoll.

Mientras un pelinegro se hacía de rogar ocultando sus pies entre las sabanas.

-¡YA LLEGUE, YA LLEGUE! –entró gritando un exaltado y sudado albino.

-Oh, Allen-kun. Pensé que no vendrías o que te habías perdido. Por favor, ven y ayúdame con esto.

-Claa... ro. –Allen se ruborizo al ver al chico frente a sus ojos.

El nuevo se encontraba sentado sobre la cama solo en ropa interior y con una camisa negra abierta. Claramente Allen pudo observar como su cuerpo estaba casi completamente vendado pero eso no evitaba que el albino viera su cuerpo ligeramente marcado, tristemente más que el suyo. Otro dato que llamó su atención fueron las piernas del chico, eran largas, también estaban ligeramente marcadas y tenían heridas por doquier, como si hubiese atravesado un campo de rosas.

-¿Po... porque aún no está vestido p... para desayunar? –intento sonar normal el albino desviando su mirada, después de todo desde el momento en que había entrado no le había quitado la vista de encima.

-Komui-san fue a buscarle ropa de su talla. Yo le he comprado algo de ropa y estos zapatos pero se niega a probárselos. –contestó Tiedoll.

Dicho eso el nuevo comenzó a mover las manos como loco haciendo toda clases de señas de negación entre otras que nadie comprendió. Luego de intentar razonar con el muchacho a cerca de probarse los zapatos, Allen y Tiedoll optaron por utilizar la fuerza bruta; intentaron capturarlo de todas las maneras posibles pero sin resultados, a pesar de estar herido era muy ágil para saltar de una cama a la otra. Lo peor de todo para el albino era el tener que sujetarlo estando aun medio desnudo. Cuando Tiedoll logró sujetarlo por los brazos Allen debió de tomar sus piernas, pero al momento de recordar que aún estaba en ropa interior no pudo evitar sonrojarse y colocó sus manos en su rostro para cubrirse dejándolo libre... otra vez.

Luego de luchar por casi una hora Komui-san ingreso a la habitación con una enorme cantidad de ropa.

-Regreseee. –ingreso cantado Komui. –No he podido encontrar ropa de tu talla así que traje algo de la ropa de Allen-kun hasta que Johnny pueda confeccionarte algo.

-¿Cómo que mi ropa? –pregunto Allen ligeramente sonrojado y enojado.

-Oh Allen-kun estas aquí jojo bueno, esto te pasa por no ponerle seguro a la puerta como los demás. –Komui pasó por alto al albino y le dio la ropa al pelinegro.

 -¿Revisaste mi cuarto? –seguía hablando el ignorado Allen.

El muchacho comenzó a mirar toda la ropa que le habían dado. Los pantalones que Tiedoll había llevado eran muy pequeños, así que eligió unos del albino aunque le quedasen apretados. En cuanto a las camisas, las del menor eran tan pequeñas que apenas y podía probárselas (lo cual entristeció a su dueño) así que se quedó con una camiseta de color rojo de mangas hasta el codo que Tiedoll compró y por último, se negó a usar zapatos.

Mientras Komui hacia un chequeo general antes de salir de la enfermería, Allen pudo notar un par de carpetas sobre la cama del chico. Eran ¿Expedientes? Se encontraban su nombre y los de sus amigos exorcistas, tenía un poco de información personal y ubicación de sus habitaciones.

-Bien, eso es todo. Puedes ir a desayunar.- dijo Komui terminando con el chequeo y yéndose.

-¡Komui-san! Espere, se olvida esto. –dijo el albino extendiendo las carpetas.

-¡Oh!, ya v... No Allen-kun esto  no es mío, le pertenecen a él. –señalando al pelinegro. –se los di para que conociera mejor a sus nuevos compañeros.

-De acuerdo. Lo siento. –dejo las carpetas en su lugar y se dirigió a su nuevo compañero. –Vamos a desayunar ¿te parece?

El pelinegro asintió con la cabeza y junto al General Tiedoll partieron rumbo al comedor donde Lenalee, Kanda y Lavi hablaban acerca del chico nuevo.

Lenalee estaba ansiosa por salir a recorrer la Orden “otra vez” con él luego del almuerzo, cuando se suponía era su turno de cuidarlo, para mostrarle más detalladamente cada lugar. Kanda rogaba que su turno no llegara porque su turno era al mismo tiempo que su entrenamiento y Lavi se preocupaba de que sus amigos lo estuvieran desplazando por el nuevo. Mientras los tres seguían hablando no pusieron atención a un par de chicos acercándose a ellos.

-¡Bueno días! –saludó Allen.

-¡¡Buenos dii... as! –se ahogó el saludo de Lenalee al ver como ambos chicos estaban frente a ellos.

-¿Allen? –pregunto un incrédulo y algo enfadado Lavi.

-¿Qué? –pregunto inocentemente el menor.

-¿Por qué diablos están tomados de las manos? –pregunto Kanda algo fastidiado por la ingenuidad del chico.

 Efectivamente, ambos chicos estaban tomados de la mano. El chico nuevo sujetaba la mano derecha del albino mientras su otra mano estaba en su bolsillo del pantalón e ignoraba a los chicos en la mesa que no comprendían la situación frente a sus ojos. Desde el punto de vista de todos en el comedor ellos parecían una pareja que paseaba de la mano.

-Aaah, esto. Es que Tiedoll-san nos pidió no separarnos demasiado mientras él iba por algunas cosas.

-Ese no es un motivo para ir tomados de la mano, Moyashi. –replicó Kanda.

-Yuu-kun no estés celoso pronto llegará tu turno. –dijo Tiedoll mientras llegaba cargando el desayuno para su nuevo hijo y su acompañante. -¿Verdad que se ven adorables? Vamos Timcampy graba esto para la posteridad.

-¡Ti...Tiedoll-san! No diga eso, por favor. Tiiim deja de grabar. –Allen completamente sonrojado soltó la mano del chico y comenzó a perseguir a Tim que no dejaba de mostrarle a todos  la imagen de ellos tomados de la mano.

-¡Siéntate como nosotros! –dijo Lenalee para luego jalarlo del brazo hasta hacerle un lugar entre ella y el pobre Lavi.

-Oye, Lena yo estaba ahí. –dijo Lavi algo indignado pero fue ignorado.

El chico nuevo notó la molestia de este así que decidió “jugar” un poco, apegándose un poco más a ella y acaparando toda su atención, lo cual no fue muy difícil porque la china no paraba de hablarle sobre lo que harían luego del almuerzo.

-Nos están robando a Lenalee, Yuu. –susurro Lavi para su amigo.

-Cierra la boca conejo. No sé de qué te preocupas, ocurrió lo mismo cuando el Moyashi llegó.

-Tal vez, hablando de Roma ¿Dónde se metió?

-Sigue jugando con Timcampy. –respondió el General Tiedoll mientras tomaba su desayuno.

La mañana transcurrió de manera “normal”, al menos así lo veían algunos, porque había un pelirrojo de lo más celoso por la relación que Lenalee y Allen formaban con el chico nuevo y un fastidiado Kanda por tener que oír a su maestro acerca de cómo debían ser los hermanos mayores.

Durante lo que aún quedaba de la mañana Allen se dedicó a explicarle al pelinegro acerca de que era la inocencia, cuál era el papel de la Orden y le mostro algunos de sus dibujos de akumas con cuales podría cruzarse en algún fututo. Para sorpresa de Allen, su “alumno” tomo un lápiz y algo de papel, comenzó a garabatear sobre ellos y terminó por mostrarle al albino unos perfectos dibujos: un akuma nivel 1, otro que parecía un nivel 2 y por ultimo un inconfundible nivel 3.

Más tarde, ambos fueron a la cafetería a almorzar. Al terminar, mientras Allen mostraba a una multitud los dibujos que habían hecho ambos una muy sigilosa china activó su inocencia llevándose al chico a rastras por los pasillos. Recorrieron todos los pasillos y salas de la Orden mientras Lenalee le explica sus funciones y sobre quienes estaban allí.

Un pelirrojo iba caminando cargado de libros junto a su abuelo, al oír la voz de la china decidió saludarla pero grande fue su decepción al verla acompañada y hablando muy animadamente.

-Hey Lena, ¿no te cansas de hablar sola? –dijo Lavi de manera maliciosa.

-No seas grosero Lavi. –lo regañó la chica.

-Ignórelo señorita Lee, solo esta celoso de no poder ser el centro de atención. –habló Bookman.

Tras esa frase Lenalee comenzó con su discurso de que debía de comportarse y ser buen amigo.

El pelinegro algo aburrido por oír aquel discurso, miró hacia el pasillo por donde habían  venido el Bookman y su aprendiz y sonrió. Cosa que no pasó desapercibida por Bookman. Y por alguna razón el nuevo tomó de la mano a Lenalee sorprendiendo a todos y tratando de llevársela quien-sabe-a-donde, por lo que Junior reacciono casi instintivamente tirando los libros y abrazándola muy fuerte y apegándose a ella.

-¡DEJALA, DEJALA! ELLA NO ES TUYA, ELLA ES MIA. –gritó Lavi.

-Lavi cuando despiertes ve a la biblioteca por favor. –y sin más Bookman se comenzó a alejar.

-*¿Cuándo despierte? ¿Por qué habría de dormirse?*-pensó Lenalee, hasta que comprendió el porqué.

-¡ALEJATE DE MI LENALEE-CHAAAAAAN! ¡TUUU, PULPO PERVERTIDOOO! –apareció corriendo Komui con un nuevo Komurin.

Ante la conmoción, nuestro misterioso pelinegro se alejó del alboroto producido por Komui, mientras reía hacia sus adentros recordando lo que decía el expediente de la china:

“Lenalee Lee – 16 años. Exorcista.

Descripción: hermosa e inocente hermana pequeña del fabuloso e ingenioso Supervisor de la División Europea y de la Sede Principal de la Orden Oscura, Komui Lee. ¡ALEJATE DE ELLA MALDITO PULPO PERVERTIDOOO!”

Lo último escrito con letras rojas. Definitivamente ese mensaje demostraba su obsesión por su hermana.

.....

Mientras tanto, en la sala de entrenamientos un japonés se fastidiaba al ver la hora. Era su turno de cuidar al nuevo.

De pronto, siente que alguien abre la puerta a su espalda, creyendo que era alguien que quería entrenar no se dignó a voltear para ver; después de todo, cuando vieran a Kanda entrenando saldrían despavoridos como era costumbre. Pero, por alguna razón Kanda se sentía observado.

-Toc-toc-toc-toc. –se oyó un golpeteo sobre la madera de la puerta. Kanda giró y vio como su “misión” estaba frente suyo parado en el umbral de la puerta con su cuerpo recargado en el marco.

-¿Cómo llegaste aquí? ¿Quién te trajo? –preguntó irritado el japonés.

Este solo sonrió y se acercó al espadachín extendiéndole una hoja de papel. Kanda la tomó de mala gana y se puso a leer, cuando lo hizo un tic apareció en su ojo, eran sus datos. Nombre, edad, lugares de entrenamiento señalados con dibujos e incluso sus horarios. No había manera de escaparse de él.

-*Debo recordar herir a Komui-san por esto* -fue el pensamiento de Kanda.

Notas finales:

¿Qué les pareció?

Si, si. Lo sé. Yo tambien quiero tomar a Moyashi-chan de la mano (u///u) pero esta vez le tocó a nuevo-kun jojo

A: -¡Es Allen!

ST: -¡Vete a buscar tus cosas para Marian! ¡Que me atrasas el fic! >:3

A: -Bueno...

 

Nos vemoooos.


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