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Jugando con el destino por ami4alice

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Notas del capitulo:

Bueno, bueno, luego de un laaaaaaaaaargo tiempo. Aqui tengo un capitulo. Ya más o menos tengo luz verde con este fic... no me había llegado nada de inspiración. Lo siento ;-;

 

Bueno, como se acostumbra KKM no me pertenece, si lo fuera abría mucho ecchi de Wolf y Yuuri x//D

 

Ya había perdido la cuenta de cuánto tiempo llevaban en esa situación, ¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Un mes? ¿Dos meses? Ya ni siquiera le daba mucha importancia. Su tiempo se había detenido hace mucho, se había detenido desde el momento en que Wolfram mismo le pidió el rompimiento del compromiso. Y continuaba detenido, como si su tiempo no avanzara, como si no tuviera el derecho de moverse de aquel lugar donde estaba parado. Decir que se sentía vacío era poco a lo que verdaderamente estaba sintiendo en esos momentos.

Aun a pesar de encontrarse encima del rubio en ese preciso momento, observando sus ojos verdes. Yuuri no deseaba moverse de aquella posición, si lo hacía sentía que perdería. Si se movía sabía que ese sería como mostrar que ya no había ninguna relación entre ellos. Si tan solo dudaba iba a perder por completo a Wolfram, aunque eso era irónico cuando sabía que lo había hecho hace mucho tiempo. El rubio por su parte solo lo miraba fijamente sin ninguna emoción, en un estado normal Wolfram ya lo hubiese golpeando indicando que solo harían eso luego de casarse, pero en vez de eso lo único que hacía era quedarse ahí quieto debajo del moreno.

-¿Por qué? –Le escucho murmurar mientras le miraba directamente -¿Por qué continúas insistiendo?

-La respuesta es fácil. –Soltó con determinación el moreno sin dejar de verlo fijamente –Por qué quiero que me vuelvas a amar Wolfram.

-¿Amar? ¿Por qué tendría que hacerlo? –Aquella pregunta le dolió, pero no se doblego. Respiro hondo sin quitarse de su posición. Mirando fijamente aquellos orbes verdes completamente vacíos.

-No tengo… -Susurro levemente en su impotencia –No tengo una respuesta a eso.

-Majestad… -Y ser llamado de esa forma por Wolfram le dolía –Usted sabe que si es su solicitud entonces yo la cumpliré. Si desea tomarme como consorte no dudaré en aceptarlo, si es un beneficio para todos entonces lo haré.

-¡No es eso! –Grito el moreno frustrado.

Yuuri lo sabía, lo sabía perfectamente. Aquel Wolfram que tenía enfrente no dudaría en aceptar ser el consorte si él se lo pedía, pero eso no era lo que quería Yuuri. Lo que más anhelaba Yuuri era que Wolfram aceptara por decisión propia, no porque fuese algo conveniente o una orden de parte de él. Yuuri quería tener de nuevo al Wolfram que le gustaba.

-¿Entonces qué es? –Pregunto sin dejar de verlo. Toda esa situación le estaba frustrando grandemente ¿En que se había equivocado el moreno?

-No lo sé. –Soltó sin dudar. Siempre había huido de Wolfram, aun sabiendo la respuesta había estado huyendo, pero en ese momento sinceramente no estaba huyendo sin saber, de verdad no sabía que era lo que estaba buscando con eso.

-Majestad. Usted es demasiado confuso. –Comento el rubio sin más. El moreno por su parte solo suspiro antes de inclinarse y colocar su frente en el pecho de Wolfram.

Nada. A pesar de que estuviera haciendo eso, a pesar de que estuviera tan cerca no había nada. Ni un latido, ni un poco de nerviosismo, Yuuri no podía sentir el corazón de Wolfram. Por primera vez sintió que no podía verlo, no podía ver aquel amor que le profanaba el rubio. Había desaparecido como le habían dicho, aquel amor que tanto le gustaba ver ya no se encontraba en el mismo lugar que siempre lo veía.

-Soy un Henakochi después de todo. –Se burló de sí mismo intentando calmar su propio odio a él mismo.

-¿Henakochi? –Soltó un momento el rubio mirando el techo sobre ellos –No creo que sea eso Majestad. Creo que usted es un buen rey que se preocupa por sus ciudadanos. –Y sintió que la persona que lo estaba alabando no era Wolfram.

-Wolfram ¿De verdad crees eso?

-Sí. –Y sintió como no volvería a escuchar por parte de Wolfram llamarlo debilucho. Se había perdido al igual que sus sentimientos.

Sin decir algo más se separó del rubio para al fin quitarse de encima de este. No tenía más nada que decir, esa conversación no iba a llegar a ninguna parte no importaba que hiciera. Le dio una última mirada al otro quien se acomodaba su traje de lo más tranquilo. Nada había pasado. Wolfram seguía teniendo ese comportamiento indiferente a él. Sin poder seguir mirando todo eso se giró para salir rápidamente de aquella habitación.

Antes estaba lleno de amor, ahora solo se encontraba lleno de frustración. No podía hacer nada para regresar a Wolfram a la normalidad, no, no es que no pudiera hacer nada, era que no sabía que era lo que debía hacer. Camino sin parar hasta el jardín yendo directo al jardín donde estaban las flores “hermoso Wolfram”. Duro solo unos minutos en soledad, minutos en los que solo se dignó a mirar aquella flor.

-Yuuri… -Escucho la voz de su hija llamarlo a lo que se giró en su dirección. Esta le miraba con una cara de lamento, como si estuviera arrepentida de muchas cosas -¿Wolfram no regresara a la normalidad? –Soltó sin quitar su cara.

-Greta. –Dijo su nombre en un suspiro llevando su mano hasta el cabello de la pequeña acariciándolo un poco –No deberías preocuparte de ese tipo de cosas.

-¡Pero…! –Soltó Greta mirándolo fijamente -¡No me gusta! –Dijo después antes de dirigir su mirada al suelo –No me gusta este Wolfram. Ni siquiera le presta atención a Greta.

Y Yuuri no pudo evitar rodear a su pequeña hija cuando esta comenzó a sollozar por sus propias palabras. Yuuri lo sabía, sabía que desde que Wolfram había declarado el rompimiento de su compromiso había actuado de manera fría con todos en el castillo, hasta con su propio tío. Le lastimaba ver a su hija de esa manera, pues él también estaba herido, todos en el castillo aunque no lo demostraran estaban heridos del comportamiento indiferente de Wolfram. Hasta el mismo Gunter quien siempre había indicado su odio a Wolfram se sentía herido de toda esa situación.

-¿Ya Greta no es importante para Wolfram? ¿Ya Greta no tiene un espacio en el corazón de Wolfram? –Soltaba la pequeña Greta entre sollozos destrozando aún más el corazón de Yuuri, jamás creyó ver a Greta llorar tanto.

-No digas eso Greta, tu siempre serás nuestra pequeña hija. –Comento Yuuri intentando consolarla, pero no lo lograba y no lo lograría ya que hasta el mismo estaba comenzando a pensar que todo estaba perdido.

-Greta quiere al otro Wolfram. Greta quiere el amor de Wolfram. –Seguía soltando en sus sollozos. Greta desde el fondo de su corazón deseaba que Wolfram regresara a ser el mismo niño mimado como le decían todos.

Estaba bien que le llamaran de esa manera, ya que Greta era la única que conocía el verdadero Wolfram, si era ella la única que lo conocía, estaba bien. Estaba todo bien, por esa razón Greta quería de regreso al otro Wolfram que le daba mimos y la consentía, que le indicaba cuanto la amaba todos los días. Quería que de nuevo la mirara y le dijera que estaba orgulloso de ella como su hija. Ese Wolfram que ahora caminaba por ahí ni siquiera la miraba, no solo eso, también le había dicho en su cara que reconocerla como hija no le traía ningún beneficio, cosa que había lastimado su pequeño corazón.

Las cosas estaban cada vez peor y no había podido hacer nada, no estaba haciendo nada. Siempre había salido corriendo si alguna persona estaba en problemas, pero ahora que más necesitaba esa determinación parecía que se le escapaba con cada paso que daba. Yuuri se sentía impotente, nunca creyó que no podía realizar algo, siempre estuvo con la mente positiva ante todo, pero ante esa situación su estabilidad era confusa.

No era confusa. La había perdido con todo lo que había pasado con Wolfram. Enterarse de que ya no le amaba…

Le había destrozado más de lo que siempre se imaginó.

 

 

Como de costumbre estaba la guardia de Wolfram practicando en el patio. No había ningún día en que no estuvieran entrenando, ese era el día a día del rubio. Se levantaba bien temprano en la mañana, caminaba por todo el castillo revisando que no hubiese ningún inconveniente y cuando ya el sol estuviera en lo alto, escuchándose los pasos del inicio del trabajo, se encontraba con su escuadra para comenzar con la práctica. Luego de unas horas de práctica se retiraban quedando de nuevo completamente solo, entonces decidía dirigirse a una habitación para completar su trabajo escrito para entregar. De manera puntual siempre entregaba todos sus informes.

Esa mañana no iba a ser diferente. Al despedirse de su escuadra se giró para ir a lo que era su pequeña oficina. Mientras iba caminando pudo escuchar un fuerte golpe, sin ninguna duda llevo su vista viendo como una de las sirvientas había tropezado. Lo normal sería ayudarla, pero ese no era el caso de Wolfram. Si no podían hacer bien su trabajo, no merecían estar en el castillo, así era su lógica.

A paso seguro continuó con su camino sin siquiera pensar en detenerse para ayudar a aquella sirvienta. Al verlo la sirvienta de inmediato se levantó, pero al hacerlo tan rápido no se dio cuenta de lo que había a su alrededor chocando con una pequeña columna de exhibición con un gran jarrón encima. Por reflejo, como sucedió cerca, Wolfram busco atrapar a la chica, pero esa acción nunca paso provocando que la sirvienta cayera al piso. Por primera vez Wolfram se dio cuenta de algo que no quería ver. Había pensado en realizar la acción, pero ese no era el problema, el problema fue que su mano no respondió a su orden. No fue que no la atrapo por ser malo, fue porque su mano no respondió a su orden.

Al darse cuenta de ese hecho quiso no aceptarlo intentando apretar su mano en un puño, pero además de temblar levemente su mano no hizo ningún movimiento. Entonces cayó en cuenta de algo que ya se imaginaba y no había querido aceptar. Su cuerpo estaba perdiendo movilidad, quizás ya conocía la razón, pero a esas alturas no venía al caso pensar en algo como eso. Pudo ver como otras sirvientas llegaban a socorrer a la que se había caído. Sin decir más nada continuó caminando, por lo menos sus piernas seguían conectadas a sus órdenes.

Estaba sucediendo lo peor que había pensado, pero ya no venía al caso pensar en ese asunto. No era como si fuese afectar mucho en ese lugar. Sin más, mientras se encontraba en su habitación tomo la decisión que mejor podría ayudar a todos. No quería ser un completo inútil.

 

Después de aquella situación que había tenido con Wolfram, Yuuri iba perdiendo lentamente la motivación inicial que había obtenido. La iba perdiendo lentamente porque aquella vez no había sido la única en que se encontraba en esa situación con el rubio. Varias veces paso casi lo mismo con el otro y todas esas veces terminaba con la misma sensación de vacío. A esas alturas que iban ya no sabía si deseaba recuperar al otro. ¿Qué era lo que estaba buscando? ¿Estaba satisfecho con la relación actual que poseía con Wolfram? A las preguntas ya no le encontraba un sentido.

-Majestad…

Estaba haciendo cosas que en su mente jamás se habría imaginado haciendo. No es que quisiera tener ese tipo de relación con el rubio, una relación llena solo de placer. Yuuri quería tener algo más con Wolfram, pero veía ese hecho cada vez más lejos. Mientras más se acostaba con el otro más sentía lejano aquel recuerdo que estaba en su mente. ¿Cómo era Wolfram antes de todo eso? Cierto, le celaba hasta más no poder, ¿Qué clase de expresión le mostraba? Al cerrar los ojos ya no la podía divisar.

-Majestad… ¡Majestad! –La fuerte voz que le llamo hizo que se sobresaltara.

-¿Ah? ¿Qué? –Dijo antes de mirar al alrededor viendo a todos los presentes. Estaba en plena reunión con todos los demás.

-Estábamos hablando sobre cómo íbamos a hacer con Wolfram. –Indico Waltorana en un suspiro.

-Ah…sí. –Dijo sin muchas ganas.

El silencio de nuevo volvió a reinar en el despacho, nadie se atrevía a hablar sobre el asunto, aun a esas alturas seguían evitando el tema relacionado a Wolfram. Cada quien tenía sus razones de estar huyendo, pero era demasiado evidente que gran parte de ellos no quería tratar el tema. Unos miraban al suelo, otros en cualquier dirección. Nadie quería ser el iniciador de aquella conversación.

-Esto parece un funeral. –La voz del gran sabio saco a todos de su cabeza de pronto.

-¡Murata! –Soltó Yuuri al verlo en la entrada del despacho.

-¿A quién están velando Shibuya? –Dijo a manera de broma obteniendo una mala mirada de Yuuri –Vamos, vamos, no te enojes que he venido por algo importante.

-¿Lograron averiguar algo del paradero de Ulrike? –Pregunto Conrad dudoso.

-Uhm, bueno, todavía no, pero he venido por algo que ha surgido.

-¿Algo? –Soltó Yuuri mirando un momento al gran sabio.

-Bueno, en nuestras averiguaciones descubrimos que ella había mandado una carta. La carta tenía un remitente así que he venido por ese remitente.

-¿Remitente? –Soltó Gwendal –Yo no he mandado ninguna carta.

-Yo tampoco. –Dijo Conrad.

-Lo lamento mucho pero no he tenido ganas de tomar una pluma. –Soltó Cherry en un suspiro.

-He llegado hace poco, así que dudo ser yo. –Dijo Waltorana.

-Yo tampoco he escrito nada. –Dijo el moreno.

El gran sabio soltó una pequeña risa mirando de una vez en dirección a la única persona que no había contestado de inmediato a sus palabras. Todos miraron igualmente en la misma dirección cuando habían caído en cuenta de ese hecho. El único que no había hablado había sido Gunter quien tenía una mano en el mentón mirando a todos de manera seria.

-Por favor no piensen algo equivocado. –Fue lo primero que dijo en un suspiro.

-Claro que no. –Inicio el gran sabio –He venido a preguntar. No desconfiaría de usted.

-Gunter. ¿Tú enviaste una carta a Ulrike? –Pregunto el moreno quien tenía a la pequeña princesa en las piernas.

-Sí lo hice. –Dijo sin ninguna duda.

-Luego de enviar la respuesta de la carta Ulrike desapareció. Por eso he venido a preguntar el contenido de sus cartas. –Comento el gran sabio de inmediato.

-Lo lamento mucho su santidad, Majestad igualmente. No había sido mi intención ocultarlo, entre tantas cosas se me había pasado por alto. –Comento en un suspiro introduciendo su mano en el bolsillo –Ni siquiera he tenido oportunidad de leerla.

-Así que esa es la carta. –Comento el gran sabio –Por favor léala para todos.

-Esta bien. –Dijo abriendo el sobre y sacando la hoja doblada dentro –Poseía algunas dudas sobre todo este asunto, así que le envíe una carta preguntando unas dudas. Esta ha sido la respuesta que me ha dado…

Buenas. He leído la carta y puedo decir que no estas muy lejos de la verdad. En realidad diría que te falta solo una pieza para saber lo mismo que yo conozco. No puedo entrar en detalle pues no quiero arriesgar la vida del mensajero, así que para hablar en profundidad del tema le pido que venga al templo para discutirlo con Shinou.

Lo único que puedo decir por ahora es que no permitan que su Excelencia tenga contacto con otras personas. Es peligroso, para los otros y para el mismo. Si mantiene contacto con otras personas llegara a un punto crítico.

Sus suposiciones son correctas, así que le pediré que cuando nos reunamos se las exponga a Shinou. De esa forma será más fácil entrar en el tema. Al enemigo que estamos enfrentando ahora es peligroso, no solo peligroso, sino que rencoroso. Busca venganza a través de su Excelencia.

Con este escrito me despido y espero que pueda venir al templo lo más pronto posible.

Atentamente, Ulrike.

-¿Suposiciones? –Soltó Murata de una vez luego de que Gunter terminara de leer.

-Desde el comienzo de todo había sospechado de algo. –Comento Gunter en respuesta.

-¿De algo? –Pregunto Yuuri sin entender.

-Majestad, de la noche a la mañana no se pierde algo con lo que se vive. ¿Nunca se ha preguntado que paso para que todo terminara así?

-¿Qué paso? –Y soltó la pregunta al aire sin comprender.

-Majestad. Lo que estaba pensando y le exprese a Ulrike fue mi suposiciones de lo que había pasado.

-¿Y cuáles son esas suposiciones? –Pregunto Gwendal con el ceño fruncido.

-Es fácil. En realidad no fue en una sola noche.

-¿Eh? –Soltó Cherry llevando una mano a su mejilla -¿No fue en una sola noche?

-Sí. Pónganse un momento a pensar. ¿Qué hicieron el mes pasado?

-¿Qué hicimos? –Soltó Yuuri mientras buscaba en sus recuerdos para responder. Entonces cayeron en cuenta todos de lo que Gunter buscaba.

-No lo recuerdan, ¿Cierto?

-No, no. –Dijo Yuuri aun en su impresión.

-Entonces es eso. No fue en un día, sino en un tiempo que nosotros no recordamos. Eso quiere decir que en ese lapsus de tiempo que no recordamos paso lo que provoco que Sir Bielefeld perdiera su amor.

-No solo eso. –Comento Gunter cruzándose de brazos –Pienso que para que Lord mocoso dé su amor es bastante difícil. La única manera que se me ocurre para que eso pase es que tenga que ver con usted Majestad.

-¿Conmigo?

-Si. Lord mocoso puede ser un malcriado y molesto ser, pero de una cosa estoy seguro. Él daría todo por usted. Esa razón me llevo a pensar en el engaño.

-¿Engaño? ¿De qué hablas? –Pregunto Waltorana con cierta curiosidad.

-Lord mocoso fue engañado para dar su amor por voluntad propia. No conozco los detalles por eso le pregunte a Ulrike, pero como verán, ya no podré saberlo con certeza. Lo que puedo saber es que fue engañado. Le hicieron creer algo falso que parecía verdad para que así él diera su amor.

-Entonces es cierto de que nos enfrentamos a algo. –Dijo Conrad en un suspiro.

-Sí, es lo más probable. –Contesto Gunter.

La pequeña Greta que había estado en silencio tomo entre sus manos el papel de la carta dejado en el escritorio cuando Gunter había comenzado a hablar. La volvió a leer rápidamente y mientras los mayores tenían su conversación ella se bajo de donde estaba para ir a la puerta y salir en silencio del despacho. Sin más camino a paso rápido por los pasillos hasta que se encontró con lo que estaba buscando. No muy lejos de la dirección que iba se encontró con Wolfram quien iba caminando en sentido contrario al de ella.

-Wolfram. –Soltó mientras tomaba uno de sus brazos.

-Princesa Greta. –Dijo el rubio cuando se encontró más cerca haciendo una reverencia.

-Wolfram… -Soltó dudosa.

-¿Qué sucede Princesa Greta? –Pregunto al ver como se colocaba frente a él.

-Wolfram… Tú… -Y continuó dudando por unos minutos -¿Tú sabes lo que te sucede?

La pregunta quizás le tomo desprevenido, pero eso fue algo que no lo mostró en el rostro, en realidad solo habían sido suposiciones de Greta, de que Wolfram se había sorprendido por su pregunta. Este duro unos minutos en silencio llevando su mano al mentón.

-¿Por qué piensa que no lo haría? –En respuesta a la pregunta soltó otra pregunta.

-¡Lo sabes! –Soltó en tono alto en su sorpresa -¿Qué…? ¿Qué fue lo que paso? ¿Qué te sucede Wolfram? –Pregunto con cierta timidez.

-Di todo mi amor y ahora mismo estoy muriendo. –Dijo de manera tranquila, como si estuviera hablando de alguien más.

-¿¡Muriendo!? –Dijo asustada la pequeña.

-Sí. He dado todo mi amor, así que no hay nada aquí adentro. –Indico llevando una mano a su pecho –A estas alturas mi cuerpo se ha dado cuenta, así que estoy comenzando a morir lentamente. –Dijo en el mismo tono tranquilo.

-¿No estas preocupado? –Pregunto sintiendo como sus ojos se cristalizaban y se nublaba su vista.

-No recuerdo la razón de por qué lo hice. Pero si lo hice, debe ser por algo bueno, así que a estas alturas no viene al caso preocuparse. Al final todos morimos ¿No?

-¡No! –Grito con fuerza la pequeña Greta -¡¡No es así!! ¡Aun si todos morimos al final no es el momento para que Wolfram muera! ¡Muchas personas te quieren! ¡Yo te quiero conmigo!

-Princesa Greta. ¿Se da cuenta que aunque intente decirme como se siente, no lo entenderé? –Dijo mirándola fijamente. En ese momento Greta se dio cuenta que era inútil esforzarse.

-¿Ni un poco? –Quiso tener un poco de esperanza Greta.

-Absolutamente nada. –Sentenció.

Lo próximo que se escucho en los pasillos fueron los sollozos de la pequeña Greta, quien no pudo aguantar más su impotencia y las lagrimas comenzaron a caer una detrás de otra. Paso su mano por el rostro intentando detenerlo, pero las lágrimas no parecían obedecerle. En ese preciso momento entendió lo inútil que era. No iba a poder hacer nada para recuperar a Wolfram.

 

 

En el despacho todos habían quedado en silencio luego de aquella revelación que habían tenido. Entendieron un poco lo que estaba pasando y aun así no se sintieron con las fuerzas para enfrentarse a ese nuevo problema. Ni siquiera el mismo Yuuri sabía si realmente quería continuar con todo eso. Era evidente que quería a Wolfram, pero en ese momento estaba tan lleno de dudas que no sabía que era lo mejor, para todos como para él mismo.

-Entonces un engaño. –Se escucho en un suspiro la voz de Cherry –Mi pequeño Honey fue engañado. La persona que lo hizo ha debido ser bastante inhumana.

-Eso no es lo importante. –Dijo Murata –El engaño ya esta hecho, no hay que llorar sobre la leche derramada. Lo que podemos hacer ahora es buscar una manera de resolver todo este problema.

-La pregunta es ¿Cómo? –Soltó Yuuri en un suspiro colocando sus codos en el escritorio.

-No. –Sentenció Murata antes de mirar a todos los presentes –La respuesta no es el cómo Shibuya. Antes de buscarla lo primero que deben hacer todos, es resolver sus propios problemas.

-¿Nuestros propios problemas? –Comento Waltorana sin entender.

-Usted es una de las excepciones. Pero todos los demás primero deben resolver sus problemas internos antes de enfrentarse a Wolfram. Ya que deduzco que aun siguen sin hacerlo. –Comento en un suspiro el moreno.

-Lo hemos intentado, pero no es tan fácil. –Comento al fin Conrad.

-No, creo que ustedes son lo que lo hacen difícil, pero eso es algo que no me incumbe a mí. –Dijo Murata encogiéndose de hombros.

-Así que resolver nuestros propios problemas internos… -Soltó sin muchas ganas Yuuri.

Se fuese adentrado en su mente si no fuera porque a los minutos escucharon la puerta sonar. Duro unos minutos en reaccionar antes de señalar que podían abrir la puerta del despacho. Al abrirla se encontraron con la sorpresa que era Wolfram junto a la pequeña princesa, en ese momento Yuuri cayó en cuenta de que Greta no estaba en sus piernas sentada. La pequeña princesa tomaba al rubio de la mano mientras soltaba leves sollozos.

-Majestad. –Oyeron decir al rubio mientras se inclinaba un poco –He venido a informarle de algo.

-¿De algo? –Pregunto confundido sin dejar de ver fijamente a Wolfram.

-He venido a  solicitar el alta como soldado. –Dijo sin ninguna duda y solo mirando a Yuuri.

-¿El alta de soldado? –Dijo sin comprender bien Yuuri.

-Majestad, eso es el retiro. –Indico Gunter quien estaba más cercano al moreno.

-¿Retiro? –Comento mirando unos segundo a Gunter y luego fijo su vista en Wolfram -¿Por qué?

Todos creyeron que Wolfram iba a contestar de una vez, pero para su sorpresa se quedo completamente en silencio. Si hubiese tenido emociones todos estaban seguros que en ese momento estuviera dudando para decir las razones. La pequeña Greta dejo de llorar para quitar el brazo de su rostro y mirar a Yuuri apretando levemente la mano que la unía con Wolfram.

-Yuuri. Wolfram esta muriendo… -Dijo de manera pausada antes de que le diera hipo.

-¿Qué? –Fue lo único que se oyó en aquel despacho, nadie más dijo nada pues estaban aun en la sorpresa -¿De qué estas hablando? –Continuó después Yuuri.

-Creí que podría continuar trabajando con normalidad. –Empezó hablando Wolfram –Pero supongo que no se podía al final. –Dijo cerrando unos minutos los ojos –Mi cuerpo esta comenzando a dejar de seguir mis ordenes.

-¿Eh? –Dijo Yuuri sin querer comprender lo que el rubio estaba diciendo.

-Déjeme hacerle una pregunta Sir Bielefeld. –Interrumpió Murata.

-Por supuesto. –Le cedió el paso Wolfram.

-¿Tú estas consciente de tu estado actual? –Pregunto sin ninguna duda bajo la mirada de todos los presentes.

-¿Por qué han pensado que no lo sabría? –Respondió de la misma manera que había hecho con Greta.

Todos se encontraron más sumidos en la sorpresa con aquella pregunta soltada por Wolfram como respuesta. Entonces él todo ese tiempo sabía sobre su propia situación, ni por un segundo se les había pasado por la mente sobre que Wolfram sabría lo que pasaba. Se miraron un segundo sin decir nada, Wolfram tampoco dijo nada, parecía como si estuviera esperando una respuesta mientras estaba ahí parado en la entrada.

-Esperen un segundo. –Dijo Waltorana pasando una mano por el cabello –Wolfram, ¿Tú todo este tiempo estuviste consciente de que no tienes ni una pizca de amor? –Aunque sintió que ya sabía la respuesta, aun así se atrevió a preguntar.

-Vuelvo y repito. –Comenzó con un suspiro -¿Por qué pensaban que no lo sabría? No soy alguien tan idiota para no estar consciente de mi propia situación.

-Entonces, ¿Tú entregaste tu amor por voluntad propia? –Pregunto Gunter de inmediato.

-Sí. Lo hice. –Contesto igualmente Wolfram.

-¡¿Estas locos?! ¿¡Qué motivos tienes para hacer algo tan ridículo!? –Grito Yuuri mientras golpeaba el escritorio.

-No lo sé. –Dijo en un suspiro.

-¿Cómo no lo vas a saber? –Pregunto curioso Conrad.

-Deduzco que estaba llena de sentimientos la razón, por eso también se ha marchado junto a mis emociones.

-¿Llena de sentimiento? –Soltó Yuuri de manera más relajada.

-Sí. La razón que tenía seguro tenía mucho sentimiento, por esa razón no la recuerdo. –Indico en un leve suspiro.

-Entonces es eso. –Dijo Murata –No puedo decir nada, nosotros hemos sido los culpables al pensar que no eras consciente de la situación. –Comento pasando su mano por el cabello.

-Hemos sido bastante ignorantes sobre el asunto. –Continuó Gunter apoyando las palabras del moreno.

-Si es así. –Inició Yuuri -¿Sabes como arreglarlo? –No sabía si iba a servir de algo, pero aun así se atrevió a preguntar.

-Actualmente, en el estado en que me encuentro no le seré de mucha ayuda. –Indico de una vez.

-¿En el estado en que te encuentras actualmente? –Pregunto Gwendal levantando una ceja.

-Sí, como he dicho antes, mi cuerpo se ha dado cuenta de la falta de emociones, así que esta comenzando a dejar de reaccionar a mis señales.

-¿Ha dejado de responder tu cuerpo? –Pregunto no muy convencida Cherry.

-Sí. Puedo poner por ejemplo mi brazo derecho. –Señalo –Actualmente estoy mandando señales para que se mueva, pero como ven, no hay respuesta. –Dijo mirando como su brazo no se movía ni un poco.

-Eso… -Iba a decir algo Yuuri pero fue interrumpido por Greta.

-Hace poco… Hace poco Greta lo tomo y levanto, pero no solo regreso a la misma posición, sino que también estaba frío. –Indico Greta.

-Así que esta comenzando lo que había previsto Shinou. –Dijo Murata en un suspiro.

-Ese es un problema, pero… -Inició Gunter bajo la mirada de los demás -¿Qué? No me miren de esa forma, se que es un problema su estado actual, pero tengo una duda. Hace un momento dijiste que en tu estado actual no puedes ayudar a su Majestad, entonces ¿Cuándo podrás?

-El asunto no esta en el momento. –Señalo para fijar su mirada en el moreno –No recuerdo exactamente como paso ni quién fue la persona que lo hizo, pero de algo puedo estar seguro. Esos recuerdos siguen en mi mente, se puede quitar el amor, pero es más difícil quitar los recuerdos. Eso es lo que pienso.

-Así que es de esa manera. –Dijo Murata.

-¿De qué hablas? –Pregunto Yuuri.

-Shibuya, Sir Bielefeld te esta diciendo que para poder descubrir quién esta detrás de todo esto debemos adentrarnos en su mente. –Dijo en un suspiro Murata.

-¿En su mente? ¿Eso no es algo peligroso? –Pregunto Cherry preocupada.

-Si, lo es. Pero él tiene un punto a su favor. –Dijo Murata mirando un momento a Wolfram.

-Si es peligroso no quiero hacerlo. –Dijo sin ninguna duda Yuuri.

-Majestad… -Susurro Conrad al poco.

-Shibuya, no es el momento de ser terco. No estamos en una situación donde puedas escoger el método. Además, si en este punto Sir Bielefeld lo ha sugerido es por algo ¿No?

-Si. –Dijo sin esperar Wolfram.

-¿Por algo? ¿Por qué? –Pregunto Yuuri con un semblante triste mirando al rubio.

-Majestad… -Soltó bajando un momento la mirada –Ya he olvidado que hice en las tierras Bielefeld. –Señaló para mirarlo fijamente.

-¿Lo has olvidado? –Dijo Gwendal confundido.

-Sí. Lo he olvidado. Los recuerdos también vienen ligados de sentimientos, las personas recordamos los sucesos porque este viene con un gran sentimiento, ya sea de felicidad o tristeza, pero en mi caso, que no vienen ligados de sentimientos, los recuerdos son innecesarios, entonces mi cerebros los desecha casi completamente.

-¿Qué? Entonces… ¿Todo lo que ha pasado hasta ahora lo has olvidado? –Pregunto con sorpresa Yuuri.

-La mayoría. Porque para mi mente no es necesario recordar algo que no estaba lleno de significado. Actualmente solo tengo recuerdos hasta inicios de la semana, de ahí para atrás en un completo vacío. –Dijo sin dejar de ver al moreno.

-Por eso ha sugerido ese método. –Continuó Murata.

-Aun así… ¿No es demasiado arriesgado? Es la mente de una persona. –Señalo Yuuri sin estar convencido.

-Shibuya. –Dijo de manera sería Murata –No puedes dañar más una mente que esta arruinada. –Comento sin mucho animo.

-Una mente….que esta arruinada. –Soltó sin creérselo el moreno.

-Por eso lo he dicho. Es la manera más eficiente para poder encontrar a la persona responsable. Es la manera más rápida. –Señalo Wolfran sin ninguna duda.

-Wolfram… -Dijo sin muchas ganas Yuuri -¿Tú de verdad quieres que todo se resuelva?

-Majestad. –Comento Wolfram con una leve pausa –No obtendrá una respuesta a su pregunta porque no entenderé nunca la pregunta. Porque esta llena de sentimientos que no poseo. –Le señalo sin inmutarse Wolfram.

-Me lo imagine. –Dijo en un suspiro –Entonces… ¿Lo haremos de una vez?

-No. –Dijo Murata –Es mejor adentrarse a una mente cuando esta en su estado de inconsciencia, o sea, cuando se esta dormido es el mejor momento para entrar en la mente de las personas.

-Cuando duerme… -Dijo Yuuri mirando fijamente al rubio.

-Sí. Es mejor cuando Sir Bielefeld este dormido, cuando se esta consciente es más difícil y en vez de mejorar puedes empeorar la mente. Se que mencione que no se puede arruinar una mente dañada, pero puedes causar otros efectos entrando a la fuerza.

-¿Otros efectos? –Pregunto Conrad confundido.

-Sí, puedes causar parálisis en el cuerpo u otras cosas similares. La mente de las personas es un arma peligrosa si no se sabe tratar correctamente. –Señalo Murata cruzándose de brazos –Shibuya, se que he apoyado a Sir Bielefeld, pero aun así te lo diré directamente, esto es algo que solo tu puedes hacer. Nadie más te acompañara, solo tú, que posees el poder del Maou puede lograr este trabajo.

-¿Solo yo?

-Como Maou tienes el poder parar entrar sin problema en la mente de las demás personas, pero es algo que tendrás que hacer tu solo, nadie más te puede acompañar, ya es difícil que entre una persona, imagina si son dos al mismo tiempo, la mente podría colapsar. Por esa razón es que irás tú solo, ¿Estas completamente seguro de hacerlo?

-Sí. –Sentenció sin ninguna duda Yuuri mirando fijamente a Murata.

-Bien, entonces esta decidido, esperaremos a que caiga la noche para comenzar con ese método.

Todos asintieron a las palabras del gran sabio para levantarse los que estaban sentados. Ya se había decidido un rumbo para esa situación, por lo menos con eso estaban un poco más calmados de toda la situación. Todo fuese terminado de buena manera si no fuera porque antes de poder atravesar el umbral de entrada, Wolfram luego de girarse cayera al piso sin más, por suerte había soltado la mano de la pequeña Greta cayendo solo él al suelo. Por suerte Wolfram fue prevenido y solo cayó de manera sentada.

-¡Wolfram! –Gritaron todos los presentes al ver la escena.

-¿Estas bien? –Pregunto de una Yuuri cuando estuvo cerca.

-Sí, me encuentro bien. –Dijo haciendo una pausa –Lo lamento mucho Majestad, pero tendré que solicitar ayuda para terminar de llegar a mi habitación. –Comento a los minutos.

-¿Qué? –Dijo al inicio sin entender, pero al poco cayó en cuenta de lo que quería.

-Shibuya. Ha perdido otra parte de su cuerpo. –Señalo Murata bajo la mirada de todos.

La mayoría ya había imaginado las razones del porque había pasado dicha escena, pero ninguno había querido dejarla salir al aire, no es como si fuese una buena noticia para soltar, pero como siempre el gran sabio la decía como si nada. Yuuri miro un instante a Murata antes de fijar su vista en Wolfram. Al verlo pudo notar como este simplemente le veía mientras esperaba la ayuda, por lo menos estaba consciente que no podría caminar a su propia habitación.

En ese momento Yuuri cayó en cuenta de que estaba comenzando a pasar lo peor que le había señalado Shinou. Wolfram estaba muriendo lentamente delante de sus ojos, y él no estaba haciendo nada para detener esa muerte lenta. No lo estaba haciendo, solo continuaba en sus dudas sin avanzar ni un poco, solo esperando hasta que lo inevitable sucediera. El moreno sin más y sin esperar oír algo más tomo entre sus brazos al rubio.

-Majestad, nosotros podemos…

-No. –Dijo para mirar a todos los demás con el ceño levemente fruncido –Yo llevaré a Wolfram a su habitación. –Comento para comenzar su caminata sin esperar respuesta.

En completo silencio camino hasta la habitación que ahora ocupaba el rubio. Si fuese por Yuuri hubiese ido a su propia habitación, pero sabía que el rubio se iba a negar si lo hacía. No quería pelear con Wolfram en esos momentos así que simplemente lo llevo a la habitación que ocupaba actualmente. No tardaron mucho en llegar, así que después de entrar sentó al otro en la cama aun en completo silencio. Yuuri observo fijamente a Wolfram, quería preguntar tantas cosas ahora que se encontraban solos, pero ninguna palabra se formulaba en sus labios.

-Le puedo hacer una pregunta Majestad. –La voz de Wolfram fue la que rompió el silencio.

-¿Una pregunta? –Soltó con duda el moreno –Claro.

-¿Por qué hace todo esto? –Pregunto de pronto mirando fijamente al Maou.

-¿Hacer qué?

-Esforzarse tanto para poder recuperar lo perdido. –Dijo junto a un suspiro el rubio.

-No está perdido. –Sentenció sin duda –Yo recuperare todo lo que dejaste ir Wolfram, sin importar qué.

De nuevo el silencio los invadió. Wolfram lo único que se dignó a hacer fue terminar de acostarse en la cama viendo un momento el techo de la habitación. No entendía las palabras del Maou y aunque se lo pensara mucho no iba a entenderlo. Duro unos minutos en silencio, pero se movió un poco cuando escucho los pasos del moreno, al parecer se iba a marchar de la habitación, como pudo se movió para tomarlo con su brazo bueno. Sin más Wolfram jalo hacía la cama al moreno.

-¿Qué-? –El moreno se vio sorprendido pero aun así logro reaccionar. Ahora se encontraba encima de Wolfram quien le miraba fijamente.

-¿Quieres recuperarle? –De pronto escucho preguntarle Wolfram.

-Sí. –Dijo sin ninguna duda aunque no entendió porque el rubio estaba hablando en tercera persona.

-Entonces te diré la manera de hacerlo…

Fueron las últimas palabras que escucho Yuuri. El rubio llevo la mano que aun respondía a sus órdenes al rostro del moreno y sin más lo atrajo al suyo, comenzando así un beso. El moreno de nuevo se encontró sorprendido, pero sin darse cuenta comenzó a caer en la inconsciencia, hasta que finalmente junto a Wolfram los dos quedaron completamente inconscientes en la cama.

 

 

 

 

 

-¡Hana! ¡Hana! –Una voz masculina profunda gritaba el nombre de una dulce niña.

-¡Papá! –Soltó la pequeña cuando cruzo miradas con el hombre mayor.

La pequeña niña se levantó de la grama donde había estado sentada recogiendo un par de flores. Y antes de que terminara de acercarse a su padre pudo ver como el ambiente tomaba un color carmesí, antes de que pudiera llegar a su padre pudo ver como alrededor del hombre comenzaban a crecer las llamas de fuego. El fuego comenzó a destruir todo a su alrededor.

-¡PAPÁ!

La voz ahogada de una pequeña niña que lloraba sin parar intentando alcanzar a su padre entre las llamas de fuego. Intento apagarlas pero entonces era jalada por un hombro antes de que cayera al suelo por culpa de que le atravesaran un pie. La niña intento pararse pero una mano en su cabeza que daba presión se lo impidió.

-¡Es un pecador! ¡Debe ser destruido! ¡Debe morir!

El murmuro de los extraños llegaba a sus oídos impidiéndole escuchar la voz de su padre. Intento removerse del lugar donde estaba detenida pero era inútil, no estaba logrando nada. De pronto la escena se detuvo y un silencio cubrió el ambiente. La niña pudo levantarse del suelo mirando como todo el ambiente era cubierto por un color amarillo opaco.

-¿Estas segura que esto es lo correcto?

De pronto escuchaba una voz y al girarse podía ver a un chico de apariencia de quince años, de cabello rubio y ojos verdes. Este le miraba fijamente, sin poder evitarlo la niña desvió la mirada notando como todo parecía estar congelado en el tiempo.

-¿Estas segura que esto es lo correcto?

De nuevo le escucho preguntar a aquel joven delante de ella. ¿A qué quería llegar con aquella pregunta? No lo sabía.

-¿Estas segura que esto es lo correcto?

-¿Estas segura que esto es lo correcto?

-¿Estas segura que esto es lo correcto?

-¿Estas segura que esto es lo correcto?

-¿Estas segura que esto es lo correcto?

-¿Estas segura que esto es lo correcto?

En diferentes lugares, en diferentes momentos escuchaba la misma pregunta venir de aquel joven. Llevo sus manos a su cabeza sin poder comprender la situación. ¿Qué quería aquel chico?

-¿Estas segura que esto es lo correcto?

-¿Estas segura que esto es lo correcto?

-¿Estas segura que esto es lo correcto?

-¿Estas segura que esto es lo correcto?

La pregunta la estaba atormentando. Sin poder evitarlo grito con fuerza en aquel lugar para que el chico se silenciara. Un silencio invadió aquel lugar detenido en el tiempo, la chica levanto su vista para ver al joven delante de ella, descubriendo como por sus mejillas comenzaban a correr las lágrimas.

-Esto no es lo correcto…

Le escucho decir al joven mientras dejaba caer una a una sus lágrimas. El joven cerró por unos minutos los ojos antes de que el escenario comenzara su curso de nuevo. La chica quiso decir algo, quería gritar algo, pero antes de poder hacerlo sintió que algo le salpico en la cara. Abrió sus ojos con sorpresa llevando una mano a su rostro, notando así como era sangre lo que había caído en su rostro.

De pronto todo a su alrededor fue cubierto por el color rojo. Sus manos de pronto estuvieron llenas de sangre, las flores que tenía bajo sus piernas tomaban un color carmesí mientras goteaba la sangre. Todo fue tomando un color rojo como el fuego.

-¡NO! –grito una mujer castaña mientras se levantaba de golpe de donde estaba sentada. ¿Qué había sido aquel sueño?

Reviso sus manos para poder certificar que estaban completamente limpias. Había sido solo un sueño, pero ¿Qué le quería decir aquel sueño? No lo entendía, no, Hana no quería entender el significado de aquel sueño. Se levantó con un nerviosismo encima para caminar de un lado a otro mientras repasaba los pasos de su plan.

-Eso es… -De pronto murmuro deteniendo su acción –Solo debo terminar de eliminarlo.

La mujer llevo una mano a sus labios pensativa. De pronto volvió a caminar yendo a la habitación donde la sacerdotisa reposaba en silencio. La miró ahí sentada al borde de la cama mirando a la nada, hasta que ella entro en la habitación la mirada de la otra mujer no se despegó del vacío.

-Puedo saber por tu comportamiento que no has venido por algo bueno. –Dijo Ulrike sin dejar de verla fijamente.

­-He tomado una decisión. –Sentenció con severidad.

-¿Una decisión? –Pregunto con duda y miedo.

-He decidido acabar con todo esto de una vez. Mis planes finalizaran con la muerte de Wolfram von Bielefeld. –Dijo sin ninguna duda la castaña.

-¿Qué? –Soltó completamente impactada Ulrike -¡Eso-!

-Eso le pondrá fin a todo esto. Y así obtendré lo que más he querido… Lograré vengar a mi padre.

-¡Eso no es así! –Insistió la sacerdotisa -¡No lograras nada de esa manera! ¡No estas obteniendo venganza! ¡TE ESTAS CONVIRTIENDO EN LO QUE MÁS ODIAS! ¡Tú...!

Antes de poder terminar su oración pudo sentir como era callada con un golpe. La castaña miro fijamente a la otra, entonces fue ahí donde Ulrike se pudo dar cuenta de la determinación de la chica, no iba a cambiar de parecer. Llevo su mano a donde había recibido el golpe para mirarla con un toque de lastima.

-Te estas dejando consumir por tu venganza y sin darte cuenta, te estas destruyendo lentamente Hana.

-No sé de lo que hablas.

Sin agregar más nada salió de aquella habitación. Acabaría con su plan de esa manera. Volvería a tomar a Wolfram von Bielefeld y acabaría con todos junto a la muerte del involucrado. No había mejor actor principal para poder realizar su venganza. Usaría al rubio para destruir todo lo que era conocido como Shin Makoku.

Estaba decidida, no iba a cambiar de parecer. Esa era la conclusión errada a la que había llegado con su sueño.

 

 

 

 

 

 

 

Yuuri de pronto despertó levantándose de golpe. La rapidez lo mareo llevando una mano a su cabeza. Cuando estuvo más consciente miro un instante a su alrededor. Todo estaba cubierto por un color oscuro, se veía completamente infinito como si no tuviera final. Movió la mano que aún tenía contacto con el suelo para poder sentir un dolor punzante. Cuando vino a ver descubrió como trozos de un vidrio extraño estaban regados por todo el suelo.

Miró un instante su mano para ver cómo había sido cortado. Se preguntó dónde se encontraba, pero a pesar del miedo que aquel lugar le provoco se levantó del suelo para comenzar a caminar en una dirección que ni el mismo sabía a donde iba a parar. Camino un largo rato que le parecieron años y aún seguía sin encontrar algo más que los trozos de vidrio en el suelo y la infinita oscuridad.

De pronto escucho un ruido y agudizo su oído para saber el origen, sin ninguna duda camino en dirección a dónde provenía el ruido. Camino unos minutos antes de ver a lo lejos una figura, cuando estuvo más cerca pudo notar como era un niño, podía verlo por el tamaño de su espalda. Estaba encorvado mientras abrazaba algo. Quiso acercarse un poco más pero de pronto sintió un corte, cuando se vino a dar cuenta tenía una gran cortadura en el brazo. Detuvo su acción mientras miraba aquella espalda contraída.

¿Qué estaba haciendo en ese lugar? No lo sabía, pero lo iba a averiguar.

Sin ninguna duda rodeo a aquel niño que parecía no moverse de posición. Al rodearlo pudo ver como el niño miraba al frente con la vista perdida, también logro darse cuenta de quién era aquel niño que observaban sus ojos. Era Wolfram, pero más joven, si acaso tendría unos ocho años.
Se detuvo cuando estuvo enfrente de aquel niño que ni se inmuto por su presencia. ¿Qué lo estaba haciendo estar en ese lugar? Lo desconocía.

-Wolfram…

Pronunció su nombre en un susurro, pero aun así pudo notar como el niño reaccionaba a dicho nombre. Ahora no había ninguna duda de que era Wolfram aquel niño delante de él.

-¿Quién?

Le escucho murmurar aun en la misma posición.

-Wolfram, soy yo Yuuri. Yuuri Shibuya, tu prometido. –Dijo sin ninguna duda Yuuri.

-¿Yuuri?

El moreno pudo notar algo peculiar, con cada reacción que tenía el rubio los vidrios rotos en el suelo brillaban con más intensidad. Tomo uno entre sus manos lleno de curiosidad.

-¿Yuuri? ¿Quién es ese?

Le escucho preguntar a aquel pequeño niño mientras se abrazaba al objeto que tenía entre sus brazos. De pronto el pedazo roto que tenía en su mano se volvió a romper. Ahora no era un solo trozo roto, eran varios más pequeños. Yuuri iba a decir algo más, pero antes de poder hacerlo fue interrumpido.

-No creo que deba hacerlo.

Una voz desconocida lo hizo estar en guardia girándose a ver a aquel hombre mayor que estaba a unos pasos de él.

-¿Quién es usted? –Pregunto con seriedad el moreno.

Un hombre de apenas unos veinticinco años, de cabello castaño y ojos color miel, de contextura algo gruesa, este lo miraba con una pequeña sonrisa.

-Ahora mismo mi nombre no importa. –Comento con un suspiro.

-¿De qué está hablando? –Pregunto sin entender.

El hombre comenzó a caminar rodeando al moreno, quien lo veía con cautela, después de todo no sabía si aquel hombre era un aliado o un enemigo.

-Wolfram está llegando a su límite. –Fue lo que dijo después de un silencio –Este lugar estaba tan lleno de recuerdos... y ahora está completamente cubierta por la oscuridad. Todos los recuerdos han sido destruidos. –Dijo con un suspiro mirando con tristeza el lugar.

-Lleno de recuerdos… -susurro mirando un instante los trozos de vidrio en el suelo.

-Majestad. –Le escucho ser llamado por el extraño –A Wolfram no le quedo mucho tiempo. –Luego de decir esas palabras señalo al pequeño niño.

-¿Eh?

-Los únicos recuerdos que quedan en este lugar los tiene él. –Dijo indicando con su dedo el objeto que estaba abrazando Wolfram.

Era un pequeño trozo de vidrió que abrazaba con fuerza, aun a pesar de tener la mirada perdida sus manos no dejaban ir aquel trozo. Parecía estar protegiéndolo con todas sus fuerzas, aun a pesar de eso el vidrió estaba comenzando a agrietarse.  Era el único recuerdo completo de aquel lugar vacío.

-¿De qué está hablando? –Pregunto Yuuri en su confusión.

-Cuando el último recuerdo se rompa, ya no quedara nada en este lugar. Él mismo es consciente de ese hecho, por eso protege con todo su ser aquel único recuerdo. Aun a pesar de que dio todo su amor, no entrego ese único recuerdo.

-¿Cómo sabe todo eso? –Pregunto el moreno mirando fijamente aquel hombre delante de él.

-El por qué ahora no importa. –Comenzó mirando fijamente al moreno también –Lo que importa ahora es que lo salve a él ¿No?

-Eso es así, pero… No comprendo nada de esto, ¿Quién es usted? ¿Es aliado o enemigo?

-Ninguna de las dos. Yo no puedo ser ninguna de las dos. –Comento confundiendo más al moreno –Se lo diré Majestad. La persona que causo todo esto, la persona que hizo que Wolfram terminara en este estado… Esa persona es mi hija.

-¿Su qué? –Dijo con evidente sorpresa.

-Mi hija. –continuó sin ninguna duda.

- Ahora entiendo menos todo este asunto. ¡¿Qué es lo que está pasando?! –Soltó con un deje de desesperación.

-No pierda de vista del camino Majestad. –Comento con suavidad el hombre.

-¿¡Cómo me dices algo como eso!? ¿Qué no pierda el camino? ¡¡Ni siquiera sé que camino debo seguir!! –Casi grito el moreno desesperado.

-¿Qué es lo que más desea en estos momentos Majestad?

-¿Lo qué más deseo?

-Sí, en estos momentos ¿Qué es lo que más anhela desde el fondo de su corazón?

-Quiero recuperar a Wolfram. –A pesar de la confusión estaba claro en ese asunto por lo menos.

-Entonces eso es lo que debe hacer.

-¡Pero no sé cómo! –Dijo alterado.

- Piense Majestad, piense. –Dijo aquel hombre mirando fijamente al menor con una sonrisa –La respuesta siempre la ha tenido enfrente.

-¿Enfrente? –Soltó con duda –Soy un Henakochi, no lo notaré si me lo dice de esa manera. –Se burló de sí mismo para poder distraerse un momento.

-Majestad, cuando pierde algo que sin importar lo que hace no lo consigue. ¿Qué hace?

-¿Qué hago? Pues simplemente lo rem… -Y se quedó en silencio -¿De verdad es eso?

-Es algo así. –Contesto el hombre –Ya lo que se ha roto en este lugar no se puede recuperar, pero puede empezar por ese… -dijo señalando de nuevo a Wolfram.

-El recuerdo que no dejo ir…

-El recuerdo que lo involucra a usted.

-¿A mí? –Dijo confundido.

-Se podría decir que son todos los momentos que usted ha mostrado sentimientos por Wolfram. –Dijo pensativo el hombre.

-Los momentos… pero eso, ¿No se fue con el amor?

-Debió ser así, pero aun a pesar de que Wolfram entregara por voluntad propia su amor, eso fue lo único que se negó a hacerlo. Son sus preciados recuerdos.

-Entonces debo empezar desde ahí. –Dijo con un poco más de confianza el moreno.

-Majestad, usted es el único que puede salvarle, pues es a usted a quien Wolfram ama. –E hizo una pausa soltando un suspiro –Como le habrán dicho, ahora mismo Wolfram tiene una abertura, todos sus recuerdos o posibles emociones que tenga se filtran por ese espacio. –Yuuri asintió con la cabeza.

-Entiendo eso…pero…

-Primero debe cerrar esa abertura. Para hacerlo debe detener la causa que la provoca. En conclusión, debe detener a mi hija. Cuando logre cerrar por completa la abertura, comience por ese recuerdo, de esa manera, vaya llenando este lugar con nuevos recuerdos. Lo perdido no se recupera, lo perdido, perdido se queda.

-Entonces me está pidiendo que detenga a su hija.

-Sí, aunque me duela, ha tomado un mal camino. Se está convirtiendo en lo que más odio, por eso deseo que la detenga. Yo me quedaré aquí para poder protegerlo a él. –Comento señalando a Wolfram –A él ya no le quedan energías para continuar, por eso me quedare aquí para mantenerlo un poco más, en ese tiempo… Por favor acabe con mi hija.

-¿Está seguro de todo esto? –Pregunto con duda el moreno.

-Sí. Usted cumpla con mi deseo de parar a mi hija y yo protegeré a la persona que más ama. No se preocupe, yo lo mantendré con vida el mayor tiempo posible, por esa razón, si él no despierta cuando usted lo haga no se preocupe, no es que este muerto, simplemente es mejor mantenerlo si esta inconsciente.

-¿Wolfram no despertara? –Pregunto preocupado.

-No. –Sentenció sin ninguna duda –Él ha llegado a su límite y yo solo puedo mantener su parte interna, la parte externa no puedo hacer nada. Por eso dormirá por un largo tiempo hasta que usted soluciones el problema. Cuando eso pase él no tendrá que seguir manteniéndose en este lugar protegiendo ese recuerdo.

-Así que no queda tiempo…

-No se culpe por eso Majestad. No es culpa suya… todo esto paso por mi culpa, por esa razón tomaré la responsabilidad y lo ayudaré a mantener a Wolfram. Por esa razón no dudé.

-No lo haré. Muchas gracias por todo.

-No debe agradecerme. Yo soy el que debe agradecerle además de disculparse… -Comento con la mirada baja.

-No. –Dijo de inmediato el moreno –No debe disculparse. Estoy seguro que no soy solo yo el que lo piensa, pero seguro que Wolfram también se siente agradecido con usted por ayudarlo.

-Ahora entiendo porque lo ama tanto Majestad. –Comento el hombre con una sonrisa triste –Se ha enamorado de un buen hombre. –Continuó dirigiéndose al niño que ni pendiente de su presencia.

-No es así. No soy un buen hombre, deje todo esto para el final. Soy todo un Henakochi. Por eso no me merezco su amor, tal vez hasta me merecía todo esto, pero… -E hizo una pausa –De ahora en adelante seré una persona digna para Wolfram.

-¿Por qué le ama?

-Por qué lo amo y lo seguiré amando por el resto de mi vida.

Palabras llenas de completa seguridad que dejo salir el moreno. Nunca creyó que se encontraría diciendo esa clase de cosas, pero en ese momento se encontraba completamente seguro de su decisión. Quería a Wolfram, no, lo amaba desde el fondo de su corazón y ahora que se había percatado de ese hecho iba a luchar para poder recuperarlo. Iba a pelear por él. Iba a hacer todo lo que no había hecho hasta ese momento. 

Notas finales:

Jaja, ¿Creyeron que Wolfram no era consciente de su estado? ¡Pues no! Él conoce perfectamente su situación.

Al fin Yuuri tiene un poco de esperanza. ;-; 

Oh, oh... Sabemos un poco más de Hana y sus motivos... Aunque ahora quiere acabar con Wolfram.

Esperen ansiosas el siguiente... prometo hacerlo más rápido ;-; 

nos veremos. Los amo a todos <3 Y feliz años <3


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