Capítulo 16
La tranquilidad reino por esa única vez, Camus junto a sus amigos se alistaron para ir a la escuela juntos, ya que las cosas fueron muy divertidas en su pijamada. Los cuatros al estar vistiendo el uniforme del colegio caminaron casi alterados hasta la cocina de la casa Afrontes y para la sorpresa de todos estaba allí Kardia.
- Tomen asiento, mis adorados hijos – Los cuatro amigos se miraron algo extrañados ante el comentario, pero Camus le gruñido a modo de respuesta y Degel quien dejo los tazones en sus lugares, observa a su novio y a su primo, para después dejar salir un suspiro resignado.
(Opening - Voodoo Doll de VIXX)
Nadie decía nada, ya que el ambiente incomodo que se había formado era bastante evidente, Degel observaba de reojo a cada uno de los adolescentes quienes parecían estar algo adormilados y eso no era común en ellos.
- ¿Tienen algún examen hoy? – La pregunta hecha por Kardia hizo que el cuarteto de hombres se girasen a su dirección y observarlo con extrañeza.
Degel mira a su primo quien no parecía estar de acuerdo con darle una respuesta a Kardia, pero se mantuvo alerta - Y tu mono de circo ¿No tienes trabajo? – El peli azul mira de manera desafiante al pequeño primo de su pareja, dado que ambos se batieron en un duelo de miradas.
- Tenemos el examen de Ciencias – Responde Mu algo dudoso, ya que no había estudiado lo suficiente y no deseaba desaprobar el semestre.
En ese momento unos pasos se dejaron oír por la casa, cuando ingresaron los tres chicos más populares de su salón. Los cuatro se voltearon, ya que Kardia había perdido en su batalla contra Camus, pero el menor estaba algo anonadado por ver a Milo en su casa.
- También tenemos el examen regulatorio de Matemática, dado que perdimos un día de clases y de seguro que nos cambiaran de lugares – Comento Milo para sorpresa de todos, Degel esboza una sonrisa ya que estaba feliz de ver a su pequeño cuñado destellando interés por informar a los otros.
- “¿Un examen regulatorio?” – Se pregunta Camus sin haber entendido esa parte, se pone de pie e igual sus amigos, para así tomar sus cosas y comenzar a salir de la vivienda.
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El silencio reinaba entre los siete, nadie sabía que tema de conversación tocar, Mu observa a su lado derecho para ver como Deathmask le susurraba cosas al oído a un Afrodita bastante ruborizado, pero en el otro extremo se podía ver a un Camus observando las tiendas con curiosidad, se gira hacia su izquierda y lo más extraño fue que Shaka junto con Aioria prácticamente iban tomados de la mano, y mira más allá de esa “parejita”, para observar de reojo a un Milo bastante frio.
- “Qué extraño, creí que era el único enamorado de un vampiro, pero veo que Afrodita y Shaka también lo están” – Se muerde el labio inferior mientras vuelve a enfocar su mirada al frente, estaba algo desolado en sus pensamientos, le dolía hablar de su futura partida, tenía muchísimo miedo en abandonar todo y dejar de ser un caza vampiros, todo por la causa de sus sentimientos encontrados por aquel vampiro casi perfecto – “Eso es bueno para ellos, pero desde el punto de vista de mi secta, eso está prohibido, desde que hace doscientos años atrás hubo una masacre en la casa Monthay, sé que es complicado a primera vista, pero considero el hecho de que el pueblo vampiro haya comenzado ese ataque. Pero ¿Por qué?” – Seguían sus dudas acerca de esa historia urbana, llevaba un buen tiempo sumergido en la asociación de caza vampiros y siendo él un simple adolescente que convive su día a día con vampiros, le haya dado un interés sumamente impórtate a aquella leyenda urbana.
Shaka cruza mirada con Afrodita, ya que le parecía extraño el silencio y ver el desconcierto que despedía Mu. El rubio se gira para cruzar mirada con Aioria, quien ya había comprendido el punto de su acompañante.
- Dejen de llorar por los muertos y hablen – Especulo y aquel comentario hizo que Milo le diera un coscorrón en la cabeza, Death comienza a reír por la escena cómica, Afrodita también y Shaka no se aguantó las ganas de reír.
Camus se había separado de sus amigos y se cruza a la otra acera, ya que había observado algo que le llamo muchísimo la atención, sin embargo, Milo se voltea hacia otro lado evitando las quejas de Aioria, pero nota que Camus se había cruzado al otro lado y quedarse parado frente a una librería que estaba cerrada.
Comienza avanzar hasta el joven de cabellos largos y aguamarina, mientras se alejaba del otro grupo. Al llegar, se para a un costado del muchacho y observa en la vitrina un libro.
- Qué lástima, es muy caro esa edición – Especula en voz baja Camus mientras sacaba cálculos mentales si es que podía comprarse ese libro que tanto deseaba tener en su poder, pero para suerte de Milo aquel comentario lo hizo sentir algo dudoso si ser frio con él ante el comentario dicho por el chico o simplemente despegarlo de la vitrina.
- ¿Ya leíste las otras entregas? – Aquella pregunta salió sin más de sus labios, Camus se voltea para cruzar mirada con Milo y así los dos quedarse mirando sin algún motivo por parte de ambos.
Sentía como aquellas mariposas revoloteaban en su estómago, su cuerpo se tensa al ver como la mirada fría de aquel chico cambiaba a una llena de interés y de sentimientos, estaba confundido con él mismo, pero debía contestar acerca del libro que deseaba comprar, adoraba el autor, él era un fan de esas investigación y adoraba las historias con esa temática.
- Tengo los tres primeros volúmenes, pero – Se vuelve a girar para observar el libro que estaba en vitrina con anhelo, deseaba tenerlo en su poder, adoraba tener los libros en forma física, lástima que era muy caro como para comprarlo – no he leído los otros dos tomos, ya que en el orfanato que estaban, las monjas no dejaban que los niños pequeños leyeran ese tipo de material, lo milagroso es que leí los tres primeros, porque mi tío Krest, siempre me los enviaba a Francia como un regalo – Milo lo miraba algo atento ante el relato de aquel joven que tenía a su lado, se vuelve a girar pero busca en su mochila uno de los libros que siempre se llevaba al colegio.
- Ten – Le extiende el libro que tenía en mano, Camus se gira para sorprenderse ante el libro que sostenía Milo, lo mira para posteriormente tomarlo y lo mira con una sonrisa tierna – Es una edición especial, donde compila los dos tomos que te faltan de leer – Camus quita su mirada del libro para observar a Milo anonadado ante el comentario hecho por él.
- Gracias, pero ¿Esto significa que me lo prestas para leerlo? – Milo asiente neutro ante el momento y de respuesta recibe una gran sonrisa por parte de Camus, de nuevo siente aquella opresión en su pecho, ya que de nuevo ve a su antiguo amor reflejarse ante aquel chico.
- ¡Oigan, par de tórtolas! – Ambos se giran para toparse con la imagen de sus amigos del otro lado quienes parecían estar divertidos con observarlos a ellos, sin embargo, Death agita su brazo para acatar la atención de su amigo - ¡Llegamos tarde al examen! – Camus asiente para así guardar el tomo que le presto Milo en su mochila, para después tomarlo de la muñeca y llevarlo a tirones para así reunirse con los demás.
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Por fin llegaron a la escuela, todos del alumnado los observaban a ellos siete ingresar, Camus y sus amigos estaban algo incomodos por sentir las miradas de todo los alumnos posadas en ellos cuatro, sin embargo, para el trio de populares era común y optaron por espantar al público.
- ¡Si no se largan de este pasillo, no dudaremos en hacerles la vida imposible, desde ahora! – Acto seguido todos se dispersaron, ya que el tono usado por parte de Deathmask hizo que más de un alumno sintiera miedo.
- Más les vale no sacar ninguna conjetura acerca de nuestra llegada y de estos chicos, porque si no comerán animales muertos como su almuerzo – Los que quedaban se dispersaron, Milo esbozo una sonrisa satisfecho por ver que el pasillo principal quedo desierto.
Los cuatro amigos, se quedaron algo anonadados por las medidas tomadas por el trio de populares, dado que todos los alumnos se largaron con las miradas enfocadas en el suelo.
- No debieron hacer eso, demuestran que ustedes tres si son unos cretinos – Acto seguido los cuatro se largaron, dejando algo intimidados a los tres amigos, sin embargo no dudaron en tener un poco de miedo ante el regaño y el tono de voz que uso Mu en ellos tres.
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Todos los alumnos ingresaron a sus salones cuando el timbre sonó, los de la clase E parecían estar la mayoría de los alumnos nerviosos por el examen regulatorio, pero para Camus aquello le pareció una tontería.
La puerta del salón se abre, dejado paso al coordinador de curso junto a dos docentes, varios se tensaron ya que el profesor Argol estaba muy serio ante todos – Bien jóvenes, pasare lista – Dijo Andreas mientras leía en voz alta la lista con todos los alumnos, al terminar el segundo docente comenzó a señalar los siguientes cambios ya armados con el encargado de dictar las clases de Matemática.
- El examen consistirá en un trabajo de equipo y de dos personas, será a carpeta cerrada, con calculadora científica, las tablas de multiplicación y con los instrumentos requeridos para geometría – Comenzó a explicar el docente mientras Sysipho chequeaba las hojas con los exámenes regulatorios – Tendrán un lápiz y una goma por cada grupo, no pierdan y no dañen el material, porque si no se les quitara el examen y desaprobaran el semestre – Se comenzó a sentir un “Oh” colectivo, ya que parecían estar hartos de las reglas con ese examen, sin embargo, Camus parecía ya sentirse nervioso, no deseaba desaprobar el semestre por un simple examen y rogaba que su compañero no fuera Albafica o Milo – Sin más preámbulo, el profesor Sysipho les hará entrega de los exámenes y el coordinador Andreas les dirán sus nuevos compañeros de examen – Ambos docentes comenzaron a realizar sus tareas, Sysipho esperaba a que el coordinador dijeran los seis primeros grupos para así hacer entrega.
- Muy bien, empecemos con la diversión – Esboza una sonrisa ya que deseaba hacer un gran cambio en las planillas ya especificadas por la dirección – Shura harás el examen regulatorio con Aioria – ambos cuñados se miraron sorprendidos, jamás les habían tocado con el otro y más en ese examen – Camus harás el examen regulatorio junto a Albafica – Todos sus compañeros comenzaron hacer bullicio, ya que Albafica estaba algo enojado con que le hayan puesto con aquella mosca muerta, pero uno de sus compañeros comenzó a tirarle bolitas de papel a un Camus bastante consternado – ¡Ya basta! – Asevero el coordinador, dado que todos los alumnos se calmaron – Frodi harás el examen junto a Utgard – Los alumnos ya mencionados comenzaron a levantarse y cambiarse de lugares, Albafica cambia a un Afrodita bastante triste con que debía dejar a su mejor amigo al lado de esa perra rabiosa – Mu harás el examen con Kanon – Kanon se voltea para mirar al chico que amaba en secreto con un brillo poco característico de él, en cambio, para el joven de cabellos lilas, escuchar el nombre del gemelo menor era decir que no harían casi nada en el examen. Sin embargo, el coordinador comenzaba a decir cada nombre de los alumnos que harían el examen para así quedar todos conformados y sentados al lado de su compañero.
Sysipho había ya empezado a entregar los exámenes a los respectivos grupos conformados por el coordinador, sin embargo, el profesor de Matemática repasa la lista para ver si no había algún inconveniente con los grupos, pero se adelantó hacer un cambio en un grupo.
- Chicos no comiencen el examen, porque hay un problema en la lista de los grupos – Todos quitaron sus miradas de las hojas para observar expectantes al docente, por otro lado, Camus rogaba que ese error sea él y su compañero, había tensión en todo el salón dado que Argol no parecía estar convencido con los grupos – los alumnos Dadbin y Doría, se desintegraran y cambiaran por los alumnos Chéjov – Shaka junto sus cosas para ir a cambiar con uno de los gemelos, ya que el docente los estaba vigilando muy detenidamente – Ahora si comiencen hacer el examen, no quiero que discutan entre ustedes, tienen el límite de medio módulo de completar todo el examen, no quiero que las moscas vuelen, aclaro que me refiero a sus molestas voces, y quiero paz en este salón – Todos asintieron con la cabezas y así dio comienzo el examen regulatorio.
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El timbre para el recreo sonó, todos salieron de sus salones, el bullicio comenzaba a inundar por los pasillos y como también las tensiones en el ambiente. Los alumnos encargados del centro de estudiantes iban con dirección a la sala de juntas, se podía apreciar como Aiacos era arrastrado por un Radamanthys bastante enojado, simplemente Minos los seguía de muy cerca.
Cuando llegan los tras a su centro de operación, el peli plata cierra la puerta con llave y baja las persianas de la puerta, para así evitar que algún chismoso observe lo que ocurrirá a continuación.
- ¡Si serás inútil! – Lo avienta contra la mesa donde debatían y esta se rompe en dos a causa del contra peso y el choque, Aiacos grita de dolor y de su boca sale un poco de sangre, ya que la fuerza aplicada provoco un gran dolor en todo su cuerpo - ¡Por qué siempre debes fastidiar nuestros planes, con tus impulsos! – Camina hasta su escritorio, al llegar lo fulmina con su mirada carmesí, Aiacos se levanta con dificultad pero mirando hacia un Radamanthys ultra enojado.
- En…Encerio… Creo que te pasas con los gritos… Hermano – Acto seguido comienza a gritar del dolor ya que el poder psíquico que usaba Radamanthys hacia que poco a poco su cerebro se comprimiera - ¡Ah! Ya, lo siento, lo siento – Le dice a duras penas, pero cada palabra que decía, el castigo era diez veces peor que el comienzo.
- Sabes muy bien lo que viene a continuación ¿No? – Decía Minos con una sonrisa sádica dado que saboreaba ver a los débiles como Aiacos retorcerse como gusanos.
Siente como es lanzado con todo hacia los estantes haciendo que más sangre saliera de su cuerpo, estaba todo lastimado, su uniforme escolar era decorado por los pedazos de vidrios que se le incrustaron en sus extremidades.
- Que sea la última vez que hagas quedarnos como los malos de la película, no podemos dejarnos desenmascaran, ya estuvimos bastante cerca las otras noches, porque la falta de Unity se hizo muy alarmante y no quiero que la orden vampírica nos pongan sus ojos en nosotros – Minos asiente ante las palabras dichas por su medio hermano, en cambio, Aiacos ya estando de pie mira a su medio hermano con un terror tatuado en sus facciones pero asiente también a las palabras. – Por otro lado, veo que Kardia tomo cartas sobre el asunto y tengo la certeza que Aioros les comento lo que ¡Hiciste Aiacos! – El de cabellos violetas agacha su cabeza ya sintiendo el miedo invadirle – Ahora no podemos castigarlo, porque si no este colegio se derrumbara a causa de un enfrentamiento y más el sello que colocaron esos asquerosos cazadores – Decía esto con desprecio ya que estaba recordando aquella noche donde un anciano llevo a un pequeño niño de cabellos rosados al edificio que ahora es el colegio, para colocar un sello que controlaba los poderes de los vampiros.
- Eso no ocurrirá Radamanthys, ese sello ya quedo obsoleto desde que el anciano falleció y lo que tengo entendido, su nieto esta residiendo en el pueblo pero no va a la escuela – El de cabellos rubios cruza mirada con Minos, quien estaba cruzados de brazos y apoyado en la puerta.
- Pero debemos cuidarnos de Milo y su sequito, porque si se entera de que pretendemos matar a la reencarnación de su amorcito, todo nuestro sueño y anhelo de poder, acabara hecho trizas y nosotros tras las rejas – Comento con más calma mientras tomaba asiento en su silla, entre laza sus dedos y piensa unos segundos que harán ahora – Sin embargo – Vuelve a mirar a su hermano Aiacos quien estaba sentado en una de las sillas y quitándose los vidrios – Te daré una oportunidad más Aiacos, pero esta vez quiero que secuestres tu a ese gusano y hazlo sufrir por lo que te hicieron – Aiacos alza su mirada para notar que el poder hipnótico de Radamanthys lo comenzaba a controlar, pero opto por hacerle caso.
- Eso tenlo asegurado – Responde para después ir a paso recto y seguro de sí mismo a la enfermería, por otro lado, Radamanthys medita la situación de Unity ya que hace unas noches atrás tuvieron que tomar medidas drásticas, no quería otro fallo más y él mismo debía saber si contaba con todos.
- ¿Para cuándo Albafica se va deshacer de Milo? – Minos se acerca a su pariente con sus facciones demostrando una neutralidad por todo lo ocurrido.
- Dale tiempo, puede que algunos de estos días, sino lo hace – Los dos cruzan miradas, pero Minos esbozo una sonrisa lasciva – él sabrá lo que ocurría – Radamanthys sonríe ante el comentario hecho por Minos y al cabo de unos segundos los dos comenzaron a reír malvadamente.
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No sabía que pensar, se había separado de sus amigos dado que deseaba estar solo por ese único día, tenía el libro que le había prestado Milo, quería leerlo, pero tenía miedo que algún compañero de curso lo molestara y arruinara ese libro, atesoraba en su mente aquella escena donde Milo le extendía muy amablemente su libro a una persona como él, pobre, sin fuerzas para defenderse, introvertido en el ámbito escolar y explosivo fuera del colegio, no se entendía a sí mismo, pero sabía que en lo profundo de su ser había algo que le impulsaba a refugiarse en los brazos del chico más popular del colegio, pero ¿Por qué sentía esa necesidad de hacerlo?
- No dejo de pensar en aquel sujeto que me cargaba en la estación de colectivos – Sacude un poco su cabeza para dejar de pensar aquellas cosas y se abraza a sí mismo como si sintiera frio de manera repentina.
Estaba bastante enojado, se sentía humillado, sin control sobre sí mismo, ahora el único sentimiento que sentía era odio. Veía aquel jovencito de cabellos largos y de un tono aguamarina caminar a pocos metros de él, se acerca para después agarrarlo del brazo izquierdo y golpearlo contra la pared.
Camus estaba bastante asustado por el repentino agarre, le estaba doliendo el brazo por la fuerza que se le estaba aplicando, quería gritar pero el terror al ver la mirada carmesí de Aiacos lo tenía inmerso en ese terror, cierra los ojos para no mirarlo fijamente.
- ¡¿Por qué siempre me rechazas, maldita escoria?! – El tono que uso era muy escalofriante y destellante de cólera, para suerte de Camus lo único que pudo hacer era comenzar a temblar del miedo – Acaso te gusta ese bueno para nada, de Milo Diamantidis – Acto seguido, abre sus ojos de la sorpresa al escuchar el nombre de Milo, su corazón se había detenido por el simple hecho de que ese sentimiento de admiración volvía con el recuerdo cuando lo saco del salón de clases, cuando Albafica le jugo una broma pesada. Aiacos lo observa detenidamente, olfatea las ganas de saborear la sangre de ese muchachito, pero había algo que no estaba en su cuello – “¿Dónde está el collar que le dio Lune? Acaso… No, eso es imposible” – Se alarma hasta que siente una presencia atrás suyo, suelta al joven que tenía en frente para voltearse y toparse con un Milo bastante serio.
- Buscas ¿Esto? – Saca de su bolsillo el collar con el dije en color negro, Aiacos estaba por demás asombrado, no entendía el cómo Milo obtuvo el collar.
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Los tres estaban sentados en el sillón del pasillo principal, esperaban a que Camus apareciera, ninguno de los tres se hablaban, era una tortura no hablarse ya que no se dieron cuenta que los dos chicos populares se les aparecieron.
- ¿Por qué tienen esas caras tan espantosas? – Pregunta Aioria en un tono divertido mientras se cruzaba de brazos, sabiendo que no entendía lo que ocurría con ellos.
Shaka alza su mirada para posarla en la imagen de Aioria, pero no sabía si decirle o no lo que ocurrió – Camus se siente mal, porque el profesor le quito el examen, todo por culpa de Albafica – El castaño asiente al recordar los regaños continuos del profesor Argol a él, se lamentaba, pero era inevitable.
- Esa perra rabiosa es de lo peor, nunca sabe dónde quedan los límites de uno mismo, pero eso ya es decir que humillo hasta más no poder a Camus – Afrodita se pone de pie para golpear con su pie al piso, estaba muy enfadado y debía desquitarse con esa escoria antes de que algo malo ocurriera.
- Tengo tantas ganas de golpearlo o peor aún, hacerle comer toda su mierda – Death se acerca a Afrodita para pasar su mano por la espalda de este y transmitirle tranquilidad.
- Como si fuera fácil – Hablo Mu mientras hacia un puchero de tristeza, los cuatro siempre fueron los blancos perfectos para Albafica, pero un pensamiento algo ilógico se le había cruzado – Aioria o Death – Ambos chicos se voltearon para mirar a Mu quien parecía estar algo neutro ante las circunstancias - ¿Saben si Albafica es humano o es vampiro? – Los dos amigos se miraron algo dudosos acerca de la naturaleza de Albafica, Deathmask conocía al peli celeste, desde que tuvo un amorío con su hermano mayor Manigoldo, pero jamás en su vida se preguntó aquello.
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Camus parecía estar en el medio de aquella disputa de miradas, entre Milo y Aiacos, no se sabía quién ganaba, pero lo que se podía rescatar de la situación era porque él era el tema de aquella disputa.
- Por favor chicos, no peleen entre ustedes todos somos… - Sus palabras se cortaron cuando se topó con que aquellos dos lo fulminaban con la mirada, se aleja de ellos pero se mantenía al margen de las circunstancias.
De nueva cuenta se volvieron a mirar de manera desafiante, no podía comprender aquel sujeto, jamás lo comprendió, lo conocía de años y ahora no podía decir si era bueno o simplemente era un peón más en el tablero de ajedrez.
- ¿Cómo obtuviste ese collar, Milo? – Le pregunta Aiacos en un tono neutro ya que deseaba sacarse la duda, pero el de cabellos rizados y rubio, rebusca en su otro bolsillo el otro collar con el mismo dije. Se sorprendió más al ver ambos collares en el poder de Milo, aprieta sus puños con fuerza, no podía creer que su plan iba a medio paso de quedar descubierto, pero en su mente recordaba las duras palabras de Radamanthys, si fracasaba una vez más, lo mataría sin remordimiento alguno.
- Esa es una buena pregunta – Dice por fin Milo, para sorpresa de Camus él se acerca al de cabellos rubios para así tomar entre sus manos uno de los collares.
- Pero si es el collar que tenía puesto en la fiesta de Radamanthys – Aiacos se gira para mirar aquel chico, lo recordaba muy bien, él le había dicho un cumplido con respecto al collar, pero ¿Cómo lo obtuvo Milo?
- Camus, cuando te aleje de este miserable gusano – Los dos jóvenes posaron sus miradas en él, pero dejo salir un suspiro para así continuar con su relato – y que nos encerráramos en una de las habitación de arriba, sé que estabas un poco ebrio, pero hice mi parte y estoy complacido por haberte conocido como persona, y ese no es el punto al que quiero llegar – Camus pasa saliva y traga algo nervioso, recordaba aquella noche, recuerda lo de la estación de colectivos, recordaba cuando lo ayudo con lo de Albafica, recordaba todas las veces que Milo lo ayudo y nunca supo el porqué de aquellas acciones – El punto es, que – Se detiene cuando siente como Aiacos le gruñía, desvía un poco la mirada de Camus para observar el semblante salvaje de Aiacos – yo soy aquella persona que te rescato de los lacayos de Radamanthys, Minos y de este inútil – Camus se asombra por demás, ahora lo recordaba, se sentía complacido, pero ¿Por qué lo rescato aquella vez de aquellos seres que estaban en la oscuridad?
- ¡Maldito miserable! – Aiacos se lanza hacia Milo, pero esta vez Camus se interpuso entre los dos – “¿Qué cree que hace?” Déjate de niñerías, y ¡dile que me deseas a mí y no a él! – Milo estaba sorprendido, podía ver la mirada llena de determinación que tenía Camus, pero gusto en ese mismo instante se pudo escuchar los gritos de Manigoldo, Saga, Shura y Aioros.
Sin embargo, Aiacos uso su poder psíquico en Camus, pero Milo lo evito a tiempo, sabia las intenciones de Aiacos - ¡Deja de pretender que él siente cosas por ti! Camus es libre de decir lo que siente, si te estuvo rechazando toda tu vida, será por algo – El de cabellos violetas se siente destruido cuando recordó aquella noche, donde Milo y el joven Monthay anunciaban su compromiso.
----- 1880 -----
Había llegado en compañía de sus parientes a la mansión Monthay, sabiendo que esa misma noche se haría el anuncio del compromiso del heredero. Estaba muy nervioso con el plan ya armado que tenía su medio hermano, Radamanthys, pero lo más alarmante de la noche era que los anfitriones estaban charlando con los padres de aquel muchachito de cabellos largos y rojizos, sentía como la temperatura de su cuerpo aumentaba con el simple hecho de observarlo de arriba hacia abajo, siempre fantaseo con aquel joven, hasta que el sonido una copa siendo golpeada muy suavemente por un cubierto de metal.
- Quiero su atención – Pidió aquel noble que usaba ropas costosas, confiscadas por el mejor sastre del pueblo, no podía pedir más, sabiendo que Deathmask Doría, era muy conocido por ser el nieto consentido de los fundadores predilectos del pueblo – Quisiera llamar a mis dos mejores amigos, Milo Diamantidis y a su pareja Camus Monthay – Todos los invitados comenzaron aplaudir frenéticamente, algunos silbaban y otros cuchicheaban entre ellos. Aiacos se acerca un poco hacia la pareja, quería impedirlo pero una mano lo detuvo, se giró y vio la mirada de su medio hermano negarle.
- Gracias amigo mío – Hablo por fin Milo mientras le daba un gran abrazo a su mejor amigo, Deathmask se aleja un poco de la feliz pareja quienes tenían una gran sonrisa en sus rostros, algo que no perduraría mucho – Agradezco a todos por haber venido esta noche, sabiendo que para nosotros dos – Milo se gira a su amado quien había apoyado su cabeza en su brazo izquierdo – Por qué el motivo de esta fiesta, es para dar el anuncio de nuestro compromiso – Las personas invitadas a la fiesta no tardaron mucho para comenzar ovacionarlos a los prometidos. Aiacos estaba hirviendo de la ira, sentía como su corazón se rompía en mil pedazos, todo su esfuerzo por conquistar al joven Monthay fue una pérdida de tiempo, ya que ese muchachito se estaba revolviendo en las sabanas de Milo.
- Mala suerte para esos dos, porque dentro de unas horas cuando la gente este bailando, aprovecharemos y secuestraremos al joven heredero – Puntualizo Radamanthys, Aiacos y Minos asintieron para después marcharse hacia otro sector del gran salón.
---- Actualidad ----
Los recién llegados estaban esperando que Aiacos diera un paso en falso, sabiendo que Camus estaba hiperventilando, ya que el poder de Aiacos había causado que sus pulmones perdieran aire y su asma incrementaba.
Milo lo sostenía en brazos, estaba preocupado, no deseaba que su compañero de clases callera inconsciente de nuevo, ya no, y prefirió cargarlo como siempre lo hacía y llevarlo a la enfermería.
- ¡No te lo llevaras de nuevo! – Milo se detuvo cuando escucho el grito que dio Aiacos, se gira para mirarlo sobre su hombro estaba de espaldas de él, pero Aiacos se había volteado y demostrando su forma vampírica oscura, aquello que alguna vez le advirtió su hermano mayor.
- Si me lo llevo ¿Qué me harás? – Le pregunta en el mismo tono que uso Aiacos con él, los recién llegados parecían estar vigilando a un Aiacos fuera de sí.
(Ending – Apology de IKON)
------- En el próximo capítulo de Orden Vampire -------
- ¡MILO! – Gritaron al unísono cuando vieron como el menor de los Diamantidis era agarrado del cuello por un Aiacos bastante satisfecho, pero lo malo de todo eso, era que Camus quedo suspendido en el aire e inconsciente.
Sin previo aviso alguien agarro a Camus, todos se acercaron a socorrerlo, pero para sorpresa de Shura, jamás espero que él siguiera viviendo en el pueblo.
- “No lo puedo creer, es…” ¿Aldebarán? – El susodicho baja la mirada para esbozar una cálida sonrisa a sus amigos, los otros le correspondieron la sonrisa.
(…)
Los cinco corrían por los pasillos en busca de Manigoldo, sabiendo que no les quedaba mucho tiempo para que el receso acabe.
- ¿Saben dónde puede estar tu hermano, Death? – Le pregunto Afrodita al muchacho de cabellos azules, pero para sorpresa de los cinco, encontraron a sus amigos en aprietos – “¡¿Qué es lo que ocurre aquí?!” – El timbre sonó, pero la presencia del profesor de Música hacía del ambiento poco tenso.
(…)
Abre sus ojos con dificultad, se sentía mareado y agotado, las voces a su alrededor no le ayudaban mucho, hasta que sintió las cálidas manos de Milo quien lo ayudaba a sentarse en la camilla.
- ¿Te encuentras bien? – Asiente con dificultad cuando ya pudo apreciar la presencia de todos, la enfermera se acerca a Camus para así chequearlo.
- Eso creo – Dice mientras se bajaba de la camilla, avanza unos cuantos pasos pero se desploma, Milo lo agarra a tiempo y todos parecían estar esbozando una sonrisa, pero menos los amigos de Camus.
- Será mejor que descanses un poco Camus – Le dice Sasha con una media sonrisa, no quería que ese muchachito se enfermara más de la cuenta, sabiendo que los resultados del chequeo no parecieron los más favorables.