Los tres parecían divertirse con su nuevo juguetito, lo usaron muchísimo, prácticamente se podría considerar que ya estaba bastante maltratado, físicamente y psicológicamente. Radamanthys esboza una sonrisa maléfica, debía cerciorarse que ese chiquillo recordara quienes eran ellos tres, se le acerca al oído para posteriormente acercar un par de tijeras bien afiladas, al hermoso cabello largo, mal teñido de color rojo, sabiendo que algunas cuantas mechas estaban en su tono natural. – Pronto esto terminara, adorado Camus, Jajajaja Jm – Decía estas palabras con lascivia y en un tono irónico, al reír hizo que aquel jovencito bastante torturado, se moviera frenéticamente, pero Minos aprovecho ese momento para propinarle un certero golpe en el rostro del chico, logrando que de su nariz brotara una gran cantidad de sangre.
(Opening - Voodoo Doll de VIXX)
La búsqueda había empezado, Milo tomo la decisión de liderar la misión de buscar el paradero de Camus. Había asignado a sus dos mejores amigos en recoger toda información posibles, Deathmask debía usar sus influencias y pedirle explicaciones a la fuerza a su hermano mayor Manigoldo, en cambio, Aioria la tenía más complicada, dado que hablar con toda su familia iba a ser un dolor de cabeza, sus dos tíos tenían muchísima experiencia como también cosas por saber y haber, su hermano mayor Aioros y su pareja parecía ser el gran desafío, todo por el tema del cumpleaños del castaño mayor, por lo tanto, el tema de Regulus iba a ser otro reto, pero tenía estrategias más viables. Sin embargo, su tarea era hablar con sinceridad con su hermano Kardia y con Degel, porque debía abrirse esa misma noche si deseaba encontrar respuestas a sus sentimientos encontrados.
El camino de regreso a casa de los Afrontes, había sido duro, tenía tantas preguntas, tantas cosas por las que pensar, pero debía prepararse para la gran sorpresa que se encontró cuando logro llegar al portal de la casa. De allí salía su hermano mayor en compañía de su psiquiatra, aquel hombre de cabellos largos rizados y en un tono rojizo con detalles castaños; se acerca a los mayores para saber que anda ocurriendo.
- Bueno espero que con eso este más tranquilo, además deberían llamar a la policía, porque es demasiado extraño viniendo con los constantes ataques de nervios y los brotes de ansiedad que anda experimentando Degel – Comentaba el psiquiatra, quien parecía releer su cuaderno de notas. Kardia agacha su mirada algo consternado por lo que ocurrió hace unas horas atrás, no sabía cómo calmar a su novio, le estaba prácticamente volviendo loco con cada conjetura fuera de en si – Pero sostengo que ese calmante lo tendrá bastante sedado, y por lo tanto – Los dos adultos cruzan miradas para posteriormente sentir la presencia de otra persona.
- Disculpe que los interrumpa, pero – Milo sube dos escalones de la escalera, para así bajar la mirada algo apenado por escuchar la conversación de aquellos dos.
El psiquiatra pestañea varias veces, al sorprenderse con la repentina llegada del menor de los Diamantidis, prácticamente su paciente favorito, el que de la daba dos o más veces de dolores de cabeza - ¿Qué lo trae por aquí Dr. Kirkpatrick? – El médico psiquiatra cruza mirada con Kardia, para ver si encontraba las palabras exactas para explicarle el motivo al menor.
- Milo, entra a la casa, que enseguida te cuento – Le dijo sin más Kardia a su hermano, que asintió ante el pedido e ingresa a la casa, no obstante, el medico parecía estar extrañado con el repentino cambio de humor de su paciente.
- Kardia, ¿Sabes que le anda ocurriendo a tu hermano? – El heleno mayor se encogió de hombros afirmando el poco interés sobre el tema, pero el psiquiatra deja salir un suspiro de cansancio – Haz esto, llévalo a mi consultorio el jueves que viene para así chequearlo, porque es algo extraño y prácticamente preocupante – Kardia esboza una sonrisa y asiente ciegamente a las palabras dichas por el médico.
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Habían llegado los dos a la casa de Mu, debían hacer parte de lo ya estipulado por mensajes en el chat que se hicieron entre ambos grupos. Afrodita revisa una vez más su teléfono para releer todo los mensajes para cerciorarse que no hayan olvidado algo puntual.
---- Chat de WhatsApp ----
MiloD.: Es mejor hablarnos por este medio, sabiendo que es lo más seguro que hay en este momento.
Aioria:3: Para ti es seguro, pero en mi caso no lo es. (Carita con una gotita al costado)
DeathM: Chicos, dejen de hablar pavadas y vallamos al grano.
Afrodita: ¿Por qué hablamos por aquí y no a nuestras caras? (Carita de enfadado)
Mu: ¿?
Shaka: Mu, no te preocupes, el chat lo cree yo, dado que Aioria me coloco todo los números telefónicos de sus amigos en mi celular. X.X
Aioria:3: Te hice un favor <3.
Mu: ¿Desde cuándo ustedes salen?
MiloD.: Desde el Viernes, ya que Aioria no sabe cómo disimular su “enamoramiento”
Mu: Oh, que noticia…
Aioria:3: Deja de humillarme en frente de mi novio, Milo.
MiloD.: No dejare de hacerlo, porque debo de vengarme por lo que me hiciste hace dos siglos atrás.
Afrodita: ¡DEJEN DE HABLAR IDIOTESES!
Shaka: Es cierto chicos, vayan al grano y hagamos de este chat algo productivo… Tengo miedo por lo que esté pasando Camus.
MiloD.: Esta bien, daré las pautas yo, dado que conozco a esas tres arpías.
Mu: Ya era hora, señor popularidad.
MiloD.: Gracias por ser tan antipático conmigo, Mu…
DeathM: Chicos, hagamos tregua con el caza vampiros, porque terminaremos comiendo ajo durante semanas.
Mu: Por mí, en la escuela les dejo en sus loncheras comida hecha de ajo, para así dejar de ¡ACOSAR A MIS AMIGOS! xD
Afrodita: Deja de amenazarlos con esas cosas Mu, dado que tú también estas enamoradísimo de cierto vampirito playboy. (Cara de angelito)
Mu: No metas a Saga en esta conversación.
Aioria:3: ¡¿Enserio?!
MiloD.: ¿No era Kanon quien estaba enamorado de ti, Mu?
Mu: WTF
Shaka: Eso es cierto, siempre en clases te hecha cada miradita.
---- Fin de los mensajes por WhatsApp ----
Afrodita deja salir un suspiro al leer todas las tonterías que se hablaron durante una hora y media – “Agradezco que Death haya enviado ese audio poco esperado, pero hizo que todos asentaran cabeza” – Pensó deliberadamente, vuelve a dejar salir otro suspiro resignado para así bajar hasta el mensaje donde Milo repartía las tareas entre todos, pero lo más preocupante era el mensaje que mando Mu acerca de su futuro en el pueblo, prácticamente los había alarmado muchísimo a ellos dos y al trio de vampiros.
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Esperaba pacientemente a que su hermano regresara, veía las fotos que habían en la sala de estar, notando que había pocas fotos de Camus con su primo y tío, aquello le llamo muchísimo la atención, él tenía hasta pinturas en su casa, junto a sus padres y otros miembros de la familia, pero la única foto que tenía, era cuando gano su primer premio en Francia como el mejor pianista juvenil.
- “Parece ser que Camus paso una vida muy complicada” Me recuerda a mí – Murmuro al ver un certificado donde reclamaba una adopción, frunce su ceño algo confundido, al ver que los nombres que figuraban eran el padre de Degel y el de Camus, solo esos dos nombres y no un tercero – “Qué extraño, si ellos son de la misma sangre ¿Por qué tenía que adoptarlo?” – El sonido de una puerta cerrarse lo saca de sus pensamientos, se voltea para así notar que su hermano parecía estar algo agotado - ¿Quieres que prepare la cena? – Pregunto Milo en un tono de preocupación, pero lo que nota era la mirada de extrañeza que le estaba dedicando su hermano.
- “¿Qué demonios te anda ocurriendo Milo?” Como quieras, pero procura no incendiar esta casa o sino terminare siendo fusilado – El menor cambia su expresión de preocupado a una de extrañeza, mientras tanto, Kardia toma asiento en uno de los sillones de la sala.
- Perfecto, pero ¿Degel querrá comer o solamente seremos nosotros dos? – Volvió a preguntar y de respuesta recibió una de las miradas más terroríficas de su hermano, sin más que preguntar o decir, da media vuelta y fija rumbo a la cocina de la casa. Parecía estar algo curioso con el tema de Camus y la relación que tiene con su familia, no es que deseaba ser un acosador o ese tipo, a su edad no pudo disfrutar mucho de la vida, llego a maldecirla, todo porque experimento el amor de una manera tan enfermiza que hasta en la actualidad le era difícil conseguir una cura exacta.
Sin embargo, Kardia no parecía asimilar todo lo que andaba ocurriendo, su pareja vuelve a sufrir otra de sus crisis de nervios, jamás espero ser el causante de ello, lo único que pedía era poder serle la cura para la enfermedad que tenía, todo por el hecho de que ambos deseaban ser padres, pero jamás se vieron en las circunstancias que estaban. En sí, para él, los finales felices jamás existieron. Siempre recordaba la vida cruda que vivieron él y su hermano, la perdida de sus padres, la emoción que le daba al enterarse que su hermano menor se enamoró de alguien y que ese alguien se convertiría su futuro esposo, lo más trágico era ser el único pilar que le quedaba a Milo, lo quería muchísimo, hasta incluso llego hacer lo imposible para que su hermano superara su perdida.
Al llegar a la cocina, pudo apreciar lo cálida que era aquella zona de la casa, esboza una sonrisa al ver que había más fotos en algunos sectores de allí. Camina por la zona, para después reparar en el refrigerador, aquel lugar donde en la superficie se colocaba estampitas, calendarios, algunas fotos, etc; lo que más le llamo la atención era una especie de tabla de madera con un bordado en cuero rojizo, esboza una sonrisa, para después manotear una hoja que estaba allí colgada con algo diminuto y metálico.
- “Parece ser que son las notas de Camus” – Al pensar esto, lee aquel papel para posteriormente percatarse de como el primer trimestre bajo, recordaba muy levemente como se había integrado a las clases, después el empeño que le ponía al hacer las actividades, los trabajos prácticos, de cómo se esforzaba por memorizarse las lecciones orales, pero al apreciar las notas, pudo notar que estaba a su misma altura, pero menos en una materia – “Parece que geografía le está costando muchísimo, sabiendo que es un chico súper inteligente… ¿Acaso será?” Aquel día, el trabajo que teníamos que entregar – Trata de recordar aquel día, donde las cosas entre él y Camus no salió del todo bien. Poco a poco reflexionaba, pero al hacer el trabajo en conjunto con él le había hecho entender muchísimo, conocerlo como persona y más, porque no podía dejar de sentir los latidos frenéticos de su corazón – “Es posible, que… ¿Puede volverme a ocurrir?” ¿Qué es esta necesidad que siento? – Se lleva la mano al pecho, para así notar el calor corporal suyo, vuelve a ver el papel con las notas, tratando de recordar aquel día.
---- Flashback ----
Estaban los dos, sentados en la sala, con algunos cuantos libros de allí, Milo tenía su laptop encendida, en cambio, Camus usaba su móvil para buscar información por su cuenta. Ambos no parecían dirigirse la palabra, después de la calurosa discusión que tuvieron antes de ingresar a la casa.
- ¿Qué era lo que teníamos que buscar? – Pregunto sin más Milo, mientras revisaba sus apuntes y consultaba en su móvil, dado que tuvo la brillante idea de preguntarles a sus dos amigos.
- Tenemos que hacer una series de actividades teóricas, pero en los apuntes que me presto Shaka y lo que me conto, el profesor escribió una pregunta acerca de los fenómenos naturales – Milo abandona su celular para así mirar con seriedad aquel chico que tanto lo sacaba de quicio con su simple presencia, en cambio, Camus trata de buscar la respuesta a esa interrogante, pero al sentir que lo estaban mirando, desvía su mirada para así toparse con la mirada de aquel chico que poco a poco le estaba haciendo sentir un mar de sentimientos.
- De seguro que una de las actividades es trabajar con un libro y en un grupo de a dos personas, en este caso, conociendo al profesor de geografía, seguro que tenía pensado en ponernos a los dos juntos – Dice estas palabras en un tono irónico y sin esfuerzo alguno, se tira hacia atrás, apoyando su espalda con el filo del sofá, dado que los dos estaban sentados en el suelo de la sala.
Él simplemente se cruza de brazos, algo ofendido al escuchar las palabras dichas en un tono que no le pareció de lo más respetuoso, prácticamente veía aquel chico frívolo con una seriedad digna de él – No deberías hablar de esa forma acerca de un docente, sabiendo que es una persona más grande en edad que tu – Milo enfoca su mirada en él para tratar de tranquilizar sus ganas de golpearlo, dado que detestaba desde el minuto uno que se le entrego un obsequio por su cumpleaños haciéndole creer que ese muchacho lo estaba acosando.
- Tú qué sabes de eso, ¿Acaso sabes todo acerca de mí? – Camus abre su boca ofendido al escuchar el tono que uso Milo al escupirle aquellas tonterías, sin embargo, Milo afilo su mirada, se cruza de brazos, alza su barbilla demostrando su altanería, esboza una sonrisa carente de seguridad de sí mismo.
- Se cosas de ti, gracias a mi primo y a mis amigos – Le responde en el mismo tono que él uso, prácticamente los dos parecían estar retándose a quien tiene más orgullo o quien es más altanero que el otro.
---- End Flashback ----
Esboza una sonrisa divertido al rememorar aquella tarde, trata de evitar reír ya que no podía imaginarse en ese estado. Pero repara en lo que había experimentado unos días antes de ese suceso, en los baños, cuando lo ayudo con el “accidente” ficticio que le había jugado Albafica, le hervía la sangre al recordar aquello, no obstante, el punto era que al recordar la imagen de Camus, parecía recordar a su vez la bella imagen de su amado.
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Ya estaba harto de discutir con su hermano mayor, siempre era lo misma, él se había convertido en la almohada para que este derrabara lágrimas, descargara su odio y mucho más, todo por el mero hecho que dio en adopción a su hijo. Negaba siempre el hecho de que su hermano no supero el duro transcurso de su embarazo sin la compañía y el apoyo del padre, sabía quién era, lo respetaba, pero ya estaba al tanto de los hechos que conllevaron a tomar la peor de las decisiones.
Sale de su casa, con un mal sabor en su boca, un gran dolor en su pecho, sus pensamientos a punto de conducirlo a la locura. Se encuentra con la cálida visita de sus dos amigos, quienes lo miraron con preocupación y a la vez intrigados por todos los gritos que se escuchaban desde fuera.
- Me disculpo por los constantes gritos, ya no sé cómo tratar con el neuroticismo de mi hermano – Shaka se le acerca para abrazarlo, ya que Mu parecía estar algo deprimido y se le notaba en su comportamiento.
- No debes disculparte, además de seguro que tu hermano esta discapacitado como para cuidarte Mu, ¿No es así? – Pregunta algo dudoso ante sus palabras no meditadas, el de cabellos lilas, se deshace el abrazo para así mirar a su amigo, quien parecía estar preocupado.
- Eso es lo que siempre le dice el médico, pero su enfermedad ya se volvió crónica y prácticamente yo he experimentado un brote, dado que mi capacidad intelectual bajo drásticamente, digamos que… tengo un coeficiente intelectual de ochenta y siete – Sus dos amigos fruncen el ceño al no comprender eso, pero Mu esboza una sonrisa para ser un poco más claro – Chicos, no es una ciencia, mi coeficiente intelectual es por debajo de lo normal, que sería una inteligencia media, yo pasaría ser menor a eso, porque los problemas en mi casa me creo una depresión bastante leve y todo a causa de mi hermano – Afrodita asiente ante la explicación algo fácil de su compañero, para así los tres darse un abrazo grupal.
Las tensiones estaban y eso era inevitable, pero lo más dramático de todo esto, era que Camus seguía desaparecido – Volviendo al caso – Cambia de tema Shaka, para así los tres comenzar a caminar hacia cualquier lado - ¿Desde cuándo Camus sigue desaparecido? – Pregunto, sus amigos parecían rebuscar en sus memorias cuando fue la última vez que lo vieron.
- Es fácil, desde ayer que no lo vemos – Contesto Mu, recordando su mal rato en el examen de ciencias – Me explico lo de ciencias, después salió del aula y no lo vimos más después de eso – Shaka frunce el ceño al no recordar muy bien, pero entre el recordar cuando fue la última vez que vio a Camus, sus mejillas se tiñeron de rojo al acordarse su primer beso con Aioria y cuando este se confesó a él, y si, todo eso en un solo día.
- Exacto, yo me preocupe y les pedí a Milo y a Deathmask si podían ir a buscarlo, dado que tenía un mal presentimiento – Los tres se detuvieron para posteriormente mirarse con sorpresa, dado que sus teorías comenzaban amontonarse en sus cabezas.
- Sé que últimamente se comporta de una manera extraña, Camus está sufriendo bastantes ataques de asma y eso es extraño de antemano – Shaka asiente ante las palabras de Mu, en cambio, Afrodita trataba de acomodar las ideas con su mal presentimiento para así exponerlo – De la noche a la mañana empezó a salir con Aiacos, cosa que no me lo creo, pero sostengo que este psicópata habrá usado uno de sus poderes vampíricos para tener a nuestro amigo bajo su control y a su antojo – Afrodita se lleva una mano a la boca para tapársela de la sorpresa que le daba, se sentía nervioso al imaginarse aquello, en cambio, Shaka parecía estar angustiado ante esa loca idea.
- Es cierto lo que dices Mu, porque anoche Aioria y yo estuvimos hablando sobre el tema – El joven de cabellos rubios, saca su teléfono nuevo, para así abrir una de las aplicaciones de chat y enseñarles los mensajes.
---- Mensajes de Facebook ----
Aioria: No te preocupes corazón, Camus será rescatado por Milo, dado que mi hermano de seguro tuvo una de sus tantas visiones y eso nos seria de mucha ayuda.
Shaka: No puedo ni siquiera estar tranquilo y menos con eso Aioria, Camus es mi amigo y es difícil dejar de pensar en lo que le estarían haciendo esos tres psicópatas. (Carita llorando)
Aioria: (Envió un sticker de un perrito con una rosa) No llores, Radamanthys terminara siendo arrestado y eso tenlo por seguro, por otro lado, te comento que esos tres usan sus poderes vampíricos que son los básicos, hipnosis, las visiones, etc, son pocas las que usan, pero siempre lo hacen en patrones y no de manera aleatoria.
Shaka: ¿Seguro?... ¿Es posible eso?
Aioria: Si, es muy posible… Pero no hablemos más, ya me tio me está llamando, pero ve a una biblioteca del pueblo e investiga acerca de eso.
---- Fin de los mensajes ----
Mu al leer todo eso, una luz se le prendió, dándole la brillante idea de ir a visitar a cierta persona – Es mejor apresurarnos, porque los llevare a un lugar y conocerán a una persona bastante allegada a mi – Shaka y Afrodita intercambiaron miradas de duda, ya que no les dio tiempo para replicar dado que Mu los tomo de sus manos y echaron a correr.
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Eran las ocho de la noche, desde que su hermanito se internó en la cocina, se pone de pie para ir hasta allí, cruza el comedor, poco a poco sentía como el ambiente cambiaba de tenso a uno que no conseguía comprender. Al llegar se encuentra a su hermano tendido en el suelo, con los ojos cerrados, estaba por demás nervioso, ¿Qué andaba ocurriendo?, esa fue su pregunta, pero se acerca para notar que Milo estaba sosteniendo una hoja.
- ¿Qué demonios? – Ve la hoja para notar las calificaciones del primo de su pareja, esboza una media sonrisa, pero alza a su hermanito para así llevarlo a la sala. Cuando llega lo deposita en el sillón, regresa la hoja a su lugar, sube a la segunda planta para rebuscar en su bolso que se trajo y manotea una frazada fina, regresa y se la coloca a su hermano para después admirarlo como descansa – “No sé qué te anda ocurriendo hermanito, a veces pienso que poco a poco regresas a ser el que eras antes. Un chico lleno de alegría, hiperactivo, inteligente, astuto, etc. Todo esos atributos que te hacen único y especial” Hay veces que desearía que nuestro padre nos viera y sintiera orgullo por nosotros dos, que este ahí para ti Milo, que mamá nos tocara sus grandiosas piezas en el piano, y que esos días cuando tú y yo nos divertíamos – Acomoda uno de los mechones de cabello de su hermano y se lo coloca atrás de la oreja, sentía un dolor punzante en su pecho, no comprendía el motivo de aquello, pero pronto debía ir al médico para hacerse un chequeo diario.
Se remueve entre las sabanas, dado que su repentino malestar había regresado. Abre sus ojos y nota que no estaba en la cocina - ¿Qué sucedió? – Kardia se siente en el borde del sofá, mientras le dedicaba unas carisias en la cabeza de su hermano.
- De seguro que te desmayaste, producto de lo que estabas pensando – Milo frunce el ceño, pero recuerda todo ese mar de recuerdos que tuvo, se lleva la mano a la frente ya sintiendo la jaqueca.
- Ahora lo recuerdo todo “Maldito, siempre que recuerdo algo tú te apareces en ellos” – Piensa fugazmente, mientras se acomoda en el sofá – Ya se me fueron las ganas de cocinar, y tampoco sé porque quería hacerlo si eso es para las niñas – Kardia alza sus cejas algo extrañado al escuchar aquellas palabras tan impulsivas de su hermano.
- No seas machista, hay hombres como tú o como yo, que les gusta muchísimo cocinar – Milo lo mira de reojo ya quitándole importancia al asunto, pero Kardia sonríe bastante divertido con la situación.
- Cambiando de tema, ¿Qué sucedió con Degel? – Pregunta sin más, mientras tomaba la frazada que tenía encima para así colocársela a su hermano y él acercársele, el mayor se sorprende y lo atrae a su pecho.
- Parece que le dio una crisis nerviosa, hacia un buen tiempo que no le agarraba eso, después del delito que cometí – Milo alza su rostro para mirarlo con preocupación, había recordado aquel día, le dolía muchísimo ver a su cuñado y hermano llorar, porque le parecía muy injusto el hecho de que la orden vampírica le hayan obligado a decidir entre su amado y su bebé – Este asunto de Camus se anda tornando bastante turbio, recuerdo muy bien cuando conocí a ese mocoso por primera vez, me sorprendí, se parecía mucho al joven Monthay, pero su personalidad es muy distinta a la de él – Milo escuchaba muy atentamente lo que decía su hermano mayor, estaba algo de acuerdo, no podía comparar al Camus Monthay que se enamoró locamente por el Camus Afrontes, aquel muchachito que lo sacaba de quicio con el simple hecho de verlo todo los días – Pero sus gustos son los mismos – Milo abre sus ojos sorprendido al escuchar aquello, se despega de su hermano para mirarlo con nerviosismo.
- Q… Qué… Qué… ¿Qué tratas de insinuar con eso? – Le pregunta bastante nervioso, Kardia lo mira con asombro, pero no tardo ni dos segundos para dejar salir una carcajada al ver la cara de asombrado que tenía su hermanito.
- Como te dije, tienen los mismos gustos – Respondió con simpleza Kardia, pero al tranquilizarse trata de rememorar todas las veces que Degel le contaba lo que siempre hacia su primo – Recuerdo algunas cosas, antes de ir a la escuela lee unos capítulos de unos libros antiguos que rentaba en la biblioteca pública, cuando regresa escucha música clásica y continua leyendo esos aburridos libros, y si esta solo en casa, sale de esta para ir hasta el museo para admirar todo lo que hay ahí – Milo desvía su mirada a un punto vacío ya memorizando todo aquello, prácticamente compartían gustos, jamás pensó que eso era posible, se maldice por haber sido un cretino con aquel chico, se lamentaba por haberlo tratado como basura, pero estaba consciente de que tendría que disculparse con él.
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El domingo había llegado, y Camus seguía desaparecido. Degel parecía estar bastante nervioso con la situación, pero con la visita de sus amigos parecía hacerlo sentir más calmado. Sin embargo, Milo se había marchado de la casa, para ir hasta la suya para cambiarse de ropa y releer todos los documentos que habían sacado de los archivos del lugar donde se llevaba a cabo las reuniones de los miembros de la orden vampírica.
En la casa de la familia León, Aioria estaba algo consternado al escuchar los audios que le envió su novio por Facebook, nunca pensó que él terminara en convertirse en un cazador de vampiros no oficial, dado que esas exigencias le parecían algo absurdas para Aioria. Tuvo que soportar el hecho que su hermano Aioros parecía estar testarudo con la idea de contarle sobre sus visiones, se resignó al intentarlo como unas cien veces, pero siempre obtenía el mismo resultado; por otro lado, al tratar de interrogar a su hermano más pequeño, era lo mismo pero con un regalo más, sufrir los constantes ataques de los floreros y jarrones voladores, lo maldecía, porque siempre su tio El Cid los regañaba a ambos y él se quedaba con nada de información.
En la mansión de la familia Doría, la situación era sumamente distinta, Deathmask parecía estar leyendo documentos viejos de las antiguas investigaciones que hicieron su abuelo y tio abuelo, cuando estos eran miembros de la antigua orden vampírica de hace unos tres siglos atrás y uno de los primeros miembros. Se sentía orgulloso al ser un miembro de una familia de nobles, su padre y madre habían muerto en manos de un cazador de vampiros, pero no se lamentaba, porque era normal ese hecho. Pero estaba consiente que en esos documentos, podría saber más acerca de los extraños comportamientos de esos tres psicópatas, y siempre contando con la ayuda incondicional de su hermano mayor.
No obstante, las cosas para Mu eran muy opuestas. Le quedaba muy poco para mudarse de ese pueblo, extrañaría a sus amigos, no podría despedirse y saber cómo está su mejor amigo Camus, pero tenía otro dolor más agudo y era Saga, deseaba verlo, deseaba expresarle sus sentimientos, pero siempre había un opositor, su hermano mayor, Shion. Deja salir un suspiro con el simple hecho de pensar en la discusión que tuvo días atrás, cuando por accidente, su hermano lo descubrió chateando con él.
Los deseos nunca acabaran, las ideas tampoco, el pensar en otras personas siempre perdurara, los sueños y esperanzas jamás se desvanecerán. Hasta cuando las almas se juntan, después el tiempo aminorar todo el dolor que ocurrió durante siglos, décadas, años, meses, semanas y días, todo eso en un menor tiempo.
(Ending – Apology de IKON)
------- En el próximo capítulo de Order Vampire -------
(…)
- Parece que por fin te me apareces, príncipe Diamantidis – Milo parecía estar perturbado con ver la decoración bastante exagerada de aquella casa, pero estar en frente de aquel joven de cabellos largos en un tono rosado chillón, sentir como esas esmeraldas parecían estar devorándolo con una simple mirada – Siéntete como en casa, su alteza – Aquel joven, se disponía a ponerse de pie para hacer una reverencia, sin embargo, Milo no parecía comprender ese extraño comportamiento y los motivos que a horilla aquel muchacho a ponerle títulos que ni él se sentía cómodo.
(…)
Estaba tratando de huir de aquella mansión, deseaba juntar todas sus cosas y tratar de buscar apoyo, no quería regresar más, no quería volver a ver más aquella familia de locos psicópatas – “Debo apresurarme y encontrar a Milo, tienen que saber cómo esta Camus, tienen que rescatarlo o sino terminaran por fusilarlo y realizar un ritual bastante horrible” Tengo que apresurarme – Murmuraba Albafica, dado que los dolores en su cuerpo todavía estaban, no dejaba de rememorar los gritos, los llantos, hasta inclusos el sonido de cosas moviéndose le estaban quemando las neuronas. Se lamentaba mil veces al dejar solo a Camus Afrontes con esos tres psicópatas, eran unos locos obsesivos, su padre Hypnos lo era, su madrastra Pandora era una manipuladora nata, sus medios hermanos parecían estar inmersos en sus vidas lujosas, pero estaba consciente de que esa gran familia, simplemente deseaba una cosa, ser la única familia de nobles más poderosas e influyentes de todo el pueblo.
(…)
Ya había llamado a la policía, se sentía más tranquilo, pero ahora era el turno de llamar a su padre - ¿Qué le digo a mi papá, Kardia? No quiero preocuparlo, tengo mucho miedo que termine cometiendo un crimen – Se cubre el rostro para contener las ganas de llorar, Kardia lo abraza, mientras miraba a sus dos amigos.
- No tienes por qué preocuparte por eso Degel, tu padre entenderá si le explicas como sucedió y evitas los detalles – Sugirió Asmita, quien estaba sentado en el sofá en compañía de su amado esposo.
- Gracias Asmita – Le dice Kardia, mientras él marcaba el numero en el teléfono fijo para después al tercer pitido darle el aparato a su pareja – Todo estará bien, evita los detalles cielo – Le murmura para así dejar que su amado hable con su progenitor.