La reunión de la orden había acabado con más de mil disputas entre los miembros, todo por las diferencias de politica, social, etc. Kardia no aguantaba por demás decirlo, a Hypnos y a su queridisima esposa, y más aun a Hilda que parecia darle la contraria a todo mundo e incluso intentar hacer sentir mal a Seraphina. Sin embargo, unos murmullos provenientes de alguna parte de la sala le indico que había alguien u otros más, se agacha para posteriormente llevarse la más grande de las sorpresas -¿Qué diablos hacen acá ustedes tres? – Su hermano pequeño y sus dos amigos figaron sus miradas desconcertados, Kardia no sabia si enojarse o simplemente ponerse nervioso, porque si el presidente o el vice o cualquier otro se enterase que había tres vampiros adolescentes dentro del establecimiento, su puesto correria peligro como también el honor de su familia.
(Opening - Voodoo Doll de VIXX)
Tuvo que esperarlos a que salieran de allí abajo para posteriormente sacarlos cuando antes de allí, temia que Hypnos regresara y se la tomase con su hermano pequeño y los otros dos, era algo sumamente complicado, más cuando él ya era demasiado sacrificio en el nombre de su familia. No obstante, al ver que Milo no se dignaba hablar, lo que tuvo optar de sus pocas obciones era utilizar su poder vampirico que le costaria mucho esfuerzo, se teletransportan los cuatro en la zona de aparcamiento y al pie de los vehiculos estacionados aun.
- Si no piensan hablar los tres ahora mismo no dudare en usar mis poderes para que si abran sus malditas bocas y emitan un sonido, porque lo que acabaron de hacer esta en contra de las reglas de los vampiros y ambos estan por demás instruidos en el asunto. ¡¿Entiendes la gravedad del asunto?! – Los tres agachan la cabeza muy apenados por el regaño de Kardia, sin embargo, el telefono celular del más grande suena, no le quedo de otra que atender – Si Manigoldo – Contesta la llamada acatando la mirada de Deathmask, que parecia estar por demás asustando por lo que le ocurriria si su hermano mayor y su abuelo se enterasen de lo hizo – No te preocupes esta aquí conmigo, si… - Enfoca su mirada en el más chico de los Doría no sin antes hecharle un ojo a su hermano pequeño que parecia estar impaciente por irse – Esta bien, como digas, más tarde te cuento lo que acabaron de hacer estos tres rufianes, si… Jaja, lo sé, no te vuelvas a preocupar por él, esta bien y más te vale llamar a una grua para que embargues como castigo a Death por lo que ya te enteraras colega, okey… okey, por supuesto, tengo que colgar amigo, más tarde te escribo o me vuelves a llamar – Suelta una carcajada al oír la rabieta de cierto chico que parecia estarle dando a su mejor amigo, cuando se despiden decide apagar su celular temporalmente no sin antes mirar muy irritado a esos tres.
- Kardia, me disculpo por mis amigos y asumire las consecuencias yo mismo – Aquello lo tomo por sorpresa y más a los otros dos que lo observaban con una cara de sorprendidos.
- En casa hablamos, subanse ahora mismo a mi camioneta y los dejo a ustedes tres en la esquina del bulevar, deben ir a la fiesta de cumpleaños de Aioros o sino ese centauro terminara por hacer el berrinche del siglo – Fue seco con su respuesta a su hermano menor quien se sentia por demás culpable, sin embargo, todos comenzaron a marchar en fila como si fuesen pequeños patitos recien salidos del cascaron, Kardia esboza una media sonrisa sin de perder de vista lo ocurrido. Las cosas arriba de la camioneta de Kardia demostraba lo enojado que estaba, más cuando le llamo Manigoldo notificandole la tardanza de Death al no ir a casa – No puedo creer que ya los tres se convierten los mini ninjas de este siglo, ¡si serán unos irresponsables! – Les regaño con humor Kardia, con observar las caras largas de Deathmask y de Aioria era mucho por mostrarle que si habían escuchado toda la reunión con sumo deteniemiento, y más cuando se gira a su lado derecho nota que su hermano menor no parecia estar con animos de mirarlo a los ojos – “Veo que tanto a Aioria, a Death y a mi hermano les afecto muchisimo, yo tambien estoy afectado por todo esto… Por qué tampoco se lo que ocurrio cuando eramos unos niños, me encantaria saber toda esa historia por boca de alguien cercano a nuestras familias, pero sería imposible encontrar a alguien de suma confianza” – Se limita a mantenerse serio hasta que llegaran al consultorio del psiquiatra, ya que su hermano le dijo que debia ir a su último examen rutinario, y sobre todo, estar presente para ver como esta el primo de su novio.
Al dejarlos a los otros dos amiguitos de su hermano, acelera el paso para así llegar puntuales a la casa de los Afrontes. Se la paso la mayor parte del viaje hechandole un ojo a Milo, lo veía un tanto cambiado y podia intuir que algo en él cambio drasticamente – Milo – Lo llama obteniendo una de esas miradas de cuando era más joven e inocente, le traía muchisimos recuerdos amargos y todo sobre su falta de comunicación – Lo siento si fui un tanto seco al no darte más explicaciones o ser un modelo a seguir, se que pasamos por mucho y… Ah, ya parezco a Saga con repetir una y otra vez la misma frase o las cosas – El menor de los dos comienza a reir tontamente y contagiandole en el proceso.
- Ya se a donde quieres ir con eso hermano, soy yo el que no supo como levantarse de ese pozo oscuro que yo mismo me he metido y agradezco a cierto angel en mi vida que me tendio una mano y pude superar esas barreras que yo mismo cree, temiendole al cambio en mi vida – Kardia estaciona la camioneta no sin antes tocar bocina unas dos veces, los dos se bajan del coche de una manera muy sincronizada hasta encontrarse con una escena muy clasica de todo los días – Gracias hermano, por todo – Le murmuro logrando conmover a su hermano mayor, que no parecia mirarle a los ojos sino obsequiarle una sonrisa fraternal.
- Hola chicos, les agradezco que nos vinieran a recoger – Les saludo Degel mientras batallaba por lograr que Camus se despegara un poco de él, más cuando recien se atrevia salir a la calle.
- Dejame ayudarte Degel – Se ofrece Milo para así tomar las manos de Camus quien se ruboriza ante el tacto, provocando que los más grandes los miraran con un asombro palpable - No debes de sonrojarte de esa manera, se que puede parecer extraño al principio, pero simplemente quiero que subas a la camioneta en mi compañía – El de cabellos aguamarina asiente con un leve sonrojo y comienza avanzar hasta la camioneta en compañía de Milo, por otra parte, Kardia y Degel no pudieron aguantar la necesidad de reprimir unas cuantas risas, dado que aquello era muy nuevo.
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Cuando llegaron al consultorio la situación se complico un poco, dado que Camus no deseaba ingresar solo a la consulta - ¡NO QUIERO INGRESAR AHÍ, NO QUIERO! – Los qu estaban allí se espantaron al escuchar los gritos desesperados del más joven, algunas enfermeras se acercaron a ellos para saber más de la situación.
- Camus debes hacerlo a ti te hara mucho mejor si hablas con un profesional, vienes teniendo problemas de auto control y a todos nos tienes preocupados, ademas no debes retrasar a la policia para que den un veredicto con respecto a lo que viviste – Le hablo Degel ya observando que su primo no parecia querer ir por si mismo, hasta que en eso Milo ingreso al bloque con su tranquilidad y neutralidad en el asunto.
- Debo ir primero antes de que Camus vaya, necesito hablar algo con Luco – Kardia asiente ante las palabras de su hermano y en cambio, el de cabellos aguamarina posa su mirada en un Milo que le regalaba una sonrisa tranquilizadora.
- Pueden ir ingresando – anuncio la secretaria del psiquiatra que para fortuna no pudo reprimir en observar a Kardia y eso hizo que Degel la espantara con una de sus miradas gelidas.
Cuando Milo ingresa, pudo apreciar que entre las penumbras estaba el psiquitra a la espera de que hablase – Se lo que me diras maldito, yo solamente quiero decirte que estoy dispuesto a cambiar por el bien de Camus y que te demostrare que puedo valerme por mi mismo siendo yo – El de cabellos rojizos esboza una sonrisa ocultando su mirada en sus lentes que proyectaban un brillo, sabiendo que esas palabras siempre las quiso oír – Por otra parte, quiero que seas amable con Camus y si él logra hablar lo ocurrido durante su secuestro, quiero que me lo notifiques a mi y no a mi hermano, porque pretendo protegerlo a toda costa – El hombre se pone de pie para así soltar una risilla de diversión.
- Acepto tus condiciones, pero te sera dificil lidiar con tu hermano, porque sabes que él forma parte de la comitiba de arriba y tu no deberias ser tran imprudente, ¿Sabes? – Milo le suelta un gruñido para posteriormente darle la espalda, pero Luco no se privo ante aquella acción – Te doy de alta Milo y si de nuevo te da una recaida o no encuentres salida a tus problemas, no dudes en venir aquí de gratis – El menor de los Diamantidis gira su rostro para observarlo sobre su hombro, podia apreciar que aquel hombre era por demás siniestro con sus metodos poco sanos.
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Ya había pasado una gran cantidad de días más, las cosas para Afrodita no eran las mejores de todos los días, ya que en su casa las cosas eran pesimas, su padre no le escuchaba, regresaba tarde del “trabajo” y con una cara de depresión. Él también estaba muy dolido por todo lo que vio y oyo, dado que tenia tantas dudas con respecto a su identidad y de los secretos que se les estaban siendo ocultos.
Hasta que observa a lo lejos por el pasillo que conectaba el pasillo principal y la oficina del director, vio a su padre en compañía de Albafica, estaba a pocos metros de ellos dos y más fue el impacto cuando sus miradas se cruzaron.
- “Ya no soporto más, se que mi padre me esta ocultando algo muy duro y estoy decidido en hacerle frente” – Cuando se dispone a dar un paso, escucha esas claras palabras tan cariñosas que se les eran dadas desde pequeño, pero esta vez hacia Albafica. Oculta su mirada debajo de sus flequillos, no queria llorar, ya era muchisimo el dolor de saber que algo extraño ocurria dentro de su circulo familiar.
- Ingresemos Albita, puede que el director nos escuche a los dos, cariño – El de cabellos lisos y celestes enfoca su mirada muy apenado en el semblante oscuro que parecia portar Afrodita, temia que las cosas se complicaran de ahora en adelante, porque estaba conciente de que las mentiras eran muy grandes y dificiles de ocultar.
- Lo siento, pero Lugonis creo que deberias hablar con tu hijo Afrodita, puede que él necesite ser escuchado por una vez – Rompio el silencio Albafica asombrando a Afrodita en el proceso, sin embargo, Lugonis se voltea para toparse con su hijo más chico.
- ¿Alba? – Le cuestiona Lugonis cuando ve la mirada compasiba del peli celeste más grande, al dirigir su mirada noto que Afrodita hecho a correr lejos de ellos - ¡AFRODITA, ESPERA HIJO! – El de cabellos rojizos corre para ir tras su hijo, lo sigue hasta el jardin del instituto, podia sentir la melancolia que desprendia su hijo, no comprendia aquello.
- Padre… ¿Hay algo que me estas ocultando, no es así? – Aquella pregunta le dio un huelco a su corazón, se tapa la boca evitando que su vos se entrecortara, pero el más chico se gira para demostrarle su rostro sumergido en lagrimas - ¿Es sobre mi padre, no? – Lugonis no pudo retener más las lagrimas y cuando intenta abrazar a Afrodita, nota que el más chico lo esquiva con desprecio, de nuevo el recuerdo de cuando Albafica hizo lo mismo y de la peor manera.
- Hijo ya sabes lo que te dije sobre ese tema, tu padre nunca se atrevio a reconocerte y solamente me tienes a mi que yo te quiero demasiado – Al decir aquello no pudo aguantar al romper en llanto cuando escucha a su hijo sollozear, temia que no le creyese o simplemente dar paso a la disputa.
- ¡¿Y entonces que hacias con Albafica?! ¡Sabes bien que lo odio, por todo lo malo que me hizo pasar durante mi estadia en esta escuela! ¡¿QUÉ DEMONIOS OCULTAS, EH?! – Lugonis se desploma en el suelo rompiendo en llanto, se oprime el pecho a causa de la culpa que estaba sintiendo.
- Ya lo sé hijo… Solamente dame tiempo para explicarte todo… E-E-Encerio, quiero que me des tiempo y esperes a que el momento llegue – Afrodita se acerca a su padre y lo mira desde arriba con desprecio, no podia aguantar la rabia al escucharlo tan calmado y haciendo caso omiso a sus dudas.
- ¿Cuánto más me haras esperar? – Le dice aquella pregunta con un tono funebre y carente de rabia – Ya te di el tiempo necesario para que me digieses, pero lo unico que haces es esquivarme y ni siquiera pasar tiempo conmigo como antes lo haciamos, o solamente hay espacio para esa otra persona que ni… - No pudo terminar de hablar cuando es cacheteado por su padre, que lo miraba entre lagrimas y enojo.
- ¡Albafica es tu hermano mayor y ni siquiera él sabia de tu existencia! – Lugonis se espanta al ver lo que acababa de hacer, recuerda cuando tambien abofeteo a Albafica pero este habia roto en llanto, en cambio, Afrodita era distinto y esa fortaleza la adquirio de esa persona que no deseaba que sus hijos conociecen.
A lo lejos y observaba toda la escena era Albafica, él no sabia que hacer al respecto, porque conocia a su padre y su carácter, pero la situación tarde o temprano empeoraria si es que las mentiras seguian su curso. Por otro lado, Afrodita junta le valor para mirar de mala manera a su progenitor.
- ¿Contento? ¿Conteto por haberme golpeado sabiendo que no puedes hacerlo? – Se acomoda sus ropas y se peina el cabello ocultando la marca que le dejo su padre en su rostro, para posteriormente irse de allí cuando antes y dejando a su padre hecho un manojo de sufrimiento continuo, dado que su progenitor rompio en llanto.
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Cuando llega al instituto fue con la presencia de sus dos mejores amigos, tenia pensado en ayudar a Camus en su mejoria y sobre todo con su situación en la escuela, no le fue de gran ayuda, pero estaba dispuesto a cambiar aquello. Hizo lo que Alberich le dio hace unas cuantas semanas atrás, no faltaba demasiado para que llegaran las fiestas navideñas y de fin de año, porque armar el arbolito no le gusto mucho y todo porque Camus no le dejaba ni un segundo quitar el arbol de navidad, dado que no dejaba de reprocharle debido a su antipatia ante las fiestas. (*)
- Veo que nadie se atrevera a tocarle o decirle algo a Camus y a sus amigos, porque ellos tres tienen nuestra protección ¿No? – Hablo Aioria mientras tecleaba su celular dado que Aioros no dejaba de preguntarle donde se metio Regulus, le fastidiaba de sobre manera en que siempre dependiece de él sobre el mas chico.
- Más que eso Aioria, todo el alumnado saben de lo que somos capaces y más cuando uno trata de hacer enojar a Milo – El castaño asiente ante el comentario dicho por Death, no obstante, el avanzar hasta la sala del club de música los hizo a los dos detenerse.
- ¿Por qué estamos aquí Milo? – El susodicho se voltea para mirarlos con una mirada de consternacion y amabilidad, en otras palabras, con intercambiar miradas entre ellos pudieron notar a que venia eso.
- ¿Me ayudan a preparar todo antes de que Camus venga a la escuela? – Sus dos amigos tragan grueso temiendo a que la loca idea de Milo les costara muchisimo, dado que ya en ese tiempo El Cid no estaria hacesandolos o incluso sufrir la ira de Orfeo debido a que utilizarian el aula sin su consentimiento.
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Se había levantado muy temprano ese día, ya que su tio le pidio que le ayudara con las cosas de la casa y preparar todo para sus clases personalizadas, se sentia emocionado y era tanta la alegria cuando a su primo se el ocurrio llevarlo al instituto por el tema de los papeles y otras cuestiones.
- Tio me ire con Degel al intituto, me llevara hacer los tramites de las clases personalizadas – Anuncio con animos Camus obteniendo así una gran sonrisa por parte de su tio, que ahora estaba sentado en el sillon con algunos papeles en mano.
- Esta bien, espero que les vayan bien a los dos – Ambos asintieron a esas palabras para posteriormente irse hacia el colegio, Camus ansiaba por visitar a sus amigos, queria hablar con ellos y sobre todo darles las gracias a un personita muy importante.
Cuando llega nota que todos los alumnos lo miraban con pavor, no sabia los motivos ante eso y más lo sorprendido cuando oye el sonido de los altavoces encenderse. Su mirada comienza a despedir un brillo de embelesamiento cuando escucha una dulce melodia de diversos instrumentos, más el solo de un piano sonar, hasta que no dudo caminar por ese pasillo que parecia incitarle ir hasta donde se dirijia la voz.
Acompáñame a estar solo
A purgarme los fantasmas
A meternos en la cama sin tocarnos
Acompáñame al misterio
De no hacernos compañía
A dormir sin pretender que pase nada
Acompáñame a estar solo
A medida que caminaba podia observar que algunos le sonreían, hasta toparse con la imagen de Aioria en compañía de Shaka, que para su fortuna no dudo en decirle: “Buena Suerte, Cam”, no entendia a que venian esas palabras, pero se dejaba guiar por la dulce melodia y la hipnotizante voz que le incitaba a que la siguiera.
De charlar sin las palabras
A saber que estás ahí y yo a tu lado
Acompáñame a lo absurdo de abrazarnos sin contacto
Tú en tu sitio yo en el mío
Como un ángel de la guarda
Acompáñame a estar solo
Acompáñame
A decir sin las palabras
Lo bendito que es tenerte y serte infiel solo con esta soledad
Acompáñame
A quererte sin decirlo
A tocarte sin rozar ni el reflejo de tu piel a contraluz
A pensar en mí para vivir por ti
Acompáñame a estar solo
Cuando llega a las escaleras que unia el segundo piso con la planta baja, nota que de ambos lados se acercaban Saga en compañía de Kanon, Aioros en compañía de Shura y también apreciar que los cuatro le decian unas palabras: “Si la isgues puedes toparte con tu felicidad”, que le parecian lejanas en su mente y sobre todo apreciar el bello cuadro que hacian los dos últimos que no dudaron en intercambiar un beso de amor.
Acompáñame a estar solo
Para calibrar mis miedos
Para envenenar de a poco mis recuerdos
Para quererme un poquito
Y así quererte como quiero
Para desintoxicarme del pasado
Acompáñame a estar solo
Subio las escaleras con una velocidad impropia para su cuerpo, en la segunda planta aprecia a Radamanthys, a Minos, a Regulus con su grupito, a Sorrento en compañía de Balder, temia que le hicieran algo, más notar que la rabia que le transmitian aquellos ojos ambarinos. No obstante, hace caso a las palabras de su psiquiatra y decide mirar hacia el frente para posteriormente acelerar su paso.
Acompáñame
A decir sin las palabras
Lo bendito que es tenerte y serte infiel solo con esta soledad
Acompáñame
A quererte sin decirlo
A tocarte sin rozar ni el reflejo de tu piel a contraluz
A pensar en mí para vivir por ti
Acompáñame a estar solo
Estaba seguro que el dueño de esa voz sería la respuesta a su mejoria, cada paso y cada latido, le indicaba que estaba por demás cerca a lo que anciaba buscar. Dobla por el segundo pasillo, corre con todas sus fuerzas, exprimiendo ese dolor y sufrimiento que se le instauro, dandole las fuerzas necesarias para posteriormente detenerse en una puerta.
Y si se apagan las luces
Y si se enciende el infierno
Y si me siento perdido
Se que tú estarás conmigo
Con un beso de rescate
Acompáñame a estar solo
Avanza por esa puerta, asombrandose al toparse con aquel lugar y más apreciando que a su costado estaba el dueño de la voz. Lo mira asombrado y embelesado, camina lo poco que lo alejaba, se aposiciona a su lado derecho topandose con la mirada y de como tocaba un piano.
- Milo – Murmura al borde de sentir como su corazón se llenaba de calidez, de confort y sobre todo notar que sus mejillas se teñian de un color rosa pastel – “¿Por qué me siento así? Es igual que la primera vez cuando… la segunda… y la tercera…” – Traga suave mientras extiende su mano hacia el instrumento, ya sintiendo que ese chico le dedicaba una mirada carente de un sentimiento que jamás pudo apreciar en él.
Acompáñame
A decir sin las palabras
Lo bendito que es tenerte y serte infiel solo por esta vez
Acompáñame
A quererte sin decirlo
A tocarte sin rozar ni el reflejo de tu piel a contraluz
A pensar en mí para vivir por ti
Por esta vez, Acompáñame a estar solo
El silencio se instauro entre ellos dos, Milo sonrie al ver que su idea funciono a la perfección sin ninguna interrupcion o su torpeza. Se voltea al mismo tiempo que también lo hacia Camus, que ya se había sentado a su lado y ambos mirarse en un completo silencio.
- Me encanto la canción y de como la interpretaste – Se relame los labios ya no sabiendo que decir después de escuchar aquel elogio por parte de ese chico que le revoluciono toda su vida, lo que no pudo aguantar era tomarle la mano cuando este la poso en las teclas del piano – Era muy bonita y me alegro demasiado mi día – Enfoca su mirada turquesa en los labios del primo de su cuñado, sin embargo, se voltea nervioso tratando de reprimirse la necesidad de hacerlo – Gracias… Milo – Camus esboza una amplia sonrisa, su mirada zafiro comenzaba a destellar un brillo que logra acatar la atención del más alto, y ambos se dedicaron una sonrisa para cada uno.
(Ending – Apology de IKON)
------- En el próximo capítulo de Orden Vampire -------
(…)
- Veo que la serenata con publico y a Camus fue la mejor de todas no crees, Radamanthys – Comenta Regulus mientras recorria la oficina del presidente estudiantil, además se detiene para mirar de reojo al susodicho que parecia estarle indicando que no lo nombrara en su presencia.
- ¿Qué quieres Regulus? – El más chico de los León se voltea para ir ahsta odnde estaba él y abrazarlo por la espalda, no sin antes dibujar en sus labios una amplia sonrisa.
- Creo que es evidente, tu estas ocupado logrando saber como zafarte de lo que vendra, estas con muchisimo miedo con respecto a que dentro de unos días la Orden Vampirica se presentara a la escuela e investigara lo que tu y tus hermanitos hicieron, también ni siquiera me invitas a una cita o me compras algo – Hace una pausa obteniendo que el rubio girara su silla para mirarlo a los ojos con el temor instaurandose en su destello y la curiosidad con respecto a lo que se referia con aquel recuento.
(…)
Los rumores no tardaron en esparcise con respecto a algo que Albafica desconocia, buscaba con su mirada a Manigoldo dado que pretendia pedirle algun consejo hasta que se choca contra uno de los brabucones de su clase.
- Vaya, aquí esta la putita de Minos, ¿Por qué no estas cogiendo con él, eh – Le incordia Fafner mientras lo tomaba del brazo para ponerlo de pie – ahora tengo mi pregunta, ¿Es cierto que tu estas embarazado? – Aquello lo tomo de sorpresa, temia que alguien se haya percatado de eso y cuando se gira se encuentra con la sonrisa de triunfo por parte de alguien que jamas creyo capaz de hacer algo así.
- Maldito seras Regulus – El castaño menor de los León no pudo aguantarse reirse en su cara, debia intuir que él termino con Radamanthys y gano la fuerza que tanto anhelaba.
(…)
Después de las clases, su mente estaba completamente ida y con los recuerdos de su niñez invadiendole, se sentia muy mal y todo al saber que su más grande enemigo es su hermano mayor, algo que nunca llego a preguntarselo. Se mete en los vestuarios dejando salir sus lagrimas de frunstración, le dolia mucho la realidad de las cosas, su felicidad se le fue arrebatada cuando su padre lo abofeteo y le dijo aquello.
- ¿Por qué?... ¿Por qué demonios tenia que ser Albafica mi hermano?... ¡¿Por qué?! – Se metio en una de las duchas, con su uniforme, le daba igual si faltar a las siguientes clases o asistir hecho trisas – “Dios… ¿Por qué merezco esto? ¿Hice algo que no te agrado?” – Toma las canillas para abrirlas, el agua poco a poco lo empapaba, se desploma ya cayendo derrotado a causa del gran dolor que se le instauro en el pecho.
No obstante, del otro lado de la ducha estaba parado Deathmask, escuchando como Afrodita lloraba a con todas sus fuerzas, desconocia los motivos y podia sentir que el agua no le ayudaba en nada. Toma las cortinas para correrlas y meterse, le importaba un comino mojarse, pero no abandonaria a Afrodita en esa tristeza en la que se estaba sumiendo.