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Order Vampire por ScarlletParaise

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Notas del capitulo:

Hello!!!! Uy... paso muchisimo tiempo que no actualizo este fanfic... Jiji, pero en fin aquí tienen un cap nuevo y super suculento... 

Disfruten de la lectura :)

La luz de la mañana se filtraba por la ventana de su cuarto, se removida entre las sabanas de su cama ya que la iluminación natural lo estaba molestando y quitando el sueño. Pero el ruido de la perilla de la puerta lo había sacado de sus dulces sueños y obligándolo a despertar.


 


- ¡Ya voy Dégel! – Grito Camus casi enojado sabiendo que sus vacaciones dieron por terminado y así dar comienzo a un ciclo de vida más factible y lleno de aventuras.


 


(Opening - Voodoo Doll de VIXX)


 


Con pesadumbre Camus se levantó de su cama para ir a desayunar, sabiendo que ya se estaba acostumbrando a dormir vestido y no usar pijama. Tomo la chaqueta del perchero  para colocársela y dirigirse con rapidez a la cocina, donde estaba su tío y primo desayunando.


 


- Buenos días tío Krest – Saludo el menor de los Afrontes a su adorado tío quien dejo de leer el diario de ese mismo día para así saludar a su sobrino.


 


- Buenos días Camus – El menor tomo asiento del lado derecho del hombre de cabellos rojizos oscuros y enfrente de su primo quien parecía estar tomando apuntes de algo - ¿Cómo amaneciste? –


 


- Amaneció con todos los demonios alborotados – Contesto Dégel provocando que Camus le pegara una patada en la rodilla por debajo de la mesa - ¡Eres de lo peor! –


 


- Sos una llorona – Contesto Camus a su primo quien se había levantado con pesadumbre de la mesa para ir a lavar su taza, en cambio, Krest dejo salir un suspiro ya que no se estaba acostumbrando a las constantes discusiones y peleas entre Dégel y Camus, sabiendo que le hacía recordar a cuando él y su hermano discutían como todos los hermanos.


 


- Ya paren de discutir ustedes dos… - Acto seguido los dos primos pararon su riña para así continuar el desayuno en silencio.


A los pocos minutos de haber acabado el desayuno, Krest se limpió la comisura de su boca para después ponerse de pie e ir hasta la mesa del comedor en busca de su maletín.


 


- ¿Ya te vas tío? – Pregunto Camus mientras limpiaba la mesa y recogía la vajilla usada.


 


- Sí ya me voy, hoy no volveré para cenar porque me toca guardia esta noche – Degel deja salir un suspiro, para ir a darle una mano a su primo con la vajilla – Por lo tanto, ustedes dos se quedan solos en casa y no quiero enterarme de que hacen una fiesta en casa – Degel y Camus sonrieron ante aquella suposición del mayor, acto seguido, Krest saluda a su hijo y sobrino para así irse al trabajo.


 


- Parece que te quedaras solo Camus – El menor deja de lavar los platos para después cerrar la corriente de agua y mirar con confusión a su primo.


 


- ¿Por qué lo dices? – Degel toma el repasador para así comenzar a secar la vajilla ya limpia, por lo tanto Camus toma otro repasador para así secarse las manos.


 


- Lo digo, porque hoy tengo clases en el turno nocturno en la escuela para adultos – Camus asiente algo pícaro ya que conocía casi a la perfección aquello de que Degel tenía que dar clases en la escuela nocturna.


 


- Si claro, esta noche tienes una cita con ese bicho del infierno que tienes por novio, antes de preferir hacerte cargo de mí – Degel mira de mala manera a su primo, quien lo miraba inconforme ante lo que dijo anteriormente para después, el menor irse a paso veloz hasta el recibidor para ir a por sus cosas - ¡Me voy a la escuela! –


 


- ¡Camus, espera un segundo! – A las apuradas, Degel tomo sus cosas de profesor e ir tras su primo para así ser él quien lo lleve al instituto. Al haberlo alcanzado, Degel lo toma por el brazo para así subirlo al auto.


 


- ¡¿Qué haces inepto?! – Camus mira a su primo de mala manera para posteriormente tratar de abrir la puerta del vehículo pero en eso Degel se sube al auto para así ponerlo en marcha y hacer que las puertas se traben – Quiero irme a la escuela por mi cuenta.


- Eso ni lo pienses malcriado. Usted jovencito va a ser llevado por mí porque no conoces el camino correcto a la escuela – Camus se sentó en el asiento enfuscado por escuchar las mismas palabras de siempre, ya estaba cansado de estar siempre junto a Degel y más cuando Kardia estaba con ellos dos. El adolescente dejo salir un bufido acompañado de un insulto en francés y ese insulto fue escuchado – Ya basta Camus, ya tienes quince años y te sigues comportando como un niño malcriado. Además debemos aclarar ciertas cosas antes de que lleguemos a la escuela.


 


- “Ya estoy hasta las narices de escuchar siempre lo mismo… Espera un minuto” – Camus se calma por completo para después darse la vuelta y mirar a su primo     quien estaba concentrado en el camino – “Puede que… Haya cosas que no me siguen cuadrando desde que llegue a aquí, pero...” -


 


- Camus, primero debes de ser un buen estudiante en tu curso, segundo ser un buen compañero y se amable con los demás – El mencionado parecía estar sorprendido ante los consejos que le estaba dando Degel, sus pensamientos fueron interrumpidos para después sentir un enorme nudo en el estómago a causa de los nervios que tenía – tercero, has amigos en la escuela y evita meterte en problemas porque el director y el vice no son de buena calaña si los haces enojar –


 


- ¿Disculpa? – Camus interrumpe a su primo quien paraba en un semáforo a pocas cuadras del instituto, para así voltearse a mirar al menor - ¿Me estás dando consejos o me estás diciendo de cómo son las cosas en el instituto? –


 


- Ambas cosas primito, y por ultimo – Degel da la vuelta en la esquina cuando el semáforo cambio el color a verde, para después los dos llegar al instituto donde Camus estudiaría. El menor parecía estar sorprendido al ver la enorme edificación y el jardín de aquel colegio era enorme – Ten – Degel le tiende una libreta de pocas hojas, Camus la toma entre sus manos para después leer el nombre del instituto y admirar la fotografía de la libreta – Esta libretita te ayudara en muchas cosas, hasta que tu tiempo como alumno nuevo acabe… Ya no la necesitaras, porque te memorizaras rápido las aulas, los pasillos y hasta los alumnos –


 


- Te falto los profesores – Degel asiente al comentario de su primo quien parecía estar leyendo un poco la libreta - ¿Qué debo de encontrar? –


 


- Es mejor que te bajes así entras conmigo – Camus levanta su vista para después ambos bajarse del vehículo ya aparcado en la parte del parking de los profesores.


 


Camus junto a Degel, caminaron a paso lento hasta la puerta de entrada donde estaban todos los alumnos y profesores ingresando al mismo. Eran las 8:00hrs de la mañana de un lunes soleado, mirar a todos los alumnos y admirar el edificio, Camus se sentía nervioso y algo tímido, ya que las pocas chicas que pasaba él lo miraban con un asombro y comenzaban a murmurar de su persona.


Al entrar ya al edificio, Degel saludo a un colega que estaba allí en la puerta de ingreso para así intercambiar algunas palabras.


 


- Buenos días Sysipho – Saludo Degel a su compañero quien se levantó de la silla para así saludarlo.


 


- Buenos días Degel ¿Cómo estás? – Degel sonríe ante aquella pregunta para después buscar algo en sus bolsillos.


 


- Yo estoy bien, descansado de las vacaciones y un poco atrasado con el tema de mi última tesis para así recibirme del doctorado en gramática – Camus miraba todo el edificio casi fascinado por lo enorme y antiguo que era, por lo tanto Sysipho miraba de reojo al adolescente que estaba distraído hasta percatarse de algo familiar en él.


 


- “Este chico de algún lado lo abre visto y me resulta demasiado familiar… Pero ¿En dónde?” Degel ¿Este es tu primo del que me hablaste durante las vacaciones? – El mayor de los Afrontes repara en su primo quien parecía ya estar anonado por el repentino cambio de tema entre los adultos.


 


- Sí, él es Camus Afrontes mi primo y Camus, él es Sysipho uno de los profesores que te dará clases en esta escuela – Sysipho estrecha la mano al muchacha quien parecía estar un poco nerviosos, al notar esto Sysipho mediante el contacto visual trataba en lo posible de ver si encontraba un poco de similitud con el supuesto que tenía en mente.


 


- Un… gusto señor – Sysipho suelta la mano del menor para posteriormente buscar entre los papeles de la mesa para así extenderle el papel en concreto al muchacho.


 


- Camus, debes de rellenar las casillas de este papel de admisión para después se lo lleves al profesor a cargo de tu clase que es la… - El hombre castaños claro buscaba entre los otros papeles la clase en la que estaría Camus, por lo tanto, el adolescente de cabellos aguamarinas lee el papel que le fue dado para ver si estaba todo en orden – Estas en la clase E y parece que dentro de unos minutos entran a clases tus compañeros.


 


- Oh, es mejor que nos demos prisa para así ir a la reunión con el directo que es justo hoy mismo – Sysipho asiente al comentario de Degel para después ambos irse del lugar.


 


- ¡Degel! “Diablos… Me dejaron solo” – Camus dejo salir un bufido al notar que su primo y el otro profesor se fueron de la entrada, Camus comenzó avanzar por aquel enorme pasillo donde algunos alumnos caminaban en compañía de sus amigos y algunos con sus parejas hasta lo que parecía ser sus salones o tareas cotidianas. – “¿Qué hago con este papel miserable?” – el joven de cabellos aguamarinas ve el papel para así parar un rato su andar y buscar un bolígrafo, para así poder rellenar las casillas de aquel papel de admisión – “Donde demonios, puedo escribir” – en ese instante Camus nota que había un banco enorme de madera oscura vació, para así ir hasta el mismo y tomar asiento – “Bueno… es mejor comenzar a rellenar este bendito papel” – En menos de diez minutos Camus lo pudo rellenar, con sus datos personales, sus gustos y hasta las cosas que detestaba. Se sentía un poco raro al poder colocar cosas personales, pero debía de hacerlo – “Ahora qué hago” ¿A quién debo de entregárselo? – el muchacho se puso de pie para así ver a todos lados en busca de alguien en concreto. Al no encontrar a ningún profesor, Camus tomo la libreta que le entrego su primo para posteriormente comenzar avanzar hasta quedar en el centro de varios pasillos que hacían una cruz.


 


A lo lejos, se podía notar como tres muchachos de ropas oscuras y observando a un joven de cabellos aguamarinas y tez blanquecina.


 


- Parece que el supuesto prometido acaba de llegar al instituto – Dijo Aioria quien se había volteado a mirar a su mejor amigo quien estaba tomando algunas cosas de su taquilla.


 


- Me sorprende muchísimo al notar que ese joven se parece mucho a él y más por la cara de perdido que lleva – Comenta Deathmask a sus amigos sin de dejar de observar al nuevo. En eso el sonido fuerte de la taquilla cerrarse los sobresaltó a los dos y notar que su amigo parecía estar inconforme - ¡¿Qué demonios te pasa Milo?! “Hay mis adorados oídos”


 


- ¡Los dos ya me cansaron! – Acto seguido Milo comenzó a avanzar hasta el aula y dejando a sus dos mejores amigos aturdidos y extrañados. Sin embargo, Deathmask apresuro su paso para alcanzar a su amigo, en cambio Aioria utilizo su poder mental para orientar al nuevo alumno, ya que parecía estar buscando a cierta persona.


 


En el medio de los pasillos que se cruzan, Camus termino por sentir que la persona que debía de encontrar estaba detrás de él. Por inercia, el muchacho de cabellos aguamarinas se volteó para dar un saltito de la sorpresa.


 


- Jaja ¿Te asuste? – Camus asintió a la pregunta de aquel hombre de estatura más alta que él, el mayor era de cabellos morados largos hasta la cintura, de una belleza que jamás pensó y más Camus se sentía hipnotizado por la mirada del mismo color que el cabellos de aquel desconocido, quien le estaba dedicando una sonrisa cálida – Parece que llegas tarde a clases jovencito.


 


- Oh… Lo siento… muchísimo señor, pero yo no sé dónde es mi salón de clases – En eso se dejó oír el sonido del timbra para ingresar a clases, por lo tanto el hombre mayor utilizo su poder para hacer que Camus le tendiera el papel que llevaba en manos – Cierto, me había olvidado… Le debo de entregar este papel a un profesor a cargo.


 


- Ese papel se lo debes de entregar al profesor que tienes en frente – Camus se sentía confundido ante la respuesta o comentario, ya que él nunca había hecho una pregunta ¿O sí? – En este caso, me presento joven… - El mayor toma el papel que se le fue entregado encontra de la voluntad ingenua del adolescente para así leer el nombre de aquel nuevo estudiante – Mi nombre es Andreas Rise y estoy a sus servicios joven Camus Afrontes – El mencionado abre sus ojos con sorpresa al notar que el adulto lo había llamado por su nombre completo – soy el profesor a cargo de la clase E y parece ser que eres el último en entrar a clases de ciencias. Por el momento vamos a tu clase – El profesor a cargo toma por los hombros a un Camus anonado y muy nervioso porque ya iba a ingresar a su clase – Tu aula es este, siempre ten en cuenta que tu clase está cruzando en diagonal de los puntos cardinales del norte y oeste – Andreas tomo la perilla de la clase E para así hacer entrar al alumno nuevo.


 


Todos en la clase hicieron silencio cuando el profesor a cargo de ellos entro en compañía de un nuevo alumno. Camus miraba a todos sus nuevos compañeros quienes casi la mayoría llevaban el uniforme del colegio, que consistía en una camisa verde oscuro o azul marino, con un saco de color negro con el escudo de la escuela que era verde irlandés y verde olivo oscuro, con una corbata del mismo color del saco, pero no todos los alumnos lo llevaban puesto; porque algunos de ellos llevaban puesto una chaqueta o sobretodo hasta las rodillas del color del saco del uniforme.


 


- Bueno clase, les quiero presentar a su nuevo compañero Camus Afrontes – Presento aquel maestro de cabellos bordos y de ojos morados al joven de cabellos aguamarinas, ya que Camus estaba nervioso cuando se colocó en frente de toda la clase y al lado del escritorio del profesor. – Camus te recalco que esta institución veras pocas mujeres y muchísimos hombres, ya que las mujeres ingresan a este instituto solamente estarán en clases distintas. – Camus miro con espanto al profesor a cargo quien parecía estar contando a todos los jovencitos quienes presenciaban la clase – Por ende, tomaras asiento al lado del alumno Bahamonde – Camus asintió a lo dicho por su profesor para ir hasta donde parecía ser el joven en cuestión.


 


Todos en aquel salón comenzaban hablar entre ellos menos dos jóvenes quienes parecían estar fijando sus miradas en él. Camus era nuevo en un instituto donde solamente asistían hombres, ya que sintiendo que millones de miradas se enfocaban en su persona y más, sentir como los mormullos de cada uno de los grupos de chicos de su edad.


Al sentarse en su asiento y al lado de un muchacho de cabellos negros y en mascarado quien parecía tener puesto su mirada ámbar en su cuaderno, provocando que Camus se sintiera nervioso.


 


- Chicos, esperen a su profesor que vendrá en cinco minutos – Todos asintieron para posteriormente el profesor Rise se marchara del salón.


 


Camus miraba todo su alrededor a cada alumno, que parecía que la mayoría no reparaba de su presencia y volvía a su mundo. En ese momento, un joven de cabellos lavandas se paró para ir hasta el frente y al verlo Camus lo recordó, era aquel joven que se había presentado cuando llego al pueblo.


 


- Todos me pueden prestar atención – el joven de cabellos lavandas y mirada verde llamo la atención de sus compañeros de clases, para así hacer un comunicado – Gracias. Bueno les debo de comunicar de que dentro de treinta días se votara a un alumno por cada curso de que sea el delegado de la clase – En eso el joven le dedico una mirada a Camus para posteriormente proseguir con su discurso – Y cambiando de tema, ya que tenemos a un nuevo compañero, debemos de presentarnos y será pasando al frente y empezaremos por lista. – Milo al escuchar aquellas palabras dichas por su compañero. - ¿Quién será el primero en presentarse? ¿Shura? – El mencionado asintió para ponerse de pie e ir hasta el frente y presentarse.


 


- Mi nombre es Shura Abinia – Acto seguido algunos por modo de broma comenzaron a aplaudir y algunos silbar.


 


- ¿Quién sigue? – En ese momento un muchacho de cabellos azules oscuros se puso de pie para así ir a paso tranquilo hasta el frente, pero en ese momento, entro lo que parecía ser la profesora.


 


La profesora era de tez blanquecina, de cabellos rojizos y sus ojos eran de un color marrón. Aioria quien estaba sentado al fondo y atrás de su mejor amigo Milo, miraba de una manera hambrienta y lujuriosa aquella profesora quien parecía tener una mirada casi seria ante todos los hombres.


 


- ¿Se puede saber porque ustedes dos están de pie,  joven Balani y joven Agramunt? – Los muchachos se miraron sorprendidos para después volver a sus lugares cuando antes, ya que la profesora no parecía muy contenta del todo – Muy bien clase, pasare lista – en eso la puerta del aula se abrió para así todos los alumnos mirar de sorprendidos con la llegada de otro alumno que parecía estar muy enojado.


 


- ¡SUELTEMEN MALDITOS CABRONES! – La profesora de ciencia comenzaba a golpetear la punta de su zapato al notar el escándalo que estaba haciendo ese alumno - ¡Yo tengo que estar junto a mi hermano, y no estar en este salón con un montón de críos mimados! –


 


- ¡YA CALLATE! – El alumno recién llegado se calló y los hombres que lo tenían agarrado de cada lado lo soltaron. Camus parecía estar asombrado por el escándalo que estaba haciendo ese alumno en el curso que estaba y además, sentía como un frío corría por su espina dorsal a causa del grito que dio la profesora. - ¿Se puede saber porque llegaste tarde Kanon Stoltidis? –


 


- Por qué ningún maldito profesor me dijo cuando termine de rendir la parcial del año pasado de que había sido descalificado en la materia que debía rendir, y debo de recalcar que ¡Nunca un profesor o este miserable colegio me hizo repetir de año! – La profesora de cabellos rojizos dejo salir un suspiro para así negar por la explicación dada por el alumno – Profesora Marín, usted es la encargada de las mesas de exámenes para rendir, y necesito saber porque me quede de año –


 


- Por este examen idiota – Aioria se puso de pie para así entregarle la hoja de examen que había dado Kanon, y todos en el salón comenzaron a reír por eso.


 


- “No puede ser…” – Kanon miro su examen dado el año pasado y nota que la mayor parte de sus respuestas estaban mal, lo peor era que se había sacado una F y el porcentaje de los exámenes dieron menor al 30%.


 


- Cómo ves, te deberás disculpar por tu llegada tarde a clases – Aquellas palabras fueron demasiadas duras y a Kanon no le quedó otra que pedir disculpas a sus nuevos compañeros para posteriormente tomar su mochila que fue dejada arriba del escritorio para sentarse al lado de Milo, quien lo miraba de mala manera. Los hombres que entraron se habían marcharon cuando la profesora le dijo lo siguiente al alumno. – Volviendo a lo importante, pasare lista y comenzaremos un trabajo en grupos de a dos que consistirá en hacer unas actividades y para la clase que viene entregarlo individualmente.


 


Camus parecía estar nervioso cuando la profesora iba pasando lista y a medida que decía los nombres de los alumnos, se volteaba para adivinar a todos sus compañeros quienes eran.


 


- Bien, joven Afrontes tomara asiento al lado del joven Diamantidis – Al escuchar decir el apellido, Camus con rapidez se volteó a mirar a un joven de cabellos rubios rizados, quien parecía estar inconforme con quien le había tocado, en este caso con él – joven Stoltidis tu compañero será alguien que si le va bien en esta materia y será con el joven Balbuena. Los demás ya saben que compañeros les toco, júntense y habrán los libros en la página 259 – Camus se puso de pie para así cambiar de lugar con Kanon quien lo miraba de arriba hacia abajo y dedicarle una sonrisa cálida, pero en ese momento el joven de cabellos aguamarinas reparo en la blancura de la piel de aquel alumno.


 


- Apresúrate Kanon, porque queda 25 minutos para que finalice la clase – Milo espeto de manera desafiante a Kanon quien asintió, sino antes usar su poder de vampiro para leer el alma de Camus quien había tragado grueso - y no quiero retrasos – La mirada de Milo se enfocó en la de un Camus temeroso y nervioso, pero en pocos segundos Camus tomo asiento al lado de Milo, quien había tomado el libro en cuestión para así abrirlo en la página que dijo la profesora Marín.


 


- “Estoy demasiado nervioso… Es mi primer día de clases y no conozco a nadie” – Camus agacho su mirada avergonzado y Milo reparo en ello, no obstante hizo caso omiso a lo que le sucedía al alumno nuevo. Por lo tanto, Camus dejo salir un suspiro para después apoyar la cabeza en el banco de dos.


 


- No te duermas en clases, porque a la profesora Marín detesta a los holgazanes – Camus levanto la cabeza al escuchar una voz y se dio vuelta para toparse con la mirada hambrienta de Aioria quien estaba detrás de Milo.


 


- Gracias por decirme… “Eres un tonto, soy alumno nuevo, todos me miran de una manera extraña y tengo como compañero de trabajo a alguien que ni se molesta en…” – En eso Milo le pasa un papel a Aioria quien lo leyó, pero lo malo era que Camus miraba al frente para prestar atención a la clase.


 


- Muy bien clase, voy a escribir diez preguntitas y quiero que me las respondan con un poco de la teoría del libro y con algunos conocimientos que tengan previos – En ese momento un alumno de cabellos celestes y mirada del mismo color levanta su mano, Camus se voltea a ver al alumno que levanto la mano.


 


- Profe, ¿Es una actividad de repaso? – Marín asintió a la pregunta que hizo el alumno para posterior tomar un fibron para así escribir las preguntas en la pizarra.


 


- Escriban todo correctamente porque me llevo las hojas la próxima clase – Todos dijeron que sí a la vez. Al terminar de escribir las preguntas en la pizarra, Marín dejo las hojas para ir hasta donde estaba el alumno nuevo para así presentarse.


 


- ¿Cómo vamos por aquí? – Aioria termino de escribir lo que estaba en la pizarra para después mirar a la profesora de la misma forma cuando ingreso. - ¿Tu eres Camus cierto? –


 


- Sí profesora – Marín vio como escribía Camus y se sorprendió porque el adolescente escribía en cursiva.


 


- Parece que tu letra es muy prolija y sin errores ortográficos – Camus sonrió al escuchar el cumplido de la profesora y se volteó a mirarla - ¿A qué colegio ibas? – Al escuchar la pregunta, Camus cambio su facción de alegría y orgullo por una de seriedad y tristeza.


 


- Yo nunca fui a un colegio, y en el convento en el que estaba hospedado me enseñaban lo básico, como leer y escribir – Marín estaba muy sorprendida al escuchar aquello, la pelirroja se enderezo para cruzarse de brazos algo seria. En cambio, Milo miro anonado a su compañero de trabajo y por lo tanto Aioria parecía estar confundido y dudoso por lo que acaba de decir el alumno nuevo.


 


- Después de clases ve a mi despacho para así hablamos con más tranquilidad – Camus asintió a lo propuesto de la docente, y la profesora de ciencias fue a paso tranquilo y elegante hasta su escritorio.


 


Pasaban los minutos de la clase, algunos habían terminado de hacer las actividades y la profesora Marín comenzaba a escribir algunas fórmulas en la pizarra para así darles nuevas instrucciones a los alumnos que habían terminado. Por lo tanto, Camus parecía estar algo dudoso de cómo hacer la pregunta número ocho, ya que no sabía que contestar dado que las preguntas anteriores las respondió con mucha teoría y no con los pocos o casi nada de los conocimientos.


 


- Odio ciencias – Dijo en un bufido para después comenzar a morder el lápiz que tenía en mano. Milo miro de reojo a su compañero para después mirar la ventana y perderse en el panorama.


 


- Si odias tanto la materia, te recomiendo que tomes tus cosas y te vayas de la clase, para posteriormente jamás volver – Camus miro sorprendido a la sugerencia dicha por su compañero, para después recibir de lleno una bolita de papel que había rebotado en su cabeza, lo tomo del suelo para después leerla.


 


- “Aléjate de Milo porque morirás. “ – Camus trago grueso al leer la nota y después darse la vuelta y reparar al otro extremo del salón a un grupo de chicos que se estaban riendo de su expresión. Por otro lado, Aioria se asoma un poco y poder leer la nota y comenzar a reír por lo que acaba de leer; no obstante, Mu observo el semblante de Camus quien parecía estar algo apenado y triste. – Yo jamás dejaría una clase, porque no deseo ser el típico alumno que se salta una sola clase o todas porque otro alumno lo dice – Milo rebolea los ojos al haber escuchado lo que dijo Camus y volver a lo que estaba haciendo. En cambio, Camus dejo salir un suspiro por que su compañero de trabajo no le había dicho nada, pero de nueva cuenta otra bola de papel termino por rebotar en su cabeza y por inercia tomo el papel y lo leyó – “Te advierto, lo miras o le diriges la palabra, declárate muerto… Milo es el chico más lindo de toda la escuela y tú eres una persona que no está a su altura. Entonces, tomas tus cosas y vete de aquí, porque acá no conseguirás nada” – Camus se llevó una mano a su boca por lo que acababa de leer, porque cada palabra cruel que leía le estaban cayendo mal. Al tocar el timbre, Camus salió casi corriendo de aquel salón sabiendo que su mala experiencia con el alumno más hermoso y ansiado por todo el instituto lo había ignorado en toda la clase de ciencias.


Mu fue tras Camus y cada paso que daba a las apuradas, notaba que todos sus compañeros de curso parecían estar apurados de salir al recreo. Ya estando afuera, el joven de cabellos lavandas trataba de rastrear o de tratar de visualizar a Camus, y en eso lo había encontrado.


 


- ¡Camus! – Una voz lo había parado en medio de la multitud de alumnos y maestros quienes parecían hablar entre ellos y estando sumergido en cosas cotidianas o habituales en un instituto. Mu termino de llegar a donde estaba Camus y notando que su compañero parecía estar triste y al borde del llanto - ¿Estas bien? -


 


- La verdad que no Mu y más sabiendo que no quiero estar en este colegio, quiero volver al orfanato y no volver más aquí – Las palabras duras que dijo aquel joven de cabellos aguamarinas lo hirieron, jamás espero que la fuerza de ignorar a alguien lastimase a muchos y eso a Mu no le gustaba para nada. Al decir lo dicho, Camus se fue de la vista de Mu para ir rumbo a un lugar tranquilo.


 


Mu estaba consternado por ver la reacción y las palabras dichas por aquel joven de cabellos aguamarinas. Pero en ese momento sintió que alguien estaba detrás de él.


 


- ¿Qué sucedió cordero bello? – Mu se dio la vuelta para toparse con la figura de un muchacho de cabellos azules quien tenía un semblante muy particular de un hombre sediento de lujuria.


 


- Lo que podría a ver sucedido en contras ocasiones – Mu se dio la vuelta para mirar amenazante al recién llegado, quien había reparado en su semblante.


 


- ¿No me digas que no aceptas la personalidad de Milo? – Mu asintió a la típica pregunta mal formulada por parte de Kanon, pero en ese momento alguien más los estaba vigilando muy descerca.


 


- Es mejor que te largues de mi vista – Mu dio media vuelta para después retomar rumbo hasta donde se había ido el alumno nuevo. Pero algo lo había tomado del brazo, lo giro y lo atrajo hacia el pecho de su igual.


 


- Ni lo pienses corderito… Dime una sola cosa ¿Por qué estas así de enfuscado y qué sucedió en la clase de ciencias con el nuevo y con Milo? – Mu levanto su rostro para mirar aquellas esmeraldas que estaban destellando curiosidad al respecto – ¿Me lo vas a decir o prefieres hacer otra cosa conmigo? –


 


- Espero que entiendas lo que te tengo que decir asqueroso insecto – El muchacho de cabellos azules y mirada esmeralda frunció el ceño al escuchar aquel insulto por parte del muchacho de cabellos lavandas quien, se había alejado de Kanon y a paso tranquilo comenzó avanzar hasta los baños donde supuestamente estaría cualquier alumno lleno de dolor y sufrimiento.


 


Por otro lado, Kanon siguió al joven de cabellos lavandas hasta los baños para así enterarse de lo ocurrido con su amigo y con el alumno nuevo.


 


(Ending – Apology de IKON)


 


------- En el próximo capítulo de Orden Vampire -----


 


Al llegar al baño, Mu se topó con un Camus sentado al frente de la ventana, con una expresión seria y deprimente; pero sabía que la llegada de Kanon al baño de hombres era una buena ayuda para lo que tenía pensado hacer.


 


- ¿Quieres desahogarte? – Camus se giró al escuchar la voz de Mu y dedicarle una sonrisa triste, para posteriormente asentir - ¿Qué sucedió? –


 


- Creo que nadie en el curso desea mi presencia y… No entiendo porque Milo no fue bueno conmigo – Mu asintió a lo que contaba Camus para después tomar asiento al lado del peli aguamarina. Escondido en uno de los baños, Kanon escuchaba en silencio lo que estaban hablando.


(…)


- ¡Qué demonios te sucede a vos! – En una de las salas de juntas, estaba Kanon y su gemelo al borde de una discusión.


 


- Encerio Saga, te estoy diciendo que el alumno nuevo es el joven Monthay. Por lo que pude haber leído en su alma, era que hay pena y dolor, dos sentimientos similares a los que está sintiendo Milo, desde que el idiota se dejó llevar por el simple hecho de haberle jurado amor eterno a ese asqueroso humano – Saga se giró furioso al escuchar lo que contaba su gemelo, pero lo malo de todo el asunto era que en ese momento había ingresado Aiacos y los dos hermanos se voltearon para encontrarse con la mirada expectante del recién llegado.


 


- “Parece que tenemos a la perra en este miserable colegio, y parece que me costara mucho deshacerme de ella” – Aiacos comenzaba avanzar hasta donde estaban los gemelos quienes lo miraban serios.

Notas finales:

Bueno, ahora me despido y me retiro en paz... nos leemos próximamente. Un beso y muchisimos abrazos.


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