Capítulo 6
Los minutos eran eternos, estando acorralado por los alumnos quienes estaban allí haciéndole preguntas a un Kanon que se reía por las preguntas o comentarios de los “populares” de su curso. Sin embargo, opto por escribir una nota para después arrugarlo y lanzarlo con acierto arriba del banco donde se sentaba Camus junto a Afrodita.
El peli celeste se percata del papel arrugado para así leerlo, se voltea hacía dónde provenía y notar la manada de alumnos que parecían estar sofocando al joven de cabellos lilas.
- ¿Sabes porque tarda tanto Camus en volver con Milo al curso? – Afrodita responde a la pregunta escrita para después con rapidez lanzar de nuevo el papel hacia el banco de Mu.
Al recibir el papel, Mu lo abre a escondidas de un Kanon demasiado entretenido con las preguntas y halagos de los otros alumnos, para así leer la respuesta del peli celeste – Supongo que se perdió por la escuela. Además sostengo que el gemelo más racional de Kanon se lo haya topado en el camino para señalarle la dirección – Mu frunce su seño algo confundido y aturdido por la respuesta poco razonable, para después notar como una carta es colocada a un costado de su mesa - ¿Y esto? – Pregunta en un susurro para después abrir el sobre y leer el mensaje – No te preocupes, yo iré a ver qué sucede con Camus. – Mu aboya ambas notas para después lanzarlas al suelo, se estira un poco y nota la silueta de un joven de cabellos rubios llendo con las cosas de él hasta el director.
(Opening - Voodoo Doll de VIXX)
Las cosas eran distintas con el pasar de los minutos, Aioria parecía más serio al ver aquel muchacho de cabellos rubios llendo con paso tan elegante y lleno de calma hasta donde estaba el director.
- Disculpe ¿Director? – La dulce voz y tranquila del muchacho de cabellos rubios y mirada celeste, resonó en los oídos de los que parecían estar tomando un mini recreo durante la clase de historia. El hombre de una edad adulta, se voltea al jovencito que tenía a un costado de él, baja la tiza de la pizarra para después depositarla arriba del escritorio y enfrentarse al jovencito.
- ¿Se puede saber qué hace usted fuera de su asiento? – Aquella pregunta resonó en todo el salón, acatando la atención de algunos pocos, en especial de Aioria y de Mu, quienes lo estaban mirando.
- Señor, falta quince minutos para que toque el timbre para el recreo y el joven Afrontes no ha vuelto en compañía del joven Diamantidis – El profesor de historia se lleva una mano a su barbilla algo pensativo, ya que había pasado bastante tiempo de que mando al nuevo alumno en busca de Diamantidis.
- Es cierto, ¿Puede ir en busca de ellos dos? – El joven de cabellos rubios sonrió satisfecho para después hacer una reverencia al director y marcharse del salón. No obstante, al ver aquello Mu se quedó sorprendido y nota como el joven de cabellos celestes se gira a su dirección para así ambos cruzar miradas de asombro, pero aquello no pasó desapercibido por parte de Aioria.
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Ambos caminaban rumbo hacia la enfermería, parecía que el silencio entre ambos era eterno como también el frío se apoderaba de todo el pasillo que llevaba directo al lugar establecido. Camus se voltea para mirar con un nerviosismo a su compañero de clase quien despedía un aura de misterio, dolor y sobre todo seguridad, Milo se percata de que lo miraban, se gira pero en eso observa el perfil del alumno nuevo quien se había volteado en pocos segundos hacia el frente.
Seguían caminando con aquel silencio fúnebre, pero una pregunta o tema de conversación floreció en la mente cerrada del joven de cabellos rubios rizados.
- ¿Hace cuánto llegaste al pueblo? – Camus se voltea algo sorprendido y viendo el semblante algo serio de su compañero.
-Emm, creo que… - Camus agacha la cabeza algo apenado dado que no recordaba con exactitud de hace cuanto había llegado al pueblo, en cambio, Milo deja salir un suspiro fastidiado por la espera y se detiene en la puerta de la enfermería.
- Ya llegamos – Acto seguido, Camus levanta su rostro algo molesto por ese cambio repentino de saber a uno de que no le interesa en lo absoluto, detiene su andar para después cruzarse de brazos.
Ambos ingresan a la enfermería saludando a la enfermera, que parecía ser una joven de cabellos lilas largos hasta por debajo de la cola, de cuerpo exuberante, y mirada verde. Milo le sonríe con calidez mientras tomaba asiento en la camilla, por lo tanto al ver a la joven Camus se asombra por demás, quedando anonado por todo el habiente en la enfermería.
- Bien ¿Qué te trae por estos lados Milito? – El joven de cabellos rubios cambia su semblante cálido a uno enojado, ya que detestaba que le pusieran ese diminutivo, más cuando se trataba una de las amigas de su hermano.
- No vine solo, sino con el nuevo – Señalo a un Camus quien cruzo mirada con aquella muchacha tan hermosa como también cariñosa, la mujer no parecía ser mayor que él sino la apariencia le delataba que fuera de su edad, y aquello lo desconcertó bastante.
- Oh, no lo había notado – La mujer deja salir una risita divertida por el comentario que hizo hace unos instantes – Mi nombre es Sasha y soy la encargada de la salud de todos los estudiantes como también de los docentes – Al presentarse, la joven esboza una enorme sonrisa y extiende su mano hacia un Camus quien dudaba de estrecharla o no. Sin embargo, aquella mujer era idéntica a la que conoció en la terminal de ómnibus, pero la única diferencia era el cuerpo de ambas.
- “Esto es imposible… ¿Dónde demonios estoy? Primero lo de la estación de ómnibus, ahora en el colegio… Terminare por desmayarme” – Al pensar aquellas deducciones le estaban mareando, pero lo único que pudo hacer era estrechar su mano con de la enfermera, notando que esta era demasiada fría y alzo su rostro algo acojonado ya que la profesional le sonreía ampliamente. – Camus – Dijo su nombre en un tono algo tembloroso, y de aquello se percató Sasha.
- No te pongas tenso, es normal de estar acompañando de este cachorro rabioso y que este te ponga así de tenso como también entre la espada y la pared – Comento Sasha mientras soltaba la mano del joven Afrontes, para después comenzar a buscar sus instrumentos para así hacerle un chequeo a un Milo demasiado serio y algo enojado. – Muy bien, abre la boca enormemente Milo veamos como estas – Milo abre su boca para así la joven revise los colmillos, la garganta y todo lo posible – Tus dientes están sanos, pero noto que tus colmillos están perdiendo color y el filo – Camus fruncía el ceño un poco extrañado por los diagnósticos que daba la enfermera - ¿Has bebido algo? ¿Comiste bien esta mañana? ¿Vomitaste? – Preguntaba Sasha mientras dejaba el palito de madera y la linterna para así comenzar apuntar en su libreta.
- Beber algo en mal estado no, comer algo eso ni lo sueñes me da asco, y vomitar sí – Sasha mira a Milo de mala manera mientras se cruza de brazos, al ver aquello Camus se sentía cada vez más extrañado por la situación.
- Muy bien, parece que tu sistema inmunológico no anda correctamente Milo – Hablo la enfermera de cabellos lilas, mientras anotaba las contestaciones del joven, para así después acomodarse el uniforme que la caracteriza, ya que le era bastante ajustado, pero en su cabeza maldecía a los directores del instituto, por darle esa indicación de cómo vestirse.
- ¿Tienes problemas de salud? – Pregunto Camus algo extrañado por el diagnostico que dio la enfermera, pero Milo y la profesional se miraron anonados por la pregunta hecha por parte del joven de cabellos aguamarinas.
En ese momento el timbre sonó, como también los gritos de los estudiantes y los docentes pasando de un lado a otro. Milo se puso de pie para después despedirse de la enfermera y salir de allí dejando a un Camus muy confundido, pero él también opto por salir.
Un joven de cabellos rubios esquiva cada alumno para después percatarse de la imagen de un Camus hablando con Milo, quien parecía estar algo apurado, se acerca a ellos para así saludar al joven de cabellos aguamarinas.
- Hola Camus – El susodicho lo mira de arriba hacia abajo algo nervioso y demasiado anonado, ya no sabía que decir, parecía que sus compañeros se memorizaron de su apariencia y nombre.
- Hola, tu… - No pudo terminar su frase ya que el joven de cabellos rubios le extendió la mano en modo de saludo.
- Mi nombre es Shaka Dadbin y estoy en la misma clase que tu – Sin dudar Camus estrecho su mano con la del joven de cabellos rubios y mirada celeste, para así sonreír notando que el joven no tenía malas intenciones con él - ¿Quieres venir a tomar un tentempié con Afrodita, Mu y yo? - Camus asintió sin decir nada, para después los dos dirigirse a la cafetería del instituto.
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Era la hora del recreo, esto para el centro de estudiante era el momento indicado para discutir algunos asuntos antes de que manden a elecciones. Saga en compañía de otros alumnos que conformaban parte del centro, se reunieron en dicha sala; al ingresar observan a los tres representantes máximos del centro de estudiantes.
- Y bien, ahora que todos estamos reunidos es hora de abrir un pequeño debate acerca la distribución de los clubes – Hablo el presidente del centro de estudiantes, un joven de cabellos rubios, alto de estatura, tez blanca y mirada ámbar, su nombre es Radamanthys.
- ¿Cuántos clubes hay este año? – Pregunto el vicepresidente, era un muchacho de cabellos largos hasta las caderas de color platinado, tez blanca, de estatura alta y de mirada naranja, su nombre es Minos.
- Señores, este año hay siete clubes y son los mismos del año pasado – Hablo un joven de cabellos castaños, de tez bronceada y mirada verde.
- Se ve que los otros clubes no fueron aprobados por el director y los demás docentes, a falta de sueldo – Hablo un joven de cabellos castaños claros, y mirada parda.
- Dhoko y Aioros, sé que el viejo debe jubilarse como director e igual su gemelo, tampoco es la forma de expresar lo que en verdad queríamos saber los tres ¿O no Saga? – El nombrado levanta su rostro hacia los regentes del centro quienes sonreían ampliamente menos Radamanthys, quien lo único miraba era la puerta por si alguien ingresaba.
- Eh – Al sentir que todas las miradas de sus compañeros estaban posadas en él, fueron la iniciativa de que algo malo estaba sucediendo. Su mirada se cruzó con la de un joven de cabellos morados largos hasta la cintura, tez blanca y mirada del mismo color que su cabello – Perdonen, es que debemos esperar a mi hermano Kanon – Un golpe en la puerta se dejó oír para después Aioros ser quien abra, pero para sorpresa de todos era la visita del hermano pequeño del castaño.
- ¿Qué haces aquí Regulus? – La mirada anonada de Aioros se cruzó con la sardónica de su hermanito, dado que el joven iba directo a tomar asiento al lado de Saga, quien lo mirada serio.
- Creo que debemos buscar a alumnos de este instituto que sepan algo acerca de cosas, por ejemplo el nuevo alumno de la clase E, se le da muy bien los libros y podrían hacer un club de lectura – Aquella idea fue algo productiva, pero detrás de esto había algo que al presidente le llamaba muchísimo la atención. Sin embargo, Aioros cerró la puerta para después ir a su lugar algo preocupado por lo que podría suceder. - ¿Qué dices Radamanthys de mi idea? – El susodicho miro a sus dos mejores amigos y hermanos de corazón para ver si ellos estaban de acuerdo.
- Me parece correcto… Saga te encargas de redactar el acta y el papel para juntar firmas por todo el instituto, no obstante, parece que Regulus sabe algo que a todos nos puede interesar ¿No es así? – La mirada del presidente del centro de estudiantes poso en las pardas del jovencito recién llegado, dado que el tono de vos y las palabras provoco un pequeño zumbido en la cabeza de Aioros.
- “Esto no me está gustando para nada… Además es extraño que Regulus entre así sin más a la reunión, entiendo que salga con Radamanthys y todo el asunto, pero tengo el derecho de saber qué es lo que trama” ¿Regulus? – Llamo Aioros al terminar de sacar teorías en su cabeza acerca de la llegada de su hermanito pequeño, quien lo miraba algo anonado por el tono de voz que estaba usando Aioros.
- “Esto es extraño” – Pensó Dhoko mientras observaba a Saga quien parecía estar ya empezando a redactar el decreto y otras cuestiones dichas, para posteriormente mirar a Aioros quien miraba algo curioso al recién llegado – “Pero… Aquí me está oliendo a gato encerrado” – Se acerca al oído de Aioros para así preguntarle algo en secreto y evitando que algunos de los cabecillas lo sospecharan.
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Cuando se reunión con sus dos mejores amigos, Milo parecía estar sudando frío dado que encontrarse con ese chico nuevo le estaba dando un tremendo dolor en la nuca. Llega a donde estaban Deathmask y Aioria quienes al verlo se pusieron de pie para recibirlo, pero ambos parecían estar desconcertados.
- ¿Te encuentras bien Milo? – Pregunta Deathmask a su amigo quien parecía estar tomando su bolso que le había tendido Aioria.
- La verdad que sí, pero para ser sincero… No – Esto último lo dijo a secas, mientras de su bolso sacaba una botella con su bebida favorita. Deathmask busca en su mochila su desayuno, en el que consistía pollo crudo con una rasión de arroz semi cocido.
- Entonces ¿Fuiste a ver a la loca de la gemela? – Milo asintió a la pregunta de su mejor amigo, Aioria niega con el semblante algo alterado ya que no esperaba aquello - ¿Y qué te dijo? –
- Que mi sistema inmunológico no anda funcionando correctamente y eso quiere decir que seguido estaré votando, como también deberé ir con Kardia al dentista, mis colmillos están perdiendo la blancura – Al contar eso, Milo abre su boca para así sacar sus colmillos y que sus dos amigos los vean.
- Santa cachucha, eso es malo – Dice Deathmask dejando la presa de pollo en su lonchera con forma de vampirito, y después darle un sorbo a su bebida favorita.
- Más cuando te has bebido casi toda la sangre inmunda de ese peliverde – Señala Aioria con la mirada al joven que anteriormente estaban molestando o más bien obedeciendo a los antojos de Milo, los demás observaron con rabia al joven en cuestión, que parecía estar saludando al nuevo alumno.
- No es eso – Especulo Milo mientras sacaba su desayuno, en el que consistía unos gusanos marinados y de guarnición unas hojas fritas. Aioria se voltea a su derecha para así mirar a su amigo quien parecía estar algo hambriento – No es la primera vez que voto todo el líquido de mi estómago por beber sangre inmunda, para ser claros – Se gira para mirar a sus dos amigos quienes parecían estar algo expectantes a sus palabras – Estoy tan hambriento de la sangre que tanto desee probar hace más de dos siglos, sin embargo, estoy tan confundido con mis acciones del pasado y mis sentimientos por él… - Milo agacha su mirada a su almuerzo notando que su corazón comenzaba a latir con más fuerza provocando que su mirada celeste se volviera carmín y sus pupilas se dilataban poco a poco, con el pensar en su amor eterno.
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Al otro lado en la cafetería, las cosas eran más divertidas para Camus. Se sentía más sociable que antes, dado que vivir once años en un orfanato y que ningún niño se atreviera hablar con él, le era deprimente, pero ahora todo ese calor reprimido por el frío, estaba aflorando en su interior. Escuchar las ideas y disparates de Afrodita eran de lo mejor, ya con el conocerlo en poco tiempo, ya lo categorizaba como un amigo extremadamente sociable y muy exagerado con todo, se voltea a escuchar los reproches de Mu al peli celeste, le causaban risa; no podía quejarse de él, es un buen compañero y amigo, pero su conciencia le estaba diciendo que es mejor conocerlo a fondo, no obstante, observar las sonrisas y mirada algo tierna del joven Shaka, le profesaba calma y serenidad, como también escucharlo aportar cosas muy sabias y algo espiritistas, a él podía categorizarlo como el amigo sereno y buen consejero.
- Chicos dejemos a Camus que nos cuente cosas sobre él – Aquellas palabras de parte de Shaka lo sacaron de sus pensamientos, como también en sus planes a futuro, levanta su mirada para así mirar a sus nuevos amigos.
- ¿Qué quieren que les cuente? No tengo mucho que contar – Decía en un tono algo despreocupado mientras dejaba su botella de jugo sobre la mesa.
- Hay vamos Camus, tienes que decirnos cosas simples, que te gusta del curso, ya que eso cuenta para todo – Comentaba Afrodita en un tono divertido y alegre, mientras le daba un bocado a sus papas fritas.
- ¿Cómo qué cuenta? – Volvió a preguntar Camus mientras se cruzaba de brazos y mirando a Afrodita quien le sonreía ampliamente.
- Puedes decirnos que chico te gusta del curso – Afrodita aplaude ante la respuesta parte de Shaka, provocando que a Camus se le fuera el alma por haber obtenido esa clase de respuesta.
- Este… Yo… No sé qué responder a eso – Dijo nervioso Camus, para después llamar a su calma – Chicos, soy nuevo en este instituto y ni siquiera conozco a todos – Aquello sorprendió por demás a sus nuevos amigos, Afrodita le dio un bocado a su bocadillo mientras desviaba la mirada, Shaka seguía dando sorbos a su bebida y Mu se aclaró la para tomar la palabra.
- Eso es lógico, además se respeta que eres nuevo – Comento Shaka mirando a Afrodita en manera de reproche, el peli celeste hizo un mohín de ofendido.
- No como Afrodita, cuando hace un año ingreso a este instituto se enamoró a primera vista de Deathmask – Al escuchar aquello Afrodita se atraganto con su bocadillo a causa de que Mu y Shaka intercambiaron miradas cómplices, provocando que Camus riera bajito.
- Eres un imbécil Mu – Acto seguido Afrodita le pego una patada por debajo de la mesa al susodicho, para después los tres reírse ante aquella escena infantil.
- Cambiando de tema – Rompió el momento Camus, para sacarse una duda que tenía en mente, pero Afrodita se apresuró para tomar riendas a la conversación y tratar de salvar su reputación.
- Camus ¿Por qué tardaste tanto en volver con Milo? – El mencionado se volteó para cruzar mirada con su amigo, pero los otros dos estaban expectantes a lo que respondería.
- Simple es la respuesta, no sabía dónde estaba el baño – Afrodita miro a Mu con una mirada de que “Tenía razón”, pero el joven de cabellos lilas reboleo los ojos con hastió y negar ante aquel numerito de su compañero.
- ¿Estás seguro de que no sabías donde estaba el baño? Porque en el pasillo que tomaste daba a la clase G – Camus miro a Shaka confundido ante aquella pregunta y suposición, para después dejar salir un suspiro.
- Es cierto, además que… - No pudo terminar de hablar ya que Afrodita lo comenzó a sacudir frenéticamente.
- ¡Estás loco de remate Camusin! – Mu y Shaka se ahogaron en su risa al escuchar el apodo súper tierno por parte de Afrodita, y esto a Camus no le gusto para nada.
- Yo no estoy loco, primero me cruzo con el gemelo idéntico a Kanon, después me entero que Milo tiene problemas de salud – Sus tres amigos se miraron anonados por lo que escucharon ultimo por parte de Camus, quien le daba un mordisco a su almuerzo.
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En otra parte de la cafetería, Milo y sus amigos estaban mirando al grupo de amigos quienes reían e intercambian cualquier cosa.
- ¿Puede ser posible de que el nuevo se dé cuenta rápido de que todo el instituto son vampiros? – Pregunto Deathmask mientras observaba atento a la mesa que estaban vigilando.
- No creo que el nuevo se entere de que la mayoría de este colegio somos vampiros y haya pocos mortales, dado que sentir y estar tentado por morder esos cuatro cuellitos – Milo uso su poder vampírico para hacer que la cabeza de Aioria se le comprimiera - ¡Ya basta Milo! –
- Qué sea la última vez que te escuche decir eso – Milo fulmino con su mirada a un Aioria adolorido quien trataba de recuperarse del dolor provocado por su mejor amigo. Sin embargo las cosas en la cafetería cambiaria en un abrir y cerrar de ojos.
En ese mismo momento las puertas de la cafetería se abrieron dejando paso a siete muchachos de la misma clase, quienes acataron la atención de todos incluyendo la de Camus y sus amigos. Saga observa a Camus y cruzar miradas con el nuevo, pero negó en modo de señal para él, y aquello extraño al joven de cabellos aguamarinas.
- “Esto me da mala espina” – Pensó Kanon quien estaba en una mesa cerca de donde estaba la que siempre se sentaba el centro de estudiantes; vigilaba con precaución a los tres cabecillas del centro, quienes comenzaban a subir a una mesa.
- Escúchenme todo el alumnado – Los tres más populares del instituto estaban parados en una de las mesas del centro cerca de donde estaba Camus y sus amigos, como también de Milo y su pandilla – A partir de este momento en todas las aulas habrá unas grillas para que todos ustedes escriban lo que piensen acerca de los mortales, porque no tolerare que una perra este suelta por esta escuela –
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Acto seguido, los alumnos que eran vampiros y los docentes del colegio habían presenciado el peor decreto por parte de los tres alumnos que formaban parte del centro de estudiantes, sus nombres eran Radamantys, Minos y Aiacos, ambos se les conocía como los tres jueces o tiranos del colegio.
- “¿A quién se referirá con perra?” – Se preguntó mentalmente Degel vigilando a todos los alumnos quienes parecían estar confundidos con aquel decreto.
(Ending – Apology de IKON)
------- En el próximo capítulo de Orden Vampire -----
(…)
Las clases habían finalizado, como también el primer día. Camus salía en custodia de Degel, dado que su primo tenía algunas cosas que preguntarle en casa, sobre todo lo que había ocurrido en la hora de Gimnasia.
- Sube al auto – Ordeno frívolamente Degel, ya que no parecía estar de buen humor, a duras penas y triste, Camus se subió al auto para después su primo ponerlo en marcha.
- Lo siento mucho Degel, no quería terminar en dirección por culpa de Albafica, yo… - No pudo terminar la frase ya que su primo lo fulmino con su mirada fría, no obstante Camus agacho la mirada sumamente avergonzado por lo ocurrido, era la primera vez que él peleaba con un chico y haber terminado en dirección.
(…)
Al llegar su casa, Milo se sentía mal ya que él fue el causante de esa pelea. En ningún momento sintió el dolor ajeno o sobre todo, comenzar a sentir cosas apresuradas por aquel joven de cabellos aguamarinas, se apoya en la pared y fija su mirada en las escaleras recordando cosas del pasado.
- Milo ¿Te encuentras bien? – El joven de cabellos rubios levanto su mirada al escuchar la voz de su hermano mayor, quien bajaba en compañía por uno de sus amigos de la infancia.
- Mi hermano Death me dijo que no te encontrabas en buenas condiciones – Milo frunció su seño y observar al hermano mayor de su mejor amigo.
- A ambos no les importa mi salud y menos lo que me pasa – Kardia se adelanta para después tomarlo del cuello y mirarlo mal.
- Ten muchísimo cuidado con Radamanthys Milo, sabes muy bien como maneja los hilos ese mal parido, porque estas corriendo un gran peligro, tanto vos como el primo de Degel – Aquellas palabras lo asombraron, no sabía que decir, ya que lo único que recordaba era las palabras que dijo Albafica en la escuela cuando le pegaba al chico nuevo.
(…)
Un nuevo día en la escuela, Camus ingresa al salón saludando a sus amigos, cuando escucha las risas de sus compañeros, sobre todo la mirada penetrante de Aioria, se voltea y se topa con algo escrito en la pizarra.
“Muérete infeliz… No eres bienvenido en este colegio, atentamente, EL CENTRO DE ESTUDIANTES”
Camus sale del salón dejando a sus tres amigos sorprendidos, pero mientras salía se chocó con Milo, quien lo observaba algo extrañado.
- “¿Qué le sucede?” – En el momento nota que sus sentimientos afloraban, pero trato de reprimirlos ya que cruzar mirada con un Mu enojado, lo había hecho tragar grueso.