Capítulo 8
---- UNA SEMANA DESPUÉS ----
El día lunes había llegado, todos ingresaban al instituto Everglades, cada alumno o docente hacían sus cosas cotidianas, profesores hablando con padres, alumnos que estaban por desaprobar la materia, otros se reunían con sus amigos, los miembros del centro de estudiantes se reunían para comentar propuestas o hechos que ocurrían eventualmente, los típicos conflictos entre los profesores y el alumnado.
El timbre sonó, todos ingresaron a sus respectivos salones. Los alumnos de la clase G, ingresaban contentos a su salón mientras se ubicaban en sus lugares.
- Parece ser que no terminan de hablar sobre tu fiesta de cumpleaños – Comento Minos a sus dos amigos, quienes estaban sentados al frente de su banco.
- Fue un éxito, como siglos pasados, siempre la fiesta de disfraces o de máscaras funcionan – Comentaba Radamanthys alegre ya que por su lado derecho paso Regulus con sus dos amigos, Mime y Haggen – Tesoro ¿Puedes acercarte tu solo? – Le pregunto Radamanthys a su novio quien le sonrió en modo de respuesta.
- Siempre te lo coges – Dice Aiacos mientras negaba con una sonrisa en sus labios al ver como su mejor amigo observaba con lujuria a su novio de medio siglo, quien dejaba sus cosas y regresaba por donde paso para acercarse a ellos de manera normal.
(Opening - Voodoo Doll de VIXX)
- ¿Qué necesitas cielo? – Le pregunta Regulus a su novio quien lo tomaba de la cintura para así sentarlo en su regazo.
- Quería pedirte que después de clases, en la sala de juntas, coger, ya que en mi fiesta de cumpleaños no me diste nada – Decía Radamanthys en un tono meloso para después besar a su novio, frente a todo el salón, que por la mayoría hablaban entre ellos.
- Mmm – Regulus medito la queja de su novio mientras correspondía el beso, pero las puertas del salón se abrieron, para dejar paso a un hombre de estatura alta, porte elegante y que despedía un aura de misterio, todos los alumnos se sentaron enseguida cuando lo vieron ingresar. Cabellos negros, lacios y largos hasta la cintura, piel nívea y mirada celeste, aquellos ojos despedía terror y sobre todo autoridad.
- Buenos días alumnos – Saludo aquel hombre de porte elegante, mientras se a posicionaba al frente de todos.
- Buenos días profesor Hades – Saludaron todos al unísono a su coordinador, que por supuesto pasaba lista con la mirada a todos.
- ¿De nuevo falto el joven Doría? – Pregunto Hades a todos, hasta que Regulus se acercó al docente.
- No falta en llegar, ayer me dijo que vendría hoy por unos motivos – Comento Regulus mientras regresaba a su banco.
- Eso no importa – Dijo un tanto agotado el coordinador de curso, pero en eso se percata de un asiento al fondo vacío - ¿El joven Steklov tampoco vino? – Volvió a preguntar dejando su lugar e ir hasta los bancos donde el trío de amigos estaban todavía charlando, pero en voz baja – Señor Hermansen ¿Puede responder a mi pregunta? – Hades se había colocado a un costado de ese grupito, haciendo que estos se desintegraran y Minos agacho su cabeza muy arrepentido.
- No sé nada de él – Respondió Minos logrando hacer que sus compañeros de clase rieran ante su comentario. Hades cerro sus ojos y dejo salir un suspiro cansino al escuchar aquellas carcajadas.
- Eso no importa – El coordinador regreso al frente para proseguir con su labor del día, en eso fija su mirada en la puerta donde al otro lado estaba Manigoldo a punto de ingresar al curso pero el muchacho estaba hablando por teléfono - ¡Alumno Doría, apague ese teléfono celular o sino ira derechito a dirección, con cinco amonestaciones por ingresar a la escuela con teléfono celular! – Al escuchar todo el mundo el regaño que dio el coordinador hacia su compañero, que por supuesto había acatado el reto y se dispuso a cortar su llamada.
- ¡Para su información el director y el vice me permiten traer el teléfono! – Contesto logrando que los alumnos del fondo, sonrieran de costado, ya que sabían muy bien que Manigoldo era el alumno favorito de los regentes del colegio. Sin embargo, Hades parecía estar harto de esa situación, ya que no podía seguir estando en ambos lados con el fin de vigilar personalmente a cierto muchachito.
- Seré breve con todos – Al recuperar su compostura, fija su mirada a todo el curso para después reparar en Radamanthys quien parecía estar expectante a sus palabras – El profesor Argol está de licencia, por problemas familiares – Al terminar de dar el recado, Hades se dispone a marcharse de allí, dejando aquel grupo de alumnos libres de hacer lo que quisieran.
Manigoldo se irige a su banco para después pasarle una notita a Saga, quien lo leyó con cautela y evitar que Radamanthys lo pille “Kardia: Cuiden de mi hermano y del primo de mi amado Degel, ya que Aiacos anda tramando algo”. Al terminar de leer se la pasa a Dhoko, quien por su parte leyó el mensaje y se lo paso a Aioros que por supuesto, estaba muy atento que su hermanito Regulus no lo viera.
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En la clase E, el salón parecía una cacha futbol para la profesora Marín, los papelitos volaban de un lado a otro, los chicos se cambiaban de lugar para conversar con sus amigos, otros molestaban a los alumnos callados, en este caso Albafica molestando a un Camus con palabras ofensivas.
- Después de clases ¿Qué harás nerd? – Le pregunto Albafica a un Camus que intentaba hacer los ejercicios que les dio la profesora Marín, al ver que le seguía ignorando, Albafica se pone de pie para ir hasta el banco en donde Camus y Afrodita compartían, se le acerca al oído y le coloca sus hojas en el cuaderno de este – Parece ser que me harás la tarea, sino quieres que todo el instituto sepa la puta que eres – El joven Afrontes levanta su mirada para girarse y toparse con el bello rostro de Albafica, que por sus facciones delataba maldad pura.
- ¡Hacen silencio sino desean dos horas de castigo colectivo después de clases! – Grito Marín muy enojada con sus alumnos, camina hasta donde estaba Albafica molestando al alumno Afrontes – Y usted alumno Kirkpatrick estará castigado por estar molestando a su compañero con ofensas y obligarle hacer cosas que usted mismo debería de hacer – Aclaro Marín al alumno, que por su parte Albafica estaba muy enojado al escuchar aquellas palabras venenosas por parte de su profesora, junta valor para después enfrentarla.
- Usted no tiene derecho de hablarme de esa forma, si no quiere que la denuncie por ser una prostituta a las autoridades ya que usted abuso a un alumno de esta clase y de otros más – Todos en la clase comenzaron a murmurar, Aioria con sus amigos lo escucharon y vieron todo lo que estaba ocurriendo adelante, el alumno León traga grueso para así cruzar mirada con la docente que en esos momentos el timbre la había salvado.
- Nos vemos la próxima clase – Dijo la docente mientras se dirigía a su escritorio para juntar sus pertenencias e irse de allí, al ver como la profesora se marchaba Albafica lo disfrutaba para después ir hasta su banco para salir de allí.
Camus y sus amigos tomaron sus cosas para salir del curso, con un gran nudo en sus estómagos, ya que nadie se esperó aquello por parte de Albafica. No obstante, Milo se gira para después fulminar con su mirada a su mejor amigo que parecía estar muy incómodo por lo que ocurrió.
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Al salir los cuatro, ninguno se dirigía la palabra, ya que no sabían de qué hablar o comentar al respecto. Subieron las escaleras que comunicaban con el segundo piso y tomar asiento en las escaleras coronándolo como su lugar de reunión.
- Albafica es más perra que Regulus – Comento Mu mientras se acomodaba su cabello en una cola baja, estando muy decepcionado con la situación que se dio en el curso.
- No debió decir aquello – Continuo Shaka con el fin de tranquilizar su estado anímico, ya que no sabía que decir acerca de lo que presencio – Provocando que un compañero de nuestro curso se sintiera culpable – Todos enfocaron su mirada en Shaka, provocando que el joven de cabellos rubios se ruborizara un poco.
- Shaka – Llamo muy pícaro Afrodita a su amigo ya pensando cosas muy rebuscadas o incomodas para cualquiera - ¿Nos estas ocultando algo? – Le pregunto tomando asiento al lado del rubio, que por su parte oculto su mirada en sus cabellos.
- No estoy ocultando nada – Se defendió Shaka evitando que su amigo lo cargara con lo que vivió durante la fiesta de Radamanthys.
- ¿Seguro? – Volvió a preguntar para esta vez asegurarse de que Shaka hablase al respecto.
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En una de las salas donde el centro de estudiantes se juntaban para establecer el orden y debatir cuestiones para el alumnado. En este caso, nada de eso ocurría, sino que un grupo de alumnos parecían estar teniendo relaciones sexuales.
- Sigue así Regulus – Decía entre suspiros Radamanthys mientras su novio le depositaba besos por su torso – Baja hasta abajo y haz lo que tanto me gusta – Regulus abandono su labor para mirar unos minutos a su novio y después agacharse hasta la parte abultada, desabrocha el pantalón de su amante para así toparse con el miembro erecto – Parece que te hecho mucho de menos – Dijo Radamanthys con voz ronca, Regulus alza su mirada muy asustado ya que no parecía estar de acuerdo con aquello, Radamanthys lo toma de la cabeza y le coloca su miembro en la boca – No me mires con esa cara y haz tu trabajo puta – Incordio para así Regulus comenzar a chupetear, lamer y jugar con el órgano masculino de su amado, cada lamida, cada juego le arrancaba unos cuantos gemidos roncos. Por otro lado, Regulus de a poco se excitaba a causa de escuchar como su novio gemía.
En eso la puerta se abre, dejando entrar a Minos junto a su novio Albafica, donde ambos se besaban apasionadamente. Radamanthys mira sobre su hombro aquella escena y utilizar su poder vampírico para poner pestillo a la puerta evitando que alguien más interrumpa el momento de pasión.
- Hazme tuyo – Exclamo Albafica a su amado que se había colocado detrás de él, Minos al escuchar aquello desabrocha el pantalón de su pareja y bajárselos por completo.
- Parece ser que me deseas mucho – Le susurró al oído mientras se bajaba el cierre de su pantalón para después sacar su pene y de una estocada ingreso, Albafica dejo salir un gemido agudo pero Minos le tapó la boca evitando de que gritara – Amor, no dejes que nos pillen – Hablo para así comenzar con los vaivenes, por lo tanto Radamanthys con Regulus no se quedaron atrás para así ellos unirles a la fiesta sexual.
Las dos parejas gemían en voz baja, Regulus parecía estar disfrutando el momento y Albafica de igual forma, ya que sus novios parecían estar muy deseosos. No obstante, no tardo en sonar el timbre, incitando a que todos fueran a sus salones.
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Todos entraron a sus salones, en este caso Milo y sus dos amigos estaban en los baños hablando todavía, por lo que ocurrió durante la clase de ciencias. Aioria parecía estar muy incómodo por la mirada inquisitoria de su mejor amigo, Deathmask observaba aquello y no le parecía justo de parte de ambos.
- ¿Hace cuánto tuviste un romance con la profesora Marín? – Pregunto en un tono frio y severo Milo a Aioria que parecía estar muy arrepentido.
- Cuando tú empezaste a mandarle cartitas de amor a Camus Monthay – Respondió Aioria mientras alzaba su rostro para así ambos estar enfrentados.
- Sabes muy bien que no debes ¡mencionarlo! – Grito esto último Milo al borde de querer pegar a su mejor amigo - ¡Y eres un verdadero bastardo e idiota! ¡Cómo te atreves a llevártela a la cama y después convertir a esa perra en una de nosotros! – Milo tomo a Aioria del cuello haciendo que este estrellara su espalda contra la pared, ya que Milo estaba por demás harto de las traiciones de parte de todos hacia su persona – Qué te quede bien grabado en tu minúsculo cerebro, que no vuelvas a mencionar el nombre de mi difunto prometido – Deathmask se acercó para así salvar a Aioria de una futura muerte, dado que Milo no estaba de humor ese mismo día.
- Milo ya corta con ese vicio, terminaras lastimándote y tu hermano no quiere que sigas en ese asqueroso estado – Reprocho Deathmask a su mejor amigo que parecía estar consciente del regaño por parte de este – Y vos Aioria – El joven de cabellos castaños claros desvió la mirada evitando ser descubierto por la habilidad de Deathmask – No sigas con tus locos planes de arruinar a tus amigos, porque no eras así hasta el momento – Al finalizar los tres sintieron que la puerta del baño se estaba por abrir, se miraron para después elevarse hasta el techo y pegarse en él evitando que el vice-director los encuentre.
La clase con el profesor de Geografía parecía ser la peor de todas, Albafica había llegado tarde a la clase y le toco escribir en la pizarra las actividades de la clase, mientras el docente corregía los informes de todos, al terminar comenzó a repartirlos.
- Veo que todos se esforzaron en terminar el informe sobre los límites de cada país y el movimiento que tenían las placas tectónicas de nuestro planeta – Comentaba el docente al pasar por el banco de Camus y Afrodita – Recalco la calidad de trabajo grupal y dar un explicación a todo de manera correcta, sin errores ortográficos y gramaticales – agacha su mirada y le entrega la carpeta al alumno estrella – Por lo tanto, los que tengan dudas acerca de sus notas o comparar los errores, que sea con el excelente trabajo desarrollado por los jóvenes Afrontes y Schnieper – Ambos se miraron muy contentos al escuchar el cumplido que dio el profesor El Cid, en cambio, el docente se percata de una carpeta sin dueño, se voltea para reparar en los tres lugares vacíos - ¿Dónde están los tres jóvenes, Diamantidis, Doría y León? – Pregunto el profesor a todos, logrando conseguir la respuesta de parte de Sorrento.
- Seguro que estarán en el baño de chicos, planeando una fiesta para mañana en la noche – Aquella respuesta provoco que todos hablaran, Kanon con Shura parecían estar arrepentidos por olvidarse que el día de mañana era un acontecimiento muy estresante para su amigo.
El profesor se colocó al frente haciendo que el alumno Albafica se retirara a su banco - ¿Pueden hacer un poco de silencio? – Pregunto el profesor evitando ser agresivo con sus alumnos, todos se callaron, menos Camus y Afrodita.
- ¿Qué acontecimiento habrá mañana? – Pregunto intrigado Camus a su compañero quien parecía estar negando con una sonrisa a la pregunta.
- Mañana es el cumpleaños de Milo y todos deben de traerle un regalo por su cumpleaños, ya que es una tradición en todo el colegio, dar obsequios a los más populares del colegio – Respondió con suma tranquilidad, hasta que el profesor de Geografía carraspeo haciendo que ambos chicos miraran al frente y notar que el docente parecía estar consciente de lo que pidió.
- Lo sentimos – Se disculparon los dos, para posteriormente el docente retomar la clase, explicando el tema siguiente, que eran los fenómenos que provocaban el calentamiento global.
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Estando los tres en el baño escondidos a causa de que el vice-director había ingresado al baño, tuvieron que esconderse en los techos. Al no ver y escuchar movimiento alguno optaron por bajar de allí arriba para posteriormente arreglarse las ropas.
- Por poco nos pilla el gemelo de mi abuelo – Contesta Deathmask mientras se acomodaba la camisa dentro de sus pantalones.
- Uno peor que él otro – Acoto Aioria, provocando que Deathmask lo mirara con unos ojos llenos de enojo – Esta bien, no dire nada al respecto – Milo negó a lo que escuchaba para después ir hasta la puerta y observar si había alguien por los pasillos.
- Salgamos ahora mismo – Sentencio Milo para así los tres irse de los baños, con el fin de ir al aula antes de que los encontraran vagando los tres solos por los pasillos y fuera de su clase.
Pero en ese instante y frente a ellos, el vice-director los había encontrado, asustándolos a los tres - ¿Se puede saber que hacen fuera de sus salones? – Pregunto el vice-director que estaba cruzado de brazos y sus facciones se mostraban severas.
- Acompañamos a Milo a la enfermeria porque estaba malito del estómago – Respondió Deathmask en el momento que Milo se abrazó a Aioria con una expresión de dolor, sin embargo, al escuchar aquella respuesta no le parecía la mejor mentira de todas, pero no dejo pasar aquello.
- Los tres están castigados media hora después de clases – Asevero Hakurei mientras tomaba de la oreja derecha a Milo y a los otros con la mirada les indico que lo siguieran hasta su clase.
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Al llegar al aula en donde se dicta la clase E, Hakurei ingreso con el lindo trio, donde Milo parecía estar a los gritos y pidiéndole de mala manera al vice-director de que lo soltara, los otros dos ingresaron atrás del docente con sus miradas gachas y llenas de arrepentimiento.
Sus compañeros los miraban algo extrañados, Shura estando al final del salón y Kanon a un banco del suyo, ambos cruzaron miradas con duda al respecto, Camus parecía estar divertido al ver como Milo estaba a los gritos por el dolor que sentía en su oreja derecha. Albafica no sabía que hacer o procesar, ya que el recreo anterior Radamanthys le había dado la misión de vigilar a Milo.
- Gracias por traer a este trio de salvajes – Comento Sage al ver aquellos chicos quienes parecían mirar de mala manera al director y sus compañeros dejaron salir unas cuantas risas, el profesor se voltea al grupo y mirarlos con enojo - ¡Hacen silencio! – Todos regresaron a sus actividades ignorando a lo que llegaría pasar a continuación – Los tres, después de clases a mi despacho – Comento en un tono frio aquel grupito de amigos.
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Las clases terminaron de ese día, para algunos mal, en este caso para Milo y sus amigos. Kanon y Shura se quedaron a esperarlos, sabiendo que debían saber lo que produjo el llamado de atención por parte de los regentes del instituto, los de la clase G salieron, topándose con aquellos dos, Saga le pregunto a su hermano gemelo que sucedió con Milo y los otros, pero la respuesta que recibieron era el nombre gracioso que se les dio a esos tres, Manigoldo rio pero prefirió guardárselo para más tarde.
Los minutos pasaron hasta que el trio salvaje salió del colegio, los tres enojados con el otro, Milo estaba por demás enfadado con sus dos amigos, opto por irse volando dejando a los otros por demás extrañados y preocupados por aquello.
Pasando de ello, los ocho se dirigieron a paso tranquilo y sin apuro, figando rumbo hacia la casa de los hermanos Diamantidis, con el fin de tener una charla informativa e incluso para matar el tiempo con aquel par infalible, pero los ochos recorrían su camino con platicas y saber que sucedió con los tres amigos.
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Día martes, las cosas no favorecían para Milo, ya que su cumpleaños número 246 había llegado. Su habitación era la más oscura y terrorífica para cualquier persona que se atreviera a ingresar a su cuarto, las paredes parecían dañadas por vidrios, muebles estrellados y hecho añicos por el impacto, huecos enormes y otros de un tamaño promedios provocados por la furia que descargo años e incluso días en aquellas paredes de un papel azul con líneas negras.
Kardia abre la puerta para así ser él quien ingrese aquel cuarto, a paso tranquilo y sin despertar a su ermitaño hermanito, sabiendo que este detestaba su cumpleaños y de los demás. Se dirige hasta las ventanas para así abrirlas cortinas y dejar que la hermosa luz solar ingresara a ese cuarto, al hacer eso se gira para notar que su hermano menor se removía en su lecho y tapándose con las cobijas, ríe por lo bajo para después acercarse a él y saludarlo en su cumpleaños.
- Despierta pequeño monstruo, tienes que ir al colegio – Susurro Kardia en el oído de su hermano, provocando que este le gruñera en modo de respuesta, al ver aquella acción Kardia tomo las cobijas de su hermano para arrancárselas ya harto de ese comportamiento tan pero tan agobiante, sabiendo que a partir de ese día sucederían cosas que ni él podría creer - ¡Te despiertas o te obligo hacerlo! – Grito a viva voz provocando que su hermanito se levantara para pegarle un puñetazo en la cara, pero Kardia lo evito aquel ataque físico y mirar de la misma manera que su hermano, haciendo que los dos se batieran en una disputa.
- ¡No iré a esa asquerosa escuela hasta que me traigas de vuelta a mi verdadero amor! – Le grito ya fastidiado de que en su cumpleaños recibiera de manera obligatoria regalos, felicitaciones e incluso las cartitas de amor de parte de sus admiradores.
- ¡Ya supéralo de una maldita vez! Él siempre estuvo contigo, siempre, desde que te escapaste de esta casa para ir a la terminal y rescatarlo de las garras de los miembros de la Orden Vampírica – Milo se calmó en un abrir y cerrar de ojos, ya que Kardia le había dado en el punto más sensible que podría tener su pequeño y adorado hermano.
- ¿Entonces? – Especula con un tono dubitativo, mientras se dirigía al espejo que tenía sano y tomar el collar que tenía en la fiesta de Radamanthys, aquel muchacho que siempre le provocaba extrañas sensaciones – No puede ser él – Sacudió su cabeza al pensar cosas que son erróneas para él.
Kardia lo ve, pero aprieta sus puños para después retirarse del cuarto, sino antes decirle algo a su hermano – Destruye ese asqueroso collar, porque es una conexión entre tu felicidad eterna con los miembros de la orden – Milo al escuchar aquello se gira para después notar que su hermano ya se había ido. (*)
Mira el collar para después usar uno de sus poderes vampíricos y hacer cenizas aquel collar, para posteriormente alistarse e irse de su casa rumbo al colegio para así aclarar las dudas que tenía rondando por su cabeza.
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Detestaba que su primo lo llevara a la escuela, le daba vergüenza, ya que siempre Albafica encontraba el material exacto para hacerlo quedar mal ante todo el colegio. Mira su uniforme para notar que su camisa blanca tenía una pequeña mancha de color naranja, ya que algunos alumnos enviados por los miembros del centro de estudiantes, le habían tirado un frasco con orina, haciendo de esa mancha la menos apropiada.
- ¿Cuánto cuesta un uniforme nuevo? – Pregunto Camus ya avergonzado al haber recordado aquella travesura que le jugaron, Degel estaciona el auto al frente del colegio para así contestarle a su primo.
- Camus, el uniforme del colegio cuesta U$S 250 – Camus abre sus ojos muy sorprendido al ver el precio actual del uniforme escolar, Degel lo ve con tristeza ya que no tuvo tiempo de comprarle ropa nueva o incluso tres juegos idénticos al uniforme – Lo lamento mucho Camus, para el año que viene te compro un uniforme nuevo – Camus abraza a su primo, que está sorprendido al ver aquella acción, para después soltarlo y mirarlo con una sonrisa.
- No te preocupes, yo hablo con el director – Le dijo a su primo, para tranquilizarlo un poco – Será mejor que me baje del coche e ir a clases – Especula, para después bajarse e ir corriendo al salón de clases.
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Todos estaban en sus salones, Camus fue el primero en ingresar para así tomar asiento en su lugar, cuando se percata de que su silla tenía algo pegajoso, se pone de pie para notar que sus pantalones estaban manchados con una cosa liquida de un color rojo.
- Camus, ¿Te encuentras bien? – Ya todos estaban en el salón y el profesor de Geografía había ingresado, Albafica aprovecha de que Frodi pasaba por su lado para así acercase y decirle al oído e indicarle con sus palabras para que mirara a Camus, y la reacción del peliazul fue una sonrisa de diversión.
No podía sopórtalo más, tenía ganas de salir de allí, pero tenía una vergüenza enorme por pasar al frente con la enorme mancha en sus pantalones – “Deseo que la tierra me trague” – Pensó ya avergonzado y harto que siempre sea el juguete de sus compañeros de curso e incluso del todo el colegio.
Afrodita ve a su mejor amigo, voy agobiado y estresado con ser el juguete de otros, agacha la mirada para ver que en el asiento de su amigo había un fluido de color rojo, hace una mueca de asco.
Milo paso por allí y ve como Camus estaba shockeado por lo que le hayan hecho, mira a sus amigos y ve como Aioria y Deathmask se reían a viva voz, provocando que todos rieran. Toma su chaqueta para atarla a la cintura de un Camus a punto de llorar, al hacer aquello toma la silla para levantarla un poco y llevarla hasta Albafica, para hacer algo que no estaría orgulloso.
Albafica se arregla un poco, sabiendo que Milo se le acercaba con sus facciones que demostraban enojo contenido - ¡Te sientas en esta silla! – Le grita provocando que todos se callaran, Albafica pasa saliva y después tragar con dificultad – Dije que ¡te sentaras! – Milo deposito la silla para después ver que Albafica no lo hacía – Te crees el más gracioso de todos nosotros, pero eres la peor zorra que podría tener Minos, ya que siempre le tienes que hacerle favores y ser tu quien haga que otros sufran por lo que tú estás pasando – Albafica empalidece por lo que revelo la persona que tanto quiso en secreto, Frodi había visto aquello para después ir hasta su banco y sentarse con el miedo en piel.
Al ver que el peli celeste no reaccionaba ante sus palabras, se voltea para después volver a donde estaba el joven que ayudo a defenderse y tomarlo de la mano para llevárselo a los tirones fuera del salón, dejando a todos con la sorpresa.
(Ending – Apology de IKON)
------- En el próximo capítulo de Orden Vampire -------
(…)
- Gracias por… ayudarme – Le dice con vergüenza y timidez, dado que Milo lo estaba mirando con sus facciones frias, algo que ya se conocía.
- Sácate los pantalones – Dice Milo mientras se apoya en los casilleros estando de brazos cruzados con su mirada enfocada en la silueta de Camus, no obstante, Camus se sonroja al escuchar aquello sabiendo que le estaba dando mucha vergüenza al realizarlo.
(…)
El timbre sonó, todos los estudiantes de Everglades salían al receso, para completar sus horas de estudio o platicar con sus amigos. Minos salió de su salón rumbo a la clase E para hablar muy seriamente con su novio, en eso se lo topa entre el pasillo central.
- Ven aquí – Le dice de manera fría y destellando enojo, para tomarlo del brazo con fuerza y llevárselo a un pasillo no transitado.
- ¿Qué te sucede Minos? – Le pregunta Albafica a su novio mientras recorrían un camino que ya le estaba entrando miedo al ver que lo guiaba hasta un pasillo alejado de todos - ¿Minos? – El susodicho lo estampa contra la pared provocando que su cabeza comenzara a sangrar.
(…)
Recorría los pasillos en silencio, agradecía que Milo le haya regalado un nuevo uniforme, esbozaba una sonrisa al recordar aquel gesto tan significativo para él, pero las palabras dichas en la pequeña conversación que sostuvieron ambos. Se detiene para después ver como sus tres amigos se aproximaban a él, medito las palabras de Milo, se voltea para después ir hasta la biblioteca y quedarse solo, logrando crear la burbuja que tenía Milo en ese tiempo.
Mu se detiene y los otros dos hacen lo mismo, ya que su sorpresa fue que Camus los había ignorado por completo.