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Million Dollar Man por Sakkura Princess Yaoi

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Notas del capitulo:

Lamento la tardanza! Pero aquí tienen la actualización, ya saben los exámenes y trabajos finales!

 

Espero les guste!

 

IMAGEN 1

 

IMAGEN 2

—Nunca pensé que te gustaran los hombres—Las pequeñas manos del rubio le obsequiaron un vaso de agua, sentándose luego a su lado.

—Uno se lleva muchas sorpresas en la vida, niño—Respondió después de darle un profundo trago al vaso que le habían dado.

—Entonces, si entiendo bien esto. Tu novio se enojó, porque el Capitán América te besó.

Tony asintió—Sí, y prácticamente acabo de caer una escala más bajo, por estarle contando mis problemas amorosos a un mocoso.

El chico se cruzó de brazos. —Lo hubiera sabido, estamos conectados, ¿Recuerdas? Además, ya no soy un niño. Ya cumplí 12, y se de esas cosas. —Afirmó, con un asentimiento de cabeza.

—Sí, bueno, eso es básicamente lo que pasa.

—Lo arruinaste. —Declaró Harley.

—¿De qué lado estás? —Le reclamó—¿Y mi sándwich? Vine aquí por tus sandwichs de atún.

—No es cierto, viniste aquí de seguro, porque no sabes con quien más hablar. —Le dijo el niño caminando a la cocina.

Mientras tanto Tony sonrió analizando el lugar, el chico había logrado grandes cosas con lo que le había enviado, era un verdadero pequeño genio. Un genio que tenía razón, no sabía con quien hablar, el chico arácnido estaba en casa con Pietro, haciendo que sus médicos atendieran de forma secreta al tipo de cuernos.

No quería molestar a Rhodey ya con eso, ni hablar de Pepper, Happy no estaba enterado, estaba en unas vacaciones obligadas en el sur del país, y bueno… era evidente que no tenía muchos amigos, por lo que había terminado en esa cochera.

—Entonces, lo que pasó, es que tu novio, vio que tu ex novio te daba un beso, y cuando te pidió que le dijeras que lo amas, no se lo dijiste. A mí me suena como que lo arruinaste—Continuó Harley al volver entregándole el sándwich—Creo que mi papá se fue por algo así…

—Ya hablamos de eso niño, los padres se largan, no entremos en sentimentalismos, ¿Quieres?

—Pero entonces, ¿Qué piensas hacer con Pietro? ¿Terminaras con él? ¿Dejarás que se vaya? ¿Te vas a ir tú? ¿Volverás con el capitán?

—¿Por qué siempre me llenas de preguntas? —Le calló, y el pequeño rubio solo se encogió de hombros, haciendo una simpática mueca con su lengua.

—¿Le vas a pedir perdón a Pietro? ¿Crees que te perdone? ¿Crees que ya no te ame?

—Te lo juro, ya había superado poco a poco mi ansiedad y tú haces que vuelva.

—¿Quién hizo que dejarás de tener ansiedad? —preguntó suave y curioso, ladeando un poco la cabeza.

—Pietro—Respondió cerrando los ojos levemente, para luego sonreír.

—Entonces ve y discúlpate—La pequeña mano se posó en el hombro del genio en señal de apoyo. —Si es como dices que es contigo, yo creo que va a entenderlo.

—¿Tú crees? —Tomó el sándwich que el menor había llevado dándole una mordida. A lo que Harley asintió.

—Gracias niño. —Le revolvió los rizos dorados un poco, no pudo evitar imaginarse cómo fue Pietro de niño.

Pero al pensar eso, un hoyo profundo se formó en su estómago, recordó el odio que anteriormente sentía el rumano hacía él, el dolor que sus armas le habían provocado de niño, a él y a su hermana, a la que para finalizar había encerrado de nuevo, sabiendo lo mucho que estos odiaban eso, sabiendo su pasado como ratas de laboratorio.

—¿Quieres ver una película¡? —La pregunta del niño quebró sus sentimientos, pero sólo asintió, mudamente. —Haré palomitas—Proclamó Harley, desapareciendo de nuevo.

----

Peter conservaba el traje, pero se había desprendido de la máscara, estaba en una de las estaciones de cuidado del complejo Avengers. No tenía mucho que Matt había aceptado dormir, estar allí no le había agradado de todo, pero cuando ordenó a Friday apagar todas las cámaras del sector, y designó un solo médico, el mismo que había tratado a Pietro para que lo atendiera, el abogado pudo relajarse.

—¿Cómo está?

Giró la vista, topándose con Pietro en el marco de la puerta, quien le dedicaba una sonrisa de apoyo.

—Está bien, es que… antes de hoy, yo le dije que no fuera, había quedado muy mal después de un encuentro con su antiguo maestro y ex novia, que no fue muy bien.

—Ouch… Ex novia, ¿Cómo fue eso?

—Pese a los golpes, me fue mejor que a ti—Apuntó, sacándole una pequeña risa. —Hablemos afuera, no quiero molestarlo. —Se puso de pie, para que ambos se dirigieran fuera del consultorio. —¿Cómo te sientes?

—El suero funcionó de maravilla, aunque usar mis poderes tan rápido me trajo mucha fatiga, dijeron que era normal, que con un par de días sin correr, todo volverá a la normalidad. Pero que fue una buena prueba, el que no haya muerto, significa que mi cuerpo se está regenerando adecuadamente.

—Me alegro, pero la verdad es que no preguntaba sobre eso.

Llegaron hasta uno de los balcones, desde el que se podía ver la piscina y el bosque que rodeaba la base.

—Bien, supongo… Es decir, ya sabes, creí que Tony estaría aquí. Más que otra cosa, me preocupa él, no responde los mensajes, ni las llamadas.

—Debe pensar que estás enojado con él.

—Lo estoy, pero esa no es razón para que no se aparezca por aquí—Se pasó las manos por el rostro—Sería un idiota si no estuviera molesto, él… lo estaba besando, y en el fondo sé que no lo ha superado. —Apoyó sus antebrazos en la bardilla—Ni siquiera sé si algún día vaya a hacerlo. —Suspiró.

—Yo creo que ya lo hizo—Contradijo Spider-man, girando también la vista a la lejanía, cuando Pietro le miró—Debiste verlo, él estaba tan mal, tan preocupado, lo único que le interesaba era saber que tú estabas bien, estaba tan enojado, no pensaba en nada más que en eso.

—Pues lo olvidó en cuanto lo vio a él.

—Eso tampoco es cierto—Se inclinó al mayor— Hey, podré ser un adolescente torpe en estas cosas, pero Pietro, Tony de verdad te quiere, él si… perdió el control con el Capitán, pero no siento que haya sido lo que pensamos, él estaba enojado, era eso lo que le movía. El enojo por … por lo que sea que odie al capitán, enojado por lo que te hicieron, enojado por lo que sus amigos pensaban de él. Dale un voto de confianza.

Pietro se quedó callado, por un momento, respirando despacio. —La verdad es que, aunque fuera mentira todo lo que estás diciendo, yo le daría ese voto de confianza, u oportunidad, o lo que sea, lo amo Peter, lo quiero a mi lado, quiero cuidarlo, quiero que esté bien, que sonría… pero estúpidamente también quiero que me corresponda, lo deseo tanto, como no tienes una idea.

—Lo sé—Sonrió el de cabello castaño.

—¿Crees que llegue a dormir?

—No lo sé, el señor Stark es impredecible. —Se encogió de hombros—Pero aparecerá, eso tenlo por seguro.

Pietro asintió, notando cómo la mirada de Peter se perdía en el pasillo por el que habían llegado.

—¿Qué pasó con tu novio y su ex?

Peter se sonrojó, sentándose en la orilla del balcón, resoplando—Pues… le dejo claro que yo era su novio ahora. Ella regresó con la idea de estar a su lado, su maestro con la idea de usarlos, al final los dos,  sólo querían que él hiciera algo por ellos.

—Pero te eligió a ti.

—Porque no es tonto. Yo quiero hacerlo feliz—Le miró antes de bajarse de dónde se había sentado con un saltito. —Y Tony tampoco es tonto.

—No, no lo es. —Asintió Pietro.

Peter palmeó su hombro en señal de apoyo—Volveré a la habitación, si despierta y no estoy, va a querer marcharse en pijama y sin recuperarse.

—Claro… ve con él.

El hombre araña le dedicó una última sonrisa antes de irse, dejando al corredor solo con sus sentimientos y pensamientos.

Llegada cierta hora, no tuvo ganas de irse a su cuarto, en lugar de eso, subió al del genio. Se quedó parado un rato en el umbral de la puerta, observando todas las pertenencias en la habitación. Tony podría parecer que por su presencia habitual en la prensa, era un libro abierto, pero la verdad era que Tony era muy cuidadoso con su privacidad, habían muchas cosas, cosas del verdadero Tony, del real; del que no soporta que le entreguen cosas, del que aborrece que echen la azúcar antes de los granos de café a la taza, del que sueña con cruzar el espacio, pero al que también le aterra la idea de perderse en él. Del que mucha gente cree egoísta, pero que es realmente un hombre preocupado, bondadoso … y lleno de demonios que no siempre podía enfrentar.

Caminó viendo todas las cosas, y luego se recostó en la amplia cama, se acomodó sobre las sabanas, abrazando una de las almohadas, recordando lo que apenas hace poco tiempo habían compartido en esa ella. Se quedó poco a poco dormido, pensando en los recuerdos, en lo que había vivido en esos casi dos años con el genio, hasta que el sueño y el cansancio lo venció.

 

Marcaban las cuatro de la mañana, cuando Tony volvió a la fortaleza Avengers. No sabía aún que iba a decirle a Pietro, no sabía cómo explicar lo que había pasado. Cómo hacerle notar que Steve era su pasado, y un Stark siempre mira al futuro.

La armadura se desprendió de su cuerpo, quedando varada en medio de la sala, y él se encaminó primero a la habitación del peli blanco, ahora castaño, pero no se atrevió a tocar, o entrar, tocaba la perilla de entrada y la soltaba, antes de decidirse por hablar con él de mejor manera por la mañana, tenía algo en mente, pero no sabía si el chico aceptaría.

Cambió de dirección hasta su cuarto, entrando sin encender la luz, quitándose la ropa, que seguía helada por el lugar de dónde venía, era una zona con mucha nieve y frío, dónde su pequeño amiguito vivía. Se cambió, poniéndose solo el pantalón de pijama, avanzando a la cama, notando entonces la figura de Pietro recostada, se quedó sin habla, al verlo así; lucía tan joven, apacible, tan perfecto.

Le dio miedo, mucho miedo de hacerle aún más daño a ese chico, era un niño prácticamente, tan lleno de vitalidad, tan inocente aún en algunos sentidos, pero el problema es que le tenía tan loco…

Se sentó a su lado en la cama, llevando una mano a acariciarle el cabello, sin querer despertarlo, inclinándose a besar dulce su mejilla.

—Te amo—Le susurró delicado, con toda la sinceridad de su corazón. Suspirando luego, poniéndose de pie. Dormiría en alguna de las habitaciones de huéspedes, o al menos eso fue lo que pensó en hacer, porque fue jalado, cayendo a la cama y siendo apresado por unos brazos fuertes y musculosos.

La espalda de Tony quedó pegada al fornido pecho de Pietro, sentía su suave respiración en su nuca, y sus manos aferrados dulcemente a sus costados.

—¿Por qué… porque no lo dijiste allá?  Cuando te lo pregunté, frente a él…

Tony se tomó unos minutos, y se acomodó mejor en los brazos ajenos, percibiendo su calor. —No lo sé. —Respondió por fin. —Pero es la verdad, Pietro, Te amo. —Se giró despacio, para mirarle a los ojos. —Te amo, lamento lo que pasó, lamento lo que hice. No haberte dicho allí esto, pero estaba, no sé… estaba atemorizado.

—¿Atemorizado? —Preguntó extrañado.

—Hey, no es algo fácil de admitir para mí niño. No me hagas repetirlo. Pero si… lo vi a él, comparé lo que sentí, y el dolor que tuve cuando se fue, pensé en lo que siento por ti, y en lo que voy a sentir si llegas a irte, y fue… aterrador.

Pietro le tomó entre sus brazos, y le besó apasionado, le comió la boca, hasta robarle el aire y los suspiros, dejándole el corazón agitado.

—Nunca voy a irme Tony—Le susurró contra los labios. —Te lo prometo…te amo.

Tony fue el que tomó esta vez la iniciativa de besarlo, pero lo hizo lento y suave, disfrutando de la boca del otro, convirtiendo luego la caricia a gestos dulces y chasqueantes, quedando al final solo abrazados y con las frentes juntas.

—Mañana hablaremos mejor de esto, Señorr Starrk, ahora debe dormir.

—Sí, si… creo que debo dormir—Asintió, bostezando. Los brazos del otro le acunaron, y casi al instante, pudo quedarse dormido, tranquilo, y relajado.

---

—Dile a Wanda que puede venir—La voz de Tony, sonaba muy suave, tenue, era un murmullo en él enorme cuarto.

Eran las nueve de la mañana, y una luz brillante se colaba por las persianas, que Tony le había pedido a FRIDAY que abriera, para no levantarse. Había despertado temprano, y pasado un largo rato observando dormir a Pietro, acariciaba su cabello con cuidado, admirando los rasgos del chico dormido. Estaba enamorado de él, aunque fuera una locura, amaba a ese niño, y deseaba protegerlo de todo, hacerlo feliz.

Tras un rato, Maximoff había despertado, se habían quedado viéndose a los ojos, sonriendo, regalándose dulces besos, respirando suave. Envolviéndose en una burbuja en dónde nada debía afectarles, dónde no existía nada, más que ellos mismos.

—Podrías meterte en problemas por ello. ¿No es así?

—Es tu hermana, y ya me he metido en problemas antes. No habrá gran diferencia —Le dijo acariciando la barba áspera que comenzaba a poblar el rostro del chico.

—Me comunicaré con ella entonces. —Murmuró, moviéndose un poco, quedando sobre el genio, a lo que este le rodeo el cuello con los brazos, recibiendo el beso que Maximoff le dio. —Tu deberías hablar con el Capitán.

—¿Eh? —Tony se alejó de golpe, mirándole con el ceño fruncido. —¿Por… porque haría eso? Es decir, no le guardo rencor o enojo, él… —Se incorporó, sentándose en la cama, haciendo que Pietro rodará hacía un lado, apoyando su codo en el colchón, y su cabeza en su mano, dedicándole una mirada de que no le creía nada. — él tomó su decisión, y creo que hizo lo correcto. —Declaró dando un suspiro.

—No creo que pienses eso de verdad. No tiene caso de que te engañes Tony. Necesitas arreglar las cosas con él.

—¿De verdad quieres eso? ¿Quieres que “arregle” las cosas con él?

—No me refiero a eso Tony—Negó el menor, sentándose también, apoyando sus brazos en las rodillas dobladas que apenas eran cubiertas por la blanca sabana. —Hablo de que—Respiró—Lo necesitas, necesitas un cierre. ¿Entiendes? Finalizar de una vez con eso, para quitártelo de la cabeza.

—¿Crees que aún lo tengo en la cabeza?

Pietro se talló la nuca en un gesto de cierta molestia—¿Por qué te gusta hacerme decir cosas que me ponen celoso?

—No lo hago. —Negó enseguida, apoyando sus rodillas en la cama—Pero si tú crees que sería bueno, quizá… quizá deba intentarlo.

—¿Quizá?

—Bien—Se sentó, cruzado de brazos, soltando un suspiro de desgane, dejando en claro que no le parecía la idea—Intentaré hablar con él, si el así lo quiere, y sólo porque tú estás tan insistente en eso, aunque francamente no entiendo porqué. Miss América no me afecta tanto como crees.

 

—Sé que no—Pietro le abrazó por los hombros y le dio un casto beso en la mejilla—Pero nada pierdes Tony.

Stark se giró y le tomó el rostro, para besar de manera apasionada y demandante al chico. Las cosas iban bien, lo estaban arreglando, ¿no? ¿Para qué involucrar al payaso de franjas y estrellas? Sin embargo, y aunque su orgullo no le permitiera aceptarlo, Pietro podría tener razón, quizá lo que necesitaba era arreglar las cosas fuera de golpes y gritos, hablando tranquilo de lo que sucedió, ponerle el punto final, y así poder seguir tranquilo con el adolescente que a veces era mucho más sabio de lo que su cabello de chico rebelde dejaba adivinar.

—Iré a tomar una ducha, veré a los chicos rojos, y luego a preparar el desayuno—Dijo Pietro poniéndose de pie, para besar la frente de Tony.

—Sabes mantener todo en control.

—Fui un hermano mayor controlador por muchos años—Le respondió, antes de desaparecer en una franja blanca, y una corriente de aire.

Tony, aunque de manera mucho más lenta, se dirigió también a la ducha, relajándose en el agua caliente, por un buen rato, pensando en que le iba a decir exactamente a Steve. Aunque claro primero estaba el punto de dónde hablarían y si este aceptaría, aunque después de lo que había pasado, tenía cierto presentimiento extraño.

Bajó a desayunar, topándose ya con Pietro moviéndose ágil en la cocina, no vio a Visión por ningún lado, aunque no le pareció extraño, sospechaba donde y con quien estaba. Sin embargo, sonrió al ver al abogado y Peter también en el comedor, el chico arácnido, ayudaba a Pietro a poner a la mesa, mientras el abogado tomaba un café, y parecía escuchar las noticias de la mañana, con audífonos desde su celular.

—Buenos días, ¿Qué tal se sienten después de la paliza de ayer? Particularmente me encuentro de maravilla—Saludó, sentándose justo al lado de Murdock.—¿No deberías estar aún recuperación?

—Buenos días señor Stark…

—Llámame Tony.

—Tony—Repitió— No, me encuentro bien, le dije a Peter que no era para tanto, pero él estaba preocupado.

—¿No era para tanto? Te aventaron con un brazo de metal, varios metros lejos, y rompiste una ventana. ¡Volaste como una estrella ninja! Así que perdón si me comporto como Tía May cuando me caía de la bicicleta, pero era necesario—Dijo imitando a su tía, poniéndose las manos en la cintura, cual madre enojada. —Dile Pietro.

—Estabas un poco mal, nada perdías con que te hicieran una revisión—Apoyó el alterado de manera tranquila, dejando el desayuno sobre la mesa.

—No intentes llevarles la contra en tu propia salud, nunca vas a ganar—Le aconsejó Tony, mirando de reojo a su pareja, con una sonrisa de medio lado.

—Parece que los ancianos de hoy en día no saben cuidar su salud—Aceptó Pietro, tomando asiento, para que así todos comenzaran a desayunar.

Tony no podía pensar que existiera una mañana más perfecta, incluso el abogado criticando los nuevos procedimientos legales a los que él estaba accediendo, eran refrescantes, las risas del pequeño Peter, y la mano bajo la mesa que acariciaba su muslo más en tono cariñoso que pasional, los besos en su mejilla, los besos en los labios que sabían a jugo de naranja, la suave música que colocó FRIDAY, que le sorprendió aún más al escuchar al mismo Daredevil tararear una canción romántica en voz baja, recibiendo besos dulces en el oído por parte de Spiderman. Era posible que si pudiera detener el tiempo en ese momento lo haría.

Al terminar de desayunar, él y Matt se ofrecieron a lavar los trastos y recoger la cocina, para dejar que los menores se sentarán en la sala a ver televisión, el apropiado día, para descansar de un más que agitado sábado.

—El niño de verdad está muy enamorado de ti—Fue la voz de Stark la que inicio la plática, con él lavando los platos y Murdock secándolos.

—Lo mismo puedo decir de ti. —Respondió con una pequeña sonrisa—¿Tienes miedo?

—¿Miedo? —repitió incrédulo.

—Sí, yo lo tengo.

—Bueno, y allí se termina el encanto de “el hombre sin miedo”

—Somos mayores que ellos, pero saben algo que nosotros no. —se giró a Tony, cómo si pudiera verlo— Saben afrontar sus sentimientos, no escapan de ellos, no huyen, y los encaran de frente, sin importarles los riesgos.

—¿Estás diciendo que huyes de lo que sientes por el chico araña?

—Lo hacía, igual que tú con Pietro, creo que ambos ya estamos en un período de aceptación.

—Suenan a los doce pasos de rehabilitación, no que haya ido o necesitado ir a una. —Pronunció, causando una ligera risa en el tipo de traje rojo.

—Claro… —Asintió—sólo esperemos que podamos completar los doce pasos—Le sonrió después de decir esto. —Por si no podemos, estaremos en problemas—Aclaró, caminando hacia donde el par de jóvenes estaban sentados.

—Pero el primer paso… es aceptar que tienes un problema—Masculló Tony, para sí mismo, sacando un celular de su pantalón.

 

“Steve, necesito hablar contigo.

12 de la noche, en el parque abandonado

Espero que puedas ir”

 

—¡Tony! ¿Vienes? Iremos a nadar—Le gritó Pietro.

—Voy hacía allá—Respondió entusiasta, guardando de nuevo el celular, decidido a olvidar el mensaje por lo que quedaba del día, hasta la hora marcada.

 

 

 

Notas finales:

Comentarios, críticas, todo es bienvenido! Saludos!


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