Junhui llegó al pequeño apartamento donde vivía por ese tiempo que estuvo en Corea. Antes tenía todavía la casa que sus padres le había dejado, pero él decidió venderla irse a vivir a China con desaparecido esposo (porque aún no se habían divorciado ni siquiera hablado de eso) abandonando su carrera como modelo que era su principal ingreso económico, y fundar una pequeña empresa que con el tiempo se hizo conocida en China.
-Sí hubiera tenido un indicio de que me iba a dejar, nunca la hubiera vendido. Ja! que estúpido.- tiró las llaves en la mesita de la sala y se acomodó en uno de los sillones acariciando su vientre - él, estúpido él, mira que perder una criatura tan hermosa por su orgullo. - sintió un leve movimiento en su vientre y aún más feliz continuó hablándole- Me refería a los dos, bebé. No eres la única criatura hermosa aquí ¿sabes? Tienes la belleza de mis genes.- Los movimientos cesaron y unas lagrimas silenciosas resbalaron por sus mejillas- Tu padre también es hermoso...- Los golpes se reanudaron esta vez con más intensidad- Está bien ya no voy a llorar, tranquilo cariño, vamos a salir adelante sin tu padre. Lo haré por ti, por tu hermanito y por mí, por nosotros.
Su teléfono celular sonó anunciando una llamada.
...dirty dirty Jam Jam…
Aún conservaba esa canción que grabaron en su juventud para ayudar al pequeño Lee Chan en un proyecto final. Se secó las lágrimas rápidamente y volviendo a su tranquilidad contestó.
-¿Hola?
-¿Jun hyung?
- ¡Min! Me llamaste. Y dime como te fue con Hoshi. ¿Adivinó con el brócoli y el biberón o tuviste que utilizar la cajita?
-Fue muy divertido, demoró un poco pero lo logró. Se emocionó tanto que estoy seguro todo el país está enterado de mí estado. Tuviste que verlo hyung! Fue muy vergonzoso se puso a gritar como loco.- la agitada respiración del otro lado del teléfono se calmó y volvió a oirse más serena- pero me encantó, fue hermoso, hyung. De verdad nos ama.
Junhui se recostó cómodamente en su sitio y hablo- De eso no se duda Min, se nota a kilómetros lo mucho que te ama. Me alegra que sean felices, enserio se lo merecen.
-Gracias hyung -hubo un corto silencio antes de que Minghao decidiera hablar.- Eh, hyung, te tengo una pregunta.
-Dime- Junhui se paró de su cómodo lugar. Le había empezado a dar hambre y algo de pollo con helado no le vendría mal.
- Donde estás viviendo ahora hyung?
- En un edificio cerca al centro de la ciudad. Mi antiguo manager me consiguió un piso para que viviera por los siguientes seis meses que dura el contrato. ¿Por qué?- Era cierto que Junhui había venido por trabajo, una revista importante le había contactado cuando todavía estaba en China y después que su esposo se marchara decidió aceptar la propuesta que había dejado al aire, necesitaba distraer su mente de los últimos sucesos y que mejor manera que trabajando; eso hasta que se enteró que estaba esperando un hijo, después de eso solo pudo modelar hasta los tres meses que su vientre podía cubrirse y pasar desapercibido tras prendas anchas y gruesas. Tuvo miedo de que le quitaran el apartamento porque su contrato había terminado, sin embargo pocos días después le renovaron el contrato, esta vez para la revista de maternidad. Estaría eternamente agradecido con el dueño de la compañía.
-Bueno estaba pensando...
-Estabas pensando...
-Sí podía venir a vivir con nosotros, digo que estas muy solo y necesitas a alguien que te acompañe estos últimos meses, podría presentarse una emergencia y no hay nadie que te ayude.
- Ouuh, Min agradezco tu oferta, pero no quiero ser una molestia para nadie, yo puedo arreglármelas solo, no quiero invadir su privacidad.
-Que va, la casa es muy grande para nosotros cuatro. Además necesito a alguien que me acompañe, Soonyoung no quiere que vaya a trabajar por ahora, dice que tengo que cuidarnos, me voy a sentir solo y Hosh no es un gran conversador, duerme como bebé.
-No lo se Min,
-Hyung... Vamos diga que sí, mí casa está muy cerca a la empresa y puedo llevarlo en auto... ¿Siii? - Jun estaba casi, no, completamente seguro que el menor estaba haciendo aegyo para convencerlo, no lo podía ver, pero se imaginaba su carita hecha un puchero como lo hacía hace años para conseguir lo que quería.
- No estas siendo justo conmigo Min,- dijo en son de broma- y ... ¿Cuándo vienen a recogerme?
El gritito alegre de Minghao seguido de “¿Enserio? ¡Que bien!”, que supuso era Soonyoung, llegó a sus oídos y mientras esperaba a que se calmaran le dio una probada a su pollo.
-Mañana mismo iremos a recogerte hyung. Descansa bien.
-Voy a esperar con ansias, ustedes también.
Jun colgó la llamada y con su recipiente de Pollo y su pote de helado se fue a mirar televisión.
-No es mala idea verdad bebé, comenzábamos a sentirnos solos después de todo. Vas a crecer con tu primo o prima, vas a tener con quién jugar. Va a ser divertido.
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Una pequeña niña de aproximadamente cuatro añitos salió corriendo de su habitación rosa con paredes decoradas con unicornios, en medio de la noche. Había escuchado nuevamente esos ruidos dentro de su armario, no es que no sea valiente, pero estaba muy segura que omma Jihoon lo era más, incluso más que appa Cheol.
Cruzó el pasillo sigilosamente sujetándose a las paredes para no tropezar y entró a la habitación de sus padres que dormían abrazados.
-Appa...appa...appa- llamaba sacudiendo el cuerpo aparentemente desnudo de su padre. -appa!
-¿Uhh? Que pasa princesa- respondió Seungcheol medio dormido
-Un mosto en almalio de Ji, appa, teno meyo.
Seungcheol le hizo un espacio en medio para su pequeña hija, pero se olvidó de un pequeño detalle.
-Appa ¿poque tú y omma están sin lopa? ¿Tenen calo?
Jihoon se despertó inmediatamente y empujo a su marido fuera de la cama.
-¿Por qué hiciste eso Jihoonie?
- Ve y acuesta a tu hija Cheol, y ten cuidado de despertar a Dae, me ha costado hacerlo dormir.
-Porque yo? No ves que también estoy desnudo?
-Estas con ropa interior al menos, idiota. Además aún no puedo pararme.- Susurró el más pequeño tapándose más con las cobijas.
-Porque omma no puede pararse?
-Está bien, está bien, vamos cariño. Yo sacare al monstro de tu armario.- Seungcheol se colocó su bata azul, tomó a la niña en brazos y la llevó a su habitación. Se detuvieron en la puerta y Seungcheol prendió la luz.
- No hay nada pequeña, vamos a asegurar el armario para que no salga ¿si?
La pequeña niña se fue a su camita y cubriéndose con las sabanas hasta por debajo de los ojos, vio como su padre entró al enorme armario para demostrar que no había nadie ahí, salvo él por supuesto, y no saldría para asustarla. Aseguro la puerta del armario y se fue a acostar a lado de su pequeña hija, que en menos de un minuto quedó dormida en sus brazos.
Seungcheol se despertó minutos después al sentir algo húmedo en su hombro, miró a su lado tocó a la pequeña en su frente para comprobar su temperatura, estaba ardiendo, y rápidamente se levantó. Se dirigió a la habitación que compartía con Jihoon y se vistió con lo primero que encontró a la mano.
-Que sucede Cheol- Preguntó Jihoon sentándose en su cama al escuchar el alboroto que hacia el mayor.
- Está pasando nuevamente, Jihoon, SeungJi tiene fiebre y está sangrando otra vez.
Jihoon se levantó lo más rápido que pudo y de la misma manera que el mayor se vistió y dirigió a la habitación de su hija. SeungJi, su bebé estaba sangrando por su pequeña naricita, había sido un error creer que la enfermedad se había tratado y minimizado por completo, sin pensarlo dos veces la cogió en brazos.
- Jihoon, tú ve por Dae, yo la llevaré al hospital, deja al bebe con Seungkwan y me alcanzas allá.
Jihoon aceptó sin objeción alguna le entregó a la pequeña y se dirigió a la habitación de su hijo menor, lo acobijó y antes de salir tomó el maletín de emergencias que estaba en la puerta de la habitación, bajó a paso rápido al jardín donde dejaba su auto. Colocó al pequeño bebe en los asientos traseros y arrancó. La casa de Seungkwan era la que quedaba más cerca a la suya y el hospital, conveniente ya que tenían emergencias como estas muy a menudo últimamente.
Jihoon estacionó su auto lo mejor que pudo en medio de su desesperación, cruzó en jardín de la casa con su hija en brazos y tocó el timbre esperando con impaciencia a que le abran, estaba a punto de moler a patadas la dichosa puerta cuando un soñoliento Vernon apareció tras esta.
-Jihoon? Que sucede, son las tres de la mañana.
- Necesito que cuiden a Dae por hoy por favor. Enserio, es SeungJi nuevamente.
- Woozi?
El más bajo miró con ojos suplicantes a su amigo e la Isla de Jeju y este inmediatamente tomo en brazos al bebé.
-Muchas gracias Hansol, Seungkwan. Volveré en poco por él.
Sin decir más, Jihoon se fue tan rápido como llegó dejando a la pareja preocupada.
-Debería ir, ellos me necesitan…
-Tu turno ha terminado hace cinco horas Seungkwan
-Pero SeungJi está enferma, si voy puedo asegurarle la mejor atención y…
-Debes descansar, te lo mereces, ¡prácticamente vives en ese hospital!
Nuevamente la discusión de siempre.
-Tienes una familia Seungkwan, te necesito. No solo con tu presencia, necesito que estén completamente conmigo.
Seungkwan estaba estático con la angustia plasmada en su rostro, debatiendo entre si partir al hospital atender a su sobrina o quedarse con su familia. Ambos eran muy importantes para él. Vernon no estaba siendo justo con él, darle a elegir de esa manera era simplemente cruel. Desde que su pequeña se fue de sus brazos las discusiones de ese tipo habían sido más frecuentes, Seungkwan se encerraba en ese hospital en el que trabajaba y Vernon trataba de ayudarlo de la mejor manera. Pero ya se había cansado de ser el más fuerte de los dos.
-Ella ya no está Hansol, ya no está…- Seungkwan rompió en llanto, Vernon se acercó a secar las lágrimas de su esposo, no soportaba verlo llorar y menos si era por su culpa.
-Shhh, tranquilo bebé, lo siento ¿ok? No debí hacerte gritado- al ver que Seungkwan no se calmaría y seguía repitiendo la misma frase decidió que era mejor dormir y que tome sus pastillas- Lo sé cariño, y también me duele, la extraño demasiado, pero debemos ser fuertes, por ella. Llevemos a Dae arriba para que descanse mejor, no le va gustar despertar con el llanto de su tío favorito, también se angustiaría.- Vernon tomó en sus brazos al bebe que sorprendentemente seguía dormido. Seungkwan recogió la maleta del piso y siguió al menor sin chistar.
Vernon suspiró pesadamente después de dejar al bebé en la cuna que antes fue la de su hija. Seungkwan lo esperaba en la puerta de la habitación, estaba llorando en silencio, abrazó al más pequeño y no se resistió a las lágrimas que ardían en sus ojos y al dolor que había en su pecho. Se había quebrado, ambos estaban cayendo y no sabían cómo levantarse. Después de todo, la razón de seguir para ambos había sido arrebatada se sus brazos.