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La sombra del Amante por Silvia_Riffie

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Notas del capitulo:

Holas mis queridas y queridos lectores, muchas gracias por leer y comentar, lamentablemente no he tenido mucho tiempo para contestar pero lo haré dentro de la semana.

Espero que disfruente el cap. 

Nos leemos abajo.

 


-Naru- Volvió a susurrar Sasuke en el oído del rubio quien tembló levemente.


-To- Terminó el doncel su propio nombre, al ver la mirada interrogativa, sonrió nervioso, si “Don” viera lo que estaba haciendo seguramente lo mataba a larga distancia y así acabaría con todos los problemas que tenía.


-Cómo-Inquirió con la respiración agitada, si bien una parte, una gran parte de él, odiaba a su esposo, algo se remecía furiosamente en su interior, rugiendo que podía estar confiado a su lado.


-La primera vez que hablamos, y tu espalda me hipnotizo-Susurró mirando los labios de Sasuke, ansiándoles una vez más sobre los suyos-Preguntaste mi nombre, te iba decir que era Naruto, pero tu mirada y actitud me pusieron nervioso las únicas silabas que pude unir en ese momento fueron “Naru” –Dijo feliz, al fin podía decirle su verdadero nombre.


Sasuke lo miró un momento sin decir nada, un pequeña sombra pasó sobre sus ojos, pero después sonrió, atrayéndolo a él, y besándolo una vez más. Los niños les miraban mientras jugaban con sus Rex.


-Así que Naruto- Arrastró el nombre supuestamente ficticio de su supuesto esposo-Menma-Entonó y luego volvió a decir Naruto -Me gusta Naruto-Sonrió arrolladoramente-Dos ingredientes del Ramen, interesante-La fresca del doncel le hizo sonreír.


-Oh no tienes idea, de cuánto papá ama el Ramen-Comentó divertido Naruto, pero al ver la expresión en los ojos de Sasuke, supo que de alguna forma había metido la pata.


-Tu padre, pensé que no lo mencionabas por todas las cosas que te hizo-Al ver como su esposo pestañaba sin comprender, soltó un suspiró-Tengo hambre, vamos a cenar-Lo soltó para ir con sus hijos.


-Sasuke dije algo malo-La voz de su esposo llegó a sus espaldas cuando bajaban las escaleras, con una turbación y inocencia que al Uchiha le descolocó.


-Bueno, tú no hablas de tu padre, eso es todo, te pregunté muchas veces por tu nombre a qué venía pero tu simplemente dijiste que lo odiabas tanto como Naru, por eso-Contestó a secas.


Llegaron al comedor donde la cena ya estaba servida, la pareja sentó a los niños en sus asientos especiales, y al ver el menú Naruto arrugó la frente, salió de ahí con rumbo a la cocina.


Todos en ella le miraron extrañados, pero pasó de largo con rumbo a la heladera, y de pronto vio la mesa servida para la cena del personal – Qué están comiendo – Cuestionó a la cocinera.


-Señor…es puré de patatas y hamburguesas caseras sobre salsa de queso –Contestó nerviosa, ya que tenían prohibido comer justo a la hora que se servía la cena a los señores, más haber hecho algo delicioso para ellos, pero era una costumbre tan arraigada, sabía que luego de esa sopa insípida, el Señor Uchiha iría a pedir algo más.


Naruto meditó unos segundos, inflando sus mofletes antes de preguntar si quedaban porciones extras, la mujer asintió con una sonrisa dulce y a cambio se ganó una sonrisa brillante del Doncel, quien le pidió que le sirviera lo mismo a ellos acompañado de algunas de esas verduras que tanto su hermano comía como conejo, y que él tanto odiaban solo por ser verdes, todos les miraron extrañados pero nadie dijo nada, algunos creían que se había golpeado la cabeza.


-Qué hacías – Inquirió Sasuke, jugando con una sopa insípida de extraño color.


-Cambiar el menú-Se sentó en medio de los niños, ante la sorpresa de su esposo – No comas eso – Apuntó a la sopa – Hasta para mí esto es incomible- Comentó más para él que para los demás.


En unos minutos ya tenían servido la comida que el doncel había solicitado, Sasuke miró estupefacto como su esposo se servía un trozo de hamburguesa y lo devoraba como lo mayor exquisitez del mundo. El Uchiha comió en silencio observando cómo su esposo se desenvolvía con los niños, como negociaba con Naru para que comiera más bocado, pudo divisar la desesperación en los ojos del rubio al tratar de que el pequeño tomara más comida, y con Izuna como negociaba que comiera las verduras, a ambos les prometió un postre a su elección, que podían ver  “Monster Inc.” Y dormir juntos. Sasuke juntó sus cejas desde que su esposito había llegado a casa con un atuendo del pasado, con esa chispa agradable de rebelde y picara, que él hacía mucho se había resignado que su pareja había perdida, como se comportaba con los niños, como lo había besado, algo estaba sonando en su cerebro ruidosamente.


Los pequeños donceles habían ido a atacar la cocina, Izuna quería flan de chocolate, y Naru helado de vainilla con galletas, Naruto sirvió una porción a cada uno que consideró prudente, se preparó un tazón de leche para él,  e hizo un café cortado para Sasuke sin azúcar.


Una vez que los niños comieron y jugaron un tiempo con ellos, el doncel decidió que era hora de acostarlos, los llevó a su habitación,  allí los limpió, les colocó pijama, y al darse cuenta que no tenían televisión, se los llevó a su propia habitación, grande fue su sorpresa al descubrir que Menma no compartía el cuarto con Sasuke.


Detrás de él llegó Sasuke con la película y se las colocó en el reproductor, vio como Naruto besó a los niños e incluso antes de dejarlos ver la película los hizo rezar.


-Dormirás con nuestros hijos o conmigo- Naruto cerró los ojos al escucharlo, “Nuestros hijos” sonaba tan hermoso y doloroso al mismo momento, sintió ganas de llorar. Su “esposo” al no escuchar respuesta, suspiró – Como desees- Se marchó de ahí dejando al rubio, quien fue directo al cuarto del baño.


Comenzó a llorar, mordiendo una toalla, de pronto sintió que toda la fuerza y la adrenalina se iban, y el nerviosismo junto al miedo que había evadido en el transcurso del día caían sobre él como roca. Era doloroso vivir lo que pudo ser su futuro, hijos, un hogar, con Sasuke a su lado, pero todo eso le fue arrebatado por su hermano gemelo, una traición sin nombre, cómo había sido posible que su propio hermano le hiciera algo así, sabiendo cuan enamorado estaba del Uchiha, sabiendo que estaba esperando hijos de él. Cuál había sido la razón de hacerle aquello, tenía que haber una razón de fondo, además claro de provocarle un irreparable daño.


Tomó el teléfono móvil y tecleó el único número que se le ocurrió en ese momento.


-Hola-La voz de su progenitor llegó a sus oídos y compulsivamente comenzó a llorar – Naruto- Le llamó, pero solo recibió más llanto – Hijo, qué sucede, qué tienes – Su padre comenzó a desesperarse al escuchar el llanto más fuerte de su niño- Naruto por favor – Rogó angustiado.


-Papá-Susurró tratando de calmarse – Los niños de Menma son hermoso – Comentó hipeando – Y él parece odiarlos, le temen – Soltó un sollozo lastimero – Mi hermano parece ser un hijo de perra-


-Naru…-Minato no sabía que decirle a su pequeño – Le viste, viste a Sasuke- Preguntó, un nuevo llanto le dio a entender que sí.


-Lo amo tanto –Susurró atormentado –Pensé que después de todos estos años había dejado de sentir eso pero al verle, simplemente volví a perder la cabeza, qué voy hacer, Madara dijo que no hiciera nada raro, pero no sé cómo actuar como Menma, él es quien se hizo pasar por mí, sabes que no sé mentir, por qué me metí en este lío, ni siquiera son mis hijos pero ya les amo como si fueran míos, y Sasuke, ¡Dios! Solo quiero que me tenga en sus brazos, pero el pensar que Menma estuvo así me está matando – Dijo rápidamente, siempre que estaba llorando hablaba velozmente por medio a llorar otra vez.


-Solo sé tú – Naruto no podía adivinar el rostro de sumo dolor que su padre tenía en esos momentos, ni como por su cabeza pasaba la idea de buscar a ese hijo de perra llamado Uchiha Madara y golpearlo por meter a su hijo en ese embrolló, como si ya no hubiera sufrido antes lo suficiente, y Menma qué diablos tenía ese otro niño en la cabeza, siempre estuvo al tanto de su condenada envidia para con Naruto, pero el haberle robado al amante y mentirle a ambos, haber quedado esperando del mismo hombre, eso ya traspasaba los parámetros de lo normal, tenía a un hijo loco, y al otro a punto de estarlo.


-Ser yo, es justamente lo que Madara me dijo que no hiciera – Naruto se limpió su llanto con el dorso de la manga de su camisa.


- Ese hombre que ahora es tu supuesto marido, se enamoró de ti, no de Menma, no le mientas, simplemente sé tú, tampoco le digas la verdad, cumple tu palabra con Madara, haz el papel de esposo fiel y de buen padre doncel, pero no imites a Menma – Le aconsejó.


-Gracias – Dijo con voz nasal, tratando de volver a respirar con normalidad.


- Quieres que te visite- Minato deseaba ver a su hijo tenía que cerciorarse que estaba bien, después del fatídico día en que perdió a los bebes, una parte de su niño se perdió para siempre, cosa que lo dejó vulnerable, por otro lado también quería conocer a sus nietos y a ese tal Sasuke.


-Sí, te llamaré para que vengas- Aceptó el menor – Y Papá, debes contárselo a los chicos, sé que si Deidara no ve en tres días más, se desesperará y pensará estupideces, pero por favor dile que no haga ninguna locura porque si las haces quienes más sufrirán son los niños de Menma, y ellos no tienen la culpa de ser hijos de él-Pidió.


-Como desees-Aceptó –Ahora toma una ducha, bebe un tazón de leche y ve a dormir, lo necesitas, te llamaré mañana-


-Gracias papá-Naruto sonrió en una mueca entre animada pero con dolor-Te quiero-


-Te amo hijo,  descansa- Minato se despidió de su hijo, rezando por él para que no sufriera y también por Menma.


Naruto siguió el consejo de su padre, tomó una ducha relajante donde pudo al fin dejar de llorar, una vez fuera del cuarto de baño fue al enorme vestidor de su hermano, busco pijamas, pero para su desgracias las únicas cosas que tenía era cosas demasiado donceliana como las llamaba el zorrito, camisolas con encaje, gazas, transparencias, en colores pasteles, todo era tan afeminado, y él tenía un problema con eso.


No era que no aceptara ser un Doncel, de hecho sí, pero era también un hombre, y cuando fue al jardín siempre le molestaba como los varones se metían con los donceles, las mujeres también se burlaban de ellos, por lo que comenzó a interesarse más por la vida de los varones, tuvo la suerte de hacerse de dos buenos amigos varones, quienes le aceptaron sin molestarlo por su condición, y le ayudaron en todo, cuando llegó a primeria ni siquiera los profesores podían saber si era doncel o varón, cuando le preguntaban a sus padres estos simplemente pasaban de la pregunta, Naruto les había rogado guardar el secreto, aunque no compartían su sentimiento ellos aceptaron, aunque Kushina temía que su hijo menor detestara ser doncel, pero el niño le explicó que no quería que le vieran como alguien débil, tampoco quería que su condición lo limitará a experimentar una vida como las que llevaban los donceles, siempre recatados, tímidos y rectos.


Aún así su madre le enseñó el arte domestico, las pequeñas cosas que sus tres hijos donceles debían saber para el futuro pero de paso también Yahiko tuvo que aprender ya que le dijo que ni el doncel ni la mujer se casaban para ser los empleados de los varones.


La diferencia entre Menma y él fue aumentando, en tanto su gemelo cada vez era el Doncel más perfecto que alguien conocería Naruto era ambiguo, desordenado, despistado, hasta  brabucón, chillón, molesto, y rebelde que se conocía en la secundaria, muchas veces peleaban porque Menma decía sentirse avergonzado por él y que no merecía ser un Doncel, era una vergüenza para el género.


Quizás por eso le había robado su felicidad, su vida, pero él solo buscaba liberarse del acoso escolar, no quería ser dañado por ser un doncel, ni humillado como a muchos les pasó, y él los defendía, muchos les seguían como un referente en la preparatoria, jugaba basquetbol y animó a otros donceles a unirse, muchos equipos de otras escuelas se reían pero gracias a sus superiores varones tuvieron la confianza de llegar más allá.


Dejó de pensar en eso, cuando se rindió al encontrar algo que ponerse para dormir, salió del vestidor, pasó frente a sus sobrinos que ya se habían quedado dormidos, les miró bastante tiempo, se veían tan lindos durmiendo tomados de la mano, eran las cositas más tiernas que él había visto en su vida, cómo Menma había sido capaz de escaparse dejándolos atrás, él era ahora la escoria que no merecía ser doncel, dar vida y abandonarla era anti natural, soltó un suspiro cansando, fue junto a ellos beso la frente de cada uno, prendió las lámparas de las mesitas de noche y salió de ahí.


Sasuke estaba acostado leyendo un libro de misterio, la puerta se abrió e inmediatamente sus ojos fueron hacía la entrada, su esposo entraba ahí con una toalla ataviada alrededor de su cuerpo, con el cabello revuelto semi mojado, podía ver las contorneadas piernas canelas, perfectamente alineadas, pantorrillas suaves, muslos generosos.


Su esposo pasó por su lado, sin decir palabra, hacia su vestidor, soltó una maldición molesto consigo mismo, con solo verle así ya tenía una erección potente, había transcurrido mucho tiempo desde la última vez que había tenido esa reacción al verle, pero de verdad que parecía diferente tanto su cuerpo como su actitud, qué demonios había pasado en tres semanas fuera de su casa, cuando lo volvió a ver, sintió que su ser se removía con violencia, su doncel llevaba puesta una solera gris con un estampado de murciélago, estaba un poco desteñida y desaliñada con unos cuantos piquetes, era la solera que usó en la segunda cita que tuvo con “Naru” y al terminar su sesión de sexo el rubio coqueto se la había puesto y él había encontrado que se veía tan sexy que en cada encuentro la llevaba consigo para dársela como un pijama temporal, muchas veces quiso botarla, porque siempre le recordó una parte maravillosa de su pasado que no volvería, y una vez cuando le preguntó a Menma si gustaba de ella la risa cruel lo dejó helado diciendo que era la cosa más horrible que había visto, cuando  él mismo le había dicho que le gustaba por el murciélago.


Dejó de pensar en eso cuando lo vio rodear la cama, propinándole una vista maravillosa del trasero redondo y sensual de su esposo, mostraba lo justo esa solera por eso le encantaba en el pasado verla en él.


Naruto levantó las tapas y se acomodo dentro de la cama, nervioso, ansioso, no sabía que esperar de ese momento, no sabía si Sasuke lo iba a echar a patadas, tampoco si quería discutir con él y si se lanzaría sobre él para poseerlo. El Uchiha dejó el libro en la mesita de noche, se quitó sus anteojos y se giro para verlo a los ojos.


-  Sasuke qué piensas- Naruto se arriesgó a preguntar primero, al ver la penetrante y obscura mirada de su “cuñado” antes ese pensamiento quiso reír para no ponerse a llorar.


- En ti – Reconoció cansado por el viaje y el extraño comportamiento de su doncel.


- Eh estado actuando raro verdad- Dijo quedito mordiendo su labio en el acto, haciendo ese tic que tanto le gustaba a Sasuke, éste solo afirmó con la cabeza – Hablé con mi padre –


- Al hombre que tanto odias porque te destruyó la vida, solo por cómo fue que dijiste- Sasuke miró el techo buscando recordar las palabras – Ah sí, por amar más a tu hermano Kyubi y darle todo a él y no a ti que eras mucho mejor que el otro idiota – El Uchiha arrugó el seño al ver como su pareja palidecía – Qué pasó con él, cuándo lo conoceré –


- Eso no será posible – Contesto, “porque estás frente  del idiota” agregó para sí el rubio, Kyubi era un Nickname que usaba cuando joven por Messenger, era el nombre de una mascota que sus padres le regalaron, un zorrito, y cuando este falleció a temprana edad, comenzó a usar el nombre en todo, e-mail, pseudónimo para salas de chats, fotolog, my spyces, y todas esas cosas que cuando joven alguien tiene en la web – Kyubi está en el extranjero y no nos llevamos para nada bien, a mi padre lo podrás conocer si deseas, quiere conocer a los niños, y creo que es hora de hacer las paces con él y toda mi familia – Agregó tratando de cambiar el tema.  


-Me parece bien, invítalo para cenar mañana – A Naruto aquello no le sonó como una opinión, sino una orden, y estaba claro que Sasuke no iba a discutirlo, así que aceptó con un movimiento de cabeza.


- Algo más que debas decir- Le incitó, sabía que era la punta del glacial – Háblame quiero saber que hay dentro de tu cabeza – Rogó.


- Puufff – Soltó Sasuke, llevando una mano a sus cabellos para revolverlos con impaciencia – Ahora quieres escuchar que hay en ella, cuando ante solo querías mi silencio y asentamiento de cabeza para aceptar todos tus malditos caprichos, qué casa tener, la decoración dentro y fuera de ella, la comida que debemos comer, todo con respecto a los bebes, porque Menma son unos bebes y uno de ellos está en ballet, y al otro le dices idiota, tu maldita derrochadora manera de gastar dinero en estupideces y ropa de diseñador, tu obsesión por ser perfecto, un modelo de doncel, no digo que eso  este mal, pero no eres para mí, pensé que sí, pero quiero fuego, y tú lo eras al principio, cuando te conocí eras lo más hermoso y sensual que había visto, después quedaste embarazado, tú cambiaste, en el momento que me dijiste que te llamabas Menma, primero pensé son las hormonas, pero de eso han pasado tres años y te has convertido en un hijo de puta frígido-Soltó furioso.


Sin tener exactamente una idea de por qué sus ojos estaban cristalizados y tenía unas tremendas ganas de llorar, Naruto se mordió el labio con fuerza, tratando averiguar porque le dolía tanto las palabra que eran dirigidas a su hermano y no a él.


-Menma quiero el divorcio y la custodia de los niños, tú no los amas – Pidió de pronto, aprovechando la oportunidad que su esposo le había dado – Te daré todo el dinero que quieras y una pensión para que vivas el resto de tu vida sin problemas como siempre lo has querido, y adem…- El sonido de una abofeteada sonó en el lugar.


Naruto comenzó a llorar, otra vez en la misma noche, no era un llorón, pero Sasuke lo había insultado con su propuesta, y si bien, nuevamente se decía, que no era para él sino para Menma, sus palabras dolían.


-Y ahora qué mierda viene eso…No es lo que querías desde que te enteraste de que era millonario, no deseas mi dinero-Sasuke estaba furioso – Si bien hoy te acercas a lo que fuiste en el pasado, nadie me dice que seguirás  así, ya has dicho antes que cambiaras pero no lo haces…-


-Cállate-Naruto gritó- Trastorno de identidad disociativo-Vociferó, quedando en silencio en el acto, sorprendido de su propia mentira, los ojos del Uchiha estaban que salían, ambos se observaron desafiándose en el momento.


-Qué acabas de decir-Sasuke se tuvo que levantar de la cama sin dar crédito a lo que oía.


-Desde pequeño tengo dos personalidades, Menma y Naruto, según los doctores Menma es la dominante, pero no estoy seguro, lo último que recuerdo antes de esta mañana era saber que teníamos una cita Sasuke…

Notas finales:

Gracias por leer, ya saben cualquier duda, opinión en los comentarios, que los agradezco demasiado.

Que tengan hermosa semana, nos vemos el proximo lunes.

 

Silvia


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