Era martes, y el día daba la pinta como si fuera a ser uno más de la enorme lista. Mi mamá extrañamente me había preparado el almuerzo para la escuela, ya que es raro que ella tenga el tiempo para ese tipo de cosas. Siempre estaba ocupada trabajando y cuando no se encontraba en jornada laboral, se hallaba en la casa haciendo los quehaceres. Ella siempre ha sido una mujer bastante trabajadora y comprometida con su familia, por ello y muchas cosas más es que la amo con todo mi ser. Me despedí de ella dándole un leve beso en la mejilla para salir hacia la escuela. A mi padre era al que rara vez veía, ya que el también dedicaba gran parte de su tiempo a trabajar y más de una vez se aprovechaban de él haciendo que trabajara horas extra. Por dentro yo ya tenía un poco de urgencia por poder terminar la escuela y comenzar a aportar a mi familia. Había tiempos en los que el dinero no bastaba, pero mis padres de alguna u otra forma se las arreglaban. Les debía bastantes cosas y gracias a ellos soy la persona de ahora, no tenía ni una sola queja al respecto y estaba completamente agradecido de la vida que Dios me había otorgado.
Cuando llegue al aula vi como la mayoría de alumnos ya estaba sentados en sus lugares. Pase rápidamente mi mirada por cada rincón del salón hasta que vi como Tony hablaba casualmente con Pepper. Al momento en el yo pose mi mirada en él fue que vi como se había percatado de mi presencia, volteando a verme y conectando nuestras miradas. Yo estaba a punto de saludarlo pero vi que rápidamente el desvió su mirada hacia con Pepper para poder seguir hablando. Talvez solo era mi imaginación pero era como si él quisiera evitar cualquier conversación o contacto innecesario conmigo. No podía culparlo, después de todo yo fui el que decidió que las cosas fueran de este modo y claramente no podíamos seguir como antes de su confesión. Por dentro pensé que lo mejor que yo podía hacer en este tiempo era el dejarlo en paz. Probablemente el aún no se sienta cómodo cerca de mí y lo que menos quiero es causarle alguna molestia. Con algo de resignación agache mi mirada para dirigirme a mi asiento.
Las clases continuaron hasta que llegó la hora del descanso. Iba caminando por el jardín con dos chicas que muy amablemente habían comenzado una conversación conmigo. Nunca había cruzado palabra con ellas pero aun así parecía que eran bastante agradables, preguntándome cosas sin real importancia. Yo amablemente les contestaba hasta que vi como en una banca lejana, se encontraba Natasha sentada disfrutando de su almuerzo. Me disculpe de antemano con las chicas para después dirigirme hacía con ella y disfrutar con ella de nuestra comida.
—Hey Nat ¿te puedo hacer compañía? —pregunté tontamente, al saber que esas preguntas normalmente no se hacían. Solo vi como ella seguía comiendo a la vez de que daba palmaditas en el asiento a lado de ella en señal de que no había ningún problema.
—El maldito director me mando a hablar nuevamente para hacer los deberes —se quejó una vez acabando su bocado.
—Supongo que piensa que eres muy eficiente —comenté con algo de gracia al ver su mueca de disgusto.
—No sé porque siempre me pide hacer las cosas a mí, hay miles de alumnos en esta escuela y Fury solamente me considera a mí como opción. Incluso cuando a veces viene Clint también lo hace trabajar, a pesar de que él no es alumno de aquí —continuaba su relato sin dejar su fastidio atrás.
—Jajaja me alegro no ser el objetivo de Fury — comenté a la vez de que comenzaba a comer mi refrigerio que consistía en una ensalada con pollo.
—Uhhh eso se ve delicioso —expresó Natasha a la vez de que tomaba dos pequeños pedazos de crutones. Yo simplemente sonreí ante su acción. Una vez terminando su bocado fue que continúo hablando—. Y luego está el asunto con Bruce, lo castigaron por haber tomado demasiado en la fiesta y no podrá salir en todo el fin de semana —dijo ahora con una expresión algo triste y enfadada.
—Que mal, supongo que sus padres nunca lo habían visto así.
—Si pero la verdad vial la pena —expresó ahora con una sonrisa traviesa, seguro se la había pasado increíble el viernes—. Me pregunto cómo le habrá ido a Tony —esto último lo dijo como un pensamiento a voz alta. ¿Tony? ¿Acaso Tony se había puesto mal? Y justo cuando le iba a preguntar sobre aquello fue que ella continuo hablando—. ¡Oh! ¡Mira! Hablando del rey de roma. ¡HEY BRUCE! ¡TONY! —gritó Natasha y vi como posaba su mirada a un punto fijo para después rápidamente voltear a ver a quienes se dirigía y efectivamente, eran Bruce y Tony.
Al parecer estaban caminando por el jardín sin haberse percatado de nuestra presencia y ante los gritos de Natasha ambos voltearon hacia donde nos encontrábamos. Vi como rápidamente Tony le decía algo a Bruce para después alejarse de ahí y salir corriendo. Ante las palabras de Tony solo pude ver como Bruce asentía con la mirada algo compasiva. Después, ya estando solo, fue que se encamino hacia nuestra banca, cambiando su expresión por una sonrisa. Cuando llego, saludo casualmente para después darle un corto beso a Natasha y sentarse a lado de ella.
—¿Por qué no vino Tony? —preguntó Natasha curiosa al momento en el que Bruce ya se había sentado.
—Recordó que tenía algo que hacer —contestó Bruce sin más dando por terminado el tema. Me pregunte por dentro si eso era del todo normal. Seguramente invento ese pretexto para no estar conmigo, pensé.
Después de aquello la conversación surgió amenamente entre los tres, hasta que en algún punto Bruce comenzó a pellizcar la comida de Natasha y con ello comenzando un pequeño juego de pareja en el que Natasha le daba de comer a bruce en la boca y le pellizcaba suavemente la nariz en ratos, ambos riendo cortamente. Yo los observe un momento con una pequeña sonrisa, cuando dos personas estaban enamoradas prácticamente se encerraban en su propio mundo y nada más existía que no fuera su pareja. Vi como Natasha le daba un pequeño golpe en la frente para después darle un delicado beso. Fue en esos momentos en los que me sentí algo incómodo haciendo mal tercio y sin más me retire de ahí con una excusa cualquiera.
Ese día llego la hora de la salida rápidamente. Yo me encontraba en mi última clase, compartiéndola con Bucky, ya que tenía la fortuna de estar con él en las últimas dos materias. Como hoy no teníamos entrenamiento me aventure a invitar a Bucky a mi casa para jugar videojuegos. Era bastante común el que nosotros nos dirigiéramos a hacer alguna actividad después de clases, después de todo éramos mejores amigos y no era de extrañarse que fuéramos tan unidos.
—Lo siento hermano, hoy no puedo —contestó sin más a la vez de que veía como guardaba su cosas con algo de prisa.
—¿Por qué? — pregunté algo confuso, era rara la vez que me declinaba una invitación, después de todo él no era un chico tan ocupado.
—Quede con Tony para estudiar calculo integral —contestó con simpleza sin dejar si tarea de lado
—¿Calculo integral? Pero según yo no tienes problemas con esa materia —respondí con las cejas enarcadas por sus raras palabras. Ante esto el simplemente se encogió de hombros. Esto era bastante extraño, Bucky no era un genio ni nada por el estilo pero llevaba bien las materias, talvez no tenía el mejor promedio pero tampoco estaba en riesgo de reprobar. Y sobre todo se me hizo aún más extraño que haya quedado con Tony ¿desde cuándo él y Tony son amigos? ¿Desde cuándo quedan para verse? Fueron preguntas que comenzaron a formularse dentro de mi cabeza.
—Nos vemos Steve — fue lo último que dijo para después salir prácticamente corriendo de ahí. Yo aún seguía con una expresión incomprensiva. Después fue como fui recordando poco a poco cuando yo también me quedaba con Tony en las tardes, por asuntos escolares. Fueron buenos tiempos que probablemente jamás se volverían a repetir. Pero mis pensamientos fueron abruptamente interrumpidos por algunos compañeros de mi salón que comenzaron una conversación sin importancia conmigo al verme completamente solo. Yo simplemente les seguí el juego dejando todos mis pensamientos de lado.
Al día siguiente en la primera clase fue exactamente lo mismo. Al momento en el que Tony conectaba su mirada con la mía, rápidamente la desviaba. Supongo que ya ni siquiera nos saludaremos como antes. No hubo ninguna cosa fuera de lo normal después de aquello, yo me encontraba caminando por los pasillos dirigiéndome hacia mi próxima clase y justo cuando iba a dar la vuelta en una esquina fue que escuche como tres chicas estaban cotilleando. No es como si a mí me interesaran los chismes y mucho menos el esconderme a escuchar las conversaciones ajenas, pero lo que hizo pararme en ese momento fue que escuche como mencionaban el nombre de Tony con claridad. Sin saber por qué simplemente me quede escondido de la vista de aquellas chicas para poder escuchar de qué se trataba.
—No tiene caso el que te ilusiones Cindy, jamás tendrás oportunidad con alguien como Tony, tenlo por seguro —decía la primera chica con un poco de fastidio.
—Ehhh pero tan siquiera lo puedo intentar ¿cierto? Al parecer no esta tan amargado como todos pensábamos ya que en la fiesta se le veía bastante animado —trataba de convencer la segunda chica, con un tono esperanzado.
—No es por eso mensa, por ahí escuche que Tony es marica.
—¿Es enserio? ¡No lo puedo creer! ¡Que repulsivo! Con razón es todo un rarito —comentaba ahora la tercera chica agregándose a la conversación.
—También me comentaron que esta completamente loco por nada más y nada menos que el atractivo STEVE ROGERS.
—¡Iugh! ¡Imagínate! pobre de Steve, debe de ser totalmente horrible el tener a un adefesio detrás de ti —continuaba hablando la tercera chica con disgusto. Ante sus palabras sentí una rabia incontrolable mientras mis manos las hacia puño con fuerza dejando completamente blancos mis nudillos ante la poca circulación de sangre.
—Y no solo eso, también escuche algo sobre como sus padres están muertos y ahora se ha convertido en un drogadicto sin rumbo. Así que en definitiva ese chico no te conviene Cindy, más vale que te busques a alguien más —comentaba la primera chica imitando también el tono de disgusto.
—JA pobre desdichado, mira que huérfano y joto, ahora veo porque nadie se acerca a él. Seguro que si le hablas se te pega lo lunático. —decía la tercera chica a lo que no me pude aguantar más y salí rápidamente de mi escondite, posándome enfrente de esas entrometidas que no sabían hacer nada más que soltar veneno. Estaba bastante enojado y claramente lo expresaba con mi rostro ¿Cómo es posible que existan este tipo de personas? Inmediatamente después las tres se giraron hacia mí con cara bastante espantada, como si de la nada se les hubiera aparecido un fantasma. Tenía unas inmensas ganas de hacerlas callar, pero claramente no podía golpear a una mujer, así que me limite a las palabras para dejarles muy en claro lo que pensaba.
—Ustedes no tienen ningún derecho a hablar de Tony así, ni siquiera lo conocen —escupí mis palabras demasiado enfurecido.
—P-pero Steve ¿no te da asco? Te hace pensar que es tu amigo pero en realidad te ve de forma sexual —decía la primera chica excusándose rápidamente.
—Al fin y al cabo ¿a ustedes que les importa? Ese asunto no es de su incumbencia ¿o sí? Deberían de cortarles la lengua al decir tanta sarta de mentiras —dije a la vez de que las fulminaba a las tres con la mirada. No quería ni pensar como reaccionaria Tony al escucharlas. Estaba bastante cabreado.
—N-nosotras no fuimos lo que lo invento Steve, te lo juro —comentó la segunda chica nerviosamente de una forma ridícula por excusar sus palabras anteriores.
—¡¿Quién fue entonces?! —pregunté un poco más exaltado, definitivamente haría pagar a la persona que se atrevió a echar pestes de Tony.
—S-Sh-Sharon —dijo la tercera chica a la vez de que sudaba de forma inquieta. Maldita Sharon desgraciada, pensé. Al parecer no se cansaba de hacerme la vida imposible, no se conformó simplemente con engañarme y ponerme los cuernos, ahora también se llevaba a Tony de por medio en sus actos.
—Escúchenme bien, no quiero volver a escuchar que vuelven a hablar mal de Tony ¿entendido? O si no de verdad que no podre contenerme —finalice con una mirada de desprecio a lo que ellas asintieron angustiadamente.
Con esto me di la vuelta rápidamente para perderlas de vista. Eso probablemente había sido muy agresivo, descortés e incorrecto. Una vez alejado fue que reflexione mis palabras pensando que probablemente me había pasado un poco, ya que estoy muy acostumbrado a tratar a las mujeres con bastante respeto, pero de verdad que no pude contenerme al escuchar todo lo que decían del pequeño Tony, él no se merecía todo esto.