El martes pasó sin ningún contratiempo y ninguna novedad. Lo único que recuerdo que fue completamente fuera de lo normal en mi rutina diaria fue que sin querer cache a Thor y Loki besándose apasionadamente detrás de un edificio. Thor mantenía a Loki en el aire y recargado contra la pared, mientras que Loki envolvía sus piernas alrededor de la cintura de Thor robándose el aliento el uno al otro como si fuera la última vez. En primera no es como si ellos hubieran estado muy escondidos que digamos y segunda, yo simplemente pasaba por ahí, de verdad no hubiera querido apreciar esa escena en todo su esplendor. Solamente Loki se dio cuenta de mi presencia, pero al parecer no le incomodaba en lo absoluto, ya que no paraba sus acciones y las realizaba con gusto. Rápidamente me retire de ahí para que Thor no me viera y tornar el momento en algo incómodo para ambos, ya que estaba más que seguro que a Thor si le apenaría que yo lo viera así. Por lo menos ya se arreglaron, pensé.
Al verlos me pregunte el cómo sería hacerlo con un hombre ¿se sentiría igual de bien que hacerlo con una mujer? Aunque yo más que nadie sabía perfectamente que no podía comparar ese tipo de cosas. Es prácticamente un secreto que mantengo en mi interior pero a mis 19 años de edad puedo decir que aún no he tenido mi primera vez. Oportunidades me han sobrado, pero siento que ese acto es algo que se debe de hacer entre dos personas que realmente se aman con locura y pasión. Siento que es algo muy íntimo, que no se debe de hacer con cualquier persona y sé que el que yo piense todo esto es tremendamente ridículo y tonto. Si alguien se llegara a enterar, las burlas hacia mi persona no pararían. Últimamente la sociedad lo toma como un simple acto de placer que no conlleva nada más en ello, pero para mí era algo importante, debía de ser algo único y personal. Pero obviamente jamás le revelaría a alguien el que aun soy virgen ni mucho menos mis pensamientos.
Me alegre por mi amigo Thor, en cierta forma admiraba la relación de aquellos dos. A pesar de todos los obstáculos, a pesar de todas las cosas que tuvieron que pasar, seguían juntos y claramente se podía ver que se amaban con intensidad. Siento que muy rara vez puedes llegar a ver una relación de ese tipo, ya que normalmente siempre hay alguien que pone más de su parte o que simplemente recibe o da más amor que la otra persona. Un ejemplo, mi relación con Sharon, aunque a pesar de que me gustaba nunca llegue a sentir ese tipo de sentimientos hacia ella. Si, la quería, pero no fue algo realmente del otro mundo y a pesar de que me dolió cuando me entere de su engaño, no llegue a derramar si quiera una sola lagrima ni llegue a sentir vacío mi pecho. Supongo que sí es bastante difícil el encontrar a alguien realmente especial.
La única vez que he sentido un amor tan fuerte como el que se tienen aquellos dos tortolos fue cuando yo aún era un completo debilucho. Había una chica en mi clase llamada Peggy, que puedo decir, ella era la mujer perfecta. Bella, inteligente, carismática, amable y fuerte, todas y cada una de esas características fueron las que me dejaron perdidamente enamorado. Ella siempre fue muy noble conmigo y cada vez que podía me ayudaba en mis problemas. Lamentablemente ella se fue de intercambio y jamás la volví a ver. Se fue sin tener idea siquiera de todo lo que llegue a sentir por ella, pero a pesar de las circunstancias, me alegra el haberla conocido. Mis sentimientos fueron tan grandes que hasta la fecha la sigo recordando con añoranza y gusto, pero simplemente fue un amor que no se pudo realizar.
Llego el miércoles y con ello mis pensamientos acerca de que volvería a ver a Tony. Debía de admitir que estaba un poco emocionado al respecto y que había sentido que estos días que había faltado habían sido eternos. Cuando llegue al salón rápidamente lo busque con la mirada y lo encontré en su respectivo lugar. Estaba seguro que él me voltearía a ver, y así fue. Fue cuestión de segundos para que finalmente nuestras miradas se conectaran y a pesar de todo, me arriesgue a saludarlo de forma normal y con una sonrisa. Pensé que el simplemente voltearía la cara evitando hasta mi simple saludo, pero inesperadamente me correspondió el saludo casualmente y como antes, claro sin la gran sonrisa que antes me mostraba a cada segundo pero por lo menos ya me conformaba con que no me ignorara por completo.
Cuando acabo la clase quise pararme de mi asiento para ir a hablar con él, pero vi como el profesor lo llamaba para que checaran algunas cosas, así que sin más, salí de ahí siguiendo mi rumbo.
Cuando abrí mi casillero para sacar los libros de mis próximas materias, vi una peculiar carta posada sobre mis cosas. La carta tenía un ligero toque femenino, sin contar la bonita letra que la caracterizaba. No me extrañe demasiado, al suponer más o menos de que iban las cosas. Al momento de abrirla simplemente lo confirme. Era de una chica, citándome en el descanso para poder hablar. En la firma se podía leer claramente el nombre de Alma. Me concentre un poco buscando dentro de mi memoria para poder acordarme de ella. Finalmente apareció una cara en mi mente. Ella era una chica de cabellos claros, bonito cuerpo y buena cara. No la conocía del todo bien, pero si había hablado con ella en más de una ocasión. Era alguien agradable que siempre me ofrecía su ayuda aunque no la necesitaba y con esa carta solo confirmaba mis sospechas acerca de sus intenciones.
Sé que esto de las cartas sonara muy anticuado pero es impresionante como hasta la fecha se siguen usando este tipo de cosas. Un típico cliché, para nada original o nuevo. También era impresionante la frecuencia con la que recibía este tipo de cartas. No es por ser presumido ni mucho menos pero desde que cambie mi apariencia y me cambie de escuela, el que las chicas se acerquen a mí en busca de atención es algo perfectamente normal. Suspire con un poco de cansancio al saber que tenía que asistir a esa cita y que seguramente me quitaría mi tiempo libre, pero no podía simplemente faltar, ya que eso sería extremadamente grosero sin contar lo cruel y vil de mi parte.
Cuando llegó la hora del descanso, rápidamente me encamine al lugar en el que el que ella me había citado para poder acabar con eso de una vez por todas. No es que no me importaran sus sentimientos, es solo que sabía que simplemente le gustaba por mi físico y eso en si no es algo que me emocione mucho. Pude ver de lejos que ella ya se encontraba ahí, esperándome recargada en la pared.
—Hola Alma ¿llevas mucho esperando?
—Solo un poco, lo importante es que ya estás aquí —respondió con una sonrisa. Se podía ver claramente como estaba tremendamente nerviosa, se agarraba las manos en signo de inquietud y tenía un ligero sonrojo en su rostro.
—Bueno ¿Qué es de lo que tenías que hablarme? —pregunté con tranquilidad sabiendo perfectamente el rumbo de las cosas.
—Emmm…. Steve… la verdad es que me gustas. Me gustas mucho y…… —comenzó a decir con excitación a lo que yo solo la escuchaba con atención.
Pero poco a poco deje de escucharla al percibir a Tony. Mis ojos se posaron en él, estaba bastante alejado y seguramente él no podría verme ya que me encontraba en una posición un tanto escondida. Se encontraba en una banca con Loki y Pepper, platicando animadamente haciendo ademanes con sus manos para poder expresarse mejor. Por lo que pude ver, seguramente Loki se estaba burlando de él, ya que reía con diversión mientras que Tony se mostraba un tanto enojado. Intento darle un golpe con su puño, pero con agilidad Loki lo esquivo, provocando así que el puño de Tony chocara con el tubo que sostenía la sombrilla de aquella banca. Ante esto Loki y Pepper se soltaron a carcajadas mientras veían como Tony soltaba una que otra blasfemia y se sobaba el puño. Inconscientemente se formó una pequeña sonrisa en mi rostro al ver que a pesar de ser todo un genio, tenía sus momentos de torpeza.
—¿Steve? —escuché una voz que me trajo de vuelta al presente. Espero que no haya notado que no escuche absolutamente nada de lo que me dijo.
—Mande —contesté mostrando una sonrisa de compromiso más que nada.
—¿Qué dices? —preguntó Alma con algo de esperanza en su voz—. Yo sé que tú también me miras de la misma forma que yo, y sé que no te soy del todo indiferente así que podríamos intentarlo ¿no crees? —¿de dónde había sacado tal conclusión? Talvez lo pensó porque había sido amable con ella pero aun así, yo no recuerdo haber mostrado ningún tipo de interés por ella.
—Dime Alma ¿Qué es lo que te gusta de mí?
—¿Q-que es lo que me gusta d- de ti? Mmm pues ya sabes…. Eres buena persona y así —respondió con nerviosismo.
Lo sabía, sabía que simplemente le gusto por mi físico y por nada más, si ni siquiera me conoce y ya dice quererme. De hecho no sé porque me tome la molestia de preguntarle aquello, sabía perfectamente que no había visto más que un bien formado cuerpo y una linda cara. Me pregunte si alguna vez alguien me querrá por como soy y no solo por mi físico e inmediatamente surgió mi respuesta. Si había alguien que me quería de tal forma y yo sin más lo rechace. De todas las veces que me han confesado sus sentimientos, ninguna se compara con esa noche en aquella fecha. Supongo que nunca me habían dedicado palabras tan mas preciosas y yo sin más las hice a un lado.
—Lo siento, no puedo salir contigo —finalicé para después retirarme de ahí. No quería atormentarme al pensar en cómo fui con Tony. El solo pensamiento de saber que le hice daño me atormentaba.
A la salida decidí salir a buscarlo, intentaría hablar como normalmente lo solíamos hacer y le haría la invitación a mi casa. Pero lamentablemente no lo encontré, al parecer se había ido pronto a casa, perdiendo así la oportunidad de charlar con él y tratar de hacer las cosas como eran en un principio.