Al día siguiente tenía mi mente completamente en las nubes. No podía dejar de pensar en cada instante todo lo que había ocurrido estos últimos días. Todas las emociones que había experimentado últimamente y cuestionarme el porqué de ellas, también pensaba el si debía de hacer algo respecto a ello, nadie se mete con Tony Stark y tenía que dejarlo en claro, pero a la vez pensaba que lo mejor era alejarse del asunto y no permitir que me sigan haciendo daño, si, de hecho eso era lo mejor. Llegue a una hora considerable. Esto se estaba convirtiendo en una rutina ya que últimamente no podía dormir, gracias a ello no me costaba ningún trabajo el despegarme de las sabanas y empezar con mi rutina matutina. Llegue y las cosas parecían normales y en orden. Yo me encontraba totalmente en mi mundo, pensando y pensando. Tenía una mano apoyada en mi babilla que a simple vista daba un aire pensativo y de concentración absoluta. Me empecé a mecer de adelante hacia atrás en mi butaca con solo las patas traseras tocando el piso.
- Tony deja de hacer eso te vas a caer-. Dijo Pepper en forma de regaño.
Yo la ignore completamente y seguí totalmente sumido en mi propia mente. Pasando unos segundos de aquello dicho por Pepper fue que sentí como de la nada perdía el equilibrio y me iba hacia atrás, cayendo muy rápidamente de mi asiento golpeándome fuertemente mi trasero y espalda baja. Vi como todas las miradas en el salón se posaban en mí, para que segundos después todos mis compañeros estallaran en carcajadas. Ok lo admito me hubiera dado bastante gracia si a alguien más le hubiera ocurrido no a mí. Voltee mi mirada a Rogers, que me miraba bastante divertido y con esa sonrisa característica que ya tenía tiempo sin apreciar. Mi corazón dio un pequeño vuelco y me quede mirándolo perdidamente. El de inmediato recordó la situación en la que nos encontrábamos nosotros dos, ya que a un pequeño gesto de sorpresa le siguió uno de compostura. Se aclaró la garganta y volvió a poner la misma expresión indiferente que me dedicaba estos días para después voltear al frente, en el pizarrón. Poco a poco me fui levantando del suelo a pesar de que las risas no cesaban. Me masajeé mi parte golpeada con una cara de dolor, a lo que solo escuche como Pepper reía aún más.
- Chicos ya basta, guarden silencio-. Trato de calmar el profesor al salón, aunque hace unos momentos yo había observado que él también tenía ganas de reírse pero se contenía. Paso aproximadamente un minuto hasta que el sonido de las risas se dejó de escuchar en el salón.
- Muy bien muchachos, como hoy estoy de buen humor les daré toda la clase para que puedan avanzar en su proyecto final. Quiero ver a cada uno sentado al lado de su respectiva pareja y los quiero ver TRABAJANDO, si no obedecen las reglas el trabajo en tareas aumentara, así que por su bien quiero ver avances. Es todo.
“Mierda” fue lo único que pensé. A todos parecía agradarles la idea ya que cada quien se iba moviendo de sus asientos para sentarse con su pareja. Voltee a ver a Pepper con una mirada angustiada a lo que recibí una completamente compasiva. Ella sabía todo lo que había ocurrido con Steve y sobre todo sabía que lo tendría que soportar toda la maldita clase. Me toco el hombro dándome apoyo, para después pararse e irse a una esquina del salón donde se encontraba la chica con la que ella estaba trabajando. Me sentí nervioso ¿y ahora qué? Vi como Steve se levantó de su asiento con una cara algo molesta, para después irse a sentar a mi lado, donde era el lugar de Pepper. Después de su acción se instaló un silencio bastante incomodo, ¡como odio los silencios incomodos! Normalmente yo los rompía pero esta vez definitivamente no lo haría.
- ¿Ya investigaste sobre los principales exponentes?-. pregunto sin rodeos.
- En eso estoy
- Pues deberías de hacerlo inmediatamente para poder terminar rápido con esto-. Me moleste.
- YO decido cuando hacerlo, ¿acaso tú ya investigaste el desarrollo de la psicología en ello?
- Lo he estado haciendo, solo que es complicado-. Dijo en un tono molesto y a la vez retador.
- ¿complicado? ¿acaso eres idiota?-. ups! Se me salió.
- ¿a quién crees que llamas idiota? Engreído sin escrúpulos
- Iluso de mierda
- Ese lenguaje-. Me reprendió, ¡JA! eso si me daba risa.-Hobbit indecente
- Estúpido niño bonito
- Egocéntrico con aires de grandeza
- Mandilón lambehuevos
- Patán alfeñique
- Bobalicón charlatán-. Los dos estábamos discutiendo realmente como niños pequeños, pero yo fui el de la última palabra, ya que terminando mi último insulto fue que vi como Steve se trababa con una cara molesta sin saber que más decir, se le habían acabado los insultos y eso solo me hizo sentir satisfacción. Con aires de vitoria realice una enorme sonrisa, de forma burlesca y retadora. Justo después de eso el profesor se acercó a nosotros con una cara de impaciencia total, al parecer nos había escuchado.
- Me alegra tanto que ya hayan avanzado bastante en su proyecto, ya que tienen el tiempo suficiente para andar jugando ¿o me equivoco señor Rogers?-. el profesor miro a Steve buscando una explicación a su actuar infantil. Era lo bueno de ser un vale madres, los profesores no esperan nada de tus acciones, en cambio si eres un estudiante de excelencia, no podrás cometer muchos errores ya que inmediatamente te pedirán explicaciones.
- Lo siento profesor, no volverá a ocurrir-. Dijo a la vez que me miraba con furia reflejada en sus ojos, como diciendo “me las vas a pagar Stark”, yo no pude evitar sonreír ante aquello.
- Más le vale señor Rogers, recuerde que su comportamiento se verá reflejado en las notas finales-. Y con eso último se alejó para dejarnos solos de nuevo.
Al parecer Rogers comprendió que si me volvía a insultar, sería una discusión de nunca acabar, así que sin más proseguimos con el proceso del proyecto de forma totalmente indiferente y profesional. Sin comentarios de más ni charlas amigables. La clase fue ETERNA hasta que finalmente dio la hora que daba por terminada esa clase. Suspire con alivio y ni siquiera me despedí de él, tome mis cosas y me dirigí con Pepper.
- ¿Cómo te fue?-. pregunto un poco preocupada.
- En paz, no te preocupes-. Fue lo que conteste para que ella se quedara más tranquila, a lo que ella solo dio un suspiro de alivio a lo que lo acompaño una pequeña sonrisa.
Las clases tuvieron su curso normal y así fue como les siguieron los próximos días hasta finalizar la semana. Entre el jueves y el viernes no había pasado nada interesante la verdad, en esos días ya no volví a intercambiar ni una sola palabra con Rogers, ni tampoco una mirada. De verdad nuestros caminos se habían separado completamente. Lo único bueno de toda esta temporada era que bruce ya estaba entrando más en confianza con Natasha, poco a poco esa chica había entrado a nuestro círculo social. No es como si ella fuera una de mis mejores amigas o algo, simplemente me agradaba y pasaba mucho tiempo con nosotros, ya que varias veces estaba secreteándose varias cosas con Pepper y otras se encontraba coqueteando con bruce. Aquí quedaba lo de “los amigos de mis amigos también son mis amigos” y yo no tenía ningún problema con ello. El fin de semana me la pase solo de nuevo, a pesar de que ya estaba un poco más animado, todo lo pasado me seguía afectando y había varios momentos en los que me quedaba pensando con un horrible sentimiento todo lo que me había ocurrido. Llego el lunes y yo iba de nuevo considerablemente tarde. Al parecer todo el sueño que no había adquirido en estos días se me acumulo y consecuencia de ello fue que no pude escuchar la alarma cuando sonó. Iba corriendo apresuradamente por los pasillos cuando choque con un bravucón con cara de pocos amigos. Ya saben, el típico bravucón de la escuela, ni siquiera podía recordar su nombre, era alto, con proporción muscular, dientes mal aseados y una horrible cara llena de barros y espinillas.
- Fíjate por donde vas maldito enano de mierda
- A mí me respetas, imbécil anticristo ¿o debería de llamarte desecho de hospital? ¿cara de barranco? ¡OH DIOS! ¡No sé cuál puede ser mejor! Esto es tan difícil-. Dije con una exagerada expresión para después mirar como tenía la cara completamente roja de la ira que mis palabras le provocaban. Sin tomarle importancia me sacudí la parte de mi chamarra que había chocado con él, para después darme media vuelta y proseguir mi camino al salón de clases.
Lo que yo no sabía era lo que mis palabras dichas me traerían a continuación.