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La Persona Que Es Para Mí por DanyNeko

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Notas del capitulo:

Disclaimer: Ni Yugioh! ni ninguno de sus personajes me pertenecen


 


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-°-°- A la mañana siguiente -°-°-


Yugi se levantó temprano esa mañana: había tenido un sueño, no recordaba de qué ni con quién pero había soñado algo y eso lo había despertado. La mañana estaba fresca, se desperezó, sus orejas temblaron y su cola se enrolló y desenrolló; apartó las sabanas de su cuerpo para levantarse, apagó su alarma y se dirigió a la ventana de su balcón para correr las cortinas y poder apreciar como la luz del sol bañaba las casas y edificios cercanos.


─Parece que hoy será un lindo día ─sonrió el pequeño neko para luego soltar un bostezo ─será mejor que baje a preparar el desayuno ─el tricolor se calzó sus pantuflas y salió de su habitación, escaleras abajo ─parece que Ryou aún no despierta ─se dijo con una risilla.


Yugi puso a freír unos de huevos, unas piezas de tocino y también colocó algunas rebanadas de pan en la tostadora mientras pensaba en que prepararía para el almuerzo de él y sus amigos, ese día le tocaba a él preparar la comida así que puso a funcionar la arrocera mientras le da vuelta al tocino, sacaba los huevos fritos del fuego y sacaba el pollo y los vegetales del refrigerador para el almuerzo.


Ring Ring, Ring Ring.


Yugi se limpió las manos en una toallita y tomó su móvil de la mesa para leer el mensaje que le había llegado.


"Buenos días Motou, espero que tengas una buena mañana, nos vemos en clases ~A. Yami."


Yugi se ruborizó un poco al leer el mensaje... nunca nadie, aparte de Ryou y Malik, le había mandado un mensaje parecido. No pudo evitar releerlo una o dos veces más, escuchando aquellas palabras en su mente como si él propio Yami se las hubiera dicho.


"En realidad él ha sido... muy amable conmigo" pensó Yugi, recordando el trabajo de biología del día previo "¡tengo un amigo humano! Es tan... nuevo" sus orejas temblaron levemente y su elegante cola negra se balanceó con suavidad de un lado a otro con la punta enrollada.


─ ¡Yugi! ─se escuchó a Ryou con su acostumbrado ánimo, bajando con rapidez las escaleras.


─ ¡Waaa! ─el tricolor se sorprendió de no haber oído los pasos de su primo y se sobresaltó al oírlo por lo que el teléfono se le resbaló de entre las manos, saltando de una a otra hasta que pudo cerrar el mensaje y guardarlo a tiempo, antes de que Ryou le saltara por detrás, rodeándole por los hombros con ambos brazos. Una de las orejas blancas de Ryou le quedó rozando la mejilla.


─ *¡Ohayō, Yugi! ─el tricolor soltó un suspiro junto con una nubecita blanca más luego sonrió de regreso a su primo.


─Ohayō Ryou ─rozó mimosamente su mejilla contra la del albino, como era costumbre, al igual que sus colas, cuyas puntas se enrollaron juntas como si fuera un apretón de manos ─ ¿dormiste bien?


─Sí... Y olfateé algo delicioso cuando me desperté ¿qué estás cocinando? ─preguntó ya soltando a su familiar y sonriéndole con los ojos cerrados.


Yugi soltó una risilla, como siempre a Ryou le encantaba la comida, a veces no se explicaba como su primo era tan delgado y tenía una figura tan bonita con lo mucho que adoraba los postres y las cosas ricas ─huevos fritos, tocino y unas tostadas para desayunar ─le sonrió, retirando la sartén con el tocino del fuego ─ ¿te parece?


─ ¡Síii! ─sonrió ─ ¿y eso? ─señaló otra sartén.


─Verduras salteadas con arroz, pollo y papas asadas para el almuerzo.


Ryou dio una palmada ─excelente Yugi, eso suena delicioso ─sonrió Ryou ─iré poniendo la mesa ─Ryou soltó su cola blanca de la de Yugi y se dio la vuelta, estirándose con pereza antes de dirigirse a la alacena para sacar dos platos, vasos y juegos de cubiertos.


─Saca el jugo de naranja del refrigerador, por favor ─pidió el menor, sirviendo el desayuno.


─Hai, hai* ─el mitad conejo hizo lo indicado, sacando una botella del líquido indicado para llenar ambos vasos ─ ¡Vamos a desayunar!


Yugi sonrió y se sentó a su lado ─ ¡itadakimasu*! ─dijeron ambos y se dispusieron a comer.


─Ne, Ryou ─lo llamo de pronto.


─ ¿Sí?


─ ¿Crees qué está bien?


Las orejas de Ryou se agitaron sin entender bien a que se refería su primo ─ ¿bien? ¿A qué te refieres?


Yugi trajo a su mente el mensaje de Yami ─Nuestros padres siempre nos han dicho que no debemos mezclarnos mucho con los humanos... y nosotros ayer... con esos chicos... ─fue bajando gradualmente la cabeza mientras comía.


─Yugi ─lo interrumpió el albino con seriedad, tomando un trago de su jugo ─sabes que lo que diga mi padre no podría importarme menos ─bajó su vaso ─ellos no están al pendiente de nosotros, así que no tienen voz ni voto sobre con quienes nos relacionamos ─estableció.


─Ryou...


─Además, nuestra pareja destinada es un ser humano ¿no es cierto? ─Ryou suspiró, llevándose otro bocado a los labios ─en algún momento debemos acostumbraros a convivir con ellos como somos en realidad.


Yugi sonrió ─supongo que tienes razón.


─ ¿Verdad? ─le devolvió la sonrisa más animado ─ahora sube a arreglarte, yo lavaré los trastes y guardaré los almuerzos ─indicó mientras se levantaba y tomaba los platos para llevarlos al fregadero.


─Ah, pero...


─Nada de peros ─le cortó ─sube, en un momento te alcanzo ─le guiñó un ojo y le sacó la lengua a modo de juego.


Yugi sonrió ─De acuerdo.


Haciéndole caso a su primo, Yugi subió las escaleras de vuelta a su habitación para entrar al baño, cepilló sus dientes, arregló un poco su cabello y luego se cambió el pijama por el uniforme. Su mochila estaba lista en su escritorio desde la noche anterior así que simplemente se dedicó a arreglar su cama.


Luego de eso Ryou entró en su habitación y le pasó su cepillo para que peinara sus cabellos. A Ryou le encantaba que su primo le peinara puesto que Yugi tenía una delicadeza especial para su cabello y a él, con sus genes de gato y conejo, le encantaba ser mimado de aquella manera.


Escucharon un golpe en la ventana del balcón, cosa que no les sorprendió, enseguida Malik entró a la habitación con su mochila cruzada en la espalda, las manos metidas en los bolsillos y sus orejas y cola a la vista.


─Ohayō Ryou, Yugi ─saludó.


─Ohayō Malik ─regresaron a la vez.


─ ¿Listos para irnos? ─consultó, recostándose de espaldas contra la pared con una sonrisa y las manos aun en los bolsillos, en una pose bastante cool.


─ ¡Hai! ─respondieron los dos a la vez.


─Por cierto ¿Cuándo aprenderás a entrar por la puerta? ─preguntó Ryou con una risilla, tomando su maletín.


─Pero ¿Cuál es la gracia de eso? ─se rió también el moreno.


─Jajajaja ─los tres amigos intercambiaron risas mientras desaparecían sus orejas y colas para salir de la casa del tricolor y dirigirse a clases.


-o-


Yami iba caminando tranquilamente por las calles de Domino, estaba bien de tiempo para las clases así que no se apresuraba, caminaba a su propio aire con una mano en el bolsillo, la otra sujetando el tirante de su mochila. Los audífonos en sus orejas acababan de darle ese aire de chico desinteresado que traía suspirando a más de una.


Ya podía ver la esquina de la escuela y a unos pocos alumnos ingresando a la misma, no prestó mucha atención y desvió la mirada al semáforo continuo para poder atravesar la calle, entonces divisó de reojo una cabellera tricolor, similar a la propia, que venía desde la calle de al lado junto con dos más.


Se quedó parado unos minutos, viendo como el dueño de los hermosos ojos amatistas que había conocido el día anterior caminaba entre risas junto a sus mejores amigos. Aunque quiso no pudo desviar la mirada de él, recordó el mensaje que le había escrito por la mañana y sintió su rostro acalorarse, así como un bufido que es escapó de su garganta. Dejó que los tres nuevos se adentraran en el colegio, creando distancia pues aun no estaba listo para ver al oji-amatista después del mensaje impulsivo de esa mañana..


Estaba tomando un profundo aunque disimulado suspiro cuando sintió un jalón en su chaqueta.


—No grites y entrega todo lo que tienes —aun con los audífonos sumergiendo su mente en la musica pudo reconocer perfectamente la voz de quien le había sorprendido.


Con un suspiro, Yami flexionó su brazo hacia atrás, soltándole un 'cariñoso' codazo al chico a su espalda —Que gracioso Bakura.


—Por pasarte la vida con eso en las orejas un día te vas a ganar un susto real —lo molestó el albino, tirando del cable de uno de sus audífonos.


—Lo que tu digas —el tricolor solo rodó los ojos, desconectando el cable de su móvil mientras avanzaba junto al albino.


— ¿Que te tiene tan distraído? Llevabas al menos un minuto parado allí, te ví desde la otra esquina —dijo el otro casualmente.


—Yo sólo... estaba recordando si cerré bien la puerta de casa —mintió con facilidad.


Bakura lo miró arqueando una ceja para luego negar con la cabeza —Atemu, eres tan tonto —dijo como si nada, ganándose un puñetazo del mas bajo a lo que respondió con otro golpe. Yami lo empujó y corrió dentro del colegio finalmente, con Bakura persiguiéndolo entre risas maliciosas.


Llegaron al salón así. Yami abrió rápidamente la puerta y corrió dentro con Bakura pisándole los talones. El salón había estado en calma hasta su llegada, únicamente estaban los tres nuevos que apenas se acomodaban y Seto el cual estaba sentado en su lugar leyendo un libro, tras haber recibido y correspondido el amable saludo de los tres hanyous. Al notarlos, el castaño no tardo en bajar su lectura y mirarlos con diversión.


— Que hacen ahora, par de locos? —consultó divertido, apoyando su mentón en una mano cuyo codo reposaba en su mesa.


—Oh, solo estamos jugando —respondió Bakura en el mismo tono, pasando un brazo por los hombros de Yami para atraerlo hacia así y frotar insistentemente su puño contra la sien del oji-vino — ¿verdad Yami?


—Si, claro —Yami flexionó su pierna hacia atrás, dándole una ligera patada en el trasero al albino mientras lo empujaba para soltarse. Se acomodó un poco el pelo, consciente de la mirada de Yugi sobre sí, y camino hacia su lugar para dejar su mochila donde correspondía —Buenos días —dijo para los cuatro presentes.


Seto sonrió de lado —al menos muestras modales —miró de reojo a Bakura —Buen día.


El albino mayor rodó los ojos -pillo la 'indirecta', roñoso —camino hacia el asiento que compartía con Marik, atrás de Yami —Buenos días —saludó finalmente.


Los tres hanyous compartieron miradas —Buenos días a ambos —respondieron corteses.


Yami se sentó en su sitio y se hizo para atrás, balanceando la silla sobre sus patas traseras con tranquilidad. Luego desvío la mirada hacia su izquierda, concretamente hacia Yugi a quien, apenas cruzaron miradas, le vocalizó un amable 'hola', seguido de una ligera sonrisa.


Con un disimulado sobresalto, Yugi respondió agitando su mano hacia él y correspondiendo, no sin algo de pena, la sonrisa del oji-vino. Recordando aquel lindo mensaje de buenos días.


Bakura, ajeno a todo, simplemente bostezó y cruzo sus brazo sobre su mesa para reposar su rostro entre ellos —Oye Seto ¿y Joey? —preguntó con algo de malicia.


—Supongo que aun no llega, no lo sé —dijo el castaño, retomando su lectura.


— ¿no se supone que eres su novio? —lo molestó ahora Yami, girándose a verlo.


— ¿Y tú su mejor amigo? —le regresó de la misma forma, sin despegar los ojos de su lectura.


—Uhhh ¡Turn down for what! —susurró Bakura ante eso*.


Yami le dedicó una mirada matadora.


—Creo que acaba de llegar —comentó Yugi un poco bajo, pero por lo vacío del salón fue escuchado por todos.


— ¿Eh? —los tres humanos presentes voltearon al tiempo.


Yugi se sobresaltó un poco —lo siento ¿no debí...? —de excusó enseguida, creyendo que lo miraban mal por meterse en una conversación que no le incumbía.


—No es eso Yugi —le aclaró de inmediato Yami — ¿dices que Joey ya llegó? —quiso corroborar.


—Sí —afirmó el menor — ¿verdad? —se miró con Malik.


Los ojos pasaron ahora al pelicenizo quien, en respuesta, movió tenuemente la nariz, como olfateando algo —sí, creo que está en la entrada con... ¿Tristán? —dudó un poco, aun no identificaba totalmente a sus nuevos compañeros.


— ¿su sentido del olfato y la audición es más agudo aun cuando no tienen fuera sus orejas y eso? —curioseó Yami interesado.


—Sí, un poco en menor grado de lo normal, pero sí —le respondió su semejante.


—Wow —murmuró, mirando a Yugi con una pequeña sonrisa —eso es genial.


Yugi mostró una pequeña sonrisa algo apenado por el 'cumplido'. Justo en ese momento Joey y Tristán entraron con sus jugueteos habituales, llenando el salón de alboroto y risas.


─Llegué primero ─celebró el rubio.


─Fue pura suerte ─reclamó el castaño.


─Querrás decir habilidad ─dijo Joey, pasando con gesto arrogante, una mano por su flequillo.


─Quise decir tontería ─contradijo Tristán para molestarlo.


─ ¿Ah sí? ─Joey se apoyó de los hombros de Tristán y saltó para subirse a su espalda, tambaleándose para tratar hacerlo caer.


─Detente Wheeler ─se quejó el moreno, llevando una mano al brazo del oji-ámbar que se aferraba a su cuello, con más fuerza de la debida ─ya bájate.


─No hasta que admitas que soy más rápido que tú.


─Sueñas amigo ─se negó el más alto, luego tosió un poco ─Kaiba, controla a tu perro ─musitó con una voz en la que se notaba que empezaba a faltarle el aire.


─ ¡¿Qué dijiste?! ─acto seguido el rubio gruñó, como un perro al que tratan de quitarle su hueso.


Seto rodó los ojos aun desde su puesto, regresando su vista al libro que leía... aunque concentrarse ya fuera caso perdido con el alboroto ─Joey, ya déjalo... vas a ahorcarlo ─dijo con sencillez, y sin voltear a ver a su novio.


El oji-ámbar por su parte hizo un ligero puchero ante las palabras de su pareja, pero igualmente se bajó de la espalda de Tristán, quien aprovechó a tomar grandes bocanadas de aire, sobándose el cuello ─eres un quejica hermano ─el rubio le dio una palmada en el hombro y se dirigió a su puesto correspondiente para dejar su mochila y sentarse sobre la mesa ─buenos días Seto ─le murmuró, inclinándose al oído del castaño ─ya deja eso ─sin más le quito el libro de las manos, dejándolo bocabajo a un lado de la mesa y luego tomó con una mano el cuello de la camisa de su pareja para jalarlo a un beso.


A pesar de Seto no era mucho de 'demostrar su amor en público' correspondió al cálido beso rápido, llevando una mano a la cadera de su pareja.


Claro que esta demostración de cariño tuvo diversos efectos en los presentes. Tristán y Yami rodaron los ojos y apartaron la vista de sus amigos, los tres hanyous restantes se sonrojaron un poco y desviaron la mirada apenados mientras que Bakura puso los ojos en blanco y abrió la boca, sacando la lengua y acercando un dedo a la misma, simulando arcadas en señal de asco, cosa que se ganó la risa de Malik y Ryou.


─Puaaaj, que asco ─se escuchó una nueva voz ─por favor, no coman pan frente a los pobres desde tan temprano ─dijo Marik, recién llegando junto a Duke ─su amor es melosamente asqueroso ─rodó los ojos caminando hacia donde estaba Bakura para ocupar su asiento.


─Me has robado las palabras ─aseguró Bakura con una sonrisa ladina, levantando una mano empuñada hacia el moreno recién llegado, gesto que el otro correspondió y que pronto imitó con Yami.


─Buenos días a todos ─saludó el pelinegro de ojos verdes, con su habitual sonrisa coqueta. Recibió de vuelta el saludo de todos a excepción de Marik -con quien se había encontrado de camino- y de su pareja, quien esperó a que se sentara a su lado para tomarlo de la cadera y darle un beso en la mejilla a modo de saludo.


El resto de los alumnos no tardaron en empezar a rellenar el salón por lo que el, ya muy grande, grupo de amigos se calmó y esperaron a la llegada del profesor para dar inicio a otro día de clase común y corriente.


Continuará...

Notas finales:

*Ohayō: buenos días.
*Hai: sí
*Itadakimasu: buen provecho.
*Imaginense a Seto con las gafas oscuras y su sonrisa de superioridad x'D

Eh aquí el tercer cap de este fic que me está encantando muchisimoooo <3

Espero que a ustedes les este gustando igual. Cualquier duda los espero en los comentarios

¡Os amo a todos! ^^


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