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La Persona Que Es Para Mí por DanyNeko

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— ¿En serio quieres confirmarlo? Bien, que conste que tú lo pediste —Ryou sintió que su cuerpo dejaba de reaccionar cuando Bakura le tomó de ambas mejillas y empezó a bajar su rostro lentamente hacia el suyo.

¡¿De verdad iba a besarlo con tal de que Alister lo dejara en paz?!

Justo cuando intentó coordinar su cerebro y cuerdas vocales para decirle que no tenía por qué hacerlo, sintió los cálidos y finos labios de Bakura contra los suyos.

Ahora sí que su cerebro dejó de funcionar.

-x-

Alister se quedó, cuanto menos atónito, ante la escena frente a sus ojos.

Claro, nada comparado a lo que sentía Ryou. Su cuerpo estaba casi inmóvil, apenas si pudo cerrar lentamente los ojos a la vez que sentía la sangre subirle a las mejillas, las cuales dejaron de estar presas por las manos de Bakura sólo para que estas bajaran a su cintura.

Sus brazos, que desde antes estaban rodeando a Bakura, ni sabían si empujarlo o presionarlo más, así que estaban tensos; su cola por otro lado sí que seguía un instinto profundamente oculto en su interior que le obligaba a mantenerlo cerca a la vez que sus labios correspondían tímidamente al beso de Bakura.
Realmente dudaba si debía corresponder o no el gesto, después de todo era mera actuación... ¿cierto?

Aun así, había algo en los labios de Bakura que lo incitaba a seguir con aquel beso, algo que despertaba su instinto y hacia ronronear a su mitad neko tanto como mantenía saltado a su mitad usagi. De repente, el aroma de la naturaleza y el agua salada a su alrededor desapareció, solo podía sentir el aroma de Bakura envolverlo lentamente... y lo estaba haciendo derretirse entre sus brazos.

Un pequeño jadeo de gusto se escapó de sus labios, justo cuando separaron sus bocas. Bakura lo miró sorprendido y algo sonrojado al oír semejante reacción. Aquel beso le había hecho acelerar el corazón, pues los labios de Ryou tenían algo delicioso que le hacía querer seguir besándolo y no parar.

Estaba confundido.

Pero no más que el propio Ryou, los ojos chocolates del hanyou se abrieron de impresión y tuvo que resistir el impulso de llevarse una mano a la boca para que Alister no sospechase nada ¡¿Por qué se dejado llevar tanto por el beso de Bakura?! Y sobre todo ¡¿Por qué sentía el impulso de repetirlo?!

Para evitar levantar alguna sospecha, ocultó su rostro en el pecho del mayor, fingiendo que simplemente lo abrazaba cuando en verdad buscaba ocultarse, de Alister, de Bakura, incluso de su propio sentir.

Bakura se recompuso enseguida y devolvió una mirada socarrona al perplejo Alister, afianzando más sus manos en la cintura de Ryou —así están las cosas ¿te quedó claro o necesitas algo más?

El de pelo magenta sólo lo miró con furia ardiendo en sus orbes grises — ¿así que te fue muy fácil remplazarme, no Ryou? Eres...

—No te atrevas a insultarlo —amenazó Bakura, retirando una de sus manos para levantar el puño amenazante.

Ryou por fin se separó un poco del pecho de Bakura, lo suficiente para mirar a Alister —no te 'reemplacé' como dices, yo sólo encontré alguien mejor —ladeó la cabeza, tratando de fingir una tez inocente que fuera creíble a la vista ajena —quiero decir, a la persona indicada —posó su mano sobre el puño de Bakura e hizo que sus dedos se entrelazaran.

Sin decir una palabra más, Alister salió corriendo de regreso a la playa. Bakura y Ryou suspiraron al verlo marchar.

El hanyou dejó caer, inconscientemente, su cabeza contra el pecho de Bakura de nuevo —que fastidio —murmuró el mayor, luego de unos instantes.

Ryou entonces pareció espabilar y se separó de Bakura de un pequeño sobresalto, soltó su mano, acabó el abrazo y retiró su cola, la cual cayó casi recta por la vergüenza —lo siento mucho, lo-lo siento de veras y-yo... —empezó a recitar con la cabeza gacha.

— ¡No lo decía por ti! —aclaró de inmediato, colocando una mano en medio de las orejas de conejo, que también estaban caídas —me refiero a que Alister es un gran fastidio.

—Lo sé, realmente lo es —musitó por lo bajo, gustoso de la pequeña caricia que, sin darse cuenta, Bakura había empezado a dar entre sus orejas.

— ¿Estás bien?

Ryou parpadeó confundido —claro, llegaste justo cuando él~

—Me refiero... —lo interrumpió, llevando la mano ahora hasta su mentón para pasar el dedo pulgar por sus labios —a esto —Ryou tembló al sentirlo acariciar sus sensibilizados labios y se los relamió por puro impulso, provocando en Bakura el deseo de volver a besarlos —actué sin pensar si podría incomodarte o molestarte... soy yo el que debe disculparse.

—N-no... yo, amm, no importa —tartamudeó —lo hiciste por una buena causa, así Alister dejará de molestarme, así que... no pasa nada —atinó a decir —gracias a ti por ayudarme, Bakura.

El aludido tomó un profundo suspiro de forma disimulada —será mejor que regresemos a la playa con los demás, antes de que se den cuenta de que no estamos y se preocupen.

El hanyou albino asintió, empezando a caminar a su lado, aun sintiendo tibias sus mejillas.
Ambos caminaron en silencio, tenían mucho que pensar, pero no tenían tiempo, apenas llegaran con sus amigos debían actuar como si nada.

-x-

—Ryou ¿dónde te había metido? —Yugi fue el primero en abordarlo.

El aludido cerró los ojos con una tierna sonrisa —es que vi una pequeña familia de conejos salvajes y no pude resistirme —le calmó —no te preocupes, Bakura fue por mi antes de que me alejara mucho.

Yugi se llevó ambos puños a la cintura —por favor, no te desaparezcas así como así —se quejó el menor.

—Está bien, Yug —Ryou simplemente le guiñó un ojo —relájate, primo.

Yugi sólo soltó un suspiro —bien… ¡Ahora vamos a surfear! ¡Ven conmigo! —tironeó suavemente de la cola blanca con la propia.

—Suena bien —ambos caminaron de regresó a la zona bajo la sombra donde todos estaban ubicados — ¿quién más se apunta? —Ryou se quitó la playera azul que tenía y la dejó junto a sus cosas, tal como hizo Yugi.

—Yo voy, muchachos —Mai se sujetó mejor el cabello y se levantó segura.

—Yo también —Raphael, Duke y Tea también se levantaron.

—Yo paso esta vez —Malik se recostó con las manos tras la cabeza, cerrando los ojos con tranquilidad mientras sentía a Marik sentarse a su derecha —me quedaré aquí un rato amigos, diviértanse.

—Tú te lo pierdes, Malik —Yugi le sacó la lengua infantilmente — ¿no vienes, Joey?

El rubio negó con la cabeza —Seto y yo iremos con Valon y Eiko a revisar dónde podemos alquilar una lancha para todos o algo por el estilo —se excusó el de ojos ámbar.

—Vamos —guio el rubio mayor con su voz grave, señalando la cabina donde daban las tablas.

— ¡Sí! —Duke, Ryou y Yugi levantaron los puños con entusiasmo, antes de seguirlo.

Bakura tomó asiento junto a Yami y se abanicó un poco el rostro mientras exhalaba suavemente con los ojos cerrados. De repente sintió algo frio contra su mejilla y al descubrir sus orbes caobas vio la cola de Malik tendiéndole una lata de soda, el albino lo miró un poco asombrado, tomando lo ofrecido — ¿todo en orden?

Bakura abrió la lata y tomó un sorbo —sí, espero que todo esté bien —asintió lentamente, mirando a los lados como buscando algo.

—Alister se ha quedado junto con Eiko y Valon desde que volvió —le explicó Malik, adivinando sus pensamientos —no ha dicho una sola palabra —Bakura sólo volvió asentir, concentrándose en su bebida mientras que Malik volvió a cerrar los ojos, acomodándose en su lugar y sintiendo la arena fresca bajo su espalda; su perezoso zorro interno le decía que era hora de un pequeño descanso, y es que la temperatura estaba demasiado agradable, la brisa era suave y el exquisito aroma de Marik a su lado lo arrullaba rápidamente.

Yami miró a Yugi caminar hacia el agua entre sus amigos, llevaba en brazos una tabla azul rey con zigzags negros y plateados; Ryou tenía una celeste con olas blancas; Mai tenía una morada con estrellas amarillas; Tea una rosa con pétalos azules; Duke tenía una tabla roja con lunares negros y Raphael una verde oscuro con hojas verde claro y amarillas.

Las chicas se adentraron primero en el agua, tumbándose sobre sus tablas para empezar a bracear mar adentro, donde los demás surfistas ya estaban montando una mediana ola. Raphael y Duke las siguieron, dejando a Yugi y Ryou al final, el albino le decía algo a su primo pero este no parecía muy convencido.

— ¡Chicas! —una voz femenina atrajo la atención de Mai y Tea. Una de las surfistas había dejado la ola que montaba y desvió su tabla hacia los que recién entraban al mar —que bueno encontrarlas.

Mai fue la primera en saludarla —Hola Izzy ¿llevas mucho aquí? —la pelinegra de apéndices felinos estaba ahora sentada sobre una tabla morada con el dibujo de una luna menguante en un profundo azul eléctrico, llevaba un trikini color malva con un pareo de malla negra anudado hacia la derecha en su cadera y su largo cabello negro estaba trenzado.

—Más o menos ¿qué tal su mañana? —le sonrió a la rubia — ¡oh! ¿Estos son amigos suyos, también?

—Sí, por supuestos, chicos ella es Izzy, una de nuestras compañera de cuarto —presentó Mai, levantando una mano hacia la pelinegra.

—Me llamo Isabella, Isabella Shimizu, pero pueden llamarme Iza o Izzy —se presentó con una dulce sonrisa —soy una Hyōhanyou* ¡Mucho gusto!

—Es un placer —respondieron Raphael y Duke a coro, para luego presentarse.

Ryou y Yugi sin embargo esperaron a que ellos hablaran para luego atraer la atención de la azabache — ¿Izzy? —le llamó Ryou.

Fue entonces que la oji-marrón los detalló — ¡Oh! Yugi, Ryou, pero sin son ustedes, cuanto tiempo.

—Sí —afirmó Yugi.

—Creía que estabas en Inglaterra —mencionó Ryou, arqueando una ceja hacia ella.

—Lo estaba, hace poco regresé por fin a Japón —su sonrisa delataba que prefería vivir en el país asiático —esta vez creo que lograré quedarme hasta la graduación jeje —su risa denotaba tanta coquetería como su propia actitud.

— ¿Se conocían? —preguntó Mai.

—Oh sí, los Motou llevan generaciones relacionados tanto laboral como amistosamente con mi familia  —explicó ella —pero bueno, eso no es importante ¿están viendo estas olas? ¡Son fabulosas! ¡Vamos a surfear! ¿A eso vinieron, no? —sin esperar otra palabra, la joven leoparda le dio la vuelta a su tabla y se dispuso a bracear hasta donde, pensó, podría atrapar una buena ola.

—Ella tiene un buen punto ¡Vamos! —apuró Duke. 

— ¿todo en orden? —susurró Yugi hacia su primo, quien se había quedado mirando a la joven leopardo.

—…Sí… todo bien —pronunció lentamente, cerrando los ojos y suspirando —vamos Yugi ¿lo hacemos o no? —preguntó ya más animado.

El menor bajó un poco las orejas —no lo sé Ryou… —dudó el menor, su primo rodó los ojos, su primo era demasiado bondadoso, así que se dio a la tarea de seguir convenciéndolo para hacerle una pequeña travesura a Tea ¡qué bien merecido se lo tenía la zorra esa por haber tirado a Yugi de los arboles! si bien el karma se había encargado de hacerle la misma, para él aún faltaba un poquito más.

-

No llevaban más de quince minutos montando olas cuando Malik y Joey les soltaron una especie de aullido bajo, llamándoles de regreso, solo para enterarse de que tenían ya un par de motos acuáticas y una lancha mediana a su disposición.

Malik se subió a una de las motos sin dudarlo.

— ¿te importa si voy contigo? —le preguntó Marik, de forma algo coqueta, inclinándose a su oído.

—Claro, sube —cabeceó para él y Marik se sentó a su espalda, sujetándose a sus caderas de forma floja pero aquello bastó para hacer estremecer al kitsune.

Valon y Seto tomaron una cada quien al mismo tiempo, pero cuando el castaño de ojos cian iba a ofrecerle a Joey que subiera con él, a sabiendas de que a su prima no le gustaría la idea ni por asomo, el de profundos ojos azules jaló de la mano al inu para sentarlo tras suyo.

— ¿Y por qué conduces tú? —se quejó el rubio.

—Porque dejarte a ti conducir sería un delito —le respondió sin mirarlo, con una sonrisa ladina.

— ¡Ey! —se quejó en un gruñido.

Eiko se sentó en la lancha a motor igual que Bakura, Yami, Tristán, Alister y Tea, quien le dejó su tabla a Mai para poder secarse un poco y volver a echarse bronceador, aunque era más que obvio que su idea principal era estar junto a Yami, lo cual, muy a pesar de tricolor, consiguió. La castaña se sentó a su lado, recostándosele un poco mientras le preguntaba qué tal la estaba pasando y cosas similares.

Los que iban en la moto encabezaron el recorrido, seguidos de la lancha y cerrando los surfers; había un tramo algo notorio hasta la amplia zona de los corales. Yami empezó a incomodarse enserio cuando notó que la chica hacia lo posible por pegar sus senos a su brazo izquierdo y agradeció a los dioses porque la lancha parara en ese instante, por lo que se levantó a prisa, inclinándose por el borde hacia donde Yugi y Ryou llegaban, siendo prontamente imitado por Bakura.

— ¡Mira la cantidad de peces ángel que hay por allí! —señaló el hanyou albino, sentado de piernas curzadas sobre su tabla.

—Cierto, por allá se ven peces payazo —imitó Yugi.

—De este lado hay unas tres rayas pequeñas —mencionó Malik, habiéndose sentado de lado sobre la moto, ya apagada.

—Ryou, sostén mi tabla —Yugi se bajó de la tabla de surf, al tiempo que plegaba sus orejas entre su cabello —ya vuelvo —tomó una gran bocanada de aire y se sumergió.

— ¡Yo voy también! —Malik igualmente plegó sus orejas y se apoyó en el borde de la moto para lanzarse un clavado.

Marik rio luego de verlo zambullirse —eso se ve divertido.

—Hay varios tipos de cangrejos entre los corales ¡y estrellas de mar! —dijo Yugi apenas salió a la superficie, sujetándose al borde de la lancha, en donde colocó -sin darse cuente- una mano sobre la de Yami.

—También hay caballitos de mar —Seto miro interesado el agua cuando Malik dijo eso, saliendo unos segundos después de Yugi.

—Bien ¿a alguien le apetece a hacer un poco de Snorkeling? —Eiko levanto en sus manos, desde una esquina de la lancha, varios visores con tubos de snorkel.

— ¡Pasa unos! —Yami levantó las manos, para atrapar lo que la hanyou de tanuki le lanzó; se colocó los lentes rápido y de un saltó se aventó al agua — ¡Ahhh! Que agradable —se estremeció de gusto al sentir el agua fresca.

— ¿verdad que esta deliciosa el agua? —le sonrió Yugi a lo que el oji-vino asintió.

Pronto, todos quisieron bajarse igual que Yami —deberíamos anclar esa canoa entonces —avisó Raphael.

—Hay una cuerda aquí —señaló Eiko, quien estuvo a punto de bajarse.

—Pásamela, yo iré al fondo a ver si puedo amarrarla a alguna roca lo suficientemente estable —se ofreció Yugi, la peli-magenta le pasó con cuidado la cuerda que tenía en la punta una especie de gancho y el tricolor volvió a tomar una bocanada para sumergirse; otra de las ventajas de los hanyou es que tiene mayor tiempo de aguantar la respiración. Aun así, Yami se sumergió tras Yugi. Al darse cuenta de ello, el oji-amatista sonrió y le tomó la mano para que fuesen juntos, a lo que el mayor no pudo evitar sonrojarse.

La cola de Yugi quedaba extendida hacia la superficie y se ondeaba cual serpiente lo que ayudaba a Yugi a mantenerse más estable bajo el agua. Pateó un poco una saliente entre los corales y cuando confirmó que era estable colocó el gancho entre unas rocas y le hizo un par de nudos con ayuda del mayor. Yami entonces subió para tomar aire, Yugi sonrió y tomó una estrella de mar que residía tranquilamente en el coral para luego subir.

—Aguantas bastante la respiración ¿eh? —dijo el oji-vino, apenas lo vió salir.

—Sí, todos —sonrió —Yami, extiende la mano bajo el agua —pidió.

Yami le miró curioso, ladeó la cabeza pero hizo lo que el menor le pidió, de inmediato tuvo una sensación en su palma, como de pequeñas succiones, y miró, encontrándose con que Yugi había puesto una estrella de mar en esta —wow.

— ¿te agrada? —preguntó Yugi, consiguiendo apenas una afirmación de cabeza puesto que Yami veía al ser marino en su mano —es del color de tus ojos —resaltó. Yami volteó a verlo sorprendido, ni en cuenta de eso había caído. Yugi se rio un poco —cuando la quieras soltar tienes que dejarla de vuelta en el fondo, sino los peces la van a atacar —aviso, dándose media vuelta obtener su tabla de vuelta.

Pero la mano de Yami, tomando la suya, se lo impidió —ven conmigo entonces —señaló bajo ellos.

—De acuerdo —ambos tomaron aire y se sumergieron.

Pasaron un buen rato nadando todos por la zona, Joey y Seto fueron los primeros en avistar un grupo de tortugas carey que se dirigían a la orilla, cerca de los manglares y todos bajaron a verlas más de cerca.
A modo de juego, Joey y Valon incluso se sujetaron al caparazón de algunas tortugas, dejándose arrastrar unos metros antes de llevarse unos bofetones de sus aletas, causando risas generales.

Poco después, los surfistas volvieron a montar sus tablas, adentrándose más en las olas para poder montarlas y juntándose de nuevo con la leoparda quien, al igual que ellos, surfeaba con toda la elegancia del caso.

Hubo un momento en el que, luego de haberle insistido hasta el hartazgo a su primo, Ryou empezó a hacerle la persecutoria a Tea, cerrándole el camino de a poco. Los demás ni se dieron por enterados, a excepción de Isabella y el propio Yugi.

Tea de alguna forma trataba de competir con Yugi -quien iba siempre delante suya-, intentando lucirse más que el neko ante Yami, pues notaba como este los miraba entretenido. No se dio cuenta cuando, durante una gran ola, Ryou empezó a sacarla de balance.
Divertida, la pelinegra le siguió el juego sin decir nada y cuando la ola empezó a caer sobre ellos, como un túnel de agua, fue el propio Yugi el que ladeó su tabla, atravesándosele a la castaña de frente y haciéndola caer estrepitosamente al agua.

— ¡Hahhhhhhhh! —gritó la chica, cayendo hacia atrás en su tabla para luego irse de espaldas al agua y encima sintiendo el golpe de la madera contra su cabeza.

— ¿Qué ocurrió? —preguntó Raphael, que no se les había unido en esa ola.

Cuando el agua pasó, Tea salió del agua con una mano en la cabeza, un ojo cerrado, tosiendo y a unos 10 metros de su tabla. Está furiosa y por demás avergonzada cuando todos empezaron a reírse al comprender que la ola había podido con la fanfarrona castaña, que antes se había jactado de ser muy habilidosa con el surfing.

—Tea ¿pero qué te ocurrió? —alcanzó a preguntar Mai, luego de unos segundos riéndose.

—No te angusties Mai, la ola solo fue demasiado para ella —siguió riéndose Izzy.

Tea estaba ya tan roja que no se sabía si de la ira o la pena, miró a Ryou y a Yugi con ojos de pistola, gruñendo por lo bajo sin darse cuenta y a punto de enseñar los colmillos.

—Creo que ya es hora de salir un poco del agua —dijo Izzy, sentándose en su tabla —empieza a hacer hambre.

— ¡Sí! Vamos a almorzar —apoyó Joey, regresando a la moto junto con Seto, tal como Malik y Marik.

—Date prisa Tea —le apuró burlona la pelinegra, Mai solo pudo empujar hacia ella la tabla antes de seguir a su compañera de piso.

—Ustedes —dijo en un siseo furioso, volviendo a fulminar a los Motou con la mirada.

—Eso te enseñará a no meterte con un Motou —le dijo Ryou en un tono altivo, ya que Yugi no tenía intenciones de decir una sola palabra —y no pretendas hacerle la tonta, sé lo que intentaste hacerle a Yugi —ambos le dieron la espalda —no te creas tanto —y con esa advertencia, fueron tras los demás.

Tea se quedó sujetando su tabla otro minuto antes de volver también a la orilla.

-x-

Luego de secarse, vestirse a medias e ir a almorzar, prefirieron recorrer a isla por separado, en grupos más pequeños.

Por su puesto que Yugi, Ryou y Malik fueron juntos; Yami, Bakura y Marik no dudaron en acompañarlos.

Alister se fue por otro lado, con Valon tras él, tratando de averiguar que le pasaba. Raphael prefirió irse por su cuenta con algunos amigos que también estaban en la isla.

Eiko se quedó con Izzy, Mai y Tea, yendo a recorrer un poco más la zona de edificios. Dieron con una sauna rural donde entraron a una sala de vapor y luego tomaron un delicioso baño en agua tratadas con hierbas especiales.

Tristán y Duke decidieron aventurarse un poco más en aquellas cuevas que daban a los túneles subterráneos, mientras que Joey convenció a Seto de ir a pasear cerca del manglar.

Ya se re-encontrarían para cenar o a la hora de dormir.

-x-

— ¿No crees que este lugar está muy callado? —le preguntó de pronto el CEO.

—Creí que preferías el silencio —le regresó el rubio con una sonrisa, luego movió sus orejas —no hay nadie en varios metros a la redonda —confirmó, caminando hacia un árbol con el tronco inclinado y recostó la espalda.

— ¿Qué te traes ente manos, cachorro? —arqueó una ceja suspicaz, lo conocía bastante a esas alturas.

La sonrisa de Joey se lo confirmó — ¿por qué piensas que tramo algo? —el rubio lo vio avanzar hacia él.

—Porque te conozco, cachorro travieso —lo acorraló, poniéndole las manos en la cintura.

Joey solo soltó una risilla, llevando sus brazos lentamente tras la nuca del castaño para jalarlo a un beso apasionado y profundo.       

-x-

Ryou se metió rápido en la cama y se cubrió con las sabanas casi hasta las orejas, por alguna razón ahora le daba mucha vergüenza compartir cama con Bakura. El motivo era sencillo, lo miraba y recordaba aquel beso de la mañana y las ganas de repetirlo hervían en él ¡Y no debería ser así!

— ¿Sucede algo? —preguntó el mayor, sentándose al otro lado de la cama con las espalda recostada en la cabecera del lecho.

—N-no, no es nada jeje —trató de disimular el hanyou con una risilla nerviosa que no pudo ocultar.

—Oe Ryou, has estado actuando raro conmigo desde mediodía —acusó —sí estás molesto por lo del beso, o por decirle a Alister que yo era tu compañero ¡Sólo dímelo ¿sí?!

— ¡No es eso! —renegó de inmediato, apartando las sabanas de su cara pero dejándolas aun por su cuello —no me molesta que lo hicieras, ya te lo había dicho.

— ¡Entonces ¿qué es?! —el otro se inclinó hacia él para estudiar mejor su rostro.

Ryou sintió la sangre subírsele a las mejillas —es sólo… es un poco extraño, yo ¡no quiero que me malinterpretes! Pero… ¿e-está mal que me haya gustado? —Bakura se esperaba de todo menos aquello, por lo que se descolocó un poco —quiero decir, la única persona que había besado antes era Alister y él era… como decirlo… un tanto brusco —Ryou jugueteó con sus dedos, sin poder mirar al otro a los ojos —en cambio tú, sé que fue sólo actuación pero… me trataste con una delicadeza, un cuidado… que yo jamás había sentido —hubo como un minuto de silencio y Ryou se sentía a cada segundo más torpe y avergonzado — ¡sólo olvídalo! Creo que le estoy dando demasiadas vueltas a algo sin importancia, no debería habértelo dicho.

— ¡No, n-no! E-está bien… yo —Bakura carraspeó un poco, tratando de normalizar su tonó de voz —está bien que me lo digas, yo sólo… amm —Bakura no sabía realmente que decir —no sé qué decir excepto… que elegiste como novio a un idiota —trató de bromear.

Ryou se permitió una risilla —lo sé, tengo pésimo gusto —rodó los ojos, relajándose un poco.

Bakura aprovechó eso —no del todo, si es que te gustó mi beso —mencionó coqueto, inclinándose hacia su rostro.

Ryou sintió las mejillas calientes de nuevo — ¿estás coqueteando conmigo? —le siguió el juego, llevándose una mano al pecho con falso asombro.

—Tal vez —llevó una de sus manos al rostro de Ryou, acariciándole la mejilla —o tal vez le dije a ese idiota que soy tu compañero porque estaba celoso y en verdad quiero serlo —siguió bromeando*

Ryou parpadeó tres veces, inseguro del rumbo que estaba tomando la conversación —estás bromeando ¿cierto? —trató de no sonar inseguro.

—Claro —le sonrió de lado, bajando de golpe la cabeza para darle al menor, un ligero choque de frentes —anda, quizá ahora sí podamos dormir sin que me mires de reojo como si fuera a comerte en cualquier segundo —rio, colándose entre las sabanas también, un poco más cerca de Ryou que la noche pasada.

—… Gracias —el menor ladeó el cuerpo hacia él.

— ¿gracias por qué? —cuestionó el mayor, mirándolo a los ojos sin entender.

Ryou le obsequió una hermosa sonrisa que lo dejó sin palabras —por ser tan bueno conmigo, por ayudarme con Alister… por todo,, gracias Bakura —concluyó, agachando la cabeza cerca del pecho del mayor, pero sin que sus cuerpos entraran en contacto en ningún momento.   

Luego de un minuto fue Bakura quien llevó su mano a la cabellera de Ryou —no tienes por qué darlas, Ryou —le acarició suavemente cerca de las orejas pero sin atreverse a tocarlas directamente —lo hago con gusto —dijo sincero… quizá más de lo que querría admitirse.

Bakura alcanzó a sentir una ligera vibración a través de su mano ¿Ryou estaba… ronroneando? No pudo evitar una ligera sonrisa y cerró sus ojos también, dispuesto a dejarse llevar por el sueño. Mañana sería su último día en la isla, el último día que podría portar aquella hermosa sortija, y era la última noche que podría dormir con Ryou… realmente no sabía si le gustaba ese hecho.

Aún más confundido que esa tarde, Bakura se dejó envolver en los brazos de Morfeo —dulces sueños, Ryou.

Como si fuera un acto reflejo, la cola blanca se abrazó flojamente a la cadera de Bakura y Ryou, medio dormido, se revolvió en la cama, dejando su frente pegada al pecho del mayor.

-x-

—Hoy fue muy divertido ¿verdad? —le sonrió Yugi a Yami, retirándose la gargantilla antes de sentarse en un pequeño taburete para empezar a cepillar con cuidado su cola.

—Sí, no sabía que surfearas, realmente lo haces muy bien —aduló el mayor, mirándolo con una sonrisa boba plasmada en la cara.

—A Ryou, Malik y a mí nos enseñaron varios deportes acuáticos desde pequeños —explicó —cuando gustes podría enseñarte.

Yami cambió su sonrisa esta vez a una más coqueta — ¿es eso una invitación para ir a la playa? —jugó.

Yugi se sonrojó un poco — ¿por qué no? Es decir, sí quieres… amm, po-podría ser divertido.

Yami no pudo no sonreír al notar que el menor se había puesto algo nervioso —sí, me gustaría —Yugi soltó un disimulado suspiro — ¿te ayudó? —ofreció de la nada, viendo como el tricolor acercaba cada vez más el cepillo a la base de su cola por lo que debía ladear el torso.

—No, ya está bien —dejó el cepillo y se fue a la cama tumbándose bocabajo pero apoyando los codos en el lecho y levantando el torso para colocar su rostro entre sus manos — ¿sabes que no tengo sueño? —balanceó distraídamente la punta de su cola en el aire.

Yami se le acercó un poco — ¿y qué te gustaría hacer, entonces? —preguntó con una sonrisa, mirándolo a los ojos.

Yugi sintió sus mejillas calentarse al recordar como Yami lo había sostenido en brazos para sacarlo del rio aquella misma mañana — ¡Ya se! —ladeó el cuerpo para alcanzar con su cola a la mochila que estaba a los pies de su cama, de la cual sacó su Tablet — ¿qué dices si vemos una peli? Sé que hay unas cuantas aquí —encendió el aparato.

Yami sonrió aún más, ante el infantil ánimo del neko y acomodó los almohadones para recostarse medio sentado entre ellos —suena bien para mí, Yugi —abrió los brazos, esperando a que el hanyou se acercara.

Fue en ese momento que Yugi se dio cuenta de que, para poder ver y escuchar bien los dos la película tendrían que estar muy juntos en la cama, así que, con las mejillas aún más calientes por la timidez, se arrastró hacia donde Yami lo esperaba -de lo más ilusionado- y se acomodó a su costado, flexionando las piernas para acomodar el aparato.

.

A los pocos minutos, Yugi ya había dejado caer su cabeza sobre el hombro de Yami, y este había rodeado lentamente los hombros del menor, hallando los dos una posición muy cómoda.
En algún punto de la noche, los dedos de Yami empezaron a juguetear por la punta de los sedosos mechones dorados y de vez en cuando el cuello del oji-amatista.    

-x-

Malik despertó cerca de la una de la mañana, sentía cierto frío y su cola estaba enrollada en algo.
Abrió sus ojos junto con un pequeño bostezo y esperó a que estos se acostumbraran a la oscuridad, solo para darse cuenta que estaba prácticamente abrazado a Marik pues tenía las manos en el pecho ajeno, su rostro a escasos centímetros del otro y su cola rodeaba perezosamente la cintura descubierta por la camiseta levantada.

Se sonrojó un poco ¿en qué momento se movía tanto? Él no era mucho de cambiar de posiciones al dormir, pero las noches con Marik se habían vuelto todo lo contrario, aunque solo para acercarse ambos.

Jaló más la sabana para poder cubrirlos mejor ambos y retiró su cola de Marik para cubrir su propio torso pero al minuto ya tenía las manos del mayor presionándolo más cerca de sí mismo. Malik creyó sentirlo temblar.

—Marik... —lo llamó suavemente — ¿tienes frío? —preguntó en un susurro.

—...Sí —respondió el mayor, más dormido que despierto —estas tibio... Malik —una de las manos de Marik se enredó en el pelo lizo, dejando la punta de sus dedos rozando sus orejas. Malik tembló un poco, sus manos estaban frías.

—Afuera ha de estar lloviendo —supuso, revolviéndose un poco —yo solo... —tímidamente, Malik volvió a colocar su cola sobre la cintura del mayor, rodeando mejor su espalda. Marik exhaló de alivio —t-te cubrí un poco con mi cola ¿está bien?

Esperó unos segundos para recibir una respuesta —es tan suave... Y cálida —murmuró el otro.

Malik se mordió los labios, mirando el rostro del mayor; admiró sus facciones aunque sus ojos siempre terminaban en los labios ajenos. Después de unos segundos, en los que trató de cerciorarse de que Marik estaba realmente dormido, acercó más sus rostros.

—Yo también... Tengo un poco de frío —y antes de que el mayor pudiese dar otra respuesta entre el sueño, Malik juntó sus labios con los de Marik.

La sensación fue cálida, una suave tibieza que se extendió por sus terminaciones nerviosas y lo hizo jadear de gusto. Probó luego a mover sus labios suavemente y se sorprendió cuando los ajenos correspondieron de forma algo torpe. Por un segundo temió que Marik se hubiese despertado pero su instinto sobrenatural le decía que disfrutara ahora del beso y enfrentara las consecuencias luego.

Y eso hizo, saboreó lo más que pudo el momento y cuando separó sus bocas miró a Marik con algo de temor, sólo para descubrir que este ni abría los ojos, simplemente se relamió los labios con una pequeña sonrisa que le provocó un sonrojo.

Malik supo que seguramente, por la mañana, al otro todo eso le parecería un sueño y decidió aprovecharlo —bésame, Marik —susurró, a centímetros de la boca ajena, y de nuevo, sus labios se encontraron. El brazo de Marik, cuyos dedos no se encontraban en la cabellera del zorro, llegó lentamente a las caderas del menor, acariciando parte de la esponjosa cola y rozando un poco la retaguardia, por encima del pantalón del pijama; Malik se sobresaltó un poco y cortó el beso.

La mano de Marik se quedó allí pero Malik, sonrojado, bajó la cabeza, colocándola cerca del cuello del mayor y se quedó allí hasta volver a conciliar el sueño.

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Marik se despertó al sentir cierta presión sobre él y abrió los ojos sólo para enterarse de que Malik estaba cómodamente recostado encima suyo, mirándolo de una forma que no supo definir.

—Al fin despiertas, guapo —exclamó coqueto, ladeando el rostro con una sonrisa —buenos días.

Y antes de que Marik pudiese murmuran un "¿qué?" el otro le rodeó el cuello con los brazos y se lanzó a besarlo con hambre.
Aturdido, Marik no atinó sino a corresponder los besos, porque no fue uno ni dos, Malik empezó a devorar su boca con pasión y necesidad. Sus manos volaron de inmediato hacia las caderas del menor para conseguir apartarlo un poco en tanto que tomaban aire.

— ¿Qué ocurre, cariño? —preguntó inocentemente el zorro cuando sintió el apretón de los dedos ajenos en sus caderas medio descubiertas.

— ¿Cómo que qué ocurre?... ¿cariño? —repitió extrañado.

— ¿No te gusta? Mmm ¿qué te parece 'mi vida'? —volvió a reír con coquetería, pasando suavemente la punta de su cola bajo el mentón de su interlocutor — ¿o hay alguno que quieras en particular?

—No me refiero a eso —negó, apenas sonrojado — ¿por qué~ —Malik lo interrumpió con una nueva tanda de besos — ¡Malik!

Ahí estaba de nuevo esa risa coqueta — ¿por qué te pones así? Mmm —Malik besó su cien y fue bajando por su mejilla con dulces besos — ¿acaso yo no te agrado? ¿Por qué te resistes? —Malik contoneó sus caderas sobre las de Marik, delineando esta vez su mentón con besos.

Marik se sorprendió ante sus cuestionamientos —Tú me...

—Tu a mí me encantas —declaró Malik sin pena —tu aroma me encanta —lamió el inició de su cuello —es como si me gritara "ven aquí, yo soy tu macho" —otra lamida —y yo obedezco con gusto —deslizó la lengua hasta el hombro, donde dejó una suave mordida.

Sus palabras y acciones no hicieron más que excitar al mayor, quien sintió claramente el tirón en su pantalón y Malik, al estar directamente encima, lo sintió igual.

—Parece que al menos no te soy tan indiferente —murmuró pícaro.

—Para nada —los brazos de Marik rodearon firmemente la estrecha cintura de Malik, aprisionándolo contra su cuerpo para poder dar un giro y colocar al hanyou contra la cama y su propio cuerpo. Una nueva ronda de besos comenzó.

Marik llevó lentamente una de sus manos dentro de la playera arrugada, en busca de los pezones del menor, pero las manos de Malik se colaron por entre su pecho y lo presionó hacia arriba ligeramente.

—Espera un poco, fiera —rio el kitsune.

— ¿Qué? ¿Te vas a retractar ahora? —Marik bajó la cabeza, pasando su lengua por los labios del menor.

—Claro que no, cariño —Malik pegó su mejilla derecha a su hombro con coquetería y luego, con gran facilidad, se dio la vuelta y levantó apenas las caderas, dejándolas pegadas a las de Marik; además, rodeó con sus cola las mismas, obligándolo a mantenerse así de cerca — ¿qué tal así? Mmm —Malik meneó sus caderas de lado a lado, restregando su trasero contra la entrepierna de Marik.

—Eres un travieso —Marik tomó la cadera del hanyou con su mano derecha, empezando a empujarse contra él instintivamente.

—Soy un kitsune, no te esperes nada menos —Malik se estremeció cuando Marik enterró el rostro entre su cuello y succionó la piel, buscando dejar algunas marcas —Mmm, así Marik —gimió —enséñame quien me va a domar —le dijo coqueto.

Antes esas palabras, Marik le mordió el cuello un poco fuerte a la vez que su mano soltaba la cadera del menor para alcanzar uno de sus pezones. Malik se estremeció de gusto, soltando algo que pareció un aullido característico de su especie cuando Marik empezó a embestirlo con algo más de fuerza.

—Ahhh Malik —gimió el mayor, a cada segundo que pasaba crecía más el deseo de sentir aquel tibio cuerpo más cerca, piel con piel, escuchar más fuerte y más intensos esos dulces gemidos eróticos —que bueno que los cuartos están insonorizados, porque si no hasta los chicos podrían escucharnos —declaró con malicia, antes de pasar su lengua por el suave pelaje de la oreja derecha del kitsune, provocando un nuevo sollozo placentero.

—Oh Marik, me encanta esa seguridad y actitud tuya, en serio me enloqueces —la cola del menor intentó bajar de a poco el pantalón-pijama del chico sobre él — ¡Vamos Marik! Deseo sentirte entre mis piernas, embistiéndome fuerte y dominándome como sólo tu —jadeó para él, en la exclamación más caliente y jodidamente excitante que Marik podría haberse imaginado.

Marik lo sujetó con fuerza de las caderas y lo hico volver a voltearse en la cama, para quedar frente a frente, escasos milímetros entre sus rostros —juro que voy a hacerte suplicar por más —y se lanzó a sus labios en un beso furioso de lujuria y deseo, lo mismo que fluía por sus venas, recorriéndole todo el cuerpo.

Luego de unos momentos en los que parecía que iban a devorarse el uno al otro Marik se dispuso a bajar por la mandíbula y garganta del menor entre besos y lamidas, no sin antes observar la expresión del hanyou, por lo menos satisfecho de sus palabras y ansioso de recibir más, y él gustoso se encargaría de darle más, mucho más.
Apartó el cuello de la holgada camiseta y deslizó su lengua por la piel bronceada, con un delicioso aroma a caramelo, cuando empezó a escuchar su nombre de la boca de su ardiente amante.

—Marik… Marik… —levantó el rostro para saber que deseaba aquel sensual kitsune, pero al hacerlo sintió como su vista se tornaba borrosa de repente —Marik… Marik…

—Malik —lo llamó también, entre la bruma que se estaba convirtiendo su visión y sintió como a su cuerpo lo embargaba una agitación diferente.

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—Marik… ¿estás bien? —la voz de Malik le hizo abrir los ojos, que no sabía en qué momento había cerrado, solo para ver al chico a su lado, aun con las sabanas medio encima, levantando el torso apenas lo necesario para mirarlo y con preocupación en sus somnolientas orbes lilas —al fin despiertas —dijo con alivio.

Marik parpadeó, sintiendo cierto dejavú con esas palabras… ¿por qué?
La respuesta no tardó en acudir a su cabeza “Al fin despiertas, guapo” recordó la picara voz de Malik en un tono sensual que nada tenía que ver con su situación actual.

—Ah, sí… yo —trató de responder, pero no sabía bien qué decir. Su mirada recorrió a Malik de arriba a abajo: el pijama bien puesto, las orejas ligeramente caídas a los lados y su cuello libre de cualquier marca, aunque podía sentir perfectamente la esponjosa cola alrededor de su cintura ¿y eso en su mejillas era un sonrojo?— ¿qué…? —trató de preguntar.

—Estabas soñando, pero te movías mucho y empezaste a sudar, pensé que se trataba de una pesadilla, por eso te desperté —se explicó el menor.

Marik lo escuchó medio ido mientras el resto de imágenes pasaban por su cabeza, por un momento quiso molestarse con el kitsune por interrumpir semejante sueño cuando cayó realmente en cuenta de qué ¡Había tenido un sueño húmedo con Malik! ¡¡Compartiendo cama con él!! ¿Pero qué diablos le pasaba en la cabeza? ¡¿Y si hubiese hablado dormido?! Recordaba haber dicho cosas no muy decentes en ese sueño.

Sacudió la cabeza cuando miró, en un descuido, los preocupados y curiosos ojos lilas —sí, etto… fue solo un sueño… raro —trató de excusarse —lo lamento Malik ¿te incomodé? ¿acaso te empujé o algo? —se disculpó tratando de serenarse, las sensaciones aún estaban a flor de piel y su corazón algo acelerado.

—Oh, no, no te preocupes —lo calmó, moviendo una mano en negación —sólo… es que como en la madrugada dijiste que tenías frio, puse mi cola a tu alrededor así que fue fácil notar que te movías —se explicó.

— ¿lo dije? —se extrañó, no recordaba haber despertado en la noche.

Malik quiso abofetearse ¡¿y si Marik recordaba que lo había besado de paso?! —sí, pero bueno, era muy obvio que estabas mucho más dormido que despierto, no creo que lo recuerdes —rio con nerviosismo.

Marik suspiró — ¿qué hora es? —se frotó un ojo.

—Pasadas las cuatro y media… aun podríamos dormir un poco, si quieres —agachó ligeramente la cabeza.

—Yo…  sí, bueno, creo…  creo que iré primero a lavarme un poco el rostro, por, ya sabes, ese sueño —tartamudeó nervioso, era consciente de su semi-erección en ese momento; agradecía no haberse dormido de espaldas a Malik o posiblemente, la esponjosa cola también lo hubiese notado.

—Sí, por supuesto —Malik se quedó unos segundos quieto hasta que el otro soltó un carraspeo — ¡Oh, que tonto, lo siento! —en seguida retiró su cola para que Marik se moviese sin presionarla ni nada.

Marik le dio la espalda al menor en todo momento y caminó presuroso hasta el baño, donde lo primero que hizo, fue empaparse las manos bajo el grifo y llevárselas al rostro varias veces.

Por mientras, Malik estaba en la cama, abrazando ligeramente su propia cola, la cual había estado toda la noche alrededor del cuerpo de Marik y tenía muy impregnado su olor. Las mejillas le ardieron más que antes cuando inspiró profundamente pues toda la habitación tenía su aroma mezclado con el de Marik... Y desde hace un rato que el mayor... Olía a deseo y excitación.

Malik no sabía que pensar. Marik había tenido un sueño erótico junto a él, su aroma también lo había excitado y, lo que no sabía si era peor o mejor... Marik había dicho su nombre en medio de su sueño y había acariciado inconscientemente su trasero.

Y, con un demonio ¡Como le había gustado aquello!        

Continuará…  

*Hyō: Leopardo.
(Sí recuerdan, cuando los hanyou les contaban a los demás de la historia de los Hanyou, Yugi mencionó que el clan original de hanyou felino, era el Clan Gato-Leopardo. Básicamente los gatos domésticos y los leopardos son las familias más antiguas por eso ‘mi familia’ (de Izzy) y la de Yugi están relacionadas)

*Entre broma y broma, la verdad se asoma.

 

 

 

 

Notas finales:

Perdonenme la vida por tardar tanto. Este fin de semestre fue demasiado duro, encima he estado muy mal anímicamente por problemas en mi casa, con mis padres. 
Mi madre se enteró de que escribo y me soltó la turrita de que está muy decepcionada de mí, que si porque veo estas porquerías, que si no se qué.
Bufff! Básicamente quedó claro que yo no tengo familia con las personas con las que vivo (no se preocupen por ello, lo tenia asumido desde hace ya mucho)

Como sea, gracias por su paciencia, espero haber correspondido bien con este cap que me quedó muy largo. Y perdonen si hay fallas, no me sentía con animos de releerlo todo u.u

Ja ne~nya


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