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La Persona Que Es Para Mí por DanyNeko

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Notas del capitulo:

Yugioh y ninguno de sus personajes me pertencen. Todo es obra del gran maestro Kazuki-sama.


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¿Será que me regala solo a mi amado Akefia?

Por mientras, Malik estaba en la cama, abrazando ligeramente su propia cola, la cual había estado toda la noche alrededor del cuerpo de Marik y tenía muy impregnado su olor. Las mejillas le ardieron más que antes cuando inspiró profundamente pues toda la habitación tenía su aroma mezclado con el de Marik... Y desde hace un rato que el mayor... Olía a deseo y excitación.

Malik no sabía que pensar. Marik había tenido un sueño erótico junto a él, su aroma también lo había excitado y, lo que no sabía si era peor o mejor... Marik había dicho su nombre en medio de su sueño y había acariciado inconscientemente su trasero.

Y, con un demonio ¡Como le había gustado aquello!

-x-

Bakura se despertó durante la madrugada, no sabía exactamente qué hora era, pero sí sabía que había enfriado bastante, por suerte él no era friolento.

Bostezó con pereza y se levantó para ir al baño, que era lo que lo había despertado; luego de hacer sus necesidades y lavarse las manos y un poco el rostro, regresó a la cama, viendo a Ryou acurrucado un poco más hacia su lado. No pudo evitar sonreír, adormilado como estaba a su mente no le costó procesar lo que su corazón decía entre latidos acelerados al verle: ese chico le gustaba y mucho, y ni que decir de sus besos ¡oh, aquella deliciosa miel de sus labios! Para él no existía sabor mejor.

Sin pensárselo dos veces regresó a su lugar bajo las sabanas y pasó uno de sus brazos por la delicada cintura del mitad usagi, atrayéndolo hacia sí para que pudiesen compartir el calor de sus cuerpos; enterró la nariz en el pelo ajeno, llenándose varias veces los pulmones de aquel dulce aroma a vainilla y leche, con un toque a flores silvestres que lo dejó más hipnotizado -o mejor dicho idiotizado- de lo que ya estaba.
Para su alegría, Ryou se acomodó instintivamente en su abrazo, dejando las manos contra su pecho, y en ese momento deseó sentir aquel tibio tacto contra su piel y no con la tela de por medio.
Empezó a depositar pequeños besos cerca de las orejas blancas y en lo alto de su pelo, bajando por su flequillo hasta su frente; el tierno ronroneo no se hizo esperar junto a una sonrisa inconsciente de Ryou, Bakura siguió repartiendo suaves besos: en las mejillas, en la nariz, en los parpados, y en las comisuras de su boca hasta que finalmente llegó a sus labios.

Se relamió los labios de anticipación y procedió a juntar ambas bocas de nuevo mientras su brazo atraía suavemente su cintura más cerca aun de su cuerpo.

Está vez se tomó el tiempo de disfrutarlo, fue lento, suave, dulce, como dijo Ryou que le había gustado: delicado. Acarició los suaves labios cereza con parsimonia, procurando separarlos para poder colar su lengua en busca de aquella exquisita miel a la que se sentía ya adicto ¿Cómo ese chico podía ser tan tentador a sus sentidos? Solo podía pensar en tenerlo cerca para besar cada parte de su cuerpo, dejar marca en su piel para que todos supieran que le pertenecía, quería que fuera solo suyo.

Aquel pensamiento desencadenó todo un choque eléctrico en su sistema que hizo que cayera en cuenta de algo... Ryou no era suyo. Ellos no tenían ningún tipo de relación más allá de recientes amigos y esa fachada de ser compañeros se acabaría ese mismo día, cuando tuvieran que regresar a ciudad Domino.

Y eso no le gustó nada.

Todos esos pensamientos le provocaron que tornara el beso -en el que apenas separaba sus bocas escasos milímetros de cuando en cuando para que Ryou no despertara por la falta de aire- un poco más furioso, más apasionado, más necesitado.

—Ba... Bakura —escuchó aquel murmullo con su nombre; Ryou lo sabía, aún dormido reconocía sus besos y por eso no despertaba, porque su cuerpo sabía que aquello estaba bien, que era lo que quería.

Y lo decidió en ese instante.
Ryou sería suyo, él iba a enamorarlo.
¡Como que se llamaba Bakura Thief iba a enamorar a ese precioso conejito!

-x-

Cuando el amanecer inundó con la suave tibieza de sus rayos a la isla, Ryou se despertó lentamente, estirándose como el gato perezoso que, en parte, era. Se sintió cómodo y sonrió, había dormido muy bien esa noche.

Al abrió los ojos se llevó un buen susto y no era para menos ¡¿En qué momento había terminado abrazado con Bakura?!

Lo peor fue que apenas pudo enfocar bien su mirada en el rostro ajeno, Bakura también despertó al sentirlo inquieto.

El sonrojo acudió a las mejillas de ambos, ambos pares de ojos se abrieron como platos al igual que sus bocas, aunque no lograron articular una sola palabra y se separaron de golpe, sentándose cada quien en su lado de la cama, de piernas cruzadas y con la cabeza gacha para ocultar el sonrojo — ¡Lo siento! —gritaron los dos a coro.

Solo entonces se atrevieron a mirar al otro, descubriendo que la accidental situación había sido igual de vergonzosa para ambos. Las cejas se arquearon hacia abajo, los labios presionados en una fina línea y pronto las carcajadas resonaron dentro de aquella habitación.

Por alguna razón aquello les había causado mucha gracia a ambos.

Ryou se pasó el dorso de la mano por el ojo izquierdo para retirar una pequeña lágrima que se le escapó de tanto reír —Vaya tontería —alcanzó a decir.

—Tienes razón —Bakura trató de contener las risas de una vez, ya le dolía el estómago y las mejillas — ¿vamos por algo de desayunar? —ofreció con una sonrisa.

— ¡Hai! Muero de hambre —le sonrió de regreso con los ojos cerrados.

Bakura se levantó de la cama, revolviendo un poco su pelo con una mano mientras caminaba al baño para lavarse el rostro y los dientes, cosa que Ryou no tardó en imitar.

-x-

Yugi se despertó cuando el cielo aún estaba oscuro y un ligero aroma a humedad dictaba que había serenado un rato.
Soltó un bostezo y se convenció de que si no lo hacía en ese momento no tendría otra oportunidad así en mucho tiempo.

Lentamente movió su cabeza del hombro de Yami, donde había terminado recostada toda la noche, de hecho casi todo él estaba recostado contra Yami y ambos aun mantenían el cuerpo ligeramente inclinado, de haberse dormido viendo películas.

La Tablet aún estaba en su regazo así que la retiró y se fue apartando de aquella cómoda posición lentamente hasta sentarse en la cama y posteriormente levantarse.
Buscó el cargador del aparato y lo conectó, luego tomó una manta que no cubría a Yami y la dobló un poco para luego cubrirse a medias con ella.

Estaba a punto de salir...

— ¿Yugi?

...cuando el oji-vino notó su ausencia a su lado.

Yugi cerró los ojos en medio de dar el próximo paso, se sentía pillado infraganti aun cuando él no estaba haciendo nada malo.

—Gomen Yami ¿te desperté? Lo siento, no era mi inten~ —Yami sonrió mientras se frotaba un ojo al oírlo.

—Nada de eso Yugi, tranquilo —lo calmó, moviendo una mano en negación —aunque ¿a dónde vas a estas horas?

Yugi mostró una sonrisa apenada, que pronto se tornó más brillante, incluso traviesa.

—Toma una manta y ven conmigo —dijo solamente.

— ¿Qué? —musitó Yami sin comprender.

—Toma una manta y ven —repitió el oji-amatista, tomando su llave y abriendo la puerta —vamos, o te dejaré —apuró con una risilla.

Yami se quedó unos segundos pasmado hasta que pudo reaccionar, tomó la manta con que había cubierto a Yugi y a sí mismo y salió tras su querido neko.
Lo alcanzó cuando este abría suavemente la puerta principal, el de ojos morados le sonrió antes de salir y Yami no demoró en seguirlo.

Cerró la puerta con cuidado y al voltear Yugi ya estaba saltando escaleras arriba. Sí, saltando, subía de cinco en cinco los escalones con una sonrisa en los labios.

Una que a Yami le encantaría besar y mordisquear.

Siguieron hasta que el tricolor menor los guió hasta la azotea del edificio, era plano con un desnivel en diagonal y un reborde de unos cínico centímetros de altura. El piso estaba aun medio húmedo pero a Yugi no le importó y se deslizó por el desnivel hasta apoyar los pies en el borde y se cubrió bien con la manta.

Yami, que de había quedado mirándole en la puerta mientras recuperaba aire -pues había corrido las escaleras tras él- le miró intrigado.

— ¿Yugi?

El oji-amatista giró la cabeza para mirarle, agitó la cola, dedicándole una sonrisa y sacó un brazo de la manta para invitarlo a su lado.

Yami le siguió con cuidado y se sentó a su lado, extendiendo la manta sobre ambos — ¿para qué querías venir hasta acá?

Yugi, sin dejar de sonreír, señaló al cielo con el índice —las estrellas se ven hermosas aquí, sobretodo después de llover.

Yami miró hacia donde Yugi señalaba, observando como las estrellas relucían como diamantes en el oscuro cielo nocturno, apenas surcado por escasas nubes delgadas que se transparentaban a la luz de la luna.

Era un espectáculo magnífico.

— ¿Verdad qué es precioso? —el pequeño tricolor sonreía al ver a su amigo casi boquiabierto al contemplar el cielo.

—Sí, es fabuloso —confirmó Yami, volviendo a mirarle, sólo para quedarse prendado de la expresión de Yugi, de la forma en que sus ojos reflejaban el brillo de la luna y las estrellas, así como la gran sonrisa sincera.

Yami sintió que se enamoraba de nuevo del neko.

Se quedaron allí hasta que el cielo empezó a aclarar, delatando la proximidad del sol.

—Gracias —dijo de pronto el mayor, acomodando su cabeza contra la de Yugi para que el menor no pudiese mirarlo — ¿Te digo algo? Me siento muy feliz de compartir esto contigo Yugi... —Yami pudo sentir el temblor de las orejas felinas —a pesar de que llevamos poco tiempo de conocernos... Te has convertido en una persona muy valiosa para mi ¿sabes? —acabó de decir en voz baja, pero Yugi podía oírlo perfectamente.

El oji-amatista estaba sonrojado, aquello había sido de las cosas más lindas que le habían dicho en toda su vida —Yami... —se movió solo para poder abrazarlo —me hace muy feliz oír eso viniendo de ti, muchas gracias —lo abrazó con fuerza, rodeándolo con su cola —tu también me importas mucho... Y soy yo quien debería darte las gracias, siempre estas ayudándome, eres muy amable conmigo —sonrió, acomodando la cabeza contra el pecho.

Yami suspiró, no había sido tan difícil sincerarse ahora que estaban solos, aunque eso no era ni de lejos todo lo que sentía por Yugi. Trataba de que el menor comprendiera que lo amaba pero no sabía si sus sentimientos eran bien recibidos.

Luego de un par de minutos así se levantaron para regresar a la pieza, iba siendo hora de desayunar algo.

-x-

Cuando regresaron a la pieza Ryou y Bakura ya estaban en la cocina, tratando de empezar con el desayuno. Las miradas curiosas y pícaras de los albinos cayeron sobre el oji-vino, quien no tardó en sonrojarse.
Y Yugi totalmente ajeno a ello.

Ryou aprovechó un momento que tanto Bakura como Yami fueron a sus cuartos para llamar a su primo —Yugi ¿puedes encargarte de esto un momento? —sonrió el conejo —creo que algo mío se coló en tu maleta ¿no te importa si miro, cierto? —sin esperar respuesta el albino entro al cuatro de los tricolores, cerrando la puerta con disimulo.

—Amm ¿de acuerdo? —se extrañó pero puso más atención al tocino en la sartén.

Ryou suspiró justo cuando Yami se volteaba a verlo extrañado — ¿te pasa algo? —preguntó cortésmente.

El albino le regresó una pequeña sonrisa —solo te robaré un par de minutos, quiero hablar contigo —dijo junto con un guiño de ojo.

—Am, está bien ¿sobre qué?

—Yugi —respondió directo, notando como Yami se tensaba en su lugar, cosa que le sacó una risilla —escucha, no sé ni necesito saber que estaban haciendo antes de entrar, pero conociendo a mi primo puedo deducirlo. El caso aquí es, te gusta Yugi ¿cierto?

Yami tragó en seco, Ryou no se iba con rodeos —yo, bueno, verás... —empezó a balbucear, cosa que, en cierta forma, se le hizo tierno al albino — ¿tan obvio soy?

—No realmente, pero para alguien que está tan al pendiente de Yugi como yo, incluso Malik es algo relevante —le calmó —además, esos detallitos que tienes con él -como ayer en el río-, la forma en que lo tratas, todo eso... Me encanta ver que alguien aprecie a Yugi y le trate de esa manera —Ryou se acercó a un perplejo Yami, poniéndole una mano en el hombro —me agradas —dijo sincero, bajando la mano de su hombro para toquetear suavemente la punta de la pirámide dorada que portaba en oji-vino temporalmente —por ello te daré un consejito —volvió a guiñarle el ojo al tener su atención —Yugi en un chico muy empático con las emociones de los demás, pero en lo que respecta a que otros se interesen en él... Es un poco, no ingenuo, más bien se complica mucho. Le cuesta notar que es importante para los demás así que si realmente quieres hacerle saber que te interesa tienes que ser directo con él —concluyó, sonriéndole amablemente con los ojos cerrados y llevando sus manos tras la espalda.

Yami parpadeó un poco ante las palabras del hanyou pero luego le regresó la sonrisa —Sí. Muchas gracias por el consejo Ryou.

El aludido asintió con la cabeza —lo que sea por ver feliz a mi querido primo —camino de vuelta hasta la puerta —ah, y una cosa más —se miraron a los ojos —mucho cuidado con Tea —dijo serio, dejando a un Yami algo extrañado —ahora salgamos antes de que Yugi o Bakura piensen algo que no es —dijo justo antes de abrir la puerta, relamiéndose los labios inconscientemente.

-x-

Era un poco extraño, todos estaban disconformes con el hecho de que era el último día de aquella excursión, pero aun así todo el lugar estaba rebosando de algarabía y entusiasmo. Todos, humanos y hanyou disfrutaban sus últimos momentos en aquel bello paraíso. Por los menos hasta dentro de dos años.

Nuestro grupo se hallaba curioseando por las cuevas y los túneles de las mismas, encontrando murciélagos, serpientes y varios animales más.

Luego de eso irían a la cascada una última vez, ya que Valón y Joey estaban empeñados en lanzarse de nuevo un clavado desde la misma.

Las chicas por otro lado habían vuelta al sauna para una agradable sesión de relajamiento antes de irse.

Se volvieron a reunir para almorzar y subieron a sus piezas para poder recoger sus pertenencias y tenerlas listas, que nada se le quedara a nadie. En apenas unas horas zarparían.

Habían bajado de nuevo, pensando en un último paseo por la playa cuando un gran felino irrumpió cerca de los edificios, rugiendo.

Los humanos se sobresaltaron.

— ¡¿Pero qué...?! —casi gritó Alister.

— ¿Qué hace un jaguar por aquí? —se preguntó Ryou con voz calma, mirando al felino salvaje.

Paradox había llegado al notar el pequeño alboroto que se había formado, por supuesto los humanos estaban asustados con el animal —guarden la calma, no hay porque temer pero no lo acorralen —les tranquilizó, acercándose despacio al felino. Este rugió hacia el hanyou de ojos pardos y cola de cocodrilo.

— ¿A qué habrá venido por estos lados? —se preguntó ahora Yugi.

—Esperen, mírenla —pidió Izzy, notando cierto comportamiento en la jaguar.

—Parece que busca algo —le siguió Mai.

—Señor Paradox, miré allí detrás —señaló la pelinegra que había alcanzado a notar dos motitas de pelo manchado tras la gran felina —son sus crías, quizás esté buscando a una de ellas.

— ¿Qué te hace pensarlo? —cuestionó Bakura.

—En lugares así, donde hay suficiente comida, los jaguares suelen tener en su mayoría tres o cuatro crías por camada —explicó la hanyou de leopardo —y yo solo veo dos.

—Ella tiene razón y como dijo Mai, parece que buscara algo —apoyó Yugi.

—Bueno, entre gatos se entienden —bromeó Joey.

Yugi, Ryou e Izzy le dedicaron una mirada feroz —con su permiso —Ryou se inclinó sumisamente frente a Paradox, esperando un asentimiento para luego acercarse junto a su primo a la madre felina, Izzy los imitó, tomando a las cría con cuidado para acercarlas a su madre, intentando calmarlas un poco.

—Quizá podamos encontrar a la que falta —propuso la pelinegra.

—No es mala idea —los tres hanyou felinos comenzaron a olfatear a las dos crías para tratar de hacerse con el rastro de la o las faltantes.

—Vamos a ayudarles —dijo Duke y junto con los demás hanyou se acercaron un poco más, también olfateando a la familia de jaguares.

—Demos unas vueltas por los alrededores, a ver si podemos encontrar algo —dijo Izzy meneando su nariz para tratar de captar algún aroma similar en los alrededores.

—Alguien debería de quedarse junto al jaguar para que no altere a más nadie —dijo Yami.

—Yo me encargaré de ello —repuso Paradox, acercándose con firmeza pero sereno para no alterarla más —vayan —le dijo a los hanyou.

— ¡Sí señor! —todos empezaron a andar en diferentes direcciones de a grupos.

—Oigan, creo que tengo algo —dijo Joey de repente, caminando hacia la parte trasera de los edificios donde se alojaban.

—Tienes razón, yo también lo percibo —lo apoyó Valon y más atrás Duke. Tristán, Seto, Raphael y Alister fueron con ellos

—Definitivamente hay algo por aquí —dijeron al unísono Ryou e Izzy, acercándose al bosque.

—Vayamos a ver entonces —Bakura caminó junto con Ryou, pronto se les sumaron Yugi, Yami e Izzy.

—Creo que podríamos obtener una mejor visión desde arriba —opinó la pelinegra, preparándose para saltar a un árbol.

—No es mala idea —Ryou la imitó junto con Yugi.

—Nosotros seguiremos buscando por aquí —les dijo Yami, quien siguió mirando por el suelo con Bakura.

-x-

—Creo que encontré un lindo gatito —Joey se acercó con una sonrisa y una cría de jaguar en manos, luego de haber estado unos diez minutos buscándola junto a los demás.

—Bien hecho chicos —Malik fue quien tomó a la cría de los brazos de Joey para atreverse a regresársela a la madre.

El hecho de que la jagua se quedara allí, solo limpiando a su cría con su lengua, les confirmó que debía haber otra por los alrededores.

—Espero que los chicos puedan encontrar a la que falta —dijo Tea.

-x-

En algún punto Bakura se había separado un poco de Yami mientras husmeaba en los matorrales, esperando hallar a la cría que buscaban, le pareció oír algo tras de sí y para cuando se giró tenso simplemente vio unas hojas caer y luego a Izzy aterrizar casi arrodillada a un metro suyo. Bakura suspiró.

—Lo siento ¿te asuste? —se disculpó la chica, dándole una pequeña sonrisa.

—No, no te preocupes —le restó importancia.

La pelinegra aun así repitió su disculpa y luego le dedicó una mirada de cuerpo entero al chico, era de su misma altura y su rebelde cabello blanco le fascinó, sentía deseos de pasar sus dedos por ese cabello —me pareció escuchar algo como maullidos por aquí, por eso bajé —se explicó, acercándose un poco más al albino.

— ¿Crees que está por aquí? —Bakura miró con más insistencia entre los arbustos.

Ella agitó sus orejas —estoy casi segura de ello —la chica también escaneó el lugar con sus ojos —sin embargo tu olor me hizo perder el rastro —dijo como sí nada, apartando unas cuantas ramas de un manotazo, cortándolas con sus garras.

— ¿Mi olor? —repitió extrañado, mirándola.

—Sí —afirmó ella, volteándose a mirarlo y luego meneó su nariz sutilmente —hueles muy bien, me agrada —le dedicó una sonrisa coqueta.

Bakura se sintió incomodo ¿qué no era que usar la sortija de Ryou evitaría que otro hanyou se le acercara con esas intenciones? Al bajar la mirada se percató de que llevaba la chaqueta cerrada hasta la mitad, lo que cubría el colgante.

—Ah… espera, yo no- —sus palabras fueron cortadas por Ryou, quien aterrizó al otro lado de la pelinegra.

—Izzy ¿también lo sentiste?

—Sí, está cerca pero creo que perdí el rastro —afirmó la pelinegra para luego fruncir el ceño al darse cuenta de que el olor de Bakura estaba algo impregnado en Ryou y viceversa ¿acaso ellos…?

—Creo que es por allí —Ryou saltó sobre unos arbustos, dando con un pequeño riachuelo y el gatito al borde del mismo — ¡lotería! —exclamó. Bakura e Izzy se acercaron.

—Bien hecho Ryou —la pelinegra le dedicó una sonrisa para luego ir a recoger a la pequeña cría —mira nada más, estás mojado pequeñín —dijo con diversión.

—Ten —Bakura se sacó la chaqueta, acercándose para envolver a la cría, lo que dejó a la vista el colgante de Ryou —así mejor.

La pelinegra acunó al gatito ahora cubierto contra su pecho, mirando con disculpa al albino mayor —sí, gracias… será mejor que regresemos rápido.

Corrieron de regreso a donde estaba la madre de la cría mientras Ryou se adelantaba a buscar a Yugi y Yami para avisarles que la habían encontrado.

Izzy tocó con su cola el hombro de Bakura para llamar su atención—Disculpa, no me di cuenta de que ya estabas emparejado —se disculpó apenada.

—E-está bien, no hay cuidado —negó con una mano —no ha pasado nada —le soltó un guiñó.

Izzy rio cómplice —Espero que al menos me permitas ser tu amiga —añadió ella. Bakura simplemente asintió, pues ya habían llegado al lugar —Tenemos a la cría —anunció ella.

—Que bien, Joey encontró a la otra —anunció Malik.

—Así que sí habían dos —murmuró Ryou, llegando con Yugi y Yami.

Izzy se acercó a dejar a la cría entre las patas de su madre, quien la recibió con unos suaves lametazos, luego de eso les dedicó un suave rugido a los presentes, instando a sus cuatro crías a irse con ella de regreso al interior del bosque.

—Buen trabajo a todos y gracias por la ayuda —dijo Paradox —ahora, será mejor que todos vayan por sus pertenencias, el barco está por arribar —aconsejó ahora en voz alta, para que todos alrededor le escucharan.

— ¡Sí! —aceptaron un tanto desanimados, pero no podían quejarse, habían pasado días espectaculares.

-x- por la tarde en el barco -x-

—Entonces ¿acababas de volver a Japón? —preguntó Mai a Izzy, todos estaban en una terraza del crucero, tomando refrescos tumbados en sillas playeras.

—Sí, llevaba solo unos días, aun espero cosas de la mudanza —respondió la pelinegra, jugueteando con la pajilla de su bebida —a veces es un poco laborioso el trasporte entre Inglaterra —añadió.

—Dímelo a mí —murmuró Ryou, sentado al lado de Bakura.

— ¿Qué hay de las clases? —consultó Tea

—Empiezo está semana, cuando llegue a casa me debe haber llegado la información del colegio, el uniforme, los libros y demás —respondió —como fue cambio de país me pondrán en la misma clase a la que iba.

— ¿En qué salón vas? —preguntó ahora Eiko.

—Segundo de prepa.

—Igual que yo —Mai levantó una mano e Izzy la chocó.

— ¿Y cómo está su familia chicos? ¿El señor Solomon? —consultó amablemente.

—El abuelo está muy bien, gracias —sonrió Yugi.

Y así siguió una larga charla de diversos temas mientras hacían el recorrido de vuelta a casa    

Continuará…   

Notas finales:

Bueno, después de tomarme unas vacaciones de fin de año, entre que viajes, que mi cumpleaños y que año nuevo, regreso con las pilas recargadas para continuar escribiendo (antes de que vuelva a clases u.u)

Aquí está el primer cap del año, espero que les haya gustado

Besos, abrazos y mis mejores deseos a todos y cada uno de ustedes, que tengan un buen comienzo de año 

Ja ne~nya


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