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La Persona Que Es Para Mí por DanyNeko

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Notas del capitulo:

Disclaimer: Yu-Gi-Oh! y sus personajes no me pertenecen. Son obra maestra del gran Kazuki Takahashi


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Había transcurrido ya una semana desde el traslado de los tres nuevos hanyou a la preparatoria Domino y estos se habían integrado rápidamente a su nuevo grupo de amigos.

Jugueteaban entre clase y clase, y siempre almorzaban todos juntos en la azotea.

Aquel lunes, sin embargo, los había pillado una ligera lluvia; aún que no era muy fuerte las brisas sí que lo eran, por lo que decidieron quedarse a almorzar en el salón. Tal vez los hanyou del grupo no tuvieran la libertad usual de exhibir sus apéndices como en el tejado pero al menos ninguno de sus otros compañeros había optado por quedarse en el salón como ellos.

—Espero que la lluvia haya acabado para la hora de salida —comentó Duke, mirando por la ventana.

—Tienes razón —le apoyó Joey, llevándose un rollo de pollo a la boca —espero que Serenity se haya llevado una sombrilla —pensó en voz alta.

—De todas maneras se puede ir con Mokuba a la salida —comentó Seto, dado que sus hermanos estudiaban en la misma institución.

—Gracias Seto —le sonrió cálidamente a su pareja.

Seto solamente emitió un sonido para darle a entender que no era nada y sacó su teléfono para enviarle un mensaje a su hermano y decirle que se llevase a Serenity a la mansión al terminar las clases.

—Me quedaré con ustedes esta noche —dijo Malik —le diré a Ishizu que fue por la lluvia —rio, encogiéndose de hombros.

—Por nosotros está bien, ya lo sabes —le sonrió Yugi —igual y tienes ropa en mi casa —recordó.

—Perfecto —sonrió el oji-lila.

De repente, la puerta del salón se abrió sorpresivamente.

— ¡Yujuu, minna!* —se escuchó una animada voz femenina irrumpiendo en el aula, la dueña de la misma entró junto a otras dos chicas.

A Yami lo recorrió un terrible escalofrío.

—Hola chicas —saludó Duke con su sonrisa coqueta.

— ¡Hola! —respondieron animadamente las dos rubias que entraron después.

— ¡Hola Yami! —la primera en entrar, una castaña de cabello corto y ojos azulados, se arrojó a abrazar al mencionado —te eh extrañado, no te había visto en toda la semana y en las vacaciones no estuve en la ciudad.

Yami agradeció a todos los dioses que conocía por ello mientras que Tristán, Bakura y Marik trataban de ahogar las risas al ver al tricolor preso en los brazos de la castaña.
Los tres hanyou vieron la escena con curiosidad, sin embargo Yugi sintió un molesto puyazo en su pecho al ver a la castaña, ahora comprendía el rechazo que Yami demostraba hacia ella, no sabía exactamente que era pero aún sin haber cruzado palabras con esa chica le empezaba a desagradar; ni cuenta se dio cuando su ceño de frunció en señal de molestia.

—Tea, para —trató de apartarla Yami, sin parecer descortés.

— ¿Acaso no me extrañaste? —preguntó ella con voz infantil, haciendo un puchero y tratando de acercar el rostro del oji-vino a sus pechos.

—Suéltame por favor, estoy comiendo —dijo serio, sin responder.

—Oh sí, disculpa —finalmente disolvió el unilateral abrazo —oye, respóndeme —refunfuñó ella, cruzándose de brazos.

Yami solo desvió la mirada sin interés, llevándose una lata de soda a la boca.

—Tea, ya para —la mayor de las rubias, una voluptuosa mujer de cabellos rebeldes y ojos violetas miró a su amiga con algo de gracia —no vinimos aquí a que jugaras con tu noviecito.

Tea enrojeció con una sonrisa, pero a Yami le saltó una venita en la frente junto a un tic nervioso en el ojo — ¡Mai, ella no es mi novia!

La llamada Mai solo soltó una coqueta risa —ya lo sé galán, cálmate —le guiñó un ojo y Yami exhaló un suspiro pesado.

— ¿Y a que debemos su visita entonces? —consultó Duke, apoyando casualmente su mejilla contra su mano.

—Sencillo Duke —respondió la menor de las chicas, de rubio cabello liso con flequillo disparejo y grandes ojos brillantes enmarcados en lentes de medialuna —vinimos a conocer a nuestros nuevos compañeros.

—Pues ya se habían tardado Becca —le respondió el pelinegro.

Los ojos se posaron curiosos en los tres hanyou quienes se levantaron de sus asientos para plantarse frente a las féminas.

Las tres chicas los examinaron con la vista, luego se 'transformaron' a la par.

A Rebecca le surgieron una par de orejas pequeñas y redondeadas del color de su cabello junto a una corta y levantada colita cuya mitad inferior era de un amarillo más pálido.

A Tea le salieron orejas y cola muy similares a las de Malik, solo que castañas con puntas rubio-oscuro.

A Mal le nacieron una par de alas en la espalda con plumas de un blanco amarillento, sus orejas se mantuvieron a los lados de su rostro pero se alargaron notablemente.

—Tea Gardner, hanyou de Kitsune.

—Mai Valentine, Washi-hanyou.

—Rebecca Hopkins, Kuma-hanyou —se presentaron las tres a la vez.

Luego de intercambiar miradas Yugi, Ryou y Malik correspondieron a las chicas, mostrando su apariencia real y presentándose.

—Ehhh, tu aroma se me hace conocido —comentó Rebecca, acercándose a Yugi y olfateándolo sin reparos — ¿eres familia de Solomon Motou? —consultó.

—Es nuestro abuelo —afirmó el oji-amatista, aun algo incómodo por el escrutinio de la pequeña rubia — ¿de qué lo conoces?

—Mi abuelo es uno de sus más allegados colegas y gran amigo —declaró Rebecca.

— ¡Ah! Tú debes ser la nieta del señor Arthur Hopkins —supuso Yugi —es un gusto conocerte —como buen caballero que era, y siguiendo las normas de etiqueta que desde pequeño le habían inculcado, Yugi tomó la mano de Rebecca y le dio un pequeño beso en el dorso de la misma —el abuelo nos ha hablado mucho de ti.

La joven osa no tardó en ruborizarse, sin embargo, un joven de mirada acarminada no vio aquel sencillo gesto con buenos ojos.

—Sí, creo que ambos querían presentarnos, vaya coincidencia —apoyó Ryou. Rebecca les sonrió a ambos, aunque su vista se fijó especialmente en Yugi.

—Vaya, jamás había conocido a otro de mi especie fuera de mi familia materna —dijo Tea con emoción en la voz, rodeando lentamente a Malik.

—Ni yo —respondió el pelicenizo, olfateándola ligera y disimuladamente.

—Eres lindo, y me gusta el color de tus orejas —se acercó un poco más a él, con la intensión de tocar sus orejas.

Fue cuando Malik se percató del cambio en su aroma, era ligeramente distinto al que percibió antes, o mejor dicho, era un poco más intenso... aquella hembra estaba muy próxima a su celo.
Sin embargo, más allá de que su aroma le alterase los instintos por causas obvias, ella no le atraía en lo más mínimo, ni siquiera para algo ocasional; así que detuvo suavemente la mano de la castaña antes de que llegara a su cabeza.

—Por favor... No me agrada que las toquen —expresó con vos suave, fingiendo una cálida sonrisa para no ofenderla.

—Oh está bien, comprendo eso —Tea correspondió a la sonrisa y caminó de regreso junto a Mai, quien estaba charlando con Joey bajo la atenta mirada de Seto.

Malik soltó un disimulado suspiro y volvió a cambiar su apariencia antes de sentarse en un puesto al azar... el cual término siendo junto a Marik, quien no le había quitado el ojo de encima en todo el rato.

—Ne Joey ¿Cómo está Serenity? —consultó la castaña.

—Está muy bien, gracias. A veces pregunta por ustedes, les manda saludos —respondió.

—Que linda —Tea ondeó su cola —dale mis saludos y dile que espero que salgamos todas juntas un día de estos ¿sí?

—De acuerdo Tea, le diré —accedió el rubio. La castaña le sonrió.

—Sí, yo también tengo ganas de ver a la pequeña Serenity —añadió Mai.

—Bueno, creo que deberíamos irnos chicas, el receso está por terminar —anunció Rebecca, mirando su reloj de pulsera.

Tea hizo un puchero —aguafiestas —susurró —te veré luego guapo —se inclinó a darle un beso en la mejilla a Yami quien tuvo que reprimir una mueca —hasta luego, amigos —se despidió, tan animosa como llegó, tomándose del brazo de Mai.

—Sí, nos vemos —se despidió igual la rubia mayor, las tres chicas deshicieron el cambio.

—Hasta mañana chicos, ha sido un gusto conocerlos —se despidió Rebecca, hablándole después a los tres nuevos —salúdenme al señor Motou ¿sí? —le dio un rápido beso en la mejilla a Yugi y se fue junto a sus amigas.

Yugi se sonrojó un poco bajo la divertida mirada de su primo. El tricolor hizo un puchero al notarlo por lo que fue a sentarse en su lugar, seguido de Ryou.

—Parece que alguien comió mucha azúcar hoy —se burló Tristán, claramente refiriéndose a Tea.

—Sí —dijo Yami en un pesado suspiro mientras Bakura y Marik se reían.

— ¿Te diste cuenta? —le preguntó Duke a Joey.

—Sí, no lo había notado antes por el aroma de la lluvia —respondió el rubio —Tea tuvo suerte de que no la pillara en temporada de exámenes.

— ¿De qué están hablando ahora? —curioseó Yami, al oír que hablaban de la castaña.

—De Tea —respondieron a coro los dos implicados.

—Sí, pero ¿qué hay con ella? —preguntó ahora Marik, rodando los ojos ante la respuesta obvia de los dos hanyou.

—Está a punto de entrar en celo ¿cierto? —musitó Malik. Los humanos presentes ahogaron una exclamación de sorpresa.

—Sí, seguramente falte los próximos días —admitió Joey, llevándose las manos tras la cabeza —el semestre pasado a Mai le tocó justo en la semana de exámenes —rio —no sé cómo hizo para reponer esas notas.

—Seguramente consiguió un justificante medico e hizo los exámenes aparte —supuso Duke, encogiéndose de hombros.

—Con razón estaba más alborotada que de costumbre —se burló Seto.

— ¿Cómo es el celo de los hanyou? —se atrevió a preguntar Marik, con gran curiosidad en la voz.

—Si ¿qué tan jodido es que tienen que faltar a clase sí o sí? —lo apoyó Bakura, igual de curioso.

Los hanyou presentes se sonrojaron levemente.

—Sí, es bastante... Jodido como dices —admitió Joey.

—Un hanyou suelte entrar en celo entre tres y cuatro veces por año —explicó Duke.

Por la timidez con la que hablaban se notaba que nunca habían tocado ese tema con sus parejas.

—En la mayoría no es algo regular, aparece en intervalos de entre tres y cuatro meses —explicó Malik, igual de cohibido.

—Su duración oscila entre dos y cuatro días —siguió Yugi —lo más común son tres días aunque hay quienes dicen que puede llegar hasta cinco días.

—Y, cuando un hanyou encuentra a su pareja destinada, su tiempo de celo aumenta alrededor de un semana —siguió Ryou. Seto y Tristán miraron a sus respectivos novios.

—Lo que sí tenemos en común es que todos los hanyou entramos en celo en primavera —añadió Duke.

—Básicamente por eso son las vacaciones de primavera —bromeó Joey, tratando de aligerar el ambiente.

—Eso es interesante ¿y qué es lo que sienten? ¿Cómo saben cuándo van a entrar en celo? —consultó de nuevo Marik, aunque todos los humanos estaban igual de atentos y curiosos a las explicaciones.

—Bueno... Normalmente uno no se da cuenta si no es hasta el primer día de celo o un poco en la noche anterior —explicó Joey —pero al principio la sensación es como si tuvieras fiebre, uno se siente acalorado y con pesadez en el cuerpo, además de que los sentidos se nos agudizan incluso más.

—Por eso, el mayor tormento es que nos llegue justo en verano —sonrió Duke.

—Exacto —apoyaron Joey, Malik, Ryou y Yugi.

—Si un hanyou, que no tiene pareja, entra en celo y existe alguien que le guste o le atraiga bastante sus sentidos se enfocaran mayormente en esa persona —explicó Duke, recordando su último celo, antes de que empezara a salir con Tristán.

—Como dijo Joey, es difícil que uno mismo se dé cuenta hasta el momento preciso —confirmó Malik —pero nuestro aroma comienza a cambiar durante la semana previa, así que otros hanyou pueden darse cuenta y avisar... O ayudar —comentó lo último sonrojado y bajando un poco la cabeza.

— ¿Ayudar? —preguntó finamente Yami.

Duke también se sonrojó antes de responder —hay algunos hanyou que, cuando entran en celo y no tienen pareja pues... Buscan a otro hanyou, usualmente de su misma especie o que simplemente les agrade para, bueno... Calmar sus instintos, y eso... ¡Ya me entienden!

— ¡Sí, sí! Creo que a todos nos quedó claro —cortó Bakura.

— ¿Sería por eso que Tea rondó tanto a Malik? —comentó Tristán en broma.

Marik frunció el ceño y a Malik le dieron escalofríos —N-no lo creo... A-a ella le gusta Yami ¿no?

El mencionado levantó ambas manos con las palmas al frente —si quieres algo con ella, por mí, bien puedas. Tea no me interesa.

A Malik le sorprendió escuchar algo parecido a un ahogado gruñido a su lado... ¿Marik? —oye, tranquilo amigo*, ella tampoco me interesa -movió su palma de lado a lado en negación.

El eco resonante de cuando se enciende la línea de altavoces dentro del colegio llamó la atención de todos.

"Estimados estudiantes, se les informa que, debido al anuncio de una tormenta, el resto de las clases serán canceladas. Por favor, insistimos en que regresen directo a sus hogares por su seguridad. Eso es todo, salgan en forma ordenada de la institución. Gracias"

— ¡¿Qué?! ¿Es en serio? dijo Bakura —podrían habérnoslo dicho desde antes de comer —se quejó, guardando sus cosas.

—Oye, mírale el lado bueno. No hay más clases —saltó Joey feliz, tomando su mochila —vayámonos de aquí, amigos.

—Joey... Tu cola —avisó Seto. Sin darse cuenta al rubio le habían saltado las orejas y cola, la cual se agitaba por la alegría.

— ¡Upss sí! —con una risilla nerviosa Joey ocultó sus apéndices y se colgó la mochila.

Los otros cuatro hanyou soltaron la risa ante los ánimos de Joey y todos se apresuraron a guardar sus cosas y dirigirse a la salida.

Esperaron junto a los casilleros a que se disipara un poco la multitud de estudiantes que andaban como sardinas enlatadas. Yugi y Malik sacaron un par de sombrillas puesto que el agua aun no cesaba.

—Oh diablos —musitó el hanyou albino.

— ¿Qué sucede Ryou? —le preguntó su primo.

—Me he dejado la sombrilla en casa —explicó el oji-castaño. Malik suspiró y le tendió su sombrilla — ¿Malik?

—Tómala —insistió.

—Pero ¿y tú?

—Tranquilo, yo no soy un gatito que teme a la lluvia —dijo con una sonrisa, acariciando el cabello de Ryou en cuanto este le aceptó la sombrilla.

—Tonto —el albino se empinó a darle un beso en la mejilla —gracias.

Malik le sonrió y se quitó la chaqueta azul del uniforme para guardarla en su mochila, quedándose en una ombliguera de manga corta color amarillo.

—Oye, ve —Duke empujó con su cadera a Marik, notando que el de ojos lila-rojizo miraba fijamente al hanyou de kitsune.

— ¿qué?

—No te hagas el tonto —señaló el paraguas en su mano y luego a Malik antes de irse con Tristán, quien le pasó un brazo por sobre los hombros para dirigirse al portón de salida.

Marik se lo pensó un poco pero a fin de cuentas se acercó a Malik antes de que el menor se saliera del techo de la institución y lo cubrió con su sombrilla.

— ¿Eh? —se sobresaltó el de pelo lizo, volteando a ver al mayor interrogante.

—Si no te importa caminar conmigo, podemos compartir mi sombrilla —le dijo con una pequeña sonrisa ladina.

Malik se sonrojó un poco ante el gesto —Ah, sí... Gracias —le ofreció una pequeña pero dulce sonrisa y pasó su mochila al lado contrario para que no molestara a Marik al caminar, dado que la sombrilla tampoco era excesivamente grande…

Marik no pudo evitar sonreír más al notar los pequeños instantes en que las mejillas del menor se colorearon de un suave rojo.

—Ey Thief, Atemu, Kuroi —los llamaron unos chicos del salón de Tea y Rebecca —vamos a hacer un partido en el terreno baldío que está a tres cuadras ¿vienen o qué? -invitaron con un balón de fútbol en manos.

Bakura y Yami se miraron ente sí algo dudosos al notar que unos compañeros de su salón los acompañaban.

— ¿Quieren ir a jugar ahora con la tormenta que se viene? ¿Qué les pasa, no tienen sentido común? —se quejó Malik en voz baja, desviando la mirada del grupo de chicos que se exponían sin preocupación a la lluvia.

—Tienes razón —le sonrió Marik, también en voz baja —no se ustedes pero yo no voy -le dijo ahora a Yami y Bakura —a mí no me pillará una tormenta en la calle por un simple juego —estableció Marik, siguiendo su camino junto a Malik quien sonreía en aprobación.

—Buuu, que aguafiestas Kuroi —lo molestó uno de los chicos, queriendo tocarle el orgullo para convencerlo.

—Sí, sí, como digas —pero a Marik le dio igual y agitó su mano a modo de despedida, dándoles la espalda.

—Marik tiene razón, aceptar ir sería imprudente -dijo Yugi.

—Bastante imprudente —apoyó Ryou.

—Siiii, yo tampoco voy —negó Yami.

—Ni yo, que se diviertan —imitó Bakura.

—Vamos gallinas ¿le temen a un poco de agua? —se quejaron sus compañeros, pero ninguno les hizo caso, saliendo ya del colegio en dirección a sus casas.

Ryou y Yugi vieron con sonrisas a Malik que iba caminando tranquilamente con Marik, hablando como si llevaran tiempo siendo amigos y Yugi tomo la oportunidad para acercarse a Yami y charlar con él por lo que Ryou se quedó con Duke Tristán y Bakura.

—Fue bueno que no aceptaras ir a jugar con ellos —le dijo Yugi —con esta tormenta podría pasar cualquier cosa.

—Sí, creo que tienes razón —sonrió el mayor.

—Sí, me hubiera preocupado mucho si hubieras ido —comentó sin pensar.

Yami se sorprendió un poco — ¿te preocuparías por mí? —musitó conmovido.—

Yugi se sonrojó al caer en cuenta de sus palabras —bueno sí, me preocuparía... Porque somos amigos... ¿cierto? —habló algo dudoso.

Yami se tomó unos segundos para procesar esas palabras, mas luego le sonrió a Yugi —sí, lo somos... Gracias Yugi.

Yugi le sonrió, guardándose la pregunta de por qué le agradecía.

Continuará...

 

Notas finales:

*minna: chicos/todos.
*Oye, tranquilo viejo xD

Bronze y Puzzle a la orden del día.
¡Charla calurosa eh?! Dentro de varios caps más nos meteremos con el tema del celo y gracias a una muy preciada amiga mia tengo un par de imágenes perfectas para ello. Hasta entonces ¡Cuidense y nos estamos leyendo!

Nos vemos en el sgt cap ¡Ja ne~nya!


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