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Four seasons por kurotsuki_mikoto

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Notas del capitulo:

—Dialogo—

Personaje cantando en voz alta

Canción de fondo

Pensamientos

-Mensajes de texto

Después de enterarse que Hiccup, su amigo nerd por correo era el mismo chico que el jugador de rugby a quién Jack no podía dejar de ver por más de cinco segundos sin sentirse como una incubadora de mariposas vivientes, todo fue tranquilo y mejorando en el departamento. Jack fue capaz de esconder sus sentimientos y controlarse, Merida y Rapunzel dejaron atrás la opción de molestarlo e incluso su hermano no lo molestaba estuviera o no Hiccup en la habitación.

Todo era maravilloso, incluso sus horas de estudio que comenzaron a los dos días de haberse instalado iban sobre ruedas.

Entonces ¿cuál era el problema ahí?

Que era una mentira.

 

Jack no podía esconder sus sentimientos ahora que el afecto y cariño que Hiccup se había ganado se mezclaba con la atracción física y el capricho que su atractivo le despertaba. Si el castaño se portara desagradable, creído o pedante con él, quizá las cosas le resultaran más sencillas pero si algo le estaba quedando claro en esas cuarenta y ocho horas que compartía el mismo techo que Hiccup, era que las cosas no eran sencillas a su lado. Tuvo que aprender a disimular mejor sus expresiones frente a su espejo de baño cada que ninguno de los castaños necesitaba el servicio y lo dejaban con los minutos libres para un buen y largo ensayo en el lavabo.

Hasta el momento había perfeccionado su cara que expresaba un “eres un tonto”, “estoy de acuerdo con eso”, “no pudiste escoger algo más estúpido en tu repertorio de tonterías” y su clásica “a mí no me veas, no tengo idea” que era la que más utilizaba cuando el trió de indiscretos se pasaba con sus miraditas que mandaba hacia ellos y Hiccup volteaba a verlo en busca de respuesta a las indirectas que no captaba de primera mano.

Hiccup podía ser un genio, pero era un idiota para las relaciones sociales y la interpretación de esto.

Y eso, por supuesto, le convenía endemoniadamente bien a Jack.

 

Porque no importaba si al inicio Rapunzel, Merida y Jackson no dejaban de verlos con burla, si el primer día no se había mostrado tan hablador como en los mensajes o si era incapaz de sostenerle la mirada por un lapso no mayor a cinco segundos.

No, nada de eso importaba cuando Jack sacaba la infalible “no sé y no me siento con ánimos de hablar de eso” y con eso le bastaba para darle a entender que no era un tema del que debía preocuparse y Hiccup no insistía en el tema. Por eso y más, agradecía las horribles habilidades sociales que tenía su nuevo tutor.

Ese cabeza de chorlito que no dejaba de leer sus apuntes para identificar donde estaban sus errores y no le daba muchas vueltas al tema de su extraño comportamiento. Eso le daba tiempo suficiente para procesar la situación y adaptarse a una actitud más acorde al tiempo que llevaban de conocerse, no era fácil conectar la actitud juguetona, sarcástica y responsable de Hiccup con la imagen mental que se había hecho sobre él en todo ese tiempo como alguien creído, noble y un centrado en los deportes o las responsabilidades.

 

—No lo entiendo.

 

Esas tres palabras fueron la alarma en su cerebro para que dejara de divagar y se centrara en el tema de conversación.

 

—Sabes, escuchar que la persona a cargo de ponerte al corriente en las materias no entiende del tema...no es algo que tranquilizaría a uno.

 

Jack sonrió un poco orgullo de sí mismo al no haber hablado tan rápido como las veces anteriores. Iba mejorando con cada palabra que le decía.

 

—No hablo de eso, me refiero a que tienes errores tontos pero en si comprendes las bases. ¿Nunca estudias antes de un examen?

 

Bien, quizá Hiccup no era un fanático de los deportes pero si lo era del estudio. Punto para su lado nerd.

 

—Si, siempre estudio antes de un examen.

 

—Hablo de estudiar con días de anticipación y no horas antes de la prueba.

 

—Mm...No.

 

Jack apretó los dientes para tragarse el fastidio que esa pregunta le causaba. Suficiente tenía con los sermones que su hermano le daba como para necesitar otro de alguien que podía darle un impacto emocional no tan leve como el de su hermano.

 

—Bueno, quizá no has encontrado la técnica adecuada para estudiar. Ya veremos qué hacer.

 

—Aguarda— Jack frunció el ceño al no tener ese sermón para el que estaba mentalizado y el tono relajado de Hiccup solo despertó su curiosidad y desconcierto que empujaron la vergüenza. Algo que le facilito entablar contacto visual con él sin sentir que sus orejas ardían al instante. — ¿No vas a soltar el regaño estándar?

 

—Conozco varios regaños, no creo que exista un estándar.

 

Jack maldijo internamente esa maldita sonrisa que para él se veía perfecta.

 

—Tú sabes “a este ritmo no llegaras a nada, tienes que esforzarte en lo que haces y estudiar días antes del examen. Malas notas, adiós beca, despídete de la escuela, búscate un lugar para trabajar porque de la música no vives si no hay quien te represente...” — podía seguir con el ejemplo pero se detuvo apenas escucho mejor la risa del castaño. Se ahorraría el pensamiento de que también era encantadora. — ¿Qué? ¿Qué dije?

 

—Bueno Jack, no creo que ese sea el regaño estándar para mucha gente. Pero entiendo tu punto— el albino se quedo a la espera de lo que su explicación le traería —estoy de acuerdo en que debes de estudiar antes de un examen, pero no pareces el tipo de persona que puede sentarse en una silla a estudiar lo que dice un libro y grabarte de memoria todo. ¿En dónde te sientas en clase?

 

Oh bien, ahora estaba perdido del punto al que quería llegar.

 

— ¿En mi silla?

 

—No, me refiero a si te sientas adelante, en medio, atrás...

 

Jack apretó un poco los dedos al considerar mentir con el objetivo de proteger su dignidad y no revelar que se sentaba en el lugar de los problemáticos, pero la relajada madurez que Hiccup le transmitía con la mirada volvía todo más difícil. Despertaba en él la esperanza de que no lo juzgaría sin importar lo que dijera.

 

—Atrás.

 

—Aja, ahí está el detalle Jack.

 

Si, ahora estaba seguro de que el sermón era lo que le seguía en ese momento.

 

—Eres una persona auditiva— pero no, Hiccup continuo explicándole con el mismo animo en que alguien cuenta su rutina. —te cuesta mantener su atención en un solo punto, te fastidias y distraes si estas adelante porque no eres visual. Si, te distraes mucho en ese lugar, pero puedo apostar mi licuado de naranja a que todas las respuestas que pusiste correctamente en tu prueba anterior, fueron las cosas que llegaste a captar en clase cuando no estabas distraído.

 

Jack volvió a tener problemas para conectar su cerebro con su boca. Hiccup volvía a complicarle las cosas y empezaba a preguntarse si eso lo molestaba o le gustaba.

 

—Bien cerebrito, entonces ¿Qué propones?

 

—Bueno, muchas cosas. Podemos dar una vuelta por el campus mientras yo te explico cada una de las materias, puedes asociar los temas a cosas que te gusten o llamen la atención...incluso componer una canción puede funcionarte.

 

—Oh, ¿es eso una técnica para hacerme cantar o qué? — a pesar de que no repetiría eso, las primeras dos ideas llamaron su atención y más si eso significaba tener aire fresco, comida cerca y la compañía del cabezón que solo se encogía de hombros.

 

—No, solo era una idea...otra que puedes hacer es escribir un discurso de Miss Universo para que dictes los temas la próxima vez que uses vestido.

 

Jack levanto su almohada que tenía más cerca para darle un buen uso de proyectil y darle directo en la cara al castaño que no dejaba de sonreír.

Ese era otro aspecto que aún no podía unir, el recuerdo de la expresión incomoda y dura que Hiccup tenía en su primer encuentro a las facciones relajadas y amables que parecían estar a tiempo completo en su cara. Quería sacarlo a tema, pero a meses de lo ocurrido no le encontraba mucho sentido.

 

—Bien ¿empezamos? Jackson quiere tener un ensayo hoy.

 

—Si ¿me acompañas a recoger unos apuntes antes de irnos? Hoy los ocuparemos para repasar Biología.

 

—Si, si don cerebrito. Muévete.

 

No hablaron del estudio en todo el camino que recorrieron hasta el punto de destino que Hiccup tenía como un secreto. Volvieron a tocar el tema de las canciones de fondo que había en el edificio, riendo cuando fue tiempo de que una de heavy metal inundara los pasillos y un sinfín de opciones incomodas y graciosas fueron planteadas hasta dar con la puerta que buscaban.

 

—No sales mucho y aún así tienes amigos en todas partes— el lado positivo que había ahí, era que le parecía más fácil hablar con el castaño entre más tiempo pasaba con él —amigos deportivos, artistas... ¿tienes amigos en tu rama, no?

 

—Si, creo que es normal. A veces los conozco en las ferias de ciencias, en los recesos cuando me topo con ellos o cuando necesitamos pedir el mismo espacio para entrenar— no pareció darle mucha importancia al asunto, pero Jack pudo notar que se sentía algo orgulloso de ello. —En este caso es un amigo que tengo antes de entrar aquí, si no es posible que no nos-

 

La plática de ambos se interrumpió con el estruendo que la puerta abierta dejo escapar desde el interior de la habitación y Jack estuvo a punto de perder el autocontrol que pudo formar hasta el momento.

Frente a él estaba con su sonrisa creída, los pantalones rotos, su camisa trazada con pintura de todos los colores y su cabello que iba de un café a un anaranjado dependiendo el ángulo que uno lo viera: el guitarrista de Ravens.

 

¡¿Son amigos?

 

—Eros.

 

Y si ser amigos no era suficiente, el tono tan amistoso que Hiccup uso para dirigirse a él fue suficiente para que Jack olvidara que no tenía nada contra él a diferencia de su hermano.

 

—Hola Hic. ¿A qué debo el honor de tu visita? Bueno, su visita— se corrigió al reparar en la presencia de Jack y saludar a ambos con una sonrisa.

 

—Vine por mis apuntes, los has tenido toda la semana y los necesito.

 

—Ah si... ¿Apestas para las materias también? — Pese a su intento por sonar amigable, Jack solo pudo asimilar su sonrisa y voz con el mismo tono que Eros había usado para burlarse de su hermano y echarlos del salón de prácticas para tener el espacio solo para él. Bien, si Hiccup cumplía con alguna idea que se formo durante todo ese tiempo, era la de tener al menos un amigo que le parecía insoportable a simple vista.

 

—Para nada, solo es distraído pero tiene potencial a ser un mejor estudiante que tu.

 

Bien, quizá escuchar al castaño halagarlo de ese modo lo podía distraer un poco de la irritación que Eros le provocó por instantes. Solo un poco.

 

—Oh, bueno. Suerte en sus estudios entonces ¿Al final cambiaste de opinión con respecto al festival dramático?

 

Jack fingió que los apuntes que le habían pasado eran más interesantes que la conversación frente a él. No es que fuera ajeno a ellos, pero le interesaba la respuesta del castaño al imaginar que ideas tendría sobre él si lo veía en acción tocando con los demás.

En todos sus intercambios de mensajería, Hiccup dejo en claro que nunca asistía a ese tipo de eventos donde la multitud se descontrolaba, las reglas se rompían, la música pasaba de un concurso a un desastre auditivo que todos terminaban disfrutando debido a la euforia y poca lógica que el ambiente les brindaba.

Planteado de ese modo, quizá no era un buen lugar para que su mente de cerebrito se relajara por la presión escolar. Pero el pensamiento egoísta de querer ser visto por él fue más grande que lo más lógico hasta el momento.

 

—No Er. Sabes que odio ese tipo de eventos. La última vez que fui solo acepte para ayudarte a arreglar el escenario y termine casi sordo por los gritos que pegaban. Creo que prefiero una buena noche de estudio, como siempre.

 

—Pff, como quieras. Nos vemos entonces.

 

Apenas dejo correr la puerta en sus narices, Jack aprovecho el ambiente relajado para sacar su primera duda a flote.

 

— ¿Amigo de la infancia?

 

Se felicito mentalmente al haber formulado con éxito la pregunta que no parecía reflejar el fastidio que la conversación le provocó.

 

—Algo así. Nuestros padres se conocen y eso, pero bueno, a veces no puedo seguirle el ritmo a lo que piensa. En fin, ya tenemos los apuntes y como lo prometí, iniciaremos con biología.

 

Jack considero el hecho de lo emocionante que era pasear a solas con Hiccup con toda su atención puesta en él.

Si, lo considero. No era un hecho debido a causa de temas escolares.

 

 

—Sabes, hay algo que siempre me ha dado curiosidad.

 

Jack dejo a un lado los apuntes para prestarle más atención a Hiccup. Parecía imposible, pero su método de estudio estaba saliendo de maravilla y los apuntes y temas que parecían complicados o escritos con jeroglíficos o en un idioma desconocido, ahora solo eran complicados y a veces algo aburridos.

 

—Dime, me gusta ser el que da las respuestas y no el que hace las preguntas— de nuevo anoto puntos a su favor al haber mejorado en sus habilidades lingüísticas con el castaño aparte de los temas escolares.

 

—Bien, dicen que la música suele ayudarte a estudiar ¿no?

 

—Si, se supone que ese es uno de nuestras creencias religiosas aquí— se encogió de hombros al referirse a la sección artística en específico — ¿En letritas no tienen algo como una hora de estudio con música clásica de fondo o folklore?

 

—No, al parecer nuestras costumbres son distintas. Tenemos la hora de estudio, pero es más un funeral con todo el silencio que tienen en el aula.

 

—Dioses, no puedo imaginarme en ese lugar.

 

—Ni yo a ti, pareces el tipo de persona que no puede aguantar más de cinco minutos callado.

 

— ¡ey!

 

— ¿Me equivoque?

 

—No, pero me ofende que lo adivines tan rápido... ¿Quieres escuchar algo para probar? — señalo con la cabeza la pequeña bocina que tenía la memoria con música cargada. Solía compartirla con Jackson cuando ambos querían conectar sus audífonos y con un poco de suerte, esta vez podía tener éxito en ampliar el gusto musical de su amigo/crush.

 

—Sí, ¿Qué tipo de música tienes ahí?

 

—De todo tipo, excelente para una buena hora de estudio.

 

—No se diga más.

 

El menor estuvo tentado a reír por la emoción que el castaño desbordaba con su sonrisa emocionada, pero se contuvo al usar la bocina como un buen pretexto para distraerse.

Tener un momento a solas, cortesía de su gemelo y las chicas. Listo.

Compartir un momento juntos donde sus hombros estaban chocando uno contra otro y no levantar sospechas de comportamiento fuera de lo normal. Listo.

La libertad de relajarse por el tiempo que le sobraba para los exámenes que venían. Listo.

Todo estaba listo, el ambiente era perfecto para tener un momento, no romántico, pero si agradable y altamente saludable para su bien mental y emocional. Solo una cosa podía fallar en ese momento y no fue hasta que escucho el inicio de la canción, que su rostro se torno de un pálido a un rojo vivo en menos de cinco segundos.

 

—Sabes que, esa es aburrida. Pasemos a otra mejor— intento pasar a la siguiente canción, pero Hiccup alejo la bocina de su alcance. Dejándolo con una sensación de vértigo en el estomago al contar con poco tiempo para quitar esa canción tan vergonzosa que resonaba en los audífonos de ambos —Te pondré una canción que me gusta.

 

—Espera, quiero escuchar esta.

 

—Pero esa es aburrida.

 

—Tiene un ritmo pegajoso.

 

—No me puedo concentrar con ella.

 

—Pero me gusta como empieza.

 

Tú me dejas violarte

 

Bien, solo cuatro palabras bastaron para hacer retroceder a Jack de su adelanto inicial. Iba a golpear a su hermano por eso.

 

Tú me dejas profanarte

Tú me dejas penetrarte.

Tú me dejas complicarte.

 

—Como quieras, escuchemos lo que quieras— puso los ojos en blanco, desviando su atención al cuaderno donde debía dibujar los aparatos y sistemas del cuerpo humano y su importancia en la salud.

 

Ayúdame, yo destroce mi interior.

Ayúdame, ya no tengo alma que vender.

Ayúdame, lo única cosa que funciona para mí.

Ayúdame, a alejarme de mí.

 

Según lo que llevaba hasta el momento, podía perder el conocimiento si contenía la respiración y dejaba que la falta de oxigeno en su cerebro provocara, lo que a él le gustaba llamar, un “reinicio en su sistema”

 

Yo quiero cogerte como un animal.

 

Aguantar la respiración.

 

Yo quiero sentirte desde adentro.

 

Falta de oxigeno.

 

Yo quiero cogerte como un animal

 

Y un desmayo instantáneo.

 

Toda mi existencia es errónea.

Tú me permites acercarme a Dios.

 

El mejor plan que pudo tener en lo corto que llevaba de vida.

Podía poner un sinfín de posibles reacciones que el castaño podía tener a causa de aquella canción con ausencia de censura, pero su cobardía era tan grande como su orgullo y ninguno lo dejaba voltear a leer la expresión del chico a su lado.

 

Tú puedes tener mi soledad

Tú puedes tener el odio que trae

Tú puedes tener mi falta de fe

Tú puedes tener todo de mí

 

En realidad si puedes tener todo de mi

Jack penso para si mismo sin expresar en voz alta lo que esa estúpida canción estaba dibujando en su cabeza.

Aparatos. Sistemas. Tenía que concentrarse.

 

Ayúdame, echas abajo mi razón.

 

Era momento de estudiar, no de tener pensamientos obscenos del chico que tienes a lado.

 

Ayúdame, es tu sexo lo que puedo oler.

Ayúdame, tú me haces perfecto.

 

Estudiar. Concentrarse...

Ayúdame a convertirme en alguien diferente.

 

Estudiar...

 

Yo quiero cogerte como un animal.

Yo quiero sentirte desde adentro.

Yo quiero cogerte como un animal.

Toda mi existencia es errónea

Tú me permites acercarme a Dios

 

Bien, lo había logrado. No solo olvido que tenía que hacer, si no que su mente divagaba en más de una situación que el ambiente podía desatarse en ese momento.

Poniendo un escenario imaginario donde Hiccup se sentía de la misma forma que él, la letra taladrara su cabeza de cemento llena de conocimientos científicos y se encendiera más de una hormona en su cuerpo que le gritara hacer lo mismo que Jack tenía en mente.

¿Podía imaginarse tirando los libros e interpretando la canción al pie de la letra mientras la habitación se ponía patas arriba desde su punto de vista? Desgraciadamente, si.

 

—Sabes...

 

Jack se congelo cuando la distancia entre ambos se acorto más a lo que estaban.

¿Habría pensado en voz alta? ¿Era demasiado obvio? ¿Acaso tenía el inicio de una posible erección que no pudo esconder?

¿Qué? ¡¿Qué?!

 

—¿Qué? — tuvo cuidado en aclararse la garganta, distinguiendo la figura relajada del castaño por el rabillo del ojo.

 

—Tiene buen ritmo.

 

Y eso fue lo único que se dijeron ambos en lo que fue una tortuosa tarde de estudio donde Jack se debatía en hablar sobre la música, su cabeza dura, la opción de estrangularlo o largarse a unos ensayos de emergencia para descargar todas las emociones que tenía revoloteando en su ser.

 

Quizá el privar su cerebro de oxigeno era algo que debía aplicar en Hiccup y no en él.

Si, era mejor para los dos.


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