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Four seasons por kurotsuki_mikoto

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Notas del capitulo:

Advertencias: uso de lenguaje ligeramente explicito

Aclaraciones: El idioma que hablan los personajes es el ingles, empiezo a aclararlo debido a que en capítulos siguientes puede que salgan canciones en español y puede que unos no entiendan que dice...en fin. Tengan en cuenta que hablan ingles ;)

 

—Dialogo—

Personaje cantando en voz alta

Canción de fondo

“Pensamientos”

-Mensajes de texto

Bien ¿podían tomar un momento para ver la fastidiosa situación en la que Jack se encontraba en ese momento?

Si, por primera vez le gustaban las tardes de estudio y quizá era la primera vez que lamentaba que el periodo de exámenes llegara a su fin.

 

—Bien, ahora que terminaste las ecuaciones de matemáticas puedes hacer las de física también.

 

—Sabes, empiezo a creer que tienes favoritismo por Jack, a él no le hablas tan feo como a mí.

 

Pero las tardes de estudio eran agradables porque eran para él y no por tener al guitarrista de su banda enemiga en su habitación mientras Jackson, Merida y Rapunzel se encargaban de hacer las compras.

Si su hermano se enteraba que Eros estaba ahí, iba a ahorcarlo primero a él, luego echaría a Hiccup de su habitación por llevarlo y al final las fastidiosas quejas seguirían por toda la semana. No se opuso al principio por la forma tan amable en que Hiccup pregunto por su permiso para que su “amigo” fuera con ellos, pero apenas el pelirrojo comenzó a hurgar la habitación con la vista su fastidio salió a flote.

¿Iba con la intención de estar más tiempo con Hiccup o solo quería fastidiarlo al saber que ambos tenían una rivalidad pesada? (Bien, quien tenía más quejas contra el guitarrista era su hermano pero eso excluía a Jack de apoyar a la banda) ¿O acaso quería encontrar algo para iniciar algún rumor molesto y derrocarlos con chantaje? ¿Espionaje? ¿Rivalidad? ¿Qué, qué era lo que motivaba a ese soso que no dejaba de mandar miradas curiosas a los cajones de su escritorio?

 

“Quiere saber sobre que trata nuestra temática para el carnaval, solo eso puede ser”

 

—No es favoritismo, pero ya entendiste los problemas y sigues preguntando.

 

—Me gusta repasar las cosas hasta que se me quedan grabadas, es esencial ¿No Jack?

 

Y para colmo, no dejaba de verlo como si fuera un cómplice de las oscuras y desconocidas intenciones que guardaba.

 

—No, si ya lo entendiste ¿por qué no regresas a tu habitación?

 

Jack no quería sonar tan cortante, pero la sonrisa que Eros tenía lo sacaba de quicio, como si fuera un maldito sabelotodo que intenta burlarse de la ignorancia de los demás.

Estaba tan molesto que ni siquiera noto la confusión pintada en las facciones del castaño.

 

—Ow ¿Qué pasa Jack? Creí que nos estábamos llevando bien.

 

—Al parecer eso es lo único que no entiendes de todos los temas que viste hoy— el albino se irguió frente a él.

 

— ¿Te crees mejor que yo solo por subir tu promedio?

 

—Tú eres el único que-

 

—Chicos, chicos— Hiccup se interpuso cuando ambos guitarristas estuvieron a poco de agarrarse por el cuello de la camisa en una extraña competencia por ganar dominio e intentar intimidar al otro con una amenaza a soltar el primer golpe. —Jack, entiendo que te moleste tener a tanta gente aquí pero la violencia nunca es una buena solución y Eros, tu deja de molestar a Jack.

 

— ¿Yo que he hecho? — ante su fingida inocencia Hiccup tuvo que masajearse la cien e invitarlos a tomar asiento en las sillas con ruedas que tenían a su alcance.

 

“Genial” pensó Jack “ahora tenemos una sesión psicológica. Excelente”

 

— ¿Por qué no hablan un poco de sus intereses comunes? Creo que ustedes podrían llevarse muy bien.

 

Jack lo volteó a ver con cara de pocos amigos, aunque tuvo que callar su sarcasmo cuando Hiccup toco su hombro con tanta confianza y naturalidad que poco tuvo que esforzarse para olvidar que estaba enojado.

 

Maldito.

 

—Bueno, a mi me gusta la música ¿qué me dices tu Jack? No me puedo imaginar que es lo que te gusta, porque ya sabes, es raro que entres a la rama musical del departamento artístico sin que te guste...

 

—Bien, bien. Ya entendí tu punto— Hiccup volvió a masajearse la cien al buscar otra forma de hacer que ambos chicos formaran una tregua. —Podrían decirse puntos positivos sobre el otro.

 

— ¿Eres un psicólogo reprimido o qué? — Jack lo cuestionó con una mezcla de fastidio y diversión, algo que pareció concordar con el pelirrojo cuando ambos soltaron una risa suave por la expresión que el castaño había puesto.

 

—Con los amigos que tiene en el equipo de rugby, es más fácil que él necesite un psicólogo— Eros sonrió al mismo tiempo que se encogía de hombros y por primera vez, Jack pudo notar que estaba empezando a sonreír de forma sincera y no forzada o burlona como siempre lo veía —bueno, ahora que lo dices, si hay algo que me gusta mucho de Jack.

 

El nombrado se congelo en el acto. Por un momento creyó que se trataba de otra broma pero la seriedad que ahora tenía el chico le aclaro que aquello iba en serio.

Lo cual, por supuesto, lo dejo incomodo y pegado en su lugar.

¿Había algo de él que le gustaba a Eros?

Ahora todas sus teorías sobre la razón de su presencia en la habitación comenzaban a tener un rumbo diferente, haciendo que Jack prefiriera las primeras teorías a escuchar una confesión amorosa de un chico justo en frente de Hiccup.

 

— ¿Ah sí? — primero tenía que fingir que no tenía idea de que hablaba, quizá de esa forma se acobardaría al final y pensaría que era mala idea seguir hablando.

 

—Si— pero no, justo como Hiccup parecía que Eros tenía un gusto sin igual de complicar las cosas que podían ser simples de seguir el hilo normal de una conversación. —tu hermano.

 

“Bien, esto es incomodo. Hiccup parece estar al tanto de-espera”

 

Por un pequeño y breve momento Jack pudo jurar ver algo de vergüenza en los ojos del pelirrojo que ahora se ponía de pie con una agilidad impresionante para estirarse y volver al libro que tenía hace unos minutos.

 

—Cielos Hiccup, tienes razón. Siento que acabo de acercarme un poco más a Jack, podemos ser buenos amigos, ahora si me disculpan tengo que resolver los problemas de física. Olvide la fórmula para unos y, bueno, ustedes saben. Exámenes.

 

Se encogió de hombros, tomo sus audífonos y se escondió en una de las esquinas de la habitación donde la luz podía darle desde el escritorio pero los dejaba a ambos fuera de su campo de visión con una falsa sensación de privacidad por la música que sonaba a gritos en los audífonos del menor.

 

— ¿A él le gusta? — señalo con la cabeza al chico que seguía intentando leer (al revés) su libro de física en un vano intento por no volver a ser parte de la conversación. — ¿Desde cuándo?

 

Bien, podía ser algo desconfiado al respecto pero no podían culparlo, no cuando después de casi año y medio parecía todo lo contrario.

 

—No lo sé, creo que fue después de la inauguración de las bandas— Hiccup se encogió de hombros sin poder ocultar que le parecía divertido todo el asunto —No me siento muy orgulloso de admitirlo, pero nunca le preste mucha atención cuando hablaba del chico que le gustaba.

 

—Ahora entiendo porque aceptaste tan fácil mi orientación— el albino susurro para sí mismo sin despegar la vista del acusado. Pasando (por primera vez en muchos días) por alto al castaño y poniendo toda su atención en Eros cuando le quito sus audífonos.

 

— ¡Ey! Creí que...

 

—Entonces ¿te gusta mi hermano? — A pesar de el sonrojo que tenía, Jack no podía creerse el cuento tan fácil — ¿Qué me dices de la vez que le dejaste caer un balde de agua con hielos en la cabeza desde el segundo piso?

 

Incluso Hiccup dejo sus intentos por mantener su comportamiento bajo control por la pregunta que despertó su curiosidad y sorpresa. Probablemente no estaba al tanto de todo lo que su amigo había hecho desde que entro a la universidad.

 

—Era un día caluroso y Jackson no dejo de quejarse todo el tiempo de lo fastidioso que era.

 

Al menos podía darle el punto de la sinceridad si juzgaba sus facciones, pero si estaba dispuesto a responder con honestidad entonces era un momento perfecto para pedir explicaciones a todo.

 

— ¿Y cuando le tiraste la pintura encima de su chaqueta favorita?

 

—Ey, yo escuche que menciono lo horrible que era tenerla con ese color tan gris y que le faltaban más colores.

 

— ¿Cuándo lo empujaste a la presa en el campamento?

 

—Intente iniciar una conversación con él.

 

—Eros, casi se ahoga.

 

— ¡Bien, yo no sabía que no podía nadar!

 

— ¿Y los cangrejos que metiste en su bolsa?

 

— ¡¿Qué hiciste qué con mis cangrejos?! — Hiccup frunció el ceño al escuchar la pregunta.

 

—Wow, wow. Tu dijiste que me los regalabas y por esos días ustedes— ahora apunto a donde Jack se decidía a estar enojado o sorprendido por las respuestas que obtenía —no tenían dinero...creí que podían ser una buena opción para que los cocinaran.

 

— ¡Te dije que podías cuidarlos o regalarlos!

 

— ¡Igual iban a morir Hic, construye un puente y pasa de largo ¿sí?!

 

—Bien... ¿cuándo rompiste todas las cuerdas de mi guitarra?

 

Quizá ese era la única razón que Jack guardaba para tenerle rencor al chico frente a él.

 

—Ah, como no funcionaba que lo buscara, intente darle una razón para que el me buscara a mí. Yo tenía muchas cuerdas en ese momento.

 

El albino negó rápidamente con la cabeza sin poder creerse la lógica tan inmadura que Eros tenía para procesar las cosas.

 

— ¡¿Y no se te ocurrió que no lo haría después de todo lo que hiciste antes?!

 

—No, se veían muy desesperados. Te juro que pensé que lo haría.

 

— ¡¿Y la media docena de chihuahuas que metiste a nuestro cuarto?!

 

— ¡Me dijeron que le echara los perros!

 

— ¡ES UNA EXPRESIÓN, NO LITERAL! — esta vez Jack no fue el único en explotar, incluso Hiccup dejo de dar créditos a sus oídos.

 

— ¡Tu fuiste el que me dijo que lo hiciera!

 

— ¡Pero no en sentido literal, cabeza de cerilla! Oh dioses, ahora entiendo porque...Agh, Jack lo siento. No creí que él...

 

—No te preocupes Hic, tú no tienes la culpa de su comportamiento.

 

Ambos comenzaron a disculparse como lo haría cualquier padre apenado por el comportamiento de su hijo, sin duda tenían que pulir primero las habilidades sociales y coquetería que el chico a un lado de ellos tenía o terminaría siendo odiado por el chico que le gusta hasta el día de su graduación.

 

—Hey, está bien. Ya lograre que caiga por mí y...

 

—No, no puedes. Con lo que escuche es suficiente para saber que eres un inútil en eso— Hiccup negó con la cabeza, contrariado e incluso algo incomodo —Aunque no soy muy bueno que digamos...

 

— ¿El popular chico... — Jack se atraganto con sus propias palabras al casi soltar su sentencia de muerte frente a ellos —...de bioingeniería no sabe como conquistar a alguien? Eso es nuevo, creí que eras un as con las damas.

 

Otro poco y la palabra “sexy” se le habría escapado vergonzosamente de sus labios.

 

—Agh, como quieran. Creo que ya me voy.

 

—Espera— Jack le estorbo el paso para obtener las ultimas respuestas del día — ¿Por qué elegiste ensayar en nuestro mismo salón?

 

—Obviamente para encontrármelo al entrar y con suerte, se iba a quedar a escucharnos tocar.

 

— ¿Y la sesión de estudio aquí?

 

—Quería ver sus gustos musicales para comprarle un disco...bueno de hecho ya lo tengo pero si el también lo tiene se lo iba a romper y-

 

—Sh, sh— Hiccup se acercó a taparle la boca junto con unas suaves palmadas que cualquier persona en trauma debía recibir para calmar sus nervios —olvida esas ideas y mejor vete a descansar. Después haremos esas lecciones sobre tus habilidades románticas, por ahora vete a descansar.

 

—Pero...

 

—A descansar— Jack apoyó la moción sin dejar que terminara y le abrió la puerta de salida aunque sin dejarlo salir sin una advertencia —y olvídate de la idea sobre romper cosas o actuar de ese modo ¿bien?

 

—Pero-

 

—Esa es tu primera tarea, ahora fuera.

 

Y sin más ambos chicos sacaron de un empujón amistoso al pelirrojo que parecía más contrariado que al inicio, algo que ninguno se molesto en corregir cuando la privacidad cayó sobre ellos y la sonrisa que Hiccup le dirigió a Jack a modo de disculpa fue algo que bajo su fastidio hasta la vergüenza al notar que ambos estaban más cerca a lo normal por cerrar la puerta entre los dos.

 

—Los chicos de ahora.

 

—Los chicos de ahora— repitió Jack con una nueva idea en la cabeza —hablando de eso ¿has escuchado sobre el festival?

 

Sabía que el bocón de Eros había dicho al al respecto justo en su cara, pero no contaba a menos que no fuera el quien preguntara directamente y ver que Hiccup dudaba en darle un rotundo “no”, las esperanzas comenzaron a flotar en su mente.

 

—Lo he escuchado pero no suelo asistir a ese tipo de eventos.

 

—Lo sé, solo tenía curiosidad— Jack empezó a tener problemas de improvisación a causa de la mirada atenta que el castaño estaba depositando en él. Le costaba intuir si no tenía la intención de ir pero estaba siendo educado al no rechazar de forma directa su invitación que aún no decía o si tenía al menos un poco de curiosidad por asistir al evento y lo único que necesitaba era un poco de empuje a su capricho para asistir.

 

“Vamos, dilo. Di que quieres que vaya contigo”

 

—Puedo ir, si quieres.

 

Por un momento el mundo se congeló para el albino que detuvo sus dudas en seco.

¿Acaso Hiccup había descubierto como se sentía por él? ¿Tan obvio era?

 

—Pero solo iré si me prometes que te pondrás tus zapatos rojos.

 

Por un momento Jack pensó que hablaba en serio y la sola idea hizo que los colores subieran a sus orejas e incluso le revolvieran un poco el estomago antes de caer en la cuenta de que Hiccup estaba bromeando como solía hacerlo por los mensajes. Si, la única diferencia era que ahora podía escucharlo y no era la voz gangosa que él se había imaginado al inicio.

 

—Por mi está bien, pero tenemos que ir a juego. Yo los zapatos y tu el vestido.

 

Hiccup parecía a punto de responder con un comentario que fuera de la misma naturaleza cuando una discusión comenzó a hacer eco por los pasillos del edificio.

 

—¡Vamos a aplastarlos y barreremos el escenario con ustedes!

 

Ambos intercambiaron una mirada de incomodidad al escuchar los intentos de Rapunzel por calmar a Merida y no tuvieron que expresar su pensamiento en común al salir de la habitación para encontrarse con Eros hablando en mitad del pasillo con las chicas y Jackson con poca paciencia a punto de soltarle un puñetazo en la cara.

 

—Bueno, nos vemos después de clase Jack. Iré a hacer una extracción de rescate antes de que tu hermano lo tire por la ventana.

 

—Adelante, yo me quedare a procrastinar un poco más.

 

A pesar de que Hiccup no le dio una respuesta segura, no se rendiría. Lo intentaría al menos unas dos veces más para obtener una afirmación que entablara el primer paso al plan “baile improvisado” que hacía y deshacía en su cabeza con cada posibilidad que se presentaba de forma hipotética acerca del baile que podían tener cuando acabaran de tocar su tema musical y fuera turno de la siguiente banda en fila.  

 

—Suerte con eso, no creo que puedas aplastar algo cuando ni siquiera eres capaz de caminar bien con tu-

 

—Chicos, Jack está impaciente por hablar con ustedes sobre la decoración o vestimenta que pueden usar para la presentación— el castaño se puso en medio de ambos para llevarse a rastras a su amigo que no quitaba la vista del mayor de los Overland.

 

Jack esperaba que sus intentos no fueran tan tontos como los del guitarrista que seguía siendo cargado lejos de la atención de su hermano como un cachorro al veterinario.

 

—Jack.

 

Y hablando del rey de roma, no parecía muy contento ahora que se acercaba a la habitación que ambos compartían.

 

—¿Eros entro a nuestro cuarto? ¿Tomo algo? Dijo que había dejado una pequeña sorpresa ¿Rompió algo?

 

“Oh dioses, en serio apesta en esto”

 

—Para nada, al parecer es amigo de Hiccup y vino a buscarlo pero no deje que entrara a la habitación.

 

—Bien— su hermano rodo los ojos con desagrado aunque parecía más tranquilo ahora que escuchaba las buenas noticias —Conociéndolo solo quería crear una excusa para entrar a usurpar nuestras ideas o romper nuestras cosas para atrasar nuestros ensayos.

 

—Oye Jacky.

 

El nombrado dejo la plática a la deriva cuando cayó en la cuenta de que Merida y Rapunzel ya estaban acomodadas en sus lugares que acostumbraban, una en la silla del estudio y otra desparramada en el pequeño sillón de espuma que era más moldeable que plastilina.

La pelirroja entonces, ondeo un buen paquete de hojas que no fue capaz de reconocer.

 

— ¿Desde cuándo te interesa la “Microbiología y Arquitectura, la infraestructura del mañana”?

 

El nombrado sintió que la sangre se bajaba a sus pies y poco le tomo adelantar sus manos a tomar el libro olvidado y dirigir sus pasos al castaño que no debía estar lejos del lugar.

Si mal no recordaba, Hiccup tenía examen en tres horas sobre la materia y no le convenía ir en blanco por distraerse con los problemas que su amigo le acarreo.

 

Comenzó a buscarlo por los pasillos donde obligatoriamente tuvo que pasar para salir del edificio, recorrió a trote suave las jardineras cercanas y tomo un poco de aire cuando estaba cerca de llegar al edificio que pertenecía al reino de los deportes. No era su lugar favorito, pero no desperdiciaría la oportunidad de hacerle un favor al castaño que podía ser devuelto con su presencia en la fiesta.

 

¿Qué? ¿Creyeron que sus acciones eran bien intencionadas?

 

—Si buscas a Hic esta en el gimnasio.

 

Se volteó con la máxima tranquilidad que pudo fingir aún cuando estuvo a punto de sufrir un paro cardiaco por culpa de Astrid y su sorprendente aparición oportuna a su lado.

Ella era uno de los raros casos de rompimiento que en lugar de ser enemiga, se volvía tu mejor amiga en vez de guardarte rencor por ser un pésimo novio. O al menos eso es lo que Hiccup solía decir en ocasiones de la rubia.

 

Por un lado era aburrido no tener ese odio que todo el mundo tenía hacia su antiguo rival, por el otro era un gran alivio no tener en contra a esa chica que parecía poder partirle la cara más rápido a lo que Jack podía afinar su guitarra.

 

—Sí, olvido su libro de cerebritos en la habitación ¿se lo puedes dar?

 

Astrid le dirigió una sonrisa divertida aunque no se veía convencida de la petición.

 

—No, tengo mejores cosas que hacer. Tu ve a dárselo, está en el gimnasio número tres con los demás por su rutina y si te apresuras todavía puedes alcanzarlo.

 

“¿Hiccup? ¿Entrenando? No se diga más”

 

—Bien, bien. Gracias, suerte con tus planes.

 

—Suerte con los tuyos también.

 

Jack estuvo tentado a preguntarle a que planes se refería, pero con Rapunzel y Merida aprendió a la mala que era mejor no meterse en los asuntos donde una malvada sonrisa femenina te daba la bienvenida.

El camino al gimnasio fue lo más corto que pudo haber recorrido en el día, o al menos la impaciencia dio aquella ilusión de corta distancia y no se molesto en recuperar el aire cuando al abrir la puerta se encontró con el “campo de batalla” que se desplegaba frente a él.

 

Cada uno de los jugadores se encontraba en un aparato diferente, trabajando abdomen, espalda, pierna, brazos...Bien, Jack podía admirar su fuerza pero el cansancio de su carrera fue el doble de solo imaginarse a si mismo realizando los mismos ejercicios.

No, el no podía saltar hasta la altura de sus hombros y seguir como si nada, antes se golpeaba a medio camino y quedaba en coma al menos hasta que los ejercicios terminaran.

 

Dentro de todo, debía admitir que todos los jugadores estaban en muy buena forma y su curiosidad solo incremento al intentar imaginarse a Hiccup en alguna de esas maquinas, ejercitándose y deshaciéndose de la tonta ropa holgada que siempre tenía.

Todos tenían playeras de manga corta a juego con shorts cómodos y simples tenis deportivos, un conjunto que Jack buscaba en el castaño al pasear sus ojos por el lugar e intentaba ignorar la frustración que lentamente recorría su espalda al no encontrar su objetivo de buenas a primeras.

 

—Oye ¿se te perdió algo?

 

“Si, un chico sensual y tarado que es lo suficiente inteligente para sermonearme pero no para llevarse su material de estudio”

 

No, no iba a soltar su enojo en un primate cualquiera solo por el tono de voz que este había usado para dirigirse a él.

Bravucón y egocéntrico, llevaba bastante tiempo conviviendo con Hiccup y sus amigos al grado que Jack olvido la razón de que no muchos aceptaran de buenas a primeras a los chicos de deportes.

 

—Sí, cuando lo encuentre me iré. ¿No deberías seguir en tus ejercicios?

 

—Escucha, enclenque. Aquí no permitimos la entrada a ext-

 

— ¡JACK!

 

Ambos voltearon a donde uno de los gemelos, Brutacio, lo recibía con una sonrisa y le daba señas para que lo alcanzara a él y a Patán en una extraña maquina donde debían ponerse pesas en la cintura.

 

—Lo siento, luego me continúas diciendo lo que quieras, mis amigos me llaman.

 

No pudo resistirse al impulso de guiñarle un ojo con burla y sonreír de forma suficiente al sentirse con ciertos privilegios por tener amigos en otras áreas. Era algo parecido a lo que experimentaban él y los chicos cuando querían entrar a un antro o bar y no tenían que formarse porque el dueño los conocía y les daba entradas VIP para evitar la tediosa espera de la entrada, bebidas o las hermosas órdenes de alitas que tanto les encantaban.

 

— ¡Viejo! ¡Tienes que ver esto! Patán solo pudo hacer veinte, de nada le sirven sus músculos si ni siquiera puede superar mi marca y tampoco la de Hic ¿Quieres intentarlo?

 

—Tengo poco tiempo, vine a hacer una entrega rápida— utilizo la mejor excusa que pudo sacar con tal de no demostrar sus patéticas habilidades físicas donde solo era capaz de levantar su cuerpo tres veces antes de caer al suelo junto con su dignidad.  — ¿Y cuál es el reto de Hic?

 

—Cuarenta y dos, a partir de ahí se le resbalaron los dedos pero no ha vuelto a aceptar el reto. Creo que sabe que no puede vencerme cuando-Ah mira, hablando de él, esta allá. Si me disculpas tengo que patear el trasero de mis súbditos.

 

Jack volteó de inmediato a donde Brutacio señalo antes de dejarlo solo y lo que sus ojos se encontraron no tuvo precedentes.

 

Ropa deportiva.

 

Bien, entendía que había toda clase de ropa deportiva en el mundo pero ¿era necesario que Hiccup usara una ridícula chamarra arrugada y unos tontos pantalones que parecían llegarle a los talones o sacados de los años ochenta?

 

“Es el siglo veintiuno y tú no puedes ni siquiera usar un maldito short en este infierno. Gracias, tarado”

 

Dejo escapar un suspiro de resignación conforme se acercaba a donde estaba el castaño, anotando mentalmente que debía aprender a no esperar tener momentos de telenovela o románticos con el chico de sus sueños cuando él estaba intentando hacer un saludo al sol a media con un conjunto deportivo del año del caldo.

 

“Oh”

 

Sus quejas pararon al darse cuenta que el ejercicio que Hiccup hacia no era un saludo al sol de mala calidad, si no que era un extraño movimiento para relajar los músculos de su abdomen, sus piernas y....¿Podía detenerse un momento a pensar en lo libidinoso que se veía cuando movía la cadera de esa forma y estando boca arriba?

Es decir, con eso la imagen mental de Jack sentado a horcajadas en él fue mucho más fácil de hacer ahora que tenía movimiento incluido.

 

—Jack.

 

Y a su fantasía culpable se le sumaba la sonrisa que Hiccup le regalaba junto con el encantador tono de voz con el que había dicho su nombre.

La escuela podía estar temblando y Jack no se daría cuenta de ello.

 

— ¿No tienes tu examen en una hora?

 

Al tenerlo a su altura no pudo ignorar el sudor que se colaba hasta el cuello de su chamarra y se escondía en la ropa. La imagen mental de si mismo limpiando su sudor, delineando las líneas de su cuello, contando las pecas de su piel o las manos de Hiccup sujetándolo a él en lugar de a su estúpido libro...

 

—... ¿está bien así?

“Rayos, me volví a distraer”

 

—Eh...si, supongo. Lo que tú digas.

 

Jack ni siquiera se había recuperado de la bofetada de realidad que su tonta imaginación lo hizo acreedor cuando sus orejas ardieron ante la cercanía que Hiccup ponía entre ellos para poner su mano sobre su hombro.

 

—Wow, calma tu emoción. Intentare llegar temprano, pero no aseguro nada, lo más seguro es que llegue en las últimas canciones.

 

“Wow, wow, wow ¡¿está hablando de la fiesta?!”

 

Esta vez los nervios se le escaparon en la risa que tuvo que controlar cuando noto que más de un jugador estaba empezando a tener curiosidad sobre su tema de conversación.

 

—Si bueno, no te preocupes. Si no vas puedes escucharnos después.

 

—No, está bien. Quiero ir, me gustaría tocar un tema importante contigo ese día.

 

“Un tema importante”

 

De un segundo a otro los nervios pasaron a ser un extraño miedo y nausea a la que Jack no le encontró sentido y menos cuando Hiccup hablaba con la misma tranquilidad con la que le explicaba ecuaciones lineales.

 

—¿De qué tema?

 

—En la fiesta podemos hablar de eso. Brutacio dice que tienes prisa— señalo al rubio que daba un “Apúrate, el tiene prisa” con un mimetismo asombroso donde parecía que Jack se iría a correr el maratón.

 

—Está bien— No, claro que no estaba bien pero no podía mostrar que en realidad quería decirle “yo no estoy para estas fregaderas o suspensos Hiccup, saca la sopa y dilo de una vez” o sería demasiado obvio que todo lo que tenía que ver con el castaño lograba volverlo loco.

Lo mejor que podía hacer en ese momento era retirarse antes de que su imaginación comenzara a volar de nuevo ahora que Hiccup se dirigía a su mochila para guardar su libro y en el proceso, su retaguardia quedó totalmente a la vista de los ojos curiosos del albino que lo grabo rápidamente en su memoria.

 

—Por cierto Jack— el nombrado tuvo que hacer uso de toda su fuerza de voluntad para voltear a donde el par de chicos lo llamaban y se veía obligado a cambiar su centro de atención —hoy haremos nuestro juego botellanal ¿quieres participar?

 

—...¿Cómo?

 

—Botellanal, tu sabes “juego de la botella semanal” duh.

 

Jack se reservó cualquier comentario que le pasara por la cabeza ya que eso no era lo primero que había acudido a su mente al escuchar la palabra.

Ahora era un buen momento para maldecir a la adolescencia y futura madurez que lo dejaban con su mente tan limpia como una casa después de una fiesta nocturna.

 

—Ah~ ya ¿puedo llevar a los chicos a que jueguen también?

 

—Por supuesto, entre más jugadores seamos es mejor. Y, tenemos que advertirte— Patán lo señalo con suficiencia —nuestro juego no es algo tradicional, deberán atenerse a las reglas que tenemos ¿escuchaste?

 

—Es mejor no entrar a eso Jack, creeme.

 

—No lo escuches Jack, es un cobarde.

 

—No lo se, eso de “aternerme a sus reglas” me suena sospechoso— aunque se moría de ganas por jugar, si el castaño no participaba en el juego no tenía caso alguno cruzar todo un edificio para ir a hacer el ridículo si nada ganaba.

 

—Oh vamos ¿qué me dices tú Hic? ¿No entraras?

 

—Entrare si Jack acepta.

 

Al menos algo bueno estaba saliendo de todo eso.

 

— ¿A qué hora debemos llegar?

 

Pregunto el albino con una enorme sonrisa.

_________

 

—No tienes idea de en que nos has metido.

 

Quizá era la quinta vez que Jack escuchaba eso viniendo de Hiccup luego de que esté terminara su examen.

Se lo dijo al salir, cuando llegaron a la habitación, después de que se turnaron para tomar un baño, cuando Jackson y sus amigas entraron para escuchar la explicación de los planes que tenían para esa noche y por ultimo en el momento en que entraron a la habitación de los gemelos.

 

—No, tienes razón. Deberíamos entrar para averiguarlo y que me cierres la boca ¿no? — lo sujeto de su muñeca para darle un último impulso a que entrara con ellos y dejara la puerta cerrándose a sus espaldas. Pocos fueron los segundos en que pudo sostener su mano, pero Jack tenía excelente memoria sensorial y no dejaría que algo como eso se le escurriera entre sus recuerdos.

 

Dentro del cuarto no había nada que Jack no se esperara.

Revistas tiradas, discos desordenados, equipo de futbol americano raspado junto con patatas fritas recién servidas acompañadas de un extraño y agradable olor a queso y aderezo que lo dejo con la boca hecha agua al sentarse en el circulo que los gemelos armaron como lo haría una sesión espiritual.

En cada lugar marcado por un cojin se encontraba una pequeña caja con tarjetas bien acomodadas y por la forma que tenían no superaban una decima parte de una hoja en blanco. No tuvo que estirar el cuello para darse cuenta que había más hojas como esas en una enorme caja que estaba medio vacía por las recientes preparaciones.

 

—Tomen asiento, simples mortales. Para el juego de hoy tenemos la presencia de Brutilda mi hermana, Patán mi socio, Patapez la mascota, Hiccup el cobarde, Jack el-

 

—Bien ya entendimos— Astrid paso a sentarse sin dejar que terminara de hablar —¿Por qué no pasamos a las reglas y ya?

 

—¿Qué le pasa?

 

—Ignórala hermano, siempre intenta quitarnos protagonismo por la envidia que nos tiene.

 

—Bueno— Brutacio señalo cada cojín de la misma forma en que lo haría un shaman antes de algún ritual, cosa que estaba empezando a incomodar a Jack y la cosa no mejoraba ahora que estaba entre Merida y Astrid y no a un lado de Hiccup como su hermano o Brutilda.

Pero no podía quejarse, estaba haciendo un excelente trabajo al no ser obvio con aquellos que no conocía e incluso con sus allegados ahora que estaban parando de fastidiarlo con sus burlas coquetas donde siempre insinuaban que sucedía algo más.

Al menos Jackson, Merida y Rapunzel estaban tan resignados como él a no pasar de una amistad o con suerte, un bromance con Hiccup.

 

—Daremos una explicación breve antes de girar la botella y empezar con nuestro turno— el rubio levanto aquel envase de vidrio que Jack supuso era de una cerveza vacía, pero era difícil adivinar cuando lo habían pintado con una cada diabólica de un comic enojado. —Su orgullo y dignidad depende de esto. Cuando giren la botella, como son un asco para pensar en castigos y preguntas, nos tomamos la tarea hace un año de hacer una encuesta en todas las áreas en donde la gente tenía que anotar retos o preguntas extremas y esas son las que todos tienen a su mano derecha. Mismas reglas que el juego tradicional, pero en lugar de inventarse castigos el que le toque la base va a leer el castigo al que la boquilla apunte.

 

Jack palideció casi al instante e intercambio miradas con Hiccup que parecía expresar un “te lo dije” que cayó como piedra sobre su estomago.

Si, recordaba haber escrito algo así en la primera semana de clase pero hacia tanto tiempo de eso que incluso tuvo problemas para recordar que era lo que había escrito en su papel.

 

—Espera..

 

—¡Y! No pueden salirse del juego, si salen serán acreedores de un castigo que de no ser cumplido, la victima será atormentado por nosotros durante una semana— Patán se señalo a si mismo antes de dirigir la atención a los gemelos y el trío sonrió de forma satisfecha.

 

—En caso de que no quieran responder a una pregunta, tendrán que beber de este sabroso jugo— Brutilda levanto una botella de cinco litros con extraños colores que Jack no quiso ni imaginar que era lo que había ahí.

 

—¿Qué es eso? — Rapunzel miro con preocupación aquel liquido que incluso burbujeaba.

 

—No hay ningún fluido humano, si eso es lo que te preocupa— ambos gemelos sonrieron con malicia.

 

Jack no tuvo que verificar que sus amigos lo veían de forma acusadora por no haberles mencionado nada de eso.

En su defensa, el tampoco tenía idea.

 

—El ganador será el último en quedar en pie.

 

—El juego se detendrá a más tardas las dos de la mañana.

 

—Aguarda—  Merida frunció el ceño más confundida que antes — ¿Y si no hay ganador para las dos de la mañana?

 

—Oh, dulce e inocente palomita. Cuando decimos que el juego se detiene, nos referimos a una “pausa”. El juego no va a acabar hasta que todos los demás hayan caído aún si tenemos que jugar todas las noches de esta semana.

 

Esta vez Jack miro horrorizado a Hiccup que mantenía sus brazos cruzados y la misma mirada de “Te lo dije” que tenía un peso diferente ahora que Jack conocía las reglas.

 

—¿Por qué no me dijiste nada de esto?

 

—Te lo intente decir cada que me decías que todo estaría bien y no me dejabas pasar del “No sabes en que te has metido”

 

—Silencio señoritas, empezamos el juego. Cabe destacar que Astrid fue la ganadora anterior, entonces tienen oportunidad nuestras nuevas concursantes.

 

—¿Siempre son los mismos retos? — Jack se dirigió a la rubia en voz baja mientras la botella daba vueltas.

 

—No, solo lo he jugado una vez pero nunca se repiten, ellos lo han hecho dos o tres veces.

 

—¿Tanto tiempo dura para solo jugarlo tres veces?

 

—¡AJA!

 

El albino se sobresalto al ver que la botella estuvo a punto de apuntarle a él, pero se dirigía a Merida y Brutilda parecía encantada de poder darle algún castigo a la nueva jugadora.

 

—Bien, vamos a ver. Yo como soberana de este lugar te ordeno que... — saco la tarjeta de forma aleatoria para seguir con la lectura dramática. —Flirtees con la pared por tres minutos.

 

A pesar de la mala cara que Merida hizo, no puso objeción al ver que era una tarea fácil de hacer e incluso divertida ahora que se recargaba de forma exagerada en la pared y comenzaba a decir cosas como “sin ti no tendría soporte” o “eres el cemento que fortalece la unión”.

 

—Mi turno— Jackson sonrió al haber sido apuntado pero invito a Patapez a que leyera la tarjeta que tenía en la mano sin miedo o pena.

 

—Am..bien “hoy es luna llena, deja que tu lobo interior aúlle”

 

—¿Qué clase de retos ponen hoy en día?

 

El castaño estuvo a punto de reír aunque cumplió con su tarea sin rechistar. Lentamente el ambiente fue relajándose e incluso habían olvidado que tenían una botella con extrañas sustancias revueltas.

 

—¡Escoge a una persona y roba su personalidad por las siguientes tres rondas!

 

—¡Puedo hacerlo— Rapunzel echo una mirada rápida al lugar antes de ver directo a Brutacio y cruzarse de brazos con una actitud que no quedaba con su apariencia —Deja de verme asi, campesino.

 

Todos estallaron en una carcajada y el imitado le aplaudió con honores. Girando de nuevo la botella para seguir con los retos que abundaban más que las preguntas.

 

—¡Remueve el calcetin de la persona a tu lado con los dientes!

Jack tuvo miedo de que Astrid le arrancara la pierna cuando le agarro el tobillo como si fuera una pieza de pollo y escupió el calcetín con una rapidez que no dejaba en duda porque era la ganadora en el juego.

Más cuando podía hacer una tarea asi y simulas más que ha desarmado una granada.

 

Deletrear el alfabeto al revés mientras hacen abdominales, caminar de manos, mencionar lo más vergonzoso que te ha pasado o fingir que eres un rey atragantándose con su cena real y tener que usar las sabanas como capa y las envolturas de papas como una corona. Todo iba tan bien que Jack por un momento olvido que entre todos los retos divertidos, había algunos que eran escritos por gente pesada o chicas que eran capaces de sacarte lo más vergonzoso del mundo.

 

—Lee en voz alta el último mensaje que recibiste.

 

Patán se sonrojo aunque de mala gana saco el celular para leer en voz alta lo que le había tocado.

 

—C-Corazón, no olvides llamarnos para saber cómo te está yendo. Papá está muy preocupado, besos.

 

—Tu madre es un encanto.

 

—¡CIERRA LA BOCA Y GIRA LA BOTELLA!

 

—Jack— Brutacio sonrió cual gánster en una reunión de líderes poderosos —esta es una pregunta: ¿Con quién o qué piensas a la hora de tocarte a ti mismo.

Por un momento tardo en procesar la pregunta, sintiendo que las orejas volvían a estar del mismo color que el cabello de Merida y entonces señalo la botella que hasta el momento había estado abandonada.

 

—Dame un trago.

 

No, el no iba a decir frente a ellos que pensaba en Hiccup y algunos lugares poco apropiados para tocarse y llegar al fabuloso éxtasis que le producía un...bueno, no lo diría.

 

—¡SI! Al fin, cuando lo termines de tomar no se te permite vomitarlo, es otra regla que olvidamos decirte.

 

—Si, como sea. Dámelo— lo apuro a que le diera aquel pequeño vaso que no superaba los shots que daban en algunas fiestas de las casas ajenas y que el siempre evitaba.

¿El sabor? Ho-rri-ble.

Si tuviera que darle una definición sería una extraña mezcla de soda, jarabe para la tos, café, limón, naranja y tres sabores extraños que no fue capaz de procesar, pero que debían ser de alguna bebida alcohólica por la sensación de ardor que le dejo en la garganta al terminar de tragar.

 

Aún así, era mejor eso a admitir que se manoseaba pensando en el castaño que parecía dispuesto a ser el padrino de su funeral si caía ahí mismo por intoxicación.

 

—Bien, siguiente.

 

—¿A quién le toca?

 

—Oh no amigo, vamos a seguir contigo hasta que respondas otra pregunta o hagas algún reto. ¿no lo dije en las reglas?

 

—¡No!

 

—Es una lástima, debieron preguntarme. En fin— Brutacio saco otra tarjeta sin dejar de sonreír —¿Qué tan lejos irías con alguien en esta habitación?

 

“¡¿Es en serio?!”

 

Sin querer, Jack dio un rápido vistazo a Hiccup y poco le falto para maldecir cuando ambos intercambiaron miradas al mismo tiempo.

 

—Al infierno, con ustedes dos.

 

Por un momento no pareció creerle, pero la carcajada que Brutacio y Patán dieron fue el aviso de que había triunfado en verles la cara y salvar su propio pellejo.

 

Irónicamente, la venganza le llego más rápido de lo que hubiera planeado en el momento. Apenas la boquilla señalo al gemelo, Jack saco la tarjeta mientras rezaba a todos los dioses existentes que fuera algo vergonzoso.

 

—Bájate los pantalones y deja que otro jugador te nalguee durante treinta segundos.

 

—¡Yo me ofrezco! — Brutilda levanto la mano y casi al mismo tiempo agarro el directorio telefónico que levanto como un ladrillo sobre su cabeza —¡Ya oíste hermanito, bájatelos!

 

—¡Astrid! — Patán la llamo para que no dejaran de jugar a pesar de los gritos de dolor de su compañero —Describe a la persona de tu derecha de una forma sensual.

 

Jack estuvo a poco de cubrirse con las manos cuando la rubia volteo a verlo aun determinada.

 

—Ah Jack, tienes unos hermosos ojos azules, cuerpo esbelto, piernas largas, labios carnosos y el físico proporcionado y despampanante que toda mujer le gustaría tener. ¿Quién sigue?

 

—Sabes, no se porque me siento ofendido en lugar de halagado— Jack frunció el ceño, aunque la incomodidad no le duro al ver que Hiccup solo sonreía pero no desmentía nada de lo que decía.

Tampoco es que pudiera o debiera hacerlo, pero no ver fastidio o desagrado en sus facciones lo animaron a ignorar el pequeño mareo que empezaba a sentir.

 

—¡Hiccup! — Rapunzel sonrió al tener el turno ahora —Llama a tu primer contacto en favoritos y preguntale: ¿qué lubricante me recomiendas para el sex...oh— tomo un poco de aire antes de terminar la oración con la vergüenza en su cara —el sexo anal....?...

 

Jack estaba casi seguro de que no llamaría a nadie y recurriría al brebaje del horror que seguía burbujeando en una orilla, pero como siempre, Hiccup rompió sus expectativas al sacar su teléfono y entrar a directorio.

 

“Probablemente llame a Eros y no hay problema con preguntarle algo así, va a saber que es una broma o algo por el estilo”

 

Cuando el castaño marco, una vibración curiosa molesto el bolsillo de Jack y fue entonces que la vibración se alojo en su estomago y se esparció por su cuerpo al darse cuenta de a quien tenía encabezado en su agenda de favoritos: lo tenía a él.

 

—¿Si?

 

Contesto con aparente confusión a pesar de que estaban casi frente a frente.

 

—Hola Jack, perdón que te moleste a estas horas de la noche pero ¿podrías recomendarme un lubricante para el sexo anal?

 

Jack maldijo no poder grabar eso en su celular.

 

—Si, creo que te puede servir uno que Brutacio guarda en una botella de cinco litros en su cuarto.

 

—Oh, excelente. Gracias Jack.

 

—De nada, avísame si no te da ninguna enfermedad.

 

—Lo haré.

 

Ambos colgaron con una sonrisa de victoria que Patán no aprobó al no ver humillación hacia el castaño, Astrid aprobó con una extraña sonrisa que le dirigió a su exnovio y sus amigas celebraron al intercambiar miradas y sonrisas de emoción que Jack tuvo que ignorar junto con el codazo que Merida le dio en las costillas.

 

Bailar con un trapeador, llamar a tus padres y decirles que estas en la cárcel, bailar breakdance sin romper nada, hablar con puras preguntas durante diez minutos..

El tiempo fue pasando sin percances hasta que uno bueno llego a su hermano.

 

—Besa a la siguiente persona que entre por esa puerta.

 

Jack se apresuro a sacar su celular para mandarle un mensaje a Hiccup que decía “dile a Eros que necesitas verlo y que venga” a lo que el castaño solo negó con la cabeza, sonriendo pero asintiendo al final al acordar con aquel pequeño plan diabólico que los dos formaban en silencio.

 

—¡Hiccup!

 

—No hice nada— el acusado levanto de forma rápida las manos como si le apuntaran con un arma de alto calibre.

 

—Mantente cerca de la última persona que te causo una erección por los próximos cuarenta minutos.

 

“Ahora si va a tomar de la botella. Anda, mata tus papilas gustativas conmigo y sufre”

 

Jack sonrió al saber que no sería el único en quedar como un cobarde, cosa que por supuesto, no le duro cuando Hiccup se puso de pie y empezó a caminar en dirección a Astrid para sentarse entre ellos dos.

Por supuesto que iba a ser Astrid, quien más si no.

Eso era algo obvio que debió haber previsto y no tuvo que afectarle tanto como lo sentía en ese momento.

 

—Brutilda, explicale a un extraño tu fetiche extraño que tienes por las ancianas.

 

—Con un demonio.

 

Los retos continuaron y como siempre, las preguntas empeoraron.

 

—Rapunzel ¿Con cuantas personas te has acostado?

 

—¡Ninguna!

 

—Jackson ¿Cuándo has amado a alguien que no te haya amado de vuelta?

 

—Nunca, es imposible no amarme.

 

—Merida, apunta a la persona con más probabilidades de haber mojado su cama en la escuela media.

Brutacio frunció ofendido el ceño al ser señalado.

 

—Jack, deja salir el último secreto que alguien te dijo.

 

Y debido a su palabra, Jack tuvo que dar un segundo trago, el cual no sabía si debía preocuparle o aliviarle que el sabor no fuera tan desagradable como la primera vez. Su lengua estaba empezando a adormecerse y la cercanía que tenía con Hiccup no le ayudaba.

 

—¿Quién te gusta en este momento?

 

Un tercer trago.

 

— ¿Qué tendría que hacer alguien para conseguir un beso tuyo?

 

—Cantar conmigo, seguramente— a pesar de que no fue su intención contestar, ni siquiera fue consciente de en qué momento había movido su boca.

 

—¡Al fin! Maldito acaparador, prosigamos con las siguientes victimas.

 

No fue capaz de escuchar el reto que Astrid debía hacer con unos enormes pantalones que debían quedarle a los elefantes, pero la presencia de Hiccup lo dejaba más incomodo de lo usual.

 

—Aún no pasan los cuarenta minutos ¿o sí? Quédate cerca de la última persona que te causo una erección— le sonrió de forma burlona, concentrándose en los gemelos para no tener que ver cómo le daba la razón y se retiraba.

 

—...Lo estoy haciendo.

 

Ambos se sumieron en un silencio donde Jack volteaba a verlo para notar que desde cerca, era más fácil ver lo rojas que estaban las orejas de Hiccup tras decir eso.

 

—¿Tú?...No...¿Yo?

 

—Ya cállate Jack, estas ebrio.

 

—Estaré ebrio pero no estúpido. ¿Qué? — se acercó a intentar verlo mejor y un extraño vuelvo experimentaron sus entrañas cuando lo volteo a ver.

 

—Am...¿Recuerdas la canción?

 

—Oh...Ooooh....ah. Oh vaya. — Jack no pudo decir más al sentir que también el empezaba a sonrojarse de solo recordar la letra de esa vergonzosa melodía. —Entonces tu...

“Tú no te fijaste solo en el ritmo”

 

—Sí.

 

“Le provoque...oh por dios.”

 

—Mira, no quiero que te sientas incomodo ¿ok? No fue a propósito, además-

 

—¡JACK! ¡VAS TÚ DE NUEVO!

 

Aún en trance, Jack se levanto para escuchar como el reto constaba de comer una manzana sin tomarla con las manos y si no fuera porque Rapunzel le hizo el favor de sujetarla sin importarle las quejas de dos en particular; habría aprovechado su cercanía en el suelo para hundir su cabeza en la madera e intentar ocultarse como un avestruz para que la tierra se lo tragara.


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