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Tan distintas e iguales por Yaoi lovers

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Notas del capitulo:

Llegué a un punto en que no sé que tanto tardo en actualizar... Pero mi situación ha sido un poco complicada y con la escuela consumiendo mi tiempo apenas tengo tiempo para escribir.

Dejando eso de lado, por fin está listo, aquí les dejo la actu.

Luego de realizar sus compras, dentro de las cuales incluyeron un par de bolsas de frituras enchiladas para la menor, ambas caminaban hacia el departamento de la escritora.


—Es increíble que me pidieran mostrar mi identificación y la tuya. Si no hubieras causado un alboroto por esas cosas eso no habría pasado —la reprendió ya que detestaba tener que mostrar su identificación pues de vez en cuando alguien la reconocía y con ello terminaba de confirmar sus sospechas.


—¿Disculpa? Creo que necesito recordarte que me ofreciste cualquier cosa que quisiera a cambio de ir a beber contigo —se sentía ofendida, no soportaba ser tratada como una niña—. Además, son mis papas favoritas y no tendría caso beber sin ellas —siguió a la chica antes de abrir la bolsa de frituras y comenzar a comerlas.


—No dije que cumpliría todos tus caprichos y no necesitabas armar un escándalo porque lo dije; esas cosas son tan artificiales que no entiendo porque hiciste tanto drama por ello. Menos mal que traías tu identificación o habríamos tenido que esperar.


—Ya déjame en paz, todo esto es tu culpa y no tienes derecho a reclamarme —el paquete de frituras ya había sido abierto y, mientras caminaba hacia la casa de la escritora, iba comiendo un par de ellas.


—Como digas, sólo date prisa o terminarás eso sin haber tomado una sola cerveza.


—Sólo tomaré un par, ya dije que no quiero hablar de más —seguía a la más alta aún sin detener su labor ni prestar atención a su alrededor.


Siguieron el trayecto rumbo a casa de la chica, quien no podía sentirse más sorprendida luego de ver la habilidad de la mayor para caminar con la vista clavada en el envase y no sufrir accidente alguno pese a la gran cantidad de escalones que debieron pasar para llegar al departamento,


—Ponte cómoda, iré por el jugo para el vodka. Si algo te estorba sólo empújalo a un lado —caminó hacia la improvisada cocina dejando a la chica en la entrada.


—Está mucho más ordenado de lo que pensé, creí que esto estaría horrible y no es nada que no haya visto cuando mamá no va a casa y tengo trabajo pendiente —se dejó caer en el suelo empujando un par de cajas que aún mantenía empacadas y colocó uno de los cojines entre su espalda y el sofá—. No tiene mucho que vives aquí ¿Cierto?


—Unas semanas, lo que está ordenado es sólo porque tiene tiempo aquí —dejó lo que llevaba sobre la mesa de centro y se instaló al lado de la mayor sobre el sofá—. Ahí está tu cerveza, supongo que no querrás iniciar tan pronto con el vodka —dio un largo trago a la lata que traía en la mano mientras la miraba.


—Ni siquiera quiero tomar, sólo pretendo acompañarte y esto quizá mantenga mi mente ocupada en otra cosa —tomó la lata que descansaba sobre la mesa antes de dar un pequeño sorbo—. Al menos es oscura, esta no es mi marca preferida pero si se trata de una oscura puedo hacer una excepción.


—Bueno, tampoco es mi preferida pero no venden más por aquí y terminé por tomarle el gusto —dio un largo sorbo llegando a la mitad antes de mirarla—. ¿De qué pretendes despejar tu mente? El alcohol no es el mejor consejero.


—Sé que es el peor consejero, y no es que vaya a tomar los consejos que me dé Simplemente tomaré un par de cervezas porque me ayuda a pensar en otra cosa: como controlarme para no tener resaca o mucha sed al día siguiente.


—Sí que eres extraña, la gente normal no bebe con esa intención —rio un poco antes de dar otro largo sorbo a su bebida y dejar la lata vacía a un lado para abrir una nueva—. Además, sigo sin entender que quieres olvidar o dejar de pensar ¿Es por el trabajo?


—De alguna manera es eso, no es como tal lo que tengo que hacer sino para quien debo hacerlo —dio otro pequeño sorbo antes de suspirar profundo—. No es que tenga problemas con el cliente, sólo es extraño.


—Lo dices como si estuvieras haciendo algo para tu ex y su nueva pareja —quería molestarla para obtener más información, sabía que no era correcto invadir su privacidad de esa manera a tan poco tiempo de que la chica dejara su actitud distante y defensiva pero no pudo evitarlo, era casi inconsciente de lo que hacía.


—No diría que son mi ex y su pareja, ni siquiera son algo parecido si somos sinceros —su expresión había cambiado, su mirada se perdió en un punto fijo bebiendo un poco más que antes mientras tomaba el recipiente intentando no tirarlo.


—Bueno, el tema no es ese —dejó su bebida en la mesa antes de buscar la botella de vodka entre el resto de sus cosas—. Si no te sientes cómoda con tu trabajo pudiste negarte o apresurarlo para terminar pronto, no es tan fácil hacerlo pero te da libertad de alguna manera.


—No podría haberme negado, sé que no es profesional ni bueno para mi equilibrio emocional pero no podía hacerlo. Y terminar rápido tampoco es opción, me quedan largos meses de trabajo aún; con pequeños descansos entre ellos pero aún falta bastante.


—Creo que te entiendo, al principio no podía negarme a mi trabajo y, aunque apresuré su término, aún tengo trabajo gracias a ello —suspiró profundo antes de preparar la bebida con un poco de jugo—. Seguro es parte de la vida el tener eventos así, que no puedes esquivar y tampoco acelerar.


—Nada de autoayuda, por favor. Haces sonar todo muy diferente a como es mi situación —dio un trago bastante largo a su lata antes de mirarla—. Quiero hacer este trabajo mejor de lo que he hecho cualquier otro porque el cliente es alguien muy preciado para mí y a la vez no tengo la fuerza para ello por lo que implica hacerlo.


—Sigues dándole muchas vueltas y no llegas a nada ¿Cómo vas a resolver un problema que no entiendes? —comenzaba a desesperarle tanto misterio, se tornaba aburrido y no algo entretenido como lo había pensado—. Si es tan importante sólo hazlo, si se volvió una carga termínalo y acaba de una vez con toda conexión a él... —era un consejo más para sí que para la chica pero debía decirlo.


—Es horrible beber contigo, ahora entiendo porque siempre terminas sola —terminó su bebida dejando la lata en la mesa sin siquiera ver a la menor—. Nadie podría soportar tanto de ti, que fastidio —tomó otra cerveza sin mirarla.


—¿Disculpa? La que tiene serios problemas eres tú. Te invité porque parecías bastante cansada de todo esto y por más que intenté hablar contigo empiezas a actuar a la defensiva —se había molestado y no pudo evitar estallar, sabía que tenía dobles intenciones y eso la hacía la peor entre las dos pero no iba a aceptarlo.


—Y te dije que no quería beber y menos contigo, insististe hasta que no pude seguir negándome ¿Y quieres que tenga una buena actitud? Mira, que si el problema es que hayas pagado todo puedo regresarte el dinero y largarme de una buena vez porque no voy a estar soportando que me digas toda esta mierda sólo porque te da la gana —el volumen de su voz se había elevado y comenzaba a ser cada vez más fuerte—. ¡Quédate hundiéndote en tu miseria y la próxima busca a alguien más que te acompañe sin protestar! —se levantó de donde estaba sentada caminando hacia la salida—. Y por el dinero no te preocupes, te lo regresaré mañana mismo sólo porque hoy no quiero verte más —y sin esperar una respuesta salió rápidamente del lugar para volver a casa.


La escritora no supo que hacer o decir para detenerla, además de que no se sentía con el derecho de intentarlo luego de lo sucedido; simplemente tomó su bebida y la terminó de una sola vez mirando hacia la puerta jugando un poco con el recipiente vacío.


—Bien, si esto va a ser así siempre no voy a llegar a nada; Victoria no tiene la mejor actitud y también tiene un mal carácter pero en el último libro tuvo grandes cambios, no puedo regresarla a lo que fue antes —suspiró profundo antes de dejarse caer en el sofá mirando al techo—. ¿Cómo carajos voy a escribir si quien iba a ser mi inspiración es todo lo contrario a lo que busco?


Estaba frustrada, y no sólo por no obtener lo que deseaba de esa reunión; no podía creer que las cosas terminaran tan mal apenas empezar y mucho menos tenía intenciones de disculparse por algo sin importancia, pues desde su punto de vista no había hecho nada malo.


Jugó con el recipiente en su mano antes de ir hacia el escritorio y tomar su libreta de notas. Si bien la chica ni de lejos es lo que buscaba para su personaje al menos tenía puntos a su favor que quería resaltar pues, por contradictorio que pareciera, esa actitud rebelde que no se apega a las normas establecidas le atraía aún si era precisamente la responsable de sus arranques de ira.


Hizo algunas anotaciones sobre la hoja mientras reflexionaba como es que ella misma había terminado por encajar en lo que la sociedad esperaba y sólo saliendo del molde como una manera de recuperar su casi extinta libertad. Sus pensamientos vagaban mientras las notas se iban acumulando, quizá esa reunión había sido más productiva de lo que pensaba.


Mientras tanto, la mayor había vuelto a su departamento y tras asegurar la puerta e informar a su hermana y amiga que estaba de vuelta, apagó el celular y tomó su block de dibujo para seguir con ese boceto que había dejado a medias.


Apenas logró terminar las partes faltantes encendió el portátil para escanear y realizar los arreglos necesarios antes del coloreado. Habían pasado un par de horas desde la reunión con la más alta y seguía molesta por su actitud, nunca se había sentido cómoda hablando con un completo extraño de temas tan íntimos y no entendía porque insistió tanto en saber el motivo de su malestar.


Los audífonos no se habían hecho esperar y las mismas canciones que siempre la inspiraban seguían reproduciéndose mientras retocaba la imagen escaneada para darle la calidad necesaria. Su mente estaba sumida en su labor sin prestar atención a nada más hasta que el constante golpeteo en la puerta por fin atrajo su atención y terminó por levantarse del sofá para atender.


—¿¡Qué carajos pasa contigo!? ¿¡Es que no puedes siquiera avisar que estás bien!? Estoy segura de que tu hermana estaría aquí también de no ser porque es mucho lo que debe viajar para llegar —ni siquiera esperó respuesta de la chica mientras entraba a su departamento.


—No hagas tanto drama por ello, dije que estaba en casa y eso significa que estoy bien —volvió al sofá sin dar más explicaciones intentando seguir con su labor.


—Esas dos cosas no son sinónimos ¿Cómo quieres que piense que estás bien si te vas con una desconocida y luego regresas así como así? No eres una adolescente, no puedes caer en engaños baratos e irte con el primero que te ofrezca alcohol.


—Fui con la tipa que no soporto y que vive en el edificio frente al parque. Me ofreció cerveza y vodka, me negué en principio porque fue hace nada que bebimos pero ella siguió insistiendo. Sabes que no me he recuperado del asunto con Araceli y pensé que al menos intentar mantenerme sobria me distraería pero esa tipa es una pesada, es odiosa y no pude estar mucho tiempo con ella —soltó un suspiro cansado dejando a un lado el aparato para mirar a su amiga.


—Estás llevando esto demasiado lejos, Angélica. Se suponía que ya habías afrontado que siempre serías sólo su amiga y que ibas a apoyarla en todas sus metas y ahora que llegó el momento de ponerlo en práctica dices que no te sientes bien haciéndolo, que eres una persona y amiga horrible, que eres hipócrita y mil cosas más ¿Es que no te das cuenta de lo que estás haciendo? El problema no es Araceli y su compromiso, no son tus relaciones fallidas y auto saboteadas...—la miró seriamente, sabía que lo que estaba por decir podía herirla pero la chica necesitaba un buen golpe de realidad—. El verdadero problema eres tú, tú y esa actitud de mierda que has decidido tomar haciéndote la víctima y cubriéndote en la culpa que quizá ni deberías sentir porque lo único que has hecho mal es seguir en ese círculo vicioso de culparte una y otra vez sin buscar soluciones.


—¡El problema es que tú no lo entiendes, Sandra! Piensas que todo es tan simple porque aunque un chico te rechace nunca tendrás que preocuparte porque puedas darle asco o parecerle una anormal, no te preocupa quedarte sin el apoyo de tu familia por hablarles de tu amor... ¡Ni siquiera puedes entender lo que significa seguir siendo económicamente dependiente de tus padres aún con los treinta persiguiéndote! —en definitiva estaba molesta por lo que acababa de ocurrir, y no con su amiga sino consigo pues sabía que todo lo que dijo es cierto.


—¿Sabes qué? No soporto cuando crees que todos tienen la vida fácil menos tú y ya sé que esto no va a servir, ni siquiera sé a qué vine si en el fondo sabía que sólo quieres hundirte en la miseria que tú misma construiste —suspiró de manera profunda sin siquiera mirarla—. Cuando tengas ganas de madurar búscame —y sin esperar más respuesta salió del lugar.


No intentó detenerla, tenía más que claro que la mayor estaba molesta y que era culpa suya pues si no actuara de la manera que lo hace las cosas serían más fáciles, y no sólo entre ellas.


Volvió a tumbarse sobre el sofá dejando a un lado su trabajo mientras miraba el techo. Estaba frustrada por lo que ocurrió pues no había hecho más que pelear sin sentido y odiaba la sensación que eso le provocaba. Se sentía tan cansada de la situación que se limitó a reproducir la misma canción tantas veces le fue posible antes de caer dormida.


A la mañana siguiente despertó con el cuerpo dolorido y un agudo dolor de cabeza. Siempre era lo mismo cuando algo la hacía molestar y dormía con esa sensación guardada; estaba tan acostumbrada a ello que ni siquiera le sorprendió despertar de esa manera.


Suspiró de manera cansada antes de sentarse en el borde del sofá mirando a un punto fijo en la pared, luego de lograr despertar por completo tomó su celular y lo encendió. Salvo un par de mensajes de su hermana pidiendo que dejara de actuar como una niña y se comportara como el adulto que es, no había más,


No merecía más y estaba consciente de ello, pero saber que su amiga no había intentado hablar más luego de la discusión aún era difícil. Se limitó a responder el mensaje de su hermana antes de vagar un poco por sus redes sociales para saber qué había ocurrido en ese tiempo.


Estaba por dejar el aparato sobre la mesa cuando la pantalla se iluminó y mostró el número telefónico de su hermana. Sabía de sobra en torno a qué giraría la llamada y no pudo hacer más que soltar un suspiro cansado antes de contestar.


—No entiendo que pasa contigo, ni siquiera sé porque accediste salir con alguien que apenas conoces ¿En qué estabas pensando?


—Ya discutí con Sandra sobre esto, no era una completa desconocida, es la tipa que no soporto y que por casualidad quería beber y me invitó por no deprimirse.


—Y claro, como eres un alma caritativa no dudaste en acompañarla ¿Qué lógica tiene eso? Deja de hacer tonterías, Sandra me llamó para preguntar si sabía que pasaba contigo y le dije que no podía contactarte. Conociéndola seguro corrió a tu casa en cuanto respondiste.


—Exagera las cosas, ambas lo hacen —soltó un pequeño bufido comenzando a sentirse molesta de nuevo—. Estoy bien, tenían la dirección en que estaba y avisé al volver ¿Qué tiene eso de malo?


—Que no puedes usar como pretexto tus problemas personales para actuar como idiota —nuevamente habían golpeado su orgullo y entendía las razones que tenían para hacerlo—. ¿Al menos conseguiste lo que querías?


—No, resultó mucho peor. No dejaba de insistir con que quería saber a qué se debían mis problemas y no dejó de preguntar hasta que me molesté y salí de su departamento.


—Tienes la pésima costumbre de involucrarte con quien no debes —no quería reprocharle sus acciones pero sabía que su hermana necesitaba que alguien la ayudara a poner en orden sus ideas—. Deja ese tema por la paz, si sólo vas a estar peleando con quien se atraviese un tu camino mejor no te involucres con nadie o eso puede acabar muy mal.


—La discusión fue mi culpa —suspiró profundo abrazando sus rodillas—. Ni siquiera tenía porque salir con ella y aun así fui porque quería descargar mi frustración pero terminé haciéndolo contra ella.


Bro, sabes que no me gusta interferir en tu vida pero estás llevando esto demasiado lejos. Entiendo que te sientas mal por tu manera de actuar, que quieras acabar con todo y desaparecer, pero fingir que nada te importa no va a cambiar las cosas.


—Ya lo sé, simplemente no sé qué hacer para dejar esto ¿Sabes?


—La solución sólo la tienes tú, nadie te la va a dar y lo sabes —odiaba tener que actuar cuando todos habían fallado, pero sentía que de no hacerlo la mayor se hundiría—. Ya tengo que irme, aclara tus ideas y piensa en lo que estás haciendo.


Y sin decir más terminó la conversación mientras la mayor volvía a tumbarse sobre el sillón mirando al techo. Entendía las razones de ambas mujeres para actuar así y le era difícil aceptar que estaba actuando como una chiquilla.


Terminó por volver a refugiarse en el parque, llevaba el portátil con la esperanza de tener mayor concentración fuera de las cuatro paredes y así poder terminar con el trabajo pendiente.


Sin embargo no fue así, su mente estaba aún más dispersa en el exterior y no dejaba de pensar en su mala actitud, y no sólo con su amiga pues aceptaba que había sido grosera con la escritora.


Tenía claro que su humor empeoraría si no solucionaba sus pendientes, y dado que era lo que menos quería, optó por tomar el celular y marcar rápidamente el número de su amiga. No fue una sorpresa que no respondiera, sabía de sobra que mientras estuviera molesta prefería no hablar para evitar decir algo de lo cual arrepentirse, así que simplemente dejó que el buzón de voz se activara.


—Sé que lo que menos quieres en este momento es saber de mí y no te culpo, incluso siendo yo preferiría no tener que soportarme... —suspiró profundamente haciendo que su flequillo flotara sobre su rostro—. Lo que quiero decir es que sé que actúe como una tonta, hice cosas que no debía y no tenía razones para reaccionar como lo hice. Entiendo que no quieras escuchar esto porque presientes que volveré a caer lo mismo tarde o temprano pero de verdad necesito hablar contigo. En cuanto sientas que es momento estaré esperando —y junto con el sonido que marcaba el fin de la grabación terminó su discurso.


Suspiró profundo, no sabía cuántas veces ya lo había hecho en ese día y comenzaba a cansarse de ello, estiró sus extremidades y se dejó caer sobre la banca mirando hacia el cielo. No dejaba de pensar en el rumbo que estaba tomando su vida y se sentía desesperada por ello.


Giró su rostro, el sol comenzaba a lastimar sus ojos y odiaba la sensación. Una vez que su vista se acostumbró a la nueva cantidad de luz pudo ver a la escritora fumando en una banca cercana. No es como si realmente sintiera que debía disculparse, pero estaba consciente de que mientras tuviera pendientes por lo ocurrido el día anterior no estaría tranquila.


Se levantó de donde estaba y caminó hasta llegar donde la más alta. Una vez que estuvo tras su banca le dio un pequeño golpe con su dedo índice en la cabeza. La chica volteó hacia ella, sorprendida por la acción, y apenas reconocerla volvió su vista hacia el frente mientras el cigarrillo volvía a pegarse a su boca.


—No es necesario que me des el dinero de ayer, fui yo quien te invitó y además terminé bebiendo todo —su tono era serio y ni siquiera intentó verla.


—No venía a eso, ni siquiera recordaba haberlo dicho —se sentó a su lado sin esperar a que la chica dijera más—. Sé que fue estúpido lo que dije e hice ayer pero mi situación me rebasa. No es un pretexto ni espero que lo entiendas y me justifiques.


El silencio se instaló entre ambas, la mayor aún dudaba sobre hablar del tema y la menor no sabía a donde se dirigían con todo aquello.


—Estoy organizando una boda y ese no sería un problema pues he ayudado en otras, pero en esta ocasión me ofrecí para ser madrina y quien se va a casar es la misma chica de quien llevo enamorada casi diez años —suspiró profundo, mientras más hablaba del tema más difícil le resultaba asimilar la situación.


La escritora no respondió, no entendía las razones de la otra para hablar del tema luego de evadirlo la noche anterior, su comportamiento era un misterio y aún le causaba curiosidad entenderla, pues al parecer es más compleja de lo que pensaba.


—Esa es la historia, ahora la sabes. Pero no tengo tiempo para hablar de esto, ya que no quieres que te regrese el dinero no lo haré, simplemente me iré antes de que cambies de opinión —se levantó del lugar dispuesta a volver por sus cosas, pues recién caía en cuenta que las dejó abandonadas.


—Espera —la mano de la menor se aferró a su muñeca, deteniendo sus pasos—. Te invito algo. Y no, esta vez no será alcohol...


Las dos se quedaron detenidas mientras se miraban, el silencio comenzaba a ser incómodo y ninguna sabía que decir o hacer, ni siquiera pensaban en las posibles consecuencias que aceptar o no tendría.

Notas finales:


Hasta aquí este cpítulo, espero haya sido de su agrado y podamos leeenos pronto en el siguiente, hasta entonces.


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