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Tan distintas e iguales por Yaoi lovers

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Notas del capitulo:

Seguro pensaron que nunca volvería(? ¡Pero aquí estoy de vuelta! ¿Quién diría que tardaría poco más de un año para traer un nuevo capítulo...? Muchas cosas han pasado, pero sigo y seguiré aquí hasta poder terminar la historia.

Pasó días encerrada en casa intentando no pensar demasiado en el asunto de la escritora, aun se arrepentía de la decisión que tomó y había mantenido en secreto aquello para no preocupar ni a su amiga ni a su hermana por su forma tan descuidada de actuar.




Intentó refugiarse en casa entre el trabajo y sus proyectos pendientes para no pensar demasiado, incluso seguir pensando en la boda de Araceli le resultaba menos tortuoso que reflexionar sobre sus actos en las últimas semanas.




Sin embargo, no podía mantener su atención en el asunto de la boda sin comenzar a atormentarse por lo mala amiga que era, si intentaba trabajar en sus proyectos se sentía culpable por posponer los pendientes con Sandra, y si intentaba terminar los pendientes sentía que intentaba evadir la responsabilidad que ella misma adquirió.




Era insoportable la situación y durante todo el tiempo frente a la PC lo único que hizo fue saltar de archivo en archivo mientras su mente vagaba entre las canciones que reproducía intentando hacer menos pesada su labor.




No tenía intenciones de hablar con nadie, principalmente porque temía que Verónica llamara en cualquier momento; pero considerando que ignorar a Sandra, su hermana o Araceli no serviría de nada, permanecía pendiente del teléfono cada tanto para asegurarse de que ninguna intentaba contactarla.




Seguía huyendo de cada archivo tras hacer una pequeña modificación cuando el teléfono sonó. Estaba tan distraída pensando en cualquier cosa que ni siquiera se detuvo a mirar quien la llamaba cuando tomó el aparato.




—Vaya, creí que no responderías —la burla era evidente en la voz de la chica y sin poderlo evitar un escalofrío recorrió su espalda—. ¿Estás libre? Estoy aburrida y quiero beber.




—Estoy esperando otra llamada, tengo trabajo pendiente y no puedo distraerme —intentó sonar convencida, aunque no tuviera ánimos para trabajar eso no significaba correr a esconderse en algún lugar mientras bebía.




—¿Es importante? Sólo trae tu teléfono y espera, si es urgente dejaré que te vayas.




—Si estoy esperando que me llamen obviamente es importante, y no puedo ir a perder el tiempo por ahí.




—Si no te han llamado no debe ser urgente —quería compañía para beber y escuchar a Angélica en busca de inspiración—. Te daré cinco minutos para reunirnos en la banca de siempre, si no estás ahí en ese tiempo me iré. Cuelgo —y sin dar tiempo a más terminó la llamada.




Ni siquiera estaba segura de que esa estrategia funcionaria, pero no estaba dispuesta a rogar y tampoco perdería el tiempo esperando por alguien que no tenía siquiera intenciones de llegar. Era arriesgado, pero debía jugar todas sus cartas o jamás avanzaría.




El plazo era corto y estaba por terminar, no había rastros de la mayor y quizá lo mejor sería no esperar demasiado después de lo que hizo. Debía aceptar la derrota y buscar una nueva alternativa que diera mejores resultados. Estaba a punto de partir cuando la silueta de quien esperaba se hizo presente.




—No creí que hablaras en serio con el tiempo, son solo unos segundos más y estabas por irte...




—Soy seria con mi tiempo, ahora no me hagas perderlo y vámonos —siguió caminando esperando que la otra la siguiera.




Al llegar al departamento lo primero que encontró fue la mesa cubierta por latas de cerveza y las frituras que insistió en pedir el fin de semana que pasó ahí. Estaba sorprendida y su expresión lo decía todo pues tardo unos instantes en ser capaz de hablar.




—¿Ni siquiera pensaste en la posibilidad de que no viniera?




—Siempre obtengo lo que quiero, de una u otra forma —le extendió una lata de cerveza antes de tomar la propia—. No creas que tu altanería te hace diferente, he dominado muchas con esa actitud...




Pasaron largo rato en silencio, era tan difícil entablar una conversación luego de lo que había hecho y solo esperaba que Angélica de un momento a otro se mostrara menos hostil conforme el alcohol entraba a su organismo. Había acabado ya un par de cervezas pero seguía sin mirar a la escritora.




—¿De que se trata la llamada que esperas? ¿Es sobre la boda? —necesitaba indagar, esperar hasta que la otra decidiera hablar no traería nada bueno y necesitaba urgentemente algo para seguir con la historia.




—No, eso está solucionado por ahora. Ayudo a una amiga con su comic, hace poco recibió una oferta para la versión en físico y hay que hacer algunas ediciones. Esperaba que llamara para enviarme los storyboard y comenzar a trabajar.




—Eso suena grandioso.




—No me quejo, tener a mi amiga como jefe es mucho más sencillo de lo que esperaba, con la salida en físico del comic aumentaron mis ingresos pese a que le dije que no era necesario y además tengo tiempo para seguir con mis aficiones...




Conseguir que hablara resultó mucho más sencillo de lo que esperaba, apenas podía creer que hablara sobre lo que estaba haciendo además de la organización de la boda. Incluso le había mostrado el proyecto sobre el que trabajaba.




Entre la conversación había comenzado a beber más de lo que tenía planeado, perdió la cuenta de cuantas cervezas había bebido luego de la octava lata y antes de que pudiera reaccionar Verónica llevó una botella de vodka, otra de wisky y una más de ron. Logró convencerla de tomar un par de shots de cada uno y desde ese momento su boca no se había detenido.



—¿De verdad? ¡No puede ser cierto! Sabías que es hetero ¿Cómo se te ocurrió pensar eso? —acababa de escuchar la muy detallada explicación sobre la historia de amor de la mayor y sonaba increíble, casi sacada de cualquier historia romántica.


—Ya te lo dije, soy una estúpida y ella lo hizo tan confuso que tuve la estúpida idea de que podía estar enamorada de mí... Al final me quedé como una idiota por creer estupideces y con mi amor ahogándose en la frustración de ser lo suficientemente imbécil para ver cosas que no eran.


Siguió hablando de las experiencias que tuvo, de lo difícil que resultaba escuchar a su más grande amor buscando apoyo por sus problemas amorosos o pidiendo consejos sobre como actuar con el chico que le atraía.



—Sandra fue la primera en saber de todo este asunto, nunca he sido muy buena socializando pero ella estaba apoyando a uno de mis profesores, nos entendimos rápidamente y nos hicimos amigas luego de ese semestre —comenzaba a sentirse aturdida y disminuyó la velocidad con que bebía—. Nunca he ocultado mis preferencias, pero tampoco ando gritándole al mundo que soy bisexual. Ella lo entendió bastante rápido y me ofreció su apoyo, escuchó mi historia y trató de entenderme y aconsejarme para no seguir hundida en eso. De vez en cuando huía a su casa cuando quería esconderme de los problemas o ella me cubría cuando iba a beber o las únicas dos citas que tuve durante la universidad.




—No es cierto ¿Sólo dos citas en la universidad? Vamos, es el momento que todos aprovechan para probar de todo —no pudo evitar reír, le parecía tan descabellado que debía estar bromeando.




—Yo seguía aferrada a mis sentimientos por Araceli, y además de todo la escuela me absorbía. De por sí apenas llegaba a tiempo a las entregas y casi no tenía tiempo para lo que me gusta, tener pareja parecía una perdida de tiempo. Aun ahora sigo pensando que tener pareja es una pérdida de tiempo.



—Bueno, que no quieras una pareja no significa que no puedas divertirte. Pudiste conocer gente y pasar un buen rato —le acercó otro shotde vodka bebiendo el propio, la conversación fluía bastante bien ahora y creí que la mejor opción era mantenerla bebiendo—. Ni siquiera tendrías que preocuparte por conocerlos, una vez y adiós.


—No es como que sea muy popular... Solo dos personas se interesaron por mí de forma romántica. Una chica era amiga de otra amiga y por eso la conocí, comenzamos a hablar y fue con ella con quien tuve las citas. Habíamos hablado varias veces y teníamos cosas en común, incluso el coqueteo fluía bastante bien; la invité a salir muchas veces y aunque aceptaba siempre terminaba por cancelarlo un día antes. Después supe que en realidad salía con alguien desde mucho antes de que empezáramos a coquetear y no insistí...


Bebió lo que le ofreció de una sola vez antes de volver a comer algunas frituras, su mirada se perdió en algún punto de la habitación y parecía que no diría nada más hasta que tomó otra lata de cerveza y la bebió hasta la mitad.


—El otro fue un chico que conocí en el mundillo de los mangas y animes. Al principio era divertido hablar con él, su opinión sobre algunas historias era interesante, pero en algún punto comenzó a actuar como el típico tipo virgen y urgido de sexo que pide "fotos y pláticas hot". Terminó por aburrirme y dejamos de hablar.


—Al parecer eres imán para el fracaso, una chica con pareja y el típico necesitado de atención.


—Creo que en realidad nunca estuve interesada en ninguno, solo quería fingir tener una vida normal y tener intereses románticos por alguien siendo correspondida. En el fondo me afectaba demasiado pensar que pasaría los mejores años de mi vida sufriendo por la misma persona —tomó la lata y terminó el contenido antes de jugar con ella entre sus manos.


—¿Nunca intentaste decírselo? Al menos para no tener que cargar con toda esa mierda de ocultar tus sentimientos.


—Soy cobarde; además, ninguno de mis amigos de la preparatoria sabe que soy bisexual. En ese entonces aun trataba de asimilar lo que estaba sintiendo como para decirlo así nada más, aun ahora lo mantengo oculto de ellos —siguió jugando con la lata antes de apoyar su rostro contra la mesa—. Probablemente nunca tendré pareja, no hay necesidad de hablarlo.


—Supongo que entiendo porqué no quieres hablarlo, después de todo yo tuve que salir de casa cuando mis padre supieron que soy homosexual —preparó un par de shots más y le entregó uno a Angélica mientras bebía de una sola vez el otro—. A veces es una mierda tener que aceptarte cuando todos te dan la espalda.


—Es una mierda no ser lo que la gente espera de ti —giró para mirarla antes de tomar otra lata—. No eres hetero, no eres exitosa, no puedes mantenerte por ti misma, no puedes tener una relación estable... Ni siquiera tiene caso intentarlo.


—Aunque es peor que las personas piensen que debes cumplir sus expectativas y se sientan decepcionadas porque no lo haces —suspiró de manera profunda antes de tomar otro shotde wisky intentando no mirarla.


Incluso ella misma había empujado sus expectativas contra la mayor y ahora comenzaba a arrepentirse por ello. La idealizó a un punto en que esperaba que fuera la solución para el problema en que se había metido con su última entrega, pero conforme la escuchaba y descubría cosas sobre ella se daba cuenta de lo alejada que estaba de ello.


Necesitaba una musa, alguien que fuera todo eso que quería reflejar en lo que sería el final definitivo de la historia que comenzó como un simple desahogo tras su decepción amorosa, y lo único que estaba obteniendo era un patrón similar al que la llevó a empezar con todo ese asunto.


Cuando se trataba del misterio no tenía problemas, escribir era fácil porque las ideas fluían apenas seleccionaba un tema principal. Crímenes y criaturas sobrenaturales era lo que despertaba su interés y tenía suficiente material para investigar y relatar todo lo que aun faltaba por contar en torno al tema.


Pero cuando se trataba de romance todo era diferente, sólo había tenido una experiencia puramente amorosa y con ella había tenido suficiente para sus dos libros. En el primero se dedicó a contar como se conocieron, como despertó el amor y todo el sufrimiento que hubo porque su amor no era sencillo. En el segundo contó todo lo que hubiera deseado que sucediera, la lucha del amor contra el mundo, los problemas para empezar una relación y el largo camino para alcanzar una relación estable.


Y justo ahora que quería soltar ese viejo amor y empezar de nuevo debía darle un cierre a esa historia. El manuscrito había sido entregado y debido a que la relación de la pareja principal se había fragmentado ahora necesitaba darle un final digno a la saga o las críticas lloverían y no tenía intenciones de que eso sucediera, menos aun ahora que tenía planes de retomar sus relatos de misterio. Tener a la crítica y los lectores en su contra era lo que menos necesitaba.


Se había perdido entre sus pensamientos, olvidándose por completo de la chica que la acompañaba mientras reflexionaba lo que haría para poder terminar la novela que debía entregar luego de saber que "su musa" sólo existía en su imaginación y debía resolver todo el asunto por su cuenta.


Estaba a punto de volver a encerrarse en el estudio perdida entre cigarrillos y algunas cervezas de las que habían sobrado hasta que su vista se poso en la mayor que en algún momento había caído dormida apoyada sobre la mesa.


—Hey, el sofá está justo detrás de ti —la sacudió ligeramente intentando que despertara—. Mañana tendrás grabada la mesa en la cara, quítate de aquí —no recibía respuesta más que leves movimientos de la chica intentando evadirla—. Bien, haz lo que quieras. Tengo trabajo que hacer.


Se sentía tan frustrada por lo que estaba pasando que no pensó en más que encerrarse en el estudio y perderse entre el humo del tabaco quemado intentando dar un poco de orden a lo que estaba pasando. Parecía que cada paso que daba estaba más cerca de destruir lo poco que había construido y no paraba de pensar que convencer a Carolina de ayudarla de nuevo para conseguir un trato que la favoreciera respecto al trabajo pendiente era la mejor opción.


Pasó largo rato encerrada en esa habitación hasta darse cuenta de que intentar escribir algo en la situación que se encontraba era inútil, terminó por encerrarse en su habitación cuando el humo fue insoportable y más que ayudarla a liberar el estrés le causaba desesperación.


Finalmente fue a dormir cerca del amanecer, había pasado horas mirando el párrafo a medio redactar sin poder encontrar una manera de continuarlo mientras se culpaba por haber tomado una decisión tan impulsiva como seleccionar a una completa desconocida por musa.


Era inútil seguir pensando en eso, pero las palabras de Angélica se repetían una y otra vez mientras intentaba dormir. Finalmente su atormentada mente se rindió en la búsqueda de una solución y pudo conciliar el sueño; todo estaba siendo demasiado caótico como para aumentar a su carga el no dormir.

Notas finales:

Así que nada, espero que lo hayan disfrutado (y de paso, no volver a tardar tanto en actualizar) y nos leemos la próxima.


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