El cuarto pecado de Kise fue ocultar la verdad.
Después de esa extraña presentación y ese reencuentro con su senpai, Kise se encontraba un tanto confundido no entendía todo lo que significaba volver a ver a Kasamatsu Yukio, ese mismo Kasamatsu Yukio del cual se enamoró.
Pero él no tenía la culpa, nadie podía decidir de quien enamorarse, simplemente pasaba. Era cierto y hasta ahora se daba cuenta de lo rápido que pasaba el tiempo, pues llevaba enamorado de Kasamatsu cinco años, cinco largos años de los cuales sólo fue consciente de sus sentimientos durante dos, y ahora volvía a reafirmar ese sentir que se albergaba dentro de su ser. Eso que estaba reprimiendo para si volvía a florecer.
Sin embargo ahora había una diferencia muy notable, su corazón ya no pertenecía en su totalidad al azabache, en este momento otra persona azabache y de edad mucho menor (mucho muy menor, veinte años de diferencia para ser más exactos) ya se encontraba en el gran corazón del rubio llevándose su amor. Claro que si lo ponemos en una balanza el amor que sentía por ambos era muy distinto, ya que lo que Ryouta siente por Yuzuyu es el mismo amor que siente un padre por su hija, y el tipo de amor que sentía y ahora vuelve a sentir por Yukio no es el mismo que por su niña, hay una diferencia pero sigue siendo amor lo veas por donde lo veas.
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-Pues es mejor que Oniisan así que está bien, puedes decirme oniichan. -Cuando regrese vi que ambos se encontraban muy animados, a decir verdad nunca creí poder ver a mi senpai conversando tan amenamente con una chica eso sí que era impensable en aquellos tiempos, supongo que todos hemos cambiado de alguna u otra manera en todo este tiempo.
-Muy bien ya he recogido todo, es hora de que nos vayamos, Yuzuyu vamos. -Tomé a mi pequeña princesa, porque para mí no hay otra mujer más hermosa en el mundo que Yuzuyu, por algo es mi hija.
-Adiós Alex-san, nos vemos luego. -Se despidió de ella un tanto efusiva, como si la conociera desde hace tiempo y Alex encantada por el gesto también se despidió de ella.
-Y bien Yuzuyu, ¿qué quieres cenar esta noche? -Todos los fines de semana cocinaba lo que ella quisiera en compensación a que siempre, dejaba cualquier cosa hecha de manera apresurad de lunes a jueves, ya que esos eran los días más cargados de trabajo para mí ya sean como modelo o como fotógrafo, de viernes a domingo eran los días dedicados a mi hija aunque había sus excepciones como hoy que era necesario que viniese. Sin embargo aunque no la veía todo el día entre semana sabía que estaba en buenas manos, el preescolar al que asiste tienen dos maestros en los que son de mi plena confianza y que también son amigos nuestros, Kurokocchi y Takaocchi aunque el único que se hacía cargo de la educación de Yuzuyu era Kurokocchi sé que sin duda está en buenas manos.
-Papá creo que le deberías de preguntar mejor a oniichan, él es nuestro invitado.
-Tienes mucha razón cariño... Y bien Yukiocchi -Yuzuyu comenzó a reír por el nombre que le había puesto al senpai y eso realmente me puso feliz, escuchar su bella risa me subía los ánimos por completo pues todo lo que hago es por y para su felicidad.
-Supongo que lo que quiera Yuzuyu está bien, pídele a tu padre su mejor platillo y sorpréndeme con sus habilidades culinarias. -Me pareció exagerado el comentario de Kasamatsu senpai que no pude evitar comenzar a reírme y Yuzuyu hizo exactamente lo mismo que yo.
-Muy bien papi, ya sabes que hay que hacer. -Me guiño un ojo y eso solo podía significar una cosa, comprendía perfectamente bien lo que quería que cocinara.
-Claro que si mi capitán. -Y continuamos riéndonos a lo que Kasamatsu se nos unió, no sé qué le haya provocado gracia a él pero me alegra que estuviese en sintonía con nosotros, que la mayoría del tiempo parecemos andar en nuestro propio mundo.
Por fin encontré mi auto y nos subimos. Yo en el asiento del conductor, Yuzuyu en el del copiloto y el senpai en la parte trasera, mi niña le ofreció su lugar pero luego recordó que su asiento estaba colocado adelante ya que el del auto era muy grande para ella y le compre ese que le ponía de vez en cuando para que fuera adelante conmigo, sabia de los riesgos de que mi hija fuese en la parte delantera por lo que siempre la llevaba atrás pero a veces le permitía ir a mi lado y justamente hoy era una de esas ocasiones. Si desmontaba el asiento nos tardaríamos demasiado tiempo y lo que yo deseaba era ya poder llegar ya a mi casa y descansar. Además de pasar tiempo de calidad con mi amada pequeña.
El camino paso tranquilo entre risas y canciones de Mamoru Miyano, por alguna razón a Yuzuyu le gustaba mucho ese cantante y no entendía por qué sin embargo yo también disfrutaba de su música, antes de lo previsto llegamos y quizá fue la presencia de Kasamatsu y el buen ánimo que llevábamos, lo que hizo que el camino se hiciera mucho más corto y rápido.
-Llegamos, -mencionó mi hija al entrar en la casa después de que abriera la puerta. -Oniichan, puedes dejar ahí tus zapatos y ven a jugar conmigo mientras mi papá hace la cena. -Yuzuyu se descalzo y jalo a Yukio desde la puerta hasta la casa a él solo le dio tiempo de quitarse los zapatos de una manera presurosa.
-Mejor ayudo a tu papá para comer más pronto. -Se excusó Kasamatsu, pero aún que lo intentará no lo lograría.
-No. yo estoy bien, además es rápido estaremos comiendo en menos de treinta minutos. -Mi senpai de la preparatoria me miró de tal modo que si sus miradas fueran como sus patadas ya me encontraría dolorido en el suelo.
-Lo ves, vamos a jugar.
Mientras Kasamatsu era arrastrado a lo que al parecer sería un infierno para él yo seguía cocinando, la cocina nunca fue mi fuerte pero por mi hija tuve que aprender y ahora no puedo decir que sea el mejor, pero simplemente no hay quien me gane.
-Yuzuyu lávate las manos ya está lista la cena.
-Si papi, ya vamos. -Por un momento olvide que Kasamatsu estaba ahí, eso explicaba el porqué de haber servido tres platos. -Listo papi, oniichan ¿estás listo para deleitar tu paladar? –Me dio mucha risa porque yo le hacia la misma pregunta a mi niña siempre.
-Jaja, eres muy linda y dices cosas extrañas para un niño de tu edad. -Kasamatsu, el mismo Kasamatsu Yukio de hace seis años, ¿llamando linda a una chica con tanta facilidad? Definitivamente algo extraño y fuera de lo común va a pasar. Sin mencionar que me molesto su comentario acerca de la forma de hablar de Yuzuyu, al estar conviviendo la mayoría del tiempo con adultos comenzó a hablar como uno de ellos a pesar de ser una niña.
-Papá siempre me dice eso cuando cocina algo nuevo. Y para ti toda la comida de papá debe ser nueva, por eso lo digo.
-Muy bien y, ¿cuál es la especialidad del chef?
-¡¡Hotcakes!!