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Mis Pecados por kmichaelis

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Notas del capitulo:

 

Hasta aquí edite los capítulos que ya estaban escritos, me dio un impulso de inspiración y lo estoy aprovechando al máximo, pronto continuare publicando de esta historia, muchísimas gracias por la espera.

Su quinto pecado, no confiar en nadie.

Fue realmente muy extraño como volví a encontrarme con Kise, no esperaba reunirme con él pero Kuroko insistió, tampoco estaba en mis planes encontrarme con el chico fantasma, las cosas simplemente surgieron de esa manera.


Flash Back

Iba caminando por la calle sin ninguna preocupación estaba agotado pero por fin podría descansar después de un largo día.

—Lo siento. —Cuando me di cuenta de lo que estaba pasando ya me encontraba tirado en el suelo.

—No te vi Kuroko, disculpa parece que después de todo este tiempo aun sigues conservando esa falta de presencia. —Ese chico es de mi agrado tampoco puedo decir que seamos amigos pero nunca me ha caído mal. —Vamos te ayudo con eso.

—Muchas gracias Kasamatsu-san, es un gusto volver a verlo después de tanto tiempo.

Comenzamos a recoger todos los papeles que habían en el suelo y cuando fije me vista en uno decía "Kise Yuzuyu" por alguna razón mi kouhai de cabellos rubios me vino a la cabeza, pero volví pronto a la realidad y continúe leyendo, me di cuenta que eran los papeles de un jardín de niños. — ¿Trabajas en un prescolar Kuroko?

—Sí, así es. —Le entregue los papeles con el de Kise hasta arriba, —de hecho este —volvió a hablar refiriéndose al papel —es de la hija de Kise-kun ella asiste al jardín donde trabajo. — ¿Qué? ¿Cómo que la hija de Kise? ¿Kise tenía una hija?

—Ya veo.

Fin Flash Back.

Después comenzamos a hablar de trivialidades, nuestras actuales actividades y mientras más avanzaba la conversación se dio la oportunidad de sacar nuevamente a colación el tema y peguntar por el rubio, así fue como termine aquí cenando con la familia Kise.

—Muy bien y, ¿cuál es la especialidad del chef?

—¡¡Hotcakes!! —Gritaron ambos al mismo tiempo logrando primeramente que me sorprendiera y luego que me dejarán casi sin tímpanos, al menos verlos tan efusivos la habría valido. —Yo sé que te encantarán oniichan. —Mencionó la niña muy entusiasmada, me di cuenta que es una niña muy educada y bien portada, si algo que se le tiene que atribuir a Kise es que se nota y no podrían poner en dudad que ha sabido cuidar muy bien de ella a pesar de la ausencia de una figura materna.

—Muy bien entonces probemos esta delicia. —Frente a mí tenía un plato con dos hotcakes de un tamaño considerable con fruta en el centro, y doblados de tal forma que parecían una especie de rollo o taco, parecía que el relleno era de mango con plátano picado en cubos, encima tenía leche condensada y al lado una bola de helado de chocolate.

¡¡Por dios esto es una bomba de azúcar!!

Tomé un poco, era una explosión en mi boca pero el pan no estaba dulce, lo que le daba el sabor era todo lo que Kise le puso y maravillosamente alcanzaba un balance de sabor, de tal manera que no era para nada empalagoso. No creí que realmente cocinara tan bien.

— ¿Qué opinas oniichan? —Me miraba emocionada y sin quitarme la vista de encima en espera de mi respuesta.

—Mmmmmm, —pongo cara de duda y la pequeña me ve como esperando lo peor —tenías razón Yuzuyu. Esta delicioso. —La niña se emocionó y comenzó a gritarle a su padre.

—Lo vez papi, te dije que los amaría. —Reí por su comentario.

—Que bien, me alegro. —Kise estaba sonriendo de una forma muy sincera, ver su rostro con tan linda sonrisa me dejo anonado y cuando me di cuenta me encontraba sonriendo con ellos y un leve sonrojo se asomó.

—Kasamatsu senpai, parece que estás enfermo su cara está muy roja. —Solo hizo que me enrojeciera más con su comentario.

—Estoy bien no te preocupes.

Después de lograr calmar mis nervios la cena continuó entre risas y conversaciones que me dejaron un gran sabor de boca, nuca imagine estar sentado a la mesa de la familia Kise, comiendo como si yo también fuera parte de ella.

—Muy bien Yuzuyucchi es hora de que te duermas. —Kise le pidió a su pequeña hija que se fuese a dormir pero claramente se veía que esa niña tenía todo, menos sueño. Pese al pequeño puchero y la cara de desánimo que puso, no desobedeció.

—No, papi aun quiero estar con oniichan un rato más. —Retorno a media sala, de vuelta con nosotros. ¡Oh no!, si yo era la razón de que no quiera ir a dormir tenía que hacer algo al respecto y así evitar que se desvele.

—Cariño, tu oniichan tiene cosas que hacer no se puede quedar contigo solo para jugar, ¿qué tal si otro día vamos con Kasamatsu senpai al parque? —En definitiva Kise me había quitado las palabras de la boca.

—Está bien. Yukio oniichan podrías ir a acurrucarme. —No sabía que responder ante eso, no me sentía con el derecho de hacerlo, así que atiné a voltear para que su padre me ayudase en esta situación o en todo caso me diera su permiso para realizar algo que no me correspondía. El asintió con la cabeza y lleve a Yuzuyu a su habitación, era muy bonita, al igual que el resto de la casa, de color blanco con pequeños detalles azules y con una cantidad considerable de osos de peluche y muñecos de felpa.

Acosté a la pequeña en su cama con sábanas amarillas de flores naranjas y amarillas. Definitivamente Ryouta estaba haciendo muy bien su trabajo y eso que  estaba solo.

—Muchas gracias oniichan, hiciste reír a papá.

Bese la frente de Kise-chan y me fui de ese lugar. Estaba sorprendido por el comentario y si alguien me podía dar respuestas debía buscar a Kise.

~~~~~Mientras tanto con Kise~~~~~

Deje que Kasamatsu llevase a mi niña a acostar, muy pocas veces Yuzuyu habla con las personas y el hecho de que se llevase bien con mi senpai era un gran avance que no podía dejar pasar desapercibido. Comencé a limpiar la cocina mientras tanto sabía que Yukio no se tardaría demasiado pues Yuzuyu se duerme muy rápido.

—Ya está dormida. —Dicho y hecho. —Se duerme muy rápido.

—Eso ya lo sé. —Le di una sonrisa y continúe lavando los trastes, platos, vasos y cubiertos que se ocuparon para la cena.

Todo estaba muy callado y de alguna manera se sentía el ambiente un tanto pesado. Agradecía a que el chorro de agua aminorara un poco el silencio. Termine de enjuagar el último vaso y el azabache decidió hablar.

—Kise... —Por fortuna ya había dejado el vaso en una superficie, porque de haberlo tenido aun en mis manos hubiese caído al suelo rompiéndose en miles de pedazos. Era la primera vez en mi vida que me hacían esa pregunta, no tenía una respuesta ensayada, hubiese deseado que no me lo preguntará. Lamentablemente las palabras que salen de nuestra boca, ya no se pueden volver a meter a nuestra garganta y fingir que nunca las hemos dicho. — ¿Quién es la madre de Yuzuyu?


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